04-21-2005, 08:26 AM
En la OCTAVA luctosísima jornada de las [b:039cfa55c9]novemdiales[/b:039cfa55c9], hermanas y hermanos míos en Dios Nuestro Señor, se nos ha recordado que es público y notorio que, para TODO aquello que palpita en este valle de lágrimas, hay reservado un [u:039cfa55c9]JUICIO[/u:039cfa55c9]; y, que, [b:039cfa55c9]sin[/b:039cfa55c9] duda alguna, se ha de ser reo de [b:039cfa55c9]castigo[/b:039cfa55c9] eterno o de, más que eterna recompensa, eterno [b:039cfa55c9]premio[/b:039cfa55c9].
"[i:039cfa55c9]Y, le [b:039cfa55c9]arrojó[/b:039cfa55c9] Dios Nuestro Señor del Paraíso, a labrar la tierra de que había sido tomado. [b:039cfa55c9]Expulsó[/b:039cfa55c9] al ser humano; y, puso delante del Paraíso un querubín, que blandía flameante espada, para guardar el camino del árbol de la vida...[/i:039cfa55c9]" (Génesis; 3, 23-24)
¿[b:039cfa55c9]Qué[/b:039cfa55c9] nos queda sino esperar MISERICORDIA?, ¿[b:039cfa55c9]qué[/b:039cfa55c9] nos queda sino?
"[i:039cfa55c9]GRANDE en el consejo, PODEROSO en la obra, cuyos ojos están abiertos para VER [b:039cfa55c9]todos[/b:039cfa55c9] los caminos de los seres humanos y dar a cada uno según su camino y según el fruto de sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Jeremías; 32, 19)
NO habrá posibilidad alguna siquiera de apelación: será el JUICIO de Dios Nuestro Señor, ¡ni más ni menos que su JUICIO!
"[i:039cfa55c9]NO te agrades de tener muchos hijos inútiles para el bien, ni te complazcas en hijos malvados; por muchos que tengas, NO te alegres de ello, si no tienen el [b:039cfa55c9]temor[/b:039cfa55c9] de Dios Nuestro Señor. NO confíes en ellos, ni tengas esperanzas en su posteridad; porque, más vale uno bueno que mil malos. Y, [b:039cfa55c9]más[/b:039cfa55c9] morir sin hijos a tenerlos impíos; porque por un solo sensato prospera una ciudad, y una tribu de inicuos la devasta. Mucho de esto he visto con mis ojos; y, aun cosas más graves oyeron mis oídos. En la asamblea de pecadores se encenderá el fuego; y, en la nación rebelde se inflama la ira. NO perdonó a los antiguos gigantes; que, confiados en su fuerza, se rebelaron; ni perdonó a los convecinos de Lot; que, se atrajeron la [b:039cfa55c9]cólera[/b:039cfa55c9] por sus abominaciones. NO se compadeció del pueblo destinado a la ruina, de los que por sus pecados fueron exterminados. Ni de los seiscientos mil infantes, que se dejaron llevar por su corazón rebelde. Uno solo que endurezca su cerviz, será maravilla si queda impune; porque, hay en Dios Nuestro Señor misericordia y cólera; aguanta y perdona, mas sobre los impíos derrama su IRA. Como es [b:039cfa55c9]grande[/b:039cfa55c9] su MISERICORDIA, así es severo su [b:039cfa55c9]castigo[/b:039cfa55c9]; juzgará al ser humano según sus obras. NO escapará el pecador con sus rapiñas, ni se frustrará la esperanza del justo. Recompensa a todos los misericordiosos, y cada uno recibirá según sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Eclesiástico; 16, 1-15)
[b:039cfa55c9]Ésa[/b:039cfa55c9] es la [i:039cfa55c9][b:039cfa55c9]veritas veritatis[/b:039cfa55c9][/i:039cfa55c9]. [b:039cfa55c9]Ése[/b:039cfa55c9] es, SIN matiz alguno, el inescrutable designio del Eterno.
"[i:039cfa55c9]Una vez habló Dios Nuestro Señor; y, estas [u:039cfa55c9]dos[/u:039cfa55c9] cosas le oí yo: que, sólo en el Altísimo está todo PODER y toda GLORIA; y, que en tí, ¡oh, Señor mío!, está la MISERICORDIA, pues das a cada uno según sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Salmos; 62, 12-13)
RECEMOS, pues ("[i:039cfa55c9][b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa, [b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa, [b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa...[/i:039cfa55c9]"), hermanas y hermanos míos/as en Dios Nuestro Señor, por el alma de un pecador como cualquiera de quienes le amábamos y que ya NO está entre nosotros/as..; RECEMOS con [b:039cfa55c9]todas[/b:039cfa55c9] nuestras fuerzas; pues, [i:039cfa55c9]ai làs![/i:039cfa55c9], NADA, ni aun lo más escondido, se ha ocultado a los ojos del Juez Supremo.
"[i:039cfa55c9]¿Tienes los brazos tú como los de Dios Nuestro Señor; y, puedes TRONAR con voz semejante a la suya?[/i:039cfa55c9]" (Job; 40, 4)
Y, todos/as, hermanas y hermanos míos/as en Dios Nuestro Señor, no más somos que pecadoras almas desventuradas ante su, [b:039cfa55c9]sin[/b:039cfa55c9] duda alguna, inevitable JUICIO; sucia escoria empequeñecida por el PAVOR, ¿mereceremos acaso premio alguno?, al [b:039cfa55c9]castigo[/b:039cfa55c9] merecido.
"[i:039cfa55c9]...y, NO añadiré palabra...[/i:039cfa55c9]" (Job; 39, 35)
Siempre a su disposición,
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
16/04/2005, 2358 hs. p.m.
"[i:039cfa55c9]Y, le [b:039cfa55c9]arrojó[/b:039cfa55c9] Dios Nuestro Señor del Paraíso, a labrar la tierra de que había sido tomado. [b:039cfa55c9]Expulsó[/b:039cfa55c9] al ser humano; y, puso delante del Paraíso un querubín, que blandía flameante espada, para guardar el camino del árbol de la vida...[/i:039cfa55c9]" (Génesis; 3, 23-24)
¿[b:039cfa55c9]Qué[/b:039cfa55c9] nos queda sino esperar MISERICORDIA?, ¿[b:039cfa55c9]qué[/b:039cfa55c9] nos queda sino?
"[i:039cfa55c9]GRANDE en el consejo, PODEROSO en la obra, cuyos ojos están abiertos para VER [b:039cfa55c9]todos[/b:039cfa55c9] los caminos de los seres humanos y dar a cada uno según su camino y según el fruto de sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Jeremías; 32, 19)
NO habrá posibilidad alguna siquiera de apelación: será el JUICIO de Dios Nuestro Señor, ¡ni más ni menos que su JUICIO!
"[i:039cfa55c9]NO te agrades de tener muchos hijos inútiles para el bien, ni te complazcas en hijos malvados; por muchos que tengas, NO te alegres de ello, si no tienen el [b:039cfa55c9]temor[/b:039cfa55c9] de Dios Nuestro Señor. NO confíes en ellos, ni tengas esperanzas en su posteridad; porque, más vale uno bueno que mil malos. Y, [b:039cfa55c9]más[/b:039cfa55c9] morir sin hijos a tenerlos impíos; porque por un solo sensato prospera una ciudad, y una tribu de inicuos la devasta. Mucho de esto he visto con mis ojos; y, aun cosas más graves oyeron mis oídos. En la asamblea de pecadores se encenderá el fuego; y, en la nación rebelde se inflama la ira. NO perdonó a los antiguos gigantes; que, confiados en su fuerza, se rebelaron; ni perdonó a los convecinos de Lot; que, se atrajeron la [b:039cfa55c9]cólera[/b:039cfa55c9] por sus abominaciones. NO se compadeció del pueblo destinado a la ruina, de los que por sus pecados fueron exterminados. Ni de los seiscientos mil infantes, que se dejaron llevar por su corazón rebelde. Uno solo que endurezca su cerviz, será maravilla si queda impune; porque, hay en Dios Nuestro Señor misericordia y cólera; aguanta y perdona, mas sobre los impíos derrama su IRA. Como es [b:039cfa55c9]grande[/b:039cfa55c9] su MISERICORDIA, así es severo su [b:039cfa55c9]castigo[/b:039cfa55c9]; juzgará al ser humano según sus obras. NO escapará el pecador con sus rapiñas, ni se frustrará la esperanza del justo. Recompensa a todos los misericordiosos, y cada uno recibirá según sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Eclesiástico; 16, 1-15)
[b:039cfa55c9]Ésa[/b:039cfa55c9] es la [i:039cfa55c9][b:039cfa55c9]veritas veritatis[/b:039cfa55c9][/i:039cfa55c9]. [b:039cfa55c9]Ése[/b:039cfa55c9] es, SIN matiz alguno, el inescrutable designio del Eterno.
"[i:039cfa55c9]Una vez habló Dios Nuestro Señor; y, estas [u:039cfa55c9]dos[/u:039cfa55c9] cosas le oí yo: que, sólo en el Altísimo está todo PODER y toda GLORIA; y, que en tí, ¡oh, Señor mío!, está la MISERICORDIA, pues das a cada uno según sus obras...[/i:039cfa55c9]" (Salmos; 62, 12-13)
RECEMOS, pues ("[i:039cfa55c9][b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa, [b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa, [b:039cfa55c9]mea[/b:039cfa55c9] culpa...[/i:039cfa55c9]"), hermanas y hermanos míos/as en Dios Nuestro Señor, por el alma de un pecador como cualquiera de quienes le amábamos y que ya NO está entre nosotros/as..; RECEMOS con [b:039cfa55c9]todas[/b:039cfa55c9] nuestras fuerzas; pues, [i:039cfa55c9]ai làs![/i:039cfa55c9], NADA, ni aun lo más escondido, se ha ocultado a los ojos del Juez Supremo.
"[i:039cfa55c9]¿Tienes los brazos tú como los de Dios Nuestro Señor; y, puedes TRONAR con voz semejante a la suya?[/i:039cfa55c9]" (Job; 40, 4)
Y, todos/as, hermanas y hermanos míos/as en Dios Nuestro Señor, no más somos que pecadoras almas desventuradas ante su, [b:039cfa55c9]sin[/b:039cfa55c9] duda alguna, inevitable JUICIO; sucia escoria empequeñecida por el PAVOR, ¿mereceremos acaso premio alguno?, al [b:039cfa55c9]castigo[/b:039cfa55c9] merecido.
"[i:039cfa55c9]...y, NO añadiré palabra...[/i:039cfa55c9]" (Job; 39, 35)
Siempre a su disposición,
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
16/04/2005, 2358 hs. p.m.