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COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES
Literatura : Edad Media
El Cantar de Mio Cid se conserva en un solo manuscrito, cuyo códice del siglo XIV se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. El manuscrito estuvo perdido durante mucho tiempo, y fue publicado en forma impresa por primera vez por Tomás Antonio Sánchez en 1779. Es considerado por todos los críticos como una de las obras más importantes de la literatura española.
Ramón Menéndez Pidal, fiel a su teoría neotradicionalista, vincula el origen estamental del autor del Cantar de Mio Cid al mundo de la juglaría. La versión definitiva del cantar sería el resultado de la actividad refundidora de dos poetas juglares. La primera versión, muy próxima a los hechos que narra, sería fruto de un juglar de San Esteban de Gormaz; los hechos narrados en el primer cantar serían los más históricos. Un segundo juglar, de tierra de Medinaceli, ya más alejado de los sucesos históricos, introduce adiciones novelescas.
Los defensores de la teoría individualista buscarán la identidad del autor del Cantar de Mio Cid en el estamento de los clérigos. El "explicit" final, "Per Abad le escribió", se interpretará en un sentido restringido, dándole al significante "escribió" la acepción de "componer". El autor sería un hombre de la iglesia.
Colin Smith, defensor también del individualismo, dice que el autor no sería un hombre de la iglesia, sino un laico, perito en leyes. Este autor se habría formado en alguno de los centros universitarios franceses (Montpellier, Orleans o París), lo que explicaría ciertas influencias francesas en el cantar.
Para la escuela tradicionalista, los primeros elementos serían breves "cantos noticieros", de naturaleza histórico-popular, que empezarían a gestarse ya en la vida del Cid. Poco después de la muerte de Rodrigo Díaz (a. 1096), estos cantos cristalizarían, en torno a 1105, en la primera versión. Desde 1105 hasta 1140, esta materia cidiana ser tradicionaliza, viven en variantes, y en 1140, según Pidal, se configura la versión definitiva del Cantar de Mio Cid, copiada en el códice del XIV por el amanuense Per Abad.
Los partidarios del oralismo, suponen que la materia cidiana habría vivido en constantes variantes en boca de juglares, quienes sólo aprenderían unas fórmulas, a partir de las cuales improvisarían su recitado. La versión que ha llegado hasta nosotros sería el resultado de la recitación de un juglar oralista a un escribano.
El individualismo, explica el Cantar de Mio Cid como fruto de la actividad de un individuo, que con amplia y extensa cultura supo dar vida a unos materiales que él conoce a través de una documentación de carácter histórico.
Menéndez Pidal asigna la fecha de 1140 basándose en la interpretación de los versos 3724-25 oy los reyes d'España sos parientes son / a todos alcança ondra por el que en buena ora naçio. Pidal interpreta estos versos como la significación de que el poema fue compuesto en el tiempo en que los descendientes del Cid llegan a ser reyes; e identifica esta situación con el año 1140, cuando Blanca, biznieta del Cid, se casa con Sancho, hijo del Alfonso VII, rey de Castilla y de León.
Otros muchos críticos se inclinan por la fecha que aparece en el "explicit" final Per Abbat le escrivio en el mes de mayo / en era de mill e CC XLV años [1245 - 38 = 1207]. El Cantar de Mio Cid habría sido compuesto a finales del XII o principios del XIII.
Para Pidal y otros críticos, el texto estaría dividido en tres partes, Cantar del destierro (vv. 1-1086), Cantar de las bodas (vv. 1087-2277), y Cantar de la afrenta de Corpes (2278-3730). La clave estructural para esta división la ofrecen los versos 1085 (aqui conpieça la gesta de mio Cid el de Bivar) y 2275-76 (Las coplas deste cantar aquis van acabando / el Criador vos vala con todos los sos santos).
En estos tres cantares se entrelazan dos tramas principales. La primera parte comenta el tema del deshonor moral y político del Cid ocasionado por el destierro injusto, y la rehabilitación gradual del héroe gracias a sus propios esfuerzos, que culminan en la reivindicación total de su honor, juntamente con su conquista de Valencia y con la consecución del indulto real. La segunda parte comienza antes del final de la primera, cuando los infantes de Carrión deciden casarse con las hijas del Cid; en esta segunda parte el Cid sufrirá el descrédito personal y familiar derivado de la afrenta hecha a sus hijas. Sin embargo, el rey participará en el deshonor por su insistencia en que se casen los infantes con las hijas del Cid, y es el rey quien tiene que enderezar el entuerto por medio de un tribunal ante el cual el Cid logrará obtener reparación. La carrera del Cid llega a su culmen con los nuevos matrimonios de sus hijas con los príncipes herederos de Aragón y Navarra.
Existe la posibilidad de que esta división tripartita fuera un tanto artificial, ya que la gesta a la que se alude al comienzo del segundo cantar ya ha comenzado --conquistas anteriores a Valencia--, a menos que la gesta sea realmente la conquista de Valencia. Además, no hay mención explícita al final del primer cantar de que éste termine --compárese con el segundo y el tercero, donde se dice que terminan. Se podría pensar en una división bipartita. Hasta Valencia, desde Valencia, fijándonos más en las dos tramas principales.
El verso del Cantar de Mio Cid, o "verso épico", similar al del Cantar de Roncesvalles, tiene como características métricas el anisosilabismo, es decir, sin medida fija (entre 10 y 20 sílabas), y la división interna en hemistiquios, también con un número irregular de sílabas.
Estos versos no se agrupan en estrofas definidas; los metros se agrupan en series irregulares de versos con rimas asonantadas (sonidos vocálicos). Estos conjuntos reciben el nombre de "tiradas" o "laisse". La extensión de estas agrupaciones es muy variable. Las hay de tres versos, mientras que otras sobrepasan los cien.
Conocemos gracias a documentos y crónicas --Carmen Campidoctoris, Historia Roderici-- la existencia histórica del Cid. Nace en 1043, muere en 1099, y en 1102 sus restos son enterrados en el monasterio de Cardeña. Era hijo de Diego Laínez, descendiente de uno de los 10 jueces de Castilla. De joven fue alférez de Sancho II.
Fernando I, que había unificado Galicia, León y Castilla, divide el reino entre sus hijos cuando muere en 1065: Galicia [Ramiro], León [Alfonso], Castilla [Sancho], Toro [Elvira], Zamora [Urraca]. Sancho II es asesinado en el cerco de Zamora, y Alfonso VI regresa a Toledo como rey de Castilla y León. El Cid desconfía de Alfonso VI, dando lugar a dos destierros, el primero en 1081, al ser acusado por García Ordóñez de retener parte de las parias; el segundo en 1088, por retrasarse en auxiliar al rey.
Pidal defendió el carácter esencialmente histórico de la épica castellana, y más en concreto del CMC. Otros críticos afirman que el CMC es una obra más bien de arte y de ficción que de autenticidad histórica. Los acontecimientos narrados en el CMC poseen una historicidad, es decir, que poseen una verosimilitud narrativa, ya que lo que se narra no entra dentro de lo fabuloso o legendario, sino que tiene un realismo, que dentro del contexto histórico, consigue la verosimilitud artística.
Texto adaptado de:
Menéndez Peláez, J. et al. Historia de la literatura española. Vol. I: Edad Media. León: Everest, 1993
[Fuente: http://www.bowdoin.edu/dept/library/lmc/span311/miocid.htm
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