03-05-2005, 09:52 AM
Dios Nuestro Señor, damas y caballeros, OBSERVA...
Porque, ¡el AltÃsimo conoce perfectamente la [b:fbfaa22f37]diferencia[/b:fbfaa22f37] radical que hay entre VENERACIÓN y ADORACIÓN!
Y, SÃ: como toca y procede, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] hace excepciones.
Por muy, digamos.., bueno que sea el [i:fbfaa22f37]show[/i:fbfaa22f37] que le monten quienes, en el fondo, ¡oh, sÃ!, lo único que pretenden es, ¡insensatos/as!, ni más ni menos que ¡[i:fbfaa22f37]vender la moto[/i:fbfaa22f37] a Dios Nuestro Señor!
Acompáñenme, damas y caballeros..; ¿quieren?
Miren: hoy dÃa es un suburbio descuidado y sucio, separado de las antiguas glorias de Istanbul por la incesante y caótica circulación en el [i:fbfaa22f37]boulevard[/i:fbfaa22f37] de [i:fbfaa22f37]Ataturk[/i:fbfaa22f37]. Los postigos de las desvencijadas casas de madera están cerrados, las calles son agobiantemente ASQUEROSAS y poco transitadas, excepto por los crÃos [i:fbfaa22f37]buscavidas[/i:fbfaa22f37], por las [i:fbfaa22f37]pandas[/i:fbfaa22f37] de adolescentes expertos en [b:fbfaa22f37]cualquier[/b:fbfaa22f37] vicio con su griterÃo procaz y algún que otro desalentado vendedor de fruta. El ENORME monumento que domina el barrio esta [b:fbfaa22f37]mugriento[/b:fbfaa22f37] y [b:fbfaa22f37]desnudo[/b:fbfaa22f37]. Sus muros exteriores, de un rosáceo apagado, se pandean por los años y el peso. Las calles adyacentes, ¿se fijan, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37]?, están construidas sobre parte de sus ruinas. Debió de ser, en tiempos, INIMAGINABLEMENTE [b:fbfaa22f37]enorme[/b:fbfaa22f37]. El núcleo central, que sobrevive, como ven, aún hoy, de la iglesia del [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37], da la impresión, ¿verdad?, de hallarse allà a [b:fbfaa22f37]desgana[/b:fbfaa22f37], ¡no sólo por lo DESOLADO del lugar!, sino porque está [b:fbfaa22f37]fuera[/b:fbfaa22f37] de escala con cuanto la rodea.
¡Ah!; fué construida, damas y caballeros, en los años 20 del XII por el [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] Juan II de la dinastÃa Conmena y su esposa Irene, una princesa húngara a la que sus súbditos veneraban allanadamente como a una [b:fbfaa22f37]santa[/b:fbfaa22f37]. Los rostros de la imperial pareja destacan en un mosaico en la catedral de Santa SofÃa..; Irene con la aureola de su cabello rojizo, Juan II envuelto en ropajes dorados. Sereno y sublime, el [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] exuda RIQUEZA y CONFIANZA al extender hacia la imagen del Redentor un gran saco lleno a rebosar de [b:fbfaa22f37]oro[/b:fbfaa22f37].
La iglesia del [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] se concibió como el MÃS generoso de sus dones a Dios Nuestro Señor; y, dado que debÃa ser también mausoleo y monumento a la dinastÃa, como el más vanidosamente OSTENTOSO... ¡Ah!; la decadente ruina que tenemos, damas y caballeros, ante nuestros ojos conserva, aquà y allá, vestigios del ESPLENDOR con que sus fundadores la dotaron. Queda, ¿ven?, el [b:fbfaa22f37]mármol[/b:fbfaa22f37] del ábside de la más meridional de las tres naves conectadas entre sÃ; están, ¡oh, sÃ!, INTACTAS las profusas tallas de mármol de los marcos de los pórticos del nártex, y ¡qué alivio ver a los/as restauradores afanados/as [i:fbfaa22f37]full time[/i:fbfaa22f37] en sacar a la luz el IMPONENTE mosaico geométrico del suelo! El sarcófago clásico en que se enterró a la emperatriz Irene en 1124 [b:fbfaa22f37]subsiste[/b:fbfaa22f37] también; pero, ha sido trasladado a Santa SofÃa.
La Historia del ascenso y la caÃda de esta maravilla de templo refleja, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], la [b:fbfaa22f37]grandeza[/b:fbfaa22f37], la [b:fbfaa22f37]crisis[/b:fbfaa22f37] y el COLAPSO de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] desde comienzos del XII hasta mediados del XV. Además de albergar los/as muertos/as de dos dinastÃas, incluÃa un ENORME monasterio, que proporcionaba a la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] su lugar principal de retiro, hospital y manicomio. Era un centro de [b:fbfaa22f37]beneficiencia[/b:fbfaa22f37], un centro de PODER del culto imperial y una escuela de [b:fbfaa22f37]identidad[/b:fbfaa22f37] bizantina; desde la cual, en el XV, el sacerdote Genadio [b:fbfaa22f37]desafió[/b:fbfaa22f37] los planes imperiales de aceptar la primacÃa del Padre Santo, allá en el [i:fbfaa22f37]caput mundi[/i:fbfaa22f37] ¡que, ya bárbaro, NO hablaba griego!
En el siglo XIII, damas y caballeros, cuando el imperio de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] se vió [b:fbfaa22f37]obligado[/b:fbfaa22f37] por los "[i:fbfaa22f37]peregrinos[/i:fbfaa22f37]" de la llamada [i:fbfaa22f37]IV Cruzada[/i:fbfaa22f37] a abandonar su capital, el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] se convirtió en el palacio de los gobernantes latinos usurpadores. Cuando los bizantinos reconquistaron la ciudad, en 1261, sus aliados genoveses INCENDIARON la mayor parte del edificio. Los monjes, de regreso, albergaban, ¡naturalmente!, una profundÃsima AVERSIÓN por todo lo latino. Cuando la última dinastÃa que imperó en la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], la de los Paleólogos, restauró la antigua influencia del lugar, adoptándolo como mausoleo de su propia familia, se convirtió en un baluarte de la PUREZA ortodoxa de una Iglesia cada vez [b:fbfaa22f37]más[/b:fbfaa22f37] dispuesta, frente a la hiper-creciente amenaza de los aparentemente invencibles conquistadores turcos, a llegar a compromisos con potenciales aliados de la Cristiandad occidental. La legendaria preferencia de Genadio, entre el Padre Santo y el sultán, en favor de éste, la compartÃan muchos/as de sus conciudadanos/as, lo cual, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], ayuda a explicar por QUÉ Istanbul es una capital turca [b:fbfaa22f37]islámica[/b:fbfaa22f37], hoy, y no griega o cristiana. La pregunta de una viaja canción: "[i:fbfaa22f37]¿por qué lo pasó mal Constantinopla?[/i:fbfaa22f37]", recibe la respuesta [b:fbfaa22f37]correcta[/b:fbfaa22f37] en la misma tonada: "[i:fbfaa22f37]fué cuestión de los turcos y de nadie más[/i:fbfaa22f37]".
La [b:fbfaa22f37]muerte[/b:fbfaa22f37] de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], sin embargo, fué lenta, lenta, LENTÃSIMA, con sÃntomas diversos..; y, serÃa altamente INGENUO, damas y caballeros, ¡suponer que la, digamos.., [i:fbfaa22f37]medicina occidental[/i:fbfaa22f37] la hubiese salvado! La [b:fbfaa22f37]gravedad[/b:fbfaa22f37] de los problemas del imperio y el amplio alcance de su identidad pueden percibirse, sÃganme.., en la que fué hermosÃsima iglesia de [i:fbfaa22f37]San Salvador[/i:fbfaa22f37], en Kora, entre las murallas de Constantino I y las teodosianas. Como el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] que acabamos de admirar, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], fué fundada por los Conmenos; pero, su perÃodo de GLORIA, durante el cual volvieron a decorar los muros y la bóveda con espléndidas pinturas y maravillosos mosaicos que la hacen FAMOSÃSIMA hoy en dÃa, tuvo lugar en los años 20 y 30 del XIV. Para entonces, los futuros conquistadores del imperio llevaban más de una generación establecidos en su antiguo territorio... A los cinco años de la solemne consagración de la iglesia, la ciudad cercana de Bursa se convirtió en la capital [b:fbfaa22f37]otomana[/b:fbfaa22f37]. La [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] se hallaba [b:fbfaa22f37]rodeada[/b:fbfaa22f37].
El [b:fbfaa22f37]protector[/b:fbfaa22f37] que tan generosamente dotó la iglesia de Kora en tiempos TAN y tan [b:fbfaa22f37]angustiosos[/b:fbfaa22f37] era, damas y caballeros, un [b:fbfaa22f37]genuino[/b:fbfaa22f37] representante de los [b:fbfaa22f37]caballeros[/b:fbfaa22f37] bizantinos de su tiempo, excepto en lo ENORME de su magnificencia. [b:fbfaa22f37]Teodoro Metoquita[/b:fbfaa22f37] poseÃa los gustos del erudito y la vocación del [i:fbfaa22f37]hombre de Estado[/i:fbfaa22f37]. Su carrera en el servicio imperial culminó en 1321, año en que se terminó la nueva decoración del templo de Kora, con su nombramiento de [i:fbfaa22f37]Gran Logoteta[/i:fbfaa22f37] -de hecho, el [b:fbfaa22f37]jefe[/b:fbfaa22f37] del gobierno imperial-. Sus escritos, sobre devoción, TeologÃa, AstronomÃa y crÃtica literaria, sufrieron, acaso, por el tiempo que le robaban sus deberes oficiales... Pero, fueron notables por su [b:fbfaa22f37]abundancia[/b:fbfaa22f37] y, en sus comienzos, por su incesante [i:fbfaa22f37]recherche[/i:fbfaa22f37] de la ORIGINALIDAD y su [b:fbfaa22f37]nulo[/b:fbfaa22f37] interés por los [i:fbfaa22f37]themas[/i:fbfaa22f37] ya agotados por los [i:fbfaa22f37]classiques[/i:fbfaa22f37]. Afirmaba que el objetivo de su enciclopédica erudición consistÃa en "[i:fbfaa22f37]conducirse con INDEPENDENCIA, como los planetas; y, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] meramente en observar sus movimientos[/i:fbfaa22f37]". Llegó a [b:fbfaa22f37]deplorar[/b:fbfaa22f37] la vida que llevaba como polÃtico "[i:fbfaa22f37]arrastrado por la demente [b:fbfaa22f37]ambición[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]". Escapó de sus estrechos confines, al comienzo de su carrera, gracias a su trabajo literario, que le daba la [b:fbfaa22f37]esperanza[/b:fbfaa22f37] de la INMORTALIDAD en [b:fbfaa22f37]esta[/b:fbfaa22f37] vida; más tarde, orientó sus esfuerzos hacia la DEVOCIÓN y su visión hacia el CIELO. Cuando un golpe le quitó el acceso a la [i:fbfaa22f37]potestas[/i:fbfaa22f37] en 1328, buscó consuelo en la religión... En 1330, se hizo [b:fbfaa22f37]monje[/b:fbfaa22f37] de su propio monasterio, aunque Kora habÃa sido, ya mucho antes, su refugio intelectual y espiritual. "[i:fbfaa22f37]Este monasterio[/i:fbfaa22f37] -declaró- [i:fbfaa22f37]ha significado para mà MÃS que cualquier otra cosa en el mundo. Fué una obra de noble [b:fbfaa22f37]amor[/b:fbfaa22f37] por las cosas buenas y hermosas... Pensar en este monasterio era lo [b:fbfaa22f37]único[/b:fbfaa22f37] que ponÃa mi mente en una mejor disposición, elevándola por encima de todas las preocupaciones, haciéndola sentirse LIBRE de agobios y en [b:fbfaa22f37]paz[/b:fbfaa22f37], y permitiéndole funcionar BIEN[/i:fbfaa22f37]".
Su AMOR por Kora, damas y caballeros, era especialmente [b:fbfaa22f37]intenso[/b:fbfaa22f37]; pero, sus sentimientos tenÃan [b:fbfaa22f37]muchos[/b:fbfaa22f37] paralelos y su vocación era MUY tÃpica. Su amigo Ãntimo, Miguel Tornikes, compartió la trayectoria de su vida, desde la gloria mundana al retiro monástico, tras una hiper-triunfante carrera militar en los años 20 del XIV. La tumba del viejo soldado está, acompáñenme.., aquÃ, en el paraeclesión de Kora, rodeada, como ven, por una serie de pinturas que celebran los textos que se leÃan en las festividades de Nuestra Señora la Virgen MarÃa, y por "[i:fbfaa22f37]retratos[/i:fbfaa22f37]" de santos cuyas fiestas se compartÃan con las de la Madre de Dios Nuestro Señor. Lean, lean... "[i:fbfaa22f37]Por muchos aplausos que se reciban en este valle de lágrimas[/i:fbfaa22f37] -dice la inscripción funeral-[i:fbfaa22f37], cuando todos estén MUERTOS, Tornikes, hombre de una miriada de victorias, Gran Condestable, que yace enterrado aquÃ, los AVENGONZARÃ, amigo que esto lees, como un león avergüenza a los simios que lo imitan[/i:fbfaa22f37]".
¡Oh!; a este arrebato de infinito ORGULLO sigue, como pueden ver, una [b:fbfaa22f37]impresionante[/b:fbfaa22f37] lista de la virtudes del muerto... Pero, la inscripción, como pueden leer, termina asÃ: "[i:fbfaa22f37]y, dejando semejante gloriosa vida como un espléndido EJEMPLO, aquà yace entre humildes y anónimos huesos un pobre [b:fbfaa22f37]monje[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]".
¿Saben?; en opinión de la inmensa mayorÃa de los/as ciudadanos/as de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], el imperio [b:fbfaa22f37]dependÃa[/b:fbfaa22f37] de la protección de la Santa Virgen MarÃa; que, habÃa mantenido a los invasores -árabes, rusos, búlgaros...- más allá de las murallas de la capital, y en la que podÃa [b:fbfaa22f37]confiarse[/b:fbfaa22f37] para que rechazara, ya que no derrotara.., a los tártaros y turcos que, con el permiso divino, habÃan causado estragos en otros pueblos pecadores. la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] ¡[b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] estaba exenta de [b:fbfaa22f37]castigo[/b:fbfaa22f37] por el azote de Dios Nuestro Señor!; pero, se habÃa salvado gracias a la intercesión de la MÃS poderosa de las protectoras celestiales. La palabra [u:fbfaa22f37][b:fbfaa22f37][i:fbfaa22f37]Kora[/i:fbfaa22f37][/b:fbfaa22f37][/u:fbfaa22f37] -que, dicho sea de paso, significa "[i:fbfaa22f37]lugar de morada celestial[/i:fbfaa22f37]"- probablemente aludÃa al [b:fbfaa22f37]vientre[/b:fbfaa22f37] de Nuestra Señora, "[i:fbfaa22f37]el contenedor de lo incontenible[/i:fbfaa22f37]", como dice, ¿se han fijado?, un mosaico del nártex del templo.
La decoración ordenada (y, pagada) por Metoquita reunÃa la colección MÃS completa de imágenes marianas: en el ciclo dedicado a ella, [u:fbfaa22f37]diecinueve[/u:fbfaa22f37] escenas de la vida de Nuestra Señora se anteponÃan a la Historia del nacimiento del Redentor. El nacimiento de la Santa Virgen MarÃa está precedido, fÃjense.., como el del propio Redentor, por una [b:fbfaa22f37]anunciación[/b:fbfaa22f37]. En las crujÃas del nártex interior aprende a caminar, los sacerdotes la bendicen, sus padres la acarician, los ángeles le dan de comer y, por elección divina, recibe lana [b:fbfaa22f37]púrpura[/b:fbfaa22f37] para hacer un velo con destino al templo. Después de su boda con San José, éste la deja sola en su casa y, lean la inscripción.., le dice: "[i:fbfaa22f37]mira, te dejo en mi casa mientras me voy a construir[/i:fbfaa22f37]". A su regreso, San José se enfrenta a un problema [b:fbfaa22f37]muy[/b:fbfaa22f37] humano: "[i:fbfaa22f37]MarÃa, ¿[b:fbfaa22f37]qué[/b:fbfaa22f37] es lo que has hecho?[/i:fbfaa22f37]" Las pinturas y mosaicos, como ven, fueron ejecutados por unos ARTISTAS con una [b:fbfaa22f37]brillantez[/b:fbfaa22f37] para nada superada e inspirados por su patrón con [b:fbfaa22f37]humanidad[/b:fbfaa22f37] y dramatismo inigualados.
Vamos a ver [i:fbfaa22f37]face to face[/i:fbfaa22f37] a Metoquita... Es aquÃ, en el mosaico que corona la puerta occidental de la iglesia... Postrado [i:fbfaa22f37]comme il faut[/i:fbfaa22f37] a las plantas de Dios Nuestro Señor, con un sobrecogido rostro levantado a medias, sÃ..; pero, ¡NO era tan y tan [b:fbfaa22f37]humilde[/b:fbfaa22f37] como para presentarse con la cabeza descubierta, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37]! Lleva, ostentosamente, su [i:fbfaa22f37]skiadion[/i:fbfaa22f37], el tocado propio de su altÃsimo cargo, una prenda [b:fbfaa22f37]exótica[/b:fbfaa22f37], blanca, muy y muy abultada, que hace que parezca, ¿no, damas y caballeros?, al menos a los ojos inexpertos.., ¡Cristo crucificado, un [b:fbfaa22f37]turco[/b:fbfaa22f37]!
¡Ah!; a pesar, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], de las enormes, GIGANTESCAS [b:fbfaa22f37]diferencias[/b:fbfaa22f37] culturales que separaban la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] de la horda otomana -la de conciencia cristiana e identidad islámica, la de experiencia imperial y tradición nómada, la de ADORACIÓN sin trabas de la mujer y valores de la [b:fbfaa22f37]virilidad[/b:fbfaa22f37]...-, estos vecinos [b:fbfaa22f37]hostiles[/b:fbfaa22f37] se iban pareciendo MÃS y más unos a otros, a finales de la llamada [i:fbfaa22f37]Edad Media[/i:fbfaa22f37]; e, [b:fbfaa22f37]intercambiaban[/b:fbfaa22f37] las influencias, como don Quijote y Sancho Panza o como los chinos y los [i:fbfaa22f37]khitan[/i:fbfaa22f37]. Incluso mientras rodeaban el territorio cada vez [b:fbfaa22f37]más[/b:fbfaa22f37] reducido del imperio, los turcos se [b:fbfaa22f37]contuvieron[/b:fbfaa22f37] largo tiempo antes de destruirlo. [b:fbfaa22f37]Halagaba[/b:fbfaa22f37] la [i:fbfaa22f37]vanitas[/i:fbfaa22f37] otomana mantener a emperadores de pretensiones ¡universales! como simples clientes que dependÃan, única y exclusivamente, de su [b:fbfaa22f37]misericordia[/b:fbfaa22f37]. El [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] Juan V, que sufrió la abracadabrante INDIGNIDAD ¡de que lo detuvieran por [b:fbfaa22f37]deudas[/b:fbfaa22f37] en Venize, en 1379!, en su camino de regreso tras su conversión contemporizadora a la santa fe católica, apostólica y romana, ¡tuvo que contar con la ayuda turca para recobrar su trono!
¿Saben?; en 1403, un embajador de la piel de toro de paso por la ciudad pidió que lo acompañaran en una visita de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], "[i:fbfaa22f37]de la villa, los templos y las reliquias[/i:fbfaa22f37]". Su [b:fbfaa22f37]primera[/b:fbfaa22f37] impresión fué de RIQUEZA; producida por las innumerables columnas y los muros de purÃsimo mármol y bellÃsimo jaspe, los hermosÃsimos tapices de seda, tantos y tantos mosaicos tan y tan rica y delicadamente labrados, las reliquias sin cuento montadas en oro y pedrerÃas y, ¡oh!, las [b:fbfaa22f37]dimensiones[/b:fbfaa22f37] de la iglesia de Santa Sofia, de modo que "[i:fbfaa22f37]si el visitante regresara dÃa tras dÃa, mirando todo lo que pudiera, al dÃa siguiente SIEMPRE tendrÃa nuevas cosas que ver[/i:fbfaa22f37]"... Luego visitó las [b:fbfaa22f37]defensas[/b:fbfaa22f37] de la ciudad, "[i:fbfaa22f37]encerrada por una muralla fuerte y alta, defendida por muchas torres poderosas[/i:fbfaa22f37]"... Pero, ¡ay!, al ir avanzando en su visita, percibió signos de evidente [b:fbfaa22f37]decadencia[/b:fbfaa22f37]: los barrios [b:fbfaa22f37]despoblados[/b:fbfaa22f37], abandonados a los trigales y huertos, los muchos y muchos edificios monumentales [b:fbfaa22f37]arruinados[/b:fbfaa22f37]... "[i:fbfaa22f37]Es EVIDENTE, sin embargo[/i:fbfaa22f37] -concluyó-[i:fbfaa22f37], que en tiempos pasados, cuando Constantinopla se hallaba en su condición original, [b:fbfaa22f37]era[/b:fbfaa22f37] una de las capitales más nobles del mundo[/i:fbfaa22f37]". El embajador iba de camino hacia la corte del jefe bárbaro Timur; que, habÃa [b:fbfaa22f37]aliviado[/b:fbfaa22f37] la presión de los turcos sobre la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], al [b:fbfaa22f37]derrotarlos[/b:fbfaa22f37] y ENJAULAR al sultán. El alivio, por eso, era, ¡ay!, sólo [b:fbfaa22f37]transitorio[/b:fbfaa22f37], damas y caballeros..; y, la sombra de los otomanos todavÃa parecÃa proyectarse amenazadoramente sobre la ciudad... El embajador admiró especialmente la enorme estatua de bronce de Justiniano I ([u:fbfaa22f37]cuatro[/u:fbfaa22f37] veces el tamaño natural...) que se alzaba delante de la catedral, en un alto zócalo. Le dijeron que se conmemoraba con tanto esplendor al emperador ¡"[i:fbfaa22f37]porque en su dÃa llevó a cabo muchas hazañas luchando contra los turcos[/i:fbfaa22f37]"! En realidad, como saben, las campañas de su reinado fueron contra los persas, los vándalos y los ostrogodos; y, hubieron de transcurrir [u:fbfaa22f37]dos[/u:fbfaa22f37] siglos antes de que apareciera un pueblo al que los griegos llamaron turco.
Cuando finalmente los otomanos perdieron la paciencia con la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], el golpe se produjo rápida e INEVITABLEMENTE. el ascenso al sultanato de Mehmet II en 1451, a la edad de diecinueve años, puso [b:fbfaa22f37]término[/b:fbfaa22f37] a los consejos de prudencia... Se resentÃa por el dominio extranjero de una fortaleza que controlaba un estrecho [b:fbfaa22f37]vital[/b:fbfaa22f37] para las comunicaciones de su imperio. Se veÃa a sà mismo el joven y ambicioso sultán como un [i:fbfaa22f37]imperator[/i:fbfaa22f37] romano. Se preparó la toma de la ciudad con TODOS los artefactos del arte de la ingenierÃa de sitio. A ambas orillas del Bósforo se erigieron ENORMES fuertes a los que llamaron [i:fbfaa22f37]castillo de Europa[/i:fbfaa22f37] y [i:fbfaa22f37]castillo de Asia[/i:fbfaa22f37], a fin de [b:fbfaa22f37]cortar[/b:fbfaa22f37] el acceso al estrecho. Para abatir las legendarias murallas teodosianas se empleó la artillerÃa MÃS pesada que jamás se hubiera fundido hasta entonces. Se transportaron por tierra, ¡desmontados!, los buques que debÃan rebasar las barreras de los defensores... Pero, a fin de cuentas, damas y caballeros, lo que resultó DECISIVO fué la [b:fbfaa22f37]enorme[/b:fbfaa22f37] diferencia en el [b:fbfaa22f37]número[/b:fbfaa22f37] de combatientes... Los atacantes atravesaban las brechas pasando sobre los cuerpos de sus camaradas muertos. El cadáver del último [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37], un valiente que goza de fama inmortal, se pudo identificar únicamente por las águilas grabadas en las grebas de su armadura y, sobre todo, porque su calzado y su ropa interior era, como toca y procede a la [i:fbfaa22f37]sangre azul[/i:fbfaa22f37] que remonta su timbre y su [i:fbfaa22f37]pedigree[/i:fbfaa22f37] al mismÃsimo gran César, de inmaculada PÚRPURA.
NO: no hubo ni un sólo signo que Nuestra Señora estuviese por la labor, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37]...
Quizá -es sólo una suposición Ãntima...- porque, si bien es cierto que ¡NADIE [b:fbfaa22f37]veneró[/b:fbfaa22f37] jamás como la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37]! (¡oh, el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37]!, ¡oh, Kora!, ¡oh, Santa SofÃa!); también es verdad como que hay sol que alumbra todos los dÃas que, ¡ay!, se ADORARON paganamente (¡¡ay, ciego Metoquita!, ¡ay, infeliz Tornikes!, ¡ay, dementes [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37]!) a [i:fbfaa22f37]dioses[/i:fbfaa22f37] que NUNCA han estado ni estarán en el empireo.
Y, Nuestra Señora [b:fbfaa22f37]sabe[/b:fbfaa22f37] que el [b:fbfaa22f37]primer[/b:fbfaa22f37] mandamiento dice taxativamente: "[i:fbfaa22f37]NO tendrás otro DIOS que [b:fbfaa22f37]Dios Nuestro Señor[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]".
Y que, lo demás, ¡oh, lo demás..!, ¡tanto y tanto ABSURDO gasto en lo demás, damas y caballeros!; que, ¡no llega ni a pobre [i:fbfaa22f37]atrezzo[/i:fbfaa22f37]!
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2005, 0052 hs. a.m.
Porque, ¡el AltÃsimo conoce perfectamente la [b:fbfaa22f37]diferencia[/b:fbfaa22f37] radical que hay entre VENERACIÓN y ADORACIÓN!
Y, SÃ: como toca y procede, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] hace excepciones.
Por muy, digamos.., bueno que sea el [i:fbfaa22f37]show[/i:fbfaa22f37] que le monten quienes, en el fondo, ¡oh, sÃ!, lo único que pretenden es, ¡insensatos/as!, ni más ni menos que ¡[i:fbfaa22f37]vender la moto[/i:fbfaa22f37] a Dios Nuestro Señor!
Acompáñenme, damas y caballeros..; ¿quieren?
Miren: hoy dÃa es un suburbio descuidado y sucio, separado de las antiguas glorias de Istanbul por la incesante y caótica circulación en el [i:fbfaa22f37]boulevard[/i:fbfaa22f37] de [i:fbfaa22f37]Ataturk[/i:fbfaa22f37]. Los postigos de las desvencijadas casas de madera están cerrados, las calles son agobiantemente ASQUEROSAS y poco transitadas, excepto por los crÃos [i:fbfaa22f37]buscavidas[/i:fbfaa22f37], por las [i:fbfaa22f37]pandas[/i:fbfaa22f37] de adolescentes expertos en [b:fbfaa22f37]cualquier[/b:fbfaa22f37] vicio con su griterÃo procaz y algún que otro desalentado vendedor de fruta. El ENORME monumento que domina el barrio esta [b:fbfaa22f37]mugriento[/b:fbfaa22f37] y [b:fbfaa22f37]desnudo[/b:fbfaa22f37]. Sus muros exteriores, de un rosáceo apagado, se pandean por los años y el peso. Las calles adyacentes, ¿se fijan, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37]?, están construidas sobre parte de sus ruinas. Debió de ser, en tiempos, INIMAGINABLEMENTE [b:fbfaa22f37]enorme[/b:fbfaa22f37]. El núcleo central, que sobrevive, como ven, aún hoy, de la iglesia del [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37], da la impresión, ¿verdad?, de hallarse allà a [b:fbfaa22f37]desgana[/b:fbfaa22f37], ¡no sólo por lo DESOLADO del lugar!, sino porque está [b:fbfaa22f37]fuera[/b:fbfaa22f37] de escala con cuanto la rodea.
¡Ah!; fué construida, damas y caballeros, en los años 20 del XII por el [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] Juan II de la dinastÃa Conmena y su esposa Irene, una princesa húngara a la que sus súbditos veneraban allanadamente como a una [b:fbfaa22f37]santa[/b:fbfaa22f37]. Los rostros de la imperial pareja destacan en un mosaico en la catedral de Santa SofÃa..; Irene con la aureola de su cabello rojizo, Juan II envuelto en ropajes dorados. Sereno y sublime, el [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] exuda RIQUEZA y CONFIANZA al extender hacia la imagen del Redentor un gran saco lleno a rebosar de [b:fbfaa22f37]oro[/b:fbfaa22f37].
La iglesia del [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] se concibió como el MÃS generoso de sus dones a Dios Nuestro Señor; y, dado que debÃa ser también mausoleo y monumento a la dinastÃa, como el más vanidosamente OSTENTOSO... ¡Ah!; la decadente ruina que tenemos, damas y caballeros, ante nuestros ojos conserva, aquà y allá, vestigios del ESPLENDOR con que sus fundadores la dotaron. Queda, ¿ven?, el [b:fbfaa22f37]mármol[/b:fbfaa22f37] del ábside de la más meridional de las tres naves conectadas entre sÃ; están, ¡oh, sÃ!, INTACTAS las profusas tallas de mármol de los marcos de los pórticos del nártex, y ¡qué alivio ver a los/as restauradores afanados/as [i:fbfaa22f37]full time[/i:fbfaa22f37] en sacar a la luz el IMPONENTE mosaico geométrico del suelo! El sarcófago clásico en que se enterró a la emperatriz Irene en 1124 [b:fbfaa22f37]subsiste[/b:fbfaa22f37] también; pero, ha sido trasladado a Santa SofÃa.
La Historia del ascenso y la caÃda de esta maravilla de templo refleja, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], la [b:fbfaa22f37]grandeza[/b:fbfaa22f37], la [b:fbfaa22f37]crisis[/b:fbfaa22f37] y el COLAPSO de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] desde comienzos del XII hasta mediados del XV. Además de albergar los/as muertos/as de dos dinastÃas, incluÃa un ENORME monasterio, que proporcionaba a la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] su lugar principal de retiro, hospital y manicomio. Era un centro de [b:fbfaa22f37]beneficiencia[/b:fbfaa22f37], un centro de PODER del culto imperial y una escuela de [b:fbfaa22f37]identidad[/b:fbfaa22f37] bizantina; desde la cual, en el XV, el sacerdote Genadio [b:fbfaa22f37]desafió[/b:fbfaa22f37] los planes imperiales de aceptar la primacÃa del Padre Santo, allá en el [i:fbfaa22f37]caput mundi[/i:fbfaa22f37] ¡que, ya bárbaro, NO hablaba griego!
En el siglo XIII, damas y caballeros, cuando el imperio de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] se vió [b:fbfaa22f37]obligado[/b:fbfaa22f37] por los "[i:fbfaa22f37]peregrinos[/i:fbfaa22f37]" de la llamada [i:fbfaa22f37]IV Cruzada[/i:fbfaa22f37] a abandonar su capital, el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] se convirtió en el palacio de los gobernantes latinos usurpadores. Cuando los bizantinos reconquistaron la ciudad, en 1261, sus aliados genoveses INCENDIARON la mayor parte del edificio. Los monjes, de regreso, albergaban, ¡naturalmente!, una profundÃsima AVERSIÓN por todo lo latino. Cuando la última dinastÃa que imperó en la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], la de los Paleólogos, restauró la antigua influencia del lugar, adoptándolo como mausoleo de su propia familia, se convirtió en un baluarte de la PUREZA ortodoxa de una Iglesia cada vez [b:fbfaa22f37]más[/b:fbfaa22f37] dispuesta, frente a la hiper-creciente amenaza de los aparentemente invencibles conquistadores turcos, a llegar a compromisos con potenciales aliados de la Cristiandad occidental. La legendaria preferencia de Genadio, entre el Padre Santo y el sultán, en favor de éste, la compartÃan muchos/as de sus conciudadanos/as, lo cual, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], ayuda a explicar por QUÉ Istanbul es una capital turca [b:fbfaa22f37]islámica[/b:fbfaa22f37], hoy, y no griega o cristiana. La pregunta de una viaja canción: "[i:fbfaa22f37]¿por qué lo pasó mal Constantinopla?[/i:fbfaa22f37]", recibe la respuesta [b:fbfaa22f37]correcta[/b:fbfaa22f37] en la misma tonada: "[i:fbfaa22f37]fué cuestión de los turcos y de nadie más[/i:fbfaa22f37]".
La [b:fbfaa22f37]muerte[/b:fbfaa22f37] de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], sin embargo, fué lenta, lenta, LENTÃSIMA, con sÃntomas diversos..; y, serÃa altamente INGENUO, damas y caballeros, ¡suponer que la, digamos.., [i:fbfaa22f37]medicina occidental[/i:fbfaa22f37] la hubiese salvado! La [b:fbfaa22f37]gravedad[/b:fbfaa22f37] de los problemas del imperio y el amplio alcance de su identidad pueden percibirse, sÃganme.., en la que fué hermosÃsima iglesia de [i:fbfaa22f37]San Salvador[/i:fbfaa22f37], en Kora, entre las murallas de Constantino I y las teodosianas. Como el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37] que acabamos de admirar, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], fué fundada por los Conmenos; pero, su perÃodo de GLORIA, durante el cual volvieron a decorar los muros y la bóveda con espléndidas pinturas y maravillosos mosaicos que la hacen FAMOSÃSIMA hoy en dÃa, tuvo lugar en los años 20 y 30 del XIV. Para entonces, los futuros conquistadores del imperio llevaban más de una generación establecidos en su antiguo territorio... A los cinco años de la solemne consagración de la iglesia, la ciudad cercana de Bursa se convirtió en la capital [b:fbfaa22f37]otomana[/b:fbfaa22f37]. La [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] se hallaba [b:fbfaa22f37]rodeada[/b:fbfaa22f37].
El [b:fbfaa22f37]protector[/b:fbfaa22f37] que tan generosamente dotó la iglesia de Kora en tiempos TAN y tan [b:fbfaa22f37]angustiosos[/b:fbfaa22f37] era, damas y caballeros, un [b:fbfaa22f37]genuino[/b:fbfaa22f37] representante de los [b:fbfaa22f37]caballeros[/b:fbfaa22f37] bizantinos de su tiempo, excepto en lo ENORME de su magnificencia. [b:fbfaa22f37]Teodoro Metoquita[/b:fbfaa22f37] poseÃa los gustos del erudito y la vocación del [i:fbfaa22f37]hombre de Estado[/i:fbfaa22f37]. Su carrera en el servicio imperial culminó en 1321, año en que se terminó la nueva decoración del templo de Kora, con su nombramiento de [i:fbfaa22f37]Gran Logoteta[/i:fbfaa22f37] -de hecho, el [b:fbfaa22f37]jefe[/b:fbfaa22f37] del gobierno imperial-. Sus escritos, sobre devoción, TeologÃa, AstronomÃa y crÃtica literaria, sufrieron, acaso, por el tiempo que le robaban sus deberes oficiales... Pero, fueron notables por su [b:fbfaa22f37]abundancia[/b:fbfaa22f37] y, en sus comienzos, por su incesante [i:fbfaa22f37]recherche[/i:fbfaa22f37] de la ORIGINALIDAD y su [b:fbfaa22f37]nulo[/b:fbfaa22f37] interés por los [i:fbfaa22f37]themas[/i:fbfaa22f37] ya agotados por los [i:fbfaa22f37]classiques[/i:fbfaa22f37]. Afirmaba que el objetivo de su enciclopédica erudición consistÃa en "[i:fbfaa22f37]conducirse con INDEPENDENCIA, como los planetas; y, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] meramente en observar sus movimientos[/i:fbfaa22f37]". Llegó a [b:fbfaa22f37]deplorar[/b:fbfaa22f37] la vida que llevaba como polÃtico "[i:fbfaa22f37]arrastrado por la demente [b:fbfaa22f37]ambición[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]". Escapó de sus estrechos confines, al comienzo de su carrera, gracias a su trabajo literario, que le daba la [b:fbfaa22f37]esperanza[/b:fbfaa22f37] de la INMORTALIDAD en [b:fbfaa22f37]esta[/b:fbfaa22f37] vida; más tarde, orientó sus esfuerzos hacia la DEVOCIÓN y su visión hacia el CIELO. Cuando un golpe le quitó el acceso a la [i:fbfaa22f37]potestas[/i:fbfaa22f37] en 1328, buscó consuelo en la religión... En 1330, se hizo [b:fbfaa22f37]monje[/b:fbfaa22f37] de su propio monasterio, aunque Kora habÃa sido, ya mucho antes, su refugio intelectual y espiritual. "[i:fbfaa22f37]Este monasterio[/i:fbfaa22f37] -declaró- [i:fbfaa22f37]ha significado para mà MÃS que cualquier otra cosa en el mundo. Fué una obra de noble [b:fbfaa22f37]amor[/b:fbfaa22f37] por las cosas buenas y hermosas... Pensar en este monasterio era lo [b:fbfaa22f37]único[/b:fbfaa22f37] que ponÃa mi mente en una mejor disposición, elevándola por encima de todas las preocupaciones, haciéndola sentirse LIBRE de agobios y en [b:fbfaa22f37]paz[/b:fbfaa22f37], y permitiéndole funcionar BIEN[/i:fbfaa22f37]".
Su AMOR por Kora, damas y caballeros, era especialmente [b:fbfaa22f37]intenso[/b:fbfaa22f37]; pero, sus sentimientos tenÃan [b:fbfaa22f37]muchos[/b:fbfaa22f37] paralelos y su vocación era MUY tÃpica. Su amigo Ãntimo, Miguel Tornikes, compartió la trayectoria de su vida, desde la gloria mundana al retiro monástico, tras una hiper-triunfante carrera militar en los años 20 del XIV. La tumba del viejo soldado está, acompáñenme.., aquÃ, en el paraeclesión de Kora, rodeada, como ven, por una serie de pinturas que celebran los textos que se leÃan en las festividades de Nuestra Señora la Virgen MarÃa, y por "[i:fbfaa22f37]retratos[/i:fbfaa22f37]" de santos cuyas fiestas se compartÃan con las de la Madre de Dios Nuestro Señor. Lean, lean... "[i:fbfaa22f37]Por muchos aplausos que se reciban en este valle de lágrimas[/i:fbfaa22f37] -dice la inscripción funeral-[i:fbfaa22f37], cuando todos estén MUERTOS, Tornikes, hombre de una miriada de victorias, Gran Condestable, que yace enterrado aquÃ, los AVENGONZARÃ, amigo que esto lees, como un león avergüenza a los simios que lo imitan[/i:fbfaa22f37]".
¡Oh!; a este arrebato de infinito ORGULLO sigue, como pueden ver, una [b:fbfaa22f37]impresionante[/b:fbfaa22f37] lista de la virtudes del muerto... Pero, la inscripción, como pueden leer, termina asÃ: "[i:fbfaa22f37]y, dejando semejante gloriosa vida como un espléndido EJEMPLO, aquà yace entre humildes y anónimos huesos un pobre [b:fbfaa22f37]monje[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]".
¿Saben?; en opinión de la inmensa mayorÃa de los/as ciudadanos/as de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], el imperio [b:fbfaa22f37]dependÃa[/b:fbfaa22f37] de la protección de la Santa Virgen MarÃa; que, habÃa mantenido a los invasores -árabes, rusos, búlgaros...- más allá de las murallas de la capital, y en la que podÃa [b:fbfaa22f37]confiarse[/b:fbfaa22f37] para que rechazara, ya que no derrotara.., a los tártaros y turcos que, con el permiso divino, habÃan causado estragos en otros pueblos pecadores. la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] ¡[b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37] estaba exenta de [b:fbfaa22f37]castigo[/b:fbfaa22f37] por el azote de Dios Nuestro Señor!; pero, se habÃa salvado gracias a la intercesión de la MÃS poderosa de las protectoras celestiales. La palabra [u:fbfaa22f37][b:fbfaa22f37][i:fbfaa22f37]Kora[/i:fbfaa22f37][/b:fbfaa22f37][/u:fbfaa22f37] -que, dicho sea de paso, significa "[i:fbfaa22f37]lugar de morada celestial[/i:fbfaa22f37]"- probablemente aludÃa al [b:fbfaa22f37]vientre[/b:fbfaa22f37] de Nuestra Señora, "[i:fbfaa22f37]el contenedor de lo incontenible[/i:fbfaa22f37]", como dice, ¿se han fijado?, un mosaico del nártex del templo.
La decoración ordenada (y, pagada) por Metoquita reunÃa la colección MÃS completa de imágenes marianas: en el ciclo dedicado a ella, [u:fbfaa22f37]diecinueve[/u:fbfaa22f37] escenas de la vida de Nuestra Señora se anteponÃan a la Historia del nacimiento del Redentor. El nacimiento de la Santa Virgen MarÃa está precedido, fÃjense.., como el del propio Redentor, por una [b:fbfaa22f37]anunciación[/b:fbfaa22f37]. En las crujÃas del nártex interior aprende a caminar, los sacerdotes la bendicen, sus padres la acarician, los ángeles le dan de comer y, por elección divina, recibe lana [b:fbfaa22f37]púrpura[/b:fbfaa22f37] para hacer un velo con destino al templo. Después de su boda con San José, éste la deja sola en su casa y, lean la inscripción.., le dice: "[i:fbfaa22f37]mira, te dejo en mi casa mientras me voy a construir[/i:fbfaa22f37]". A su regreso, San José se enfrenta a un problema [b:fbfaa22f37]muy[/b:fbfaa22f37] humano: "[i:fbfaa22f37]MarÃa, ¿[b:fbfaa22f37]qué[/b:fbfaa22f37] es lo que has hecho?[/i:fbfaa22f37]" Las pinturas y mosaicos, como ven, fueron ejecutados por unos ARTISTAS con una [b:fbfaa22f37]brillantez[/b:fbfaa22f37] para nada superada e inspirados por su patrón con [b:fbfaa22f37]humanidad[/b:fbfaa22f37] y dramatismo inigualados.
Vamos a ver [i:fbfaa22f37]face to face[/i:fbfaa22f37] a Metoquita... Es aquÃ, en el mosaico que corona la puerta occidental de la iglesia... Postrado [i:fbfaa22f37]comme il faut[/i:fbfaa22f37] a las plantas de Dios Nuestro Señor, con un sobrecogido rostro levantado a medias, sÃ..; pero, ¡NO era tan y tan [b:fbfaa22f37]humilde[/b:fbfaa22f37] como para presentarse con la cabeza descubierta, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37]! Lleva, ostentosamente, su [i:fbfaa22f37]skiadion[/i:fbfaa22f37], el tocado propio de su altÃsimo cargo, una prenda [b:fbfaa22f37]exótica[/b:fbfaa22f37], blanca, muy y muy abultada, que hace que parezca, ¿no, damas y caballeros?, al menos a los ojos inexpertos.., ¡Cristo crucificado, un [b:fbfaa22f37]turco[/b:fbfaa22f37]!
¡Ah!; a pesar, [i:fbfaa22f37]mes amis/es[/i:fbfaa22f37], de las enormes, GIGANTESCAS [b:fbfaa22f37]diferencias[/b:fbfaa22f37] culturales que separaban la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37] de la horda otomana -la de conciencia cristiana e identidad islámica, la de experiencia imperial y tradición nómada, la de ADORACIÓN sin trabas de la mujer y valores de la [b:fbfaa22f37]virilidad[/b:fbfaa22f37]...-, estos vecinos [b:fbfaa22f37]hostiles[/b:fbfaa22f37] se iban pareciendo MÃS y más unos a otros, a finales de la llamada [i:fbfaa22f37]Edad Media[/i:fbfaa22f37]; e, [b:fbfaa22f37]intercambiaban[/b:fbfaa22f37] las influencias, como don Quijote y Sancho Panza o como los chinos y los [i:fbfaa22f37]khitan[/i:fbfaa22f37]. Incluso mientras rodeaban el territorio cada vez [b:fbfaa22f37]más[/b:fbfaa22f37] reducido del imperio, los turcos se [b:fbfaa22f37]contuvieron[/b:fbfaa22f37] largo tiempo antes de destruirlo. [b:fbfaa22f37]Halagaba[/b:fbfaa22f37] la [i:fbfaa22f37]vanitas[/i:fbfaa22f37] otomana mantener a emperadores de pretensiones ¡universales! como simples clientes que dependÃan, única y exclusivamente, de su [b:fbfaa22f37]misericordia[/b:fbfaa22f37]. El [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37] Juan V, que sufrió la abracadabrante INDIGNIDAD ¡de que lo detuvieran por [b:fbfaa22f37]deudas[/b:fbfaa22f37] en Venize, en 1379!, en su camino de regreso tras su conversión contemporizadora a la santa fe católica, apostólica y romana, ¡tuvo que contar con la ayuda turca para recobrar su trono!
¿Saben?; en 1403, un embajador de la piel de toro de paso por la ciudad pidió que lo acompañaran en una visita de la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], "[i:fbfaa22f37]de la villa, los templos y las reliquias[/i:fbfaa22f37]". Su [b:fbfaa22f37]primera[/b:fbfaa22f37] impresión fué de RIQUEZA; producida por las innumerables columnas y los muros de purÃsimo mármol y bellÃsimo jaspe, los hermosÃsimos tapices de seda, tantos y tantos mosaicos tan y tan rica y delicadamente labrados, las reliquias sin cuento montadas en oro y pedrerÃas y, ¡oh!, las [b:fbfaa22f37]dimensiones[/b:fbfaa22f37] de la iglesia de Santa Sofia, de modo que "[i:fbfaa22f37]si el visitante regresara dÃa tras dÃa, mirando todo lo que pudiera, al dÃa siguiente SIEMPRE tendrÃa nuevas cosas que ver[/i:fbfaa22f37]"... Luego visitó las [b:fbfaa22f37]defensas[/b:fbfaa22f37] de la ciudad, "[i:fbfaa22f37]encerrada por una muralla fuerte y alta, defendida por muchas torres poderosas[/i:fbfaa22f37]"... Pero, ¡ay!, al ir avanzando en su visita, percibió signos de evidente [b:fbfaa22f37]decadencia[/b:fbfaa22f37]: los barrios [b:fbfaa22f37]despoblados[/b:fbfaa22f37], abandonados a los trigales y huertos, los muchos y muchos edificios monumentales [b:fbfaa22f37]arruinados[/b:fbfaa22f37]... "[i:fbfaa22f37]Es EVIDENTE, sin embargo[/i:fbfaa22f37] -concluyó-[i:fbfaa22f37], que en tiempos pasados, cuando Constantinopla se hallaba en su condición original, [b:fbfaa22f37]era[/b:fbfaa22f37] una de las capitales más nobles del mundo[/i:fbfaa22f37]". El embajador iba de camino hacia la corte del jefe bárbaro Timur; que, habÃa [b:fbfaa22f37]aliviado[/b:fbfaa22f37] la presión de los turcos sobre la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], al [b:fbfaa22f37]derrotarlos[/b:fbfaa22f37] y ENJAULAR al sultán. El alivio, por eso, era, ¡ay!, sólo [b:fbfaa22f37]transitorio[/b:fbfaa22f37], damas y caballeros..; y, la sombra de los otomanos todavÃa parecÃa proyectarse amenazadoramente sobre la ciudad... El embajador admiró especialmente la enorme estatua de bronce de Justiniano I ([u:fbfaa22f37]cuatro[/u:fbfaa22f37] veces el tamaño natural...) que se alzaba delante de la catedral, en un alto zócalo. Le dijeron que se conmemoraba con tanto esplendor al emperador ¡"[i:fbfaa22f37]porque en su dÃa llevó a cabo muchas hazañas luchando contra los turcos[/i:fbfaa22f37]"! En realidad, como saben, las campañas de su reinado fueron contra los persas, los vándalos y los ostrogodos; y, hubieron de transcurrir [u:fbfaa22f37]dos[/u:fbfaa22f37] siglos antes de que apareciera un pueblo al que los griegos llamaron turco.
Cuando finalmente los otomanos perdieron la paciencia con la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37], el golpe se produjo rápida e INEVITABLEMENTE. el ascenso al sultanato de Mehmet II en 1451, a la edad de diecinueve años, puso [b:fbfaa22f37]término[/b:fbfaa22f37] a los consejos de prudencia... Se resentÃa por el dominio extranjero de una fortaleza que controlaba un estrecho [b:fbfaa22f37]vital[/b:fbfaa22f37] para las comunicaciones de su imperio. Se veÃa a sà mismo el joven y ambicioso sultán como un [i:fbfaa22f37]imperator[/i:fbfaa22f37] romano. Se preparó la toma de la ciudad con TODOS los artefactos del arte de la ingenierÃa de sitio. A ambas orillas del Bósforo se erigieron ENORMES fuertes a los que llamaron [i:fbfaa22f37]castillo de Europa[/i:fbfaa22f37] y [i:fbfaa22f37]castillo de Asia[/i:fbfaa22f37], a fin de [b:fbfaa22f37]cortar[/b:fbfaa22f37] el acceso al estrecho. Para abatir las legendarias murallas teodosianas se empleó la artillerÃa MÃS pesada que jamás se hubiera fundido hasta entonces. Se transportaron por tierra, ¡desmontados!, los buques que debÃan rebasar las barreras de los defensores... Pero, a fin de cuentas, damas y caballeros, lo que resultó DECISIVO fué la [b:fbfaa22f37]enorme[/b:fbfaa22f37] diferencia en el [b:fbfaa22f37]número[/b:fbfaa22f37] de combatientes... Los atacantes atravesaban las brechas pasando sobre los cuerpos de sus camaradas muertos. El cadáver del último [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37], un valiente que goza de fama inmortal, se pudo identificar únicamente por las águilas grabadas en las grebas de su armadura y, sobre todo, porque su calzado y su ropa interior era, como toca y procede a la [i:fbfaa22f37]sangre azul[/i:fbfaa22f37] que remonta su timbre y su [i:fbfaa22f37]pedigree[/i:fbfaa22f37] al mismÃsimo gran César, de inmaculada PÚRPURA.
NO: no hubo ni un sólo signo que Nuestra Señora estuviese por la labor, [b:fbfaa22f37]no[/b:fbfaa22f37]...
Quizá -es sólo una suposición Ãntima...- porque, si bien es cierto que ¡NADIE [b:fbfaa22f37]veneró[/b:fbfaa22f37] jamás como la [i:fbfaa22f37]Nueva Roma[/i:fbfaa22f37]! (¡oh, el [i:fbfaa22f37]Pantócrator[/i:fbfaa22f37]!, ¡oh, Kora!, ¡oh, Santa SofÃa!); también es verdad como que hay sol que alumbra todos los dÃas que, ¡ay!, se ADORARON paganamente (¡¡ay, ciego Metoquita!, ¡ay, infeliz Tornikes!, ¡ay, dementes [i:fbfaa22f37]basileus[/i:fbfaa22f37]!) a [i:fbfaa22f37]dioses[/i:fbfaa22f37] que NUNCA han estado ni estarán en el empireo.
Y, Nuestra Señora [b:fbfaa22f37]sabe[/b:fbfaa22f37] que el [b:fbfaa22f37]primer[/b:fbfaa22f37] mandamiento dice taxativamente: "[i:fbfaa22f37]NO tendrás otro DIOS que [b:fbfaa22f37]Dios Nuestro Señor[/b:fbfaa22f37][/i:fbfaa22f37]".
Y que, lo demás, ¡oh, lo demás..!, ¡tanto y tanto ABSURDO gasto en lo demás, damas y caballeros!; que, ¡no llega ni a pobre [i:fbfaa22f37]atrezzo[/i:fbfaa22f37]!
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2005, 0052 hs. a.m.
