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FACULTAD DE INGENIERíA
ESCUELA DE INGENIERíA CIVIL INDUSTRIAL
LA RECOLECCIóN Y UTILIZACIóN DE NEUMÁTICOS DESECHADOS COMO COMBUSTIBLE ALTERNATIVO EN FÁBRICAS DE CEMENTO
MEMORIA PARA OPTAR AL TíTULO DE
INGENIERO CIVIL INDUSTRIAL
DENNIS ANDRES QUEZADA V.
PROF. GUíA: ALVARO COVARRUBIAS R.
TALCA - CHILE
2001
Memoria apoyada por el Programa de Financiamiento de Memorias
Gobierno Regional del Maule - Universidad de Talca
1. CARACTERíSTICAS DEL NEUMÁTICO 7
1.1. Origen y composición del neumático 7
1.2. Destino de los neumáticos desechados 9
1.3 Los neumáticos desechados como combustible alternativo 10
2. LA INDUSTRIA DEL CEMENTO 12
2.1. Características del producto y su utilización 12
2.2. La fabricación de cemento 13
2.2.1 Extracción de las materias primas 16
2.2.2 Preparación de las materia primas 16
2.2.3 Preparación de los combustibles 17
2.2.4 Combustión del clínker 17
2.2.5 Enfriadores de clínker 19
2.2.6 Molienda de cemento 19
2.3. Análisis de los efectos medioambientales en la producción de cemento 19
2.3.1 Consumo de energía 19
2.3.2 Emisiones del horno 19
2.4 Gestión medioambiental 20
2.5 Conclusiones del capítulo 20
3. LOS COMBUSTIBLES TRADICIONALES Y ALTERNATIVOS
PARA LA FABRICACIóN DEL CEMENTO 21
3.1. El petróleo 21
3.2. El Carbón 24
3.3. El Gas Natural 25
3.4. Combustibles alternativos 25
3.4.1 Plásticos 26
3.4.2 Basura doméstica 26
3.4.3 Aceite usado contaminado y mezclas líquidas 27
3.4.4 Cáscara de arroz, residuos de aserraderos y otros desechos sólidos 27
3.5 Conclusiones del capítulo 27
COMBUSTIBLE EN UNA FÁBRICA DE CEMENTO 29
4.1 Características medioambientales y efectos sobre el cemento 29
4.2 Emisiones del horno debidas a la combustión de neumáticos desechados 30
4.2.1 óxidos de nitrógeno y otros compuestos nitrogenados 30
4.2.2 Dióxido de azufre y otros compuestos sulfurosos 30
4.2.3 Monóxido de carbono 30
4.2.4 Dióxido de carbono 31
4.2.5 Compuestos orgánicos (hidrocarburos) 31
4.2.6 Metales y compuestos metálicos 31
4.2.7 Dibenzodioxinas y dibenzofuranos policlorados 31
4.2.8 Compuestos orgánicos volátiles 32
4.2.9 Partículas 32
4.2.10 Otras emisiones 33
4.3 Regulaciones y permisos 33
4.4 La tecnología adecuada para la quema de neumáticos 33
4.4.1 Sistema Feed Fork 34
4.4.2 Sistema de elevación y esclusas en el precalcinador 34
4.5 Características económicas 36
4.6 Reemplazo del combustible tradicional 37
4.7 Estudio de costos: precio de compra de los neumáticos desechados 38
4.8 Conclusiones del capítulo 38
5. EL NEGOCIO DE LA RECOLECCIóN, TRATAMIENTO Y TRANSPORTE DE NEUMÁTICOS DESECHADOS 40
5.1. Estimación del volumen de neumáticos desechados 40
5.1.1 Estudio JICA 43
5.2. Focos de recolección 44
5.2.1. Transporte público urbano 44
5.2.2. Servitecas 44
5.2.3. Transporte de carga 45
5.2.4. Líneas del Metro 45
5.3 La implementación del negocio de recolección 45
5.3.1. La responsabilidad extendida del productor 45
5.3.2. Motivación de la comunidad 46
5.3.3. El Rol de la autoridad medioambiental 47
5.4 Conclusiones del capítulo 48
6. EVALUACIóN ECONóMICA DE LA EMPRESA RECOLECTORA 49
6.1. Inversión en activos fijos 49
6.2. Costos de Mano de Obra 50
6.3. Inversión en capital de trabajo 50
6.4. Gastos operacionales 50
6.4.1. Costos de adquisición de neumáticos 51
6.4.2. Costos de transporte 51
6.4.3. Costos de mantención, seguros automotrices y permisos de circulación 53
6.4.4. Gastos anexos 55
6.5. Depreciación 55
6.6. Ingresos 55
6.7. Resultados de la evaluación económica 56
6.8. Análisis de Sensibilidad 57
6.9. Proyecciones 58
7. CONCLUSIONES FINALES DEL ESTUDIO 60
Anexo A : Otros usos alternativos para los neumáticos desechados 65
Anexo B : Reciclaje de neumáticos 69
Anexo C : Sistema Horno-Intercambiador 71
gases del horno 73
Anexo E : Marco legal específico residuos sólidos 74
Anexo F : Estimaciones de generación de neumáticos desechados en Chile y
potenciales máximos de recuperación 77
Anexo G : Determinación del precio máximo a pagar por las cementeras por tonelada
de neumático entregado en planta 82
Anexo H : Flujo de caja del proyecto de recolección y entrega de neumáticos
desechados 83
Anexo I : Análisis de Sensibilidad : Flujo del proyecto de recolección de neumáticos 85
Anexo J : Galería de Imágenes 87
Las principales barreras que han impedido generalizar la técnica del uso de neumáticos desechados en la industria cementera chilena son: primero, que para el caso en que se requiere el trozado previo de los neumáticos, las ventajas en los costos son claramente marginales frente a los combustibles tradicionales (carbón, coque, petróleo, gas, fuel-oil); y segundo, el hecho de que no se tienen antecedentes de la fiabilidad y volumen de los suministros de neumáticos desechados, lo cual trae consigo, un riesgo asociado, en términos de la recuperación de la inversión en las modificaciones que resultan necesarias de practicar al horno rotatorio.
En diversos proyectos llevados a cabo, la industria cementera chilena ha demostrado estar particularmente preocupada por la disponibilidad de suministros continuos de neumáticos en cantidades suficientes y a precios razonables. Por lo general las empresas de cemento no desean involucrarse en la recolección de neumáticos, prefiriendo externalizar este servicio a un proveedor responsable de su recolección y entrega.
Caucho natural |
14 % |
Caucho sintético |
27% |
Negro de humo |
28% |
Acero |
14 - 15% |
Fibra textil, suavizantes, óxidos, antioxidantes, etc. |
16 - 17% |
Peso promedio: |
8,6 Kg |
Volumen |
0.06 m3 |
Neumáticos MCT
(camiones y microbuses)
Caucho Natural |
27 % |
Caucho sintético |
14% |
Carbón negro |
28% |
Acero |
14 - 15% |
Fibra, suavizantes, óxidos, antioxidantes, etc. |
16 - 17% |
Peso promedio: |
45,4 Kg. |
Volumen |
0.36 m3 |
Fuente: Rubber Manufacters Association (11)
Tabla 2. Análisis químico del neumático
Fuente: Combustibles alternativos, Holderbank 1997. (2)
En la alternativa de incinerar neumáticos se genera calor, agua y cenizas. Estas cenizas, al contener los principales componentes necesarios para la fabricación de cemento, son absorbidas y capturadas en la estructura cristalina del cemento, durante el proceso de fabricación del mismo en el interior del horno rotatorio, lo cual permite, ahorrar materias primas y combustible.
La composición química de esta ceniza es la siguiente:
Tabla 3. Análisis mineral de la ceniza de neumático. (porcentaje en peso)
Compuesto |
% |
Dióxido de Silicio (SiO2) |
22.00 |
Dióxido de Aluminio (AL2O3) |
9.09 |
óxido de Fierro (Fe2O3) |
1.45 |
óxido de Calcio (CaO) |
10.61 |
Dióxido de Titanio (tiO2) |
2.57 |
óxido de magnesio (MgO) |
1.35 |
óxido de Sodio (Na2O) |
1.10 |
óxido de Potasio (K2O) |
0.92 |
Azufre en (SO3) |
15.68 |
Fósforo en (P2O5) |
1.03 |
óxido de Azufre (ZnO) |
34.50 |
Fuente: Combustibles alternativos, Holderbank 1997. (2)
Los cuatro primeros compuestos son las materias primas fundamentales de las que está hecho el cemento. En el siguiente capítulo, y en el capítulo 4, se describirá en detalle, las características y la forma en que los neumáticos no sólo aportan materias primas al proceso de fabricación del cemento, sino que también reducen los niveles de emisión de algunos gases de combustión en comparación con los combustibles tradicionales.
Otro ejemplo es Alemania, que produce 628.000 toneladas de neumáticos desechados al año, de donde cerca del 30% son quemados en hornos de plantas cementeras. Otras cifras de países de la Unión Europea son: Inglaterra 290.000 toneladas, Italia 150.000 toneladas y Francia 350.000 toneladas. En Inglaterra 36% de los neumáticos que no fueron recauchados, son enviados a basurales, 29% son enviados a vertederos de neumáticos (centros de acopio), 8% son exportados (normalmente para ser incinerados), 21% son incinerados sin recobrar energía y un 4% son usados como combustible alternativo en plantas cementeras. El caso Mexicano ha sido también exitoso. Según datos de 1996, 21 plantas cementeras cuentan con permisos provisionales y autorizaciones para quemar neumáticos en sus hornos de cemento[2].
En el ámbito nacional, no se conocen intentos serios por reciclar o recuperar industrialmente neumáticos en cantidades significativas. En materia de recuperación energética de desechos sólo se sabe que la empresa CMPC, quemó desechos de madera, la mayoría proveniente de mueblerías. La plantas cementeras Melón y Polpaico han desarrollado en el último tiempo investigaciones en esta materia, principalmente en lo que respecta a los desechos líquidos, de hecho, Cementos Melón ya está quemando aceites y otros desechos líquidos.
Cabe mencionar, como aplicación no industrial, la existencia de quemas de neumáticos no controladas en predios agrícolas de las regiones VI y VII, con el fin de combatir las heladas en período de invierno. Los neumáticos son proporcionados a los agricultores por parte de las servitecas de manera gratuita aunque en algunos casos son vendidos hasta en 1000 o 2000 pesos la unidad. Esta práctica trae consigo cuantiosos daños al medioambiente.
La forma más común de eliminación consiste en depositarlos en vertederos y hacer un relleno sanitario, sin embargo, el constante crecimiento de la cantidad de neumáticos desechados y la gran cantidad de espacio que estos ocupan debido a su forma, está provocando una saturación de los vertederos.
Como combustible, los neumáticos desechados son una excelente fuente de energía. Los neumáticos tienen un valor calorífico entre 6.500 a 9.000 Kcal/Kg, dependiendo de la composición, y de si el metal ha sido removido. A modo de comparación el carbón presenta un valor calorífico de 7.400 Kcal/Kg.
Tabla 4. Poderes caloríficos de diferentes combustibles.
Combustible |
Poder calorífico (Kcal/Kg) |
Estiércol de vacuno |
4.054 |
Paja de trigo |
4.657 |
Madera seca |
4.793 |
Corteza de pino |
5.204 |
Carbón |
7.400 |
Neumáticos (promedio) |
8.300 |
Petróleo |
10.409 |
Fuente: Marks, Manual del Ingeniero Mecánico.(4)
Los neumáticos usados como combustible, ya sean completos o previamente trozados o chipeados, tienen un contenido de humedad insignificante, generalmente de menos del 2%. Los neumáticos contienen menos sulfuros que otros combustibles, elementos que en la combustión son oxidados y liberados al aire como agente contaminador.
El impacto de las plantas cementeras modernas sobre la calidad del aire es sustancialmente menor que el nivel de significación medioambiental. Esto sigue siendo cierto cuando se usan combustibles alternativos. El uso de combustibles alternativos preserva combustibles primarios. Análisis de ciclo de vida han demostrado que una utilización selectiva de combustibles derivados de residuos reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Con los sistemas de control ambiental apropiados, la quema de neumáticos, comparada con la de combustibles tradicionales como el carbón, produce similares emisiones de metales como Zinc, Cadmio, Plomo, Nickel y Cromo.
La valorización energética de los neumáticos desechados en el proceso cementero ofrece ventajas significativas sobre otros métodos de utilización o eliminación, pues como veremos, tanto el contenido energético como el material es totalmente aprovechado en el proceso de combustión de clínker.
- Se preservan recursos energéticos fósiles, no renovables, a la vez que se recupera el valor energético (y material) de los residuos o subproductos.
- Se reducen los impactos sobre el aire, el agua y el suelo (los que producirían su vertido o su incineración no controlada, u otra gestión de peor ecobalance).
- En la incineración de residuos en el horno de cemento no se produce ningún nuevo residuo como cenizas o escorias que requieran ser depositados o vertidos, ya que estas son absorbidas en el proceso y capturadas por las materias primas. Todos los elementos que ingresan al horno están presentes en el producto.
- Costos menores de gestión (se usan instalaciones existentes, evitándose inversiones en nuevas; y los costos de operación son menores).
- Se reducen las emisiones de CO2 disminuyendo las emisiones de efecto invernadero.
El cemento, material inorgánico no metálico, es un aglomerante hidráulico finamente molido esencial para la construcción. Mezclado con agua forma una pasta que fragua y endurece, manteniendo su resistencia y estabilidad incluso dentro del agua. Las sustancias componentes del cemento reaccionan con el agua de la mezcla, formando silicatos de calcio hidratados.
El cemento se inventó por los romanos hace aproximadamente 2.000 años. De forma fortuita, al hacer fuego en un agujero recubierto de piedras, se consiguió deshidratar y descarbonatar las piedras calcáreas (o yeso), convirtiéndolas en polvo, el que luego se unió entre si gracias a la acción del agua de las lluvias. El denominado cemento Portland fue patentado en 1824, y desde finales del siglo XIX el hormigón, producto basado en el cemento Portland, se ha convertido en uno de los materiales de construcción más fundamentales.
La producción de cemento es la mayor de los productos minerales industriales, superando los 1.600 Millones de toneladas anuales. Mientras la producción de la Unión Europea alcanza los 170 Millones de toneladas al año, nuestro país produce la modesta suma de 3,4 millones de t/a. Sin embargo esta cifra es significativa si se compara el consumo medio por habitante, que en Chile fue de 228 Kg/Habitante en el año 2000, mientras en el Reino Unido fue de 250 Kg/hab. (el promedio de Europa es de 450 Kg/a.). Chile tiene además el mayor consumo per capita de Sudamérica[3] (ver figura 3-1).
Figura 0‑1. Consumo per capita de cemento en el mundo.
El cemento es un producto del tipo ("commodity") de precio unitario bajo, que no admite grandes costos de transporte, y por ello, compite en mercados locales. En nuestro país existen tres empresas productoras: Cementos Melón, Cementos Polpaico y Cementos Bío Bío, concentrando el 38,4%, el 35,5% y el 26,1% del mercado nacional respectivamente. Existen flujos de importaciones y exportaciones, que aun no siendo importantes a nivel global (los flujos internacionales significan apenas el 6-7% de la producción mundial) sí pueden distorsionar ciertos mercados locales de destino. En nuestro país casi la totalidad del cemento es de producción nacional, representando las importaciones apenas un 2% en el año 2000. Por otra parte no se registran exportaciones de cemento desde 1994[4].
La producción de cemento se realiza básicamente a través de un proceso que comienza con la extracción de sus materias primas, piedra caliza principalmente (70%), además de otros materiales (arcilla, sílice, óxido de aluminio y hierro); luego, los materiales son triturados y almacenados por separado; la carga se dosifica para lograr la combinación de los elementos de acuerdo al tipo de cemento buscado, tras lo cual se muelen hasta quedar un polvo muy fino. El polvo -comúnmente denominado harina o crudo- se bombea a los silos donde se uniformiza la mezcla antes de entrar a un largo hornos rotatorio donde es calcinado. En la calcinación, al ser sometida a altas temperaturas (alrededor de 1500 grados centígrados) la materia prima sufre reacciones químicas y forma un nuevo material: el precemento, llamado comúnmente clínker, que son como nódulos duros del tamaño de una nuez; Finalmente, se pasa a la etapa de molienda del clínker, se adiciona yeso y se encostala.
La industria del cemento es muy sensible a las variaciones en el precio de los combustibles, pues constituyen el principal factor de costo, significando 30-40% del costo total de producción. Por ello, el sector ha dedicado un esfuerzo permanente a la mejora de su eficiencia energética. Buena prueba de ello es que el consumo de energía para la producción de clínker ha sido reducido del orden del 30% desde los años 70.
También, la industria de cemento es intensiva en capital: el costo de una fábrica nueva equivale a los ingresos por ventas de 3 años, lo que sitúa a la industria de cemento entre las más intensivas en capital, exigiendo largos períodos para la recuperación de las inversiones y una cuidadosa planificación de las modificaciones de las plantas.
La producción de cemento es un proceso químico en el que las materias primas (minerales naturales, principalmente) son íntimamente mezcladas con los gases de combustión. Este contacto no origina, sin embargo, cantidades apreciables de contaminantes en los gases emitidos, ya que la mayor parte de las sustancias potencialmente contaminantes son absorbidas por el producto e integradas en él, de una manera químicamente estable.
Las condiciones de combustión del proceso cementero aseguran, que cualquiera de los compuestos orgánicos presentes en el combustible, incluso los más estables químicamente, sean totalmente destruidos. La producción de cemento no genera residuos; no hay cenizas ni escorias que requieran ser depositadas o vertidas, y todos los materiales entrantes se integran en el producto.
En el sistema de horno de cemento, los materiales circulan en contracorriente con el flujo caliente de los gases de combustión. La materia prima -mayoritariamente cal básica- absorbe muchos componentes de los gases de combustión, provenientes de los combustibles o de la transformación de la propia materia prima, y se incorporan al clínker. A diferencia de las calderas, en que se deben inyectar absorbentes para limpiar los gases, en el horno de clínker no son necesarios procedimientos de este tipo, ya que tiene dentro del sistema estos absorbentes. Dependiendo de la condición física y química de la materia prima, varía su capacidad de absorción; la máxima se da al final de la etapa de calcinación, con el mayor contenido de óxido de calcio hábil para retener las sustancias ácidas, como HCl y HF, o el SO2.
Coexisten cuatro procesos de producción mundial de cemento: de vía seca, semiseca, semihúmeda y húmeda. La elección de una u otra vía está condicionada esencialmente por el contenido de agua de las materias primas disponibles. La planta Teno de Cementos Bío Bío utiliza el proceso vía seca, el cual es el más económico, en términos de consumo energético, y es el más común (en Europa, más del 75%).
El sistema horno-intermabiador de la planta Teno, ubicada en la ruta 5 Sur, kilómetro 173, fue construido por la empresa F.L Smidth según su modelo ILC-In Line Calciner (ver Anexo C). Este sistema tiene cinco etapas de ciclones, emplazados uno sobre otro en una torre de 60 metros de altura.
El material crudo finamente molido y homogeneizado se introduce por la etapa superior, descendiendo hacia los ciclones inferiores en contracorriente con los gases calientes de la combustión. Este contacto en suspensión de la harina con los gases provoca un eficiente intercambio de calor, posibilitando que la harina entre al horno rotativo parcialmente calcinada (a unos 1.000C) mientras que los gases salen del intercambiador a una temperatura de unos 400C aportando parte de este calor residual al secado de las materias primas en su paso por el molino de crudo, desde donde van finalmente al precipitador electrostático para su depuración. En el anexo C se presenta un diagrama del flujo de la combustión del clínker junto con sus respectivas temperaturas.
Tanto el polvo recogido en el precipitador electrostático o electrofiltro, que utiliza un campo eléctrico para atrapar las partículas; como el recogido en los filtros de mangas, que utilizan bolsas de fibra de vidrio similares a las de las aspiradoras, es reintroducido en el proceso, ya sea con las materias primas, vía quemador con el combustible, o añadido al molino de cemento.
El control del nivel del CO en los gases de combustión es importante cuando se usa un electrofiltro como sistema de desempolvado. Es fundamental asegurar que dicho nivel esté por debajo del de explosión (típicamente, 12% en volumen). Los electrofiltros están dotados de un sistema de corte de tensión automático que actúa para prevenir esa situación. Altas concentraciones en el contenido de álcalis (óxidos de Sodio y Potasio) y de cloruros no sólo afectan la calidad del clínker, sino que también pueden provocar alteraciones en el proceso, como atascos en los ciclones del intercambiador. Su contenido en las materias primas, como en el combustible, es por tanto cuidadosamente controlado y balanceado.
En el proceso vía seca de horno-intercambiador, altas concentraciones de álcalis y cloruros pueden originar atascos en el intercambiador, especialmente en los ciclones inferiores. Una forma de combatirlo es extraer por medio de un sistema de by-pass, parte de los gases en esa zona, que arrastran partículas cargadas de halogenuros alcalinos, para luego ser enfriado y condensar así los álcalis, antes de que las partículas sean recogidas en el electrofiltro o en el filtro de mangas. Este polvo es usualmente reciclado al proceso. El Sistema horno-intercambiador de Cementos Bío Bío no dispone de by-pass, ya que presenta bajas concentraciones de álcalis y cloruros. Esto, gracias a las modernas instalaciones y equipos y principalmente a la cámara de combustión secundaria llamada "precalcinador", existente en la planta, que permite añadir combustible y descarbonatar (calcinar) así gran parte de la caliza en la entrada del horno, logrando mejores eficiencias de combustión y control.
En el proceso de vía seca, se tienen los siguientes sub-procesos:
- Extracción de las materias primas en canteras.
- Preparación de las materias primas.
- Preparación de los combustibles.
- Proceso de combustión/clinkerización.
- Molienda de cemento.
- Ensacado y despacho.
Figura 2‑2. Esquema de fabricación del cemento.
Las materias primas esenciales -caliza, arcilla, yeso y puzolana- son extraídas de canteras, próximas a la planta. En el caso de Cementos Bío Bío son extraídas desde sectores precordilleranos y Camarico. Estas proporcionan los elementos esenciales en el proceso de fabricación de cemento: calcio, silicio, aluminio y hierro. La descarga se realiza en tolvas subterráneas con aspiración. Esta forma de descarga evita contaminación por polución que pudiesen causar éstas. Luego, las materias primas se almacenan en galpones, existiendo dos líneas de almacenamiento: el parque crudo, que corresponde a calizas de baja media y alta ley, y los correctores, que corresponden a arena (SiO2) y fierro (Fe2O3). Muy habitualmente debe apelarse a otras materias primas secundarias, bien naturales (bauxita, mineral de hierro) o subproductos y residuos de otros procesos (cenizas de central térmica, escorias de siderurgia, lodos de papelera, arenas de fundición, ...) como aportadoras de dichos elementos.
La incorporación de estas materias primas secundarias, denominados "adiciones", son compatibles con la calidad del cemento y no generan posteriormente ningún residuo en el horno de clínker. Al contener los principales constituyentes del clínker (SiO2, Al2O3, FE2O3 y/o CaO) permiten ahorrar la cantidad correspondiente de materias primas y reducir el consumo de energía.
La preparación de las materias primas es fundamental para la fase posterior de combustión, tanto en la correcta dosificación química como en la suficiente finura del material de alimentación al horno.
Las materias primas (calizas, margas y arcillas) proporcionan los óxidos principales, de Calcio (CaO), de Silicio (SiO2), de aluminio (Al2O3), y de Fierro (Fe2O3), que compondrán las fases principales del clínker, silicatos de calcio (tri y bi-cálcicos) y aluminatos de calcio. Las cenizas de los combustibles aportan los mismos componentes que las materias primas, y deben considerarse en el balance que conduce a una exacta composición del clínker.
Similarmente a los elementos principales, el resto de elementos traza (o impurezas) inorgánicos de los materiales o de los combustibles que se incorporan al clínker, quedan absorbidos en su estructura mineral. Este es especialmente el caso de los metales pesados no volátiles. Los metales pesados están naturalmente presentes en las materias primas y en los combustibles, en muy pequeñas concentraciones. Su comportamiento en las emisiones depende de su volatilidad: salvo el mercurio (que sólo es retenido en muy pequeño porcentaje), todos son retenidos casi al 100% en el clínker o en el polvo del electrofiltro.
El horno rotatorio debe recibir una alimentación químicamente homogénea. Esto se consigue mediante el control de la correcta dosificación de los materiales que forman la alimentación al molino de crudo. Después del molino, el crudo sufre un proceso de homogeneización, que asegura una mezcla homogénea con la composición química requerida.
La producción de cemento es un proceso de grandes volúmenes. Las necesidades de materias primas por tonelada de clínker suben típicamente a 1,6 toneladas.
Los diferentes tipos de combustibles convencionales o fósiles usados en la industria cementera, en orden decreciente de importancia, son: coque de petróleo, carbón, fuel-oil (derivado del petróleo) y gas natural. Cementos Bío Bío utiliza actualmente fuel-oil N6 como combustible único y se prepara para comenzar a quemar carbón.
La combustión en los hornos de cemento se realiza con exceso de oxígeno que debe limitarse para no penalizar en exceso la eficiencia energética y se encuentra condicionada, además, a la uniformidad del combustible, y a su adecuado manejo (trituración o pulverización) para facilitar una fácil y completa combustión. El acondicionamiento y preparación de los combustibles obedecen a sus características físicas, químicas, toxicológicas o de peligrosidad, seguridad, etc. Los combustibles líquidos no requieren normalmente acondicionamiento, mientras que los sólidos suelen exigir una costosa preparación (trituración, molienda y secado). En todos los casos, los sistemas de preparación, almacenamiento y combustión de los combustibles deben ser diseñados y operados con un alto nivel de seguridad frente a incendio o explosión.
En esta fase del proceso -la más importante en términos de calidad del producto, potencial de emisiones, y costo- las materias primas se alimentan al sistema horno-intercambiador en donde son secadas, precalentadas, calcinadas y sinterizadas para producir clínker de cemento, el que a su vez es inmediatamente enfriado con aire a la salida del horno, y almacenado. En este proceso, denominado "clinkerización", la carga de materias primas en el horno debe alcanzar temperaturas de 1.400 a 1.500C con temperatura punta de los gases de 2.000C. El proceso debe realizarse bajo condiciones oxidantes, por ello se requiere un exceso de aire en la zona de sinterización; estas condiciones son esenciales para la formación de las fases del clínker y la calidad final del cemento.
La inclinación del horno (4%) junto a la velocidad de rotación (3 r.p.m.) posibilita un lento transporte del material. Debido a las altas temperaturas del proceso, el tubo de acero está protegido en todo su interior con ladrillos refractarios. Los combustibles pueden ser introducidos por uno o varios de los siguientes puntos:
- En el quemador principal, ubicado en la zona de salida del horno.
- En el quemador secundario o precalcinador.
- A través de la alimentación del horno (sólo en casos excepcionales para combustibles no volátiles)
- Por medio del sistema "mid-kiln" para hornos largos, que es un dispositivo de alimentación colocado aproximadamente a la mitad de su longitud.
Figura 2‑3 Perfiles de temperatura para materiales y gases.
Con gases de combustión del quemador principal a unos 2.000C los tiempos de residencia de los gases a alta temperatura en el horno rotativo son de 5 a 10 segundos. Bajo estas condiciones, los compuestos orgánicos de los combustibles son eficazmente destruidos por combustión completa.
Las altas temperaturas son causa de una alta producción de óxidos de nitrógeno (NOx) tanto por oxidación del nitrógeno molecular del aire de combustión, como del de los combustibles. La combustión -obligada- en exceso de oxígeno, favorece aún más la formación de NOx, por lo que debe reducirse dicho exceso al mínimo conveniente. El uso de sistemas expertos para el control del horno, la inyección de agua para reducir la temperatura de la llama y el diseño de quemadores especiales (llamados de bajo NOx) son hoy los medios usuales para contribuir a la reducción de estas emisiones.
El clínker, a la salida del horno, debe ser enfriado de modo rápido y eficiente, tanto para fijar sus características mineralógicas, como para acondicionarlo para su manejo en las fases y equipos siguientes. Su alta temperatura, extrema abrasividad y diversa granulometría no hacen esta operación fácil. El rápido enfriamiento del clínker con aire, en enfriadores de parrilla, proporciona el aire caliente -aire terciario- para la combustión, mejorando el rendimiento energético del proceso.
Desde el almacén de clínker (silo), éste es alimentado al molino de cemento junto con las adiciones minerales (yeso como retardador del fraguado; diversas adiciones minerales -puzolanas naturales o artificiales, escorias, cenizas volantes, fillers, etc.- para la fabricación de los cementos compuestos) para producir los diversos tipos de cemento portland.
El cemento Portland molido es almacenado en los tres silos de la planta, dos de los cuales tienen una capacidad de 10.000 toneladas mientras que el tercero una capacidad de 5.000 Desde los silos, el cemento es envasado en bolsas o a granel y expedido en trenes y camiones cisternas para sus diversos usos.
Los principales efectos están ligados al consumo de energía y a las emisiones del horno.
La principal exigencia energética en la producción del cemento es el combustible para el horno. Los mayores equipos consumidores de energía eléctrica son los molinos (de materias primas, cemento y combustibles sólidos) y los grandes ventiladores (horno, molino de crudo y molinos de cemento). El consumo total de energía se mueve en los rangos 3.200 a 5.500 MJ/t de clínker y 90 a 130 Kwh/t de cemento, según el tipo de equipamiento y calidad de gestión operativa de la fábrica. Dada la importancia que en el costo de producción tiene el factor energético, la industria cementera se ha venido esforzando en la mejora de la eficiencia energética.
Las emisiones del horno de cemento provienen principalmente de las reacciones físicas y químicas de las materias primas y, en menor medida, de la combustión de los combustibles. Los principales componentes de los gases de emisión del horno son el nitrógeno del aire de combustión, CO2 procedente de la calcinación del CO3Ca y de los combustibles quemados, agua del proceso de combustión y de las materias primas, y el oxígeno en exceso.
La tabla 5 nos muestra los porcentajes típicos en que se presenta cada componente de las emisiones del horno.
9 Nitrógeno N2 |
45-66% |
Dióxido de Carbono CO2 |
11-29% |
Agua H2O |
10-39% |
Oxígeno O2 |
3-10% |
Otras emisiones Polvo, Cloruros, Fluoruro, dióxido de Sulfuro, óxido de Nitrógeno, monóxido de Carbono, compuestos orgánicos y metales |
<1% |
Fuente: Cembureau 1997
Puede verse que las emisiones del horno son, mayoritariamente, gases inocuos. Aunque, no se trata de un gas tóxico, la emisión de dióxido de carbono (CO2) por su condición de gas de efecto invernadero, es controlada y reducida al máximo.
Dentro de los gases de combustión, existen pequeñas cantidades (menos del 1% del total) de agentes considerados contaminantes atmosféricos. Estas emisiones constituyen el impacto medioambiental primordial en la fabricación de cemento. los principales son:
- óxidos de nitrógeno y otros compuestos nitrogenados (NOx)
- Dióxido de azufre y otros compuestos sulfurosos (SO2)
- Partículas
- Aunque de menor importancia en la fabricación de clínker: compuestos orgánicos volátiles, metales y sus compuestos, y PCDD/PCDF (Policlorinato dibenzodioxinas y dibenzofuranos).
- Monóxido de Carbono (CO)
En el anexo D se encuentran detallados los valores representativos de las concentra-ciones en los gases del horno de estos contaminantes.
Finalmente, otras emisiones, no relevantes usualmente, son ruidos, olores y residuos.
La industria cementera ha llevado a cabo programas de modernización de sus instalaciones que apuntan a una protección más eficaz del Medio Ambiente, destacan la reducción del consumo de energía conseguida en los últimos decenios, las mejoras en los niveles de emisión, y la introducción de mejores sistemas de gestión medioambiental y códigos de buenas prácticas.
El factor medioambiental se está convirtiendo en eje estratégico y de competitividad. No es sólo la presión de la legislación, sino la del mercado, la que exige que toda actividad industrial se desarrolle con respeto para el entorno, lo que implica, más allá del mero cumplimiento de la legislación, un proceso de mejora continua.Existen algunas normativas de Gestión Medioambiental en nuestro país que dicen relación con el tratamiento de residuos industriales sólidos (ver Anexo E), aunque por razones de aceptación internacional y prestigio, se está imponiendo como sistema más utilizado el regulado por ISO en sus normas 14.000.
El cemento es un producto de construcción básico, producido a partir de recursos naturales: materias primas minerales y energía. La fabricación de cemento es un proceso industrial maduro, bien conocido y generalmente bien gestionado, que no genera residuos ni escoria ya que todo lo que ingresa al horno es integrado en el producto.
Los principales efectos sobre el Medio Ambiente provocados por la fabricación de cemento son:
- Impactos de las canteras en los ecosistemas
- Emisión de partículas en la manipulación y procesado de materiales
- Emisión de gases en el proceso de combustión
Desde hace años, se han hecho grandes esfuerzos para minimizar los impactos medioambientales. Implementando técnicas adecuadas y prácticas operativas correctas estos efectos se han visto reducidos considerablemente:
- Racionalización de la extracción de materias primas y restauración de los espacios explotados.
- Reducción de emisiones, en especial de partículas en focos de mayor incidencia.
- Mejora de la eficiencia energética.
En general, las instalaciones cementeras están bien integradas en su entorno natural y social. La industria del cemento, gracias a su estricto control de las emisiones y balance de las reacciones que ocurren en el interior de sus hornos, presenta altos niveles de eficiencia energética y medioambiental lo que permite quemar con seguridad una amplia gama de combustibles, tanto tradicionales como alternativos.
El precio del petróleo y sus derivados se caracteriza por ser muy sensible a las decisiones de la Organización de países exportadores de petróleo (OPEP), organismo que controla la oferta de petróleo. Los países desarrollados adoptaron políticas energéticas tendientes a optimizar el uso de energía, incentivar el uso de sustitutos del petróleo o a explorar nuevos yacimientos, de manera de protegerse de las actitudes de la OPEP, teniendo bastante éxito.
Figura 0‑1 Evolución del precio internacional del Barril de Crudo, Fuel-Oil N6 y del Carbón de ventanas en el período comprendido entre 1995 y el año 2000[5].
Desde una perspectiva económica, dice Campbell, no es relevante la fecha en que el mundo se vaya a quedar sin petróleo. Lo que realmente importa es cuándo empieza a decaer la producción. Es a partir de este punto, que los precios comenzarán a subir. Según él, esta declinación se iniciaría en el año 2010 (ver figura 3-2). El petróleo puede existir hasta por 50 años más, pero su escasez va a empezar mucho antes y consecutivamente su precio va a comenzar a subir. Para los países no productores como es el caso de Chile, que debe importar casi todo su petróleo, la situación será muy difícil, ya que tendrá que gastar muchísimos más dólares para importar más petróleo y probablemente sus materias primas disminuirán de precio, si todo ello produce una recesión mundial.
Por otra parte, las perspectivas de grandes yacimientos de petróleo que existirían en el Mar Caspio, no se han podido corroborar. Las perforaciones petroleras en la zona han resultado infructuosas. El optimismo ha decrecido, y es así como el Instituto James Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rise, estima que las posibles reservas de esa región serían sólo de 15.000 a 30.000 millones de barriles, lo que equivaldría sólo al 3% de la oferta mundial de crudo[7]. Por todo esto, las estimaciones que se han dado de probables reservas, si se quiere ser realista, hay que desvirtuarlas considerablemente en orden a obtener un indicador fidedigno.
Figura 0‑2 Producción de petróleo hasta 2050.
Hay que agregar además, que lo más factible es que las demandas mundiales continúen creciendo. El ritmo de incremento actual es de 2% al año. Desde 1945, el consumo en América Latina ha aumentado en un 30%, el de África en 40% y el de Asia en un 50%. Las estimaciones de la IAE consideran que la demanda de petróleo para el 2020 se elevará en un 60%.
Finalmente, hay que señalar que también existen enormes depósitos de petróleo no convencionales, que serían explotables tan pronto como se eleve el costo del petróleo convencional. Así por ejemplo, en el cordón del petróleo de Venezuela hay 1,2 trillones de barriles de lodo, conocido como petróleo pesado. Del mismo modo, hay grandes cantidades de depósitos arenosos en Canadá y en la antigua Unión Soviética. Todos estos pueden teóricamente explotarse, pero para eso se requiere que el precio del petróleo lo justifique y que además se perfeccionen las tecnologías de explotación.
Uno de los factores más importantes que influyen en el precio del carbón corresponde a la ubicación de los centros de consumo, debido a que el costo por flete es bastante alto. Debido a estos altos costos, el precio interno del carbón se hace comparable con el precio del carbón importado ya que este último no refleja costos de transporte significativamente superiores.
En el contexto energético, el gas natural tiene una participación relativamente modesta. Se espera que esta situación cambie con una mayor importación de gas natural desde Argentina para ser usado principalmente en centrales de ciclo combinado y quizás, a un plazo un poco mayor, en empresas de alto consumo energético como las cementeras.
Es necesario distinguir tres tipos de productos: gas natural cuyo principal componente es el metano; gas manufacturado o gas corriente el cual se obtiene de la destilación de derivados del petróleo y del carbón; y el gas de cokerías obtenido de la liberación de materias volátiles al calentar carbón bituminoso. últimamente, el gas natural ha tenido un importante incremento en su participación en el consumo de energía, esto debido a tres razones principales:
- Es un combustible comparativamente más limpio tanto en su operación y combustión.
- De fácil manejo y transporte.
- Nivel de precio competitivo en otros mercados.
La incineración de plásticos se realiza en plantas de tratamiento de residuos; su uso en la industria cementera como combustible alternativo es aún incipiente debido fundamentalmente al miedo de la población -un miedo infundado, según los expertos[9]- a las dioxinas y otros productos tóxicos que se podrían producir durante su incineración, y al contenido de cloro (que afecta la calidad del clínker) de algunos plásticos.
Aunque existen estudios de DSD (Duales System Deutschland) y APME (Association of Plastics manufactures) que demuestran que su combustión en hornos de cemento es un proceso limpio y seguro, que permitiría de hecho reducir las emisiones de monóxido de carbono y que produce niveles de emisión similares e incluso inferiores a los producidos por otros residuos, su uso es aún restringido.
El contenido energético de la basura doméstica (con un 30% de humedad) es aproximadamente un tercio del de los neumáticos desechados. Debido a su falta de homogeneidad, se requiere de un procesamiento intenso con el fin de eliminar elementos indeseables y obtener una fracción de combustible aceptable. Normalmente se pierde de un 50 a un 70% de la basura original, provocando complicaciones desde el punto de vista de su manejo y eliminación ulterior. Sus elevados costos de transporte y su contenido significante de cloro hacen su aplicación muy reducida en la industria cementera.
Esto sin considerar que ante la incineración de desperdicios, la reacción pública es instintivamente negativa, aunque es ampliamente conocido que PCDD/PCDFs son destruidos a temperaturas superiores a 600C y pueden ser posteriormente depuradas hasta alcanzar niveles de emisión por debajo de las exigencias medioambientales.
Esta es una práctica bastante frecuente y se han hecho grandes esfuerzos por cuantificar la influencia de los agentes contaminantes. Se ha podido demostrar que las emisiones no son influenciadas por la combustión de aceites usados contaminados[10]. Un control de entrega es imprescindible antes de descargar los camiones. Incluso el aceite usado normal obtenido de talleres de automóviles podría estar contaminado por disolventes, hidrocarburos clorados o PCB. Normalmente, se les somete a procesos de mezcla y homogeneización en plantas específicamente diseñadas, llamadas plantas de "blending", que adecuan la mezcla a las especificaciones correspondientes a cada horno.
Actualmente la planta Teno de Cementos Bío Bío se prepara para incinerar mezclas de aceites y pinturas residuales, que son preparadas a pedido por la empresa Hidronor.
Muchos residuos de cosechas como cascara de arroz y maíz, paja, semillas o leña son sometidos, por parte de los agricultores, a una quema a cielo abierto (contaminando el aire) para disminuir los residuos antes de la cosecha. De igual forma, los aserraderos generan un volumen significativo de diversos tipos de desperdicios de la madera (aserrín, trozos de muebles, etc). En el caso del aserrín, existe una importante oferta en la zona centro sur, y sin bien tienen un bajo costo, debemos considerar su bajo poder calorífico (3.500 Kcal/Kg) y el hecho de que en el caso del aserrín con una mayor humedad, se deben incorporar nuevas instalaciones para el secado del material que suponen inversiones importantes en equipos de transporte, dosificación y alimentación. También el cartón y el papel sucio o contaminado podrían eventualmente ser reaprovechados. En todos estos casos, el manejo de los residuos está transformándose en un problema ambiental importante y la opción de eliminarlos (reutilización energética) en el horno cementero puede ser una solución efectiva a esta problemática.
El petróleo y sus derivados son la principal fuente de energía en la industria moderna, sin embargo numerosos estudios y las constantes alzas en su precio, confirman su inminente escasez en las próximas décadas. Cada día es menos frecuente el hallazgo de reservas fáciles de extraer. Esto, sumado al crecimiento exponencial de la demanda llevará forzosamente a la industria cementera a buscar nuevas formas de abastecimiento.
El carbón es el principal combustible al cual los neumáticos desechados podrían reemplazar. Por esto, su precio de mercado, es una cota superior para el precio a pagar por la tonelada de neumático desechado. Debido a la estrecha relación existente entre el comportamiento del precio del carbón con el del petróleo, es probable que ocurran alzas de precios dentro de los próximos años, lo cual abre grandes posibilidades para la masificación del uso de combustibles alternativos.
Existen otros combustibles alternativos que eventualmente competirían con los neumáticos y que son susceptibles de ser utilizados en el horno cementero, tanto junto con los neumáticos, como en reemplazo de éstos. Dentro de ellos, el plástico es particularmente interesante. Su alto poder calorífico y los bajos costos de adquisición podrían hacer atractiva la alternativa de incinerarlos. Es posible quemar una amplia gama de combustibles derivados de desechos sólidos. La desventaja radica principalmente en que poseen un bajo poder calorífico y requieren tratamientos especiales tales como homogeneización, secado previo o separación, esto sin considerar que una práctica como esta, podría generar una reacción negativa de la comunidad o bien de los consumidores, quienes por algún factor sicológico o simplemente por la falta de conocimiento del proceso o desinformación, no estén dispuestos a comprar cemento fabricado con residuos domésticos, plásticos sucios o tierras y aceites contaminados.
Figura 4‑1 Comparación entre los componentes del carbón y el neumático.
Las pruebas realizadas en hornos de Estados Unidos demuestran que los controles existentes sobre las emisiones atmosféricas de los hornos deberían ser suficientes como para permitir el uso de neumáticos como combustible, cumpliendo con las normas sobre emisiones y siempre y cuando, el porcentaje de neumáticos no exceda el 30% del valor calorífico total del combustible utilizado en los hornos[11].
Como dato adicional, mencionaremos que el Instituto para la Protección Medioambiental del estado de Baviera (Alemania), llegó a la conclusión de que la mejor forma de eliminar neumáticos desechados era quemarlos en los hornos de cemento.
No existe ninguna teoría que permita identificar con exactitud el efecto en las emisiones causadas por el uso de neumáticos desechados en los hornos de cemento. Estos sólo pueden obtenerse por medio de una medición real durante un ensayo.
A continuación se recoge la experiencia internacional que permite estimar la tendencia esperada en el peor de los casos para cada una de las emisiones.
La formación de NOx es una inevitable consecuencia de la alta temperatura de combustión (llama del orden de 2.000C). Es formado principalmente por el aire de combustión (NOx térmico). Si bien una parte del contenido de nitrógeno en los neumáticos podría teóricamente provocar la formación de NOx combustible, este efecto es superpuesto por otras influencias más importantes como, por ejemplo, el tamaño de la llama. Además ésta posibilidad se ve reducida dado los menores contenidos de nitrógeno en el neumático frente al carbón (fig. 4-1)
El azufre entra en el proceso como componente de los combustibles y de las materias primas (en este caso, como sulfatos o sulfuros). El azufre que entra como sulfuro en las materias primas es parcialmente evaporado (~30%) en las primeras etapas del proceso, y emitido directamente a la atmósfera en su mayor parte. El resto del azufre que entra por las materias primas y el total aportado por los combustibles será capturado íntegramente en el clínker y no aparecerá en las emisiones.
En general, los hornos de vía seca, trabajando con materias primas no altas en azufre, no presentan problemas significativos de emisiones de SOx y su generación se ve reducida por el uso de neumáticos desechados al contener estos menores porcentaje que el carbón. La emisión de SO2 es influenciada en mayor grado por sulfuro volátil en la mezcla de crudo que por combustible alternativo. El total aportado por los neumáticos es capturado en el clínker y no aparecerá en las emisiones.
En general, los hornos de vía seca con intercambiador, trabajando con materias primas no altas en azufre, no tendrán problema significativo de emisiones de SOx.
La emisión de CO2 se sitúa entre 800 y 900 Kg/t de clínker. Casi un 60% de esta emisión proviene del proceso de calcinación, y es por tanto inevitable. El resto, deriva de la combustión de los combustibles. La emisión de CO2 en la combustión de los neumáticos representa un porcentaje bajo en relación al aportado por las materias primas. Su formación es inherente al proceso de calcinación, y es por tanto inevitable.
Cabe señalar, que los cambios de tecnología, la mejora de la eficiencia de los procesos de combustión ha reducido más del 30% las emisiones asociadas de CO2 en los últimos 25 años.
Las innumerables mediciones realizadas para usar neumáticos desechados permiten concluir que la incineración de neumáticos no repercute en tales emisiones.
El moderno sistema de reducción de la emisión de partículas en los gases de la chimenea es garantía de la reducción de las emisiones de metales.
Las dioxinas son compuestos químicos presentes en nuestro medio en concentraciones sumamente pequeñas. Se forman como contaminantes durante la fabricación de ciertos herbicidas, bactericidas, conservantes de la madera y productos de blanqueo en la fabricación del papel. También, pueden formarse en procesos de combustión incompleta de productos de la química del cloro, así como en incendios de bosques, en la combustión interna de automóviles, en incluso en el consumo de cigarrillos.
En el proceso cementero, la presencia de cloro o hidrocarburos precursores en materias primas o combustibles en cantidades suficientes, podrían ser causa de formación de estos compuestos en los procesos de combustión.
Las pruebas realizadas en hornos de la Unión Europea y la abundante literatura disponible confirman que los hornos de cemento, debido a los largos tiempos de residencia a altas temperaturas, son idóneos para destruir residuos químicos orgánicos con emisiones de PCDD/F tan bajas (<< 0,1 ng TEQ) que no suponen ningún peligro para salud humana o el medioambiente.
La presencia de cloro o hidrocarburos precursores en materias primas o combustibles en cantidades suficientes, podrían ser causa de formación de estos productos en los procesos de combustión. La práctica (y así lo demuestran diversos estudios) se constata que la formación de PCDD/F no está influenciada por la co-combustión de combustibles alternativos.
Las emisiones de compuestos orgánicos pueden ocurrir en las primeras etapas del proceso, al volatilizarse la materia orgánica presente en las materias primas al entrar en contacto con los gases calientes. En la industria del cemento, estas emisiones no son indicadoras de combustión incompleta (dada la muy alta temperatura, largos tiempos de residencia y condiciones de exceso de oxígeno del proceso).
La cantidad de emisiones de compuestos orgánicos es tan pequeña, que no representa un aumento perceptible de riesgo para la salud pública o el medioambiente. La descarga de gases típica de un horno de cemento contiene menos de una décima parte de los hidrocarburos presentes en los gases de descarga de un automóvil[12].
Históricamente, la emisión de polvo, especialmente de la chimenea del horno, ha sido el impacto ambiental más significativo en la producción de cemento.
Las principales fuente de partículas son los hornos, los molinos de materias primas, enfriadores de clínker y molinos de cemento. En todos estos procesos, grandes volúmenes de gases fluyen a través de materiales polvorientos, y el producto final también es un polvo fino. La naturaleza del polvo recogido en los tres focos principales es: materias primas en las emisiones particuladas del horno, finos de clínker en el enfriador y producto final (cemento) en los molinos de cemento. La eficiencia de los modernos electrofiltros y filtros de mangas permiten reducir las emisiones de partículas de los focos principales a niveles muy bajos.
Fuentes secundarias de emisión de partículas son los almacenes y sistemas de manejo de los materiales, así como las calles al interior de la planta. Esta contaminación difusa es reducida dentro de cementos Bío Bío a niveles de mínimo impacto para la calidad del aire, por medio del empleo de aspiradoras móviles que recorren constantemente el interior de la planta.
A causa de la maquinaria pesada y el gran tamaño de los ventiladores usados, se originan emisiones de ruido y vibraciones que se llevan a niveles de baja significación.
Es muy infrecuente un problema de emisión de olores en fábricas de cemento.
Tampoco es significativa la producción de residuos en la producción de cemento, a excepción del polvo del electrofiltro (o bien del filtro de mangas). Habitualmente es reciclado en el propio proceso; si no, debe ser depositado adecuadamente en un vertedero.
La estrategia de reducción de la emisión de partículas en los gases de la chimenea es garantía de la reducción de las emisiones de metales.
Es de suma importancia prever el control de entrada en la fábrica para los neumáticos desechados, a fin de evitar suministros indeseables o incluso peligrosos (tamaños no utilizables, llantas metálicas y otros materiales). Si bien la empresa de recolección se encargará de esta tarea, resulta inaceptable el ingreso de neumáticos al horno sin un control visual de la entrega. Para esto la empresa de cemento debería contratar personal encargado de esta labor.
Los neumáticos enteros se alimentan en el horno mediante un sistema mecánico diseñado para cargar y descargar neumáticos. Existen varias tecnologías patentadas que permiten ingresar neumáticos enteros al horno. La más generalizada es la denominada Feed Fork de la compañía Cadence Environmental Energy Inc, consistente en un dispositivo tipo tenedor de carga de neumáticos y que los introduce enteros, por gravedad, al llegar a la posición vertical en cada revolución del horno rotatorio.
Figura 4‑2. Tecnología Feed Fork de Cadence Environmental Energy Inc.
Esta técnica es recomendada para hornos largos de procesos vía seca, en donde es posible quemar neumáticos en la zona media del horno o "Mid-Kiln". La instalación y la subsecuente mantención suelen ser bastante costosas y pueden requerir inversiones importantes. Adicionalmente, la entrada de aire falso que entra al horno en cada revolución afecta negativamente la eficiencia del horno.
Figura 4‑3 Alimentación de neumáticos desechados por sistema de esclusas.
Según estimaciones de Cementos Bío Bío, la implementación de este sistema se cotiza en el mercado internacional en una cifra que es superior al millón de dólares, considerando los costos de las pruebas y tests previos. Con el fin de obtener un indicador por medio de un análisis de ahorros en combustible que refleje el monto que estaría una planta cementera dispuesta a pagar por la tonelada de neumáticos, fijaremos como inversión en equipos de alimentación al horno, modificaciones y pruebas, un valor de US$ 1.090.000[14].
El factor principal a favor de la utilización de neumáticos usados como combustible es el precio que se paga por tonelada. Los neumáticos compiten con los combustibles convencionales, carbón y coque de petróleo. Las empresas de cemento estarían dispuestas a comprar neumáticos solamente a un precio menor con respecto a lo que pagarían por el combustible tradicional de equivalente poder calorífico; de esta forma, se generan ahorros en combustible que permiten recuperar los costos generados por las modificaciones a realizar en los hornos y en los sistemas de alimentación especiales para los neumáticos y los costos de las pruebas necesarias para conseguir los permisos en caso de ser requeridos. En los hornos con precalcinadores como es el caso de Bío Bío, capaces de quemar neumáticos enteros, los aspectos económicos al usar neumáticos como combustible son alentadores, tanto para el horno como para los suministradores.
Por otro lado si las empresas cementeras cobrasen una tarifa a las empresas por incinerar sus neumáticos de desecho (como es el caso en algunos países desarrollados en donde los derechos de eliminación ascienden incluso hasta los US$ 200/ton) el uso de neumáticos como combustible alternativo sería altamente rentable. Sin embargo esta hipótesis será descartada en este estudio, por lo poco probable de su implantación en el corto plazo debido principalmente a la displicencia de parte de las autoridades nacionales para legislar en este sentido.
Se ha demostrado, en otros países, que las emisiones atmosféricas de los hornos no se ven afectadas adversamente por el uso de neumáticos como combustible alternativo. Sin embargo, la mayoría de los países requieren ensayos de combustión para los combustibles alternativos usados en los hornos de cemento. Estos ensayos para conseguir los permisos originan costos que deberán ser tomados en consideración.
En este estudio de costos, resulta decisivo la demanda por este combustible alternativo. Algunas plantas cementeras como Melón y Polpaico han manifestado su interés en estudiar el tema y analizar su implementación por medio de varios estudios relativos al reaprovechamiento energético de desechos tanto sólidos como líquidos. Según la opinión experta de los ingenieros de Cementos Bío Bío, el uso de neumáticos desechados en los hornos será una práctica común en el corto plazo, esto debido a las necesidades cada vez mayores por hacer más competitiva la industria en términos de costos y a su vez ahorrar combustibles fósiles frente a la inminente escasez de estos recursos.
Cementos Bío Bío (que ya ha instalado en la planta Teno modernos equipos para quemar combustible alternativo líquido) tendría la intención de estudiar la posibilidad de llevar a cabo un proyecto de reaprovechamiento energético de neumáticos desechados que traigan como beneficio el reducir los costos en consumo de combustible[15].
La producción nominal del horno de una planta de cementos típica es de 2.000 a 2.200 toneladas de clínker por día. El requerimiento energético (proporcionados íntegramente por el combustible tradicional) alcanza el valor de 740 kcal/kg de clínker. Este requerimiento crecerá de acuerdo a la evolución de la economía, en un 3% anualmente[16].
La empresa cementera que desee implementar esta técnica, deberá establecer un porcentaje de reemplazo de neumáticos mínimo, que justifique económicamente las inversiones y modificaciones al horno. Este porcentaje ha sido estimado, sobre la base de recomendaciones de fabricantes de hornos, en un 8% inicial (para el primer año). Luego, y de acuerdo a la disponibilidad de neumáticos recolectados de la figura 5-3, la cementera debiera comenzar a aumentar gradualmente su porcentaje de reemplazo de combustible tradicional, de tal forma de quemar la mayor cantidad de neumáticos posible.
Se fijará un porcentaje máximo de reemplazo (límite), el que por recomendación de las empresas fabricantes, así como también lo indica la experiencia internacional, fijaremos en un 30% del requerimiento energético total del horno. La siguiente tabla muestra los porcentajes de reemplazo por neumáticos para cada año del proyecto, la cual se obtiene a partir de los valores nominales de una planta de cementos modelo presentados en este capítulo y las cantidades estimadas de neumáticos desechados recolectables y disponibles que podría suministrar una empresa recolectora cuyos resultados se estudian en detalle en el capítulo 6 (ver figura 5-3 y anexo G para cálculos y gráficos).
Tabla 6. Porcentaje de reemplazo de neumáticos por combustible tradicional (carbón) para cada año de un proyecto de combustible alternativo en la industria del cemento.
Fuente: Elaboración propia en base a estimaciones de Cementos Bío Bío.
Esta estudio de costos tiene 10 años como horizonte de planeación. La tasa de retorno mínima aceptada por la empresa será de un 8%. El sistema de elevación esclusas es el que mejor se adecua alas posibilidades de la industria chilena del cemento. Cementos Bío Bío posee un precalcinador que posibilita la instalación de esta técnica. Como fueran descrito en la sección 4.4.2, las inversiones en instalaciones del sistema y las modificaciones necesarias en el horno cementero para quemar neumáticos según esta técnica, ascienden a US$ 1.090.000.
El precio del carbón (combustible con el cual se comparará el neumático) fue determinado en el capítulo 3 y tiene un valor nominal igual a US$ 50/tonelada.
Reaprovechar energéticamente los neumáticos desechados mediante su utilización como combustible alternativo, sustituyendo parcialmente en sus hornos a los combustibles primarios fósiles (coque de petróleo, carbón, fuel-oil, etc.) constituye una contribución medioambiental que la industria cementera puede potenciar de forma sustancial en el ahorro de recursos naturales en su proceso de fabricación del cemento. Esta es una práctica habitual, desde hace muchos años, y que cuenta con el apoyo de las autoridades medioambientales de los países en las cuales se ha desarrollado.
El aporte de la industria cementera a la descontaminación del país por medio de la reducción de residuos puede significar una ventaja comparativa. La valorización energética (y material) de neumáticos desechados en el horno de cemento es una contribución muy positiva a la mejora global del Medio Ambiente.
El reaprovechamiento energético es la mejor opción para destinar las miles de tonelada de neumáticos que anualmente son desechadas en Chile, puesto que su implementación técnica sería factible de realizar, por ejemplo, en el horno y precalcinador existentes en la empresa de cementos Bío Bío. Esto último, sumado al claro interés de las empresas cementeras del país en el tema de los combustibles alternativos, y al alto nivel preliminar de consumo de neumáticos desechados que se requeriría para un reemplazo del orden del 8-20% justificaría al menos, el estudio del uso de esta técnica y de la posibilidad de encontrar una oportunidad de negocio en la recolección y suministro de los mismos para la industria del cemento.
Tabla 7. Distribución del parque vehicular por regiones
Ahora, no todas estas cantidades se convierten en ventas, pues se producen algunos stocks en las fábricas y también en servitecas. Sin embargo, estos son de un orden de magnitud lo suficientemente pequeño como para no ser considerados en el estudio. También existen en zonas limítrofes del país, micro flujos de exportación-importación de neumáticos usados para ser recauchados. Estas pequeñas cantidades, que en su mayoría son reacuchadas y utilizadas en esas mismas localidades y no en las regiones en estudio, también serán descartadas de la estimación, por tratarse de neumáticos usados cuya internación al país se verá posteriormente reflejada en la compra de neumáticos nuevos al terminar finalmente su vida útil.
Por otra parte, los vehículos importados cada año traen consigo neumáticos nuevos, los cuales no pertenecen a ninguna de las categorías antes mencionada. Estos neumáticos se desechan dependiendo de su tipo entre 1 y 2 años. Sin embargo, dado que estos neumáticos son desechados en el momento del recambio, estarían incluidos en la categoría "reposición de neumáticos" de la figura 5-1 y por lo tanto están, en efecto, considerados en los cálculos del período correspondiente.
Figura 2‑1 Diagrama de generación de neumáticos desechados.
De este modo, se determinan las cantidades en unidades de neumáticos que se desechan anualmente, agrupadas por tipo de vehículo. Luego, estas cantidades se transforman en toneladas anuales, al definir el número de neumáticos para autos y camionetas como igual a 4, y para el caso de los buses y camiones como igual a 6. Este dato, junto con los pesos promedio de ambos tipos de neumático, que fueron definidos en la tabla 1, nos permite cuantificar, en toneladas, las cantidades de neumáticos que se desechan en Chile durante el período comprendido entre 1990 y 2000, el cual se muestra a continuación en la figura 5-2. (Ver detalle de cálculos en Anexo F).
Figura 2‑2. Neumáticos desechados anualmente en las regiones V,VI,VII,VIII y Metropolitana[17].
A partir del año 1996, producto de la crisis internacional, las cantidades de neumáticos nuevos en el mercado se han visto drástica y sostenidamente reducidas. Esto ha tenido un fuerte impacto en el número de neumáticos que anualmente se desecha en Chile (como se puede ver reflejado en la figura 5-2), teniendo una leve recuperación en el año 2000.
Tomando en consideración la influencia gravitante que ha tenido la paulatina desaceleración de la economía norteamericana en la reactivación de la economía chilena, así como la incertidumbre ocasionada en los mercados y bolsas mundiales debido a la prolongada crisis asiática, creemos que la economía chilena experimentará un crecimiento no superior al 3% promedio en éste, y en los próximos 10 años. En consecuencia, las cantidades de neumáticos desechadas anualmente crecerán en esta cifra durante la primera década del siglo XXI.
Para las cantidades que históricamente se han desechado supondremos que sólo un 20% están disponibles, ya sea en lugares de acopio, o en los puntos de recolección que definiremos más adelante. Las cantidades restante no son factibles de recuperar y se encuentran en vertederos, o bien, han tenido otros usos. La recolección de este 20% de la sumatoria histórica de neumáticos desechados, que en cifras equivale a 40.000 toneladas (Ver Anexo F) se repartirán uniformemente a través de los 10 años de la proyección y se sumarán a las cantidades que respectivamente se desechen en esos años.
Con estos antecedentes podemos proyectar las cantidades totales de neumáticos que se desecharán anualmente durante el período de estudio u horizonte de planeación, las cuales se muestran en la figura 5-3.
Hay una gran cantidad de neumáticos desechados que no será posible recolectar, pues son destinados a otras prácticas usuales como quemas en predios agrícolas o rellenos sanitarios. Supondremos por esto, y para efectos de nuestro estudio, que debido a las distintas limitantes que en la práctica se presentarán, que no es posible (por motivos que detallaremos más adelante) recolectar íntegramente las cantidades de neumáticos que anualmente se desechan, sino que una cifra significativamente menor, que estableceremos en un 30% del total. Es decir, la empresa de recolección y suministro de neumáticos desechados no será capaz de recolectar cantidades de neumáticos superiores al 30% del total desechado por año. Esta es, por cierto, una cota superior que asumiremos en nuestro estudio la cual es a su vez una limitante para el consumo anual máximo de neumáticos al interior del horno de cemento.
Figura 2‑3. Total de neumáticos desechados anualmente en las regiones V,VI,VII,VIII y Metropolitana en el período 2000-2010 y el potencial máximo de recuperación[18].
Observamos que las cantidades anuales de neumáticos desechados aumentará hasta alcanzar las 27.000 toneladas anuales en el 2010. Esto, debido a una lenta reactivación de la economía y a un bajo crecimiento anual esperado. Del mismo modo, las cantidades de neumáticos que efectivamente serán recolectadas y vendidas anualmente no superará las 10.000 toneladas. (Ver Anexo F).
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Fuente: Estudio JICA
Inmediatamente notamos que las cantidades desechadas sólo en la región metropolitana son considerables, superando durante el año 2000 las 15 mil toneladas. Cabe mencionar que existe una clara similitud entre los resultados del estudio JICA y las estimaciones obtenidas y presentadas en el gráfico de la figura 5-1.
- Líneas de transporte público urbano
- Servitecas
- Empresas de transporte de carga
- Líneas del metro
La responsabilidad extendida del productor es un intento de protección del ambiente que se centra principalmente en el producto. Está basada en el ciclo de vida del producto e intenta que fabricantes, minoristas, usuarios, y empresas de aseo, compartan la responsabilidad de reducir los impactos que el producto ocasiona al medioambiente.
La responsabilidad extendida del productor reconoce que los fabricantes del producto pueden y deben asumir nuevas responsabilidades para reducir el impacto medioambiental de sus productos. Sin el compromiso serio del productor, no podemos como país hacer progresos significativos en la óptima conservación sustentable de recursos. Por otra parte, una mejora sustantiva no siempre puede ser lograda exclusivamente por los productores; además de ellos, tanto minoristas como consumidores, y la tecnología de tratamiento existente, deben concertarse para encontrar la solución más apropiada y rentable.
En el caso de residuos industriales, los fabricantes tienen la capacidad, y por consiguiente la mayor responsabilidad, de reducir los impactos medioambientales de sus productos. Las compañías que están aceptando el desafío en el mundo, reconocen que la responsabilidad extendida del productor representa una oportunidad comercial importante, traducida en una ventaja comparativa. El hecho de que Goodyear implemente un plan de recolección de neumáticos desechados canalizado a través de sus servitecas a lo largo del país, le permitiría mejorar sus relaciones con los consumidores finales, innovando en el mercado y proporcionando a sus clientes, en su producto, más valor a un impacto medioambiental menor, generando una barrera de entrada en el mercado frente a las empresas que no cuentan con una red de distribución.
El rol motivador de las servitecas hacia la comunidad puede ser un factor decisivo para el éxito de una campaña de esta naturaleza, ya que es el sector con los lazos más íntimos a los consumidores. Desde educar al consumidor a preferir productos con menor impacto medioambiental, hasta habilitar la recepción de los neumáticos que devuelven los consumidores, las servitecas son una parte clave en el éxito.
Hasta la fecha, la política de la empresa Goodyear es no hacerse cargo de la disposición final de los desechos, dejando en manos de las servitecas su disposición final en vertederos. Estas últimas, estarían por ende, dispuestas a externalizar el servicio de eliminación de los neumáticos desechados (sin posibilidad de recauchaje) pagando a una empresa recolectora por el retiro. Este costo sería financiando con un aumento marginal de su precio de venta, como ha sido el caso en los Estados Unidos.
En la práctica Goodyear (a través de sus servitecas) deposita los neumáticos desechados en vertederos incurriendo en un costo. Es poco probable pensar que Goodyear esté efectivamente dispuesto a pagar por el retiro de los neumáticos. Por esto, lo más razonable sería pensar que por medio de un convenio o contrato a largo plazo, se le permita a nuestra empresa recolectora, retirar los neumáticos de sus dependencias, sin costo de adquisición para esta última. Esto es razonable si se piensa que Goodyear gracias a un proyecto de esta índole lograría las ventajas en términos de imagen antes mencionadas, junto con un ahorro importante al eliminar los costos de disposición final de sus neumáticos en los que actualmente incurre.
Consultadas algunas servitecas de la región del Maule y Santiago, constatamos que actualmente, en la gran mayoría de ellas, los neumáticos desechados son depositados en vertederos sin ningún tipo de recuperación. En el caso de que algún particular esté interesado en adquirir parte o la totalidad de estos neumáticos, puede hacerlo retirándolos de las dependencias de las servitecas sin costo alguno para el particular. No obstante, en casos muy puntuales de las zonas agrícolas, las servitecas venden, sin autorización expresa de la empresa, hasta en 1.000 pesos la unidad (neumático tamaño camión) para ser utilizadas, ilegalmente, para combatir las heladas quemándolas sin control alguno en los campos durante los meses de invierno, lo cual trae consigo un grave deterioro del medioambiente. La idea es que Goodyear haga efectiva la responsabilidad extendida del productor y asegure, por medio de las servitecas, la entrega gratuita a la empresa de recolección.
Una buena estrategia que aseguraría el suministro de neumáticos, es contar con el compromiso del consumidor. Los consumidores deben hacer compras responsables que consideren los impactos medioambientales. Para ello debe formarse una conciencia nacional en torno al tema de la preservación del medio ambiente, pues son ellos, en última instancia, quienes deben tomar los pasos siguientes para la posterior reutilización de los productos que ellos desechan.
En este ámbito, Coaniquem (Corporación de ayuda al niño quemado) ha venido desarrollando desde hace algunos años, diversos proyectos relacionados con el reaprovechamiento de desechos y el reciclaje. Se ha tenido éxito en campañas de recolección y reciclado de botellas de vidrio y de recuperación de papel y cartón. Coaniquem no cuenta con la maquinaria ni los medios para recolectar neumáticos, tampoco con las instalaciones requeridas para el eventual trozado y acopio de los mismos, por lo cual se vería en la obligación de contratar dicho servicio si desea obtener el pago de la empresa de cemento.
Coaniquem, u otra institución de beneficencia, cumpliría el rol de "motivador de la comunidad" para que ésta entregue voluntariamente en los lugares debidamente indicados los neumáticos desechados, con la premisa de que dicho aporte irá en beneficio de la institución. Coaniquem se encuentra estudiando la posibilidad de realizar una campaña de recolección de neumáticos y de ofrecer a las empresas involucradas, un apoyo publicitario (que para dicha institución no tendría costo, pues se le ha brindado gratuitamente) por el equivalente a un millón de dólares anuales. A cambio, Coaniquem pretendería obtener una parte del pago de la empresa cementera que se fijaría en común acuerdo con la empresa recolectora[19]. (ver sección 6.4).
Para nuestro estudio, creemos que aprovechar esta iniciativa de Coaniquem (ú otra institución de beneficencia) y utilizar su imagen como estrategia de recolección, es importante con el fin de conseguir neumáticos desechados en forma gratuita y en lugares que permitan su fácil recolección. De no contar con este patrocinio, resulta probable que se deba incurrir en costos de compra por neumático desechados, ya que los usuario podrían ver la posibilidad de obtener algún beneficio económico al entregar sus neumáticos a un empresario interesado. Como vimos, Se sabe que la venta de neumáticos para combatir las heladas en los campos puede llegar hasta los 1.000 pesos por unidad.
Parece necesario, establecer alianzas estratégicas tanto con Goodyear como con una institución benéfica tal como Coaniquem. En ellos, se estipulará por medio de contratos a largo plazo que se procederá a retirar los neumáticos dejados por los consumidores en las servitecas. Goodyear ganaría al eliminar desechos y ahorrarse los costos en los que de otra forma incurriría para su disposición final. El apoyo publicitario brindado por Coaniquem será retribuido con un porcentaje a determinar del pago por tonelada de neumáticos que haría efectivo la cementera a la empresa de aseo industrial.
De la misma manera, se harán las gestiones para establecer vínculos comerciales con cada una de las empresas a cargo de los focos de recolección (servitecas, empresas del metro, etc.) a fin de asegurar el suministro de neumáticos desechados. Estos contratos deben estipular que estas empresas están dispuestas a donar los neumáticos a cambio del servicio de aseo industrial, consistente en el retiro de los mismos. Esto es posible de lograr ya que se constata en la práctica que existen empresas que incluso pagan por el retiro de sus neumáticos desechados. Como dato adicional, el vertedero de Lepanto cobra 17,5 pesos por kilogramo de neumático desechado[20].
Con estos supuestos creemos que la empresa de recolección y entrega de neumáticos desechados, ofreciendo su servicio de aseo industrial y dependiendo de su eficiencia así como de la experiencia que durante el transcurso de sus operaciones adquiera, sumado a los factores externos que potenciarán el proyecto como el apoyo de una institución de beneficencia y las políticas de manejo de residuos impulsadas por la entidad gubernamental, cumplirá con la meta de llegar al nivel de recuperación del 30% propuesto en la sección 5.1.
- Horizonte de planeación: 10 años
- Tasa de descuento: 12% (tasa típica de proyectos innovadores)
- Tipo de cambio: Dólares americanos
- Financiamiento: Capital propio
Según lo indicado en el capítulo 4 anterior, no será necesario trozar previamente los neumáticos ni comprimirlos ya que estos serán entregados enteros a la planta de Cementos Bío Bío. Por ende la compra de una máquina para realizar este proceso no será necesaria.
Con objeto de localizar el centro de acopio en un lugar estratégico, se comprará un terreno habilitado para su uso industrial en la ciudad de Santiago, capaz de almacenar 8.000 toneladas de neumáticos. El tamaño del terreno se estima en 6.000 m2, destinado a la instalación de un galpón y una oficina. El sitio más adecuado en términos de transporte es Quilicura en donde un terreno industrial tiene un costo aproximado de 1,5 UF/m2. Luego el costo por concepto de terreno es de 9.000 UF[21].
Se requiere la construcción de oficinas de 30 m2 destinadas al supervisor, secretaría, un baño y servicio de guardia. La oficinas son prefabricadas, de 9 metros cuadrados y tienen un costo total de $ 1.700.000, considerando la instalación de revestimientos puertas y ventanas[22]. Las instalaciones de agua, alcantarillado y electricidad tienen un costo de $ 5.000.000 de pesos.
Se comprarán tres camiones para el transporte de neumáticos al centro de acopio en Santiago y para la entrega a la planta. Los camiones son marca Cargo modelo 1516, motor Diesel de 6 cilindros, con un precio de 31.270 dólares cada uno. También una camioneta destinada al administrador, para tareas de logística y adquisición de neumáticos, marca Chevrolet Luv 2002 por un valor de 7.731.000 pesos.
Tabla 9. Inversión en activos fijos
DESCRIPCIóN |
Costo |
Costo (US$) |
Terreno |
9.000 UF |
204.978 |
Oficinas |
$ 1.700.000 |
2.361 |
Instalaciones y urbanización |
$ 5.000.000 |
7.033 |
3 Camiones |
US$ 93.810 |
93.810 |
1 Camioneta |
$ 7.731.000 |
10.874 |
TOTAL |
|
319.056 |
Valor observado UF al 27 Octubre de 2001 = $16.191
Valor observado Dólar al 27 Octubre de 2001 = $710,9
Se contratarán tres choferes para manejar los camiones, dos cargadores encargados de montar y descargar neumáticos, una secretaría para las tareas administrativas y un cuidador o nochero para la vigilancia del predio industrial. Todos estarán bajo la supervisión del administrador.
Los sueldos del recurso humano se detallan a continuación en el siguiente cuadro.
Tabla 10. Cuadro resumen del costo de mano de obra.
CARGO |
N de personas |
Sueldo |
Total (US$/año) |
Administrador |
1 |
650.000 |
914 |
Secretaria |
1 |
250.000 |
351 |
Choferes |
3 |
200.000 |
844 |
Cargadores |
2 |
150.000 |
422 |
Cuidador |
1 |
180.000 |
253 |
TOTAL |
7 |
|
2.784 |
Los gastos operacionales o costos de operación dicen relación con la adquisición y transporte de la materia prima hasta el centro de acopio para el caso de Santiago y la V Región. Para el caso de las regiones VI VII, es posible llevar los neumáticos recolectados directamente a la planta, en donde serían almacenados en un sitio habilitado dentro de la planta cementera para su posterior consumo.
Los costos operacionales son los siguientes:
- Costos de adquisición de neumáticos
- Costos de transporte hacia el centro de acopio y a la planta de cemento.
- Costos de mantención de camiones y vehículos
- Costos indirectos o gastos anexos.
Como fue descrito en la sección 5.3.2 una alianza estratégica con Goodyear junto con el apoyo publicitario de una institución de beneficencia como Coaniquem, todo esto sumado al apoyo en términos de imagen corporativa brindado eventualmente por la autoridad medioambiental nacional (Conama), harían que el costo de adquisición de los neumáticos desechados sea cero. Sin embargo, la institución de beneficencia deberá recibir un porcentaje de los ingresos de la empresa de recolección a cambio de su participación.
Según fuentes ligadas a Coaniquem[23], la institución estaría dispuesta a participar a partir de un retorno económico mínimo de 3 dólares por tonelada vendida a la empresa de cemento. Este costo, que consideraremos costo de adquisición, se agrega como un ítem más de costo para cada año del proyecto en el flujo de caja de la empresa recolectora y depende de las toneladas vendidas cada año a la planta cementera determinadas en la sección 4.6.
Tabla 11. Pago a institución de beneficencia por apoyo publicitaria (en US$).
Fuente: Elaboración propia.
Los kilómetros para cada viaje dentro de la zona metropolitana, ida y vuelta, que se realizarán para recolectar los neumáticos serán en promedio de 80 kilómetros, lo que considera una distancia razonable para alcanzar lugares periféricos de la ciudad hasta el lugar de acopio. De la misma forma en las grandes ciudades como Concepción y Valparaíso, esta distancia se reduce a 20 kms. y para ciudades más pequeñas, no consideraremos esta distancia ya que es poco relevante en relación al trayecto que debe seguirse hasta el centro de acopio en Santiago, o bien hasta la Planta de Cementos Bío Bío ubicada en la Ruta 5 Sur km. 173, la que consideraremos como posible consumidor de nuestro producto.
La mayor cantidad de los neumáticos recolectados por la empresa procederá de la región metropolitana. Para establecer los factores con que cada una de las regiones en estudio aporta neumáticos desechados, y cuantificar los costos promedios de transporte, se han tabulado las distancias de las principales ciudades a la planta de cemento junto con los porcentajes o pesos relativos de neumáticos que aportan al proyecto. Este último dato basado en el estudio del parque vehicular de estas regiones.
Tabla 12. Distancias, número de peajes y porcentajes de aporte de neumáticos al proyecto de las principales ciudades en las regiones en estudio.
CIUDAD |
Distancia (km) |
N peajes |
Peso relativo |
Santiago |
253* |
2 |
0.610 |
Valparaíso |
312* |
3 |
0.139 |
Concepción |
348* |
3 |
0.110 |
Talca |
66 |
1 |
0.069 |
Rancagua |
104 |
1 |
0.068 |
Promedio ponderado |
247,6 |
2,1 |
1.0 |
Luego, los costos de transporte se pueden calcular de la siguiente forma:
Donde el número de viajes, es igual la cantidad total de toneladas al año, dividido por la capacidad de carga del camión.
Los camiones son capaces de transportar hasta 400 neumáticos de automóvil o bien 70 neumáticos de camión, de lo cual se desprende una capacidad de carga de 2.500 kgs. de neumáticos. El costo del petróleo es de 253 pesos el litro y el rendimiento de los camiones a esa carga se establecerá en 8 kms/litro. El costo del peaje para camiones es variable en cada plaza, pero para efectos de este estudio quedará fijada en 4.000 pesos.
A partir de estos valores, encontramos una estimación del costo anual de transportar neumáticos desechados a la planta de cementos, el cual se detalla para cada año del proyecto en la tabla 13. Los kilómetros recorridos y el costo por concepto de peaje se obtienen de multiplicar el doble del número de viajes (ida y vuelta) primero por la distancia promedio a la planta en el primer caso, y por el costo promedio de cada peaje en el segundo.
El costo anual por concepto de combustible resulta de aplicar la ecuación 7.1 para cada año del proyecto. Finalmente, el costo total anual de transporte de neumáticos para ser entregados a la planta cementera se obtiene de la suma del costo por combustibles más los costos por peajes anteriormente obtenidos.
La tabla 13 detalla los cálculos de los costos anuales de transporte, basados en las distancias a la planta Teno de Cementos Bío Bío para cada año del proyecto. Nótese que los costos dependen directamente del consumo en el horno cementero.
Tabla 13. Costos de traslado anuales a la planta Teno de Cementos Bío Bío, en función de las estimaciones de consumo anual de neumáticos desechados en sus hornos.
Fuente: Elaboración propia.
Además del costo del petróleo y los costos de transporte, se debe agregar los considerar los gastos asociados al uso de los vehículos, tales como seguros, patentes y mantenciones.
El permiso de circulación debe pagarse cada año y para el caso de los camiones tiene un valor (dado por su carga) de 28.000 pesos. Para la camioneta Chevrolet Luv este valor es de 24.629 pesos. Los seguros automotrices son obligatorios y deben pagarse anualmente. Para la camioneta tiene un valor de 9.000 pesos y para los camiones es de 17.000 pesos. Se debe contar además con la revisión técnica, la cual se práctica una vez al año, con un costo de 10.500 pesos para la camioneta y de 10.420 pesos por camión.
Tabla 14. Costos de mantención, seguros y patentes.
ITEM |
Costo anual (pesos) |
Costo anual (US$) |
Mantención |
2.160.000 |
3.038,4 |
Seguros |
60.000 |
84.4 |
Patentes |
108.629 |
152,8 |
Revisión técnica |
41.760 |
58,7 |
TOTAL |
2.370.386 |
3.333 |
Fuente: Elaboración propia.
Este ítem considera todos aquellos gastos incurridos por concepto de servicios básicos como agua, electricidad, teléfono e imprevistos asociados al desarrollo de actividades de la empresa. Una estimación de los gastos mensuales se muestran en el cuadro a continuación:
Tabla 16. Cuadro resumen del costo de mano de obra.
21 ITEM |
Costo Mensual ($) |
22 Agua |
20.000 |
Electricidad |
25.000 |
Teléfono |
120.000 |
TOTAL |
200.000 |
TOTAL ANUAL (US$) |
3.376 |
Tabla 17. Depreciación anual de los activos.
Activo |
Inversión (US$) |
Vida útil |
Depreciación anual (US$) |
Valor residual (US$) |
Oficinas y urbanización |
9.394 |
10 |
939,4 |
2.818,2 |
3 Camiones |
93.810 |
3 |
37.270 |
33.543 |
1 camioneta |
10.874 |
3 |
3.624,6 |
32.622 |
TOTAL |
|
|
|
68.983 |
Los ingresos provendrán del pago que efectuará la empresa de cemento por tonelada de neumático entregada en planta. Este precio máximo que la empresa de cemento estaría dispuesta a traspasar a la empresa de recolección, se obtuvo del estudio económico en el horno cementero, el cual toma en consideración, por una parte, los ahorros en combustible tradicional generados por el uso de neumáticos desechados, y por otra, las inversiones y modificaciones necesarias para su implementación. El Ingreso se calcula entonces como el producto entre el suministro (igual al consumo en el horno) de neumáticos en el horno cementero, por el precio por tonelada de neumático que exigirá la empresa recolectora para cubrir sus costos operacionales.
Evaluaremos económicamente a la empresa recolectora de forma independiente de los resultados obtenidos para la empresa de cemento. Como vimos se obtuvo, en base a los consumos proyectados en un horno cementero tipo, bajo los supuestos presentados en la sección 4.7 y 5.1, un valor máximo ofertado por una cementera de 20,9 US$/ton. El valor que exigirá nuestra empresa recolectora las cementeras es, por su parte, aquél que hace rentable el proyecto y que se detalla en la sección siguiente.
A continuación se detallan los resultados obtenidos para la evaluación económica del funcionamiento de una empresa de aseo industrial que recolectará y proveerá de neumáticos desechados a una planta cementera.
En este análisis nos interesa determinar el precio al cual debe vender la empresa de aseo industrial, la tonelada de neumático desechado de modo de que se justifique la inversión. Si el precio de venta mínimo que hace rentable el negocio a una tasa igual a la TREMA resulta menor que el precio de compra ofertado por una cementera, entonces se justifica económicamente el proyecto de la empresa recolectora en estudio.
Recordemos que los supuestos para esta evaluación serán:
- Una tasa de descuento (TREMA) del 12%
- Financiamiento con capital propio
- Horizonte de planeación de 10 años
La tabla 19 resume el resultado obtenidos del análisis. El detalle de los flujos de caja se encuentra en el Anexo H.
Tabla 19. Resultados del análisis económico con TREMA del 12%.
Alternativa de Financiamiento |
Valor presente Neto (US$) |
TIR |
Precio de venta mínimo (US$/Ton) |
Capital Propio |
0 |
12% |
23,6 |
Encontramos que el precio de venta mínimo, es aquél precio al cual la empresa de recolección es indiferente económicamente. Este valor es igual al costo por tonelada de recolectar neumáticos desechados y entregarlos a una planta de cemento.
De este análisis observamos que el precio de venta mínimo, o bien el ingreso mínimo, que hace rentable el proyecto con una TIR del 12% es igual a US$ 23.6/ton. Este valor resulta ser superior a la eventual oferta que haría una cementera, la que se cálculo en US$ 20,9/ton. Esto significa, que no resulta atractivo invertir en este proyecto, pues el precio por tonelada vendida de neumático desechado al que se obtendrían ganancias es un 12% superior al eventual precio ofertado por una empresa de cemento. En términos simples, los ingresos que se obtendrían en la venta de neumáticos desechados no alcanzarían a cubrir los costos mínimos de recolección y transporte de una empresa de aseo industrial.
Los factores críticos del proyecto son:
- Precio de compra por tonelada de neumático desechado pagado por la cementera
- Pago a institución de beneficencia
Para realizar el análisis de sensibilidad, se considerará una variación del 20% en el ingreso obtenido por tonelada de neumático entregada a las cementeras, mientras los demás factores permanecen inalterados. Es decir, la empresa recolectora obtiene US$ 25.08/ton. Bajo este escenario, el resultado es el siguiente (ver flujo de caja en Anexo I).
Tabla 20. Resultados del análisis económico con ingreso igual a U$ 25.08/ton y TREMA 12%
Alternativa de Financiamiento |
Valor presente Neto (US$) |
TIR |
Capital Propio |
37.662 |
14% |
Vemos que se obtiene un valor presente de US$ 37.662 con una TIR del 14% (mayor que la TREMA), lo que hace rentable el proyecto.
Complementariamente, la institución de beneficencia podría incrementar sus requerimientos de participación lo cual desfavorecería por cierto el resultado de la empresa de aseo. Sin embargo, es claro, que el apoyo publicitario es importante para asegurar un costo de adquisición igual a cero, tanto en las servitecas como en los distintos focos de recolección, por esto es plausible pensar que la institución de beneficencia podría aumentar su cuota de participación.
Para fines de este análisis consideraremos un aumento en el pago que se transfiere a la institución de beneficencia, de 3 dólares iniciales a 4.18 dólares, lo que significa un aumento proporcional de la cifra, de un 40 %. Con este supuesto, al igual que en el análisis anterior buscamos el precio de venta de equilibrio para el proyecto.
Bajo este nuevo escenario, los resultados son los siguientes:
Tabla 21. Resultados del análisis económico con pago a institución de beneficencia igual a US$ 4.18/ton
Alternativa de Financiamiento |
Valor presente Neto (US$) (Tasa 12%) |
Nuevo precio de venta mínimo (US$/Ton) |
Capital Propio |
0 |
24.81 |
Bajo este escenario el nuevo precio de equilibrio sube a US$ 24,81/ton, lo que implica que la empresa recolectora debería vender la tonelada de neumático desechado al menos a este precio para obtener, recién, las ganancias que justifiquen sus operaciones.
En vista de los antecedentes recopilados en este estudio, se deja en evidencia, que un aumento en el precio del petróleo conllevaría necesariamente a un aumento en igual proporción del precio del carbón. Como vimos en el capítulo 3, es muy probable que en los próximos años el precio del carbón aumente proporcionalmente con el precio del petróleo, el cual sufrirá alzas importantes debido a la inminente escasez. Resulta plausible entonces, creer que ante un alza en el precio del barril de crudo, las plantas cementeras estarían dispuestas pagar un precio mayor por los neumáticos desechados, ya que el ahorro en combustible se vería notablemente incrementado. Este nuevo precio de "oferta" a pagar por los neumáticos debe permitir, igualmente, cubrir las inversiones iniciales en modificaciones del horno.
Por otra parte, un alza en el precio del petróleo implica un aumento en los costos de recolección para la empresa recolectora; ya que se tendrá un alza en el precio del litro de petróleo diesel necesario para las operaciones de recolección y transporte. Por ende, la empresa recolectora exigirá a las cementeras, un pago por tonelada que será el que le permite, bajo este escenario, cubrir los nuevos gastos operacionales.
Tabla 22. Precios por tonelada de neumático que estarían dispuestos a pagar y exigir, una empresa cementera y una recolectora respectivamente, frente a distintas alzas del precio del combustible tradicional.
Fuente: Elaboración propia
Figura 0‑1. Variación de los precios de equilibrio ofertados y pretendidos por la empresa cementera y la empresa recolectora respectivamente ante variaciones porcentuales del precio del petróleo.