Biografia y vida de Jesús o Jesucristo

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Breve Biografia de Jesús o Jesucristo

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Personaje central de los Evangelios, en torno al cual surgió la religión cristiana, que le adora como Hijo de Dios. Las fuentes. Pueden citarse como fuentes históricas no cristianas sobre Jesús las Antigüedades judaicas (93-94) de Flavio Josefo, la Carta a Trajano de Plinio el Joven (112), los Anales de Tácito ( c. 117) y la Vida de Claudio de Suetonio (120). También aportan datos los testimonios que aparecen en distintos escritos rabínicos recopilados, y el reflejo de las polémicas con paganos y judíos de los escritos cristianos antiguos. En todos ellos, entre anécdotas polémicas, se reconoce que Jesús existió como judío de Nazaret en la época y lugares que la tradición señala, que actuó como rabí con pretensiones de profeta, y que se le atribuyeron muchos milagros, así como que murió en la cruz en tiempos de Poncio Pilatos y que sus discípulos quisieron continuar su obra basándose en la experiencia y la idea de que había resucitado. Los cuatro Evangelios, la principal fuente de que disponen los historiadores sobre Jesús, no son, en sentido estricto, una historia de Jesús, sino un anuncio de fe. Los autores de los Evangelios seleccionaron y organizaron los documentos utilizados en su redacción en función de sus intenciones y perspectivas teológicas. Por lo tanto, resulta muy problemático escribir una vida de Jesús, en el sentido científico de este término. Lo único que se puede hacer es reconstruir a grandes rasgos la existencia del personaje. La cronología . La fecha de nacimiento de Jesús supone el punto de referencia y cálculo de la llamada cronología absoluta , que consiste en referir el resto de los acontecimientos que se han ido sucediendo siguiendo un riguroso calendario concebido a partir de dicho supuesto (años antes y después de Cristo): de ahí su importancia. Para establecer el año del nacimiento de Jesús, no son aceptables en la actualidad los cálculos de Dionisio el Exiguo, ni tampoco los de Lucas, que, en un mismo contexto, relata que Jesús empezó su ministerio el año decimoquinto del Imperio de Tiberio (28 d.J.C.), cuando contaba con 30 años de edad. Esto llevaría a situar la fecha de nacimiento antes del 2 a.J.C. Esta fecha debe retrasarse puesto que Jesús nació antes de la muerte de Herodes (4 a.J.C.). Sí podemos, sin embargo, establecer con mayor certeza la fecha de su muerte, 7 de abril del año 30, año en que la Pascua judía (14 de Nisán, según el calendario israelita) se celebró en viernes. Si dejamos de lado estas fechas, no es posible, en principio, datar los distintos actos de la vida de Jesús; el mismo orden en que aparecen en los Evangelios se funda más en presupuestos literarios y doctrinales que en una preocupación directamente cronológica. La predicación de Jesús. Tras encontrarse con Juan el Bautista y hacerse bautizar por él en el Jordán, Jesús comenzó la predicación de la instauración del Reino de Dios. La crítica literaria acepta como auténticas una buena parte de las palabras de Jesús recogidas en los Evangelios. Jesús relacionó la llegada del Reino de Dios con la venida en majestad del Hijo del Hombre (él mismo) y con la resurrección. Afirmaba, además, que este Reino se construye a partir de la realidad presente, en la medida en que los hombres se deciden por él. Otro tema fundamental de la enseñanza de Jesús es la paternidad divina, basada, por parte de Jesús, en una profunda experiencia de lo divino. Buena parte de las enseñanzas de Jesús sobre el comportamiento humano están reunidas en el Sermón de la Montaña. Para Jesús, todos los preceptos de la Ley se reducían a amar a Dios y al prójimo. Inicialmente, la predicación de Jesús tuvo como marco Galilea, en el N de Palestina, de donde él era originario. Allí reunió a sus primeros discípulos y su mensaje encontró eco. Se calcula que la predicación en Galilea duró entre uno y tres años. Tomando como base el cuarto Evangelio, se considera generalmente que duró dos años y algunos meses, aproximadamente. Después de esta predicación en Galilea, se produjo el enfrentamiento entre Jesús y los jefes religiosos de su tiempo. Para éstos, el escándalo se centraba en la anunciada destrucción del templo, lo que suponía el fin de las instituciones sagradas, consideradas inmutables. No hay que olvidar tampoco que el Reino de Dios, contenido del mensaje de Jesús, tenía para sus contemporáneos claras resonancias políticas, al estar asociado en la tradición judía a un cambio político fundamental. Para los romanos el delito consistía en presentarse como el esperado Rey de los judíos. Las tensiones surgidas cuando llegó Jesús a Jerusalén, en vísperas de la Pascua, desembocaron en su detención a instancias de los dirigentes judíos. Finalmente Jesús fue condenado a morir en la cruz como agitador político por la autoridad romana, representada por el procurador Poncio Pilatos. Los evangelios presentan la pasión y muerte de Jesús como culminación de lo que había sido su vida: una obediencia al Padre y una entrega a la salvación de los hombres. El Jesús de la fe. El entierro de Jesús no supuso el fin de su obra. Sus discípulos afirmaron después haberlo visto vivo. Aunque predicaron una resurrección corporal, no sólo simbólica, de Jesús, ésta se insertaba ya en el dominio de la fe. Las apariciones tuvieron para ellos suficiente evidencia como para rehacer su fe y darle un nuevo fundamento. De hecho, los evangelistas vieron y sintieron las palabras y la obra de Jesús desde esta nueva perspectiva de su resurrección. A la luz de ésta, las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento encontraron una nueva dimensión. Los discípulos entendieron que su maestro era el Hijo Unigénito de Dios, igual al Padre. De este modo el Cristo de la fe desplazó al Jesús histórico. Surgió así una nueva religión, el cristianismo, cuyos adeptos se agruparon en la Iglesia. La fe de la primitiva Iglesia se iría formulando de modo sistemático en los siglos posteriores. Ante las posiciones del arrianismo, nestorianismo y monofisismo, los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia definieron la divinidad (engendrado no creado, de la misma naturaleza que el Padre) y la humanidad de Jesús (de la misma naturaleza que nosotros, semejante en todo a nosotros menos en el pecado).

Bibliografia: Biografia Multimedia Protagonistas de la Historia.

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