1830

Europa asiste a levantamientos populares que se extienden, en cadena, por varios países. El cuadro de estas luchas es el siguiente: Francia: se pelea en París, abdica Carlos X y Luis I es proclamado rey. Bélgica: la sublevación de Bruselas conduce a la independencia del país. Alemania: disturbios populares a granel. Polonia: el levantamiento es sangrientamente sofocado por las armas. En una conferencia efectuada en Londres se reconoce la independencia de otro país: Grecia. En América del Sur se desmiembra "la Gran Colombia" dando lugar al nacimiento de tres países independientes: Colombia, Venezuela y Ecuador. En el orden cultural, el estreno de "Hernan", de Víctor Hugo, origina un escándalo mayúsculo en París, con muchas trompadas y butacas rotas. Pero de esto nace un nuevo movimiento artístico: el romanticismo. Un músico, Berlioz, hace conocer su "Sinfonía Fantástica".

Comienza en la Argentina la época de un solo hombre: Rosas. Una de sus primeras medidas -aduciendo razones de economía- es la de clausurar el Colegio de Ciencias Morales que había sido Universidad en 1821 y declarar cesante a todo su personal.

La Legislatura de Buenos Aires le confiere al nuevo gobernante el título de Restaurador de las Leyes, con facultades extraordinarias sin término. Pero hay opositores a tanto poder personal: Senillosa, Luis Dorrego, Cernadas y Ugarteche. A fin de sostener el régimen federal, los Gobernadores de Santa Fe y Corrientes acuerdan una alianza ofensiva y defensiva. El interior bulle: en Oncativo - o Laguna Larga - el General Paz, luego de una batalla sangrienta, derrota al "tigre de los llanos", quien huye con su ejército diezmado. Quiroga busca entonces refugio en Buenos Aires. Las provincias argentinas - con excepción de las cuatro del litoral - dan un poder al General Paz para que organice un ejército, y celebran un pacto de unión y alianza. Para dar su apoyo al General Paz, se levanta en Entre Ríos Ricardo López Jordán quien triunfa.

Una nueva potencia comienza a influir en el Río de la Plata: Francia. No la de la revolución que dejó la Marsellesa, sino la Francia agresiva que acaba de entrometerse en Argelia a fin de echar los cimientos de un imperio colonial en Africa. Su aparición rioplatense es de franca competencia comercial con Inglaterra. Y si la Rubia Albión tiene buen campo de acción en Buenos Aires, la Francia se asentará en Montevideo, ciudad que comienza un crecimiento vertiginoso merced a la industria de los saladeros. Con abierta ventaja del puerto montevideano sobre el porteño: facilidad de carga y descarga. La competencia entre los dos gigantes de Europa tiene en estas playas mercados diferentes. Francia enfoca los artículos de lujo - telas linos, joyas, etc.- en tanto que Inglaterra insiste en enviar telas de algodón y de lana, utensilios de hierro, artículos de loza, vidrio, etc. Francia no logra romper este mercado, ya que las manufacturas inglesas son en la Argentina artículos de primera necesidad. En la ropa del gaucho -salvo el cuero- todo viene de Inglaterra. Los vestidos de las chinas salen de los telares de Manchester. La olla de la comida, las espuelas, los cuchillos.

Esta es la Argentina que inicia su tercera década independiente con una ciudad cuyos suburbios llegan, por el Oeste, al Hueco de Lorea, mercado de carretas. Por el Norte, a la plazuela, antes plaza Nueva, donde más tarde se levantó el Mercado del Plata. Por el Sur, hasta el Hueco de la Fidelidad. también mercado de carretas. Una ciudad con tunales y cercos de pita que comienzan antes de llegar a la Ramada plaza de Armas.

Las casas que antes se pintaban de celeste comienzan a serlo de colorado. Aparece la moda de los peinetones y llegan nuevos carruajes traídos por los señores Bell y quienes establecen el sistema de tiro de pecho y cadeneros, sistema revolucionario en ese entonces. Hay, además, 10 nuevas publicaciones, entre ellas "El Gaucho", Periódico en verso.

Es nombrado vicario apostólico el obispo Monseñor Mariano Medrano y Cabrera, y comienza una relación más armónica entre el gobierno y la Iglesia. Es el año de la introducción de las primeras litografías y el de la creación del Club Olimpo de Pelota.

La moda porteña impone un nuevo solaz: los paseos campestres a las barrancas de Olivos . Se nota, además, la pasión creciente de la porteñería por las diversiones de distinto tipo. Toda celebración patriótica o religiosa es prolongada ruidosamente con una serie de espectáculos que tienen "sabor local". Entre ellos, el ascenso a palos enjabonados que tienen su extremidad superior atractivos premios: chales, relojes, bolsas con dinero o confituras. Las carreras "de sortijas" no faltan nunca. Tienen que ver con la caballería, una pasión que entre los pobladores es cada vez mayor. Se pasea a caballo, se corren cuadreras, se reparten alimentos a caballo. Los argentinos de 1830 viven a caballo.