|
Informe Historico de 1829-1880
En 1828 el régimen unitario fracasó y se volvió a la antigua forma de gobierno, en la que cada provincia se autogobernaba y delegaba en Buenos Aires las relaciones con el resto del mundo. El gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego —en quien confiaban el resto de los gobernadores por ser federal— fue derrotado por el unitario Juan Galo Lavalle, lo que dio lugar a una guerra civil. En Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas fue el encargado de resistir a los golpistas del gobierno de Dorrego. En 1829 se acordó que Rosas fuera el gobernador de Buenos Aires y se restituyó la cámara legislativa.
En el interior se creó una liga unitaria que no actuaba como tal. Se enfrentó con la provincia de Buenos Aires; este enfrentamiento desembocó en el Pacto Federal de 1831 (Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe), por el que se acordó que, cuando estuvieran dadas las condiciones, se erigiría un gobierno federal. Además, se estableció un compromiso militar por el que si alguien atacaba a una de las tres provincias, las tres se considerarían agredidas.
El enfrentamiento entre la liga unitaria y los federales llevó a una guerra civil en la que vencieron estos últimos. Entre 1829 y 1831, Rosas había logrado poner orden en la provincia de Buenos Aires y logró la pacificación, negándose a seguir como gobernador si no se le otorgaban facultades extraordinarias. Se sucedieron algunos gobernadores hasta que en 1834 se produjo una guerra entre las provincias de Tucumán y Salta; Rosas ordenó a Facundo Quiroga que, como delegado de la provincia, fuera a pacificar la situación.
El pensamiento de Rosas quedó plasmado en la Carta de la Hacienda de Figueroa; en ella se estipulaba que las condiciones no eran las adecuadas para establecer un régimen federal, pues las provincias no tenían dinero, se acababa de salir de una guerra civil y todavía seguían luchando los unitarios. Rosas proclamó una constitución nacional y entre 1835 y 1852 fue gobernador de Buenos Aires. El país estuvo bajo el régimen dictatorial de Rosas durante 17 años.
El pensamiento que Rosas expuso en la Carta de la Hacienda de Figueroa pudo ser eficaz para un periodo, pero habían transcurrido 17 años desde entonces y las condiciones de las que él hablaba se estaban dando y era necesaria la Carta Magna. Rosas, con su pensamiento conservador (no en el sentido político-económico), no advirtió los cambios y su gobierno se volvió anacrónico.
En 1852 se produce la batalla de Caseros, entre Justo José de Urquiza, defensor de una organización nacional bajo una constitución, y Rosas. Ambos eran federales; Rosas, a pesar de la sangrienta represión y de la crisis económica, logró las bases para que Urquiza —después de vencer en Caseros— lograra reunir un Congreso General Constituyente y se promulgara la Constitución de 1853. Tambien en 1852 se aplica el modelo Agro exportador.
Gobierno republicano
Mientras tanto, como se había pactado en San Nicolás, Urquiza era el jefe del gobierno provisional hasta la aprobación de la nueva Constitución. Desde Buenos Aires, Bartolomé Mitre rechazó la incorporación de esta ciudad a la federación; la cámara legislativa lo escuchó y no aceptó la nueva Constitución. Al renunciar López y Planes —gobernador de Buenos Aires—, Urquiza dio un golpe de Estado. La provincia fue recuperada por los porteños en la revolución de 1882; así se formó la Confederación Argentina —con capital en Paraná y con Urquiza como Presidente— por un lado, y el Estado de Buenos Aires —que no proclamaba su independencia ni se unía a la Confederación— por otro. Esta situación ambigua de Buenos Aires se prolongó durante diez años.
En 1858 se produjo la batalla de Cepeda, en la que Urquiza venció. A pesar de ello, no quiso entrar en la ciudad y pidió que se restituyera al Gobernador, que era ultra porteñista, para llegar al Acuerdo de San José de Flores, por el que Buenos Aires se comprometía a formar parte de la Confederación. El problema de la capital suscitó nuevos conflictos: Buenos Aires no deseaba entregar la ciudad para su federalización y en 1861 se produjo la batalla de Pavón, entre Buenos Aires y la Confederación, en la que no hubo un vencedor definido. Urquiza retrocedió hasta Entre Ríos y Mitre —al mando del ejército de Buenos Aires— y cruzó hasta el Rosario. En 1862 se realizaron las elecciones y Mitre fue elegido presidente de la nación; durante este tiempo se declaró que Buenos Aires sería la ciudad huésped del gobierno nacional, sólo de forma provisional.
En 1888, el litigio entre Paraguay y Uruguay hizo que el primero entrara en territorio argentino; así se produjo la sangrienta guerra de la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay). Entre 1866 y 1870, los ejércitos de los tres países invadieron Paraguay y mataron a las tres cuartas partes de la población paraguaya (90% de la población masculina).
Entre 1862 y 1880 se sucedieron los gobiernos de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, gobiernos que pusieron los cimientos para la construcción de la Argentina moderna; durante los mismos, las actuaciones prioritarias se centraron en la educación, la inmigración y la libertad económica, aunque no se deben olvidar otros hechos que disminuyeron el prestigio de estos gobiernos, tales como la campaña del Desierto (1879-1880).
El país, aunque con algunos conflictos, estaba pacificado y organizado institucionalmente. Durante el gobierno de Avellaneda se decidió incorporar el norte de la Patagonia al país, empresa llevada a cabo por un ejército al mando de Julio Argentino Roca; los malones indígenas eran una amenaza en la frontera. Hoy se sabe que hubiera sido mejor una alianza con los indígenas que, seguramente, hubieran aceptado integrarse al país, pero se eligió el argumento de las armas. Durante este gobierno Buenos Aires fue proclamada la capital federal (luego el distrito se extendió hasta lo que es en la actualidad). Dardo Rocha (gobernador de la provincia de Buenos Aires) fundó la ciudad de La Plata, que se convirtió en la capital de la citada provincia.
Al regresar victorioso, Roca fue elegido presidente en 1880. A partir de este momento Argentina logró un gran progreso económico, institucional y educacional; se integró al comercio mundial, convirtiéndose en una de las principales naciones exportadoras de materia prima del mundo. Entre 1880 y 1882 no faltaron problemas limítrofes con Chile y con otros países, si bien se llegó a un acuerdo con Chile donde se establecieron como límites "las más altas cumbres divisorias de aguas".
Conclucion: A pesar de los adelantos de Argentina, la clase media y los grupos populares habían quedado postergados; además, al no haber sufragio universal, las elecciones eran un fraude, pues quien gobernaba el país era un sector elitista.
Aún no hay comentarios para este recurso.
Monografias, Exámenes, Universidades, Terciarios, Carreras, Cursos, Donde Estudiar, Que Estudiar y más: Desde 1999 brindamos a los estudiantes y docentes un lugar para publicar contenido educativo y nutrirse del conocimiento.
Contacto »