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1833
Concluye la
guerra egipcio-turca y Egipto se queda un Siria. Isabel II es proclamada reina
de España, donde se suceden revueltas carlistas. También hay levantamientos
graves en Frankfurt, Alemania. Dos hombres - Gauss y Weber - inventan el
telégrafo eléctrico, uno solo - Hall - descubre la acción de los reflejos.
Michelet redondea su monumental "Historia de Francia", y el pintor
Ingress concluye su "Retrato del viejo Berlín". Otro artista, Rude,
consuma el alto relieve del Arco de la Estrella, de París.
El año local se inicia con una usurpación: el poder naval inglés ocupa las
Malvinas, y don Manuel Moreno
presenta una enérgica protesta. Con el objeto de reducir a los indios de la
pampa, Juan Manuel de Rosas parte con una expedición hacia el desierto,
llegando hasta el paralelo 419 de latitud Sur. Consigue arrebatar a los indios
cerca de 100.000 Kilómetros cuadrados de tierra, rescatando, además, a 2.000
blancos que se encontraban cautivos en las tolderías. Toda esta obra lo hace
acreedor al título de "Héroe del desierto", el que por extensión se
aplica popularmente a doña Encarnación Ezcurra, su mujer, a la que el pueblo
llama, significativamente, "La Heroína". Durante la campaña ella se
encarga de que la imagen del caudillo no pierda su atractivo y poder, al par
que mantiene a Rosas enterado de los principales "sucedidos" del
interior del país y de la ciudad. En respuesta a una de esas cartas de doña
Encarnación, Rosas escribe: "Ya has visto lo que vale la amistad de
los pobres y cuánto interesa atraerlos. Escríbeles con frecuencia y mándales
cualquier regalo... Los amigos fieles que te hayan servido, déjalos que jueguen
al billar en casa".
Estalla una revolución llamada "de los restauradores" contra el gobierno
de González Balcarce, y se designa para el cargo a Juan José Viamonte.
Se crea el Registro Civil de Matrimonios "para individuos de distintas creencias".
Hasta en estas papeletas del nacer se siente la división que sufre el país: a
los bebes porteños se los registra como "hijos del país"; a los del
interior, como "natural de la provincia de Córdoba", o "natural de la
provincia de Santa Fe".
Gana ámbito, además, la cinta encarnada: es el símbolo creciente de la
Federación. De allí que no parezca insólito el nacimiento de una entidad cuyo
apelativo oficial es el de Sociedad Popular Restauradora, pero que el pueblo ha
bautizado lisamente Mazorca. Llegan noticias de Rivadavia desde París;
ha iniciado otra traducción: la de la famosa obra de Félix de Azara, "Viajes
a la América Meridional", al par que concluye otra: "La democracia en
América", de Tocqueville. El país sufre tres muertes históricas: Juan
José Paso, Gervasio Posadas y Miguel de Azcuénaga. El interior bulle en
busca de una constitución que no llega, y Facundo Quiroga es el vocero
más inquieto de este deseo de armar la estructura flaqueante del país.
Un tanto indiferente a estos propósitos, Buenos Aires hace su vida
independiente. La siesta se afianza: desde las dos hasta las cinco de la tarde
no es posible "ver un alma por las calles". También hay otro motivo para
ahuyentar a los vecinos de estas calles, sea en verano o en invierno.
Permanecen en el mismo estado que las dejara el vanguardista don Bernardino. Es
decir, niveladas y con pavimento en las proximidades de la plaza de la
Victoria, pero casi imposibles y peligrosas a poco que uno se interne en los
barrios. Los fosos son innumerables y riesgosos por la elevación de las aceras.
En los días lluviosos se cubren de fango y no se les conoce la profundidad.
Algo similar ocurre durante las ornadas estivales o "de seca": los pozos
se llenan de fino polvo, guardará en su interior osamentas de ganado y otros
desperdicios. Como algunos vecinos sufren caídas graves, se alzan voces
reclamando seguridad. Pero en general el porteño se indigna poco. Su pasión del
momento está en el juego del monte, al que el gobierno persigue activamente.
Pero asumir este juego da status, y quienes no lo hacen, muy pronto se hacen
acreedores a los groseros epítetos de moda. Son ellos, "Gringo", "Carcamán"
y "Cajetilla".
Llega y causa revuelo una noticia sensacional. Un héroe desconocido - el gaucho
Antonio Rivero - ha desafiado con sólo 8 hombres el poderío inglés en Las
Malvinas usurpadas. En un acto de audacia enarbola nuevamente la bandera
argentina en dichas islas, siendo buscado afanosamente. Convertido en un
fantasma, el gobierno inglés decide mandar más tropas. El inhallable
guerrillero ingresa pronto en el "cielito". Se hace mito. Se comenta la
gesta del "tal Rivero" en medio de las fumarolas de los cafés y en todo
lugar donde se reúne el vecindario.
El fumar es uno de los aspectos salientes de la vida de Buenos Aires. Salvo "las
señoras de buena familia" fuman todos. "Se ven chicos de 8, 9 y 10 años
fumando", puede leerse en un periódico.
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