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HISTORIA
Prof. Ruben P. Cano
ANEXOS - Versión año 2000
_____________________________________________________________Buenos Aires, 13 de marzo de 2000
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Norma de trabajo
La totalidad de lo que aparece escrito en cuerpo 12 tanto como lo escrito en cuerpo 10 es de lectura obligatoria
Anexo 0
índice
Consideraciones previas
0-A El campo de la Historia y el de las Ciencias Sociales
0-B "Lo Histórico" y "la Historiografía"
0-B-0 La realidad histórica
0-B-0-0 Límites espaciales
0-B-0-1 Límites temporales
0-B-0-2 Límite de lo humano
0-B-1 La investigación histórica
0-B-1-0 Los límites del saber del lector
0-B-1-1 Los límites del saber del historiador
0-B-1-1-0 Aparición de nuevas técnicas
0-B-1-1-1 El "olvido" de lo que se sabe
0-B-1-1-2 Las especializaciones
0-B-1-1-3 La barrera del idioma
0-B-2 La "investigación" de los no especialistas
0-B-3 Los pasos de la investigación
0-B-3-0 Exposición final
0-B-4 Los "contenidos" en el bachillerato. Falencias
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0-B-5 Resumen de los contenidos de Historia Universal
Prehistoria Paleolítico Inferior, Medio y Superior. Neolítico. Edad de los Metales.
Historia Edad Antigua: En Asia. En África. En Europa. En América.
Edad Media: En Asia, En África. En Europa. En América.
Edad Moderna: En Asia, En África. En Europa. En América.
E. Contemporánea: En Asia, En África. En Europa. En América.
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DESARROLLO
Consideraciones previas
En algún momento de la vida profesional o de la vida estu- diantil - una misma cosa, al cabo - sucédenos que pase a re- sultarnos atractivo, interesante, pertinente, oportuno, suges- tivo, adecuado, satisfactorio, hasta imperativo, quizá acucian- te,hacer un alto para observar y meditar acerca de lo que hemos venido experimentando hasta ahora.
Eso es lo que plantea Descartes en su Discurso del Método, bien que el referido llegará a mayores extremos: insatisfecho de todo lo que había aprendido, esperó a terminar sus estudios para pasar a borrar todo lo que sus maestros le habían enseñado - ya cuestionables los mismos por el sim- ple hecho de que se odiaran entre sí,dice - para pasar luego a reconstruir el saber ab nihilo. Al menos es lo que pretenderá hacer.
Aquí invito al lector, simplemente, a meditar acerca de to- do lo que ha aprendido hasta el día de hoy, lo mucho y bueno, y de cómo ha actuado para fijar lo ha aprendido.
Podría ensayar esta experiencia con todas las materias,por cierto; aquí habremos de cogitar, conjuntamente, acerca de nuestro metièr, la Historia y su área aledaña, nuestro dominio.
Dos aspectos habrá que considerar: por un lado,la naturale- za del conocimiento histórico, por el otro, los contenidos his- tóricos adquiridos hasta el presente.
Habremos de numerar los distintos items a partir del 0, como correspon- de y no a partir del 1, como se estila. Nuestro sistema numeral, mal llama- do arábigo, parte del 0, no del 1. Numerar del 1 al 10, en cambio, proviene de nuestra tradición grecorromana; en otras palabras, al sistema arábigo lo hemos asimilado a medias. En esto, como en todo, cuando se adoptan creacio- nes culturales superiores a las propias suele cargarse con el lastre de la tradición y no es fácil desprenderse de él.
Claro,lo dicho lo aplicaremos en el Anexo 0, donde hemos "mayizado" la numeración; en los posteriores Anexos (1 a 4), elaborados antes que ahora,ha- brá de mantenerse el nomenclador en uso hasta el presente a fin de no cau- sar confusión.
Otrosí digo.
Al final de este Anexo 0 hago un resumen de la Historia Universal que sirva de repaso y para trabajar en lo nuestro es-pecífico.
¿Tiene un sentido esa Historia Universal? Y si lo tiene, ¿cuál es? Se ha encargado de responder a ello la Filosofía de la Historia, con resulta- tados siempre harto magros. Actividad intelectual ociosa,en realidad, o por lo menos, improductiva.
Se ha fracaso siempre cuando se trata de darle un sentido a la Historia como totalidad, probablemente esté fuera del alcance de nuestra capacidad humana; las interpretaciones más contradictorias aparecen igualmente váli- das o no válidas, sean las de Toynbee,Jaspers, Vico, Marx, Voltaire o Spen- gler. Algo así como los creadores de los mosaicos bizantinos que con los mismos mosaicos podían hacer las más diversas obras de arte, la mayoría muy bellas, por cierto. La Ciencia, para casi todos, es otra cosa.
Tal vez tenga razón aquí Marrou cuando afirma que "solamente al final de la Historia se conocerá la Historia".
Aquí se abordará el estudio global con otro proyecto y con menores pretensiones. Ya advertía Ortega que "es la Ciencia del más riguroso y actual presente",hasta podríamos agregar que ri- guroso y actual futuro, por razones que se explican en otro lu- gar (13*).
A mí me parece, a mí me parece claro,advierto "claro y dis- tintamente"[A,4,1] que si observamos toda la Historia de la Hu- manidad a "escala pequeña" 10*, es decir lo equivalente en car- tografía a un planisferio,resalta el Neolítico como la gran re- volución: resaltan allí la aparición del Estado y la revolución agrícola, entre otras. Y bien, al cabo de unos diez mil años se han acumulado cambios y hasta progresos tanto en materia agrí- cola cuanto como en materia de organización del Estado;nada pa- recido a las violentísimas variaciones que nos regala el momen- to actual.
Piénsese,como ejemplo de cambios durante este proceso, en la enorme re- volución doctrinaria 9* que vino a significar la concepción genial de Mon- tesquieu acerca de cómo organizar de la mejor manera posible el gobierno (gobierno como parte visible del Estado), en el siglo XVIII y la aplicación práctica 9* luego también y lentamente, en casi todo el planeta.
Ocurre, estoy persuadido, que en la última década del siglo XX se está manifestando una transformación del concepto de Es- tado de una envergadura tal que no hay precedentes,por lo menos por la energía con que se está produciendo dicha transformación y a la que debemos estar atentos. En esto último el filósofo García Venturini fue un verdadero profeta (Ante el Fin de La Historia; también,atribuyéndole al autor tener dicho pensamien- to "encapsulado" en su Introducción a Jacques Maritain, Filoso-fía de la Historia). Examinaremos, ocurre también, por lo menos desde el último cuarto del siglo XX, que se está produciendo un cambio profundo y acelerado de las prácticas agrícolas-ganaderas,particularmen- te en la última década.
Al respecto,no tengo dudas de que estamos ingresando, esta- mos ya en una revolución de tal envergadura que desde el Neolí- tico no se tenía noticias de algo semejante.
Si hilamos fino observamos que otros logros o creaciones del Neolítico están ahora cambiando pero no de la misma manera - el capital, por caso - otros quizá se entén revirtiendo, como el sedentarismo. Quede librado al esfuerzo y al empeño del lector el extenderse sobre estas otras facetas, de desearlo.
Queda claro, pues, que Estado y revolución agrícola-ganade- ra serán los ejes sobre los que se habrá de realizar nuestro estudio del presente.
Se me dirá que hay otra fabulosa revolución en la Historia de Humanidad que estamos presenciando hoy y es la de las comunicaciones.
No tiene simetría con el Neolítico, quizá se desarrollaron más los pue- blos del Paleolítico.
Hay una razón de más peso:las comunicaciones son meramente instrumenta- les en el acaecer humano, en "lo histórico", pertenecen al dominio de las "potencias" (Zubiri) 7*. Dominio y organización del espacio y de la econo- mía y Estado, por su parte, están sí inordinados en la Historia (lo histó- rico).
Como trabajo especial, por ende, estableceremos tomar algún aspecto de uno de estos dos ítems y será trabajado como premo- nografía (Anexo IV).
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0-A El campo de la Historia y el de las Ciencias Sociales
Se sabe que en la Escuela Secundaria se aprenden diversas materias;cada una de ellas corresponde o debería corresponder a una Ciencia.
La pretensión de la reforma educativa, actualmente en curso de ejecu- ción, de enseñar "Ciencias Sociales", no parece instrumentable: lo que a nivel científico no ha sido resuelto no es posible aplicar en el aula. Los obstáculos, hasta ahora insalvables, de conformar lo que Braudel llamara "mercado común de las Ciencias Sociales",no pueden ser superados por un ma- estro o profesor en el curso,por muchas luces que tenga. Cuando se llegue a la realidad del aula allí se verá la inaplicabilidad.Stephenson pasóse años buscando el movimiento continuo, cuando cambió de libreto inventó el ferro- carril; algunos dicen que no había perdido tiempo, puesto que el fracaso lo ayudó a ser tenaz. Sea.
Es verdad que hay puntos de contacto entre Historia, Geografía y Civis- mo(Politología); lamentablemente los aspectos de todas estas tres discipli- nas sobre los que se hace hincapié son los menos cercanos a esos "campos de indeferenciación", es decir, allí donde los contenidos, las experiencias de todas tres ciencias toman contacto.
Cosa distinta es buscar el aporte de otras Ciencias Sociales para ense- ñar Historia - así nos enriquecemos, tanto en la investigación cuanto en el aula - asumiendo eso sí la limitación,la responsabilidad de que el pro- fesor o el investigador las conoce imperfectamente,o, lo que es peor,lo que sabe rara vez,casi nunca, responde al estado actual de la ciencia abordada.
Por ello no hay más remedio que incursionar en otras disciplinas "como explorador" - "suelo pasar hasta a los propios campamentos enemigos, no co- mo tránsfuga,sino como explorador",reflexionaba Séneca en su Epístola a Lu- cilio - muniéndose al exponer, por ende, de abundantes quizaes.
Toda Ciencia tiene un objeto y un método.
Las Ciencias Sociales tienen por objeto el hombre, ser so- cial, o,mejor dicho, el comportamiento humano, el comportamien- to de ese ser social. Este comportamiento es distinto al de los otros seres de naturaleza, ámbito de estudio éste a su vez pro- pio de las Ciencias Naturales.
Tiempo, espacio y conducta parecen ser los elementos comu- nes a todas las Ciencias Sociales. Aparece claro que, por ejemplo, la Geografía hace más hin- capié en el factor espacio,la Historia en el tiempo, aunque hay que considerar además que cada quien investigador - se dice que, en realidad, cada uno crea su propio método dentro de su Ciencia - ponderarán más una cosa u otra, a sabor.
La Argentina es un país de desiertos,nos enseña en geógrafo Roccataglia ta (Roccatagliata, Juan A. La Argentina Geografía General y los Marcos Re- gionales Buenos Aires, Planeta, 1988). Ha sido insatisfactoriamente pobla- da, incluso las regiones menos áridas: el medio geográfico ha pesado enor- memente en su Historia pero pocos investigadores le han prestado atención a esto.
Relación entre Historia y Geografía. Área de indeferenciación, a menu- do. Un tema importante en el estudio de cualquier época es el de cuánto pudieron haber ayudado los animales domesticados para el dominio que sobre el espacio geográfico ejerce una comunidad cualquiera en un momento deter- minado de la historia.
A este punto se impone una aclaración. Como explico en el anexo 1, "la primera operación intelectual legítima" - por predicar su importancia se fatigaron tanto aquel grande sofista que se llamó Pródico de Ceos como lue- go también se fatigará Sócrates - es la traducción, [A,2,1] en el nomen- clador de la taxonomía de Bloom, volcado del inglés como transferencia por algunos autores, como Nérici.
Se impone de tal guisa en primer lugar difinir qué se entiende por ani- mal domesticado: siguiendo a Thevenin, El origen de los Animales Domésticos (Buenos Aires,Eudeba, varias ediciones, considérase doméstico al animal que se reproduce en cautiverio.
Con todo, como el campo está viviendo una tal fabulosa revolución que no se tiene memoria de algo semejante desde el Neolítico; dase el caso hoy de que se están sutilizando tanto las técnicas que "se reproducen en cauti- verio" ejemplares de animales que en otros tiempos se hubieran juzgado no controlables, esto va desde el pacú hasta el pulpo.
Siempre me ha interesado plantear a los estudiantes problemas para los que no tengo solución. "Cuando no sé algo se lo pregunto a mis estudiantes" decía aquel gran maestro que se llamó Antonio Jorge Pérez Amuchástegui.Que- da, pues, a resolución de los estudiantes, o, mejor, deben intentarlo, aun- que quienes tienen la obligación de redefinirnos la cosa son los que se han especializado en ella, como es lógico. El tema, en sí, es apasionante.
La vinculación entre la Historia y la Politología, por su parte, es también muy fuerte. Definida ésta como la Ciencia de las instituciones, mejor dicho, de las instituciones en funcio- namiento (Vida Política, en la terminología de la escuela de Prelot), pongámosle luego a las instituciones el motor temporal y ya estamos en la Historia.
Por supuesto, la Historia nunca perderá de vista ese indi- viduo, único, con nombre y apellido, que asume "a su manera" siempre el rol que el juego de las instituciones le tiene pre- determinado; individuo único que para el politólogo estará fue- ra de su campo de estudio.
Una cosa es San Martín capitán del ejército español, otra es pasajero de la George Canning, otra es jefe del regimiento de Granaderos, otra jefe del ejército del norte, otra, Gobernador de Cuyo, otra, Protector del Perú, otra, simple ciudadano retirado de la vida política.
La persona, se sabe, será siempre la misma, los roles no, el comporta- miento del personaje, en cada caso, depende, por cierto, de lo que es él mismo pero también depende de su rol, que necesariamente debo conocer si quiero comprender cada comportamiento ¿Se tiene esto claro en las narracio- nes escolares siempre?
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0-B "Lo Histórico" y la Historiografía
La palabra Historia en castellano, como en casi todas las lenguas modernas, quiere decir dos cosas: acaecimiento y, tam- bién, conocimiento de ese acaecimiento.
Los romanos distinguían, en cambio, entre res gestae e historia rerum gestarum,o sea "las hazañas" y la narración de dichas hazañas; paralelamen- te los griegos utilizaban ta ellhnika e istoria
En castellano los eruditos hablan entonces de historiografía para refe- rirse a la narración, a la ciencia que estudia el acaecer (la terminología fue creada en italiano por Croce) y "lo histórico" (por lo menos lo hace su ideador, Luis Aznar)
La lengua es sabia y a la vez avara y si ella no creó dos palabras dis- tintas es porque no se hace necesario: en la exposición se nota claramente, casi siempre, a qué nos estamos refiriendo cuando usamos la palabra histo- ria, de ahí que rara vez en la práctica se utilice la terminología creada por los eruditos.
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0-B-0 La realidad histórica
Allí donde los hombres crearon cultura, allí está el campo de estudio del historiador. A eso lo llamamos la realidad his- tórica, técnicamente, "lo histórico".
La convención establece que la Historia (lo histórico) tie- ne como escenario todo lo acaecido durante el período que se extiende desde que se inventó la escritura hasta nuestros días, lo anterior es la Prehistoria.
El campo de la Prehistoria ha sido explorado por los inves- tigadores muy recientemente, hace poco más de ciento cincuenta años. Es la Antropología, ciencia mucho más joven que la Histo- ria (Historiografía), la que se ha ocupado de indagar en este ámbito.
En realidad, se trata de una división artificial. El campo de estudio es todo uno.
Los antropólogos hoy se introducen hasta en la Edad Media Europea y con sus técnicas arqueológicas incursionan en sus basureros y cementerios para saber qué comían, cómo vivían, cuán bien estaban alimentados. Antropólogos hay ya que usan sus afinadas técnicas para estudiar la propia sociedad ac- tual, superponiendo su campo de estudio al de la Sociología y superando a esta Ciencia en muchos aspectos.
División un tanto arbitraria entre Prehistoria e Historia es aquella que establece como hito la invención de la escritu- ra.
Grandes avances,por cierto, en la historia de la humanidad co- mo son la invención del lenguaje,el dominio de la producción de fuego, la aparición del sentimiento religioso, la invención del arco y la flecha, el logro de la supremacía sobre todas las es- pecies vivientes del planeta, las ciudades, la domesticación de plantas y animales, la aparición del Estado, del capital, del sistema impositivo, del sedentarismo, del dintel,se produjeron antes de la invención de la escritura y es harto discutible que ésta haya tenido más importancia que todos y cada uno de los avances anteriormente enunciados.
Ya Voltaire en el siglo XVIII prestaba atención a este desmedro y decía que un tonto recitaba en latín sentencias que no entendía y le daban el tí- tulo de doctor, mientras que nadie honraba al que había inventado el reloj. Y mucho antes que Voltaire los sofistas, un Protágoras, por ejemplo, ya va- loraban las manualidades.
No olvidemos que el historiador es un intelectual, la es- critura es su herramienta de trabajo imprescindible y, tiende - no debería ser así - a valorar menos los avances que les son de lejano trato en su vida profesional.¿Cuánto tiempo pasó has- ta que el historiador se decidió a valorizar - sin haberlo he- cho todavía como corresponde - la invención del tornillo du- rante el período alejandrino?
¿Cómo determinamos que el hombre ha pasado a ser hombre - campo de estudio de la historia - y ha dejado de ser un ani- mal?¿Cómo se define claramente una cosa y la otra? ¿Cuál el ám- bito geográfico sobre el que va a establecer sus límites el historiador cuando estudia? ¿Cuál tiempo está dentro de su ju- risdicción?Son las preguntas a que habremos de responder a con- tinuación.
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0-B-0-0 Límites espaciales
Los límites espaciales que debemos abordar resultan claros: allí donde se han establecido comunidades humanas, ahí está el espacio que debe estudiar el historiador.
Sin embargo, en la práctica, determinarlo no es tan senci- llo. El Estado moderno tiene límites precisos que señala en los mapas y amojona en el terreno. Gran parte de la superficie del planeta está ocupada por el hombre. Ese es un criterio europeo-occidental y bien de nuestros días y que se ha expandido por todo el mundo.
Es difícil determinar, en cambio,el "territorio" de los nó- mades y, aun sin serlo, en el África al sud del Sahara, donde a raíz de la casi inexistencia de humus la agricultura es itine- rante,los territorios ocupados y sus límites son asimismo siem- pre difusos e imprecisos, tanto en lo que se refiere a la pro- piedad de la tierra individual - concepción europea que les es extraña - cuanto en lo que límite preciso entre los Esta- dos, por poderosos que éstos hubieran podido llegar a ser y efectivamente lo fueron.
Las apariencias a veces engañan. Inmensos desiertos que pa- recen vacíos ecuménicos tienen, en realidad, vigorosas rutas de comunicación cuya importancia es en muchos casos superior,desde el punto de vista comercial, que la que se observa en territo- torios más generosos.
Tal el caso del Sahara: todavía en las primeras décadas del siglo pasa- do (el lector no se habrá dejado influir por ficticias celebraciones y tie- ne en claro que todavía, en el año 2000, estoy escribiendo en el siglo XX) estaba surcado por rutas comerciales enormemente más activas que las de la feracísima Pampa Húmeda contemporánea.
El mar y el océano pueden también representar "vacíos", pe- ro que a veces son aparentes. Siempre hay que leer con extre- mo cuidado la Historia en el mapa.
Tal el caso del Pacífico, inmenso, superior en tamaño a todos los con- tinentes sumados,parece infranqueable: no lo fue en absoluto para los poli- nesios que durante los últimos dos mil años, por lo menos, tejieron sutiles y cambiantes vías de comunicación con sus piraguas de balancín. El Medite- rráneo, por su parte, fuera de la navegación costera, fue en su interior y hasta el siglo XVIII de nuestra era, para los barcos, un "desierto" induda- blemente menos franqueable que el Sahara.
La relación constante con un medio geográfico determinado puede llegar hasta a modificar somáticamente a los hombres.
El hombre ocupa la superficie terrestre, repito. En los úl- timos tiempos,empero, la situación se ha alterado un tanto. Es que ha aparecido la tercera dimensión.
Y no sólo porque en el caso de la aviación establece rutas de comunica- ción que nos obliga por primera vez en la Historia en pensar en tercera di- mensión lo que el hombre "pisa",sino también en casos como de la sonda rusa Mir que aloja en el espacio,girando alrededor de la tierra, a una comunidad de hombres durante meses; hacerlo permanente será el próximo paso: ¿qué di- ferencia puede haber con el establecimiento de los conquistadores que vení- an de España en Lima (1535)?
Bajo la superficie del Mar Rojo, a cien metros de profundidad en una burbuja debajo de una campana, trabajan científicos, lo mismo en otros lu- gares del planeta; otro caso de tercera dimensión. Desde tiempos remotos se cultiva y las terrazas de cultivo ya son un avance significativo, creado por los agricultores de distintos lugares del planeta, no necesitamos pensar estrictamente en tercera dimensión en cuanto un plano sustituye al otro pero actualmente en Japón se cultiva bajo tierra con un sistema como los edificios de propiedad horizontal, en este caso de superficies superpuestas debemos pensar que es otro fenómeno de organiza- ción del espacio en tercera dimensión propio de nuestros tiempos. Y así.
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0-B-0-1 Límites temporales
Ya he marcado que es arbitraria la división entre Prehisto- ria e Historia. Se ha colocado el hito más importante no allí donde se produjeron los mayores cambios; tal elección tiene también un origen histórico.
En efecto,se estudiaba la Historia desde Grecia, que el Re- nacimiento elevó a la categoría de verdadero mito; luego se in- corporaron otros pueblos cuyas escrituras se logran traducir.
Conjuntamente, en la segunda mitad del siglo pasado,se des- cubre el mundo maravilloso de la Prehistoria y, entonces,se de- cide hacer la división, más bien con el criterio de discriminar entre lo que sabemos desde hace mucho tiempo de lo que estamos aprendiendo ahora. Construcción sobre arena, como se ve.
Con todo,no estamos aquí para hacer correcciones, la perio- dización en uso será la que utilicemos;de hecho la historia,la- tu sensu, comienza con la aparición del hombre pero, como digo en otro lugar, lo que se sabe al presente nos dice muy poco to- davía del mundo espiritual del hombre del Paleolítico Inferior, mundo espiritual que es la salsa de la Historiografía.
Al hacer un repaso de los contenidos que se ven en los cin- co años de Escuela Secundaria se remarcarán los valores predo- minantes de cada período.
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0-B-0-2 Límite de lo humano
Que el hombre crea cultura y el animal no, parece ser la diferenciación más clara entre una cosa y la otra. Mas no es siempre fácil hacer la discriminación cuando debemos estudiar a través de restos óseos o herramientas, de las cuales habría que determinar cuáles realmente son expresión de cultura.
Parecería lo más criterioso establecer que el hombre es ple namente tal cuando adquiere en el dominio del lenguaje,cosa que nos diferencia indudablemente de los animales.
Ocurre,empero, que resulta difícil determinarlo en la prác- tica.
Si queremos precisar la diferencia con los seres vivientes actuales, debemos hacerlo con el chimpancé - el único animal capaz de sostenernos la mirada, dicen - el más cercano a nos- otros. Los chimpancés no hablan, el hombre sí. Cuando empezamos a explorar a través del tiempo,la contraposición no aparece tan nítida.
Makinistian, (El Proceso de Hominización. Los primeros pasos de la evo- lución humana. Estado actual de la cuestión Rosario[Rep. Argentina] Edito- rial Fundación Ross, 1992); cuenta que recientemente en Israel,en 1989, ar- queólogos israelíes y franceses han encontrado un antiguo esqueleto de hom- bre de Neanderthal que presenta el hueso hioides (citado siempre en Lengua como único caso de triptongo ioi en castellano).
El hueso hioides - descubierto en su momento por Goethe, dicen, y el único que no se articula con ningún otro hueso leí alguna vez - sirve de inserción para los músculos que operan en el habla. La antigüedad de los restos se remontaría a 200.000 años y ello probaría que los neanderthalen- ses,o algunos de ellos,eran más evolucionados de lo que se creía hasta aho- ra.
Existe en el cerebro humano un área motora del habla: es el centro de Broca, ubicado en el lóbulo frontal. Como el cráneo se moldea en el cerebro la tarea es buscar cómo está desarrollado el centro de Broca en restos más primitivos aún; parecería así que el uso del lenguaje es todavía anterior a lo dicho pero los estudios,al presente, no son seguros dado el aplastamien- to con que suelen llegar a nosotros estos restos fósiles. Técnicas más evo- luciadas, esperemos, permitirán estudiarlos mejor.
Quizá lo más criterioso,lo más preciso a determinar, sea establecer que lo humano está cuando se tiene capacidad de fabricar herramientas con he- rramientas. Hay muchos animales que usan herramientas - incluso pájaros, como ocurre con el pinzón de las Islas Galápagos - pero ni siquiera el chimpancé es capaz de fabricar herramientas con herramientas, ni aunque se lo induzca a ello.
Si consultamos com los etólogos, ellos nos dan alguna orientación. Dice Eric Fabricius (La Conducta de los animales Buenos Aires,Eudeba, 1977, pá- gina 7):
"En realidad, hay muy pocas dudas de que el animal carece de conciencia de sus actos. Un ave que construye por primera vez su nido no puede saber que el huevo requiere determinada temperatura"... Determinación precisa, contundente: la diferencia con el hombre es abismal, clara, indudable, mas ¿qué ocurre en la mente de un chimpancé cuando recorre un kilómetro para buscar ramitas, corta varias (ya hay previsión) y las coloca al lado del hormiguero, las va introduciendo en él y, a medida que las va gastando va tomando las otras que había preparado. (el pluscuamperfecto se usa para dar idea de anterioridad mediata con respecto a un hecho pasado,dice Samuel Gi- li y Gaya, Curso Superior del Sintaxis Española, parágrafo 126: en buen ro- mance, significa aquí previsión)?
La etología es una disciplina nueva,nacida durante el siglo XX a partir de los trabajos de Lorenz en Austria y también del holandés Tinbergen, pro- fesor de Zoología Experinental de la Universida de Leyden.
"Lorenz presentó su teoría en el trabajo Der Kumpan in der Umwelt des Vogels. Esta obra se publicó en 1935, y poor ese motivo puede considerarse ese año como el que marca el comienzo de la etología." (Fabricius, Eric La conducta ... pág. 14)
Parece ser que también aquí se cumple un fenómeno ineluctable, común a nuestra época, y es que pronto aparece la especialización. Autores como el citado Fabricius o como J. D. Carthy (La Conducta de los Animales Barcelo- na, Salvat, 1971) parecen hallarse cómodos estudiando la conducta de aque- llos animales que tienen el cerebro menos desarrollado y cuando incursio-nan sobre los mamíferos no llegan a los monos antropomorfos; casi que como que eso está ya a mitad de camino de la Antropología. En cambio, en el otro extremo, especialistas como Jane Goodall, se han especializado en estudiar la conducta de los chimpancés, al punto de que esta investigadora se ha pa- sado la mayor parte de su vida conviviendo con éstos.
Si decimos que la diferencia entre el hombre y el animal es tá en la capacidad de fabricar herramientas con herramientas,la antigüedad del hombre se remonta a 2.400.000 años. En África se ubica, continente del que no salió en los primeros 2.000.000 de años, o poco menos.
Yo he adoptado aquí un criterio, uno entre los muchos propuestos, para discriminar cuándo aparece lo humano que resulta relativamente verificable. Uno de los tantos y tal vez no el más "humano".
Así se iniciaría el Paleolítico Inferior; hacia el -100.000 empezaría el Paleolítico Medio, cuando se domina el fuego y más tarde aparecen los primeros enterramientos.
Con todo, para un historiador, la cosa ya tiene sabor a lo suyo con el Paleolítico Superior(hacia el -35.000) cuando con la invención de armas co- mo la lanzadera y luego el arco-flecha enriquece su dieta y se convierte, ciertamente, en el rey de la creación, capaz asimismo de registrar por es- crito los ciclos de la luna, y de venus (-17.000), de domesticar el perro (-15.000), y de pintar, magníficamente (Altamira-12.000).
Por otra parte, el hombre histórico (post-escritura) convivió solamente con primitivos - primitivos en cuanto a técnica, Chapman ha podido decir que el mundo espiritual de los indios onas es más rico que el nuestro - con primitivos del Paleolítico Superior, los otros estaban extinguidos ya: por lo tanto,en cuanto estudiosos de la Historia,entiendo que más allá del -30. 000 o del -35.000 el campo de estudio se nos hace más difuso y menos inte- resante.De ningún modo nos debemos plantar en la invención de la escritura.
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0-B-1 La investigación histórica
Si la Historia es una Ciencia tendrá, como todas, un objeto y un método. "Ciencia es una economía de pensar" dice Cohen. La Historia, como toda Ciencia, debe tener mecanismos de verifica- ción puesto que no hay Ciencia sin verificación. Y deberá enun- ciar leyes. ¿Deberá enunciar leyes?
Decía Aristóteles que no puede haber Ciencia de lo particu- lar, que sólo puede haberla de lo general. O, elevado a la ca- tegoría de lo absoluto,el positivismo del siglo XX dirá que ha- brá Ciencia en cuanto haya ley y hasta a la causalidad le niega categoría científica.
Comte, es decir, el positivismo, no renegará de la Histo- ria, dirá sí que tiene leyes tan seguras como las de la Física; hay que encontrarlas, dirá. Él mismo fue uno de los creadores de una Ciencia, la Sociología, a la que denominó "Física So- cial": el nombre es toda una definición, mejor, todo una pre- tensión, una promesa.
Al margen de lo que nos cuenten los filósofos,los historia- dores, digamos para no confundirnos, los mejores historiadores, trabajan atendiendo siempre ciertas regularidades. "Generaliza- ciones relativas" dirá algún metodólogo (Huizinga). Sin embar- go, será la Historia la disciplina que más preste atención a lo individual, a lo único, a lo que no se repite.
Miremos lo que ocurre en gramática y en ortografía. Se nos enuncian, normas, leyes,es decir,principios generales que luego se aplican a cada ca- so particular. Antes de b y p se escribe m y no n. No es posible la excep- ción. La ley tiene aquí valor absoluto.
Antes de e y de i se escribe c y no z, se nos dirá luego. Cierto, ex- cepto zig-zag, eczema y enzima. Tres excepciones en todo un idioma, no es- tá mal; en otros casos, las excepciones abundan, a veces se llega al punto de que nos preguntamos si tiene sentido enunciar la ley.
Conjugación de los verbos. Los regulares se conjugan siempre igual. Pe- ro hay irregulares, hay toda una constelación de irregulares que se compor- tan distinto a los regulares pero iguales entre ellos.Hay otros que se cor- tan solos. Y están los defectivos.
Lo histórico presenta un panorama similar,seguramente con mayores irre- gularidades todavía, y,cuando miramos cualquier proceso histórico con lupa, la cantidad de comportamientos que son incomparables, que son irreductibles a un modelo son tantos que nos abruman.
La historia acaecida (lo histórico), he dicho más arriba, ocurre y tan pronto ocurre, "se desrealiza".
El lector gusta mucho de los presocráticos. Ensaye el método de Herá- clito; mejor, de su discípulo Cratilo, y terminará demostrando que los he- chos históricos, en realidad, no ocurrieron nunca.
Quedan huellas a través de las cuales el historiador va a investigar; conocimiento indirecto, que le dicen.
El historiador publicará una obra que finalmente consultará un lector.
Empecemos, pues, por la otra punta del ovillo.
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0-B-1-0 Los límites del saber del lector
Un mismo libro,un mismo texto, tiene distintos significados según sea el lector que reciba el mensaje.
En primer lugar está lo afectivo.Si el lector estima lo que está leyendo, todas las puertas están abiertas. (Remito lo que se dice en el Anexo 1 acerca del dominio afectivo-volitivo).
Mira y López dice que la mayoría de los estudiantes de secundaria estu- dian las materias como algo extraño a ellos. Está el mundo del estudiante y está lo que estudia que no pertenece a su mundo.
Está el dominio de la técnica de lectura; Ortega ha dicho que la mayoría de los seres humanos pasan la vista por lo ne- gro, pero que leer, leer en profundidad lo hacen muy pocos: con seguridad exagera en las cifras pero no en el diagnóstico. Por lo pronto, si el lector se queda en [A,1], aunque pretenda com- pensar - no hay tal - con el enorme esfuerzo de memorizar hasta cosas nimias,no arriba a nada. Todo debe ser traducido[A, 2,1]; hay que terminar en [A,4,3] para poder estar satisfechos: [A,5] y [A,6] (mejor, [A,6] y [A,5], en ese orden) fluyen solos luego. En el Anexo 1 explicado esto está.
Hugo Lamónica recientemente en un programa de televisión explicaba có- mo, en el mundo actual, hay que hacer una investigación minuciosa y eficaz de los mercados y ya nada puede dejarse librado a la improvisación.
Comparaba Lamónica con lo que le sucede al aprendiz de tenista que se enoja cuando el profesor le corrige la forma como él toma la raqueta: total la pelota cruza la red y pica en el campo contrario. Sin embargo, más tar- de, cuando hace caso a las indicaciones del profesor, advertirá con satis-facción que con menos esfuerzo tiene mayor rendimiento:la pelota pasó siem- pre, pero no es lo mismo.
El trabajo intelectual tiene similares características.
En todos los tiempos ha habido autores que se han preocupado por indi- carnos desde detalles como de dónde tiene que provenir la luz que se pro- yecta sobre el libro hasta de los intervalos dedicados a ejercicios físi- cos; o sea, higiene del estudio. Esto desde el viejo y un tanto ceremonio- so - estilo de época - venerable Arte de Estudiar de Rubió y Bellvé, de principios de siglo, hasta trabajos más sistematizados como Cómo estudiar, Cómo aprender de nuestro conocido Mira y López.
El estudiante de Bachillerato, y el universitario también, muchas veces está ya en "la alta competencia" pero no ha corregido cosas tan elementales como los defectos en tomar la raqueta.
Ocurre que en la escuela no se aprende todo, tampoco.
Siempre cité como ejemplo de lector serio a alguien que desde hace años conocemos por la radio y la televisión, Antonio Carrizo. Si la mayoría de los que tienen un micrófono en la mano tuvieran su cultura, seguramente los medios masivos de comunicación serían un poderoso auxiliar de la escuela. No hizo Carrizo más que séptimo grado (sexto, en la nomenclatura de su época). Ha leído muchísimo en su vida y, como además sabe hacerlo, aprove- cha lo que lee. Su base de primaria seguramente fue muy buena y su caso de- bería hacernos reflexionar acerca de si aquellos maestros, tan criticados por los teóricos de la educación hoy, no trabajaban mejor. Es una cuestión de efectividades conducentes. Personalmente estoy persuadido de que sí.
¿Para qué sirve la escuela,pues? Bueno,por mucho que se ha- yan criticado - y haya motivos para hacerlo - los progra- mas escolares, ellos nos dan una base de conocimientos mínimos de la mayor parte de las materias; cosa harto importante, sobre todo acerca de aquellos temas sobre los que,al elegir luego uno una especialidad de estudio, jamás podremos volver a ver.
El autodidacta, en cambio, tiene enormes lagunas en cosas elementales: el primer autor del que leí está reivindicación del sistema escolar fue Ma- nuel Gálvez en su biografía (novela, en realidad) de Sarmiento, a propósito precisamente de la educación que había recibido el biografiado: "dígase lo que se quiera del actual sistema escolar." reivindica Gálvez. A pesar de la enorme decadencia en que ha caído el referido sistema escolar desde que Gál vez escribiera, lo suyo sigue vigente.
Un antiguo colega, profesor de Química, el Dr. Cayo, gran conocedor de su profesión, decía que en el bachillerato, en to- das las materias, debería haber una primera unidad que hablara de la filosofía de la ciencia que se iba a estudiar durante el año.
De hecho, es verdad, tal filosofía está implícita y muchos estudiantes la perciben a medida que trabajan en sus materias, otros hay, por cierto, que se quedan en la mera repetición de cosas con lo cual no aprovechan lo más valioso que la escuela puede darles.
La reflexión a la que vengo invitando desde el comienzo del Anexo 0 habrá de coadyuvar a este mayor aprovechamiento, esti- mo.
Es importante también precisar qué contenidos domino. Por ello en este Anexo 0 (exactamente en 0-B-0-3) hago una apreta-dísima síntesis de lo visto hasta ahora de la Historia de la Humanidad, que servirá de repaso. Es mucho menos que lo que el lector sin duda conoce, pero que sirve para ubicar lo que vaya- mos a estudiar en lo sucesivo en el todo, en otras palabras,co- locar un elemento en un todo gigantesco, colocar un [A,4,1] en [A,4,3], tarea que debe realizarse siempre, no importa la esca- la en la que nos instalemos.
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0-B-1-1 Los límites del saber del historiador
"Tneta Fronein ","pensad en mortal","tú no eres dios, no pue- des saberlo todo",aconseja a los historiadores Henri Irenée Ma- rrou en su libro El Conocimiento Histórico. E insiste en ello. Evidentemente,cuando se publica una monografía, son más los te- mas que quedan para investigar y surgidos de la propia investi- gación, que los efectivamente investigados; dicho he.
Gustavo Adolfo Becquer en la Introducción a sus Leyendas, se lamenta de que bullan en su mente mucho más abundantes ideas que las que podrá siste- matizar en vida y que está resignado de que habrá de irse con ellas a la tumba. Lo que ocurre en la creación literaria,ocurre también en la investi- tigación histórica.
El lector,cuando consulta un libro de Historia, nunca debe olvidar esto,si quiere aprovechar la lectura: de ahí que no to- do lo que se lee,nunca, tiene el mismo valor en una monografía, mucho menos en un manual. Y sin embargo, cuánto se aprende de algunos autores que constantemente nos están marcando el límite de su conocimiento!
¿Cuánto sabe, hasta dónde sabe el historiador cuyos libros leemos?
A veces expresa el saber de un momento,hasta que nuevas in- vestigaciones suelen mostrar hoy que es incorrecto lo que se sostenía hasta ayer. Sucede muchas veces.
El lector habrá de pasar por muchas referencias históricas que hago yo aquí. Piense que todo lo que digo lo he leído algún día en algún lugar. Lo más común posiblemente sea que haya leí- do lo mismo en distintas épocas y lugares;ello no garantiza mu- cho. Bien, puede ocurrir que hoy los historiadores lo expliquen de otra manera, porque ha avanzado la investigación, porque el autor que yo leí no estaba actualizado - y el leer a varios no asegura nada porque las versiones erróneas se proyectan en ra- cimo, nos enseñan los metodólogos especializados en el Medioevo cuando hacen la crítica interna de testimonios de la época - o simplemente porque el mismo estaba equivocado. Sería sumamente provechoso pues que, cuando tenga versión actualizada o simple- mente corregida, me la hiciera saber.
Piénsese, por ejemplo, lo que se enseñaba acerca de la antigüedad de la cultura amorrea,en la Mesopotamia (la de Hamurabi).Todavía historias de Me- dio Oriente de mediados del siglo XX ubicaban el imperio amorreo, de vida muy breve, hacia el 2.200; el buen manual de Podestá Costa, prestigioso li- bro de consulta de mediados del siglo XX (Podestá Costa, L. A. El Antiguo Oriente Buenos Aires Kraft, 1948, página 116), lo ubicaba entre los siglos -XXII y -XXI (-2123\2.081). Los investigadores finalmente lo ubicaban en el siglo -XVIII.
Más frecuente es que ciertos libros que al historiador le hubieran sido útiles leer antes de escribir su obra, terminan siendo leídos por el mismo luego de haber publicado lo suyo.
Hay muchas causas que provocan esto. No se puede saber todo, las guías bibliográficas nunca son satisfactorias ni completas, nos enseña Malclés en su libro La Bibliografía (Eudeba). Generalmente no se tiene todo el ma- terial a mano;es posible que a medida que se cargue en Internet no sólo las relaciones de los libros sino también los textos íntegros, las nuevas gene- raciones tengan mejor acceso a la bibliografía.
A veces el error no parece tener justificación,es el especialista quien se equivoca en su propia especialidad.
A veces los errores son conceptuales y hacen a la esencia del problema.
Hay errores que no encajan en la lógica de la obra y pueden atribuirse a distracción; ¿cuántas veces no nos ocurre que por decir una cosa decimos otra?
Ferninand Braudel se atreve a trabajar con escalas (5*, Anexo 3) prác- ticamente inmanejables por investigador alguno, de ahí errores que aparecen aquí y allá; inevitable.
A veces el autor no ha encontrado la palabra adecuada o copia la inade- cuada y ello puede desconcertar al lector.
No podemos tomar al pie de la letra lo que digo aquí;debería confirmar- se con lecturas más completas sobre el tema pero no es aceptable decir,sin más, que en América existía también trigo por una referencia textual que no puede ser confiable, ni aceptable al pie de la letra, por lo que acabo de explicar.
A veces es el estilo el que traiciona al autor, hasta quizá alguna vez también pudiera llegar a ocurrir que hubiera menosprecio del saber de quien habrá de leer lo escrito.
Esto el lector lo entenderá muy bien, se suele dar hoy en televisión. Allí aparecen a veces catedráticos universitarios,investigadores de ciertas áreas, acostumbrados a dirigirse a un público circunscripto del que, se sa- be, tiene el dominio, o está en vías de tenerlo, sólo en esa área. Esos es- pecialistas, expuestos a hablar por televisión, no advierten que entre los telespectadores hay de todo, mechan afirmaciones "suficientes" y erróneas pero ahora no pasarán para todas las personas como monedas de buena ley.
Puede darse que un afamado filósofo extranjero se esté dirigiendo a un grupo de empresa- rios pero la conferencia se pasará por televisión; hay que tener muchísimo cuidado con la tec- nología moderna. Una cita en griego da tono, sin duda, los empresarios no suelen ser especia- listas en griego y, por lo tanto,habrá de pasar desapercibido, seguramente también, el que au- tor de la frase haya sido San Lucas y no San Pablo. Y así.
En algunos casos los errores pueden provenir en que el historiador ten- ga demasiada propensión a generalizar,de la extrapolación [A,2,3] nacen los errores.
Puede darse que el autor europeo se refiere a Historia Argentina ante un auditorio europeo,y pueden pasar datos incorrectos, supuestos, quizá in- ventados; hasta puede ocurrir que el que habla o escribe suponga que en di- cho país la gente todavía no ha aprendido a leer y a escribir; no será pre- cisamente éste el caso del autor que paso a comentar, claro.
Narradores hay de historia además,de otra, escasa o ninguna valía y ti- pología distinta, quienes nos presentan también errores. Allí las razones pueden ser muy otras, las tipologías a las que me refiero pueden variar al infinito. "Nada hay más extraño que un propósito humano", dijo Napoleón, que conocía bastante del corazón del hombre.
La mayor parte de las lecturas incorrectas que desorienten al lector no son responsabilidad del autor; puede que no lo sea ni en un 10%. Desde que el autor escribe hasta que el lector lee intervienen muchas manos, si se trata de una traducción, más manos.
Por otra parte, ¿no nos ocurre a veces que no leemos lo que no queremos leer?
Quede como conclusión para el lector que la letra impresa no es infalible,que errare humanum est, y que, reitero,desde el momento en que el autor gesta su obra hasta el momento que el lector lee, la cosa ha pasado por muchas manos; cualquier error en cualquiera o cualesquiera de sus etapas queda reflejado en la presentación final.
Obras de divulgación escritas por autores que no conocen mucho o bien buscan el impacto, están llenas de errores que desorientan, no, por cierto, al estudiante formado,quien muy bien sabe que los marcianos no construyeron ni el templo egipcio de Abu Simbel, ni la "pista de aterrizaje" nazca, ni templos mayas.
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0-B-1-1-0 Aparición de nuevas técnicas
Nuevas técnicas han permitido el acceso de documentos que se consideraban perdidos o que, aún teniéndolos delante, resul- taban de difícil interpretación.
La historigrafía medieval, por ejemplo, se enriqueció enor- mente cuando se descubrieron los palimsestos y la manera de le- erlos.
En la Edad Media el pergamino era escaso; se quejaba ya de su carestía el célebre autor de la vida de San Millán,San Braulio(+ 650), ilustre obis- po de Zaragoza y discípulo de San Isidoro de Sevilla; tal nos cuenta en un recentísimo libro el Padre Zacarías García Villada (Metodología y Crítica Históricas, Barcelona, Gili, 1921, pág. 218).En tal situación los monjes en los monasterios habrán de borrar los antiguos textos y volverán a escribir sobre ellos. A través de los razos X - descubiertos por Roetgen en 1895 - pudo rescatarse la primitiva escritura y así usufructuar de dos documentos, en vez de uno; los primeros palimsestos (del latín palim, de nuevo) habían sido descubiertos cien años antes de que apareciera la técnica de los rayos X.
Reflexionemos:los rayos X permitirán leer "de corrido" los palimsestos, una gran conquista; cien años más tarde se les hará tomografía computada a las momias egipcias, nos informa nuestro estimado colega el Dr. Eduardo Ci- chero.
En los viejos manuales que se dedicaban al estudio de la cultura Ma- ya, de mi época de estudiante universitario, como el de Morley - en reali- dad, una monumental monografía - no aparece el nombre de ningún político ni dignatario de las distintas ciudades que fundó este pueblo.
La investigación se fue afinando, científicos de la Univer- sidad de Leningrado, computadora mediante, descifraron su es- critura - no hay que olvidar que, a diferencia de la escritu- ra jeroglífica o de la cuneiforme, los estudiosos no tuvieron ninguna versión bilingüe que sirviera de punto de apoyo - y hoy hasta en los programas de televisión, no obstante la liviandad con que suelen ser tratados allí estos temas, se dan nombres de reyes-sacerdotes de Copán o de Yachilán con la misma soltura con la que nuestros estudiantes pueden identificar a los perso- najes que condujeron la revolución de Mayo (aquí).
Algunos de nosotros hemos enseñado en el profesorado duran- te años.
"Por años" dirán quienes ostenten rica cultura televisiva.
No es de desear, empero, que ese lenguaje llegue a penetrar en nuestras aulas ni en los medios masivos de comunicación. Como que tampoco penetren expresiones como "en un momento volvemos", "te ves muy bien", "mañana estoy viajando", ni tampoco que usen el potencial simple como comodín en vez del potencial compuesto, del futuro imperfecto y del futuro perfecto del indi- cativo; del presente, del pretérito perfecto, del pretérito imperfecto, del pretérito pluscuamperfecto, del futuro imperfecto y del futuro perfecto del subjuntivo: todo muy común sí en las malas traducciones de la televisión.
Decía que en el Profesorado hemos enseñado que en el glorio so reinado de Luis XIV - glorioso en cuanto al brillo de la Corte y el prestigio exterior puesto que Vauban, otrora brazo derecho del rey y responsable de las famosas fortalezas rasan- tes, ahora apartado de él,a principios del siglo XVIII pudo con razón llegar a afirmar en lo que se reputa el primer libro de Economía Política publicado, que el rey de los franceses reina- ba sobre hombres que en su mayoría arrastraban un nivel de vida económico miserable - años extremadamente fríos hicieron fra- casar las cosechas en el norte de Francia, produciendo las te- rribles hambrunas de 1664, 1697, de 1709.
Bien. Hace unos años Emmanual Le Roy Ladurie dio a conocer su Histoire du Climat depuis l'An Mil Paris Flammarion, 1983. 2v. Dice Le Roi Ladurie que,en primer lugar, inviernos más frí- os de lo normal hasta de 3,8 C.promedio no comprometen las co- sechas; al contrario, suele ocurrir que sean más abundantes. En el Mediterráneo, por su parte, aclara, suele ser la sequía y no la mayor o menor temperatura la responsable del fracaso de las cosechas. Lo que hace podrir las cosechas son en el norte los inviernos húmedos: hete aquí que cuando las famosas hambrunas referidas,hubo cosechas que no pudieron ser muy distintas a las normales puesto que la temperatura media anual no bajó de 1C.; ocurrió sí que luego de cosechado el grano sucedió un período inusualmente lluvioso y húmedo que la pudrió,provocado ello por el cambio de rumbo de la corriente del Golfo. Todo esto demos- trado por el análisis con técnicas modernas de las estalacti- tas, una gota por año, matemáticamente! Y dice el autor,que es- tudia los últimos mil años,que la técnica es absolutamente con- fiable para estudiar los últimos dos mil años.
Y una referencia final a Le Roi Ladurie. Luego de demostrarnos lo que nos enseña nos hace una reflexión: que hay una cantidad de variables que no han sido estudiadas,que hoy las técnicas agrícolas y el tipo de grano,enor- memente evolucionados, son relativamente uniformes en la región pero que,en aquella época,se usaban técnicas muy primitivas y distintas y granos varia- dos y que está por hacerse todavía el estudio monográfico serio que nos in- dique qué otros factores pueden haber coadyuvado a las referidas crisis. Hace también un catálogo de afirmaciones aventuradas sobre migraciones producidas por cambios de clima, aceptadas por numerosos historiadores pero que, en realidad,nadie ha demostrado hasta ahora. Le Roi Ladurie, historia- dor de raza, nos está diciendo: cuando no tengo pruebas, como historiador no debo afirmar nada jamás, aunque fuere y es legítimo soltar las hipótesis que buenamente se nos viniere al magín.
Piénsese en Antropología cuánto se avanzó en la datación de los restos extraídos de las excavaciones cuando se idearon sis- temas como el dendrítico, el del carbono 14, el de torio-iridio y el del potasio argón.
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0-B-1-1-1 El "olvido" de lo que se sabe
Pensará el lector que el conocimiento histórico es acumula- tivo y lo que se llega a investigar y saber nunca será "desa- prendido": verdad de a puño pero hasta determinado punto.
Cuando algún investigador toma el tema, no ocurre siempre que esté al día de todo lo que se sabe. Los libros de Metodolo- gía Histórica se muestran severísimos con quienes no agotan la etapa bibliográfica en la investigación,la primera del proceso; dicen y con razón que de otro modo,a menudo,correremos el ries- go de volver a inventar la pólvora.
La realidad transita muchas veces inevitablemente por otros carriles.
A esta altura invito al lector a repasar el ítem9* del ane- xo 3.
Aquí y allá, constantemente, se nos presentan casos de autores, algunos de enorme y bien fundamentado prestigio, que escriben sin haber consultado trabajos valiosos publicados con anterioridad. Si el campo a investigar es muy amplio, tanto en cuanto al espacio cuanto al tema, las inevitables fa- lencias aparecerán ahora con persistente goteo 10*.
Cuánto placer sentimos cuando Braudel en su El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la Época de Felipe II (en su edición de 1949 y lo justifi- ca por la guerra y sus secuelas, claro; está la de 1966,modificado el libro en más de mitad, pero que no he leído) nos da la lista de libros y archivos consultados y luego lista de libros y archivos que debieron ser consultados y no lo fueron! Cuanto nos desorientan, en cambio, quienes [A,4,2,2] citan libros que no leyeron y archivos que no fueron consultados y,hasta en algún extremo, rarísimo y en su momento sonado caso, archivos que no existen!
Ocurre, simplemente, que es materialmente imposible conocer todo lo que se ha publicado, y aunque se tenga acceso a una bibliografía amplísima, lo que realmente hay tiempo humano para leer es desesperadamente escaso, ún poniendo en favor del investigador el que, con su experiencia y dominio del tema, con sólo echar un vistazo al índice discierne lo que vale la pena. Si llevamos el escrúpulo de que ninguna lectura importante quede pendiente an- tes de escribir, entonces no publicaremos nunca.
Marrou enseñaba que tener la capacidad de pensar sin tener la decisión de publicarlo equivale a no haber pensado nunca.
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0-B-1-1-2 Las especializaciones
Es difícil para un investigador estar al día en lo que se sabe,no solamente en su disciplina, sino también en su especia- lización. Ni qué habrar de la imposibilidad de estar al día en Ciencias aledañas a la Historia,cuyos logros son tan útiles pa- ra comprenderla.
De ahí que se impone la especialización.
Ya medio siglo ha, en el viejo Manual de Wilson, La Cultura Egipcia, advertía al lector que la Egiptología - especiali- zación dentro de la Historia - no podía ser abarcada por un solo investigador, y que de ahí la inevitable aparición de los especialistas en Derecho Egipcio, en Religión Egipcia, etc.
Ocurre en todas las disciplinas.
Los filósofos de la Ciencia se encuentran,a su vez, con si- milar problema, coadyuvante y más grave si se quiere:tienen que filosofar sobre el estado actual de una ciencia y les es cada vez más difícil estar al día del estado de las investigaciones, más aún, a veces entender.
Hoy es imposible, por lo tanto, que la humanidad pueda pro- ducir otro hombre como Aristóteles, mejor dicho, que asuma el papel de Aristóteles en su época y siglos posteriores.
Es por eso que quien se dedica a cualquier especialidad, pronto advierte en sus colegas estas deficiencias: cuando las investigaciones de los tales pasa a los monografías y luego a los manuales,aparecen estas lagunas que son inevitables y huma- nas.Y así adquiere toda su dimensión la advertencia de Einstein en el sentido de que todos somos ignorantes de cosas distintas. De ahí que el primer rasgo que distingue al científico de raza es la humildad.
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0-B-1-1-3 La barrera del idioma
Cualquiera sea tema que investigue el historiador, se topa- rá con la muralla de documentos y libros escritos en un idioma que no domina o no conoce. Por eso es que los libros que hablan de Metodología de la Investigación Histórica tratan largamente el tema.
Por ejemplo la muy difundida Introducción al Estudio de la Historia de Bauer. Allí enumera,según las especialidad que el historiador elija,la can- tidad de idiomas que debe conocer para poder investigar; Valdeavellanos, su traductor al castellano,agrega que si investiga España Medieval debería sa- ber además árabe.
Sentados detrás de un escritorio y puestos a escribir, a menudo se sue- ña. Si hacemos cuenta,habría que dedicar una vida a estudiar esos idiomas y otra para hacer las investigaciones: limitación importante es no dominar la lengua a que se refiere - por ejemplo, un medievalista no sólo deberá sa- ber latín sino latín decadente y medieval - pero la realidad generalmen- te nos muestra otra cosa. Sánchez Albornoz,maestro de Valdeavellanos y, sin duda el más grande medievalista español que ha existido, deploraba en clase no haber tenido tiempo de aprender árabe (lo suyo, sin duda, era un exceso de modestia: sabía árabe,seguramente deploraba no tener un mayor dominio de esa lengua, lo que no es o mismo).
El árbol se ve por los frutos y la barrera se advierte constantemente.
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0-B-2 La investigación de los no especialistas
Decía Bloch que un día se vio a Richard Simon proteger a unos infelices víctimas de una absurda acusación de herejía y concluye nuestro autor que la honestidad científica del autor no le permitía aceptar una impostura en la vida diaria. Podríamos agregar que la honestidad científica hace que un investigador busque la verdad en su campo y la misma conducta asuma cuando trabaja en otras disciplinas; ocurre casi siempre. No siempre.
Así podemos decir que la Historia se ha enriquecido con el aporte de científicos de otras áreas. Al fin y al cabo, en sen- tido lato, el método (19*) es todo uno, si bien cada Ciencia construye el suyo propio. Ya he hecho referencia a esto en 0-A.
En todo caso, el peligro puede fincar en que se pretenda subordinar el método histórico al de otra disciplina.
Hay otra Historia paralela escrita por no especialistas - que a veces ostentan también título universitario - pero ello no impide que, sin cu- rarse mucho ni poco de qué cosas es el método histórico, enfoquen la tarea como mero ejercicio literario, o, a veces, asumen características peores.
Esto parece constituir un mal universal; así leemos en Marrou (Marrou, H.I. Comment Comprendre le métier d'Historien, en: Samaran, Charles L'His- toire et ses Méthodes Bruges, Encyclopédie de la Pléiade, 1961),págs. 1537\ 1538:
..."la historia científica,rigurosa, no está representada en la cultura de nuestro tiempo. Su lugar está ocupado, las más de las veces, [pág. 1358] por sus caricaturas: sea una vulgarización, orientada a lo patético, en ma- nos de empresarios sin talento ni competencia, sea, y es todavía peor, una propaganda polémica al servicio de un gobierno o partido, para quienes la historia no es más que un pretexto, una excrecencia destinada a satisfacer las pasiones del momento." "Has dicho, Sancho, mil sentencias en el círculo de breves palabras", podríamos agregar parafraseando a Cervantes...
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0-B-3 Los pasos de la investigación
Toda investigación histórica se comunica a través de una Monografía.
Esto está prolijamente desarrollado en el Anexo 4 y al tal remito al lector.
El lector acaba de terminar de leer dicho Anexo y vuelve ahora a esta página.
De hecho, las monografías pueden abarcar campos muy limita- dos, tanto en espacio cuanto al tiempo; en cuanto el tema fuere muy extenso habrían de surgir la dificultad que exceden la ca- pacidad de un solo investigador. De ahí que se proclame la ne- cesidad del trabajo en equipo,más fácil de sustentar en las pa- labras que en la práctica, por cierto.
Es teniendo como base las monografías que se publican luego un Manual; lo que en Historia se llama manual en las ciencias duras se llaman tratados.
Utilizando estos manuales se elabora luego el Manual Esco- lar. Es una tarea muy delicada elaborar un manual escolar, en el país los hay de calidad.
Ensayo - en Historia, también hay ensayos literarios que caen fuera de nuestro campo -, ensayo es una exposición libre sobre un tema cualquiera, que no presenta aparato erudito. Se trata de uno de las formas más difíciles de cultivar, aunque, como en todo, también hay y superabundan ensayos deplorables.
Cuando Claudio Sánchez Albornoz publica su España, un Enigma Histórico dice que ha citado durante toda su vida y que,ahora no lo va a hacer, pues- to que el lector puede remitirse a alguna de sus obras en las que siempre estará la cita correcta. Técnicamente España,... sería un ensayo, de acuer- do con lo que hemos explicado, si damos por incluido el aparato erudito,es- taríamos ante un manual pero la suyo es una obra de tesis. La clasificación suena aquí un poco forzada; ocurre que,en realidad, toda clasificación tie- ne más bien una función didáctica; digamos que el genio no se somete a nin- guna regla y que él mismo las crea.
El genio y el bruto,dicen, por opuestas razones, no respetan la ley si- no que crean su propia ley. El drama del género humano, en todo caso, con- siste en que excesiva cantidad de escribidores, a través de los siglos, se han creído genio.
Se ha explicado ya que el historiador reconstruye el pasado en base de restos, estrictamente testimonios.
Cómo y por qué peregrinos caminos los testimonios han lle- gado hasta nosotros constituyen un campo de investigación tan apasionante como el de la propia Historia que nos revelan.
Los Estados han tratado siempre de preservar testimonios y tradiciones de los pueblos, ya desde la biblioteca de Assurbanipal, en la antigua Asi- ria (pueblo que no se dedicaba solamente a sacar los ojos de los prisione- ros, como se quiere creer a partir de la observación de sus bajorrelieves)
Y está el azar y está la catástrofe como factores que in- fluyen en la transmisión de los testimonios.
Se advierte que la calidad de los testimonios que llegan a nuestras manos, que perduran, dependen tanto del azar como de otros factores. Los climáticos no son los de menor envergadura.
Azar y catástrofe suelen ser factores que destuyen testimonios,pero mu- chas veces suelen preservarlos.
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0-B-3-0 Exposición final
Al cabo de la elaboración mental, el autor presentará por escrito, ordenadamente, sus conclusiones. En las monografías es mucho más lo que fatalmente queda afuera - temas para futuras investigaciones - que lo que se incluye. Dicho.
Aconseja H. I. Marrou en El conocimiento Histórico que en el momento de escribir el historiador esté con la mente despejada y con buena disposi- ción,a fin de que su prose expresa lo más fielmente posible su mensaje. Por lo menos "con esta lengua exigente que es la nuestra." Otras son menos exi- gentes ...
No siempre el autor está en condiciones de publicar lo que desea,existen limitaciones de distinta índole, algunas muy bur- das.
Por ejemplo, cuando Diderot publicó La Enciclopedia tuvo agrias dispu- tas con su editor cuantas veces, por su cuenta, podó lo que estimó demasia- do comprometedor. De muchos libros quizá nunca sepamos,empezando por la En- ciclopedia mencionada,las mutilaciones que sufrieron antes de salir de la imprenta; quedan registradas sí a veces las que hace el Estado en tanto hu- bo control, o sea, lo más burdo.
A veces las obras no salen bien por problema de tiempo,sobre todo cuan- do los plazos de entrega apremian.
En otro plano, alguna vez Ortega escribió que el público a veces no sa- be que el autor terminó de prisa un artículo para una revista para tener efectivo para comprar en la verdulería (en rigor, para que su mujer compre en la verdulería, mentalidad de sociedad y de época); una exageración sin duda, pero que debe revestir algún punto de verdad en algunos casos.
Cuando el tiempo apremia, las cosas no suelen salir bien. Gruesos erro- res en ciertas publicaciones no pueden tener otra explicación; una pena. A menudo no es que el autor se equivocó, los errores provienen de la prisa de la edición. A esto ya me he referido; es muy posible que el problema resida en que las editoriales aún no han aprendido a situar los términos de diálo- go con los autores en los puntos adecuados.
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0-B-4 Los "contenidos" en el bachillerato. Falencias
Cuando hacemos una revisión de todo lo que se ve en cinco años de bachillerato se hace evidente que, generalmente, no ha quedado clara una línea argumental.
Al concluir, tenemos temas bastante fijados y también la conciencia de importantes vacíos.La Edad Media,en general, sue- le ser el período del que el estudiante suele quedarle menos ní tida su línea argumental.
Las razones son varias. En primer lugar, en cualquier plan de estudios va junto con Edad Antigua: el campo resulta demasiado vasto - lo que pro- vocará que, a menudo, concluya siendo basto - como para poder estudiarlo todo bien y, además, con calendarios escolares imprecisos y que no se cum- plen tampoco; la Edad Media suele ser la víctima más frecuente de podas y mutilaciones.
Por otra parte están los manuales. No es tarea sencilla escribir un ma- nual escolar. Es difícil,por no decir imposible, que un autor domine campos tan amplios y, generalmente, no son medievalistas.
Hay otra razón de más peso: nuestros programas escolares fueron copiados, o poco menos,en el siglo pasado de Europa,par- ticularmente de Francia y de Inglaterra y estos países glorifi- caron su pasado,ignorando la poca entidad, a escala tanto euro- pea como planetaria, que tenían esos Estados - mejor preesta- dos - durante la Edad Media.
Se entenderá explicándolo de otra manera:si yo estoy estudiando el apa- rato circulatorio y he analizado prolijamente los vasos capilares de los dedos de los pies y de los que irrigan el riñón pero no tengo idea de que existan siquiera el corazón o la arteria femoral, cuán confusa idea del aparato circulatorio habré de tener al final! Y eso no se arregla con estu- diar más munuciosamente o no los vasos capilares referidos.
En otras palabras, deberíamos atrevernos a dejar de ser prisioneros del provincialismo intelectual de los historiadores europeos, mejor dicho, de los europeos occidentales y pasar a dar más trascendencia a lo que fue más trascendente en cada época y no exagerar la importancia del pasado de paí- ses que, al cabo de los siglos sí pasaron a ser el motor de la historia.¿No queda mucha gente, todavía, acaso, que cuando estudiaba compró la "derrota de la Invencible" como prueba de la superioridad inglesa,ignorando que, an- tes y después de la derrota, España era en el siglo XVI la superpotencia de Europa e Inglaterra apenas un Estado de segundo o tercer orden? Pues eso equivaldría a contar la historia del siglo XX diciendo la "superpotencia" Vietnam obligó a la superpotencia Estados Unidos a abandonar su territorio, simplemente por el hecho de que en el siglo XXV Vietnam llegare a consti- tuirse en la mayor potencia de la tierra. Reivindicación retroactiva, que le dicen; "anacronismo psicológico,el más insidioso de todos los anacronis- mos" definirá en esta línea argumental Lucien Febvre.
Es posible que en el curso del siglo XXI - o del XXII - se produzca una modificación de los contenidos de Historia de nuestras Escuelas Secundarias. No se saldrá de la confusión ni de la dispersión de esfuerzos mientras ello no ocurra y se se- guirán malgastando energías.También puede ocurrir que al Bachi- llerato se le cambie el nombre por Polimodal y se inicie más tarde.
Otra de las razones por las cuales no queda clara la línea argumental es porque en los contenidos no se respetan las esca- las (10*, anexo 3),mejor dicho, el paso [A,4,2] de una escala a otra.
El concepto de escala está tomado de la Geografía y los geógrafos la aplican bien.No es posible ni se le va a ocurrir a nadie presentar a un es- tudiante un plano del barrio de San Telmo y luego pasar, abruptamente, a un mapa de América: faltan las escalas intermedias y al estudiante le será im- posible relacionar[A,4,2; A,4,3] una cosa con la otra. En esto, como en al- gunos otros aspectos,la enseñanza de la Historia está a algunos años-luz de otras Ciencias Sociales, en este caso, la Geografía.
Otra razón y manifestación también de provincialismo es la de sobrevalorar cuanto de Grecia y Roma proviniere, considerán- selo como modelo y como "lo nuestro" por excelencia.
Grecia, por ejemplo, habrá aportado mucho en materia de Fi- losofía,muy poco en términos de instituciones las, que, sin em- bargo, se siguen desmenuzando en las escuelas con prescindencia de otras sociedades importantes.
No aparecen claras las razones por las que se solía estu- diar al dedillo la mitología griega entre nosotros y ni una pa- labra de la riquísima Mitología Guaraní.
En cierta medida todos somos herederos del Renacimiento. Entonces Eu- ropa supuso que en Grecia y Roma había empezado todo lo que merecía ser co- nocido. Con el agregado de Egipto y otras culturas investigadas por el eu- ropeos durante el siglo XIX, ese es el parámetro de nuestros programas. Y eso que ya en el siglo XVIII hombres como Voltaire reaccionan y se empeñan en reivindicar el estudio de China, por ejemplo (una China, por otra parte, que Voltaire no se curaba de estudiar, sino que la imaginaba según a él le convenía).
No se crea que este provincialismo es patrimonio exclusivo de Occidente. Nada de eso. Al contrario, puede que la Cultura Occidental, en toda la Historia de la Humanidad, haya sido y sea actualmente la comunidad histórica más abierta, la comu- nidad histórica que menos peque de provincialismo.Es de preten- der que dicho provincialismo se reduzca a cero, simplemente.
La historiografía oficial de casi todos los pueblos cuentan su pasado apelando a toda clase de distorsiones, falsificacio- nes, ocultamientos, hasta fraudes, por razones religiosas, cul- turales, "patrióticas" o lo que fuere.
Bernard Lewis escribió un libro, La Historia Recordada, Rescatada, In- ventada, producto de una serie de conferencias pronunciadas en la Universi- dad Yeshiva de Nueva York en 1974, que más tarde publicó el FCE.
Profundo conocedor de la historia de Medio Oriente, hace el seguimiento de la evolución de la concepción historiográfica de algunos hechos de la Historia y las celebraciones que conmemoran dichas gestas, antes días de ayuno, hoy días de celebración cívica, acota. Da múltiples ejemplos.
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Prof. Ruben P. Cano
___________________________________________________________Buenos Aires, 13 de marzo de 2000
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0-B-5 Resumen de los contenidos de Historia Universal
(a la fecha, esta parte est a•n inconclusa)
Ensayemos un brevísimo resumen de la Historia de la Humani- dad vista hasta ahora.
La Historia de la Humanidad ha sido dividida tradicional- mente en dos grandes períodos: la Historia propiamente dicha, que aparece con la invención de la escritura, hace algo así co- mo seis mil años, y la Prehistoria que abarca desde la apari- ción del hombre sobre la tierra hasta la invención de la escri- tura.
Prehistoria
Se entiende que los prehistoriadores han periodizado tenien do en cuenta el "desarrollo de las potencias"(anexo 3, 7*), los historiadores según hechos políticos. Queda en claro una gran incongruencia,puesto que cualquier clasificación debe partir de un criterio único, no de dos. Así está establecido y a ello nos ajustaremos, pues.
He explicado ya qué características discriminatorias hemos buscado para determinar el comienzo de la existencia del hombre sobre la tierra. Iniciado hace 2.400.000 años, en África, casi con seguridad en Tanzania, demoró unos 2.000.000 de años en salir del conti- nente.
Hasta el año -9.000, que es cuando el hombre aprende a do- mesticar plantas y animales, se extiende el Paleolítico o anti-gua Edad de Piedra, por ser este material el más usado para fa- bricar herramientas (o,lo más probable,el más perdurable, pues-to que todo lo que hubiera fabricado de fibra vegetal, madera o cuero o hasta de hueso se ha descompuesto). Solamente habrá de tallar la piedra, durante el Neolítico, en cambio, aprenderá a pulirla.
Ya es común dividir el propio Paleolítico en tres subperío- dos bien diferenciados por sus características.
Paleolítico Inferior
Los primeros milenios presentan una situación que no habrá de repetirse.
En efecto, hay varias líneas de evolución que coexisten, a veces, en este largo período. La mayor parte de ellas se extin- guió, seguramente porque, teniendo una dieta muy limitada, al cambiar las condiciones climáticas y, por ende, la alimentación disponible, esas criaturas no encontraron respuestas ante el nuevo reto, llegaron a un umbral (Anexo 3, 38*) para ellos in- franqueable.Ocurría ello generalmente cuando se trataba de ali- mentación reducida a unos pocos productos como ser granos, nue- ces.
La mayor o menor posibilidad de subsistir como especie se comprende mejor si reflexionamos acerca de cómo se da el fenómeno entre los animales. El caballo es exigente en cuanto a su alimentación y restringidos son los ambientes en los que puede sobrevivir; se dice que, si no hubiera sido que el hombre lo domesticó - es decir, lo preservó - se hubiera extinguido, cosa que le ha ocurrido a tantas especies. En cambio,la rata y la cucaracha tienen tal versatilidad,tal capacidad de adaptación, que es muy difícil que ante un cambio de las condiciones ambientales no encuentren alguna manera de readaptarse y subsistir.Cucarachas y hormigas sobreviven hasta a una ex- plosión atómica. El hombre actual se parece más a la rata y a la cucaracha que al caballo porque tiene la herramienta de adaptación más versátil con- cebida por la naturaleza, su inteligencia.
Durante este largo período el hombre subsiste como granívo- ro y, muy generalmente,como carroñero. Está muy lejos de ser el "rey de la creación" cómo sí lo será durante el Paleolítico Su-perior.
Es omnívoro mas se alimenta a menudo de las sobras que que- dan de los animales cazados por los felinos, ante la falta de otras posibilidades de subsistencia. Puede parecernos chocante y hasta humillante la forma como se alimentaban de nuestros ta- tarabuelos, sin embargo debemos considerar que, mientras no se extinguieran ni los mamíferos carniceros ni los rumiantes sus víctimas - anótese, rumiante, carne rica en proteínas -, la dieta estaba asegurada y sabemos, porque los observamos hasta hoy,que los grandes carniceros regulan muy bien la reproducción de la especie como para que la mesa esté siempre tendida sin que falte en ella comida nunca. Claro, hoy ya no vamos a buscar para alimentarnos de lo que ellos no comen sino que vamos a bus carlos en safaris fotográficos muy bien pagos.
Se entiende: durante el larguísimo período,incluso prehumano, en el que se alimentó de granos,desarrolló la aptitud de tomar con delicadeza con los dedos, los que estaban ocultos y resultaban inaccesibles para el resto de los animales; ahora va a buscar los recovecos de los huesos de los animales muertos por los felinos y a los que éstos con sus garras no tienen acceso. Por ello se dice que en esta etapa el hombre es carroñero, como los son los buitres hoy, por ejemplo.
Es el hombre un ser indefenso; una de las explicaciones que se da de su posición erecta - antinatural, su columna vertebral fue diseñada para un cuadrúpedo, no para un bípedo y la frecuentes hernias de disco de que pade- cen los humanos y que no conocen otros mamíferos son prueba de ello - es la de la continua vigilancia en que debían estar, en las desoladas sabanas donde consumían sus granos. Es esa la posición que hoy adoptan los indivi- duos que ejercen la vigilancia entre los cinocéfalos,monos que, aunque des- de el punto de vista biológico están más alejados del hombre que el orangu- tán o el gibón, sin embargo viven en un ambiente similar al que rodeaba a nuestros ancestros; allí donde había cesado la protección de la selva que había desaparecido con los cambios climáticos.
A fines del Paleolítico Inferior(200.000) tenemos datos in- dudables de que ya usa un lenguaje articulado y concluye este subperíodo cuando el hombre aprende a dominar el fuego, hace de esto unos 100.000 años.
Si se quiere ser más exigente para concederle el rango de "humano" a un antecesor nuestro, un criterio estaría en la po- sesión, en la adquisición de un lenguaje articulado.
Paleolítico Medio
Hay inventos e inventos.La invención de la bombilla de pla- ta probablemente haya revolucionado poco el arte de tomar mate y su influencia sobre la Historia de la Humanidad no se ha sido decisiva, por cierto. Otra cosa es el fuego, o mejor dicho, la invención de un sistema para producir fuego cuando uno lo quie- re o lo necesita:se trata de uno de esos inventos que abren to- do mundo de posibilidades, que sirve de base a toda una conste- lación de inventos posteriores en la Historia de la Humanidad. El hombre ha estado estudiando pacientemente la naturaleza y ahora va a empezar a aprender a dominarla, en serio. A eso se llama historia del progreso técnico.
Ocurrió más tarde lo mismo con la domesticación de anima- les, posteriormente con la rueda, muy luego con la escritura, unos cuatro milenios después con el tornillo (piénsese que has- ta la hélice es heredera suyo), luego también con la electrici- dad; muy posiblemente vaya a significar algo parecido para el futuro la computadora.
La invención del mecanismo para producir y conservar el fuego cambió la vida del hombre. Podrá calentarse en invierno,podrá tener luz de noche,ahu- yentará a otros animales,permitirá la cocción de los alimentos, con lo cual la dieta se amplía - parece ser que el apéndice intestinal, por ello muy grande entonces, tenía por función procesar el alimento crudo - facilita la socialización pues la familia se reúne alrededor de la hoguera.
Durante el Paleolítico Medio,se da otro paso decisivo;o di- gamos expresándonos con más precisión, tenemos registrada tal cosa. Alimen y Steve en su Prehistoria (Ediciones siglo XXI) juzgan que ello "es testimonio del más asombroso salto adelante de la evolución, tanto física como mental" desde que el hombre se pusiera en posición bípeda: se trata de la aparición de los enterratorios.
La más antigua tumba humana ha sido registrada en la cueva de Yeshik-Tash, en Uzbekistan, descubierta en 1939. Se trata de un niño de unos quin- ce años enterrado junto con cabezas de cabra cuyos cuernos se dirigen a él; data de unos 65.000 años. ¿Comienzo del sentimiento religioso? ¿Comienzo de la toma de conciencia de que no se comprende el más allá y la decisión de "hacer algo" como compensación o por impotencia? Imposible saberlo. Pudiera que no tuviera otro significado que la práctica nuestra de llevar flores a los muertos; no hay cómo comprobarlo, tampoco que tenga otros o más comple- jos significados.
Pero es claro que ya hay una actitud ante la muerte. Smirnov dice que significa la victoria del hombre sobre la muerte. Me parece que no es así. Ni siquiera creo que piense realmente eso; para mí está rindiendo tributo a la mentalidad de una sociedad que adopta poses materialistas (y que, en el fondo,es profundamente religiosa).No hay tal triunfo. Lo más que puede sig- nificar es que el hombre ha adquirido conciencia de su impotencia,de su in- comprensión ante el misterio de la muerte. Ningún animal, ni por asomo, es- tá ni cerca de este nivel.
En este punto ya tenemos la sensación que el hombre del Paleolítico Me- dio es uno de nosotros; recordemos además que ya había alcanzado la capaci- dad de usar el lenguaje desde el -200.000, por lo menos.
A esta altura invito al lector a hacer un alto antes de seguir y repa- sar.
Decimos que la diferencia entre el hombre y el animal consiste en que éste es creador de cultura. A pesar de la complejidad a la que ha llegado la sociedad actual, estimo que dentro del concepto cultura se puede hacer una clasificación válida para todos los tiempos: está por un lado lo marca- damente espiritual, el arte por ejemplo, Las Meninas de Velázquez o una Po- lonesa de Chopin,o Violeta de Alcides; las propias predicaciones del Pastor Giménez. Por el otro está el invento del alternador para el automóvil o el del sacacorchos, lo predominantemente técnico. El hombre de pluma pensará que el primero es más válido. ¿Es así? ¿Cómo verificarlo?
Meditemos que esta clasificación ya cabe en lo que hemos visto hasta ahora (hasta el -35.000): la adquisición del lenguaje, el enterrar a los muertos se ubican en el primer grupo; el convertir una piedra en herramien- ta, el dominio del fuego, están en el segundo grupo.
Paleolítico Superior
Ahora el hombre dará un paso decisivo. Decisivo comparado con el mundo en el que se estaba pero son muchos y sucesivos los pasos "decisivos" dados por el género humano y, llegado el caso, cada uno se nos antoja más decisivo que el anterior.
Si nos decidimos a retroceder y mucho, diríamos que más decisivo fue cuando nuestros abuelos tomaron la posición erecta o cuando nuestros tata- rabuelos presimios empezaron a ubicar sus dos ojos en el mismo plano, per- mitiendo así la visión estereoscópica, rarísima en el reino animal.
Hasta el ahora el hombre había usado armas arrojadizas. Eso el gorila también lo hace.Puede que en el Paleolítico Medio ha- ya usado la jabalina,casi con seguridad sí en los últimos tiem- pos.
Con la llegada del Paleolítico Superior, hace unos 35.000 años,ideará la lanzadera (llamada también propulsor) que exten- derá la capacidad de su brazo para impulsar jabalinas,ahora ne- cesariamente más pequeñas, ya "flechas". Un paso inmediato ha- brá de ser la invención genial del arco; esto representará una revolución gigantesca. ¿Cómo,por Dios, Darwin pudo haber escri- to alguna vez - por lo menos así lo dice Lucas Bridges en su El último Confín de la Tierra - que los onas constituían el es- labón perdido entre el hombre y el mono si observó, como no pu- do menos que observar, que conocían el arco y la flecha, que, por otra parte, habían usado sus hermanos ingleses hasta ayer?
Semejante arma le dio al hombre posibilidad de encarar ade- más la caza mayor, los grandes cuadrúpedos rumiantes, es decir, generosos proveedores de proteínas ahora,algunos de los cuales, en el período, siguiente, en el Neolítico, domesticará.
La conjunción arco flecha tendrá larga vigencia y,muchas veces, la usa- rá el hombre contra sí mismo, es decir,en sus "guerras civiles" (usando tal denominación para todo conflicto de hombres contra hombres,no "contra" ani- males)
Tan persistente es el uso del arco y la flecha que todavía en 1346, en la batalla de Crecy (comienzos de la Guerra de los Cien Años) los arqueros ingleses definen la acción sobre los pesados caballeros franceses cubiertos por sus aparatosas armaduras. Y todavía en 1415 la situación,poco más o me- nos,habrá de repetirse en Azincourt. Y todavía en el siglo XVI son temibles los arqueros ingleses en el campo de batalla.
Representantes del Paleolítico Superior ya llegan a nues- tros días. Todo pueblo "primitivo" descubierto y estudiado por los europeos desde el siglo XV en el que se expanden por el mun do, está ya en este período. No han perdurado los del Paleolí- tico Medio; incluso los australoides de Australia, los bosqui- manos del sur de África, o yaganes y alacalufes catalogados por su bagaje técnico como muy primitivos, ya son hombres del Pale- olítico Superior.
Todo esto dicho así tiene un valor relativo. Cuando el científico estu- dia cualquiera de estos pueblos y empieza a analizar cómo se utiliza el es- casísimo bagaje instrumental de que se dispone, quédase asombrado de a qué extremos de aprovechamiento e ingenio puede llegarse: deben tener razón los que sostienen - la verificación de esto es muy difícil, por otra parte - que la inteligencia humano, en los últimos cien mil años, no se ha desarro- llado mayormente, lo que sí se ha desarrollado es lo que esa inteligencia a ido elaborando, ha ido acumulando y apoyando una creación cultural sobre la anterior.
En virtud de la escala utilizada en esta exposición no podemos entrar en detalles sobre los diversos usos, aplicaciones y derivaciones del arco y la flecha. No sé si algún prehistoriador se ha dedicado a hacer un releva- miento exhaustivo en todo el planeta tierra.
Consignaremos, simplemente, que el medio llevó al hombre a ir haciendo constantemente readaptaciones. Lo supremo que he encontrado es un registro del siglo XVI - cuando las armas de fuego le hacían ya fortísima competen- cia - cuando arqueros ingleses era capaces, disparando desde doscientos metros, de atravesar 52 milímetros una encina.
Como ocurre con todo, se mutiplican las derivaciones y adaptaciones. Los españoles que conquistaron América rehuían recalar en las Antillas Me- nores, en esa época en proceso de conquista por parte de los indios cari- bes, los que, copiando la técnica de los ofidios, envenenaban sus flechas, claro está que en este caso para eliminar a sus enemigos(a buen seguro, di- cho sea de paso, si hubiera habido oro en las Antillas Menores no hubieran pasado de largo los hispanos).
De tal forma en el bosque la flecha abandonará la forma puntiaguda y adoptará la de medialuna,para que los pájaros, objetos de caza,se desangren pronto por el gran tajo producido y caigan al suelo no lejos del cazador; además,no siendo puntiaguda, no se queda la flecha clavada entre las ramas. Hasta tendrá uso recreativo: Lucas Bridges nos cuenta que los indios onas gozaban sobremanera disparando de noche flechas - sin punta, obvio - y con fuego en la parte delantera. Cómo le atrae el fuego a los primitivos de todos los tiempos!
A los primitivos actuales también nos atrae el fuego sobremanera y eso lo pudimos adver- tir a través de la magia de la televisión el año anterior, cuando, celebrando un presunto fin de milenio el 31 de diciembre de 1999, en todo el planeta las multitudes quedaban subyugadas por los fuegos de artificio. Cuanto no habrá de ocurrir cuando a fines del 2000 termine el milenio en serio!
Párrafo aparte merecerían otras armas inventadas alguna vez en áreas circunscriptas y no difundidas como lo fue el arco. Los australoides desa- rrollaron, por ejemplo, el bumerang, el sueño de todo cazador, que el pro- yectil retorne cuando yerro, que la presa caiga también cerca de mí en caso de acertar; recuérdese que no se conoce todavía la "producción en serie",el arma arrojadiza debe ser recuperada, la sociedad del derroche es apenas de ayer.
En el sur de América del Sur se desarrollaron las boleadoras - en el siglo pasado nuestros indios pampas las tenían de diversos tipos, cada uno especializada para cada cosa - y de uso localizado; "lanza una bola per- dida y, si lo alcanza sin vida, es seguro que lo deja" dice Fierro del pam- pa. Alguna vez leí - no todo lo que se lee es cierto - e incorporé que fue un invento toba; posteriormente de los libros he rescatado que se han hallado en excavaciones de la Patagonia, correspondientes a pueblos que vi- vieron algunos miles de años antes de que existieran tobas sobre la tierra.
Y en cuanto a la pervivencia y proyección cultural de las boleadoras,¿no se jacta todavía Rosas poquísimo tiempo antes de morir, desde Inglaterra, en carta a su amiga Pepita Gómez,de que es capaz de arrojan las boleadoras con tanta habilidad como en el año 33, cuando había hecho la campaña al desier- to?
El uso de las boleadoras en nuestra pampa persistió muy probablemente hasta fines del siglo XIX, por lo menos.
En 1895 escribió Ebelot La Pampa donde, en uno de sus capítulos, habla de la boleada de avestruces.Trascribe allí las palabras de un estanciero de Tres Arroyos que se enojaba mucho porque los gauchos le perturbaban el ma- nejo de la majada con su costumbre de salir a bolear avestruces en la esta- ción propicia para ello, por un lado, pero por el otro, de inmediato, pasa- ba a evocar con nostalgia sus hazañas de joven cuando participaba de aque- llas memorables boleadas de avestruces.
Neolítico
Voy a repetir lo varias veces dicho,al punto de que un lec- tor no avisado pensaría que no es de creer. Ahora se va a pro- ducir el más gigantesco paso dado por la Historia de la Humani- dad.
¿En qué consiste este proceso de cambios? Se ha producido una crisis, estamos ante un umbral (Anexo 3, 38*), toda una ca- tarata de transformaciones se dan, de consuno, y quienes no se pudieron adaptar,perecieron; la supervivencia del apto.
Alguien inventó recoger la semilla de una planta, sembrarla en la época propicia,regarla,quitarle las malezas: enorme tram- pa que se le hace a la naturaleza, brutal y desvergonzada ayuda a una planta en detrimento de las demás, dentro de un ecosiste- ma; claro,al final para comerme yo el fruto. Nada de eso se ha- bía intentado hasta entonces.
Los pasos, en realidad, parecen haber sido,primero el desbrozamiento de las plantas cuyas semillas recogía un pueblo nómade, luego, la irrigación, quizá empezando a través de canales insignificantes. Cuando el sistema ad- quirió cierta complejidad y seriedad y cuando la caza cayó a pique, resultó ser negocio quedarse todo el año junto al cultivo, para controlar todo el proceso, hasta el de la siembra en el momento propicio.
Además no puedo, no debo comerme todas las semillas, debo guardar para la siembra. Tampoco puedo comerme los vientres de los animales, debo reser- varlos para la reproducción. Otra cosa hubiera sido matar la gallina de los huevos de oro. Hay un cambio enorme en la mentalidad de aquellas criaturas, ha aparecido el capital (producto de una abstinencia en el consumo, enseña el maestro del liberalismo, Adam Smith), fenómeno que desvela hasta hoy día - como dicen los chilenos - a los economistas, los que todavía no nos lo han explicado en forma totalmente satisfactoria.
Quien quiera aprender rudimentos de economía, la lección más elemental sí la da la sociedad Neolítica. Allí, en ciernes, está toda la compleja so- ciedad actual.
Quizá uno de los problemas que tiene la Argentina actual - expresado sea esto de paso - es que bajo una indumentaria de hombre común y corriente y con el rango de ciudadano que clara- mente definen la Constitución y las leyes, persiste, en no po- cos miembros de la comunidad, hombres que no han superado aún el estadio mental del Paleolítico y el hecho de haber ido poco o mucho a la escuela no parece que hubiera incidido demasiado en que esté superado o no dicho estadio mental.
Volvamos a lo nuestro. El hombre se hace sedentario, apare- cen las ciudades, aparece el Estado para fijar las normas a las que deben ajustarse los individuos y la producción, por ende, aparece el sistema impositivo; no hay Estado sin sistema impo- sitivo; recordadlo. Aparecen o se acentúan las jerarquías,se define con más ni- tidez el concepto de propiedad, esencialmente, el de la tierra.
La sociedad del Neolítico se parece infinitamente más a la actual que a todo lo que la precedió.
Otras virtualidades aparecen conjuntamente:el uso de la ce- rámica, que, aunque conocido desde época remota ahora es apro- vechable. ¿Cómo un pueblo nómade va a andar con cacharros pesa- dos encima, aunque sea capaz de fabricarlos?
También los romanos conocieron el molino de agua, pero, en una sociedad donde superabundaban los esclavos,no había interés en utilizarlo: se difun- dirá sí durante la Alta Edad Media.
El hombre del Paleolítico más de una vez ideó la cerámica, posiblemen- te hasta la cocida, mas no le era rentable andar cargando encima constante- mente con los trastos mientras migraba.En economía todo es cuestión de res- petar la relación costo\beneficio: no siempre ocurre que no se conozcan las cosas.
Más definidamente constituye una revolución el invento de pulir la piedra que se produce también en el Neolítico: se pasa a discriminar piedras especiales para cada uso. Quizá ningún pueblo llevó el pulido de la piedra a un virtuosismo tal como el que se alcanzó en el Imperio Incaico - limitados como es- taban, por otro lado, por no haber conocido América el hierro antes de la llegada de Colón - donde se llegó a fabricar bis- turíes con un filo tan delicado que con él se hacían trepana- ciones craneanas, se sabe que en muchos casos exitosas. Hace unos años un cirujano peruano los rescató y utilizó con éxito.
El hombre del año -20.000 estaba mucho mejor alimentado que un obrero inglés del siglo XIX,nos lo dice Marvis Harris (Caníbales y reyes) y no hay duda de ello; sin tener que utilizar ningún documento escrito, al antropó- logo le basta examinar los esqueletos de cada época y comparar [A,4,1,2]. "Pero ha querido el destino que todo aquello acabara" decía Fierro, refi- riéndose a otra cosa, por supuesto: anduvo el tiempo, aumentó la población, disminuyó la caza, ya no se dio tiempo a la naturaleza a reponer la fauna. Nadie pensó en "preservar el ecosistema", como diríamos ahora. Estamos ante la escasez, estamos ante la crisis (Anexo 3, 8*).
Harris nos informa, tan sólo de América, hacia el año -7.000, la extin- ción de treinta y dos géneros de animales de gran porte, entre los cuales están caballos, bisontes gigantes, bovinos, elefantes, camellos, antílopes, cerdos, perezosos y roedores gigantes. Algunos pervivieron en el Viejo Mun- do pero de poco servía ello, por cierto, al comensal americano.
Muchos pueblos perecieron,otros guerrearon para disputarle al vecino el territorio de caza, se apeló al infanticidio, al canibalismo, a matar a los ancianos.
Podríamos enumerar una cantidad de procedimientos mediante los cuales se trató de controlar el exceso de población. Y no hay tal exceso de pobla- ción, en abstracto, lo hay dentro de un sistema, siempre. Aún en nuestros días se da entre pueblos contemporáneos. Emrys Jones en su Geografía Humana (Barcelona, Nueva Colección Labor, 1965, página 31) ha podido decir que zo- nas rurales de la India y de Inglaterra tienen igual densidad de población - relación habitantes\kilómetro cuadrado - pero en un caso hay que hablar de superpoblación mientras que no en el otro.
"Cuando hay más cantidad de bocas que las que se pueden alimentar",sue- le definirse superpoblación. Los mecanismos mediante los cuales a través de la historia los pueblos han enfrentado este problema pueden que provoquen asombro y estupor a nuestras comunidades opulentas.
La Historia es la ciencia menos apta para la generaliza- ción, sin duda, en otras palabras, es donde debe generalizarse con mayor cuidado, con menor apresuradamiento.
Nada menos científico - por otra parte - que "poner piloto automá- tico" y a partir de ahí explicar todo según un único cartabón (es decir,de- jar de pensar), aunque, reconozcamos, es cómodo y permite estar seguro. Y más de una vez os he advertido que en la vida es más cómodo estar seguro que pensar.Mas ese camino puede llevarnos al extravío hasta en ciencias tan predictibles como la Fisica, modelo de todas las ciencias. Reflexione el lector, por ejemplo, que un estudiante que hubiera aprendido que "el calor dilata los cuerpos" y le diera a la ley un valor absoluto,entenderá por qué se levanta la tapa de la pava (caldera, en uruguayo) puesta al fuego, cier- tamente,pero no encontrará explicación al hecho de que una botella con agua pueda romperse en el freezer.
Existen infinitamente variados métodos para limitar la expansión de la población, incluso la vida monacal, reinventada una y otra vez, desde la China y el Japón hasta el mundo de los Incas del Perú; "astucias del dia- blo" explicaban los buenos sacerdotes españoles al ver una institución tan parecida a una suya; olvidaban que la antigua Roma ya conocía la institu- ción.
Aparece también en el Neolítico la domesticación de anima- les.
Alguien ideó tomar algún animal salvaje,recogerlo en un co- rral, alimentarlo y hacerlo reproducir. Se lo protege de los predadores, se le garantiza la comida - el ganso no come lo mismo que el hombre, si no, no hubiera sido negocio - se tie- ne ahora la seguridad de tener la comida a mano, se ha domesti- cado al animal, aparece otra manifestación del capital y de la propiedad privada. Domesticación de plantas y animales consti- tuyen dos de los pilares sobre los que sustenta la revolución del Neolítico, se ha expresado ya.
Al fin y al cabo, después de milenios, vuelve a producirse la situación cómoda en que quedaron los chimpancés: la comida a mano. Pero las prácticas agrícolas serán ahora penosas, no es lo mismo. Y con el aumento de la población, al cabo, habrá de volver la escasez, desesperante. Hay que volver a aguzar el in- genio para superar otro umbral 38*,mas no por nada el hombre es inventor.
Es ésta una explicación didáctica: en realidad, el ingreso al Neolítico, en los distintos lugares de la tierra, no se pro- dujo mediante mecanismos calcados uno de otro: piénsese que las virtualidades del maíz no son las del arroz ni las del trigo ni las del sorgo, que el buey no es lo mismo que la llama o el re- no o la cabra.
Cuando la escasez se incrementa, el hombre del Neolítico - Carlo Ci- polla, profesor que fue de las universidades de Berkeley y de Turín, en su Historia Económica de la Población Mundial pretende, estimo que con razón, que el Neolítico se extiende hasta el siglo XVIII de nuestra era - el hom- bre del Neolítico dará diversas respuestas, a veces aparentemente contra- puestas a los distintos desafíos: así, los hindúes prohibirán matar a las vacas, pero aprovecharán al máximo su capacidad de tracción, su leche y so- bre todo sus excrementos como abono para la agricultura; los chinos, forza- dos a elegir, restringirán al máximo el ganado, pues éste necesita pasto y consume campos que hubiera habido que retacear a la agricultura: el brazo del hombre se encargará del cultivo del arroz y apelarán al excremento hu- mano como abono.
Es un derroche no comer las vacas mientras se pasa hambre, como hacen los hindúes, han afirmado occidentales que no han comprendido el fenómeno. Josué de Castro, en su Geopolítica del Hambre, nos advierte que ello hubie- ra equivalido a matar la gallina de los huevos de oro.
El primer animal domesticado fue el perro, en el Paleolíti- co Superior hacia el año -15.000. Auxiliar de caza, de vigilan- cia, comerá lo que hombre deja - el fantasma del hambre ya no rondará alrededor de él - y lo ayudará a cazar. La complemen- tación entre ambos fue perfecta y resultó ser duradera, hasta hoy.
Un olfato infinitamente más sutil que el del hombre, un oído mucho más desarrollado, aportará el perro. El sentido de la vista es más pobre en el perro; el hombre aportará también su mayor inteligencia y su aparato técni- co, incomparable, implacable, muy superior a lo que cualquier animal puede exhibir frente a él. El perro se ha ganado un aliado de un poder incontras- table. El perro no disputará el alimento al hombre, comerá la carroña.
Cuando el hombre aprende a domesticar otros animales el perro se hará también pastor; su versatilidad resultó ser casi infinita, hoy lo tenemos hasta controlando el tráfico de drogas o rescatando víctimas de los aludes en los Alpes.
El primer animal domesticado del Neolítico pareciera que fue el ganso. Por lo menos el de más fácil domesticación: habi- tuado a caminar a campotraviesa, a alguien se le ocurrió así atraparlo en su paso por los campamentos y, en vez de comerlo, empezó a darle de comer: cuando pasó a reproducirse en cautive- rio,pasó a ser ya uno de nosotros. El resto es historia conoci- da.
Uno de los más difíciles de domesticar fue el caballo, de ahí que su uso fue tardío; durante milenios se aprovechó sí co- mo alimento, hasta en América, donde se extinguió sin haber si- do domesticado, como es obvio.
El desarrollo del Neolítico se imbrica ya en la historia por el arbitrario criterio, he dicho, de usar ahora otros pará- metros para periodizar: comienzo de la Historia con la escritu- ra, divisiones de la Historia, hechos políticos y, por añadidu- ra, hechos aldeanos de Occidente.
He hecho referencia más arriba a la periodización de Carlo Cipolla. Bien.Si él considera que el Neolítico se extiende has- ta el siglo XVIII porque, argumenta, en el Neolítico el hombre aprende a reemplazar su músculo por el del animal y en el siglo XVIII el músculo del animal por la máquina,podríamos recoger su idea y modificarla un poco: en virtud de la fabulosa revolución que se ha operado en la agricultura y en la ganadería en los últimos años, sólo comparable a la del Neolítico por su enver- gadura, hace años que les enseño a los estudiantes que estamos en presencia de un nuevo Neolítico, no surgido ahora en focos no conectados sino integrados en la aldea planetaria.
Eso, por un lado. Pretender periodizar en base a este nuevo umbral su- perado y decir que cerramos la era Neolítica y empezamos otra nueva,eso re- sulta ocioso, nada práctico en la medida que, para periodizar, es necesario que se cierre un proceso.
En otras palabras, cuando nuestros hombres de campo dicen. hoy, que la tierra no da, puede que estén ocurriendo muchas cosas: en algunos casos que muchos no han advertido que estamos en una segunda revolución neolítica y suponen que pueden subsistir cultivando poco menos que como sus abuelos: la realidad les está pasando por encima como cuando aparecen los primeros cul- tivadores la realidad les pasó por encima a los meros recolectores de gra- nos.Muchos que lo han advertido tratan de actuar en consecuencia, de ahí el enorme crecimiento de la producción y de la productividad mundial durante la última década.
Hubo en el tránsito al Neolítico circunstancias propicias y hubo vallas, aparentemente insalvables. Por un misterio de la naturaleza no todo animal ni toda planta es domesticable. ¿Qué es lo que hace que el burro y el caballo sean domesticables, mientras que la cebra, aparentemente un caballo con rayas, es irreductible a todo intento de domesticación?
Ocurre lo mismo con la domesticación de vegetales. Es inú- til - o lo era hasta ayer, qué se yo los milagros que puede llegar a hacer hoy un ingeniero agrónomo - es inútil preten- der cosechar cardos pues no avisa cuando va a expulsar su semi- lla y la cosecha, entonces,se me escurre como el agua entre las manos; en cambio el trigo retiene el grano hasta que yo vaya a consecharlo. En el otro extremo estaría el maíz. Surgido quizá del tripsacum o del teocintle, hace unos nueve milenios que el hombre ideó sembrarlo - valle de Tehuacán, México - y se ha vuelto tan perezoso, depende tanto del hombre para su conserva- ción como especie, que ya no es capaz de reproducirse por sí mismo. En la naturaleza, cuando alguien realiza el trabajo por mí persistentemente, termino olvidándome de cómo se hace.
Se entiende, la agricultura se ideó más de una vez. El maíz fue el eje de la vida de la mayor parte de las altas culturas americanas (los mayas lo hacen un dios, el joven dios del maíz, cuyo nombre no ha llegado hasta nos- otros, dice Morley en su enjundioso,venerable aunque ya hoy superado La Ci- vilización Maya), el arroz del Sudeste Asiático, el trigo de Egipto\Mesopo- tamia.
Marvin Harris (Caníbales y Reyes) observa cómo algunas culturas del Pa- cífico no pudieron llegar a constituir Estado porque su alimentación bási- ca, la mandioca, aunque se trate ciertamente de un cultivo, es perecedera y jefes de bandas poderosos y prestigiosos, podrían haber llegado a organizar un sistema administrativo, policial y militar, es decir, represivo, si hu- bieran tenido con qué pagarles; estaban en condiciones de exigir a los ven- cidos y a los débiles el pago de un tributo,no había bien que recaudar pues la mandioca se descompone con facilidad. Recaudar prisioneros de poco les servía tampoco,¿qué hacer con ellos?: no ocurrió como en África "al sur del Sahara"donde la venta de esclavos con destino a lejanos mercados aseguró al fisco pingües ingresos a los poderosos estados que se conformaron allí du- rante los últimos dos mil años.
Comparad con el Egipto antiguo, donde los graneros del rey, abundantes, estaban a salvo de la descomposición, además, por la extrema sequedad del clima y pueden solventar los gastos de un sistema administrativo complejo y de un ejército respetable, cuando ello llegó a ser necesario. El escriba egipcio y el mandarín chino tendrán detrás de sí un sistema impositivo muy evolucionado.
La geografía pesó siempre sobre la historia. A medida que el hombre se hizo más poderoso, a medida que perfeccionó sus técnicas, se fue liberando de la tiranía del medio; hoy es ca- paz de estar establecido hasta en la Antártida. Se sabe. En los primeros tiempos el hombre vivía agobiado por el medio.
Esto no es un proceso evolutivo lineal, ni con mucho. Cuan- do el hombre se hizo agricultor y sedentario se topó con nuevos condicionamientos del medio geográfico a superar. Si no fuera que nos estamos observando a nosotros mismos,tentado estaría en desatarme en elogios, qué capacidad asombrosa para superar los mas variados y tremendos umbrales a través de la Historia!
De tal guisa, y condicionado por los distintos medios, hubo agricultu- ras y agriculturas.En las laderas de la montaña se crearon terrazas de cul- tivo, esto desde el Perú hasta Birmania.
Los enjambres humanos que se establecieron desde hace muchos siglos en el Sudeste Asiático tiene dos condicionamientos evidentes. Primero, es el Asia de los monzones: no hay otros vientos iguales sobre la tierra pues,ma- temáticamente, y con variaciones de pocos días, descargan sus lluvias sobre la región (el Himalaya es la barrera que fuerzan la precipitación), de modo que la siempre se puede programar sin mayores sobresaltos. El arroz, culti- vo y alimento básico, es uno de los cereales de mayor provisión alimenticia por hectárea. En China, ante el aumento de la población, se abandonó el uso del buey puesto que éste requiere terreno para pastar y ése húbiera habido que quitarlo al cultivo, los hombres se encargaron de hacer la tarea; esto ya fue explicado. Más aún, desde el siglo XI, con la introducción del arroz vietnamita de ciclo corto pudieron darse el lujo de tener tres cosechas por año, dos de arroz y una de trigo (si bien el trigo nunca valorado como en Europa, los padres jesuitas que acompañaron y siguieron a Ricci (+1610) se asombraban de lo barato que era).
Egipto no esperaba ninguna lluvia, apelaba al aprovechamiento del Nilo. Como con cada crecida traía limo renovado no tenía problemas de fertilizan- tes: en la India se usaba el estiércol de la vaca,en China el humano - fue explicado más arriba -, en el Perú incaico el guano, aunque Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales dice que también con cada semilla de ma- íz ponían una cabeza de sardina.
El África al sur del Sahara es otro mundo,se ha dicho más arriba. Allí, en la cuenta del Senegal, otro mundo dentro de otro mundo, casi un Nilo en miniatura,podríamos decir: existe la agricultura estable,la tierra se pres- ta para ello; desde época remotísima se cultiva el trigo, más aún, existe trigo silvestre por lo que algunos autores sostienen que allí fue donde por primera vez se domesticó dicha planta, o, por lo menos, hubo más de un cen- tro de domesticación del trigo y junto al Senegal habría aparecido uno de ellos.
No puedo terminar sin hacer referencia al conflicto entre nómades y sedentarios, que llega a nuestros días, conflicto sustentado en divergencia de intereses, de valores, de género de vida conflicto eterno.
He dicho "eterno" y ya establecí una ley: el lector ya está pensando en las excepciones,que las hay y de a puñadas. Muchas veces lo que se observa, y a través de un intenso comercio,es la complementación de economías que se necesitan mutuamente.
Pueblos del Paleolítico, pueblos del Neolítico.
Aquí la Historia se parece más que a los verbos regulares, nada a los defectivos. Casi no hay lugar del planeta donde no se haya producido el tránsito, en infinitos lugares vemos a ambas comunidades en conflictos.
Se da el caso de que el tenga la supremacía sea el nómade.
Los chinos,desde los tiempos de Chi Huang Ti tuvieron una muralla que los protegió de los nómades. No es, como argumentaba Roca, que no hubiera ser- vido de nada (Roca no pretendía ser historiador, dicho sea de paso, preten- día descalificar la zanja de Alsina): su utilidad dependió de los tiempos. Idem romanos versus bárbaros.
Edad de los Metales
En realidad, en distintos lugares del planeta el hombre ha ido aprovechando metales desde época remotísima; ya en el Pale- olítico es capaz de usar el cobre para colorearse.
El cobre es un metal que tiene la particularidad de encon- trarse en la naturaleza en estado puro y cerca de la superfi- cie, de ahí que su uso sea muy antiguo. Con todo, es muy limi- tado. Atractivo para fabricar objetos de adorno, es poco apto para usarlo para abricar herramientas pues el filo se mella con facilidad.
El gran salto adelante se dio cuando alguien, posiblemente por primera vez en la Servia actual o, quizá, en Armenia, ideó combinarlo con el estaño utilizando el fuego, del que se tenía mucha experiencia por la práctica de cocer la cerámica a fin de hacerla más resistente. Surgió la metalurgia, surgió el bronce, que es la gran revolución de la Edad de los metales. Es altamente probable que se haya ideado varias veces en distintos lugares del planeta: la metalurgia americana parece haber sido indudablemente autóctona. La otra es la incorpora- ción del hierro,de difícil elaboración, siempre muy escaso, ma- terial estratégico para los Estados durante siglos, engendró también una casta privilegiada que constituían a veces verdade- deras logias, la de los herreros, en lugares tan alejados entre sí como pueden ser Asia Menor y África al sud del Sahara.Su uso masivo ocurrió tan solo durante el siglo XIX y desde mediados del referido siglo en su versión acero.
Algunos pueblos, como por ejemplo, sumerios, acadios o amo- rreos, penetraron en la Historia antes de descubrir el uso del hierro,otros, como las comunidades indígenas americanas,lo des- conocieron hasta la llegada de Colón en 1492. En América preco- lombina sí se conoció el bronce: el pueblo de mayor capacidad en materia de metalurgia de América fue el de los chibchas, de Colombia.
Historia
Edad Antigua
El hecho de que la invención de la escritura convencionalmente sea lo que determine la aparición de la "segunda" de las dos partes de la Historia de la Humanidad, la Historia propiamente dicha, nos pone algunas trabas. No podemos, a escala planetaria, estudiar en este grupo a las Altas Culturas Americanas - excepción hecha de los mayas - porque no conocieron la es- critura. Nos someteremos, no obstante, a los criterios de la clasificación, pues, objetable o no, es lo que tenemos.
Las comunidades sedentarias prehistóricas se asentaron ge- neralmente a orillas de importantes ríos y allí, en varias oca- siones, se inventó un sistema de escritura, lo que en cada caso les dio ahora sí la patente de pueblos "históricos".
La Edad Antigua en Asia
Empecemos por Japón.El tránsito de la Prehistoria a la His- toria del Japón se produjo hacia el final de la Edad Antigua. Durante la última glaciación - hace unos once mil años -
muchos pueblos mongólicos pasaron a Japón, aprovechando que es- taba unido al continente; producida que fue la retirada de los hielos, los japoneses volvieron a su aislamiento insular y de esta guisa vivieron encerados en sí mismos,cosa que facilitó la simbiosis de los diversos pueblos que ocuparon las islas.
Mil quinientos kilómetros que separan el archipiélago de las costas co- reanas constituyen una distancia bien respetable para la navegación primi- tiva. De ahí también que los japoneses hayan vivido en una relativa seguri- ridad.
Ya en el siglo III A.C.tenemos en Japón asentadas las prác- ticas agrícolas y el uso del hierro - recuérdese que en Áfri- ca del sur del Sahara se empezará a difundir el uso del hierro tres siglos más tarde y en la América precolombina nunca -, por entonces conocían ya el uso del caballo; las migraciones desde el continente seguirán produciéndose y hasta el siglo VIII, por lo menos, se advierte una aristocracia coreana dominadora en la sociedad, mas a partir de entonces la asimilación de los inmi- grantes hará perder noción de su origen.
Atípica es la situación geográfica del Japón: al estar en el finisterre no les dio posibilidad de expandirse hacia el este, hasta la llegada de los juncos chinos.
Reischauer nos advierte que el Japón dio una impronta propia a las pres taciones culturales que recibió, pese a que imitaran a porfía todo lo que viniera del continente; está situación perduró hasta la crisis que terminó con la Dinastía Tang.El mismo idioma poco tiene que ver con el chino - es- tá tan lejos del chino como del inglés - su pariente más próximo es el co- reano, pero tan lejano,a su vez, como las lenguas derivadas del sáncrito en la India están del inglés.
La escritura, como tantas otras técnicas avanzadas, provino de China. El hecho de que hubieran tomado caracteres chinos para escribir su len- gua, tan distinta, le crearon a los japoneses dificultades adicionales en materia de comunicación.
Los idiogramas chinos eran así poco aptos para ser utilizados en el idioma japonés - es uno de los problemas que arrastra el japonés hasta hoy - y de ahí que la gente culta se valiera del chino y escribiera en chino, exactamente como en la Europa medieval se usaba un latín que el folk no hablaba. Se entiende que en esto también mostrar hábitos chinos otorgaba prestigio social.
También los japoneses elaborarán códigos a imitación de los chinos, el más antiguo que ha llegado hasta nosotros data del 701.
Igualmente imitaron de los chinos la costumbre de escribir una Historia Oficial; la más antigua conservada data del 712. Reischauer dixit.
Desde antes de entrar en la Historia practicaban una agri- cultura intensiva en las escasísimas tierras aptas para ello; el temprano desarrollo de una importante red de canales habrá de estimular el espíritu de cooperación, tan reconocido en el japonés de todos los tiempos.Las dificultades de comunicaciones internas serán en parte compensadas con la comunicación maríti- ma, obviamente costera.
Exhiben una organización preestatal o tribal, una serie de pequeños núcleos políticos más o menos consolidades, hasta que, hacia el siglo V, en el que situamos el fin de la Edad Antigua, parece que una tribu llamada Yamato se impuso sobre las demás, evolucionando así hacia el Estado Unificado que conoceremos luego.
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En China la tradición dice que sus orígenes son antiquísi- mos, la realidad es que se trata de un pueblo mucho más moderno que los que se asentaron en Mesopotamia o en Egipto.
Varios siglos antes de nuestra era se establecieron agricul tores que cultivaban el trigo y un arroz de baja calidad a ori- llas de los ríos Huang Ho y luego también del Yang Tse Kiang.
Este arroz de clima seco,oriundo de China del Norte, va a ser sustituí- do más tarde - posiblemente a fines del primer milenio A.C. - por el que luego llegara a dominar la economía de la China del Sud,particularmente, de clima húmedo y con toda probabilidad oriundo de Cambodia.
El Huang Ho es más torrentoso,el Yang Tse Kiang es más apto para la na- vegación,la que se puede realizar hasta la lejanísima provincia de Sechuán, (Sechuán, siempre tan distinta al resto de China, hasta en las prácticas de higiene).
Desde su origen la familia estuvo férreamente estructurada, la autoridad del padre era absoluta y la veneración de los an- cianos y respeto de los ancianos era proverbial. Veneraban tam- bién a sus antepasados. La aparición del Estado, absoluto, re- presentó para ellos una reencarnación de la familia, cuya cabe- za también tenía absoluto poder. Un chino habrá de dejar morir de hambre a un hijo, por falta de alimentos, mas no a su ancia- no padre.
La primera dinastía conocida fue la Shang (-1523-\1027)
La tradición habla de una dinastía anterior, la Hsia que no es identi- ficable en el estado actual de los conocimientos históricos, nos dice Ca- rrington a quien seguimos en gran parte en este tema.
Desarrollaron por entonces una escritura simbólica primiti- va, cultivaban trigo, mijo y una variedad primitiva de arroz, productos que parece podían acopiar en respetables cantidades.
Esta capacidad de acopio explicaría el respaldo económico indispensable para la constitución de un Estado organizado: no hay Estado sin sistema im- positivo,no es posible establecer un sistema impositivo sin moneda o, en su lugar, bienes acopiables; lo he dicho más arriba. Recordadlo.
Cambiaron varias veces de capital, lo que indicaría insegu- ridad de las fronteras; también el control de esta dinastía so- bre las ciudades en ciertos momentos era bastante impreciso y, a veces, inexistente.
Elaboraron por entonces un calendario muy impreciso,los co- nocimientos astronómicos eran muy elementales, de ahí que aco- gieran con beneplácito a los astrónomos hindúes y de Asia Cen- tral y luego babilonios y persas.
Los Chou invadieron y aniquilaron a los Shang, inaugurando una nueva dinastía (-1027\-256). Durante los últimos cinco si- glos (exactamente desde el -771) estuvo dividido el país en va- rios reinos independientes, con una autoridad meramente nominal del Emperador,en todo caso sus funciones no pasaban de ser con- sultivas; fue, no obstante, una época de expansión territorial, de gran desarrollo de la filosofía, la ciencia y la poesía.
Nunca estuvieron los chinos aislados, si bien la configura- ción geográfica de Asia,un enorme sistema montañoso presidiendo su centro,alta altitud media del continente,todo propende a di- ficultar las comunicaciones (Europa, en cambio, es el continen- te de menor altitud media).
Ya el trigo había venido de Occidente a comienzos del pri- mer milenio A.C., por lo menos.
En el siglo -IV estas relaciones se intensificaron, sobre todo a partir de cuando Darío dio estabilidad al Imperio Persa (-521\-485). De esta época parece ser la introducción desde oc- cidente del arado tirado por bueyes, si bien luego en la China del sur esto perdió importancia. En esta época parece que tam- bién se produjo una gran influencia de los astrónomos persas en China.
He dicho astrónomos: he incurrido en un anacronismo. Se trata de magos, astrólogos, en general. Lo que importaba de ellos es que adivinaban el por- venir observando cualquier cosa, entre otras los astros. Sin embargo,de esa observación,se alcanzaron logros científicos impresionantes. También de los alquimistas de la Edad Media salio la Química moderna, ciencia madura: sos- pecho que de los trabajos que se hacen hoy en Psicología o en Economía, ha- brán de configurarse, dentro de tres o cuatro siglos, ciencias adultas.
En vez de enterrar a los muertos cubiertos de hierba, empezaron a usar féretros, influencia egipcia. Se han descubierto últimamente de una época de alrededor del -400 cuentas de vidrio, aparentemente hechas en el Medite- rráneo.
La influencia de los hindúes en el siglo -III en materia de Geografía es evidente, lo mismo en Astronomía; la llegada pos- terior del Budismo y de las peregrinaciones inherentes a él re- forzarán la influencia hindú.
En el siglo -III se empiezan a utilizar en China burros,mu- los y camellos, oriundos del Asia Central o quizá de más lejos aún.
Del siglo -III datan los más antiguos palillos, padres de nuestros tenedores;sabido es que todavía los romanos comían con la mano y, en pleno siglo XVI, el emperador Carlos V tenía el lujo y la extravagancia de poseer un juego completo de tenedo- res;no he leído que los usara pero es altamente probable que sí
La dinastía chin se extiende desde el -221 al -207. Prove- nían del Noreste y ya antes de extender su dominio sobre toda China habían controlado la rica y lejana Sechuan, donde desa- rrollaron un formidable sistema de riego y construyeron inmen- sos depósitos de cereales (para estos Estados, aunque desde me- diados de los Chou ya se conociera la moneda, los impuestos y las"reservas" del Estado estaban constituidas realmente por es- tos depósitos de granos).
En el 221 su soberano, Chi-Huang-Ti dominó toda China y es- tableció un sistema de gobierno que duró hasta el siglo XX. Ca- rrington dixit. Dividió el Imperio en cuarenta y una prefecturas y al fren- te de ellas puso a un jefe militar, un jefe civil y funcionario inspector (en política no se ha inventado nada). Carrington ve aquí influencia de la organización política que en Persia enca- ró Darío y, sobre todo, de la que en la India ensayara luego Chandragupta(-321\-227). En realidad, si escarbamos un poco más atrás, los propios persas organizaron su imperio siguiendo el modelo del anterior asirio.
Este monarca, él solo,daría para escribir un libro; se tra- ta de una de las figuras más importantes de la Historia de la Humanidad.
Bajo su reinado se unificaron las pesas y medidas y hasta el diámetro de los carruajes. Se construyó el Canal Imperial y una red de carreteras con un ancho de cincuenta pasos la arte-ria principal. Usando fortificaciones ya existentes se constru- yó la Gran Muralla.Simplificáronse los signos del alfabeto, re- duciéndolos al 10%.
Hizo destruir cuanto se había escrito antes, con excepción de los escritos científicos y los que se referían a la gloria de la propia dinastía; "amartillamiento".
Nada es gratis y tres siglos después todavía los historiadores se que- jaban de las tremendas cargas impositiva a las que había sometido al pue- blo, hasta del 50%. Habría que agregar el asesinato,a veces en masa, de no- bles que se oponían a que se cercenaran sus privilegios, amén de la prácti- ca constante de trasladar poblaciones enteras díscolas de un lugar del Im- perio a otro (sistema usado en todo el planeta, hasta por los Incas en el Perú,los famosos mitmáes).Por lo conocido de épocas posteriores uno se ima- gina los trementos abusos que debieron soportar, siempre y en todos los tiempos, los pobres sres humanos víctimas de estas migraciones forzadas.
Un economista pedirá que le expliquemos si semejante mons- truoso esfuerzo al que fue sometido al pueblo chino redituó.Los contemporáneos sólo vieron el esfuerzo, de la misma manera que, a la inversa, los contemporáneos de Pericles en Atenas vivían encantados de este hombre que pagaba a historiadores y artis- tas, que pagaba para que la gente fuera al teatro y pagaba pa- ra que fueran a la Asamblea del Pueblo; una maravilla, como se ve: Lo lo increíble que al cabo de los siglos los historiadores - no pocos de ellos, al menos - sigan ponderando semejante política económica suicida,es decir, actuar como si en Economía alguien hubiera sido capaz alguna vez de crear riqueza de la na da.
Es posible que las costosas y victoriosas campañas militares hubieran despejado el peligro de las incursiones de los implacables hunos de la fron tera (el aquivalente en invertir en pesticidas en agricultura); ello se re- laciona y complementa con el costoso sistema de murallas que se completaron durante el período. Es posible que parte del esfuerzo militar haya rendido tributo a la vanidad del monarca: la diferencia que hay una inversión inte- ligente, rentable y el emprender empresas absurdas. No sé cómo se puede me- dir eso, pero las murallas van a redituar "ganancias" durante muchas gene- raciones. Canal imperial y carreteras, lo mismo, superlativamente.
La misma simplificación de la escritura representa también una impor- tante taylorización: sin embargo, lamentablemente, el sistema de escritura chino, hijo de su lengua tan particular formada sólo por monosílabos - ex- cepto en la provincia de Wu y áreas aledañas, donde se hablaba otro dialec- to polisilábico - llevó crear un sistema muy engorroso que enredó asi- mismo luego a los japoneses, sus imitadores; nada que ver, pues, con el ge-nial sistema fenicio de veintidós símbolos que servían para todo.
No duró mucho el Imperio a la muerte de Chi. China entró otra vez en un período de desórdenes, saqueos, abandono de la conservación de los canales, diques y caminos, por los que otra dinastía,las Han (-202\+220), subirá y pondrá orden nuevamente; durante la misma conquistaron Turquestán, Mongolia y Corea.
Para un estudioso de las Ciencias Políticas, la Historia de China es un vívido ejemplo de lo que se suele decir con criterio moderno:"los pueblos a veces venden su libertad en pro de su seguridad". No vendían su libertad, quizá, pero aspiraban a ella: las rebeliones surgen de un abuso de poder y, a la par, de un debilitamiento efectivo de éste. Producida la anarquía, to- do el sistema productivo se perturba, aparece el bandolerismo y, así pues, alguien que pone nuevamente orden vuelve a restaurar el sistema. Salvando las distancias, algo así como "la autocracia de Luis XIV vino después de La Fronda".
Fue una época la de los Han de gran desarrollo cultural. En el año 28 A.C. empezaron a observar las manchas solares, dieci- siete siglos antes que Galileo ...
Y, dicho sea de paso, había en Italia en tiempos de Galileo padres je- suitas que habían estado evangelizando en China. Se sabe que los jesuitas, además de predicar el Evangelio, trataban de estar al día en materia cien- tífica y en China indagaron cuanto les pareció científicamente importante; aportaron asimismo lo último de la Ciencia de Occidente con lo que también abrían muchas puertas para su tarea de evangelización. El padre Ricci, fa- llecido en China en 1610, había llegado a dicho país ya a fines del siglo XVI. Había jesuitas, por otra parte, que regresaron de China con la novedad de que allí se usaba el sistema binario. Y no sigo más.
Dice Carrington que a partir del siglo -I, si no antes, se difundió el sistema de numeración decimal, con la idea del cero que no se lo escribía sino que se dejaba el espacio vacío: si esto es así los chinos habrían sido los inventores del cero, no los hindúes ni los mayas a los que se les atribuye haber si- do los primeros; bueno el caso de los mayas, no hay duda de que lo volvieron a inventar, aunque con fecha posterior (alrededor de comienzos del siglo II). Como semejante aseveración trastor- na todo lo sabido y Carrington lo dice como al pasar, déjolo asentado a título de inventario, nada más. Habría que verificar en otras fuentes.
Aclaro. Textualmente dice Carrington en pág. 70: "El cero no se emplea- ba, dejando vacío su lugar. También durante la época de los primitivos Han, los matemáticos escribieron que el 1 podía elevarse a 100 cambiando su lu- gar dos espacios. Sólo después empleó la India el sistema decimal". Pero el mismo Carrington nos deja perplejos cuando en pág.209 nos dice: "El progre- so científico era evidente. En mátemáticas se dice que Ch'Chiu-chao (que floreció en 1247) fue de los primeros que usaron el cero inventado por in- dios". Si hacia el siglo -II ya se tiene idea de un cero intermedio entre otros números - que es lo que con sentido restrictivo interpreto de lo que dice el autor - resulta increíble el paso de catorce siglos para llegar al cero como valor absoluto, catorce siglos de relaciones fluidas entre India y China y relaciones establecidas sobre todo a través de peregrinaciones y de monjes budistas, portadores de saber.
Queda claro que el sistema que nosotros usamos,basado en un recuento de ángulos internos, sí es hindú y no, ninguna manera es chino. Es el hindú mucho más práctico que el chino, basado éste en la combinación de "palitos" horizontales y verticales que no puedo reproducir aquí.
En Occidente el sistema hindú, difundido con el nombre impropio de nu- meración arábiga, va a ser conocido mucho más tarde, ya en el segundo mile- nio de nuestra era.
El ladrillo cocido, originario del Mediterráneo, penetró en China por esta época.
Igualmente, uno de las características de China fue que los materiales que usaron en la arquitectura fueron,en general,deleznables. Incluso, a ve- ces, para los edificios imponenentes como palacios y templos.
También se trajeron de Occidente la vid y la alfalfa,impor- tante ésta para la alimentación de las bestias.
En esta época la seda china, que maravillaba a las aristo- cracias de todas las latitudes, llegaba a los lugares más remo- tos de Asia, África y Europa.
Hasta el siglo III los chinos podrán conservar el secreto hasta que,co- mo nos informa van Loon (Historia General de las Invenciones), unos monjes budistas pudieron contrabandear toda una colonia de gusanos de seda oculta en una caña de bambú (una de las mayores dificultades de su cultivo en otro lugar consistíó en que previamente hubo que llevar también la morera, único vegetal cuyas hojas el gusano come).
Desde el año 124 de nuestra era se impone la costumbre de designar a los funcionarios mediante el sistema de exámenes, que ya había sido ensayado bajo los Chin.
Se mejora así la eficacia de la administración, sin duda. También tiene un significado político, se quita de las manos de la nobleza un resorte im- portantísimo del poder.
Alrededor del 100 de nuestra era se inventó el papel,con lo que la literatura incrementó su difusión.
La pechera para el tiro y el estribo - éste de origen hin- dú - se difunden durante el siglo II de nuestra era: la trac- ción y el cabalgar harán con esto una gran revolución (recuér- dese los bajorrelieves asirios, donde los caballos que tiran de los carros van con la cabeza levantada porque la correa de la que tiran les corta la tráquea y les dificulta respirar; antes del estribo (griegos y romanos, por ejemplo), los jinetes van "colgados".
Hipócrates se ocupó particularmente de una enfermedad en los muslos que se le producía a los que mucho cabalgaban,el "codo del tenista" de aquellos tiempos.
En el siglo I se difundió el molino de agua, pero lo más probable es que los hayan recibido del Imperio Romano, donde se lo conocía desde un siglo antes,aunque en ese territorio se di- fundió, realmente, durante la Alta Edad Media (no siempre tan atrasada en todo, como se ve).
Dice Carrington que una devaluación producida por el gobierno chino al retirar de la circulación la moneda de oro y lanzar en su lugar la de cobre - exactamente fue el emperador Wang Mang (regnavit 9\23 de nuestra era) el inspirador de la medida - afectó al lejano Imperio Romano al punto de que Tiberio (regnavit 14\37 de nuestra era) prohibió usar seda.
Me parece que no fue así exactamente,sino que Tiberio recriminó ante el Senado que los romanos gastaran en cosas inútiles traídas de lejanas tie- rras, como ser serpientes, perfumes, seda, bailarinas y de tal modo "el oro va a parar a manos de nuestros enemigos", decía; tal nos lo contaba leyendo un documento de época en la clase de Introducción a la Historia el profesor Adjunto, Dr. Cassani, cuando desarrollaba la Unidad Numismática del progra- ma, unos años ha.
Igualmente, si es que además prohibió usarla, tarea interesante para el investigador es averiguar en cuánto se cumplió realmente la ley.
En el siglo I de nuestra era los contactos entre el mundo del Mediterráneo y China son bastante fluidos. Incluso del 166, es decir, un poco más tarde todavía, registramos la llegada de un embajador del Emperador Marco Aurelio a Nankín.
Contactos pueden significar también conflictos. En el año 36 de nuestra era, en Bactriana, se habría registrado el único combate de la Historia en- tre tropas romanas y chinas.
Durante los siglos III al VI de nuestra era China estuvo desunida.Sin embargo fue una época de grandes transformaciones.
Se difundió a partir del siglo III el Budismo, muchos tex- tos fueron traducidos del sánscrito al chino - por más que al- guien sostuviera que lo que salía de tal traducción era tan in- sípido como comer arroz masticado por otro - pero la religión propició las peregrinaciones a los lugares sagrados de la India y las transferencias culturales.
El Confucionismo hacia hincapié en el cumplimiento del de- ber, obediencia y servicio ciego a los padres y al Estado, poco prometía en el más allá al creyente como premio por su conduc- ta. Los hindúes aportaron a China una religión con esperanza, el Budismo, de mejor vida en el otro mundo, mejor dicho, en la reencarnación,donde sería mejorada la situación de los que obra ron bien.
En el siglo -VI apareció Lao Tsé con una nueva concepción, exalta éste una vida contemplativa y sin ambiciones.
Confucio enaltece el amor filial, el respeto a las institu- ciones, amor a la naturaleza,abnegación y sabiduría. Concepción religiosa muy apropiada para reforzar la autoridad del padre en la familia y la del Emperadorr en el Estado. Mencio, discipulo de Confucio - se lo ha llamado el San Pablo del Confucionismo, comparación no enteramente feliz pues- to que pareciera partir de una posición opuesta - divulgó la doctrina de éste pero hizo hincapié en la naturaleza buena del hombre.
Ninguna de estas versiones prometían nada para el más allá: de ahí la difusión y el éxito del Budismo. La prédica contem- plativa del Budismo encontrará un campo abonado en la cultura china entre los seguidores de la doctrina de Lao Tsé.
Mucho aportó también el Budismo a la medicina en China. Los monjes budistas eran, además, médicos: parece que ya en el si- glo II An Shui-Kao había traducido un texto budista donde des- cribía 404 enfermedades. En el siglo IV ya se conocían en China tanto la técnica de la acupuntura como el tomar el pulso para el diagnóstico.
Resulta curioso,sin embargo, que tan luego como en el siglo XIII hubie- ra llegado la vacuna antivariólica a China, proveniente de la India, donde fue inventada varios siglos antes.
En Occidente enseñamos a los chicos en las escuelas que el inglés Jen- ner la inventó a fines del siglo XVIII.Si consideramos que los ingleses es- taban en la India desde hacía más de un siglo.
Hay motivos para dudar,por cierto, de que Jenner haya ideado la vacuna, más probable es que meramente los ingleses hayan descubierto que los hindú- es la usaban, lo que no es lo mismo.
En los siglos III o IV aparece,perfeccionado, el estribo en China, adminículo ideado por los hindúes hacia el -II. Ello re- volucionó el arte de cabalgar y la guerra.
En el siglo III aparece la primera referencia al té en la provincia de Sechuán, sin embargo tardará mil años en llegar al Japón; allí, como se sabe, arraigó.
Por la misma época del té se desarrolla la porcelana china, famoso artículo de exportación que llegó a todo el mundo. Esta porcelana fue incomparable y codiciada por su finura y, sobre todo, por su transparencia.
Chu-ko Liang (181-234) pasa por ser el inventor de la ca- rretilla, que ahorra un hombre cuando reemplaza el uso de las angarillas. El fantasma de la desocupación ya empieza a rondar sobre la sociedad humana...En Europa será conocida mil años más tarde y será muy importante en la construcción de las catedra- les góticas.
En China es particularemente útil, pues hay senderos estrechos: lleva tanto cargas como cerdos y hombres y, en algunas regiones donde hay mucho viento, suele ponérsele una vela.
Pero lo más importante está por venir:
"De hecho, durante los siglos VII y VIII China fue, sin lu- gar a dudas,el país más rico, poderoso y técnicamente más avan- zado del mundo", nos dice Reischauer desde su perspectiva de historiador del Japón (Japón,...pág. 27). Quédese esto para ser comentado en la "Edad Media".
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Asia Central constituye una región singular, a escala plane- taria. Está como ninguna alejada de todos los mares, relativa- mente ailada de otras regiones sin dejar de tener comunicacio- nes con todas. Podemos ubicarla entre los paralelos 35 a 55, N., limitada al norte por la taiga siberiana, cubierta de bos- ques, al sud por la India y Persia, al este por China. El mar- fil de los mamuts congelados diez mil años ha,no deja de ser un producto que suelen buscar en el norte para propio uso y para vender a sus vecinos. Al oeste se extiende la región hasta los Urales, en realidad hasta Hungría y Polonia, con lo que su te- rritorio excede el Asia actual.
En Asia Central propiamente dicha las lluvias son escasas, sobre todo en la región sud. Hay verdaderos desiertos, por lo que el camello se convirtió en medio de transporte esencial, en cuanto fue conocido. Hay oasis donde se practica una agricultu- ra intensiva, y vastas regiones con pastos más o menos mezqui- nos que permitió la localización de pueblos trashumantes, pro- pietarios de bovinos, ovinos, equinos, yaks. Extraían sus pro- ductos de estos animales y comerciaban con los hombres de los oasis,intercambiando productos.Comerciaban también con las cul- turas más desarrolladas, como las de China, Corea, India y Per-sia.
En otra parte se señala la persistente influencia griega hasta en la Persia del este e incluso en la India. En Afganistán se ha encontrado una inscripción datada del año -2 escrita en griego y en arameo:adviértase has- ta dónde llegó la diáspora de los arameos producida en tiempos del Imperio Asirio, coadyuvó sin duda el que los persas hubieran transformado al arameo en lengua oficial.
Por estos territorios transitaban las caravanas que iban a China en busca de productos exóticos; los nómades tenían inte- terés en brindarles protección para lo cual cobraban, jinetes nómades solían ser contratados por las caravanas como auxilia- res, guías y protectores. Cuando habían gobiernos fuertes ello era así. En otras épocas de desórdenes se practicaba el pilla- je,se interrumpían las comunicaciones y los propios pueblos se- dentarios de los oasis y de los propios Estados organizados - India, Persia, China - sufrían entonces sus embates, con una ferocidad que los historiadores de cada uno de estos pueblos describen prolijamente; quizá algo exageren.
Lo común fue que luego de una serie de saqueos se afirmara una autoridad fuerte que devolviera otra vez la seguridad a las caravanas. Al fin y al cabo, la piratería culmina con los pira- tas convertidos en Estados fuertes y perseguidores de quienes persisten en el robo, enemigos del comercio. Cobrar impuestos termina más rentable que saquear, y salen beneficiados todos, mejor dicho, menos perjudicados.
Como vivían a caballo,la destreza de estos pueblos como ji- netes era proverbial, el uso de las armas también superlativo; los pobres agricultores sus vecinos debían abandonar el arado a fuerza para empuñar malamente sus armas: su inferioridad parece manifiesta.
Sin embargo, el hombre de la estepa está limitado por la mezquindad de los pastos que reducen la movilidad de sus caballerías y, cuando éstos son suficientes, a menudo no lo son para alimentar el rebaño: es absurdo aban- donarlo por buscar una conquista y saqueos inciertos.Ocurre que también los sedentarios son muchos más numerosos,la estepa permite muy baja densidad y, al cabo, siempre, las comunidades agrícolas terminarán absorbiendo al hom- bre de la estepa que concluye adoptando sus instituciones políticas, su re- ligión - y su intolerancia religiosa pues el hombre de la estepa es gene- ralmente muy abierto a cualquier creencia -, a veces hasta la organización familiar.
El caso más conocido,extremo,sin duda, es el del Imperio Tártaro, cuan- do se decía que una muchacha montada sobre un burro cargado de oro podía atravesar el Imperio de punta a punta sin que nadie la molestara. Imperio montado después de matanzas espantosas,como cuadra siempre a la conducta de ese ser misterioso, contradictorio y, en última instancia incomprensible, que es el hombre.
Los distintos pueblos nómades o seminómades de la región adoptaron la escritura de sus vecinos,chinos, persas, y también lenguas como el griego y el arameo, he dicho.
Quizá fueran usadas dichas escrituras muchas veces sólo por embajadores o por comerciantes provenientes de fuera de la re- gión sin hacer mella en la vida de la población propia que se- guía siendo analfabeta ni otra cosa había menester.
Aquí, como se ve, hacer terminar la "Prehistoria" e iniciar la "Historia" en cuanto se empieza a usar la escritura tiene un valor muy relativo y harto arbitrario: no se trata de un inven- to que facilite la administación del Estado, como sí ocurrió en Mesopotamia,aquí estas organizaciones preestatales no manifies- tan mayor necesidad de escribir y, en cuanto traten con los ve- cinos,si hay que hacerlo, con seguridad éstos aportan la escri- tura y es seguro que sean ellos los que manifiesten la necesi- dad de estampar por escrito, no el hombre de la estepa.
Se entiende, por último, que el corte en el año 476, depo- sición de Rómulo Augústulo, fin de la Edad Antigua, en esta re- gión no signifique absolutamente nada, de modo que lo que he descripto someramente vale tanto para antes como para después del hito 476.
No he querido hacer referencia aquí a las diversas comunidades que ocu- paron esta vastísima región, hasta el 476. Ocurre que los autores están le- jos de ponerse de acuerdo en conciliar las denominaciones que sus vecinos persas, chinas, hindúes y hasta griegas - Heródoto, Tucidides - les dan en cada caso. Estas sociedades, de asentamiento inestable, de muy baja den- sidad demográfica, donde las guerras endémicas entre ellas, las vecinas, no figuran en crónica alguna pero son responsables de mutaciones y asimilacio- nes y donde al cabo de varias décadas no sabemos cuánto puede haber de le- gítimo en seguir usando los mismos nombres. Junto a esto,alianzas más o me- nos fijas entre tribus y clanes que se extienden a través de generaciones.
Aclaremos por ejemplo que, genéricamente, suele decirse que los hunos asolaron a sus vecinos durante ocho siglos, dándole a la denominación huno un sentido lato.Se dice que ya en el siglo -III Chi Huang Ti en China cons- truyó la gran muralla para protegerse de ellos. En el 451 hunos dirigidos por Atila son vencidos en los famosos Campos Cataláunicos por los romanos - una manera de decir - conducidos por Aecio. Más adelante se explicará cómo el rey hindú Shandagupta (455-467) vencerá a los hunos en el 455,cua- tro años después de los Campos Cataláunicos en un escenario harto lejano.
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En la India la aparición de la escritura, es decir, el co- mienzo de la Historia, es muy reciente.
Los grupos dominantes desde comienzos del segundo milenio A.C. eran los arios, palabra que quiere decir "señor", "domina- dor"; su idioma es el sánscrito, emperantado con el griego, el romano,el etrusco y las lenguas germanas y eslavas; al grupo se las suele denominar indoeuropeos.
Estos indoeuropeos irrumpen en la India hacia el año -2000 y dominan a una brillante civilización,la dravidiana que sí van a permanecer en el sur, en el Dekán: las ruinas de ciudades como Harapa o Mohenhodaro, sobre el río Indo, destruidas por los arios invasores, son testigos de una vida urbana dravidiana rica y compleja.
Los dravidianos, en el sur, sobre todo refugiados en la Meseta del Dekán, van a mantener sus lenguas pero lentamente adoptarán la religión y las ins- tituciones de sus vecinos arios.
Ciro, rey de Persia (-550\-528) conquistó el Indo y llevó allí la lengua oficial de su imperio, el arameo. El arameo toma el tipo de letra fenicio - como lo hacen los griegos, etrus- cos y romanos, es decir, nosotros también -, el que luego fue adoptado en la India para escribir sus lenguas,que hasta enton- ces no conocía la escritura.
Recuérdese que esta escritura fenicia será tomada también por los vigu- res y que luego, en el siglo XIII los tártaros, cuando construyen ese Impe- rio que va desde Novgorov y Kiev hasta Corea, adoptan la lengua y escritura vigur para su administración.
Se sabe que Alejandro el Macedonio llegó al Indo en la pri- mavera del -326. Alejandro se retiró y poco después Chandragup- ta Maurya, en sus comienzos un reyezuelo, expulsa a los prefec- tos de Alejandro y se proclama rey de un inmenso territorio;más tarde infligió una aplastante derrota a Seleuco,sucesor de Ale- jandro en Babilonia (-305).
Chandragrupta murió en el -298 y veintiocho años después reinará Asoka, quien se convertirá al Budismo, religión que de- clarará oficial. A Asoka suele llamársele "el Constantino del Budismo".
Desde el siglo -VII el Budismo no hará sino crecer en la India. La con- versión de Asoka puede haber ocurrido tanto por convicción como por cálculo político. Con el curso de los siglos el Budismo decayó en la India, se pro- duce una fuerte reacción neobrahmánica desde el siglo VII, que es por otra parte, cuando empieza también a difundirse el Islam. No obstante el Budismo se propaló a China,Corea, Japón, Tibet, Nepal, hasta el sur de Rusia inclu- so, ganando millones de adeptos.
La religión tradicional en la India fue el Hinduísmo, an- terior a Buda y que volvió a ocupar el escenario luego de la marginación del Budismo.
Creían los hindúes en la metempsicosis, es decir, en la transmigración de las almas; premios y castigos en la reencar- nación estaban prometidos, según hubiera sido nuestro compor- tamiento esta vez.
Esto estaba relacionado con el sistema de castas, férreamente estable- cido: si nadie nacido en una casta podía aspirar a ascender a la siguiente, sí podía esperarlo en la reencarnación.
Durante todo este proceso la influencia persa fue importan- te, en la arquitectura, por ejemplo mientras que la influencia griega fue enorme y se advierte todavía en pleno siglo I. Hay un arte grecobúdico y en las costas de la India se hablaba mu- cho el griego hasta comienzos de nuestra era; incluso se hacían representaciones teatrales de autores griegos y se leían sus clásicos.
Persistía en el sur de la Península una cultura tamil, res- to de los dravidianos no sometidos a la invasión indoeuropea de dos mil años antes y un rey de esta región envió un embajador a Roma en tiempos de Augusto (+14) Sabemos que desde el año 45 se ha aprendido a usar el monzón para cruzar el mar de Omán; las comunicaciones fueron bastante importantes. Ya desde antes de esa fecha se sabe que había habido contacto comercial con los puertos del golfo de Bengala: se han encontrado monedas romanas y cerámica de Arezzo en dichas costas,cerca de Pondichéry de la época de Tiberio.
Sabemos por la Historia de Roma que el comercio era deficitario para ésta - de ahí la abundancia de monedas romanas en Oriente - y la fuga del oro suele darse como una de las causas de la decadencia del Imperio Romano.
A comienzos de la era cristiana gran parte de la Cuenca del Indo fue dominada por invasores escitas provenientes del Asia Central.
Entre los años 270\470 se estableció en la región una di- nastía hindú, los Gupta, que desalojó a los escitas.
Durante este período son fluidas las comunicaciones, tanto con el Mediterráneo como con China.
La dinastía Gupta se eclipsará ante la invasión de los hu- nos: el rey Shandagupta(455-467) los contendrá en el 455 en una brillante batalla, muy conmemorada por éste, mas diez años des- pués los hunos irrumpen nuevamente y descalabran el imperio gupta,se apoderan de gran parte de la cuenca del Indo; estable- cerán los hunos un Imperio que llega hasta el Mar Caspio - de hecho, la región del Indo es una mera provincia - y habrán de permanecer hasta mediados del siglo VI, con la llegada de los turcos.
Animales domesticados como la gallina y muy posiblemente el buey debe la humanidad a la India, también la invención del es- tribo - mera sobrecincha, dicen algunos textos - ya en el siglo -II y en el siglo II la genial creación del sistema nume- ral que usamos, que tiene como base el cero y que fue impuesto en Europa Occidental con el impropio nombre de numeración ará- biga.
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En Indonesia el hierro llegó por la misma época en que lle- gó a Japón. Practicaban por entonces una agricultura basada en el arroz y el riego, de influencia continental. Los cronistas chinos nos dar referencias de activas comunicaciones comercia- les con Indonesia ya a comienzos de nuestra era.
La India es quien aporta la mayor influencia cultural so- bre el archipiélago. De los hindúes, en efecto, recibieron la escritura, las grandes religiones como el hinduísmo y el budis- mo - y más tarde el islamismo, que en Indonesia tendrá una ma- nifestación muy particular - e instituciones políticas que les permitirá salir del estadio de clanes y organizar Estados con su rey, sus ejércitos, su administración,su sistema impositivo.
El peregrino chino Fa Hsiem, que visitó el archipiélago en el siglo V registra importante influencia budista allí por entonces.
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La meseta de Irán estuvo ocupada por medos - al noreste, en proximidad de la Mesopotamia - y los persas - al sud, des- de comienzos del segundo milenio A.C. Eran pueblos indoeuropeos como los hititas, casitas y mitanios que irrumpirán en la Meso- potamia poco después.
A principios del primer milenio fueron incorporados por los asirios a su imperio, aprendieron de éstos el arte de la guerra y, cuando se sintieron suficientemente fuertes, los medos, en tiempos de Ciaxares (-612), aliados con los caldeos de Nabopo- lasar sitiaron y destruyeron Nínive, la capital asiria.
Los asirios aprendieron a utilizar el camello de sus súbditos persas, de la región este, y con semejante instrumento el rey asirio Ashardón con- quistará Egipto: el desierto ya no habrá de garantizarle invulnerabilidad a los habitantes del Nilo. Crecimiento Histórico 5*.
Poco duró el predominio de los medos pues pronto los per- sas, sus súbditos del sur, se rebelaron y con Ciro I construye- ron el Imperio más grande que se hubiera conocido hasta enton- ces.
Ciro atacó y tomó Lidia (-546), reino poderoso conducido por Creso, fa- moso por sus riquezas, según los historiadores griegos.Los lidios pasan por ser los que idearon la acuñación de monedas.
El hijo de Ciro, Cambises, conquistó Egipto. Un sucesor de éste, Darío I, fue el organizador de la administración de tan inmenso Imperio, en parte imitando el sistema de los asirios, aunque, a diferencia de éstos, no prefirieron imponerse por el terror.
Darío completó la conquista de la cuenca del Indo, que que- dó así incorporada al Imperio como una satrapía más.
Volvió luego Darío contra los escitas, al norte - dentro de ese vas- tísimo territorio que hemos denominado Asia Central, y más tarde contra los griegos, quienes cantaron loas a la victoria lograda por éstos - en rea- lidad, los atenienses - mandados por Milcíades, sobre el Rey de Reyes en Maratón (-490)
Dividieron el reino en provincias (satrapías), a cuyo fren- te estaba un sátrapa, con amplias facultades acrecentadas en la práctica por las enormes distancias: para disminuir dichas fa- cultades enviaba periódicamente inspectores llamados ojos y oí- dos del rey, que iban, por las dudas, acompañados por tropas y que tenían hasta la facultad de deponer al sátrapa. Jefes mili- tares asentados en ciertas satrapías reforzaban un discreto y persistente control.
Este inmenso imperio disfrutó de una relativa paz interior, pese a las guerras exteriores, al punto que René Gousset, en su Histoire de l' Asie (Presses Universitaires de France, París, 1950, pág. 22) pude afirmar que desde el -539 hasta el -330 go- zó de una tranquilidad interior jamás conocida hasta entonces. La humanidad debe a la antigua Persia la domesticación del peral y de la rosa - alimento en el mundo antiguo, áún hoy los armenios hacen dulce de rosas - el camello del que he hablado y, más adelante,el invento del molino de viento que parece lle- varon los Cruzados a Europa - si es que no fue reinventado por los daneses, que lo hacen vertical, por lo menos - y ha- cia el siglo XI idearon el trapiche para producir azúcar de la caña del mismo nombre.
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La geografía de la Mesopotamia es la contracara del "Asia Central". Allí, reducidos oasis en medios de estepas y desier- tos, aquí, un enorme oasis - curso medio e inferior del Ti- gris y del Eúfrates - a cuyo alrededor habrá pueblos nómades o seminómades dispuestos a apoderarse de la fértil región. Ca- zadores entrenados en la caza y en la guerra, frente a agricul- tores que deberán dejar el arado, con desagrado, para empuñar las armas. Periódicamente se producirá una renovación de pue- blos dominadores sobre la región.
También será la contracara de Egipto, el que, también oasis, sin embar- go está, tanto al este como al oeste, protegido por inmensos desiertos im- posibles de ser atrevesados por un ejército antes de la aparición del came- llo: ello ocurrirá con los asirios,con Ashardón. Y si, anteriormente, Egip- to había sufrido efectivamente una fuerte invasión, la de los hicsos, ella se produjo a través del único punto vulnerable, el delta.
En la Mesopotamia se practicó por primera vez en la Histo- ria de la Humanidad la agricultura, con toda probabilidad. Junto con ella apareció el sedentarismo,el Estado, el capi- tal, es decir, el Neolítico.
Otros focos neolíticos aparecieron en el planeta tierra, sin deberle nada a éste, seguro, incluso en América precolombina.
Marvin Harris (Caníbales y Reyes) nos cuenta la historia reconstruida por los antropólogos de esta región.El sedentaris- mo permitió alimentar más bocas por km2, solucionó el problema de la superpoblación. Pero héte aquí que la misma continúa creciendo y, entonces, hay que intensificar también la producción, abrir más canales, dedicar más y más tierras a la agricultura, quitándosela a la ganadería.
Harris nos cuenta la historia del cerdo, animal domesticado muy difun- dido en la región, hasta que hubo que racionalizar.
El ganado vacuno alimentado con granos permite aprovechar un 5% de lo que se aprovecha si consumimos directamente cereales: un suicidio. Pero el ganado vacuno produce también leche y sirve como medio de tracción para la agricultura, sus excrementos sirven como fertilizantes; no tan suicidio, pues. Por otra parte consume sin problemas pasto, mientras hubo tierras no cultivadas.
El cerdo es distinto. Permite aprovechar mucho mejor el alimento que la vaca, pero no provee otra cosa que su carne. Por otra parte, no lo podemos alimentar a pasto, como los rumiantes, consume lo mismo que el hombre.
En la época primitiva se consumía sin problemas carne de cerdo hasta que los "movimientos ecologistas" de la época - una metáfora - empeza-ron a lanzar campañas contra este absurdo derroche cuando faltaba el ali- mento para muchos: los ricos terminaron por dejar de consumir carne de cer- do para satisfacer la opinión pública. Después y sólo después, aclara Ha- rris,vendrá el clero a establecer la prohibición religiosa de consumir car- ne de cerdo.
"El cerdo fue probablemente la primera especie domesticada que se vol- vió demasiado cara para servir como fuente de carne. [...] Pese a que como suministrador de carne el cerdo no tiene rival; constituye uno de los más eficaces transformadores de carbohidratos en proteínas y grasas de todo el reino animal. Por cada 100 libras de pienso consumidas, un cerdo produce alrededor de 20 libras de carne,en tanto que con la misma cantidad de pien- so el ganado vacuno sólo produce alrededor de 7 libras". Harris dixit (pag. 179).
Resumiendo,cuando se superó un umbral 38* de población, de- jó de intensificarse la producción de cerdos, por antieconómi- ca.
Recuérdese cómo el aumento de la población generará la prohibición de comer carne de vaca entre los hindúes los que, no obstante, hasta el año -1.000 aproximadamente no habían tenido inconveniente en ingerir carne de vaca. En la India no pasará a ser impura sino sagrada, pero, en términos de conductas humanas que son tan extrañas e incomprensibles, lo sagrado y lo impuro no está tan lejos lo uno de lo otro, como la lógica hace suponer. Y entre los chinos cómo disminuye directamente el uso del buey como medio de tracción en la agricultura y se prefiere volver al músculo humano al hacer- se cada vez más caros los campos de pastoreo.
En su habitat natural el cerdo come nueces, tubérculos raí- ces y frutos del bosque, el cual lo protege de la radiación so- lar, que este animal sufre mucho. A partir del -7.000 la inten- sificación de la agricultura en la región aledaña a la Mesopo- tamia fue eliminando los bosques.El clima ya no le resulta pro- picio y alimentarlo pasa a resultar un lujo "asiático".
Es por eso que a partir del -.4000 aparecerá y se hará cada vez más intensa la prohibición de su consumo, no sólo en la Me- sopotamia. También en Egipto se lo restringirá, como se explica más abajo.
Se entiende así que cuando decimos que de las montañas del norte de Me- sopotamia y del entonces todavía no desierto de Arabia se lanzan pueblos a conquistar la Mesopotamia, hay aquí otra explicación adicional: esos pue- blos están viviendo en un ecosistema que ha sido destruido y tienen a la mano las fértiles tierras mesopotámicas. En otras palabras, las sardinas al lado de un gato hambriento.(Metáfora válida hasta por ahí nomás,estas "sar- dinas" se saben también defender).
Los sumerios aparecen establecidos precisamente hacia el año -4.000 en la Mesopotamia.Por esa época practican ya un sis- tema de escritura cuneiforme, determinada por el material so- bre el que se escribía - tabletas de arcilla - y el medio de escritura, una caña fina que sobre el barro hacía una inci- sión.
En realidad la escritura de este cuarto milenio todavía no ha podido ser traducida convincentemente; solamente desde alrededor del -3000 tenemos traducciones relativamente seguras. Puede deberse ello a que la ciencia mo- derna todavía no ha encontrado las claves correspondientes o a las vacila- ciones e insuficiencias del sistema utilizado.Es lo más probable esto últi- mo. Lo lógico es pensar que, en ese comienzo, se estuvieran produciendo los primeros balbuceos de un sistema de escritura.
La escritura cuneiforme tuvo una enorme difusión enla región: el original del celebérrimo tratado celebrado por los egipcios con los hititas en tiempos de Ramsés II está en hitita, en ca- racteres cuneiformes, caracteres que anteriormente habían usado los amorreos (Código de Hamurabbi), acadios, sumerios, sus cre- adores.
La celebérrima biblioteca del rey asirio Asurbanipal que ha llegado a nuestros días está escrita en tabletas de arcilla.
A principios de la era cristiana el sistema cuneiforme, re- emplazado por otros mucho más eficaces, se extinguió.
Los sumerios crearon además el arco arquitectónico, un in- vento prodigioso que permite solucionar la fragilidad de los dinteles para cubrir el vano de las puertas.
Constituyeron ciudades-estados los sumerios. Posteriormente con el predominio de otros pueblos se organizaron verdaderos imperios, como entre los acadios - Sargón, hacia el -2.500 - los amorreos, luego hititas, asirios, caldeos, hasta que los persas conducidos por Ciro dominaron la región con lo que se suele dar por concluída la Historia "autónoma" de la misma.
Hititas, casitas y mitanios introdujeron el hierro en la región, como asimismo el caballo y el carro de guerra. (en rea- lidad, los hititas establecieron su epicentro, su capital, Ha- tusas, sobre el Kisil Irmak)
Los pueblos de la región crearon el sistema de numeración sexagesimal, con el que fraccionaron la medición del tiempo y que ha llegado a nosotros en dicho uso (hasta los segundos, al menos). Ha llegado también en la medición de los ángulos, en la "docena", en la "gruesa", el calendario, todo ello superpuesto a nuestro sistema decimal, de origen hindú (aunque ya griegos y romanos usaran el sistema decimal, bien que con símbolos toma- dos del alfabeto, no de la geometría como en nuestro caso).
La Edad Antigua en África
África, a escala planetaria, es otra cosa. Inmensos terri- torios donde no es posible tener animales domésticos y se hace peligrosa la propia vida humana por el dominio de la tsé-tsé. Selvas impenetrables,donde si derribamos penosamente la flores- ta habrá agricultura apenas durante dos o tres años, hasta que la tierra se agota. Desiertos inmensos, como el de Kalahari o, si no, como lo describe duramente Ch,. André Julien en su His- toria de África (Eudeba, pág. 13) "donde la erosión no ha roído la capa de tierra hasta la osamenta de granito, dominan las lo- sas de asperón". "El insecto es más peligroso que la fiera y el microbio que el insecto" dice (pág. 13) Bertaux en su África... y encabeza su libro con una frase de Léopold Sédar Senghor, primer presidente que fue del Senegal independiente: "En África no hay fronteras, ni siquiera entre la vida y la muerte".
África del Norte y el propio Egipto escapan a este patrón. Al norte del Sahara,es otro el clima, la tierra y el mundo: vi- ven en el mundo de las culturas del Mediterráneo, como veremos luego.
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En el África del sur del Sahara veremos cómo se constituyen complejos Estados durante la Edad Media: ahí otra vez quedamos perplejos puesto que, como la una parte de éstos no conocieron o no practicaron la escritura, técnicamente habría que ubicar- los en la "Prehistoria".
Falencias de nuestra periodización pero no se fatigue el lector, las sociedades humanas son tan ricas y complejas que otras periodizaciones en-sayadas no han resultado más satisfactorias a la hora de aplicarlas.
Quizá lo más significativo que podemos rescatar de la re- gión y del período sea el reino de Kusch cuya capital Meroé,si- tuado entre la quinta y la sexta catarata del Nilo - El Bir- mingham del África sudanesa ha sido llamada a raíz de la enorme cantidad de escorias de hierro encontrada entre sus ruinas -, brilló entre el cuarto siglo A.C.el tercer siglo de nuestra era cuando fuera saqueada y destruida por Ezana, rey de Axum. Desde allí esta civilización del hierro se extendió hacia el Oeste y hacia el Sud pero dicha expansión ya corresponde a la Edad Media.
Con todo,hay que advertir que, de acuerdo con la rígida pe- riodización en uso, se tratarían de pueblos "prehistóricos" co- rrespondientes a la Edad del Hierro. En la práctica se trata de Estados de organización compleja que son mucho más que eso.
Ya he explicado que esta periodización nos fuerza también a ubicar a los Incas del Perú en "la Edad del Bronce", por más que el bronce, aunque fuera conocido,representaba poco en su ergología. Sabemos que el Imperio de los Incas fue mucho más que eso.
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En cuanto al África al norte del Sahara discriminaremos.
Por un lado Egipto, muy otra cosa, experiencia singular que guarda simetría con Mesopotamia.
Por el otro las ciudades,generalmente puertos, del norte de África. Corresponden a todo un mundo que son las culturas del Mediterráneo, que comprenden también a las costas de Asia Me- nor: por ello no incluí a Fenicia en Asia, corresponde a todo un mundo bullente que se extiende a través de las costas del referido mar.
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Egipto es un don del Nilo,dijo Heródoto. Sus crecidas anua- les y el limo que deja cuando baja aportan riego y fertilizante gratis, simplemente hay que administrarlo.
Los granos,particularmente el trigo, constituyen la base de su economía y de su sistema impositivo. Se pagan impuestos en especie y los inmensos depósitos de trigo del Faraón le permite tener reservas para los años malos, dicen los libros, le permi- ten también pagar una administración compleja - en la cual los escribas contituyen su eje - y un ejército que desde el Nuevo Imperio va a ser gravitante.
Comienza en Egipto el Antiguo Imperio hacia el año -2.800, durante mil cien años vivirán a cubierto de invasiones hasta que se produce la de los hicsos, que dominarán el Delta. A par- tir de 1580, expulsados los hicsos, los egipcios se convertirán en un pueblo guerrero y conquistador.
En el año -670 serán dominados por los asirios; liberados de éstos, en el 525 caerán bajo el control de los persas. Su historia se relacionará y someterá cada vez más a la de los distintos pueblos del Mediterráneo; así primero los macedonios y más tarde los romanos conquistarán el país.
Constituían una monarquía absoluta - en doctrina, cuando Amenofis IV quiso enfrentar al clero de Amón pudo comprobar los límites efectivos de su poder 9* - donde el faraón era con- siderado asimismo como un dios viviente.
Su religión era politeísta y prometía una vida de ultratum- ba gloriosa para quienes pudieran aprobar el examen al que los habría de someter el dios Osiris; para ello de hacía preciso obrar el bien y no el mal.
En esto se diferencia de las religiones de la Mesopotamia que imponían sacrificios a los dioses para aplacarlos pero don-de quedaba claro que los dioses se habían reservado para sí la vida y habían reservado para los hombres la muerte.
A partir del -2000 en Egipto se asociará al cerdo con Set, el dios del mal. Los porqueros, según Heródoto, constituían una clase social desprecia- ble, a la que se le estaba prohibido entrar en los templos.
Tenían prejuicio contra el cerdo pero ocasionalmente se alimentaban de él: ocurre que en Egipto lo usaben para pisar la semilla luego de esparcir- la, es decir, como "sembradora", excelente ayudante de la agricultura. Pese a ello,el coste de su mantención pasaba a ser cada vez mayor.El lector aso- ciará con lo que veníamos diciendo al respecto en Mesopotamia y Asia Menor.
Su arquitectura tiene carácter monumental, las pirámides en el Antiguo Imperio, los grandes templos en el Nuevo - Carnac y Luxor,por ejemplo - y también hipogeos, los que conectan con antiquísima tradición común en India, en China, Asia Central, hasta la propia Rusia (en realidad, Ucrania).
La escultura era también monumental y hierática,posiblemen- te para reforzar su carácter religioso.
La Edad Antigua en Europa
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En Creta,ya por el año -2000 tenemos una cultura metalúrgi- ca de influencia egipcia. Los cretenses se arrojaron al mar y pronto se relacionaron con Egipto, las costas de Asia Menor y Grecia. Grandes navegantes, llegaron algunos a hacer el viaje directo a Egipto, tres o cuatro días en alta mar, en vez de la navegación costera casi obligatoria en en Mediterráneo.
Lo más singular de este pueblo fue la realización de notables obras de suministro de agua y de desagüe, preocupación urbanística de la que no par- ticiparon otros pueblos, ni antes ni hasta mucho después y que prefigurará luego lo que distinguió a Roma. Mas, mientras los romanos no vacilaron en traer el agua desde grandes distancias a través de acueductos en gran parte sostenidos en el aire (para hacer operar la fuerza de gravedad) los creten- ses no vacilaron en construir acueductos en línea "cóncava", con lo que tu- vieron que impermeabilizar las juntas, tarea de avanzada para la época.
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Fenicia no está en Europa,se sabe: el título debería, pues, decir: Edad Antigua en Europa y en el área del Mediterráneo.Con Creta nos hemos adentrado ya en ese mundo.
Fenicia, situada en una estrecha franja de terreno junto al mar y al sur del Asia Menor,heredó y se complementó con la tra- dición marítima cretense. Se expandieron por las costas del Me- diterráneo sur (África) fundando colonias,las más notables Car- tago, donde el Mediterráneo - que es un 8 acostado - se es- trangula y Cádiz, pasando el Estrecho de Gibraltar,otro estran- gulamiento.
Aquí se aplica ya la política común a todas las potencias marítimas que consiste en apropiarse de los estrechos, cosa que volverán a hacer los in- gleses durante los siglos XVIII y XIX, claro que ahora a escala planetaria.
Los fenicios no vacilaron en atreverse al Océano y así lle- garon hasta Inglaterra - o cerca de ella - en busca de estaño.
Debemos a los fenicios el invento del alfabeto,en el que se inspira el nuestro a través de griegos,etruscos y latinos. Tam- bién inventaron el vidrio transparente.
En aquella época los barcos usaban como timón un largo remo en la popa, díficil de conducir cuando había fuerte viento.Los fenicios le agregaron un segundo remo, con lo que hicieron más manejables la nave; habrá que esperar los comienzos de la Baja Edad Media para presenciar el invento del timón de gozne, que usan los barcos hasta hoy.
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Grecia estará condicionada por la Geografía. Las ciudades-estados griegas,ubicadas entre la montaña y el mar, al superpo- blarse, también buscaron expandirse a través del mar. Así como los fenicios se expandieron por el Mediterráneo sud ellos lo hicieron por el norte; fundaron ciudades que tuvieron venturoso porvenir como Nápoles y Marsella.
Fueron los griegos los maestros de la filosofía de Occiden- te: podrían decirse que no hay escuela filosófica actual que no se entronque en algunas de la antigua Grecia. Entre los preso- cráticos tenemos a Heráclito, panta rei, todo fluye,todo está en movimiento, en un extremo, hasta un Parménides, creador de la Metafísica, que considera que el movimiento es aparente pero no real. Los sofistas, aunque muy criticados por Sócrates, crearon una escuela que ha sido reavalorizada por la Ciencia Moderna:la máxima de Protágoras"el hombre es la medida de todas las cosas" no es extraña a las corrientes en boga hoy en Filosofía de la Ciencias. Sócrates fue el gran moralista de la filosofía Grie- ga, la que culmina con Aristóteles creador de un sistema filo- sófico y científico que siguieron filósofos musulmanes, judíos y cristianos durante siglos.
Aparecieron más tarde las escuelas cínica (Antístenes), es- toica (Zenón) y epicúrea (Epicuro), que tuvieron bastante in- fluencia luego en Roma.
Sumamente importante es consignar también que en Atenas, precisamente, aparece con Dracón por primera vez un Código es- crito, cuando hasta entonces la legislación era consuetudina- ria, por lo que se prestaba a todo tipo de abusos; verdadera avanzada para la época.
Las leyes de Dracón tenían la virtud de ser igualitarias pero no fueron aplicadas por el extremo rigor de las penas que establecía. La posta la to- mará Solón que dictará leyes más equilibradas que sí se aplican;luego de la tiranía[A,2,1] de Pisístrato llegará Clístenes, que perfecciona la legisla- ción de Solón.
Tanto en arquitectura como en escultura se destacaron por la búsqueda del equilibrio y la sobriedad. En arquitectura usa- ron con profusión la columnas dórica, jónica y coritia, que van influir luego en Roma(quizá propiamente griega sea solamente la corinta, la dórica ya la encontramos en el antiguo Egipto, muy poco utilizada).
Los griegos nunca pudieron constituir un Estado organizado, lo más que lograron fue crear liga de ciudades. Un macedonio, Filipo, conquistó y unificó a Grecia y su hijo Alejandro con- quistó el Imperio Persa, actuando a continuación más como suce- sor del Rey de Reyes que como rey de Macedonia. Murió, sin em- bargo, sin haber podido reorganizar ese imperio persa descala- brado.
Luego de algunas disputas, el territorio quedó dividido en tres grandes Estados: Egipto, que va a ser gobernado por Ptolo- meo y sus sucesores, el de Siria,conducido por los sucesores de Seleuco (seléucidas) y el de Macedonia, que mantuvo un precario dominio sobre la antigua Grecia. Todos tres imperios van a ser absorbidos luego por los romanos.
El Egipto de los Ptolomeos va a ser centro de un desarrollo cultural que genéricamente se conoce como cultura helenística; movimiento cultural que tendrá como epicentro la ciudad de Ale- jandría, en el Delta, cuya biblioteca llegó a ser célebre en la antigüedad.
Durante dicho período apareció un Aristarco de Samos, que enunció la teoría heliocéntrica pero los sabios se inclinaron por aceptar la geocéntrica, de Ptolomeo, también cartógrafo.
Ptolomeo fue verdadera autoridad cartográfica hasta los tiempos moder- nos. En el propio Quijote Cervantes pone en boca de su héroe estas palabras "Ptolomeo, que fue el mayor cosmógrafo que se sabe"...
Crone, en su Historia de los Mapas, nos indica que Ptolomeo, en reali- dad, no hizo más que utilizar los mapas elaborados por Marino de Tiro, hoy perdidos. Carrington, por su parte,cuando nos cuenta la historia de la car- tografía china, nos advierte que la cartografía de Ptolomeo no hay sistema métrico conocido en el mundo Mediterráneo al que se ajuste, sí encaja bien en li chinos: ergo, digamos nosotros,Marino de Tiro no ha hecho más que co- piar mapas chinos que habían llegado a sus manos.
Eratóstenes, parece que aplicando el teorema de Pitágoras y el de Tales, llegó a medir la circunferencia de la tierra, apa- rentemente con un error de sólo 50 kilómetros; Teofrasto, dis- cípulo de Aristóteles,hizo avanzados estudios en materia de bo- tánica y Euclides creó su sistema geométrico que fue la escuela donde se educó dogmáticamente Occidente,casi hasta nuestros dí- as.
Hubo un notable desarrollo técnico. Quizá el invento de la época con más influencia en la historia de la humanidad haya sido el del tornillo.
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Roma no fue fundada nunca.
Es un caso típico de avecindamiento espontáneo que diligentemente estu- dian los antropogeógrafos - los casos argentinos de Avellaneda (Pcia. de Buenos Aires) y Rosario (Provincia de Santa Fe) son ilustrativos) - ave- cindamiento que se remonta a fines del II milenio A.C.; luego los romanos habrán de fijar una fecha mítica, el 753.
En sus orígenes fue una monarquía, pasando a ser luego una república aristocrática (-509), con jurisdicción sobre una Ciu- dad-Estado. En realidad, se habían liberado de la tutela de los etruscos al expulsar a Tarquino el Soberbio, rey etrusco.
Los etruscos habían conquistado Roma y de ellos aprendie- ron, entre otras cosas, la aruspícina, el uso del arco de medio punto en arquitectura, el alfabeto, que modificaron levemente y el uso del alfiler de gancho.
Lentamente los romanos fueron conquistando las tierras ale- dañas,luego el sur de Italia y el Norte,enfrentáronse luego con Cartago y al cabo de tres largas guerras Cartago fue destruida (-146). Roma pasará ahora a ser también una potencia marítima y a dominar el Mediterráneo Oriental,patrimonio hasta entonces de los cartagineses.
En el año -197 vencieron en Cinoscéfalos los romanos a los macedonios con lo que se desintegra este tercer reino que que- daba de la división producida a la muerte de Alejandro. Declarada la independencia de Grecia, de hecho quedó bajo jurisdicción romana.
Se le reprocha a Roma el que, habiendo partido de instituciones munici- pales,las mismas se adaptaron mal a una organización imperial luego: en re- alidad, en Ciencias Políticas se enseña que en todos los tiempos las insti- tuciones, por su tendencia conservadora, evolucionan a destiempo a los re- querimientos de las necesidades de cada época.
Durante la república las instituciones romanas alcanzan su madurez.
Es digno de observarse cómo se fue estableciendo un sistema de pesos y contrapesos donde nadie, en realidad, habrá de tener mucho poder.
Con las conquistas, empero, el sistema se desquició. Se apeló a nombrar procónsules con poderes enormes en las provincias y por cinco años. Así Cé- sar en Galia podrá acumular enorme poder y riqueza y desde allí intervenir en las elecciones de Roma,imponiendo la elección de funcionarios, sobre to- do cónsules, que le fueran afectos, adictos, hasta incondicionales,en algún caso hasta la elección de individuos de baja estofa. Pero, para entonces, las instituciones estaban malheridas y no habrán ya de recuperarse. Deriva- rá todo en la dictadura militar, a veces embozada, cada vez más desemboza- da.
El Senado, cuyos miembros eran de la clase de los patricios y tenían carácter de vitalicios; constituía un organismo con- sultivo pero el peso de su opinión era tal que los magistrados estaban siempre pendientes de él. Era el organismo de control por excelencia.
Había dos cónsules que se controlaban entre sí y dirigían el ejército y la administración civil y presidían el Senado.Du- raban un año en sus funciones y, ante el peligro que el sistema de la diarquía paralizara la administración en un momento de peligro, eran reemplazados por un dictador cuando se presentaba tal situación.Éstos no podían durar más de seis meses y se con- sideraba un timbre de honor devolver el poder antes. Los roma- nos vivían obsesionados por el miedo a la restauración de la monarquía.
Los Censores eran los encargados de hacer el censo de todos los ciudadanos, incluso con el registro de sus bienes. Con el tiempo también se arrogaron el derecho de vigilar la conducta de los ciudadanos, particularmente de los senadores, y llegaron en alguna oportunidad a expulsar a alguno del Senado por indig- nidad.
Los pretores eran jueces.Los cuestores se encargaban de los asuntos financieros y de la recaudación de impuestos.Los ediles de los asuntos municipales: policía, cuidado de edificios, mer- cado y organización de fiestas cívicas.
Para amortiguar las tremendas diferencias sociales se creó el cargo de Tribuno de la Plebe, elegido por los plebeyos y que tenían carácter sagrado y derecho a vetar el cumplimiento de una ley cuando afectara a un plebeyo. Su casa era sagrada y en ella se podían refugiar los plebeyos perseguidos.
Entre el -58 y el -51 Julio César completó la conquista de las Galias.
Augusto,sobrino nieto de César creó el Imperio. Luego de la crisis del 68-69 ascenderá al trono la dinastía de los Flavios, bajo la cual habrá una cierta estabilidad. Posteriormente habrá otro período de estabilidad bajo los Antoninos pero el Imperio se seguía carcomiendo por dentro.
Bajo el Imperio de Trajano (98\117) se incorporó la Dacia, habiendo llegado por entonces a su máxima extensión territorial Mesopotamia ya había sido conquistada en el siglo -I si bien el dominio romano allí fue siempre bastante precario.
El asesinato de Cómodo(+192) puso fin al período de los An- toninos a lo que siguió, durante siglo III un período caracte- rizado por el desorden la falta de autoridad y la tendencia a instaurar un despotismo oriental que solamente se va a afirmar un tanto con Diocleciano.
A su vez,el poder dependerá cada vez más del ejército,que pro- clama o derriba emperadores, las instituciones romanas están en crisis.
Durante el siglo III prevalecerán en Roma cultos orientales, como el fenicio de Baal o el persa Mitra, cultos egipcios y los emperadores serán de ese origen y se rodearán de soldados provenientes de esas provincias; a su vez, las occidentales perderán importancia, azotadas por las incursiones y depredaciones de los bárbaros.
Durante el Imperio apareció el Cristianismo. Visto al prin- cipio con desprecio y desconfianza - "hombres odiados por sus crímenes a los que el vulgo llama cristianos" llega a escribir, de oídas seguramente,un hombre tan ponderado como Tácito a pro- pósito del sonado incendio de Roma en tiempos de Nerón (54\68) - con el tiempo el Estado romano empezó a perseguir a los cris- tianos, preocupados sobre todo por su prédica pacifista, en una época en la que se hacía cada vez más difícil colocar soldados en la frontera.
De ahí que, a través del tiempo el ejército romano fuera incorporando ca- da vez más soldados bárbaros, al punto de que cuando irrumpen en el Imperio violentamente (410) se dice que había tantos bárbaros adentro como afuera del Imperio.
Con el advenimiento de los emperadores que divinizaron su persona - el caso extremo fue Diocleciano (286\305), que se proclamó "dominus et deus" - el Estado encontró un motivo adi- cional para perseguirlos, por la obvia negativa de los cristia- nos a adorar dios semejante.
Solamante cuando Constantino apela a los cristianos y a su Dios en la lucha que tiene con Majencio y dicta el edicto de Mi lán (313) por el que se tolera al cristianismo éste va a salir a la luz del día. Teodosio a fines de dicho siglo dará un paso más y la declarará religión oficial y única aceptada. Se renue- van las persecuciones religiosas y ahora las víctimas habrán de ser los paganos.
En realidad, el Imperio estába asentado sobre una base económica muy frágil, Se acostumbró Roma a vivir de lo que se saqueba a los vencidos y la importación masiva de esclavos producidos por la guerra.Ello produjo el ce- se de la producción, sobre todo agrícola en Roma y el reemplazo de la mano de obra de hombres libres por la de los esclavos.
Esta situación ya quedó consolidada luego de las Guerras Pú nicas; quiso infructuosamente ser corregida por los Gracos que pretendieron que se volviera a cultivar nuevamente en Italia: imposible. En los últimos tiempos de la República ya se había recurrido al sistema de repartir gratis trigo a los ciudadanos de Roma,trigo proveniente de los pueblos sometidos (en este ca- so, Sicilia).
De ahí que hombres como Tiberio ya se quejara de que los romanos compraran cosas superfluas de oriente. Tiberio estaba preanunciando el drama final de Roma: desequilibrio permanente de la balanza comercial,de vez en cuando,eso sí, morigerada por la afluencia de bienes provenientes del saqueo que seguía a las conquistas, pero que no compensa el cesar de trabajar. Que aquí se aplica retrospectivamente las sabias palabras que Luis Bona- parte pronunció siglos más tarde:"las bayonetas sirven para to- do, menos para sentarse en ellas."
Observaráse que, por ejemplo, aunque en esta época ya se conocía el mo- lino de agua, su difusión se va a producir más tarde, durante la Alta Edad Media - la tan maltratada Alta Edad Media - al ir agotandose las masa de esclavos que, cuando superabundantes, desalentaban la difusión de cualquier adelantedo técnico.
Diocleciano (285-305) trató de reorganizar el imperio bajo nuevas bases. Se proclamó señor y dios,según los modelos orien- tales - admirabla la organización política de los Sasánidas - reorganizó el ejército incorporando en él a muchos bárbaros, declaró fijo los puestos, tanto en el gobierno de los munici- pios como en los oficios, estableció precios máximos en el Im- perio y un severo sistema impositivo.
Dividió Diocleciano el Imperio en dos partes y se reservó el gobierno de la Oriental. Dos Augustos habría en Roma simultáneamente y el más anti- guo habría de prevalecer; cada mitad tendría un César que gobernaría a su vez la mitad y sucedería al Augusto a su muerte: a este ingenioso sistema, que pretendía reemplazar el despotismo militar,se lo llamo tetrarquía y du- ró lo que el gobierno de Diocleciano.
Durante el siglo IV la división del imperio se intentó una y otra vez hasta que a la muerte de Teodosio (395) el imperio quedó definitivamente separado en dos: el oeste, conducido por Honorio, va a fenecer en el 476 cuando fuera depuesto el último Emperador, Rómulo Augústulo por los bárbaros, en este caso el jefe de los hérulos, Odoacro. Mil años más, en cambio, duró el Imperio de Oriente, que caducará cuando en el año 1453 Constan- tinopla,su Capital,caiga en poder de los turcos, conducidos por Mohamed II.
En Imperio en el siglo V era en realidad una sombra,una farsa de lo que había sido. Los emperadores eran puestos y depuestos a sabor por los jefes bárbaros hasta que Odoacro terminó con la farsa al deponer al último y pro- clamarse él mismo Rey de Italia(476), fecha que marca el fin de la Edad An- tigua.
Roma legó a Occidente su concepción del Derecho, sobre todo del privado. Es posible que el principio de armonía y control de las instituciones de gobierno, entre sí, tan ponderado por los politólogos hoy, haya tenido principio de aplicación allí, en tiempos de la República, claro. También legó su sistema ad- ministrativo y la concepción despótica de los últimos tiempos del Imperio, en la que se inspiraron los sistemas absolutistas vigentes en Europa desde el siglo XVI al XIX. Legó su alfabeto y a las lenguas romances, derivadas del latín, cuyo territorio se extiende desde Rumania a Portugal (sin contar la posterior expansión ultramarina de los pueblos de Europa) dejó en heren- cia infinidad de palabras, en el caso del castellano, más del 70% de sus palabras derivan del latín.
La Edad Antigua en América
¿Qué sucedió en América hasta el 476? En este ámbito geo- gráfico vuelve a aparecer forzada la periodización ¿Qué sucedió aquí después de la invención de la escritura, para poder ser clasificado dentro de la Historia y no en la Prehistoria? Más forzado aún.
Ocurre que, estricto sensu, por esa época - 476 - los mayas eran los únicos que habían ensayado un sistema de escritura recientemente, pero que sólo atañía a una reducidísima parte de la población, los sacerdotes y po- siblemente también funcionarios (más tarde los incas no llegarán a idear un sistema de escritura pero sí un sistema de contabilidad, los quipus, pare- ce). Pero, ¿acaso en China, o en Mesopotamia, o en Egipto, no estaba el co- nocimiento de la escritura circunscripto a una escasa parte de la población también?
En rigor, a la llegada de Colón, la mayor parte del territorio america- no se hallaba poblado por indígenas que estaban en el Paleolítico Superior, la menor, en el Neolítico,algo en la Edad de los Metales; metales, como di- go, de uso poco significativo en América, en general.
Me parece más oportuno abordar el estudio de las Altas Cul- turas Americanas precolombinas en el período de la Edad Media, aún las que no habían inventado la escritura, simplemente por razones cronológicas. Se advierte que sigue siendo muy forzado el encuadre, pues ningún contacto tuvieron con el Viejo Mundo antes de Colón. Mejor, digamos, sólo imperceptibles contactos tuvieron con el Viejo Mundo antes de Colón.
Aparece claro también aquí que en América el fenómeno se da de una ma- nera distinta al de África "al sur del Sahara",que es diferente a su vez de todo lo demás también: allí la metalurgia y no la escritura es lo que per- mite identificar un alto desarrollo cultural, aunque la mayoría de las so- ciedades no llegaran a configurar organizaciones estatales* y también el predominio por parte de quienes estaban en el secreto sobre pueblos técni- camente más atrasados. Aquí en América, en cambio, la metalurgia fue pobre, quizá excepto entre los chibchas de Colombia. Hasta podría decirse que los pueblos más desarrollados de la América precolombina estaban en un "Neolí- tico avanzadísimo", nombre impropio también para estas comunidades de des- arrollo cultural tan complejo y a la vez tan original.
En todo caso, podría decirse que América se diferencia de todo el viejo mundo en que se vieron limitados por el casi des- conocimiento de bestias de carga - fuera de la casi despre- ciable alpaca, la llama, y circunscripta al área Perú-Bolivia- Noroeste argentino - y una menor cantidad de plantas que cul- tivar: en otro lugar expresé que solamente el 17,142857142857% de las plantas domesticadas en el planeta lo fueron en América.
Tampoco en América se llegó a alcanzar la idea del arco ar- quitectónico que en el viejo mundo ya habían ideado los sume- rios y aunque los mayas estuvieron "ahicito no más" al crear o desarrollar el falso arco y la falsa bóveda.
Quizá no hubo necesidad; la necesidad tiene cara de hereje, dicen. Las altas culturas americanas tenían abundancia de piedra y el problema del va- no de las puertas y el del techo no les era angustiante. Así como los mayas pudieron "abrir más" con la falsa bóveda y el falso arco, los incas, menos desarrollados en esto, le dieron a las puertas formas de trapecio. ¿Menos desarrollados? ¿Cómo se mida el más o el menos en Historia? Lo humano es un tanto poco apto a ser medido. Los mayas, tan ponderados, sin embargo sólo conocieron la columna luego de tomar contacto con los toltecas, es decir, durante el Nuevo Imperio.
No hubo necesidad aquí, sí la tuvieron los sumerios los que sin piedra, sin árboles - no es que no los conocieran, había que traerlos de lejos y eran, pues, carísimos - encontraron difícil construir dinteles de ba- rro; usaban el barro para todo, hasta para escribir en él. La necesidad los llevó así a este genial invento del arco arquitectónico. Fijémonos que los griegos, que vinieron mucho después, con materiales más aptos, volvieron al dintel, mientras que los romanos usaron mucho el arco, que tomaron de los etruscos, que muy posiblemente lo habían traído del área aledaña a la Meso- potamia, si es que es cierto que provenían de las costas de Asia Menor. Y si no veamos la arquitectura del siglo XX donde el hormigón armado y el acero permiten estas construcciones monstruosas donde difícilmente se usen arcos y cúpulas que consumen precioso espacio.
Tampoco conocieron la rueda, a la que el viejo mundo le dio diversas aplicaciones.De ahí que los españoles protestaran con- tra las malditas - para otros, magníficas - carreteras in- caicas, puesto que tenían escalones ...
En realidad, parece que entre los incas se llegó a fabricar juguetes con ruedas. ¿Por qué no las aplicaron a escala de adultos? Hay quienes sos- tienen que, ante la carencia de animales de tracción, no era práctico.
No conocieron el vidrio,inventado en el viejo mundo por los egipcios y perfeccionado por los fenicios, por lo que se limi- taron mucho en esto también; mucho también se limitaron porque no llegaron a idear el torno de alfarero, desconocido en Améri- ca antes de la llegada de Colón que los egipcios habían inven- tado tres mil años antes de Cristo.
No conocieron el hierro, que tuvo tanta importancia en las Altas Culturas del África negra, mientras que el bronce - es decir, la metalurgia - aunque conocido,fue de uso muy restrin- gido.
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Prof. Ruben P. Cano
___________________________________________________________Buenos Aires, 13 de marzo de 2000
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