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Los rayos de luz
Las Sombras Apresadas
¡Oh sombras,
oscuras sombras!
¿A quién no podréis alcanzar?
¿A quién no dejaréis atrás?
Sólo a vosotras, ¡oh sombras!
No se os puede coger ni abrazar.
Nekrasov.
Nuestros bisabuelos sabían, si no coger sus sombras, por
lo menos aprovecharse de ellas. Valiéndose de las sombras dibujaban siluetas,
es decir, representaban las figuras humanas como sombras.
Hoy día, gracias a la fotografía, todo el mundo puede hacerse un retrato o
reproducir los rasgos de las personas queridas. Pero en el siglo XVIII no eran
tan felices. Los retratos había que encargárselos a los pintores, costaban
mucho y, por lo tanto, estaban al alcance de una pequeña minoría.
Fig. 88. Antiguo procedimiento de hacer retratos en silueta |
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Por esto es por lo que estaban tan difundidas las siluetas. Hasta cierto punto,
estas sombras apresadas y fijas hacían las veces de fotogra fías modernas. Fig.
89. Reducción de un retrato en silueta.
Las siluetas se obtenían de forma mecánica y, en este sentido, puede decirse
que son la inversa de la fotografía. Si nosotros nos valemos de la luz,
nuestros antepasados, para este mismo fin, utilizaban su carencia, es decir, la
sombra.
La fig. 88 da una idea de cómo se dibujaban las siluetas. La cabeza la situaban
de tal forma, que la sombra diera un perfil característico, y después, marcaban
con lápiz sus contornos. Luego, estos contornos se rellenaban con tinta china,
se recortaban y se pegaban en un papel blanco, con lo que la silueta quedaba
terminada. Si el cliente lo deseaba, la silueta se reducía por medio de un
aparato especial llamado pantógrafo (fig. 89).
Fig. 89. Pantógrafo, aparato que sirve para copiar, ampliar o reducir dibujos |
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No penséis que un simple diseño oscuro no puede dar una
idea de los rasgos característicos del original. Al contrario, una silueta
acertada se suele caracterizar por la sorprendente semejanza con el original.
Esta peculiaridad de las representaciones en negro, de proporcionar una gran
semejanza con el original con simples contornos, logró interesar a muchos
pintores, los cuales comenzaron a dibujar por este estilo escenas enteras,
paisajes, etc. Poco a poco se fue creando toda una escuela de pintores
siluetistas.
Es curiosa la procedencia de la propia palabra silueta, que no es otra que el
apellido de un ministro francés de finanzas, de mediados del siglo XVIII, que
se llamaba Etienne de Silhouette, el cual hizo un llamamiento a los
derrochadores de su tiempo, para que fueran razonablemente económicos, y
criticó a la aristocracia francesa por sus extraordinarios gastos en cuadros y
retratos. La baratura de los retratos de sombra dio pie a los chistosos para
denominar estos retratos a la Silhouette.
Fig. 90. Silueta de Schiller (año 1790). |
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El Pollito en el Huevo.
Las propiedades de las sombras se pueden utilizar para mostrar a nuestros
amigos un truco interesante. Para ello, se hace una pantalla de papel
impregnado en aceite, colocando dicho papel en un hueco cuadrangular practicado
en una hoja de cartón. Detrás de esta pantalla, es decir, por el lado opuesto
al que ocupará el público, se colocan dos lámparas. Una de estas lámparas, la
de la izquierda, por ejemplo, se enciende.
Entre la lámpara encendida y la pantalla, se interpone un trozo de cartón de
forma ovalada, con lo que, en la pantalla aparecerá la silueta de un huevo. (La
otra lámpara permanece por ahora apagada.) En este momento, anunciamos a los
invitados, que vamos a conectar nuestro aparato de rayos X, el cual pondrá al
descubierto lo que hay dentro del huevo, es decir, ¡un pollito! Y, acto
seguido, todos los presentes ven que, efectivamente, la silueta del huevo
parece que se hace más clara por los bordes, mientras que en su centro aparece
bastante bien definida la silueta del pollito (fig. 91).
Fig. 91. Seudoradiografía. |
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La explicación de este truco es muy sencilla: cuando se
enciende la lámpara derecha, y entre ella y la pantalla hay interpuesto un
trozo de cartón, recortado en forma de pollo, una parte de la sombra ovalada
(sobre la que recae la sombra del pollito), se iluminará con dicha lámpara,
por cuya razón, los bordes del huevo se hacen más claros que su parte
central. Pero el público que se encuentra por el otro lado de la pantalla y que
no sospecha nuestras manipulaciones, puede pensar, sobre todo si no tiene
nociones de Física y de Anatomía, que realmente sometimos el huevo a la acción
de los rayos X.
Fotografías Caricaturescas
No es un secreto, que se puede construir un aparato fotográfico sin cristal de
aumento (es decir, sin objetivo), empleando simplemente un pequeño orificio
redondo. Las imágenes que se obtienen en este caso son menos nítidas. Una
curiosa variedad de esta cámara sin objetivo es la de rendija, la cual, en
lugar de un orificio redondo, tiene dos rendijas que se cruzan entre sí. En la
parte delantera de esta cámara hay dos tablillas; una de ellas tiene una
rendija vertical y la otra, una rendija horizontal. Si ambas tablillas se
colocan juntas, la imagen que se obtiene es igual que la que produce la cámara
con orificio redondo, es decir, no está desfigurada. Pero si las tablillas se
colocan a cierta distancia una de otra (para lo que se suelen hacer móviles),
se observan variaciones muy interesantes, ya que la imagen se deforma de manera
muy curiosa (figs. 92 y 93). Se obtiene más bien una caricatura que una
fotografía.
Fig. 92. Fotografía caricaturesca alargada verticalmente (obtenida con una cámara de rendija).. |
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Fig. 93. Fotografía caricaturesca obtenida con la cámara de rendija. La imagen está alargada horizontalmente. |
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Fig. 94. Explicación gráfica de por qué la cámara de rendija produce imágenes deformadas. |
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¿Cómo se explica esta deformación?
Examinemos el caso en que la rendija horizontal se encuentra delante de la
vertical (fig. 94). Los rayos procedentes de las líneas verticales de la figura
D (una cruz) pasan a través de la primera rendija C lo mismo que a través de un
orificio redondo. La segunda rendija no cambia en absoluto la trayectoria de
estos rayos. Por consiguiente, la escala de la imagen de la línea vertical, que
se obtiene en el vidrio esmerilado A, corresponde a la distancia que hay entre
dicho vidrio A y la tablilla C.
No ocurre lo mismo con la imagen que produce la línea horizontal en el vidrio
esmerilado (si las rendijas siguen en la posición antedicha). A través de la
primera rendija (horizontal) los rayos pasan sin dificultad y sin deformarse,
hasta que se encuentren con la rendija vertical B; pero por esta segunda ren
dija pasan lo mismo que por un agujero redondo y dan en el vidrio esmerilado A
una imagen cuya escala corresponde a la distancia desde este vidrio A hasta la
segunda tablilla B.
Concretando podemos decir, que cuando las rendijas se encuentran en la posición
antedicha, para las líneas verticales de la figura todo ocurre igual que si
sólo existiera la rendija delantera, mientras que para las horizontales, al
contrario, como si únicamente existiera la rendija trasera. Y como quiera que
la rendija delantera se encuentra más lejos del vidrio esmerilado que la
trasera, todas las dimensiones verticales deben obtenerse en el vidrio A en una
escala mayor que las horizontales, es decir, la imagen parecerá estar alargada
en el sentido vertical.
Por el contrario, cuando las rendijas se disponen al revés la imagen que se
obtiene está alargada en el sentido horizontal (figs. 92 y 93).
Está claro, que si las rendijas se colocan inclinadas, las deformaciones que se
produzcan serán de otro tipo.
Las cámaras de este tipo se pueden emplear no sólo para hacer caricaturas.
Tienen aplicación en trabajos prácticos más serios, como, por ejemplo, para
buscar variantes de motivos decorativos para la arquitectura, dibujos para
alfombras y tapices, etc., es decir, para obtener ornamentos y dibujos
alargados o encogidos convenientemente en la dirección que se desee.
El Problema de la Salida del Sol
Nosotros observamos la salida del Sol a las 5 en punto. Pero sabemos que la luz
no se difunde instantáneamente, es decir, que se necesita un tiempo determinado
para que los rayos puedan llegar desde el foco luminoso hasta el ojo del
observador. Por consiguiente, se nos puede preguntar: ¿A qué hora hubiéramos
visto la salida del Sol, si la luz se difundiera instantáneamente? La luz
recorre la distancia que separa al Sol de la Tierra en 8 minutos. Por lo tanto,
si la luz se difundiera instantáneamente, deberíamos ver la salida del Sol 8
minutos antes, es decir, a las 4 y 52.
A muchos les cogerá de sorpresa saber que esta respuesta es totalmente errónea.
Pero es el caso, que la salida del Sol se debe a que la esfera terrestre, al
girar dentro de un espacio ya iluminado, hace que salgan a la luz nuevos puntos
de su superficie. Por consiguiente, si la luz se difundiera instantánea mente,
veríamos la salida del Sol a la misma hora que difundiéndose consecutivamente,
es decir, a las 5 en punto.
Otra cosa es lo que ocurre cuando observamos (con un telescopio) la aparición
de una protuberancia en los bordes del disco solar. Si la luz se difundiera
instantáneamente, veríamos la aparición de la protuberancia 8 minutos antes.
Pero si la luz se difundiera instantáneamente, no podría existir la refracción,
puesto que ésta depende de la distinta velocidad de aquélla en los distintos
medios. La carencia de refracción daría, pues, por resultado, el que el
observador viera la salida del Sol más tarde que ahora. Esta diferencia
dependería de la latitud del punto de observación, de la temperatura del aire y
de otras condiciones y podría variar entre dos minutos y varios días (en las
latitudes polares). Resulta una interesante paradoja: ¡Si la luz se difundiera
instantáneamente (es decir si su velocidad fuese infinita), veríamos la salida del
Sol más tarde que cuando su difusión no es instantánea! Una ampliación de este
mismo problema puede verse en el libro ¿Sabe usted Física?
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