07-18-2007, 01:36 AM
Cuando miro aquella reja
del chalecito mistongo
apenas me lo propongo
estoy pispeando a la vieja
llevando en el delantal
sus empanadas caseras,
y aquel perro en la ribera
de mi riachuelo inmortal.
La escuela y mi señorita...
y lo de hacerme la rata,
las galletitas en lata,
el trompo y las figuritas.
Los paseos en tranvía,
pa´visitar a la abuela
macaneando que la escuela
no funcionaba ese día.
Esa vieja curandera,
cataplasma, sanguijuelas,
sopita de chiquisuela
pa´hacerme crecer sanito.
Pan horneado, calentito,
con manteca o mortadela.
Sentada bajo la higuera
atendiendo a sus clientes
que le contaban dolientes
los síntomas de sus males.
Muchas veces no eran tales
sino apenas carraspera.
Pa´todos tenía remedio,
preparaba unos yuyitos,
les daba unos concejitos
y cobraba la consulta,
era una especie de multa
pa´que la tomen en serio.
En el fondo un gallinero,
el maiz en el cuartito,
la jaula con pajaritos,
un jardín en las macetas,
y una lechuza coqueta
debajo del duraznero.
Una casa de madera
con su techito a dos aguas,
los sombreros y paraguas
descansando en el perchero,
pa´usar en los aguaceros
y proteger la mollera.
El patio con esa parra
y el chiflido del sodero.
Hasta el carro del lechero
que con sus tarros de lata,
vendía leche con nata
midiendo con una jarra.
Así recuerdo mi infancia:
nostalgias con alegría...
reviviendo aquellos dias
cuando me agarra chochera,
por la casa de mi abuela
ya perdida en la distancia.
ergo
del chalecito mistongo
apenas me lo propongo
estoy pispeando a la vieja
llevando en el delantal
sus empanadas caseras,
y aquel perro en la ribera
de mi riachuelo inmortal.
La escuela y mi señorita...
y lo de hacerme la rata,
las galletitas en lata,
el trompo y las figuritas.
Los paseos en tranvía,
pa´visitar a la abuela
macaneando que la escuela
no funcionaba ese día.
Esa vieja curandera,
cataplasma, sanguijuelas,
sopita de chiquisuela
pa´hacerme crecer sanito.
Pan horneado, calentito,
con manteca o mortadela.
Sentada bajo la higuera
atendiendo a sus clientes
que le contaban dolientes
los síntomas de sus males.
Muchas veces no eran tales
sino apenas carraspera.
Pa´todos tenía remedio,
preparaba unos yuyitos,
les daba unos concejitos
y cobraba la consulta,
era una especie de multa
pa´que la tomen en serio.
En el fondo un gallinero,
el maiz en el cuartito,
la jaula con pajaritos,
un jardín en las macetas,
y una lechuza coqueta
debajo del duraznero.
Una casa de madera
con su techito a dos aguas,
los sombreros y paraguas
descansando en el perchero,
pa´usar en los aguaceros
y proteger la mollera.
El patio con esa parra
y el chiflido del sodero.
Hasta el carro del lechero
que con sus tarros de lata,
vendía leche con nata
midiendo con una jarra.
Así recuerdo mi infancia:
nostalgias con alegría...
reviviendo aquellos dias
cuando me agarra chochera,
por la casa de mi abuela
ya perdida en la distancia.