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LA REVOLUCION DE MAYO
El 17 de Mayo aparecen en Buenos
Aires unos impresos oficiales con el título: "Copia de los artículos de la
"Gazeta de Londres" de 16, 17 y 24 de febrero último, referentes a los sucesos
de España". En ellos se incluye el Real Decreto firmado por el Presidente
de la Suprema Junta de España, Arzobispo de Laodicea, por el cual se creaba el
Consejo de Regencia que entraría en. funciones el 2 de Febrero en la isla de
León. El mismo día 17, los cabecillas de la conjura recurren nuevamente ante
los jefes militares en demanda de apoyo. Saavedra está fuera de la
ciudad y Martín Rodríguez se niega a tomar medida alguna en ausencia del Jefe
de los Patricios. Sin embargo, se comisiona a Juan José Viamonte, segundo Jefe
del Regimiento, para que busque a Saavedra, mientras los revolucionarios
esperan su regreso en casa de Rodríguez.
Cisneros, entretanto, no ignora lo que está ocurriendo. Quizás para poner un
dique al conflicto que se avecina, publica el 18 una proclama destinada "a
los leales y generosos pueblos del Virreinato de Buenos Aires". En ella confirma la gravedad de la
situación y exhorta a mantener el orden y la paz. El Virrey asegura que, "en
el desgraciado caso de una total pérdida de la Península y falta del Supremo
Gobierno", no tomará ninguna decisión que no sea "previamente
acordada en unión de todas las representaciones de esta Capital, a que
posteriormente se reúnan las de sus provincias dependientes" , entretanto
se establezca, de acuerdo con los demás virreinatos americanos, "una representación
de la soberanía del señor don Fernando Séptimo". Cisneros asegura que no
apetece el mando, sino la gloria de luchar en defensa del monarca contra toda
dominación extraña. Finalmente, previene nuevamente al pueblo sobre los "genios inquietantes y malignos" que
procuran crear disensiones.
Ese mismo día llega Saavedra a Buenos Aires. Por la noche preside una
reunión en casa de Nicolás Rodríguez
Peña, y se traza entonces el plan a seguir: el punto de partida será una
convocatoria a Cabildo abierto. Al día siguiente, Juan José Castelli y
Martín Rodríguez visitan al Virrey y le plantean la necesidad de tal
convocatoria. Luego entrevistan al Alcalde de primer voto (Juan José Lezica), y
al Síndico Procurador del Cabildo (Julián de Leiva) para gestionar que la
reunión se realice al día siguiente. Sin embargo, el Virrey y su partido
consiguen dar largas al asunto y el 20 acuerdan, por inspiración de Leiva,
acceder a la reunión del Cabildo abierto, pero sólo después de conocer la
opinión de los jefes militares. En las últimas horas de la tarde concurren
éstos al Fuerte y ratifican, por boca de Saavedra, la posición que están
dispuestos a defender: para ellos, el Virrey debe dimitir, pues su mando ha
caducado con la disolución de la Junta Suprema de España, y el gobierno debe
ser asumido por el Cabildo para luego transferirlo a la nueva autoridad que el
pueblo designe en Cabildo abierto. La suerte del Virrey, a pesar de los
arbitrios dilatorios del síndico Leiva está echada.
Fotografía del siglo XIX donde se observa la casa de Nicolás Rodriguez Peña donde los revolucionarios resolvieron pedir la convocatoria a Cabildo abierto y la deposición de Cisneros
Nicolás Rodriguez Peña, uno de los dirigentes del movimiento de Mayo
Dibujo del Archivo General de la Nación donde se muestra al Alcalde Juan José Lezica , el 20 de Mayo, cuando transmite a Cisneros el pedido de convocatoria para el Cabildo Abierto
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