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Trabajo de Investigacion de Historia Europea
Federico II el Grande (1712-1786), rey de Prusia (1740-1786). Durante su reinado, fue considerado uno de los déspotas ilustrados más notables de la Europa del siglo XVIII.
Federico nació en Berlín el 24 de enero de 1712, hijo del rey Federico Guillermo I y nieto de Federico I. Como príncipe heredero fue educado bajo la supervisión de su padre para ser militar y buen administrador. Sin embargo, Federico, animado por su madre, Sofía Dorotea de Hannover, y sus tutores, mostró preferencia por la vida cortesana, la música y la literatura francesa. Federico Guillermo, al no comprender los gustos de su hijo, comenzó a sentir una abierta antipatía por él. A los 18 años, Federico decidió escapar a Inglaterra; su plan fue descubierto y fue detenido, encarcelado, privado temporalmente de su categoría de príncipe heredero y obligado a presenciar la ejecución de uno de sus dos cómplices. Después de dedicarse diligentemente a asuntos fiscales y militares, y de acceder en 1733 a casarse con Isabel Cristina, hija de Fernando Alberto II de Brunswick, Federico volvió a ser príncipe heredero. Se fue a vivir siete años a sus propiedades de Rheinsberg, donde, en sus ratos libres, estudiaba filosofía, historia y poesía y mantenía correspondencia con los filósofos franceses, entre ellos Voltaire. En su obra El antimaquiavelo, escrita durante esa época y publicada por Voltaire en 1740, Federico contradecía las doctrinas políticas del filósofo y político italiano Nicolás Maquiavelo, defendiendo un gobierno pacífico e ilustrado.
Líder militar y rey
Tras la muerte de su padre, en 1740, Federico se convirtió en rey y se embarcó de forma casi inmediata en una política que buscaba el engrandecimiento de Prusia. El mismo año en que María Teresa de Austria heredó el trono de su padre, Federico exigió la cesión de los ducados de Silesia a cambio del reconocimiento prusiano de la Pragmática Sanción, que concedía los dominios austriacos de los Habsburgo a María Teresa. Austria rechazó la oferta y Federico invadió Silesia, iniciando así la guerra de Sucesión austriaca. Condujo sus fuerzas a la victoria en Mollwitz en 1741 y en Chotusitz en 1742; en este último año, de acuerdo con el Tratado de Breslau, María Teresa se vio obligada a entregar el territorio de Silesia exigido por Prusia. Federico consiguió Frisia oriental (hoy una región de Alemania) en 1744, tras la muerte del último gobernante sin herederos de dicho principado, y en 1745 logró la victoria en una segunda guerra con Austria, que terminó con la Paz de Dresde, que aseguraba a Prusia la posesión de Silesia.
Por entonces, Federico ya era reconocido como hábil líder militar, y la posición de Prusia en Europa había aumentado considerablemente. La grandeza militar de Federico quedó probada durante la guerra de los Siete Años, que tuvo lugar entre 1756 y 1763. Federico y sus fuerzas, con el único apoyo financiero de Gran Bretaña, que estaba en guerra con Francia, se enfrentaron a los ejércitos de Austria, Rusia, Suecia, Sajonia y Francia. La Paz de Hübertusburg de 1763 no concedió a Prusia nuevos territorios, ya que se limitó a confirmar las fronteras ya existentes antes de la guerra; sin embargo, al término de la guerra, Prusia se constituyó en rival de Austria por el dominio de los estados alemanes. Federico se alió con Catalina II de Rusia en 1764, y mediante la primera partición de Polonia en 1772 obtuvo la Prusia polaca, además de Gdansk (Danzig) y Torun (Thorn), uniendo así las regiones de Brandeburgo y Pomerania. Por el Tratado de Teschen de 1779, posterior a la guerra de Sucesión bávara, un breve conflicto con Austria, Prusia obtuvo los principados franconios de Baviera y Austria se quedó únicamente con una parte de la Baja Baviera. En 1785 se dio otro paso más hacia la destrucción de la dominación austriaca: Federico reunió a los príncipes alemanes para crear una alianza, el Fürstenbund, con el fin de evitar la constitución del Sacro Imperio Romano Germánico.
Administrador
Federico mostró un gran interés en los asuntos internos durante su reinado. Su gobierno fue absoluto; fue un administrador ubicuo que constantemente supervisaba la labor de sus funcionarios, a los que exigía el estricto cumplimiento de su deber. Durante su reinado aparecieron nuevos métodos agrícolas e industriales. Se desecaron marismas, que proporcionaron nuevas tierras para el cultivo y la colonización, y se suprimieron ciertas restricciones con la servidumbre. Bajo la supervisión personal de Federico se incrementó la eficacia y la magnitud del ejército. Con frecuencia pasaba revista a las tropas, preocupado por la disciplina de sus oficiales y soldados, y escribió libros para sus generales sobre el arte de la guerra. En 1747 Federico, que estaba especialmente interesado en la distribución equitativa de la justicia entre todas las clases sociales, promulgó un nuevo código legislativo prusiano, el llamado Código de Federico
Mecenas de la cultura
Federico protegió las artes y las letras durante toda su vida. La Academia de las Ciencias volvió a convertirse en un importante centro de enseñanza durante su reinado, y la educación básica progresó más que con ningún soberano prusiano anterior. En su residencia favorita, el palacio de Sans Souci, cerca de Potsdam, Federico tenía su corte, siempre mantenida con una sensata economía. Federico, que rechazó el idioma y la cultura alemana, hablaba francés en la corte y protegía a escritores franceses, muchos de los cuales, entre ellos Voltaire, le hacían visitas en Berlín. El propio Federico era un hábil flautista, que además escribió numerosas obras para dicho instrumento. También fue un escritor prolífico; sus obras completas fueron publicadas en 30 volúmenes entre 1846 y 1857. Murió el 17 de agosto de 1786 en Sans Souci.
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