05-16-2004, 04:27 AM
El [b:18fd0d2494]tablero[/b:18fd0d2494] delimita el espacio para [b:18fd0d2494]muy[/b:18fd0d2494] diversos ensayos en juegos...
Desde un punto de vista [b:18fd0d2494]práctico[/b:18fd0d2494], se suele clasificar los juegos de tablero en varios grupos subdivisorios. En muchos casos, se trata de recorrer un circuito dado (como en los actuales parchís o juego de la oca -[i:18fd0d2494]race games[/i:18fd0d2494] o [i:18fd0d2494]juegos de carreras[/i:18fd0d2494]-). La estructura [b:18fd0d2494]competitiva[/b:18fd0d2494] necesita en este caso introducir los [b:18fd0d2494]dados[/b:18fd0d2494] como elemento [b:18fd0d2494]aleatorio[/b:18fd0d2494] que determina la VELOCIDAD de la carrera para los distintos momentos de la partida, porque los jugadores disponen, en general, de [b:18fd0d2494]idénticas[/b:18fd0d2494] piezas y posibilidades de marcha.
Los de juegos de carreras se remontan a la antigüedad más ignota... En Egipto, el prototipo de juegos de tablero y el [b:18fd0d2494]más[/b:18fd0d2494] popular de todos (a juzgar por la cantidad de ilustraciones visuales de tableros encontradas en las excavaciones) fué el denominado con las letras [i:18fd0d2494]snt[/i:18fd0d2494] en las inscripciones, que se ha traducido convencionalmente por SENET, también llamado [i:18fd0d2494]juego de las 30 casillas[/i:18fd0d2494].
El tablero [b:18fd0d2494]rectangular[/b:18fd0d2494], de 3x10 cuadros, estaba construído a menudo con materiales [b:18fd0d2494]nobles[/b:18fd0d2494], y, sobre él, cada uno de los [b:18fd0d2494]dos[/b:18fd0d2494] jugadores movía sus [b:18fd0d2494]cinco[/b:18fd0d2494] piezas con ayuda del lanzamiento de [b:18fd0d2494]cuatro[/b:18fd0d2494] bastoncillos o de un astrágalo o taba de cordero (que, hacía las veces de dado). Las piezas podían ser abstractas (en forma de cilindros o conos); pero, muy frecuentemente representaban cabezas humanas, de animales o de demonios.
La palabra SENET significa "[i:18fd0d2494]pasar a través[/i:18fd0d2494]"; y, define a un [i:18fd0d2494]race game[/i:18fd0d2494]. Como la [b:18fd0d2494]máxima[/b:18fd0d2494] tirada obtenible era un [b:18fd0d2494]cinco[/b:18fd0d2494], si un jugador colocaba sus cinco piezas ininterrumpidamente una detrás de otra, [b:18fd0d2494]bloqueaba[/b:18fd0d2494] el avance de las piezas del oponente colocadas detrás de las suyas. En cambio, si las piezas estaban desperdigadas, el adversario podía capturar las que estuviesen aisladas, enviándolas de nuevo al principio del juego, o avanzar sus piezas entre los huecos existentes. Determinadas casillas tenían un significado [b:18fd0d2494]especial[/b:18fd0d2494] y aparecen ilustradas con diversos grafismos (la más [b:18fd0d2494]significativa[/b:18fd0d2494] es la casilla [u:18fd0d2494]15[/u:18fd0d2494]; que, los jerogíficos definen como [i:18fd0d2494]Casa de la Resurrección o del Renacimiento[/i:18fd0d2494]).
También la casilla [u:18fd0d2494]26[/u:18fd0d2494], la [i:18fd0d2494]Casa de la Hermosura[/i:18fd0d2494], tenía un significado [b:18fd0d2494]positivo[/b:18fd0d2494] para el jugador que la alcanzaba. Por el contrario, la casilla [u:18fd0d2494]27[/u:18fd0d2494], decorada como un campo de agua pantanosa, era [b:18fd0d2494]desfavorable[/b:18fd0d2494]; y, las piezas que caían en ella tenían que volver a nacer desde la casilla [u:18fd0d2494]15[/u:18fd0d2494]. El jugador que conseguía atravesar con [b:18fd0d2494]todas[/b:18fd0d2494] sus piezas [b:18fd0d2494]todo[/b:18fd0d2494] el tablero, llegando exactamente hasta la [b:18fd0d2494]imaginaria[/b:18fd0d2494] casilla 31, era el VENCEDOR de la partida.
Aparte de su valor como pasatiempo doméstico en el tórrido clima de Egipto, el SENET tenía una dimensión [b:18fd0d2494]religiosa[/b:18fd0d2494], ilustrada por su [b:18fd0d2494]muy[/b:18fd0d2494] frecuente aparición en los ornamentos funerarios. El alma del difunto jugaba una partida con los imaginarios oponentes del más allá, para conseguir un renacimiento victorioso en la vida ultraterrena.
El SENET se extendió a [b:18fd0d2494]otras[/b:18fd0d2494] áreas, como lo prueban al margen de duda alguna los tropotocientos hallazgos arqueológicos de tableros y piezas en Sudán, Chipre y Fenicia. Una [b:18fd0d2494]variedad[/b:18fd0d2494] de SENET sigue siendo muy practicada por los árabes (que, lo llaman [i:18fd0d2494]al-Tab al-Sigah[/i:18fd0d2494]).
El tablero del [i:18fd0d2494]juego de las VEINTE casillas[/i:18fd0d2494] aparece frecuentemente en el Imperio Nuevo egipcio en el [b:18fd0d2494]reverso[/b:18fd0d2494] del tablero del SENET: consta de un tablero de 3x4 cuadros, a cuya fila horizontal central se yuxtapone una linea adicional de [b:18fd0d2494]ocho[/b:18fd0d2494] casillas -las reglas de juego son mucho [b:18fd0d2494]menos[/b:18fd0d2494] conocidas que las del SENET, del que se supone una variedad abreviada-. A partir de la XX dinastía, se [b:18fd0d2494]añadió[/b:18fd0d2494] en el otro extremo del tablero, [b:18fd0d2494]otro[/b:18fd0d2494] de 3x4 casillas [b:18fd0d2494]simétrico[/b:18fd0d2494] al primero, reduciendo la fila central de 8 a 7 casillas, con lo que se obtenía un total de 31 casillas -12 en cada uno de los dos rectángulos de los extremos, y 7 en la línea central que los conecta-. [b:18fd0d2494]También[/b:18fd0d2494] este juego tiene connotaciones [b:18fd0d2494]religiosas[/b:18fd0d2494] (como indica claramente el texto funerario de un conocidísimo papiro: "[i:18fd0d2494]...y, entonces entraré en la Casa de los Treinta y me convertiré en un dios al llegar a la casilla 31[/i:18fd0d2494]").
OTROS juegos egipcios de tablero [b:18fd0d2494]muy[/b:18fd0d2494] populares han sido identificados como pertenecientes al grupo de [i:18fd0d2494]race games[/i:18fd0d2494] (aparecen entre la IX y la XII dinastías); aunque, también se difundieron hacia Palestina y Mesopotamia...
Por ejemplo...
El nombre [b:18fd0d2494]no[/b:18fd0d2494] nos es conocido (porque, del juego a que me voy a referir a continuación, [b:18fd0d2494]no[/b:18fd0d2494] existe ninguna representación pictórica ni inscripciones; y, sólo nos es conocido por una docenita de tableros con algunas piezas encontrados en diferentes excavaciones...); pero, los/as egiptólogos/as han propuesto [b:18fd0d2494]diferentes[/b:18fd0d2494] nomenclaturas: Decker lo llama [i:18fd0d2494]el juego del escudo[/i:18fd0d2494] (porque, el tablero -aproximadamente, [b:18fd0d2494]rectangular[/b:18fd0d2494]- suele [b:18fd0d2494]curvarse[/b:18fd0d2494] en uno de sus extremos adoptando esta forma); sir Flinders Petrie lo llama [i:18fd0d2494]juego de los 58 agujeros[/i:18fd0d2494] (porque, en lugar de cuadros, tiene pequeñas [b:18fd0d2494]perforaciones[/b:18fd0d2494] para insertar las piezas -que, tienen forma de [b:18fd0d2494]varillas[/b:18fd0d2494]-; pero, el número de agujeros es [b:18fd0d2494]variable[/b:18fd0d2494] -y, la pauta [b:18fd0d2494]más[/b:18fd0d2494] frecuente es la de [u:18fd0d2494]29[/u:18fd0d2494] agujeros por bando, más uno central -que, presumiblemente.., podía ser aprovechado por [b:18fd0d2494]ambos[/b:18fd0d2494] jugadores-); Bell lo denomina [i:18fd0d2494]juego de la palmera[/i:18fd0d2494] (por aparecer este árbol en un tablero encontrado por lord Carnarvon en las excavaciones en Tebas); otros autores, en fin, lo llaman [i:18fd0d2494]el juego de los perros y chacales[/i:18fd0d2494] (porque cabezas de estos animales aparecen talladas en el extremo superior de las varillas)...
Y, aún hay más...
Pero, yo ya no sigo.
Siempre, en cualquier caso, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 2027 hs. p.m.
Desde un punto de vista [b:18fd0d2494]práctico[/b:18fd0d2494], se suele clasificar los juegos de tablero en varios grupos subdivisorios. En muchos casos, se trata de recorrer un circuito dado (como en los actuales parchís o juego de la oca -[i:18fd0d2494]race games[/i:18fd0d2494] o [i:18fd0d2494]juegos de carreras[/i:18fd0d2494]-). La estructura [b:18fd0d2494]competitiva[/b:18fd0d2494] necesita en este caso introducir los [b:18fd0d2494]dados[/b:18fd0d2494] como elemento [b:18fd0d2494]aleatorio[/b:18fd0d2494] que determina la VELOCIDAD de la carrera para los distintos momentos de la partida, porque los jugadores disponen, en general, de [b:18fd0d2494]idénticas[/b:18fd0d2494] piezas y posibilidades de marcha.
Los de juegos de carreras se remontan a la antigüedad más ignota... En Egipto, el prototipo de juegos de tablero y el [b:18fd0d2494]más[/b:18fd0d2494] popular de todos (a juzgar por la cantidad de ilustraciones visuales de tableros encontradas en las excavaciones) fué el denominado con las letras [i:18fd0d2494]snt[/i:18fd0d2494] en las inscripciones, que se ha traducido convencionalmente por SENET, también llamado [i:18fd0d2494]juego de las 30 casillas[/i:18fd0d2494].
El tablero [b:18fd0d2494]rectangular[/b:18fd0d2494], de 3x10 cuadros, estaba construído a menudo con materiales [b:18fd0d2494]nobles[/b:18fd0d2494], y, sobre él, cada uno de los [b:18fd0d2494]dos[/b:18fd0d2494] jugadores movía sus [b:18fd0d2494]cinco[/b:18fd0d2494] piezas con ayuda del lanzamiento de [b:18fd0d2494]cuatro[/b:18fd0d2494] bastoncillos o de un astrágalo o taba de cordero (que, hacía las veces de dado). Las piezas podían ser abstractas (en forma de cilindros o conos); pero, muy frecuentemente representaban cabezas humanas, de animales o de demonios.
La palabra SENET significa "[i:18fd0d2494]pasar a través[/i:18fd0d2494]"; y, define a un [i:18fd0d2494]race game[/i:18fd0d2494]. Como la [b:18fd0d2494]máxima[/b:18fd0d2494] tirada obtenible era un [b:18fd0d2494]cinco[/b:18fd0d2494], si un jugador colocaba sus cinco piezas ininterrumpidamente una detrás de otra, [b:18fd0d2494]bloqueaba[/b:18fd0d2494] el avance de las piezas del oponente colocadas detrás de las suyas. En cambio, si las piezas estaban desperdigadas, el adversario podía capturar las que estuviesen aisladas, enviándolas de nuevo al principio del juego, o avanzar sus piezas entre los huecos existentes. Determinadas casillas tenían un significado [b:18fd0d2494]especial[/b:18fd0d2494] y aparecen ilustradas con diversos grafismos (la más [b:18fd0d2494]significativa[/b:18fd0d2494] es la casilla [u:18fd0d2494]15[/u:18fd0d2494]; que, los jerogíficos definen como [i:18fd0d2494]Casa de la Resurrección o del Renacimiento[/i:18fd0d2494]).
También la casilla [u:18fd0d2494]26[/u:18fd0d2494], la [i:18fd0d2494]Casa de la Hermosura[/i:18fd0d2494], tenía un significado [b:18fd0d2494]positivo[/b:18fd0d2494] para el jugador que la alcanzaba. Por el contrario, la casilla [u:18fd0d2494]27[/u:18fd0d2494], decorada como un campo de agua pantanosa, era [b:18fd0d2494]desfavorable[/b:18fd0d2494]; y, las piezas que caían en ella tenían que volver a nacer desde la casilla [u:18fd0d2494]15[/u:18fd0d2494]. El jugador que conseguía atravesar con [b:18fd0d2494]todas[/b:18fd0d2494] sus piezas [b:18fd0d2494]todo[/b:18fd0d2494] el tablero, llegando exactamente hasta la [b:18fd0d2494]imaginaria[/b:18fd0d2494] casilla 31, era el VENCEDOR de la partida.
Aparte de su valor como pasatiempo doméstico en el tórrido clima de Egipto, el SENET tenía una dimensión [b:18fd0d2494]religiosa[/b:18fd0d2494], ilustrada por su [b:18fd0d2494]muy[/b:18fd0d2494] frecuente aparición en los ornamentos funerarios. El alma del difunto jugaba una partida con los imaginarios oponentes del más allá, para conseguir un renacimiento victorioso en la vida ultraterrena.
El SENET se extendió a [b:18fd0d2494]otras[/b:18fd0d2494] áreas, como lo prueban al margen de duda alguna los tropotocientos hallazgos arqueológicos de tableros y piezas en Sudán, Chipre y Fenicia. Una [b:18fd0d2494]variedad[/b:18fd0d2494] de SENET sigue siendo muy practicada por los árabes (que, lo llaman [i:18fd0d2494]al-Tab al-Sigah[/i:18fd0d2494]).
El tablero del [i:18fd0d2494]juego de las VEINTE casillas[/i:18fd0d2494] aparece frecuentemente en el Imperio Nuevo egipcio en el [b:18fd0d2494]reverso[/b:18fd0d2494] del tablero del SENET: consta de un tablero de 3x4 cuadros, a cuya fila horizontal central se yuxtapone una linea adicional de [b:18fd0d2494]ocho[/b:18fd0d2494] casillas -las reglas de juego son mucho [b:18fd0d2494]menos[/b:18fd0d2494] conocidas que las del SENET, del que se supone una variedad abreviada-. A partir de la XX dinastía, se [b:18fd0d2494]añadió[/b:18fd0d2494] en el otro extremo del tablero, [b:18fd0d2494]otro[/b:18fd0d2494] de 3x4 casillas [b:18fd0d2494]simétrico[/b:18fd0d2494] al primero, reduciendo la fila central de 8 a 7 casillas, con lo que se obtenía un total de 31 casillas -12 en cada uno de los dos rectángulos de los extremos, y 7 en la línea central que los conecta-. [b:18fd0d2494]También[/b:18fd0d2494] este juego tiene connotaciones [b:18fd0d2494]religiosas[/b:18fd0d2494] (como indica claramente el texto funerario de un conocidísimo papiro: "[i:18fd0d2494]...y, entonces entraré en la Casa de los Treinta y me convertiré en un dios al llegar a la casilla 31[/i:18fd0d2494]").
OTROS juegos egipcios de tablero [b:18fd0d2494]muy[/b:18fd0d2494] populares han sido identificados como pertenecientes al grupo de [i:18fd0d2494]race games[/i:18fd0d2494] (aparecen entre la IX y la XII dinastías); aunque, también se difundieron hacia Palestina y Mesopotamia...
Por ejemplo...
El nombre [b:18fd0d2494]no[/b:18fd0d2494] nos es conocido (porque, del juego a que me voy a referir a continuación, [b:18fd0d2494]no[/b:18fd0d2494] existe ninguna representación pictórica ni inscripciones; y, sólo nos es conocido por una docenita de tableros con algunas piezas encontrados en diferentes excavaciones...); pero, los/as egiptólogos/as han propuesto [b:18fd0d2494]diferentes[/b:18fd0d2494] nomenclaturas: Decker lo llama [i:18fd0d2494]el juego del escudo[/i:18fd0d2494] (porque, el tablero -aproximadamente, [b:18fd0d2494]rectangular[/b:18fd0d2494]- suele [b:18fd0d2494]curvarse[/b:18fd0d2494] en uno de sus extremos adoptando esta forma); sir Flinders Petrie lo llama [i:18fd0d2494]juego de los 58 agujeros[/i:18fd0d2494] (porque, en lugar de cuadros, tiene pequeñas [b:18fd0d2494]perforaciones[/b:18fd0d2494] para insertar las piezas -que, tienen forma de [b:18fd0d2494]varillas[/b:18fd0d2494]-; pero, el número de agujeros es [b:18fd0d2494]variable[/b:18fd0d2494] -y, la pauta [b:18fd0d2494]más[/b:18fd0d2494] frecuente es la de [u:18fd0d2494]29[/u:18fd0d2494] agujeros por bando, más uno central -que, presumiblemente.., podía ser aprovechado por [b:18fd0d2494]ambos[/b:18fd0d2494] jugadores-); Bell lo denomina [i:18fd0d2494]juego de la palmera[/i:18fd0d2494] (por aparecer este árbol en un tablero encontrado por lord Carnarvon en las excavaciones en Tebas); otros autores, en fin, lo llaman [i:18fd0d2494]el juego de los perros y chacales[/i:18fd0d2494] (porque cabezas de estos animales aparecen talladas en el extremo superior de las varillas)...
Y, aún hay más...
Pero, yo ya no sigo.
Siempre, en cualquier caso, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 2027 hs. p.m.