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1817
"Solar ¿es permitido?". Ocurría en Febrero,
en Santiago de Chile, y San Martín - copa en mano - habiendo brindado
por el pueblo que acababa de liberar, pidió permiso al dueño de casa - Solar -
para arrojar la copa al piso. Todos los invitados lo imitaron eufóricos. Luego,
por sobre todas las voces se alzó la del "Aníbal de los Andes" como lo bautizó
un inglés por esos días. Una voz áspera, de bajo, pero afinada, que cantaba el
Himno Nacional Argentino. Se festejaba la noticia del año. Una noticia que
llegó a Cuyo a través del capitán Escalada, mensajero a caballo: victoria total,
con 630 prisioneros y 400 realistas muertos. San Martín había salido de
Mendoza con 5.200 hombres, cruzando la cordillera por desfiladeros de 4.000
metros de altura y con varios grados bajo cero. Vence el apunamiento de sus
soldados haciéndolos consumir mucha cebolla pero algunos mueren por mareos y
hemorragias. Cuando termina la odisea andina ha perdido las dos terceras partes
de sus caballos y mulas. Pero no se desanima y cae sorpresivamente sobre los
españoles triunfando en toda la línea. Santiago lo recibe como un héroe y se le
ofrecen sumas de dinero y sueldos, los que declina. "No es tiempo para estos
lujos..." aclara al rechazar una vajilla de plata. En tanto el país entra en
laboratorio. El cordón umbilical con Europa es Rivadavia que por esos días
corría por París buscando amistades "convenientes": el Marqués de Lafayette y
el General ruso Harpe se interesan por los "revolucionarios americanos". En
Italia aparecen los "Cantos" de Leopardi y Ricardo publica sus
"Principios de Economía". Científicamente es el año de la química. Se descubren
tres nuevos elementos: el sueco Arfevedson, el litio; el sueco Berzelius, el
selenio, y el alemán Stromeyer, el cadmio. En América revuelta, un ejército
portugués se adueña de Montevideo - calculando la impotencia de Buenos Aires,
sin San Martín - y derrota a Artigas. Los porteños viven la alegría de
Chacabuco y devoran en forma apasionada "La Nueva Eloisa", de Rousseau, impresa
por los niños expósitos. En las provincias no hay tanto idilio: rechazan la
directiva económica y política de la Aduana única y comienzan las guerras
civiles. En Tucumán - merced al sacerdote Eusebio Colombres - nace una
industria: la del azúcar, al entrar en funcionamiento el primer trapiche.
Llegan dos viajeros importantes: el pintor sueco José Guth "retratista al óleo"
y un sabio que había estado ya en 1789 con la expedición de Humboldt: Aimé
Bonpland.
El naturalista francés vuelve con libros, colecciones naturales y 2,000 plantas
vivas, que, como dice periódico "con inmensas fatiga. y cuidado las ha
salvado". Trae, además, a dos jardineros y multitud de semillas. Al instalarse
en Buenos Aires es designado Profesor de Historia Natural de las Provincias
Unidas. El Director Supremo Pueyrredón sigue gobernando con inquietud. Empieza
a circular el primer papel moneda emitido en el país. Se los llama "billetes
amortizantes" y son papeles de 23 centímetros por 16. En su parte central
llevan la leyenda: "admisibles en Aduana, en introducciones marítimas y
terrestres". Ante el lastimoso estado de la educación popular, Pueyrredón
nombra a sus ministros Vicente López y Domingo Trillo para que trabajando en
comisión busquen soluciones inmediatas. Funda, además, la Sociedad del Buen
Gusto del Teatro, con lo que la ópera reemplaza a las tonadillas "y a las
canciones de mal gusto", de la misma forma que la guitarra es suprimido: habrá en
adelante una orquesta formada por 18 profesores. La Sociedad ejercerá una
función censora que antes ejercía el Cabildo y luego la policía. Aconseja, por
ejemplo, cambiar "hembra" por "mujer", en los textos. Advierte, igualmente "la
pieza puede representarse 'libremente con la prevención de que el cadáver no se
manifieste al publico en paños menores". Pese a los problemas los viajeros
ingleses encuentran "floreciente" a Buenos Aires. Robertson agrega "con
prosperidad interior y tranquilidad, con crédito y renombre en el exterior".
Dice, además, que los porteños "son alegres". Otro viajero - Haigh - observa
con interés cómo juegan los rioplatenses. "Junto a las puertas hay siempre un
gallo de riña atado de la pata". También las cuadreras hacen furor. Toman su
nombre del hecho de que los caballos no corren por metros sino "por cuadras".
Otro "boom" lo constituye la prohibición de casamiento entre españoles que no
hayan obtenido carta de ciudadanía "y las hijas del país". Hay resistencias
extranjeras pero a los criollos la medida les parece justa. Con mucho ruido se
festeja el primer aniversario de la independencia y el 9 de Julio,
precisamente, se hace a la mar nuestra primera nave Argentina. Va al mando de
Hipólito Bouchard, con 460 toneladas, 450 hombres y 62 cañones. Parte hacia el
océano Indico a circunnavegar el globo. La despedida en el puerto es ruidosa.
Todos piensan en la misión encomendada al navío: de corso, ante toda nave de
bandera española que aparezca en el horizonte y por el contrario, de paz y confraternidad,
para todo el mundo.
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