05-16-2004, 08:20 AM
La [i:da89f5a78e]Constitution[/i:da89f5a78e] del año II ([i:da89f5a78e]ergo[/i:da89f5a78e], 1793) había proclamado en la France la [b:da89f5a78e]libertad de cultos[/b:da89f5a78e], a pesar de lo cual el [i:da89f5a78e]Comité de Salut Publique[/i:da89f5a78e] inició una inmediata campaña persecutoria; sobre todo, contra el culto, a su perversa manera de ver, peor de todos: el [b:da89f5a78e]católico[/b:da89f5a78e].
Una de las primeras medidas de, digamos.., [i:da89f5a78e]descatolización[/i:da89f5a78e] consistió en la [b:da89f5a78e]supresión[/b:da89f5a78e], como se sabe [i:da89f5a78e]en masse[/i:da89f5a78e], del calendario gregoriano y su sustitución por el llamado [i:da89f5a78e]calendrier révolutionnaire[/i:da89f5a78e]; junto con otros decretos de tinte evidentemente [b:da89f5a78e]fanático[/b:da89f5a78e] (obligatoriedad del casamiento de los clérigos, cambio de los topónimos alusivos a santos/as, autorización a las [i:da89f5a78e]communes[/i:da89f5a78e] de suprimir las instituciones religiosas y directas [b:da89f5a78e]amenazas[/b:da89f5a78e] de deportación tanto para el llamado [i:da89f5a78e]clergé constitutionnel[/i:da89f5a78e] como al que se llamaba [i:da89f5a78e]réfractaire[/i:da89f5a78e]), decretos que dieron paso a la herética y cobarde declaración, ante la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e], del llamado [i:da89f5a78e]évêque constitutionnel[/i:da89f5a78e] de París, aquel Gobel de lamentable memoria, de que "[i:da89f5a78e]pas dautre culte public et national que le culte de la LIBERTÉ et la ÉGALITÉ[/i:da89f5a78e]".
La chusma hebertista había sido la [b:da89f5a78e]principal[/b:da89f5a78e] impulsora del, como poco.., hiper-extravagante culto a la razón..; por lo que, al día siguiente de la declaración del tal Gobel, Hébert y Chaumette propusieron celebrar para el [i:da89f5a78e]decadi[/i:da89f5a78e] (es decir, la fiesta que aquellos simplones salvajes habían puesto para sustituir al domingo...) siguiente una grandiosa [i:da89f5a78e]fête de précepte[/i:da89f5a78e] en honor de la razón, que se llevaría a cabo en lo que ellos, absurdos y tope ridículos, se entestaban en llamar [i:da89f5a78e]Église Métropolitaine[/i:da89f5a78e] (o sea, lo que nunca, ¡por supuesto!, dejó de ser Notre-Dame...).
Así pues, el 10 de noviembre de 1793, una [b:da89f5a78e]mujerzuela[/b:da89f5a78e] (la Historia nos dice que la tal [i:da89f5a78e]mademoiselle[/i:da89f5a78e] Aubry se ganaba los garbanzos en la ópera..; pero, es obvio que para prestarse a semejante blasfemia cutre ¡hay que ser [b:da89f5a78e]todo[/b:da89f5a78e] menos una dama como la mamá de cada una enseña!), con vestido [i:da89f5a78e]blanc[/i:da89f5a78e], mantón [i:da89f5a78e]bleu[/i:da89f5a78e] y gorro [i:da89f5a78e]rouge[/i:da89f5a78e] (los [i:da89f5a78e]couleurs révolutionnaires[/i:da89f5a78e], ya saben...), y, al parecer.., queriendo significar ¡ni más ni menos que la RAZÓN!, aparecía sobre una aparatosa y más que chistosa [i:da89f5a78e]extravagance[/i:da89f5a78e]: un estrado de cartón-piedra (que, representaba así como una montaña...). La, ¡ay!, [i:da89f5a78e]déesse[/i:da89f5a78e] aparecía rodeada de pendones que ¡hacían de doncellas! también vestidas, ¡QUÉ ironía!, de [i:da89f5a78e]blanc[/i:da89f5a78e] y con cinturones tricolores, algunas de las cuales sostenían bustos de Voltaire, Rousseau y Franklin.
Ante las correspondientes hordas de fétida chusma, comenzó la [i:da89f5a78e]cérémonie[/i:da89f5a78e] con el canto del [i:da89f5a78e]Hymne a la Liberté[/i:da89f5a78e] (con música de Gossec y letra de Marie-Joseph Chénier).
Tras aquella demente RIDICULEZ, la chusma se congregó ante la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e]; donde aquella BESTIA, el ex-capuchino Chabot, hizo decretar que la iglesia de Notre-Dame sería llamada a partir de entonces y [i:da89f5a78e]saecula saeculorum[/i:da89f5a78e] así: [i:da89f5a78e]Temple de la Raison[/i:da89f5a78e]. El libertinaje (que, se prolongó toda la noche...) tuvo tantísimo éxito que la [i:da89f5a78e]fête[/i:da89f5a78e] ¡volvió a repetirse en presencia de [b:da89f5a78e]todos[/b:da89f5a78e] los miembros de la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e]!
El día 23 la [i:da89f5a78e]Commune[/i:da89f5a78e] decidió la [b:da89f5a78e]clausura[/b:da89f5a78e] de [b:da89f5a78e]todas[/b:da89f5a78e] las iglesias de París.
Mas...
El culto de la razón [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] encontraba eco alguno en las poblaciones de provincia..; y, sobre todo, [b:da89f5a78e]molestaba[/b:da89f5a78e] en grado sumo al peripuestísimo Robespierre (quien veía en semejantes sandeces el peligroso germen de la [b:da89f5a78e]anarquía[/b:da89f5a78e] -como discípulo de Rousseau, Robespierre [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] era religioso..; pero, [b:da89f5a78e]creía[/b:da89f5a78e] en la existencia de [i:da89f5a78e]lÊtre suprême[/i:da89f5a78e] que habría creado a toda la humanidad para la igualdad y la dicha...-). Éste, el 8 de diciembre hizo promulgar una ley que establecía de nuevo la libertad de cultos (ley ésta que, por cierto, [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] llegó a ser aplicada...).
Pero, con la caida en desgracia y la sangrienta desaparición de la chusma hebertista, aquel culto a la razón simplemente LANGUIDECIÓ (¡Robespierre -"[i:da89f5a78e]quien a hierro mata, a hierro muere...[/i:da89f5a78e]"-, que había esperado la liquidación de sus enemigos de la [i:da89f5a78e]gauche[/i:da89f5a78e] para imponer el culto a [i:da89f5a78e]l´Être suprême[/i:da89f5a78e], será posteriormente acusado por esta razón de intentar la imposición de una dictadura!) hasta desaparecer por completo.
Porque "[i:da89f5a78e]lo que NO puede ser, NO puede ser; y, además, es IMPOSIBLE[/i:da89f5a78e]"...
Siempre, sin duda, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
16/05/2004, 0020 hs. a.m.
Una de las primeras medidas de, digamos.., [i:da89f5a78e]descatolización[/i:da89f5a78e] consistió en la [b:da89f5a78e]supresión[/b:da89f5a78e], como se sabe [i:da89f5a78e]en masse[/i:da89f5a78e], del calendario gregoriano y su sustitución por el llamado [i:da89f5a78e]calendrier révolutionnaire[/i:da89f5a78e]; junto con otros decretos de tinte evidentemente [b:da89f5a78e]fanático[/b:da89f5a78e] (obligatoriedad del casamiento de los clérigos, cambio de los topónimos alusivos a santos/as, autorización a las [i:da89f5a78e]communes[/i:da89f5a78e] de suprimir las instituciones religiosas y directas [b:da89f5a78e]amenazas[/b:da89f5a78e] de deportación tanto para el llamado [i:da89f5a78e]clergé constitutionnel[/i:da89f5a78e] como al que se llamaba [i:da89f5a78e]réfractaire[/i:da89f5a78e]), decretos que dieron paso a la herética y cobarde declaración, ante la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e], del llamado [i:da89f5a78e]évêque constitutionnel[/i:da89f5a78e] de París, aquel Gobel de lamentable memoria, de que "[i:da89f5a78e]pas dautre culte public et national que le culte de la LIBERTÉ et la ÉGALITÉ[/i:da89f5a78e]".
La chusma hebertista había sido la [b:da89f5a78e]principal[/b:da89f5a78e] impulsora del, como poco.., hiper-extravagante culto a la razón..; por lo que, al día siguiente de la declaración del tal Gobel, Hébert y Chaumette propusieron celebrar para el [i:da89f5a78e]decadi[/i:da89f5a78e] (es decir, la fiesta que aquellos simplones salvajes habían puesto para sustituir al domingo...) siguiente una grandiosa [i:da89f5a78e]fête de précepte[/i:da89f5a78e] en honor de la razón, que se llevaría a cabo en lo que ellos, absurdos y tope ridículos, se entestaban en llamar [i:da89f5a78e]Église Métropolitaine[/i:da89f5a78e] (o sea, lo que nunca, ¡por supuesto!, dejó de ser Notre-Dame...).
Así pues, el 10 de noviembre de 1793, una [b:da89f5a78e]mujerzuela[/b:da89f5a78e] (la Historia nos dice que la tal [i:da89f5a78e]mademoiselle[/i:da89f5a78e] Aubry se ganaba los garbanzos en la ópera..; pero, es obvio que para prestarse a semejante blasfemia cutre ¡hay que ser [b:da89f5a78e]todo[/b:da89f5a78e] menos una dama como la mamá de cada una enseña!), con vestido [i:da89f5a78e]blanc[/i:da89f5a78e], mantón [i:da89f5a78e]bleu[/i:da89f5a78e] y gorro [i:da89f5a78e]rouge[/i:da89f5a78e] (los [i:da89f5a78e]couleurs révolutionnaires[/i:da89f5a78e], ya saben...), y, al parecer.., queriendo significar ¡ni más ni menos que la RAZÓN!, aparecía sobre una aparatosa y más que chistosa [i:da89f5a78e]extravagance[/i:da89f5a78e]: un estrado de cartón-piedra (que, representaba así como una montaña...). La, ¡ay!, [i:da89f5a78e]déesse[/i:da89f5a78e] aparecía rodeada de pendones que ¡hacían de doncellas! también vestidas, ¡QUÉ ironía!, de [i:da89f5a78e]blanc[/i:da89f5a78e] y con cinturones tricolores, algunas de las cuales sostenían bustos de Voltaire, Rousseau y Franklin.
Ante las correspondientes hordas de fétida chusma, comenzó la [i:da89f5a78e]cérémonie[/i:da89f5a78e] con el canto del [i:da89f5a78e]Hymne a la Liberté[/i:da89f5a78e] (con música de Gossec y letra de Marie-Joseph Chénier).
Tras aquella demente RIDICULEZ, la chusma se congregó ante la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e]; donde aquella BESTIA, el ex-capuchino Chabot, hizo decretar que la iglesia de Notre-Dame sería llamada a partir de entonces y [i:da89f5a78e]saecula saeculorum[/i:da89f5a78e] así: [i:da89f5a78e]Temple de la Raison[/i:da89f5a78e]. El libertinaje (que, se prolongó toda la noche...) tuvo tantísimo éxito que la [i:da89f5a78e]fête[/i:da89f5a78e] ¡volvió a repetirse en presencia de [b:da89f5a78e]todos[/b:da89f5a78e] los miembros de la [i:da89f5a78e]Convention[/i:da89f5a78e]!
El día 23 la [i:da89f5a78e]Commune[/i:da89f5a78e] decidió la [b:da89f5a78e]clausura[/b:da89f5a78e] de [b:da89f5a78e]todas[/b:da89f5a78e] las iglesias de París.
Mas...
El culto de la razón [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] encontraba eco alguno en las poblaciones de provincia..; y, sobre todo, [b:da89f5a78e]molestaba[/b:da89f5a78e] en grado sumo al peripuestísimo Robespierre (quien veía en semejantes sandeces el peligroso germen de la [b:da89f5a78e]anarquía[/b:da89f5a78e] -como discípulo de Rousseau, Robespierre [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] era religioso..; pero, [b:da89f5a78e]creía[/b:da89f5a78e] en la existencia de [i:da89f5a78e]lÊtre suprême[/i:da89f5a78e] que habría creado a toda la humanidad para la igualdad y la dicha...-). Éste, el 8 de diciembre hizo promulgar una ley que establecía de nuevo la libertad de cultos (ley ésta que, por cierto, [b:da89f5a78e]no[/b:da89f5a78e] llegó a ser aplicada...).
Pero, con la caida en desgracia y la sangrienta desaparición de la chusma hebertista, aquel culto a la razón simplemente LANGUIDECIÓ (¡Robespierre -"[i:da89f5a78e]quien a hierro mata, a hierro muere...[/i:da89f5a78e]"-, que había esperado la liquidación de sus enemigos de la [i:da89f5a78e]gauche[/i:da89f5a78e] para imponer el culto a [i:da89f5a78e]l´Être suprême[/i:da89f5a78e], será posteriormente acusado por esta razón de intentar la imposición de una dictadura!) hasta desaparecer por completo.
Porque "[i:da89f5a78e]lo que NO puede ser, NO puede ser; y, además, es IMPOSIBLE[/i:da89f5a78e]"...
Siempre, sin duda, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
16/05/2004, 0020 hs. a.m.