05-16-2004, 06:14 AM
El invierno era CRUDO..; pero, a pesar de ello, un feo hombre que aún no había cumplido treinta años (con "[i:97218747d6]ese cuello singularmente dislocado, esos hombros encogidos y encorvados, esos ojos salvajes e inquietos, ese andar oscilante, ese modo altivo de pegar su prominente nariz, esas expresiones faciales ridículas, esa risa nerviosa e incontrolada, esa cabeza siempre inclinándose en señal de aprobación, y ese hablar vacilante[/i:97218747d6]"; que nos dice su compañero de clase, San Gregorio Nacianceno...), último rescoldo de la sangre constantinea, dueño ya de la púrpura, [b:97218747d6]esperó[/b:97218747d6], horas y horas, de LUTO riguroso, al frente del Senado en pleno y de todos los patricios romanos, el cadáver del emperador muerto de fiebre en Tarso el 3 de noviembre de 361, a los cuarenta y cuatro años, cuando se preparaba para DESTROZAR los ejércitos de quien ahora ¡iba a [b:97218747d6]presidir[/b:97218747d6] su entierro..!
[i:97218747d6]Vanitas vanitatis et omnia vanitas[/i:97218747d6]...
El fallecido Constancio I, junto con sus hermanos (Constantino II y Constante I -dicho sea de paso, la falta de imaginación de su padre en cuestiones onomásticas ha dado más de un quebradero de cabeza a algún especialista...-), había sumido en un baño de SANGRE la estirpe de Constantino I. Cuéntase que, cuando decidieron la muerte del hermanastro de su padre -recordaba ahora el hijo de Julio Constancio, presidiendo el duelo...-, estaban engolfados en una enorme BORRACHERA: gozaban del vigor de unos rubios prisioneros germanos mientras enviaban esbirros a [b:97218747d6]segar[/b:97218747d6] el aire ¡a su propia sangre!
Lloró, como tocaba, cuando el inmenso ataúd cubierto de púrpura de su imperial antecesor fué depositado en el puerto... Enfiló la solemne procesión, a su indicación, hasta la [i:97218747d6]Mese[/i:97218747d6]; donde, cabizbajo, escuchó, ante la columna de pórfido donde el hacha de Noé acompañaba la figura de Atenea sacada por Eneas de la mítica Troya y las cestas y los restos de los panes con los que el Redentor alimentó a la multitud, las ruegos que, por un soberano arriano, pronunciaba un patriarca católico. Cien metros arriba, Constantino I, cuerpo de Apolo y en la mano la mismísima Veracruz, contemplaba la inmensa multitud que llegaba hasta el Hipódromo rezando, cada uno a su dios.., por la CONTINUIDAD...
Continuó el cortejo fúnebre, en medio del DOLOR romano, hasta llegar a la iglesia de los Santos Apóstoles...
¡La iglesia de los Santos Apóstoles..!
Tras un reinado de treinta y un años, Constantino I murió al mediodía del domingo de Pentecostés, el 22 de mayo de 337, poco después de haberse hecho bautizar por el obispo ARRIANO de Nicomedia. Su cuerpo fué colocado en un ataúd de [b:97218747d6]oro[/b:97218747d6] revestido de púrpura..; y, después de TRES meses y medio de estar expuesto a la [b:97218747d6]veneración[/b:97218747d6] de sus súbditos -en los que el ceremonial de la corte funcionó como si estuviese presente...-, en medio de una ceremonia realmente EXTRAORDINARIA, fué llevado, flanqueado de compañías y compañías de lanceros e infantería impecablemente armada, desde el Palacio Sagrado al [i:97218747d6]Milión[/i:97218747d6] y desde allí a aquella iglesia, donde, previsor.., sigamos al maestro Eusebio.., "[i:97218747d6]hizo se colocaran doce sarcófagos (...), como pilares sagrados (...), y, en el centro de éstos, fué colocado el suyo, con seis a cada lado[/i:97218747d6]". Allí, aquel que se llamó a sí mismo [i:97218747d6]Isapostolos[/i:97218747d6] (ergo, [i:97218747d6]igual a los Apóstoles[/i:97218747d6]) fué depositado (a título meramente anecdótico, decir que, de [b:97218747d6]todos[/b:97218747d6] aquellos sarcófagos y de los restos de Constantino I mismo, NADA queda ya...).
Allí llegó, también, la procesión con los restos de su último hijo (los otros, habían muerto ya...). Juliano I, el hijo del asesinado Julio Constancio, ahora indiscutido [i:97218747d6]IMPERATOR[/i:97218747d6], ocupó su lugar correspondiente en aquel templo a la -"[i:97218747d6]hasta ahora[/i:97218747d6]", pensó el último emperador que adoró a Júpiter...- religión del trono donde se iba a pedir perdón por las culpas y descanso eterno para el ASESINO de su padre... Dicen que fué la ÚLTIMA vez que entró en un templo cristiano.
Pero, ENTRÓ.
Aquello de "[i:97218747d6]el rey ha muerto, viva el rey[/i:97218747d6]" lo PRECISABA... Y, todo aquel populacho, MIRANDO.., también.
Quizá [b:97218747d6]no[/b:97218747d6] sea cierto que el apóstata Juliano I, en el momento de su muerte (viudo y sin hijos), diecinueve meses y medio después, allá por los páramos de la persa Samarra, dijera aquello de "[i:97218747d6]¡tú has ganado, Galileo![/i:97218747d6]"..; pero, lo que es hiper-seguro es que no gritaba "[i:97218747d6]¡NO a la GUERRA, ¡NO a la GUERRA!, ¡NO a la GUERRA![/i:97218747d6]" (NO era cristiano...) y estaba [b:97218747d6]seguro[/b:97218747d6] desde hacia la tira (quizá desde el entierro de su antecesor...) que, fuera como fuera, Roma saldría adelante y CONTINUARÍA.
No me gustaría finalizar sin indicar que UNA de las razones de esta nota es hacer patente que, por ejemplo, por supuesto comprobando [i:97218747d6]comme il faut[/i:97218747d6] hasta el color de pelo de los chavalitos con quienes se lo montaban los hijos de Constantino I, puede uno intentar ponerse AMENO sin anacronismos, sin inexactitudes y, sobre todo, sin inventar nada de nada....
Siempre a su disposición, [i:97218747d6]mes amis/es[/i:97218747d6].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 2214 hs. p.m.
[i:97218747d6]Vanitas vanitatis et omnia vanitas[/i:97218747d6]...
El fallecido Constancio I, junto con sus hermanos (Constantino II y Constante I -dicho sea de paso, la falta de imaginación de su padre en cuestiones onomásticas ha dado más de un quebradero de cabeza a algún especialista...-), había sumido en un baño de SANGRE la estirpe de Constantino I. Cuéntase que, cuando decidieron la muerte del hermanastro de su padre -recordaba ahora el hijo de Julio Constancio, presidiendo el duelo...-, estaban engolfados en una enorme BORRACHERA: gozaban del vigor de unos rubios prisioneros germanos mientras enviaban esbirros a [b:97218747d6]segar[/b:97218747d6] el aire ¡a su propia sangre!
Lloró, como tocaba, cuando el inmenso ataúd cubierto de púrpura de su imperial antecesor fué depositado en el puerto... Enfiló la solemne procesión, a su indicación, hasta la [i:97218747d6]Mese[/i:97218747d6]; donde, cabizbajo, escuchó, ante la columna de pórfido donde el hacha de Noé acompañaba la figura de Atenea sacada por Eneas de la mítica Troya y las cestas y los restos de los panes con los que el Redentor alimentó a la multitud, las ruegos que, por un soberano arriano, pronunciaba un patriarca católico. Cien metros arriba, Constantino I, cuerpo de Apolo y en la mano la mismísima Veracruz, contemplaba la inmensa multitud que llegaba hasta el Hipódromo rezando, cada uno a su dios.., por la CONTINUIDAD...
Continuó el cortejo fúnebre, en medio del DOLOR romano, hasta llegar a la iglesia de los Santos Apóstoles...
¡La iglesia de los Santos Apóstoles..!
Tras un reinado de treinta y un años, Constantino I murió al mediodía del domingo de Pentecostés, el 22 de mayo de 337, poco después de haberse hecho bautizar por el obispo ARRIANO de Nicomedia. Su cuerpo fué colocado en un ataúd de [b:97218747d6]oro[/b:97218747d6] revestido de púrpura..; y, después de TRES meses y medio de estar expuesto a la [b:97218747d6]veneración[/b:97218747d6] de sus súbditos -en los que el ceremonial de la corte funcionó como si estuviese presente...-, en medio de una ceremonia realmente EXTRAORDINARIA, fué llevado, flanqueado de compañías y compañías de lanceros e infantería impecablemente armada, desde el Palacio Sagrado al [i:97218747d6]Milión[/i:97218747d6] y desde allí a aquella iglesia, donde, previsor.., sigamos al maestro Eusebio.., "[i:97218747d6]hizo se colocaran doce sarcófagos (...), como pilares sagrados (...), y, en el centro de éstos, fué colocado el suyo, con seis a cada lado[/i:97218747d6]". Allí, aquel que se llamó a sí mismo [i:97218747d6]Isapostolos[/i:97218747d6] (ergo, [i:97218747d6]igual a los Apóstoles[/i:97218747d6]) fué depositado (a título meramente anecdótico, decir que, de [b:97218747d6]todos[/b:97218747d6] aquellos sarcófagos y de los restos de Constantino I mismo, NADA queda ya...).
Allí llegó, también, la procesión con los restos de su último hijo (los otros, habían muerto ya...). Juliano I, el hijo del asesinado Julio Constancio, ahora indiscutido [i:97218747d6]IMPERATOR[/i:97218747d6], ocupó su lugar correspondiente en aquel templo a la -"[i:97218747d6]hasta ahora[/i:97218747d6]", pensó el último emperador que adoró a Júpiter...- religión del trono donde se iba a pedir perdón por las culpas y descanso eterno para el ASESINO de su padre... Dicen que fué la ÚLTIMA vez que entró en un templo cristiano.
Pero, ENTRÓ.
Aquello de "[i:97218747d6]el rey ha muerto, viva el rey[/i:97218747d6]" lo PRECISABA... Y, todo aquel populacho, MIRANDO.., también.
Quizá [b:97218747d6]no[/b:97218747d6] sea cierto que el apóstata Juliano I, en el momento de su muerte (viudo y sin hijos), diecinueve meses y medio después, allá por los páramos de la persa Samarra, dijera aquello de "[i:97218747d6]¡tú has ganado, Galileo![/i:97218747d6]"..; pero, lo que es hiper-seguro es que no gritaba "[i:97218747d6]¡NO a la GUERRA, ¡NO a la GUERRA!, ¡NO a la GUERRA![/i:97218747d6]" (NO era cristiano...) y estaba [b:97218747d6]seguro[/b:97218747d6] desde hacia la tira (quizá desde el entierro de su antecesor...) que, fuera como fuera, Roma saldría adelante y CONTINUARÍA.
No me gustaría finalizar sin indicar que UNA de las razones de esta nota es hacer patente que, por ejemplo, por supuesto comprobando [i:97218747d6]comme il faut[/i:97218747d6] hasta el color de pelo de los chavalitos con quienes se lo montaban los hijos de Constantino I, puede uno intentar ponerse AMENO sin anacronismos, sin inexactitudes y, sobre todo, sin inventar nada de nada....
Siempre a su disposición, [i:97218747d6]mes amis/es[/i:97218747d6].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 2214 hs. p.m.