06-11-2004, 10:55 AM
¿Quién?
Un trepa se decía que normando y del que ya, salvo los interesadamente ciegos Bracamonte.., NADIE niega sus raices JUDÍAS (no israelitas; pero, quizá sí israelíes avant la lettre...).
En 1401, este tipejo, Jean IV de Béthencourt -hijo de Jean III y de Marie de Braquemont-, vende los derechos vitalicios sobre sus feudos familiares de Grainville-la-Teinturiére, en la Normandie, por la cantidad de SIETE MIL francos -5.000 de los cuales le fueron pagados de inmediato y los 2.000 restantes quedaron aplazados- a un primo suyo que estaba buitreando en Castilla. Con esta pasta, MUY superior a la que dispondría noventa años después Colón para efectuar su viaje transatlántico, Béthencourt organiza con su compinche Gadifer de La Salle, desde el puerto de La Rochelle, la razzia que, al año siguiente, habría de conducirle a las islas Canarias para emprender su EXPOLIO (el primero en llegar a ellas había sido el navegante genovés Lancerotto Marocello -que, en 1312, arribó a Lanzarote-; y, son mencionadas -en una concesión que NO se hizo nunca efectiva cuyo beneficiario era el infante castellano Luís de la Cerda- por el pontífice Clemente VI).
¿Se pregunta alguien por QUÉ escogió aquella rata la patria guanche?
Ya hacia 1460, el famoso cronista portugués Diogo Gomes apunta que el tal Béthencourt era LEPROSO; y, que, "buscando un remedio para su mal", emprendió el viaje, "fiado de las noticias" de que en aquellos archipiélagos africanos existían unas tortugas que segregaban una sustancia capaz de curar la lepra...
Aunque yo desechase de entrada esta suposición, NO debería echarla en saco roto...
Pues, es CIERTO que, más a menudo de lo que los mismos historiadores académicos suelen aceptar sin reticencias, las crónicas se expresan algunas veces empleando un lenguaje SIMBÓLICO (así ocurrió, en su momento, cuando se aireó a traves de las crónicas aragonesas la leyenda de la Campana de Huesca; que el profesor Antonio Ubieto ya DEMOSTRÓ que resultó, a la postre, NO ser tan absurda como se afirmaba; o, cuando las castellanas divulgaron la de los hermanos Carvajales en tiempos de Fernando IV el Emplazado, que igualmente contenía elementos de otras CERTEZAS que fueron expresados bajo la forma de leyenda que tomó cuerpo en nuestros historiadores hasta que se descubrió que NO era estrictamente cierta).
En el caso de la lepra y los LEPROSOS, me gustaría se recordase que era axiomática creencia popular, subrepticiamente difundida y hasta propiciada por algunos lamentables miembros de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que los JUDÍOS eran LEPROSOS o transmitían la lepra. Y, es el caso que la oscura familia de los Béthencourt (como sucede, también, con, por ejemplo, los Bracamonte en Castilla -ambas familias estaban emparentadas y MUY relacionadas; la operación financiera señalada antes fué con el primer Bracamonte castellano...) fué tachada repetidamente de unos orígenes JUDÍOS que son desesperadamente negados por la genealogías elaboradas muy POSTERIORMENTE por sus descendientes..; ¿acaso quiso expresar el cronista luso OTRO tipo de lepra?
NO negaré que todo un maestro como Alejandro Cioranescu (en el volumen introductorio a la edición de "Le Canarien" -Instituto de Estudios Canarios de La Laguna, 1959-) apunta la posibilidad de que el quidam pensase en comercializar la tintura de una especie de cochinilla que se encontraba igualmente en las islas del litoral africano; y, que el rapaz trepa, quizá, especuló con que fuese posible su utilización en los talleres de sus siervos (recuerden el NOMBRE de sus posesiones familiares...). Mas.., NO me parece, con todo el respeto debido, una hipótesis de trabajo demasiado de recibo, dado que, primero, el nombre le fué impuesto a la localidad hace menos de DOS siglos -cuando se establecieron en ella industrias de tinturas de tejidos que, sin embargo, NO sin consignadas todavía en TODA la Edad Media...- y, segundo, existe el HECHO contrastado de que Béthencourt, al emprender el viaje a la conquista de las islas, YA había vendido -¡por eso pudo hacer el viaje..!- sus feudos a su primo, como comento antes..; por lo que resultaría pelín INCOHERENTE que tratase de obtener de su aventura un producto destinado a unas industrias que, en CUALQUIER caso, ya habrían dejado de pertenecerle...
Sin embargo, es también el maestro Cioranescu quien, en el mismo EXCELENTE estudio, da cuenta de OTRA explicación que no atiende y que, estimo.., convendría estudiar.
La explicación se la apuntó el historiador galo Jean de la Varende, que le mencionó que, en la zona portuaria de Dieppe, estaba MUY extendida la creencia de que la orden del Temple utilizó las islas Canarias como lugar de paso hacia una mítica ruta americana de la plata que la flota templaria habría utilizado SECRETAMENTE y que sería, en última instancia, la causa de la COLOSAL fortuna en plata que el Temple guardaba en sus arcas (procedente de un comercio con México que JAMÁS fué dado a conocer por ellos ni, lógicamente, reconocido por la historiografía oficial posterior)... En ESTE sentido, tendriamos que recordar que todo el proyecto del viaje de Béthencourt se gestó DESPUÉS de una muy prolongada estancia en el puerto de La Rochelle, del cual salió la nave que emplearía en su razzia. Y, que La Rochelle (que conservó su casa de templarios -le ponton du Temple- hasta hace apenas cien años) fué, como Dieppe, puerto en el que el Temple amarraba su flota atlántica. Una flota que, por lo demás, resultaría totalmente ABSURDO guardar en puertos atlánticos SI, como se afirma, sus viajes se limitaban a conectar sus posesiones europeas con sus sedes en Oriente Próximo. Tampoco, estimo, habría que echar en saco roto el HECHO (apuntado ya por el maestro Salvador de Madariaga -cfr. s/. "Vida del muy magnífico señor don Cristóbal Cólon", pub. por Sudamericana en 1958 en Buenos Aires-) de que Cólon realizó un viaje por el puerto de La Rochelle, mientras la Junta de Salamanca dilucidaba la viabilidad de su proyecto...
¿Se hunden ya en las raices del COMPLOT judeo-masónico?
En 1403 (sus campañas en las islas las paso por alto..; pueden, SIN duda, imaginarlo sin necesidad que yo haga de periodista: una SALVAJE ocupación depredadora, vaya...), llega triunfante a la corte de Enrique III de Castilla que le reconoce como REY y soberano de las Islas Canarias conquistadas ya y de las que queden por conquistar con PLENAS atribuciones (incluso, la de acuñar moneda -cosa que, por cierto, Béthencourt NO hizo...-). El flamante Juan I de las Islas Canarias rindió, agradecido, vasallaje a la corona castellana (al fin y al cabo, entonces en poder de otros trepas como él...).
En 1405, aprovecha las acciones judiciales emprendidas por su esposa, Jeanne de Fayel (RABIOSA por NO haber recibido NADA de la venta del patrimonio cuatro años antes...) y, después del embrollo y el maremagnum, se encuentra, de nuevo, en posesión de sus feudos familiares (¡el primo Bracamonte, para más inri, tendrá que pagarle los 2.000 francos aplazados que le debía..!). A ellos se retira con dos jóvenes esclavos guanches que le entretenían en sus miserables vicios...
En 1418, vende su reino y sus derechos soberanos al conde de Niebla (que, los cedió a un traficante de esclavos llamado de las Casas y éste, después, a la familia de los Peraza; que, en 1477, los traspasaron, definitivamente, a los Reyes Católicos -¿se han fijado en la titulación tradicional de un rey de España?, cherchez la femme...-: el dominio TOTAL de las islas se logró en 1496).
Este CABRÓN judío que se avergonzaba de su propia sangre (quizá,. por eso, derramó tanta, tanta, TANTA...), representativo de la MAFIA imperial que aún impera en la piel de toro (¡y, en TANTOS lados..!), murió lleno de gusanos en 1442: de NADA sirvieron las docenas y docenas de infantiles yugulares seccionadas para que él, DESESPERADO, se emborrachase de pura sangre buscando, inútilmente, una escapatoria al tribunal inapelable de la JUSTICIA divina.
Siempre a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
11/06/2004, 0254 hs. a. m.
Un trepa se decía que normando y del que ya, salvo los interesadamente ciegos Bracamonte.., NADIE niega sus raices JUDÍAS (no israelitas; pero, quizá sí israelíes avant la lettre...).
En 1401, este tipejo, Jean IV de Béthencourt -hijo de Jean III y de Marie de Braquemont-, vende los derechos vitalicios sobre sus feudos familiares de Grainville-la-Teinturiére, en la Normandie, por la cantidad de SIETE MIL francos -5.000 de los cuales le fueron pagados de inmediato y los 2.000 restantes quedaron aplazados- a un primo suyo que estaba buitreando en Castilla. Con esta pasta, MUY superior a la que dispondría noventa años después Colón para efectuar su viaje transatlántico, Béthencourt organiza con su compinche Gadifer de La Salle, desde el puerto de La Rochelle, la razzia que, al año siguiente, habría de conducirle a las islas Canarias para emprender su EXPOLIO (el primero en llegar a ellas había sido el navegante genovés Lancerotto Marocello -que, en 1312, arribó a Lanzarote-; y, son mencionadas -en una concesión que NO se hizo nunca efectiva cuyo beneficiario era el infante castellano Luís de la Cerda- por el pontífice Clemente VI).
¿Se pregunta alguien por QUÉ escogió aquella rata la patria guanche?
Ya hacia 1460, el famoso cronista portugués Diogo Gomes apunta que el tal Béthencourt era LEPROSO; y, que, "buscando un remedio para su mal", emprendió el viaje, "fiado de las noticias" de que en aquellos archipiélagos africanos existían unas tortugas que segregaban una sustancia capaz de curar la lepra...
Aunque yo desechase de entrada esta suposición, NO debería echarla en saco roto...
Pues, es CIERTO que, más a menudo de lo que los mismos historiadores académicos suelen aceptar sin reticencias, las crónicas se expresan algunas veces empleando un lenguaje SIMBÓLICO (así ocurrió, en su momento, cuando se aireó a traves de las crónicas aragonesas la leyenda de la Campana de Huesca; que el profesor Antonio Ubieto ya DEMOSTRÓ que resultó, a la postre, NO ser tan absurda como se afirmaba; o, cuando las castellanas divulgaron la de los hermanos Carvajales en tiempos de Fernando IV el Emplazado, que igualmente contenía elementos de otras CERTEZAS que fueron expresados bajo la forma de leyenda que tomó cuerpo en nuestros historiadores hasta que se descubrió que NO era estrictamente cierta).
En el caso de la lepra y los LEPROSOS, me gustaría se recordase que era axiomática creencia popular, subrepticiamente difundida y hasta propiciada por algunos lamentables miembros de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que los JUDÍOS eran LEPROSOS o transmitían la lepra. Y, es el caso que la oscura familia de los Béthencourt (como sucede, también, con, por ejemplo, los Bracamonte en Castilla -ambas familias estaban emparentadas y MUY relacionadas; la operación financiera señalada antes fué con el primer Bracamonte castellano...) fué tachada repetidamente de unos orígenes JUDÍOS que son desesperadamente negados por la genealogías elaboradas muy POSTERIORMENTE por sus descendientes..; ¿acaso quiso expresar el cronista luso OTRO tipo de lepra?
NO negaré que todo un maestro como Alejandro Cioranescu (en el volumen introductorio a la edición de "Le Canarien" -Instituto de Estudios Canarios de La Laguna, 1959-) apunta la posibilidad de que el quidam pensase en comercializar la tintura de una especie de cochinilla que se encontraba igualmente en las islas del litoral africano; y, que el rapaz trepa, quizá, especuló con que fuese posible su utilización en los talleres de sus siervos (recuerden el NOMBRE de sus posesiones familiares...). Mas.., NO me parece, con todo el respeto debido, una hipótesis de trabajo demasiado de recibo, dado que, primero, el nombre le fué impuesto a la localidad hace menos de DOS siglos -cuando se establecieron en ella industrias de tinturas de tejidos que, sin embargo, NO sin consignadas todavía en TODA la Edad Media...- y, segundo, existe el HECHO contrastado de que Béthencourt, al emprender el viaje a la conquista de las islas, YA había vendido -¡por eso pudo hacer el viaje..!- sus feudos a su primo, como comento antes..; por lo que resultaría pelín INCOHERENTE que tratase de obtener de su aventura un producto destinado a unas industrias que, en CUALQUIER caso, ya habrían dejado de pertenecerle...
Sin embargo, es también el maestro Cioranescu quien, en el mismo EXCELENTE estudio, da cuenta de OTRA explicación que no atiende y que, estimo.., convendría estudiar.
La explicación se la apuntó el historiador galo Jean de la Varende, que le mencionó que, en la zona portuaria de Dieppe, estaba MUY extendida la creencia de que la orden del Temple utilizó las islas Canarias como lugar de paso hacia una mítica ruta americana de la plata que la flota templaria habría utilizado SECRETAMENTE y que sería, en última instancia, la causa de la COLOSAL fortuna en plata que el Temple guardaba en sus arcas (procedente de un comercio con México que JAMÁS fué dado a conocer por ellos ni, lógicamente, reconocido por la historiografía oficial posterior)... En ESTE sentido, tendriamos que recordar que todo el proyecto del viaje de Béthencourt se gestó DESPUÉS de una muy prolongada estancia en el puerto de La Rochelle, del cual salió la nave que emplearía en su razzia. Y, que La Rochelle (que conservó su casa de templarios -le ponton du Temple- hasta hace apenas cien años) fué, como Dieppe, puerto en el que el Temple amarraba su flota atlántica. Una flota que, por lo demás, resultaría totalmente ABSURDO guardar en puertos atlánticos SI, como se afirma, sus viajes se limitaban a conectar sus posesiones europeas con sus sedes en Oriente Próximo. Tampoco, estimo, habría que echar en saco roto el HECHO (apuntado ya por el maestro Salvador de Madariaga -cfr. s/. "Vida del muy magnífico señor don Cristóbal Cólon", pub. por Sudamericana en 1958 en Buenos Aires-) de que Cólon realizó un viaje por el puerto de La Rochelle, mientras la Junta de Salamanca dilucidaba la viabilidad de su proyecto...
¿Se hunden ya en las raices del COMPLOT judeo-masónico?
En 1403 (sus campañas en las islas las paso por alto..; pueden, SIN duda, imaginarlo sin necesidad que yo haga de periodista: una SALVAJE ocupación depredadora, vaya...), llega triunfante a la corte de Enrique III de Castilla que le reconoce como REY y soberano de las Islas Canarias conquistadas ya y de las que queden por conquistar con PLENAS atribuciones (incluso, la de acuñar moneda -cosa que, por cierto, Béthencourt NO hizo...-). El flamante Juan I de las Islas Canarias rindió, agradecido, vasallaje a la corona castellana (al fin y al cabo, entonces en poder de otros trepas como él...).
En 1405, aprovecha las acciones judiciales emprendidas por su esposa, Jeanne de Fayel (RABIOSA por NO haber recibido NADA de la venta del patrimonio cuatro años antes...) y, después del embrollo y el maremagnum, se encuentra, de nuevo, en posesión de sus feudos familiares (¡el primo Bracamonte, para más inri, tendrá que pagarle los 2.000 francos aplazados que le debía..!). A ellos se retira con dos jóvenes esclavos guanches que le entretenían en sus miserables vicios...
En 1418, vende su reino y sus derechos soberanos al conde de Niebla (que, los cedió a un traficante de esclavos llamado de las Casas y éste, después, a la familia de los Peraza; que, en 1477, los traspasaron, definitivamente, a los Reyes Católicos -¿se han fijado en la titulación tradicional de un rey de España?, cherchez la femme...-: el dominio TOTAL de las islas se logró en 1496).
Este CABRÓN judío que se avergonzaba de su propia sangre (quizá,. por eso, derramó tanta, tanta, TANTA...), representativo de la MAFIA imperial que aún impera en la piel de toro (¡y, en TANTOS lados..!), murió lleno de gusanos en 1442: de NADA sirvieron las docenas y docenas de infantiles yugulares seccionadas para que él, DESESPERADO, se emborrachase de pura sangre buscando, inútilmente, una escapatoria al tribunal inapelable de la JUSTICIA divina.
Siempre a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
11/06/2004, 0254 hs. a. m.