05-15-2004, 11:00 PM
El Imperio del Sol Naciente, [i:de295070c7]mes amis/es[/i:de295070c7], pese a su posición geográfica en el margen extremo del Este habitable, se considera a menudo un recluta [b:de295070c7]tardío[/b:de295070c7] del mundo occidental (la, digamos.., "[i:de295070c7]modernización[/i:de295070c7]" allá se confunde con, digamos, "[i:de295070c7]occidentalización[/i:de295070c7]"; además...). Los comentaristas de los telediarios generalmente utilizan el término (sic) "[i:de295070c7]Occidente[/i:de295070c7]" cuando se refieren a las naciones desarrolladas de la familia del G-7 o la UE, incluyendo Japón. Ejemplos impresionantes se aúnan para convencernos de que se han asimilado rasgos culturales junto con las lecciones económicas: la fidelidad y la brillantez de los intérpretes japoneses de la música occidental, por ejemplo, [b:de295070c7]contrasta[/b:de295070c7] con la experiencia típica del protagonista de David Morley, Boon, que ni siquiera podría detectar las melodías más sencillas de las canciones populares niponas (cfr. pág. 85 de s/. "[i:de295070c7]Pictures from the Water Trade[/i:de295070c7]"; ed. en London por ED en 1985). La competencia de los arquitectos japoneses al manejar las formas tradicionales mediterráneas sugiere una [b:de295070c7]cómoda[/b:de295070c7] familiaridad con la tradición, si bien los grupos de turistas japoneses que observo a veces desde mi ventana (vivo en un lugar llenito de monumentos y tal y tal...), que parpadean sin comprender -o, eso me parece a mí..; claro, claro, claro...- al observar edificios que NO pueden valorar ni diferenciar, [i:de295070c7]meo quidem animo[/i:de295070c7] evidencia una actitud [b:de295070c7]menos[/b:de295070c7] segura... Pero, lo cierto, a fin de cuentas, es que, aunque Japón no ha producido, hasta la fecha, NINGÚN historiador distinguido especializado en Occidente, TODOS los escolares nipones de cada curso (incluso los de las escuelas más pobres y apartadas...) conocen MUCHÍSIMO mejor la Historia de Europa y de la tierra de los [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7] que cualquiera de los escolares de esas partes del mundo (incluidos los de colegios hiper-[i:de295070c7]privés[/i:de295070c7] y selectísimos).
Sin embargo, damas y caballeros, hay que decir sin demora que las limitaciones de la occidentalización japonesa son MANIFIESTAS, incluso en medio de las evidencias de la capacidad camaleónica de los/as japoneses/as.
Por ejemplo: la recepción del béisbol -[i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7], lo llaman...- podría verse como un ejemplo típico de adaptación... Se juega con [b:de295070c7]todos[/b:de295070c7] los adornos y las reglas triviales del prototipo [i:de295070c7]yankee[/i:de295070c7], incluyendo el intermedio para las espantosas y pueblerinas palomitas de maíz. Sin embargo, en el Imperio del Sol Naciente el béisbol proyecta un perfil cultural definitivamente [b:de295070c7]japonés[/b:de295070c7].
La diferencia, damas y caballeros, MÁS evidente, quizá -[i:de295070c7]meo quidem animo[/i:de295070c7] prueba del nueve del VALOR que los/as japonenses/as otorgan a la [b:de295070c7]armonía[/b:de295070c7] social, [i:de295070c7]vraiment[/i:de295070c7]...-, es su [b:de295070c7]aceptación[/b:de295070c7] del EMPATE.
Además, los equipos de [i:de295070c7]amateurs[/i:de295070c7] (que, son en extremo abundantes) ¡NO se presentarían nunca con cualquier viejo atuendo, a diferencia de lo que ocurre normalmente en los partidos de barrio entre [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7]!, porque el acudir ¡sin un uniforme riguroso con los colores del equipo! equivaldría [i:de295070c7]ipso facto[/i:de295070c7] a [i:de295070c7]basho-bara wakimaezu[/i:de295070c7] (o sea, algo que NO concuerda con el espíritu de la ocasión).
La final anual de béisbol escolar que se celebra en Osaka se eleva a la celebración de "[i:de295070c7]el hermoso y noble espíritu del Japón[/i:de295070c7]": más que constituir sólo un partido, según el entrenador y comentarista de mayor autoridad, se trata de "[i:de295070c7]una educación del corazón[/i:de295070c7]" en "[i:de295070c7]un campo de ejercicio de la moralidad[/i:de295070c7]".
La moda del béisbol llegó por primera vez al Imperio del Sol Naciente a principios de los años 20 del recién pasado siglo; por tanto, ha contado con [b:de295070c7]mucho[/b:de295070c7] tiempo para "[i:de295070c7]aclimatarse[/i:de295070c7]" como deporte nacional sucedáneo... No obstante, parece raro que ése, el más fantasmonamente [i:de295070c7]yankee[/i:de295070c7] de todos los juegos habidos y por haber, profundamente relacionado con los [b:de295070c7]únicos[/b:de295070c7] conquistadores extranjeros de Japón (a saber, las fuerzas de ocupación de la llamada era MacArthur), haya encajado [b:de295070c7]tan[/b:de295070c7] y tan bien en el servicio de los tradicionales cultos japoneses al heroísmo y la pureza juveniles (échenle un vistacico a, pongo por vaso.., pág 147 y ss. de "[i:de295070c7]A Japanese Mirror[/i:de295070c7]" de I. Buruma -pub. por ED en NY el 1984-).
Algunos nacionalistas, sí.., quieren excluir el término [i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7] y substituirlo por la voz indígena [i:de295070c7]yakyu[/i:de295070c7]...
Pero, NADIE habla, ¡lo apedrearían..!, de pasar del béisbol en sí.
[i:de295070c7]Cosas veredes[/i:de295070c7]..; ¿no les parece, [/i]mes amis/es[/i]?
Verán; es que los/as japoneses/as, cuyo sentido de identidad nacional, como el de los españoles en Occidente, depende de su [b:de295070c7]convicción[/b:de295070c7] de que son únicos (recomendaría un tour por el famoso "[i:de295070c7]The Myth of Japanese Uniqueness[/i:de295070c7]" del profesor Dale -Cambridge Un. Press, 1986-; particularmente págs. 25 y ss.), prefieren reconocer afinidad con sus vecinos orientales que con sus socios occidentales... Hasta sus antiguos enemigos o víctimas -y, actuales rivales-, es decir, los chinos continentales, los coreanos y los taiwaneses, son vistos, de un modo extraño y condescendiente, como miembros de una [b:de295070c7]fraternidad[/b:de295070c7] racial. Los/as japoneses/as son más conservadores en su reverencia por el sistema de escritura chino al cual todavía se sujetan que, pongamos, los vietnamitas, los coreanos e, incluso, en algunos aspectos, los propios chinos, cuyos caracteres modernos simplificados los/as lectores/as japoneses/as normalmente NO entienden. La [b:de295070c7]repugnancia[/b:de295070c7] que sienten por el alfabeto romano es INFLEXIBLE en el Imperio del Sol Naciente, si bien los expertos objetivos se percatan de que se adecuaría MUY bien al idioma... En Japón, como en Occidente, hoy día se han hecho populares nuevos movimientos religiosos, fundamentados en doctrinas de relevancia social y terapias comunales carismáticas; pero, en Japón derivan de las [b:de295070c7]tradiciones[/b:de295070c7] del sintoísmo o del budismo. El cristianismo -que, hizo mella, tan espectacular como efímera, en el Japón de los siglos XVI y XVII- NO atrae para nada en la actualidad, salvo como ritual de matrimonio moderno. Los rascacielos recíen construidos están coronados por un altar a Inari, el dios-zorro (intuyo que encontrarían interesante lo que dice a partir de la página 17 el profesor Buruma en s/. conocido "[i:de295070c7]A Japanese Mirror[/i:de295070c7]" -NY, ED, 1984-...). Los espíritus ubicuos del sintoísmo llegan hasta a infestar los [i:de295070c7]ordinatas[/i:de295070c7] en una suerte de animismo de alta tecnología.
Las actitudes de los/as japoneses/as hacia Occidente son quizá más [b:de295070c7]paradójicas[/b:de295070c7] cuando se trata de su ADMIRACIÓN por la estética del [i:de295070c7]look[/i:de295070c7] moderno (y, por tanto, occidental). A los (sic) "[i:de295070c7]forasteros[/i:de295070c7]" rarísima vez se les acepta en la sociedad nipona; y, los/as hijos/as de matrimonios mixtos se refugian a menudo en el extranjero. Las imágenes tradicionales de los rostros y los cuerpos occidentales son REPULSIVAS: los (sic) "[i:de295070c7]bárbaros rojos[/i:de295070c7]", para los/as japoneses/as, (sic) "[i:de295070c7]apestan a mantequilla[/i:de295070c7]", tienen la nariz larga, el rostro rubicundo y son tope torpes y del todo desgarbados. El novelista Tanizaki admiraba a las féminas occidentales desde lejos..; pero, "[i:de295070c7]se desilusiona uno cuando se acerca y ve CUÁN áspera y peluda es su piel[/i:de295070c7]". No obstante, su personaje de ficción, que compensó su sentido de insuficiencia al buscarse una novia de aspecto occidental, ejemplifica un [b:de295070c7]gusto[/b:de295070c7] extendido, damas y caballeros. Las modelos -cuya tarea principal consiste en exhibir ropa diseñada en Occidente para mujeres occidentales...- suelen tener sangre occidental. Hay quien, estando de vacaciones y tomando el sol en la playa, ostenta vello artificial en el pecho (vean, vean, por ejemplo, pág. 41 y ss. de "[i:de295070c7]Inside Japan[/i:de295070c7]" -London, ED, 1987- de P. Tasker). Los héroes y las heroínas de los dibujos animados tienen ojos grandes, nada achinados (sin ir más lejos, en un canal de la [i:de295070c7]tele[/i:de295070c7] pública del estado español que compra dibujos animados de manera indiscriminada por razones económicas, me ASOMBRA la atracción de los ojos redondos de héroes y heroínas del [i:de295070c7]foot-ball[/i:de295070c7] y el voleibol de los dibujos animados nipones, ¡a los que OVACIONAN mortales inferiores de aspecto tradicionalmente japonés..; ¿a ustedes no les asombra, [i:de295070c7]mes amis/es[/i:de295070c7]?)
Al héroe personificado de los dibujos animados, Yamato Shinko, un niño-maravilla que es un prodigio de proeza y valor, así como de apostura, NO le avergüenza para nada su aspecto occidental; ¡todo lo contrario! Pero, su padre fué un piloto kamikaze y, su educación fué una hazaña de resistencia. No sólo conquista a sus adversarios, sino que los convierte al culto de la pureza juvenil. Sus proezas están hechas de resonancias [b:de295070c7]conscientes[/b:de295070c7] de las carreras del Robin Hood japonés del siglo XVI, Misashi, y del "[i:de295070c7]camino de apuros y pruebas[/i:de295070c7]" que recorrió el héroe de culto del siglo IV, Yamato Takeru (para más información, "[i:de295070c7]The Nobility of Failure[/i:de295070c7]" -sobre todo, págs. 1/13- del profesor Morris -ED, London, 1975-). Hasta su nombre recuerda el antiguo nombre de Japón. Y, pese a sus ojos redondos, como la mayoría de los/as japoneses/as que se comparan con los/as occidentales, es BAJO.
En la superficie del estanque brillan reflejos occidentales..; pero, en el fondo, las profundidades del Imperio del Sol Naciente NO han cambiado. Los valores revelados en la Literatura y la cultura popular lo demuestran. La adaptación japonesa de "[i:de295070c7]Madame X, una historia de amor materno[/i:de295070c7]", novela británica publicada en 1910, llevada a la pantalla japonesa en 1977, transforma a una adúltera irritable en víctima, arrojada de su casa por su suegra, y obligada a correr aventuras humillantes por su determinación de proteger a su hijo. El lazo madre-hijo, en una sociedad en la que a los/as hijos/as se les da todavía el pecho cuando ya han pasado la etapa de bebé, constituye, como saben.., un elemento ESENCIAL de las [i:de295070c7]pelis[/i:de295070c7] niponas melodramáticas. La [b:de295070c7]pasividad[/b:de295070c7] de la protagonista es un requisito del concepto japonés de la FEMINEIDAD. La fémina depredadora se reconoce como una encarnación de la DIABLESA; pero, [b:de295070c7]no[/b:de295070c7] es capaz de conseguir la comprensión y la simpatía de la audiencia.
El thema MÁS común de la literatura popular es, como están lejos de ignorar personas como ustedes, el de [i:de295070c7]ninjo-giri[/i:de295070c7] (o sea, el conflicto entre sentimientos y obligaciones o entre lealtades personales y hacia el grupo). Una sociedad que ha convertido el grupo en algo [b:de295070c7]sagrado[/b:de295070c7] y que idealiza los sentimientos genera MÁS dilemas de esta índole de lo, digamos.., normal. Una dicotomía semejante, entre [i:de295070c7]tatenae[/i:de295070c7] y [i:de295070c7]honne[/i:de295070c7] (a saber, la apariencia y la REALIDAD) o entre [i:de295070c7]omote[/i:de295070c7] (es decir, la impresión meramente [b:de295070c7]superficial[/b:de295070c7]) y [i:de295070c7]ura[/i:de295070c7] (o sea, la realidad [b:de295070c7]interior[/b:de295070c7] -ambos tienen un lugar establecido pero NO definido en la escala de valores japonesa, dicho sea de paso...-), hace que en el Imperio del Sol Naciente sea [b:de295070c7]aceptable[/b:de295070c7] un comportamiento que en Occidente sería [i:de295070c7]ipso facto[/i:de295070c7] escandalosamente DENUNCIADO como farsa o hipocresía [b:de295070c7]inaceptable[/b:de295070c7]. Constituye [b:de295070c7]parte[/b:de295070c7] de la fuente de unas paradojas características de los/as japoneses/as, como la INFLEXIBLE censura de la exhibición del vello púbico en una tierra donde las historietas cuyo thema es el más delirante sado-masoquismo ¡son materia de lectura [b:de295070c7]normal[/b:de295070c7] entre la clase media!; explica la cortesía hiper-ceremoniosa con que las nenas de (sic) "[i:de295070c7]las caferías sin bragas[/i:de295070c7]" se ponen en rigurosa fila y se despiden de sus clientes con una reverencia formal y un (sic) "[i:de295070c7]gracias mil por visitar nuestro humilde establecimiento[/i:de295070c7]" ¡al unísono! Un creciente número de niños/as-prodigio nipones/as van a las facultades de empresariales [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7], donde entre los libros MÁS vendidos del [i:de295070c7]campus[/i:de295070c7] ¡se encuentran "[i:de295070c7]Secretos del liderazgo de Atila, el huno[/i:de295070c7]" y el "[i:de295070c7]Manual de la Marina[/i:de295070c7]"!, así como "[i:de295070c7]El arte de la guerra[/i:de295070c7]" de Sun Zi; pero, sólo en Japón se venden obras militares con el lema: "[i:de295070c7]hombres de negocios, ¡aprendamos de los anales de la guerra![/i:de295070c7]"
Sí, claro..; sin duda también en este ámbito se está desarrollando un JUEGO.; pero, ¿saben?, a diferencia del caso del [i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7] (que, tiene las mismas reglas que el béisbol; que, no me quedo otro remedio.., tuve que aprender para no ser un total paria cuando vivía en la tierra de los [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7]), veo que se juega y tal y tal, sí...
Pero, NO me entero para nada de las reglas.
Y, claro.., así [b:de295070c7]no[/b:de295070c7] me entero de cómo el juego ni, tampoco, de quién está perdiendo y quién está ganando.
No sé yo si logro explicarme del todo bien, [i:de295070c7]mes amis/es[/i:de295070c7]...
Siempre, sin duda, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1459 hs. p.m.
Sin embargo, damas y caballeros, hay que decir sin demora que las limitaciones de la occidentalización japonesa son MANIFIESTAS, incluso en medio de las evidencias de la capacidad camaleónica de los/as japoneses/as.
Por ejemplo: la recepción del béisbol -[i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7], lo llaman...- podría verse como un ejemplo típico de adaptación... Se juega con [b:de295070c7]todos[/b:de295070c7] los adornos y las reglas triviales del prototipo [i:de295070c7]yankee[/i:de295070c7], incluyendo el intermedio para las espantosas y pueblerinas palomitas de maíz. Sin embargo, en el Imperio del Sol Naciente el béisbol proyecta un perfil cultural definitivamente [b:de295070c7]japonés[/b:de295070c7].
La diferencia, damas y caballeros, MÁS evidente, quizá -[i:de295070c7]meo quidem animo[/i:de295070c7] prueba del nueve del VALOR que los/as japonenses/as otorgan a la [b:de295070c7]armonía[/b:de295070c7] social, [i:de295070c7]vraiment[/i:de295070c7]...-, es su [b:de295070c7]aceptación[/b:de295070c7] del EMPATE.
Además, los equipos de [i:de295070c7]amateurs[/i:de295070c7] (que, son en extremo abundantes) ¡NO se presentarían nunca con cualquier viejo atuendo, a diferencia de lo que ocurre normalmente en los partidos de barrio entre [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7]!, porque el acudir ¡sin un uniforme riguroso con los colores del equipo! equivaldría [i:de295070c7]ipso facto[/i:de295070c7] a [i:de295070c7]basho-bara wakimaezu[/i:de295070c7] (o sea, algo que NO concuerda con el espíritu de la ocasión).
La final anual de béisbol escolar que se celebra en Osaka se eleva a la celebración de "[i:de295070c7]el hermoso y noble espíritu del Japón[/i:de295070c7]": más que constituir sólo un partido, según el entrenador y comentarista de mayor autoridad, se trata de "[i:de295070c7]una educación del corazón[/i:de295070c7]" en "[i:de295070c7]un campo de ejercicio de la moralidad[/i:de295070c7]".
La moda del béisbol llegó por primera vez al Imperio del Sol Naciente a principios de los años 20 del recién pasado siglo; por tanto, ha contado con [b:de295070c7]mucho[/b:de295070c7] tiempo para "[i:de295070c7]aclimatarse[/i:de295070c7]" como deporte nacional sucedáneo... No obstante, parece raro que ése, el más fantasmonamente [i:de295070c7]yankee[/i:de295070c7] de todos los juegos habidos y por haber, profundamente relacionado con los [b:de295070c7]únicos[/b:de295070c7] conquistadores extranjeros de Japón (a saber, las fuerzas de ocupación de la llamada era MacArthur), haya encajado [b:de295070c7]tan[/b:de295070c7] y tan bien en el servicio de los tradicionales cultos japoneses al heroísmo y la pureza juveniles (échenle un vistacico a, pongo por vaso.., pág 147 y ss. de "[i:de295070c7]A Japanese Mirror[/i:de295070c7]" de I. Buruma -pub. por ED en NY el 1984-).
Algunos nacionalistas, sí.., quieren excluir el término [i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7] y substituirlo por la voz indígena [i:de295070c7]yakyu[/i:de295070c7]...
Pero, NADIE habla, ¡lo apedrearían..!, de pasar del béisbol en sí.
[i:de295070c7]Cosas veredes[/i:de295070c7]..; ¿no les parece, [/i]mes amis/es[/i]?
Verán; es que los/as japoneses/as, cuyo sentido de identidad nacional, como el de los españoles en Occidente, depende de su [b:de295070c7]convicción[/b:de295070c7] de que son únicos (recomendaría un tour por el famoso "[i:de295070c7]The Myth of Japanese Uniqueness[/i:de295070c7]" del profesor Dale -Cambridge Un. Press, 1986-; particularmente págs. 25 y ss.), prefieren reconocer afinidad con sus vecinos orientales que con sus socios occidentales... Hasta sus antiguos enemigos o víctimas -y, actuales rivales-, es decir, los chinos continentales, los coreanos y los taiwaneses, son vistos, de un modo extraño y condescendiente, como miembros de una [b:de295070c7]fraternidad[/b:de295070c7] racial. Los/as japoneses/as son más conservadores en su reverencia por el sistema de escritura chino al cual todavía se sujetan que, pongamos, los vietnamitas, los coreanos e, incluso, en algunos aspectos, los propios chinos, cuyos caracteres modernos simplificados los/as lectores/as japoneses/as normalmente NO entienden. La [b:de295070c7]repugnancia[/b:de295070c7] que sienten por el alfabeto romano es INFLEXIBLE en el Imperio del Sol Naciente, si bien los expertos objetivos se percatan de que se adecuaría MUY bien al idioma... En Japón, como en Occidente, hoy día se han hecho populares nuevos movimientos religiosos, fundamentados en doctrinas de relevancia social y terapias comunales carismáticas; pero, en Japón derivan de las [b:de295070c7]tradiciones[/b:de295070c7] del sintoísmo o del budismo. El cristianismo -que, hizo mella, tan espectacular como efímera, en el Japón de los siglos XVI y XVII- NO atrae para nada en la actualidad, salvo como ritual de matrimonio moderno. Los rascacielos recíen construidos están coronados por un altar a Inari, el dios-zorro (intuyo que encontrarían interesante lo que dice a partir de la página 17 el profesor Buruma en s/. conocido "[i:de295070c7]A Japanese Mirror[/i:de295070c7]" -NY, ED, 1984-...). Los espíritus ubicuos del sintoísmo llegan hasta a infestar los [i:de295070c7]ordinatas[/i:de295070c7] en una suerte de animismo de alta tecnología.
Las actitudes de los/as japoneses/as hacia Occidente son quizá más [b:de295070c7]paradójicas[/b:de295070c7] cuando se trata de su ADMIRACIÓN por la estética del [i:de295070c7]look[/i:de295070c7] moderno (y, por tanto, occidental). A los (sic) "[i:de295070c7]forasteros[/i:de295070c7]" rarísima vez se les acepta en la sociedad nipona; y, los/as hijos/as de matrimonios mixtos se refugian a menudo en el extranjero. Las imágenes tradicionales de los rostros y los cuerpos occidentales son REPULSIVAS: los (sic) "[i:de295070c7]bárbaros rojos[/i:de295070c7]", para los/as japoneses/as, (sic) "[i:de295070c7]apestan a mantequilla[/i:de295070c7]", tienen la nariz larga, el rostro rubicundo y son tope torpes y del todo desgarbados. El novelista Tanizaki admiraba a las féminas occidentales desde lejos..; pero, "[i:de295070c7]se desilusiona uno cuando se acerca y ve CUÁN áspera y peluda es su piel[/i:de295070c7]". No obstante, su personaje de ficción, que compensó su sentido de insuficiencia al buscarse una novia de aspecto occidental, ejemplifica un [b:de295070c7]gusto[/b:de295070c7] extendido, damas y caballeros. Las modelos -cuya tarea principal consiste en exhibir ropa diseñada en Occidente para mujeres occidentales...- suelen tener sangre occidental. Hay quien, estando de vacaciones y tomando el sol en la playa, ostenta vello artificial en el pecho (vean, vean, por ejemplo, pág. 41 y ss. de "[i:de295070c7]Inside Japan[/i:de295070c7]" -London, ED, 1987- de P. Tasker). Los héroes y las heroínas de los dibujos animados tienen ojos grandes, nada achinados (sin ir más lejos, en un canal de la [i:de295070c7]tele[/i:de295070c7] pública del estado español que compra dibujos animados de manera indiscriminada por razones económicas, me ASOMBRA la atracción de los ojos redondos de héroes y heroínas del [i:de295070c7]foot-ball[/i:de295070c7] y el voleibol de los dibujos animados nipones, ¡a los que OVACIONAN mortales inferiores de aspecto tradicionalmente japonés..; ¿a ustedes no les asombra, [i:de295070c7]mes amis/es[/i:de295070c7]?)
Al héroe personificado de los dibujos animados, Yamato Shinko, un niño-maravilla que es un prodigio de proeza y valor, así como de apostura, NO le avergüenza para nada su aspecto occidental; ¡todo lo contrario! Pero, su padre fué un piloto kamikaze y, su educación fué una hazaña de resistencia. No sólo conquista a sus adversarios, sino que los convierte al culto de la pureza juvenil. Sus proezas están hechas de resonancias [b:de295070c7]conscientes[/b:de295070c7] de las carreras del Robin Hood japonés del siglo XVI, Misashi, y del "[i:de295070c7]camino de apuros y pruebas[/i:de295070c7]" que recorrió el héroe de culto del siglo IV, Yamato Takeru (para más información, "[i:de295070c7]The Nobility of Failure[/i:de295070c7]" -sobre todo, págs. 1/13- del profesor Morris -ED, London, 1975-). Hasta su nombre recuerda el antiguo nombre de Japón. Y, pese a sus ojos redondos, como la mayoría de los/as japoneses/as que se comparan con los/as occidentales, es BAJO.
En la superficie del estanque brillan reflejos occidentales..; pero, en el fondo, las profundidades del Imperio del Sol Naciente NO han cambiado. Los valores revelados en la Literatura y la cultura popular lo demuestran. La adaptación japonesa de "[i:de295070c7]Madame X, una historia de amor materno[/i:de295070c7]", novela británica publicada en 1910, llevada a la pantalla japonesa en 1977, transforma a una adúltera irritable en víctima, arrojada de su casa por su suegra, y obligada a correr aventuras humillantes por su determinación de proteger a su hijo. El lazo madre-hijo, en una sociedad en la que a los/as hijos/as se les da todavía el pecho cuando ya han pasado la etapa de bebé, constituye, como saben.., un elemento ESENCIAL de las [i:de295070c7]pelis[/i:de295070c7] niponas melodramáticas. La [b:de295070c7]pasividad[/b:de295070c7] de la protagonista es un requisito del concepto japonés de la FEMINEIDAD. La fémina depredadora se reconoce como una encarnación de la DIABLESA; pero, [b:de295070c7]no[/b:de295070c7] es capaz de conseguir la comprensión y la simpatía de la audiencia.
El thema MÁS común de la literatura popular es, como están lejos de ignorar personas como ustedes, el de [i:de295070c7]ninjo-giri[/i:de295070c7] (o sea, el conflicto entre sentimientos y obligaciones o entre lealtades personales y hacia el grupo). Una sociedad que ha convertido el grupo en algo [b:de295070c7]sagrado[/b:de295070c7] y que idealiza los sentimientos genera MÁS dilemas de esta índole de lo, digamos.., normal. Una dicotomía semejante, entre [i:de295070c7]tatenae[/i:de295070c7] y [i:de295070c7]honne[/i:de295070c7] (a saber, la apariencia y la REALIDAD) o entre [i:de295070c7]omote[/i:de295070c7] (es decir, la impresión meramente [b:de295070c7]superficial[/b:de295070c7]) y [i:de295070c7]ura[/i:de295070c7] (o sea, la realidad [b:de295070c7]interior[/b:de295070c7] -ambos tienen un lugar establecido pero NO definido en la escala de valores japonesa, dicho sea de paso...-), hace que en el Imperio del Sol Naciente sea [b:de295070c7]aceptable[/b:de295070c7] un comportamiento que en Occidente sería [i:de295070c7]ipso facto[/i:de295070c7] escandalosamente DENUNCIADO como farsa o hipocresía [b:de295070c7]inaceptable[/b:de295070c7]. Constituye [b:de295070c7]parte[/b:de295070c7] de la fuente de unas paradojas características de los/as japoneses/as, como la INFLEXIBLE censura de la exhibición del vello púbico en una tierra donde las historietas cuyo thema es el más delirante sado-masoquismo ¡son materia de lectura [b:de295070c7]normal[/b:de295070c7] entre la clase media!; explica la cortesía hiper-ceremoniosa con que las nenas de (sic) "[i:de295070c7]las caferías sin bragas[/i:de295070c7]" se ponen en rigurosa fila y se despiden de sus clientes con una reverencia formal y un (sic) "[i:de295070c7]gracias mil por visitar nuestro humilde establecimiento[/i:de295070c7]" ¡al unísono! Un creciente número de niños/as-prodigio nipones/as van a las facultades de empresariales [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7], donde entre los libros MÁS vendidos del [i:de295070c7]campus[/i:de295070c7] ¡se encuentran "[i:de295070c7]Secretos del liderazgo de Atila, el huno[/i:de295070c7]" y el "[i:de295070c7]Manual de la Marina[/i:de295070c7]"!, así como "[i:de295070c7]El arte de la guerra[/i:de295070c7]" de Sun Zi; pero, sólo en Japón se venden obras militares con el lema: "[i:de295070c7]hombres de negocios, ¡aprendamos de los anales de la guerra![/i:de295070c7]"
Sí, claro..; sin duda también en este ámbito se está desarrollando un JUEGO.; pero, ¿saben?, a diferencia del caso del [i:de295070c7]baseboru[/i:de295070c7] (que, tiene las mismas reglas que el béisbol; que, no me quedo otro remedio.., tuve que aprender para no ser un total paria cuando vivía en la tierra de los [i:de295070c7]yankees[/i:de295070c7]), veo que se juega y tal y tal, sí...
Pero, NO me entero para nada de las reglas.
Y, claro.., así [b:de295070c7]no[/b:de295070c7] me entero de cómo el juego ni, tampoco, de quién está perdiendo y quién está ganando.
No sé yo si logro explicarme del todo bien, [i:de295070c7]mes amis/es[/i:de295070c7]...
Siempre, sin duda, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1459 hs. p.m.