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HISTORIA DE LA FILOSOFíA
MATERIAL RECOPILADO:
PROFESOR JOSE LUIS DELL'ORDINE
dellordine@arnet.com.ar
HISTORIA DE LA FILOSOFíA
Filosofía
1. Naturaleza, hombre y sociedad en el pensamiento griego
1.1 Naturaleza y logos en la filosofía presocrática
1.2 La autoexperiencia moral de Sócrates
1.3 Platón
1.3.1 La naturaleza del alma y su relación con el cuerpo
1.3.2 Conocimiento y realidad
1.3.3 Ética y política
1.4 Aristóteles
1.4.1 Naturaleza y causalidad
1.4.2 Virtud y felicidad
1.4.3 El carácter comunitario del bien
2. Racionalismo y empirismo
2.1 El Renacimiento: ciencia y humanismo en el origen de la modernidad
2.2 Descartes
2.2.1 Razón y método: criterio de verdad
2.2.2 La estructura de la realidad: las 3 sustancias
2.3 Locke y Hume
2.3.1 Crítica al innatismo y al concepto de causa
2.3.2 Origen y constitución de la experiencia
2.3.3 El emotivismo moral de Hume
3. Filosofía de la Ilustración
3.1 Características generales de la Ilustración
3.2 Historia y progreso en el pensamiento ilustrado
3.3 La idea de contrato en la constitución del Estado moderno
3.4 Kant
3.4.1 Juicios sintéticos a priori
3.4.2 Límites del conocimiento
3.4.3 Formalismo moral
4. Crisis de la razón especulativa
4.1 Marx
4.1.1 Concepto de alienación
4.1.2 Crítica a las ideologías
4.1.3 Teoría materialista de la historia
4.2 Nietzche
4.2.1 Crítica a la tradición socrática-platónica y a la dialéctica
4.2.2 Voluntad de poder
4.2.3 Nihilismo y sus formas
4.2.4 Transvaloración moral y el ideal del superhombre
5. Razón vital y comunicativa
5.1 Ortega y Gasset
5.1.1 El raciovitalismo
5.2.2 El hombre como ser histórico
5.2 Habermas
5.2.1 Conocimiento e interés
5.2.2 Razón y comunicación
1. Naturaleza, hombre y sociedad en el pensamiento griego.-
1.1 Naturaleza y logos en la filosofía presocrática.-
Antes del s. VII a. C. nos encontramos el mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia.
El mito puede ser definido como un conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero del mismo modo, el mito es una actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la naturaleza, es decir, se dota de voluntad y personalidad a los elementos naturales. Así por ejemplo, en la mitología griega hay un Dios del mar, otro del Viento, ... Estos dioses actúan según su voluntad y capricho.
Hacia el s. VII a. C. se produce el nacimiento del pensamiento racional. Hay quién lo atribuye a la genialidad griega. Sin embargo, tuvieron lugar una serie de cambios sociales, económicos e ideológicos que motivaron este nacimiento.
Tanto la idea de destino como la idea de necesidad lógica constituyen la fuerza mayor de la naturaleza, ya que no pueden ser cambiadas por nada. Sin embargo, mientras que la idea de destino es algo incognoscible, la idea de ley natural es cognoscible. El pensamiento mítico está basado en lo aparente, cambiante y múltiple, mientras que el pensamiento racional está basado en lo que realmente son las cosas, la permanencia y la unidad.
DESTINO (Incognoscible) - Aparente - Cambiante - Múltiple |
LEY NATURAL (Cognoscible) - Profundamente (ser) - Permanente - Unidad |
Estas tres características -permanencia, esencia y unidad-, llamadas coordenadas lógicas, se obtienen mediante el empleo de la razón, despreciando el conocimiento sensorial que nos muestra la realidad como algo aparente, cambiante y múltiple.
Con los griegos aparece la idea de naturaleza (physis) a la que se puede atribuir 2 significados:
Prácticamente todos los filósofos presocráticos coinciden en distinguir en la naturaleza las siguientes ideas:
Como hemos dicho se intenta definir la naturaleza como algo permanente y único; se persiguen unas leyes o principios explicativos -a ser posible uno sólo pues la naturaleza es algo único- que explique dicha realidad. Ese será el gran problema al que se enfrentarán los filósofos griegos, ya que es preciso explicar una naturaleza dinámica, cambiante, a través de una ley que no puede estar sometida a dicho cambio, ha de ser inmutable, pues de lo contrario no la podríamos conocer. Este principio explicativo del universo, de toda la realidad, será el arché. Cuando se identifica el arche con un solo objeto estamos ante una filosofía monista; si además se explica todo se denomina panteísta.
La idea del arche comprende 3 aspectos:
La primera escuela presocrática que nos encontramos es la de los milesios, sobre el s. VII a. C.; a ellos se debe las primeras identificaciones del arche. Distinguimos:
Cronológicamente posterior, s. VI a. C., es la escuela de Pitágoras. Pitágoras, tras estudiar matemáticas en Egipto regresa a Grecia donde funda una escuela que, por su carácter esotérico y cerrado más bien puede considerarse como una secta.
Introducen las matemáticas como la estructura del universo. En un principio observaron que la realidad tiene un comportamiento matemático: se pueden medir fenómenos, se observan proporciones, ... Llegan a la conclusión de que el orden del Universo es matemático; y como todo lo matemático puede reducirse a números, llegaron a la conclusión de que el arche de las cosas son los números.
Según los pitagóricos los números aparecen en parejas, por lo que afirman que la naturaleza es algo dualista: noche-día, macho-hembra, ... Todo se organiza por parejas de la que destacan par-impar.
Finalmente asignan a cada cosa un número. Por ejemplo, al Universo, por considerarse perfecto, se le asigna el número 10, que para los griegos era el número más perfecto. Por eso el Universo habría de estar formado por una gran masa de fuego, que es el sol, rodeado por 9 planetas que giran en órbitas circulares.
Entre los siglos VI-V a. C. nos encontramos con la figura de Heráclito de Efeso. Parte del dinamismo y movimiento del Universo, movimiento que, sin embargo, según él, no nos lleva al caos, sino que está sometido a un orden, armonía o ley: la dialéctica. Esta es consecuencia del equilibrio que se produce entre la lucha de contrarios. La dialéctica es pues, según Heráclito, el arche explicativo del Universo, que representó mediante el fuego.
Parménides de Elea, coetáneo de Heráclito, sostiene, sin embargo, tesis contrarias a las de éste.
Partiendo de unas afirmaciones a primera vista evidente:
llega sin embargo a unas conclusiones bastante peculiares:
El arche será por lo tanto un ser inmóvil y único; es pues, el único filósofo griego que niega el movimiento.
Sin embargo, hay que explicar un movimiento que parece evidente. Para ello Parménides dice que existen dos vías de conocimiento, la vía de los sentidos o la opinión (doxa) y la vía de la razón o la verdad (aletheida). Los sentidos nos engañan hasta el punto que nos parece que existe el cambio. Sin embrago, la razón nos puede demostrar que el movimiento es algo imposible.
Tuvo dos discípulos, Zenón de Elea y Melisso de Samos que demostraron racionalmente la imposibilidad del movimiento mediante aporías, razonamientos de los cuales si admitimos los fundamentos tenemos que admitir las conclusiones.
De la unidad no puede surgir la pluralidad, porque supondría el paso del ser al no ser. A partir de Parménides los filósofos adoptan el pluralismo, es decir, admiten una pluralidad de realidades que existen desde siempre y que por lo tanto son eternas.
El primer pluralista fue Anaxágoras (s. V a. C.), según el cual la realidad está formada por unas partículas que denominó homeomerías, que traducido literalmente significa todo está en todo y participa de todo.
Para explicar el cambio de estas partículas, el movimiento, nos habla de un nous o entendimiento universal: una realidad espiritual, divina, que imprime el movimiento a esta partículas provocando su mezcla y la creación de sucesivos y eternos mundos. Es un concepto muy importante, pues es la primera vez que aparece la idea de una realidad divina.
Sin embargo, una vez llegado a este punto no acierta a completar sus teorías: ¿creó esa realidad divina las partículas?, ¿es eterna?, ...
Recurre entonces a una segunda explicación mediante el éter, homeomerías especiales en eterno movimiento, que imprime éste movimiento a las restantes. Anaxagoras pues se debate entre el finalismo y el mecanicismo.
Demócrito de abdera (s. V a. C.), recibe su influencia de los planteamientos de Parménides: existe una única realidad en el Universo, pero esa realidad no tiene por que ser esférica. Para él los átomos o partículas que forman el Universo tienen multitud de formas y son eternos, múltiples desde la eternidad.
Para explicar el movimiento, Demócrito afirma que es precisamente el no ser, el hecho de que "el no ser no exista", lo que explica el movimiento. Expliquemos esta idea: el no ser significa la ausencia, el vacío, un vacío que sirve como campo de acción para que se produzca el movimiento, para que el átomo se dirija a éstas zonas y se combine. El movimiento no surge en un momento determinado, es eterno.
¿Existe algún orden, una realidad que le confiera una finalidad? No, según Demócrito el Universo no tiene finalidad externa ni está sometido a un Dios. Se define pues totalmente por el mecanicismo: para él los movimientos se producen al azar.
1.2 La autoexperiencia moral en Sócrates.-
Sobre la segunda mitad del s. V a. C. se empieza a producir en Grecia (sobre todo en Atenas) la llamada Ilustración Griega.
Nos encontramos con el siguiente contexto histórico-social:
De un lado nos encontramos Atenas, donde se desarrolla un proceso de democratización durante el poder de Solón, Terrístocles y, sobre todo, Pericles. esta democratización se fundamenta en 2 principios:
Como órganos o instituciones de la vida democrática cabe distinguir el consejo de los 500, la Asamblea Popular y los Tribunales Populares.
Nos encontramos dentro de la sociedad con diferentes grupos:
En total constituyen unos 200.000 habitantes.
De otro lado, en Esparta se erige un sistema aristocrático, en constante pugna contra Atenas para la consecución de la hegemonía en la península helénica. En este sentido se libra la Guerra del Peloponeso, por la que Esparta logra la hegemonía e imponer el sistema aristócrata.
Dentro de este contexto surge la filosofía de los sofistas y Sócrates.
Sofistas significa literalmente sabios y era el título que se daban a sí mismo un conjunto de pensadores que florecen en la segunda mitad del s. V y que tienen en común 2 características:
Nos encontramos ante 2 principios básicos en su filosofía:
Como causas de su aparición podemos destacar:
- La visión externa de la filosofía desde los Milesios les muestra un panorama desconcertante y contradictorio: el movimiento frente a la estaticidad, la unidad frente a la multiplicidad. Se llega a la idea de que lo más probable es que estas teorías sean falsas, y que una nueva teoría no tiene por que ser verdadera, conduciéndoles al escepticismo.
- Por una propia evolución interna de la filosofía presocrática. (Por ejemplo, las teorías de Demócrito llegan a puntos que no se pueden rebasar: no podemos predecir las combinaciones de los átomos, los cuerpos resultantes, ...)
Protágoras, sofista griego, en su escrito "Sobre la verdad" expresa su principio "El hombre es la medida de todas las cosas", aserción que lo sitúa en el origen del relativismo subjetivista manifestado también en su afirmación acerca de la imposibilidad de conseguir una verdad universal y absoluta para todos los hombres.
Los razonamientos de Gorgias, englobados en los llamados sofismas (razonamientos que parten de una idea y de su contraria, por lo que forzosamente han de ser verdaderos), le llevan a la conclusión de que la verdad no existe, pero que si existiera no podría ser comunicada por medio del lenguaje ya que este carece de validez para encontrar la verdad.
Según Gorgias, a partir de conceptos de Parménides, si una palabra es un ser, no puede representar a algo que no es ella misma, a un no ser. Así mismo, si es un no ser y representa a algo que no es ella misma no tiene valor de verdad. Por tanto, la palabra no puede llevar a la verdad, y como es el único instrumento que tiene el hombre para conseguirla, definitivamente no podemos llegar a la verdad.
Del mismo modo, si partimos del dinamismo de Heráclito, nos encontramos con que todo cambia continuamente, los significados varían y por tanto las palabras no tendrán valor de verdad.
Así Gorgias atribuye únicamente a la palabra un valor de convencer, de engañar, un valor puramente retórico.
Estos planteamientos engañosos, los sofismas, son los que se encuentra Sócrates, del que no tenemos ningún libro pero que conocemos a través de Platón, su discípulo en cuyos diálogos representa. Fundamenta su filosofía en la búsqueda de principios que guíen al hombre, fundando el intelectualismo moral, que influirá en toda la filosofía occidental.
A pesar de surgir en la época de los Sofistas presenta unos planteamientos distintos:
La obra de Sócrates se reduce a 2 aspectos:
De estas formas de conocimiento Sócrates sostiene que la más importante que tiene el hombre es la Poiesis, ya que le permite producir, crear.
La felicidad para Sócrates surge cuando podemos realizar la virtud, la justicia, y para alcanzarla necesitamos conocerla.
El método Socrático para llegar al conocimiento es la mayéutica, arte de alumbrar espíritus. Distinguimos:
1.3 Platón
1.3.1 Naturaleza del alma y su relación con el cuerpo
Platón fue un gran discípulo de Sócrates que crea su escuela en Atenas y que fue a su vez maestro de otros grandes filósofos como Aristóteles.
Su obra más importante son los diálogos, entre los que destacan: Fedon (inmortalidad del alma), Timeo (Generación del Universo), República (Teoría de las Ideas), Sofista, Gorgias, ... La enseñanza mediante diálogos la copia de su maestro Sócrates, y es a través de dicho personaje donde generalmente expone sus ideas.
Como hemos dicho es en el Fedon donde Platón expone sus ideas sobre el alma. Todos los filósofos griegos admiten la existencia del alma, aunque hay fundamentalmente 2 planteamientos:
De estas 2 concepciones Platón elige la 2�.
Para Platón existen 2 ámbitos:
De acuerdo con estas nociones el alma pertenece al muno de las ideas mientras que el cuerpo pertenece el ámbito físico.
Platón está influido en el concepto de transmigración de las almas de los Pitagóricos, para los que el alma es algo que al morir el cuerpo se transmite a otro ser. Según Platón las almas pertenecieron al ámbito de las ideas donde estuvieron en contacto con ésta (en mayor o menor medida, de ahí que haya una jerarquía de almas: las almas más virtuosas fueron las que estuvieron más en contacto con las ideas superiores de virtud, justicia, ...). En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo para purificarse de una forma temporal; a través de la información de los sentidos que el cuerpo le suministra de la realidad física, burda imitación del de las ideas, el alma "recuerda" estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.
Para Platón existen en el hombre 3 almas, o tres partes de una misma alma (nunca lo dejó claro), que son:
Gracias a estas 3 virtudes se controla el cuerpo, y a la vez el alma racional controla las otras 2.
Platón representó estas almas en el mito de Fedro como un auriga (el alma racional) tirado por 2 caballos, uno blanco noble, dócil y fuerte (alma irascible) y otro negro, rebelde, perturbador, insurrecto, ... (alma concupiscible).
1.3.2 Conocimiento y realidad.-
Platón representa la vuelta a la preocupación por una explicación racional de la naturaleza que, desde los presocráticos durante 50 años (con el escepticismo y relativismo de los sofistas y Sócrates), había estado abandonada. Así, replantea cuestiones de filósofos presocráticos, sobre todo de Demócrito y Anaxágoras.
Demócrito afirmaba que eran las combinaciones al azar, en desorden, de las homeomerías lo que daba lugar a un Universo en orden; dichas combinaciones eran imprevisibles y no las podemos conocer. Platón ve en esto una traición al ideal griego de verdad y elabora una teoría según la cual el orden del Universo no puede surgir del desorden y en la que critica a Demócrito por considerar que el Universo no se puede conocer.
El primer elemento que conforma la teoría platónica de la realidad es el Demiurgo: inteligencia ordenadora del Universo, al que le da estructura y una finalidad. De esta palabra surgirá la idea de demonio al que la filosofía cristiana añade connotaciones malignas; proviene de la idea de Nous de Anaxágoras.
El segundo elemento, recogido de Demócrito, es la idea de espacio o chora: la materia caótica y desordenada, eterna, dinámica con movimiento desordenado desde siempre. En esto se diferencia de Anaxágoras porque este afirmaba que las homeomerías en principio forman un orden al que el Nous imprime movimiento.
El demiurgo tiene que tener algo del que copiar o plasmar en el mundo físico: las ideas, entidades de existencia real, inmutables, eternas, simples y verdaderas; son originales de Platón, aunque influido en parte por Sócrates. están jerarquizadas y en la cúspide encontramos la idea de uno-bien-belleza.
Las coordenadas lógicas para la explicación de la realidad -permanencia, esencia y unidad-, tan ansiosamente buscadas por los griegos, quedan claramente identificadas por Platón con las ideas, conocidas por medio de la razón.
Del mismo modo, el espacio caótico y dinámico se identifica con lo aparente, cambiante y múltiple, conocido por el medio de los sentidos.
El conocimiento mediante los sentidos y la razón son heterogéneos, es decir, tienen características y origen diferentes, y mientras que los sentidos nos conducen al error, la razón nos lleva a la verdad. Platón recoge estos planteamientos de Parménides (de sus ideas de doxa y aletheida)
Los sentidos nos suministran información del mundo físico que, mediante la anamnesis, revive del alma la contemplación de las ideas. El mundo de las ideas es muy difícil de conocer y el hombre sólo participa de él en cierta medida. El conocimiento de las ideas, según Platón, requiere de estos pasos:
En el momento en el que el hombre alcance esta cúspide, se producirá la iluminación, es decir, todas las ideas participaran de la idea uno-bien-belleza.
Se hace más compleja la estructura del Universo. Si para los filósofos presocráticos el arche era origen, sustrato y causa, para Platón:
- la causa eficiente o agente es el demiurgo
- la causa material es el espacio
- la causa final son las ideas
- la causa ejemplar son también las ideas.
1.3.3. Ética y Política.-
Platón, al igual que su maestro Sócrates, hace frente al relativismo moral sofista: afirma que la justicia sí puede ser definida pues existe por sí misma al ser una idea más. Para Platón la justicia consiste en el perfecto ordenamiento de las 3 almas, es decir, cuando cada una desarrolla las virtudes que le son propias:
Cuando esto ocurre, se llega a la felicidad a través de la virtud.
Los fundamentos del pensamiento político de Platón aparecen reflejados en un modelo de sociedad utópica en su diálogo la República. Sus 2 principios básicos son los siguientes:
- Los gobernantes, identificados con el alma racional.
- Los guardianes auxiliares encargados de la defensa del Estado, correspondientes al alma irascible.
- Los productores, en relación con el alma concupiscible.
- los productores tendrán que tener templanza o moderación
- los guardianes auxiliares, fortaleza.
- los gobernantes, prudencia.
Las causas de que dichos grupos sociales han de atender a su función y virtud específicas son:
- una simple razón de carácter práctico: si cada uno se dedica a aquello para lo que ha sido preparado obtendremos mejores resultados.
- una razón de carácter teórico: solo existirá la armonía cuando las funciones estén bien determinadas.
Por consiguiente, la justicia social consiste en la realización de las funciones propias de cada grupo y que cada grupo social sea consecuente con la virtud que le es propia.
Dado que la prudencia proviene del conocimiento se pueden obtener 2 conclusiones:
En cuanto a una posible finalidad del Estado, para Platón esta consiste en educar a los ciudadanos en la justicia y la virtud, con lo que conseguirán la felicidad.
Así, diseña un sistema educativo en el que distingue 2 etapas:
Plantea la igualdad absoluta entre hombres y mujeres para acceder a cualquier posición social. Afirma además que la clase de los gobernantes y de los guardianes auxiliares no podían tener propiedad privada ni familia, para evitar que el egoísmo y la ambición los convirtiera en tiranos.
Platón posteriormente renuncia a una parte de estos planteamientos utópicos en diálogos como Las Leyes o Político. Así afirma que es muy difícil obtener sabios de esta forma (por sorteo) y, por consiguiente, es muy difícil encontrar quién gobierne las polis; de ahí deduce la necesidad de mantener las leyes. No obstante, mantuvo siempre la afirmación de que debe ser la razón la que gobierne y que el único medio que nos puede llevar a la justicia, y por tanto la felicidad, es la educación.
1.4 Aristóteles.-
1.4.1 Naturaleza y causalidad.
Aristóteles realizó la siguiente división de las ciencias teóricas:
El tema de la naturaleza es tratado por Aristóteles tanto en la física como en la ontología. En general, sigue los planteamientos platónicos, pero difiere en la teleología o finalidad del Universo.
En Platón, la finalidad del Universo es una finalidad externa, está en el mundo de las ideas, que el demiurgo intenta plasmar: es precisamente la idea de bien. Se trata pues de una finalidad externa o teleología inmanente.
Aristóteles, sobre todo en sus estudios de biología, llega a la conclusión de que cada ser tiene un orden, un plan interior, su función en la naturaleza. Se separa pues en este aspecto de Platón, pues defiende una finalidad interna o teleología inmanente. Deja de un lado, aunque sólo por el momento, el mundo de las ideas.
También se ocupa del movimiento o cambio. Ya vimos como Parménides dice que no es posible el movimiento, porque supone el paso del ser al no ser. Platón lo soluciona afirmando que el mundo "realmente real", el de las ideas, es inmutable, aunque el mundo físico irreal aparezca como cambiante y dinámico. En cierto sentido da la razón a Parménides porque sigue admitiendo que el movimiento no existe en el mundo real.
Aristóteles introduce una distinción para poder explicar el movimiento. Así el NO SER puede ser:
El cambio en el no ser absoluto no es posible, pero sí en el no ser relativo, y supondrá el paso de lo que se es ahora -lo que se es en acto- a lo que se puede llegar a ser -lo que se es en potencia-.
Distinguió 2 categorías:
De acuerdo a esta clasificación, Aristóteles distinguió 2 tipos de movimiento o cambio:
Analizando el movimiento nos encontramos con que siempre intervienen estos elementos:
Así, en un momento dado, los cuerpos están constituidos por la asociación íntima de materia y la forma: constituye la llamada teoría hilemórfica de la materia.
La forma es también, según Aristóteles, principio de actividades y operaciones. Es decir, de acuerdo con la forma, la materia tendrá unas determinadas actividades, que permitirán catalogarla en distintas especies. Es a lo que llamó naturaleza -el conjunto de operaciones que le son propias según la forma sustancial-.
La asociación entre forma y materia es, en oposición con Platón, natural. La forma es interna, propia, intrínseca de la materia: presentan una unión íntima que denominó Synolón.
Aristóteles define la forma y la materia como causas intrínsecas, entendiendo por causa cualquier elemento que sirve para explicar un proceso. Sin embargo, con estas causas intrínsecas no podemos explicar todos los procesos, y añade unas causas extrínsecas: causa agente o eficiente (aquello que produce el cambio o movimiento) y causa final (finalidad del proceso).
En los seres naturales, o seres vivos, coinciden la causa formal, agente y final, y ésta es la actualización de las formas, es decir, todos los mecanismos biológicos (herencia genética, perpetuación de la especie, ...) tienen como objetivo transmitir la forma. Volvemos pues a la noción de teleología inmanente, a una finalidad intrínseca.
1.4.2 Virtud y felicidad.
Recordando los planteamientos de Platón, vemos que existen 2 nociones de alma:
Para Aristóteles el alma individual no es inmortal, y defiende una unión natural entre cuerpo y alma. Sin embargo, en semejanza con las ideas de Platón, afirma que existe un alma común o entendimiento a todos los seres de una misma especie (un alma humana, un alma canina, ...), que si es inmortal.
Las ideas de Aristóteles sobre la felicidad parten de la afirmación de que ésta constituye el fin de todo ser humano.
Pero, ¿qué es la felicidad? Podemos encontrar 2 respuestas distintas:
Aristóteles, al igual que Platón, se define por ésta segunda opción, identificando la felicidad con la virtud. La concretó como la realización de las actividades que le son propias o específicas a cada ser, de acuerdo con su naturaleza. Aparece pues aquí la teleología inmanente, pues si la felicidad es propia de la naturaleza de cada uno, ésta se ha de buscar en sí mismo, en lo que lo distingue de los demás.
En el caso del ser humano, como la actividad específica del hombre es el pensamiento, la plenitud y la felicidad aparecerá cuando se dedique a la actividad contemplativa. Todos los seres humanos tienen la misma naturaleza, de ahí se deduce que la felicidad sea la misma para todos los hombres.
Sin embargo, Aristóteles se da cuenta que el hombre no es sólo razón, y que por tanto la felicidad humana es limitada. Esto quiere decir que necesita tener cubierta previamente unas determinadas necesidades: tanto bienes corporales, como externos -dinero, ...- o virtudes morales.
¿Qué constituyen para Aristóteles las virtudes? Son hábitos, disposiciones duraderas, que nos permiten actuar en la vida eligiendo el TÉRMINO MEDIO en relación a nosotros mismos. Aclarando el concepto de "término medio", hemos de decir que Aristóteles representó siempre la virtud como término medio (mesotés) de dos vicios, uno por exceso y otro por defecto. Hemos de constatar también como subjetiviza en cierto modo las virtudes ("término medio EN RELACIóN A NOSOTROS MISMOS"). Distinguimos 2 grupos de virtudes:
Para encontrar el término medio entre esos dos extremos por exceso y por defecto utilizamos la prudencia, que puede entenderse como el saber práctico o el buen juicio. Aristóteles destaca esta virtud, junto con la justicia, por encima de las demás.
La justicia constituye para Aristóteles un elemento fundamental en las relaciones interhumanas. Distingue 2 conceptos de justicia:
1.4.3 Carácter comunitario del bien.
Aristóteles trata el aspecto comunitario del bien en 2 libros: la Ética a Nicómaco (partes VIII y IX) y la Política.
Destaca la amistad como elemento fundamental para obtener el bien de forma comunitaria. De ella dice que puede considerarse como una virtud, o al menos, relacionada con éstas, y que es deseable para todo hombre, nadie la va a rehusar. Se define como cualquier relación que está fundamentada en la solidaridad o en el afecto. De todo esto se desprende que el hombre es un ser social por naturaleza.
Distinguimos 3 tipos de amistad:
Las 2 primeras desaparecen cuando desaparece el placer o la utilidad, de modo que la verdadera amistad es la amistad por bien, ya que es la única enraizada en la naturaleza humana.
El hombre no puede desarrollar las virtudes ni la felicidad si no es en sociedad, por 2 razones:
El desarrollo político que Platón planteó de una forma utópica se basaba en un gobierno ideal, en el que quedaba reflejada la estructura misma del alma. Aristóteles no imita esta formar de pensamiento teórico para después intentar aplicarlo en la práctica, sino que sigue un procedimiento deductivo:
Realizó un estudio bastante extenso de las Constituciones existentes y distinguió 3 grandes grupos de formas de gobierno:
Todos estos sistemas deben buscar el bien y la felicidad de todos. Cuando esto no ocurre aparecen perversiones o degeneraciones:
Aristóteles insinúa que el gobierno ideal puede ser el de una clase intermedia. De cualquier forma, afirma que cualquier forma de gobierno es buena si respeta la felicidad, el bien y utilidad de todos.
Un gobierno que actúe correctamente ha de cumplir:
Posteriormente precisó estos criterios:
Como diferencias con Platón, no predicó una comunidad de propiedad y de familia entre los gobernantes.
COMENTARIO DE TEXTO
"Ética a Nicómaco" (libro II) de Aristóteles
La ética a Nicómaco constituye una de las 3 obras de Aristóteles -junto con la Ética a Eudemo y Gran Ética- en las que eleva a la ética a la categoría de disciplina filosófica y realiza un examen de relaciones entre la vida teórica y la vida práctica.
Parece que su nombre se debe a un hijo del filósofo, a quién va dedicada la obra, o tal vez a su padre, Nicómaco de Estagira, Médico de Filipo. El libro representa el último estadio del pensamiento moral de Aristóteles; sus características principales son la firmeza de pensamiento y el carácter sistemático y metódico de conjunto. No en vano, está destinada a fines didácticos y debió ser profesada en el Liceo. En este sentido no coincide con Sócrates en el planteamiento de sus obras en forma de diálogo, aunque como veremos posteriormente comparte en gran medida su Intelectualismo moral.
Señalemos algunos perfiles generales del libro. La felicidad es considerada como el fin supremo de la actividad humana, y la virtud es definida como un término medio entre 2 extremos; las nociones de lo voluntario y lo involuntario, analizadas con precisión, permiten conocer mejor la naturaleza propia de la virtud. Un minucioso estudio de las principales virtudes muestra un notable conocimiento de los aspectos más diversos de la psicología práctica: una distinción fundamental opone las virtudes intelectuales (como la prudencia) a las virtudes morales (fuerza, templanza, justicia).
La obra consta de 10 partes o libros, que tratan de los siguientes temas:
Centrémonos ahora en el libro II que nos proponen comentar. Como se ha dicho, explica la naturaleza de la virtud humana, su definición como "término medio", que ha de ser buscado a través de la frónesis, prudencia o moderación, y en relación con el placer y el dolor -ya que la acción humana está seguida de éstos sentimientos-. Estudiando las virtudes llega a la conclusión de que no son ni meras pasiones ni facultades, sino disposiciones adquiridas y permanentes, modos de ser. Como resumen, hemos de tener en mente la definición de virtud a la que llega Aristóteles: La virtud es una disposición voluntaria adquirida que consiste en un término medio, en relación con nosotros, entre 2 vicios -uno por exceso y el otro por defecto-, definida por la razón y en conformidad con la conducta de un hombre consciente.
2. Racionalismo y empirismo.-
2.1. El Renacimiento: ciencia y humanismo en el origen de la modernidad.
El Renacimiento hemos de entenderlo como consecuencia de la crisis del siglo XIV que significa el fin del feudalismo y el comienzo del mundo burgués. Le Golf afirma que esta crisis se debe al límite de la tecnología medieval (artesanía) para responder a las nuevas necesidades que se le plantean.
Hacia 1300 o 1350 surge una crisis social por las epidemias de peste: las gentes se refugian en los burgos produciéndose una concentración de la población. Se estanca y paraliza la agricultura debido a esta reducción de la mano de obra por las epidemias y las migraciones.
Ante esta situación, el régimen feudal (basado en el pacto entre el señor y el vasallo por el cuál éste le trabaja la tierra y el señor le defiende) cae y el señor feudal se ve obligado a comprar la mano de obra. Surge entonces la burguesía, concepto que en un principio se refiere a los habitantes de los burgos -ciudades- venidos del campo, que pasó a designar una nueva clase social que, frente a la aristocracia, busca la fuente de riqueza en el trabajo, bajo la afirmación de que el hombre vale lo que produce.
Con los finales de la crisis, la población demuestra una actitud de búsqueda y desarrollo de los deseos de vivir. En este clima surgen una serie de fenómenos:
Marx afirmó que es en esta época cuando surge el capitalismo.
Las naciones modernas surgen con la burguesía y son un fenómeno burgués. El poder de los reyes va creciendo en las ciudades, estando las monarquías amparadas por el capital burgués. La transformación del poder y el régimen feudal monárquico trae como consecuencia la unificación de las leyes, que hasta entonces eran múltiples.
Un fenómeno fundamental de ésta época, y que se da preferentemente en el s XV, es la revolución tecnológica, que tiene unas consecuencias que cambian la historia:
El elemento que más vigorizó a la economía fue el descubrimiento de nuevos mercados y la creación de nuevas industrias, posibilitado en parte por la caída de los turcos. Se crean ligas comerciales en los Países Bajos y las primeras colonias. Se crea el mercado de África y concluye el descubrimiento de América, entrando nuevos productos y metales preciosos. Se comienza a implantar la industria metalúrgica, relojera y cristalería, que desbancan el predominio textil.
Todos estos cambios tecnológicos poseen una serie de consecuencias económicas, políticas e ideológicas; pero, especialmente, un cambio profundo de la actitud del hombre frente al mundo.
Con el Renacimiento aparece el naturalismo, que valora la naturaleza y la vida sensible; esto hace que se dinamice el trabajo para poder gozar posteriormente de la naturaleza. Esta actitud naturalista aumenta la curiosidad intelectual, la valoración del lujo, los viajes, las exploraciones y todo lo que represente contacto con lo natural. Se comienza a valorar el paisaje y a humanizar el arte. La cultura se va haciendo progresivamente laica e independiente de la autoridad eclesiástica y de los dogmas religiosos.
Las pruebas de este naturalismo y de su cultura laica son:
El núcleo ideológico del Renacimiento es el Humanismo, que podemos definir como la nueva cultura que surge a partir del s XV que se centra en el hombre (antropocéntrico) y que tiene como finalidad al hombre (antropotélico). Los temas más importantes que desarrolla el humanismo son: El tema del sujeto y de su libertad, la relación del sujeto con Dios, y la relación del sujeto con el mundo y la naturaleza. El Renacimiento se va a destacar por la vuelta a los ideales grecolatinos y por la interpretación libre de la Biblia.
Como grandes humanistas podemos destacar: Leonardo da Vinci, Tomas Moro y Pico della Mirandola.
A ellos, sobre todo Pico, se debe la ruptura con la filosofía medieval. Así destacamos los planteamientos:
Vemos como hay una confianza plena en el hombre y sus capacidades.
Frente a esta revolución humanista surge una reacción: el protestantismo de Calvino, Zuinglio y Lutero; sostienen que el hombre tiene tendencia al mal y que su destino es condenarse, negando todo tipo de libertad.
Como consecuencia, la filosofía confluye en 2 posturas:
Hemos de destacar los sorprendentes avances en Astronomía. El sistema geocentrista ideado por Ptolomeo y modificado continuamente para ponerlo de acuerdo con la observación, se había hecho tan complicado que era absolutamente necesaria una interpretación más sencilla de los movimientos planetarios. En unos 100 años, un sabio enciclopédico -Copérnico-, un observador incomparable -Brahe-, y un matemático lleno de imaginación intelectual -Kepler- resolvieron el problema planteado 2000 años antes por los griegos, sustituyéndose el sistema de explicación ptolemaico por otro heliocentrista.
Los problemas mecánicos planteados por la nueva astronomía no podían ser resueltos por la mecánica de Aristóteles. Los aristotélicos vieron en este hecho una argumentación contra la nueva astronomía, pero Galileo y Newton demolieron sus objeciones con una mecánica científica moderna y ordenada.
2.2 Descartes (1596-1650)
Descartes es el padre de la filosofía moderna. Sus
obras más importantes son:
Su filosofía surge en el siguiente contexto:
Intenta superar los 2 grandes prejuicios medievales en el tema del conocimiento:
2.2.1 Razón y método: el criterio de verdad.
Para Aristóteles había diversidad de ciencias, y cada una de ellas se diferenciaba de las demás por un objeto formal propio y un método específico; esto originaba distintos géneros del saber que, según Aristóteles eran incomunicables. Por ejemplo: la aritmética y la geometría; la primera tiene por objeto formal propio lo discontinuo; y la segunda, lo continuo; ambas eran incomunicables.
Sin embargo, Descartes rechaza tal principio de incomunicabilidad de los géneros, por considerar que el saber humano no se diversifica por la distinción de objetos formales, pues siendo la razón una, el saber del hombre es uno sin admitir límites interiores. En el caso de la aritmética y la geometría, la comunicación que genialmente estableció Descartes, por medio de la geometría analítica, hizo posible la liberación de la matemática del sometimiendo a los sentidos motivado por los planteamientos intuicionistas de Aristóteles.
La comunicación de todos los saberes, fundamentados todos en los mismos principios, supuso el surgir de toda una forma nueva de hacer ciencia, la ciencia moderna, y de un método único.
Además, la comunicación de los saberes permitió que algunos ámbitos del saber estancados por su sometimiento al método de observación sensorial (como la física), fuesen fecundados por procedimientos más exactos y rigurosos. Así, la geometría analítica sustituye una concepción empírica del espacio, por una concepción algebraica, es decir, meramente intelectual, que propicia la liberación del pensamiento de su vinculación con lo concreto y particular. Esta es la esencia del racionalismo cartesiano, el pensamiento separado e independiente de lo corpóreo. Para Aristóteles hubiera sido absurdo hablar de un espacio real no observable por los sentidos, o, al menos, no imaginable.
Una de las premisas del pensamiento de Descartes es la sumisión a un método cuidadosamente elegido, aunque esto no es original, pues ya en Platón hay una gran preocupación por los asuntos de método. En Descartes nos encontramos con 3 momentos del método:
1. El método como camino de búsqueda de la verdad: la duda metódica.
En primer lugar hemos de decir que Descartes no es un escéptico, no considera la duda como un estado definitivo sino como una situación transitoria para alcanzar la verdad: es una duda metódica y constructiva, es decir, como instrumento para superar la duda misma. Naturalmente no se propone dudar de cada una de las ideas, algo imposible, sino que cuestiona cada uno de los fundamentos de estas ideas.
Para Descartes solamente podremos llegar a la verdad cuando se llegue a una realidad de la que no podamos dudar, algo de lo que tengamos absoluta certeza.
- Descartes comienza dudando de los sentidos, por un hecho patente: éstos me engañan alguna vez, luego he de pensar que pueden engañarme siempre.
- Cuando sueño siento la existencia de las cosas igual que en la vigilia y, sin embargo, no existen. La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia presta la posibilidad de dudar también de la existencia de las cosas. Sin embargo es cierto que, aún fuera del estado de vigilia, hay verdades que prevalecen, las matemáticas: "Pues, duerma yo o esté despierto, dos más tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados".
- Descartes introduce un nuevo motivo de duda: la hipótesis de que puede que Dios haya puesto en mi mente estas ideas con la intención de engañarme. Pero existiría una posible objeción a esta hipótesis: podría repugnar a la voluntad divina el querer engañarme. Para evitar equívocos con la fe, Descartes sustituye la denominación de Dios engañador por Genio maligno, un ser todopoderoso que tiene la voluntad de engañarme en todo lo que pienso. Con esta hipótesis ahora parece que no puedo tener nada por cierto sin correr el riesgo de ser engañado; incluso con las verdades matemáticas puede ocurrir que "haya querido que me engañe cuantas veces sumo dos más tres, o cuando enumero los lados de un cuadrado".
Con todo este proceso de duda , desarrollado en la 1� Meditación Metafísica, Descartes persigue, como hemos dicho, llegar a una verdad absoluta, eliminando los prejuicios (algo parecido a la ironía socrática).
Llegado a este punto, en la 2� Meditación Metafísica, Descartes aplica la duda a la propia duda. Y es entonces cuando encuentra un elemento que prevalece a la duda. Si dudo que dudo es indudable que sigo dudando. El hecho de dudar, aunque me esté engañando, siempre puedo tener la certeza de que estoy dudando. Y dudar o engañarse implica necesariamente que estoy pensando; y si estoy pensando es indudable que estoy existiendo. Por tanto estamos ante la primera verdad indubitable, la de mi propia existencia como verdad pensante, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento:
Pienso, luego existo (Cogito, ergo sum)
Ya en su tiempo Descartes recibió la objeción de que el cogito era la conclusión de un silogismo -a los que precisamente Descartes quiere evitar en su intento de ruptura con la filosofía medieval- cuya premisa mayor (sobreentendida) sería "todo lo que piensa existe", la premisa menor "yo pienso", y la conclusión "yo existo". Pero Descartes no aceptó este planteamiento, ya que, según él, "cuando alguien dice pienso, luego existo, no infiere su existencia del pensamiento como si fuese la conclusión de un silogismo, sino como algo notorio por sí mismo, contemplado por simple inspección de espíritu. Ello es evidente, pues, si la dedujese mediante un silogismo, tendría que haber establecido antes esta premisa mayor: todo lo que piensa es o existe. Y, muy al contrario, a esto último llega por sentir él mismo en su interior que es imposible que piense si no existe." Conviene resaltar como aquí Descartes señala que la idea de existencia es verdadera porque se le manifiesta al espíritu "como algo notorio por sí mismo". Este va a ser, como veremos en el siguiente apartado, el criterio de verdad defendido por Descartes.
2. El método como criterio de verdad: la evidencia (claridad y distinción)
Es en la 2� parte del discurso del método donde Descartes establece su criterio de certeza.
Una vez establecida una verdad indubitable, a partir de la cual va a construir todo el conocimiento, Descartes realiza una profunda meditación analítica del cógito: por él la duda desemboca en la evidencia de la realidad del pensamiento. El contenido inmediato del cógito es la realidad existencial del sujeto pensante: la duda puede afectar a todos los contenidos del pensamiento, pero no puede afectar al yo donde estos contenidos están. Intuimos la existencia de un yo cuya esencia es ser pensamiento. En esto precisamente consiste intuir, en percibir conexiones necesarias, evidentes. Para poder intuir conexiones necesarias entre ideas, es preciso que éstas sean simples, pues sólo la relación entre ideas simples puede ser también simple. Y sólo de lo simple hay verdadera intuición. El resto del conocimiento es deducción.
Por tanto, se tiene certeza de toda verdad que se obtenga por medio de una intuición clara y, además, distinta.
Precisemos las nociones de claro y distinto para Descartes:
- Una idea clara es aquella que se presenta de forma manifiesta a un espíritu atento.
- Una idea distinta es aquella tan precisa y diferente a todas la demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que la considera como es debido.
Nos encontramos con que Descartes realiza la siguiente división de las ideas:
- Compuestas: deducción a partir de varias ideas simples.
- Facticias: provienen como resultado de otras ideas
- Innatas: pertenecen propiamente a la mente humana.
Para Descartes las ideas constituyen los elementos básicos del conocimiento: no conocemos sino ideas. Y al considerarlas como dotadas de realidad, puede plantearse la cuestión de la causa de tal realidad, planteamiento que permitirá, como veremos resolver la cuestión de la existencia de Dios.
3. El método como crecimiento orgánico de la verdad: reglas de crecimiento de la razón.
Las reglas del método de crecimiento de la razón las compendia Descartes en sus famosos cuatro preceptos del correcto pensar, expuestos en el Discurso del Método. El primero expresa la necesidad de precaución, de decir, partir de intuiciones claras y distintas para efectuar las posteriores deducciones, para garantizar así la fiabilidad del conocimiento. El segundo y el cuarto representan lo más genuino del método matemático, pues indican la necesidad de proceder por análisis y síntesis; para tener garantía de la verdad de nuestras síntesis, hemos de asegurarnos que la unión de una naturaleza simple con otra sea necesaria. El tercer precepto es una apelación a la necesidad de proceder ordenadamente, un orden desde lo simple a lo compuesto.
La novedad de Descartes y su época está en la entronización del método matemático. No es que la filosofía extrapole para sí el método matemático, sino que la metafísica tiene el derecho a hacer propio el método más apto para el conocimiento humano. Y este método es, precisamente, el matemático. Pero entendiendo la matemática no reducida a meros problemas matemáticos, sino la matemática como aplicación a la razón (Mathesis Universalis, como dijo Descartes) y no al revés. Pero, ¿en qué estriba la superioridad del método matemático? La superioridad proviene de la simplicidad de su objeto, dado que para Descartes el fundamento de evidencia y certeza, está, en que el conocimiento intuitivo es absoluto -pues de lo simple, que es conocido por sí en su totalidad, no puede obtenerse falsedad alguna, pues el error proviene de la composición, es decir, del juicio-.
A partir de la intuición de lo simple, se induce-deduce todo lo demás. Está patente pues la renuncia de Descartes a la lógica clásica (silogismos aristotélicos), por considerarla como meramente explicativa de lo sabido, no inventiva.
2.2.2 Estructura de la realidad. Teoría de las 3 sustancias.
Descartes comparte la misma definición de sustancia de otros racionalistas: la sustancia es aquello que existe por sí mismo y no necesita de otra realidad para existir.
Para él existen 3 tipos de sustancias:
1.- Sustancia Pensante
El mecanismo de demostración de la sustancia pensante lo hemos visto ya con el análisis del cogito. Todas las características que podamos atribuir al yo (cuerpo, alma, ...) sólo nos queda, después de la duda, el pensamiento: el yo es res cogitam, sustancia pensante.
"...hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede separarse de mí. Yo soy, yo existo; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de pensar, cesaría al mismo tiempo de existir. No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: así, pues, hablando con precisión, no soy más que una cosa que piensa."
2.- Sustancia Infinita
La demostración de la existencia de Dios la realiza Descartes en su 3� Meditación Metafísica. Descartes recurre a Dios como garantía de verdad, puesto que hasta ahora su filosofía se había quedado circunscrita a la idea del cogito, sin posibilidad de avance.
Descartes utiliza dos pruebas para demostrar la existencia de Dios:
- Prueba de la casualidad aplicada a la idea de Dios o infinito. Todos tenemos en nuestra mente la idea de infinito, o Dios, que para él es innata. Esta idea no la puede haber generado el propio hombre puesto que es un ser finito, imperfecto. Por tanto, debe existir una causa que sea proporcional a la naturaleza de la idea: Dios.
A continuación, Descartes se anticipa a posibles objeciones hacia este argumento y les pasa revista ofreciendo su refutación.
La primera objeción vendría a sostener que la idea de infinito se podría formar a partir de la negación de la de finito. Pero para Descartes esto no es válido, puesto que la idea de infinito es mucho más perfecta que la idea de finito, al ser clara, distinta e innata.
Una segunda objeción podría ser que la idea de Dios podría ser materialmente falsa, entendiendo por materialmente falsas a aquellas ideas que representan como siendo, algo que no es realmente. Descartes rechaza esta objeción aduciendo que la idea de Dios es clara y distinta, y por tanto, verdadera.
La tercera objeción considerada por Descartes sostiene que la idea de infinito se podría formar partiendo de una progresión infinita de la idea de finito. La respuesta de Descartes es clara: la idea que formaríamos de ese modo sería la de un infinito en potencia, pues cualquiera que fuese el grado de conocimiento que consideráramos siempre se podría pensar un grado más alto; pero la idea de Dios designa un infinito en acto, sin que pueda añadirse nada a su perfección;
En cuarto lugar, Descartes se plantea, como posible objeción, la posibilidad de que mi propia existencia, que es evidente por el cogito, no implique otra existencia divina, como parece exigir la idea de infinito. Habrá, entonces, que preguntarse ¿de donde proviene mi existencia?. Sin recurrir a la divinidad caben 3 posibilidades: 1) de mí mismo; 2) de mis padres, 3) de otra cosas menos perfectas que la divinidad. De mí mismo no podría ser pues, entonces me habría otorgado todas las perfecciones que conozco, es decir, sería Dios. De mis padres tampoco podría ser, porque en tal caso habría que preguntarse de nuevo de donde toman estos la idea de infinito, si a su vez de sus padres, y así infinitamente, lo que para Descartes no es lícito ("..no puede procederse al infinito, pues no se trata tanto de la causa que en otro tiempo me produjo, como de la que en el presente me conserva"). Desechados el yo y los padres como posible causa de mi idea de infinito y de mi yo mismo, queda por analizar si podría ser una concurrencia de causas, de manera que cada una de las perfecciones que se atribuyen a Dios fuese representada en mí por una causa distinta, y de la confluencia de todas esas causas distintas yo formaría la idea de Dios. Descartes declara imposible esta opción porque lo principal que concibo en Dios es su unidad y su simplicidad, noción que no puedo formar a partir de la pluralidad.
- Argumento ontológico. Realizada ya anteriormente por S. Anselmo, es retomada por Descartes en su 5� Meditación Metafísica. La idea de Dios es la de un ser perfecto, es decir, de un ser mayor del cual no puede ser concebido otro. La existencia es una cualidad de la perfección; por tanto, si Dios es perfecto tiene que existir.
Recordemos que Descartes decía que las verdades matemáticas eran siempre ciertas independientemente de que estemos en estado onírico o no, al menos de que existiera un Genio Maligno que las hubiese puesto en nuestra mente con la intención de confundirnos. Logrado demostrar la existencia de un Dios Omnipotente, queda eliminada la hipótesis del Genio Maligno, por contradictoria con la existencia un Dios Omnipotente. Del mismo modo, tal Dios no podría engañar al hombre, puesto que el engaño, el error, son un defecto, un no-ser, que no pueden ser el resultado de la acción de un ser Omnipotente.
Por tanto, si Dios va a ser garantía de verdad, toda idea matemática, clara, simple, innata o evidente es verdadera.
3. Sustancia extensa.
La demostración de la existencia de la res extensa la realiza Descartes en la 6� meditación metafísica. Su demostración es más difícil porque la información de éstas nos proviene de los sentidos y ya vimos como Descartes destaca en éstos su facultad de engañar.
Partimos de que ya se ha demostrado la existencia de Dios y que cualquier idea clara y distinta es verdadera.
Descartes realiza los siguientes pasos para llegar a la demostración de la sustancia extensa:
2.3 Locke y Hume
Locke y Hume constituyen, junto a Berkeley, los máximos representantes del empirismo. Se conoce como empirismo la doctrina filosófica que se desarrolla en Inglaterra en parte del siglo XVII y el siglo XVIII, y que considera la experiencia como la única fuente válida de conocimiento. Sólo el conocimiento sensible nos pone en contacto con la realidad. Teniendo en cuenta esta característica, los empiristas toman las ciencias naturales como el tipo ideal de ciencia, ya que se basa en hechos observables.
John Locke (1630-1704) cursó estudios de teología, química y medicina en Oxford. Allí entró en contacto con la doctrina escolástica y la teoría de Descartes. Es la formulación clásica del empirismo inglés. Parte del principio de que todo conocimiento, incluso el abstracto es adquirido, y se basa en la experiencia, rechazando las ideas innatas. El objeto de conocimiento son las ideas, definidas como contenido del entendimiento y sin ningún carácter ontológico, ya que son el resultado directo de la sensación o la reflexión (ideas simples), o el resultado de la actividad asociativa de la inteligencia humana (ideas compuestas). No representa un empirismo radical y acepta el conocimiento por demostración, no fundamentado en la experiencia, (como la demostración de la existencia de Dios por el argumento cosmológico o teleológico), y la validez de conceptos originados por el sujeto (como los matemáticos o geométricos).
Sus obras más importantes son:
David Hume (1711-1776) estudió en un primer momento Derecho, pero pronto se dedicó a la Filosofía. Su filosofía proviene a la vez del empirismo de Locke y del idealismo de Berkeley. Trata de reducir los principios racionales (entre otros la casualidad) a asociaciones de ideas que el hábito y la repetición van reforzando progresivamente., hasta llegar, algunas de ellas, a adquirir una aparente necesidad. Por lo tanto, las leyes científicas sólo son para los casos en que la experiencia ha probado su certeza. No tienen, pues, carácter universal, ni es posible la previsibilidad a partir de ellas. La sustancia, material o espiritual no existe. Los cuerpos no son más que grupos de sensaciones; el yo no es sino una colección de estados de conciencia. Es el fenomenismo.
Sus principales obras son:
2.3.1 Crítica al innatismo y al concepto de causa
El empirismo supone una crítica a los racionalistas bajo el supuesto que la razón tiene carácter ilimitado, e incluso el propio proceso irracional puede producir cualquier tipo de conclusión. La razón por sí misma no tiene fundamento y funciona a partir de supuestos. Por tanto, sólo se considera válido los conocimientos adquiridos mediante la experiencia.
Recordemos que según Descartes las ideas pueden ser innatas, adventicias y facticias. De todas éstas las que para Descartes confieren mayor fiabilidad son las innatas; a partir de éstas, los racionalistas fundamentan la realidad, demostrando la existencia del Yo, Dios y el mundo.
Los empiristas entienden por ideas todo aquello que es objeto de conocimiento; Locke incluirá las percepciones, mientras que Hume no. Tanto Locke como Hume admiten un subjetivismo del conocimiento y sostienen que no conocemos realmente la realidad, sólo las ideas sobre ésta.
Locke sostiene, contra la teoría de las ideas innatas de Descartes, que todos nuestros conocimientos tienen su origen en nuestra experiencia, tanto externa (a través de los sentidos), como interna (a través de la razón) -para él, al nacer, nuestra mente es como una hoja en blanco que se irá llenando con nuestra experiencia-.
Demuestra la inexistencia de las ideas innatas tanto teóricas como prácticas en las partes 1� y 2� del Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Afirma que si existieran ideas o principios innatos todo el mundo las poseería (niños, idiotas,...) y además todos tendríamos los mismos conocimientos. La idea de Dios, por considerarse innata, tampoco existirá y por tanto no tenemos asegurado una certeza de verdad en las demás ideas.
Locke respeta el cogito cartesiano: Pienso, luego existo. Por tanto, del YO tenemos certeza intuitiva.
Para demostrar la realidad extramental, recurre a la casualidad. De DIOS no tenemos una idea innata pero su existencia se puede demostrar mediante la casualidad, porque es el creador del mundo y de nosotros; tenemos pues certeza demostrativa. Del MUNDO tenemos la certeza de que es la causa de nuestra impresiones; se trata pues de una certeza sensitiva.
Hume representa un empirismo más radical. No acepta el concepto de ideas de Locke y Descartes, puesto que afirma que nuestro conocimiento se basa en:
El criterio de certeza de las ideas para Hume es simple: una idea será verdadera cuando provenga de una impresión, cuando podamos señalar la impresión de la que proviene.
Según este criterio podremos tener certeza de las ideas actuales que se correspondan a una impresión, o aquellas ideas coincidentes con impresiones pasadas.
No tenemos pues certeza de las ideas futuras puesto que carecemos de impresiones. Aún así, en nuestra vida cotidiana creemos tener certeza de lo que pueda suceder en el futuro:
Llueve� la calle se mojará
Lo que hacemos es que establecer una conexión necesaria entre 2 hechos: se han de producir unos hechos (efecto), porque antes se han producido otros (causa). Pero si aplicamos estrictamente el criterio de verdad, no advertimos ninguna condición necesaria y por lo tanto no podemos tener certeza de que el hecho será cierto. Lo que ocurre es que tenemos una sucesión de impresiones anteriormente repetidas, pero que es incomprobable que vuelva a suceder.
Y aunque esto nos pueda ser útil en la vida cotidiana, dice Hume, lo que no podemos hacer de ninguna forma es utilizar la casualidad para pasar de una impresión a algo de lo que carecemos de impresiones. Por ejemplo:
Dios es la causa de nuestra existencia
Nuestra existencia |
Dios |
EFECTO |
CAUSA |
Impresión |
Algo de lo que no tenemos impresión |
Y como no tenemos ninguna impresión del YO, DIOS o el MUNDO, no es válido el argumento de casualidad, y por lo tanto no podemos tener certeza de que existan.
Para Hume sólo podemos quedarnos en una sucesión de simples fenómenos: es pues fenomenista.
2.3.2 Origen y constitución de la experiencia.
Para los empiristas, el origen de nuestro conocimiento es la experiencia.
Las ideas de las sustancias con las que nosotros tenemos contacto son incognoscibles, pero dichas sustancias han de existir puesto que son la causa y la unidad de las cualidades sensibles.
Supongamos que tenemos ante nosotros un objeto cualesquiera; de él podemos percibir unas determinadas cualidades: su color, su olor, el tamaño,... Pero lo que realmente no podemos llegar a percibir es la esencia de ese objeto, su sustancia. ¿Será ese objeto la suma de las cualidades perceptibles (sabor, color, olor, ...)? No, porque podremos cambiar algunas de esas cualidades y seguir teniendo la misma sustancia (una rosa por ejemplo seguirá siendo una rosa aunque no huela, o aunque esté de color marchito). Sin embargo, nosotros imaginamos que hay una estructura, igual para todos las rosas, que es el soporte de las cualidades sensibles, que le da unidad y a la vez es causa de dichas cualidades sensibles.
Hume no acepta las mismas nociones de idea y casualidad, lo que le lleva a afirmar que la existencia de la sustancia es indemostrable; para él los fundamentos de la experiencia serán distintos, aunque coincida con otros empiristas en que el límite de nuestro conocimiento es la experiencia sensible.
Hume hizo una distinción entre 2 modos de conocimiento, aunque dejando claro que cualquier conocimiento proviene en última instancia de la experiencia:
Aún así, es cierto que los juicios analíticos no se relacionan directamente con las experiencia. Todas las ciencias formales (lógica, matemáticas) están formadas de juicios analíticos.
Admitiendo la distinción entre impresiones e ideas, partiendo del criterio de verdad (sólo son verdaderas aquellas ideas de las que podamos tener impresiones), y partiendo de que las ideas analíticas son el resultado de procesos mentales sin relación directa con las percepciones, llega a la conclusión de que el límite del conocimiento no es como en Locke el conocimiento sensible unificado por las 3 sustancias (Yo, Dios, Mundo), sino que nuestro conocimiento de la sustancia es inválido porque está basado en la casualidad. Por tanto, si rechaza las sustancias y el principio de casualidad, nuestra experiencia no se puede constituir o unificar. Solamente, dice Hume, podemos captar la continuidad o contigüidad de las impresiones a través de la memoria, y conocer fenómenos que no mantienen entre sí una conexión real. Con esto estamos negando la ciencia, basada en el principio de casualidad (asignar a todo efecto una causa) y reducimos nuestro conocimiento de la realidad a meras impresiones aisladas. Llegamos pues a una postura escéptica, que constituye una corriente filosófica denominada fenomenismo.
2.3.3 El emotivismo moral de Hume.
Está influido por Newton, coetáneo, fundador de la física moderna. Hume, al igual que Newton había hecho con la física, pretende la creación de una ciencia del hombre, del conocimiento humano.
De esta perspectiva es donde Hume estudia la moral. Sus posturas se pueden resumir en 3 planteamientos recogidos en su Tratado sobre la Naturaleza Humana, donde concreta posturas de anteriores filósofos como Shaftesbury y Hutcheson:
Hasta ese momento, sobre todo la filosofía griega, la virtud se había identificado con la razón.
Recordemos que para Hume la razón puede clasificarse en relaciones entre ideas y relaciones entre hechos. Pues bien, ninguna de las dos va a determinar nuestra conducta, la una por no tener en sí misma aplicación concreta, al reducirse a meros universos intelectuales que no se contradicen y que vamos desarrollando; la otra porque por más que observemos un hecho objetivo en la realidad no podemos apreciar el bien ni el mal.
Por tanto reduce a un nivel emotivo la moral. Esta corriente se denomina emotivismo moral, corriente que llega a nuestros días a través del neopontivismo lógico.
En ocasiones no tenemos la sensación de que los juicios morales provengan de los sentimientos. Los sentimientos son unos elementos que se suelen confundir con la razón frecuentemente; esto ocurre porque los sentimientos no son controlables. Hume los considera como algo natural y desinteresado, al contrario de Hobbes que defiende la tesis egoísta. En estos sentimientos influyen los juicios morales; esta es precisamente su función, despertar un sentimiento en los demás.
COMENTARIO DE TEXTO
"Discurso del método" (partes II y IV) de Descartes
El "Discurso del Método para bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias" fue publicado el 8 de junio de 1637 y fue escrito un año antes, en francés, y no en latín, como pretende en principio el autor. En la primera mención que hace Descartes de él un año antes de ser escrito, aparece como un simple prefacio a la Dioptrica y los Meteoros, 2 tratados de naturaleza científica. Posteriormente resuelve añadir un tercer tratado, la Geometría, y en carta a su amigo Mersenne le habla de "una ciencia universal capaz de elevar nuestra naturaleza a su más alto grado de perfección".
Hay críticos que sostienen que el autor no atribuyó al Discurso la importancia que le daría la posteridad, sino que lo consideró tan sólo como la introducción a 3 ensayos científicos que tenían gran valor en sí mismos. No lo creemos, pero cualquiera que fuese la idea del autor, 3 siglos de evolución científica filosófica han mostrado que el Discurso era algo más que un prefacio.
Escrito en una prosa clara y elegante, este estilo sencillo oculta sin embargo una dramática -aunque serena- meditación sobre espinosos temas de la metafísica, gnoseología y metodología. De las seis partes que forman el Discurso del Método, tan sólo la primera, la segunda y la cuarta ofrecen real interés filosófico; el resto tiene interés en la medida que arroja alguna luz sobre las ideas contenidas en las partes mencionadas.
La primera parte de la obra se sientan las bases de una nueva teoría del conocimiento y se indica la ruta que ha de seguir la ciencia al liberarse de la teología y de cualquier otro vínculo que le impidiera su constitución autónoma. Esto contrasta con la descripción que hace Descartes, diciendo que en la primera parte "se hallarán diferentes consideraciones acerca de las ciencias", lo que puede servir de ejemplo de la engañosa actitud de modestia que asume Descartes en todo el escrito.
La segunda parte contiene las famosas 4 reglas del método, precedidas por una crítica a la lógica clásica, y en particular al silogismo, que revela la ruptura de Descartes con el pensamiento metodológico tradicional.
En la 4� parte indica como llegó a la primera verdad - "pienso luego existo"-, cómo puede extraerse de esta proposición el criterio de verdad, y cual es la naturaleza de nuestra alma para rematar con la demostración de la existencia de Dios.
En las demás partes, que, según lo dicho, tienen una importancia meramente refleja, se examinan temas muy diversos. En la tercera expone Descartes su moral provisional, cuestión que no volverá a tocar sino accidentalmente en ninguna de sus obras posteriores. En la quinta, resume las cuestiones que contenía su tratado sobre El Mundo -que decidió no publicar debido a la condena de Galileo-, y expone en particular la constitución y el movimiento del corazón, y la diferencia entre el alma humana y la de los animales. En la sexta y última parte nos dice el autor qué cosas juzga necesarias para proseguir en la investigación de la naturaleza y nos revela las razones que le impulsaron a escribir y publicar la presente obra.
Con el Discurso se inicia en rigor la filosofía moderna. Es cierto que los demás escritos de Descartes le dieron una mayor significación, pero, en verdad, todas las obras publicadas con posterioridad desarrollaron ideas que estaban contenidas, a veces esquemáticamente, en el Discurso. Puede tomarse pues este escrito como expresión de la totalidad del pensamiento de Descartes.
El aporte del Discurso del método es múltiple, pero admite su reducción a dos elementos fundamentales: afirmación de la razón como criterio fundamental de verdad y fuente primera de conocimiento, y descubrimiento de la conciencia como realidad primera y punto obligado de partida del filosofar. Por tal razón, Descartes está a un mismo tiempo a la cabeza de 2 movimientos fundamentales de la filosofía moderna: el racionalismo y el idealismo. La influencia del pensamiento cartesiano en la filosofía contemporánea es honda y extendida.
3. Filosofía de la Ilustración.-
3.1 Características generales de la Ilustración.-
La Ilustración fue un movimiento ideológico, no solamente de carácter filosófico, sino cultural en el sentido amplio, que impregnó todas las actividades literarias, artísticas, históricas y religiosas. Se extiende y desarrolla durante el siglo XVIII, que suele denominarse "Siglo de la Ilustración" o "Siglo de las Luces".
Tiene lugar en la época de las revoluciones liberales y burguesas; supone una crítica realizada por las clases medias ante el antiguo régimen y una concepción liberal y tolerante en todos los órdenes.
Los países en los que tuvo mayor fuerza y relieve fueron:
Surge el Iluminismo, coincidiendo con la implantación política de la clase burguesa, frente al oscurantismo, un inmediato pasado caracterizado por la ignorancia del pueblo, que han aprovechado los príncipes. La posición iluminista es atreverse a saber, a ser racional, ante una época de ignorancia de la que el propio hombre era culpable; es lo que Kant define como "salida del hombre de una minoría de edad debida a él mismo". En este sentido tenemos manifiestos como el Lessing, padre de la Ilustración alemana, que afirma que preferiría el esfuerzo de encontrar la verdad a tenerla ya en sus manos, o de D'Alambert, que afirma que hay una osadía del espíritu y que ha de surgir una actividad humana, no con fines destructivos, sino de sustituir definitivamente la fe por la razón.
La obra más importante es "La Enciclopedia o Diccionario razonado de la ciencias, de las artes y de los oficios".
Las características del pensamiento pueden expresarse en los siguientes apartados:
Esta autolimitación se concreta en el método de Newton:
- No admitir nada a priori
- Partir de los hechos
- A partir de éstos, buscar regularidades.
Defiende y realiza la tolerancia religiosa y la libertad política. Estos ideales exigen la revolución contra las instituciones feudales y los privilegios sociales y políticos.
La razón es la fuerza a la que se tiene que apelar para la transformación del mundo humano y encaminarlo hacia la felicidad y la libertad, liberándolo de la esclavitud y de los prejuicios. A la razón se opone la tradición. Para los ilustrados, el hombre debe buscar sus modelos en la naturaleza, no como antes usaba la razón bajo la guía ajena a la propia razón. De ahí que el ilumisnismo sea crítico ante la convención y antitradicionalista.
Hay una crítica a la revelación religiosa, a la que oponen la "religión natural", aunque también aparece el ateísmo y el materialismo. También aparece un fuerte anticlericalismo.
El progreso de la razón se encuentra limitado por los sentimientos y las pasiones, que se oponen a la obra liberadora de la razón, ya que apoyan y refuerzan la tradición. El descubrimiento del sentimiento y el análisis de las pasiones es otro de los resultados fundamentales del Iluminismo.
3.2 Historia y progreso del pensamiento ilustrado.-
Todos los temas del Iluminismo francés están tomados del inglés, excepto uno: el tema de la historia.
La primera gran figura de los planteamientos históricos ilustrados es Pedro Bayle (1647-1706), autor del "Diccionario histórico y crítico". Es una colección de los errores cometidos a lo largo del pasado del hombre con el propósito de denunciarlos, que sirve más para destruir y formular dudas que para edificar.
Sin embargo también tiene una conclusión positiva, que Bayle resume diciendo: "no hay nada más insensato de razonar contra los hechos". Constituye una crítica ante la tradición filosófica en sus interpretaciones históricas, sobre todo en actitudes incoherentes y contradictorias en temas como el del mal, la providencia, la libertad o la gracia, en los que se recurre a Dios como explicación. Para Bayle hay que atenerse y ser fiel a los hechos históricos, por lo que es imprescindible la comprobación, es decir, llegar a las fuentes de todo testimonio, a analizarlas críticamente y a rechazar toda afirmación que parezca infundada o sospechosa. Se requiere una objetividad, atenerse a los hechos lo más fríamente posible, sin dejarse influir por el contexto histórico, intereses, etc.
Bayle, sin embargo, no busca un orden histórico, una serie de principios que explique la historia. No ocurre así con Montesquieu (1689-1755), para el que la historia tiene un orden que se manifiesta en leyes constantes. Concibe dichas leyes como la relación necesaria que se deriva de la naturaleza de las cosas; todo ser tiene su ley y, por tanto, también la tiene el hombre. Sin embargo, estas leyes a las cuales el hombre obedece no son necesarias, ya que como ser inteligente, viola continuamente las leyes que Dios ha establecido y cambia las que él mismo establece.
Por tanto el hombre, al ser un ser limitado, es menester que sea dirigido. Montesquieu distingue tres tipos fundamentales de gobierno:
Todo tipo de gobierno se concreta y articula en un conjunto de leyes específicas. Cuando falta a su principio, todo gobierno se corrompe, las leyes se convierten en malas y se revuelven contra el mismo Estado. El crecimiento o la decadencia de las naciones no son fruto del capricho o de la casualidad, sino que tienen sus causas, que son las leyes o principios de la misma historia. Pero estas leyes no tienen ninguna necesidad fatal, ya que están influidas por la libertad de la conducta humana.
La libertad no es inherente a ningún tipo de gobierno, sino solamente de aquellos gobiernos que son moderados, es decir, aquellos en los que el poder encuentre límites que le impidan corromperse. El poder solo puede ser limitado por el poder. Es necesaria la división, en el Estado, de 3 poderes:
La reunión de dos de estos poderes, anula la libertad del individuo o ciudadano porque hace posible el abuso de los mismos poderes.
Montesquieu resaltó las influencias físicas (como el clima) sobre las leyes, el temperamento y las costumbres de los pueblos. Sin embargo, no determinan al hombre sino que dependen de la reacción libre del propio hombre.
Voltaire (1694-1778) quiso dar una interpretación filosófica a la historia a través del concepto de progreso. Partiendo de las enseñanzas de Bayle, defiende una postura antitradicionalista y crítica, depurando los hechos históricos de las interpretaciones fanáticas. Pero Voltaire va más allá: es necesario escoger, de entre todos los hechos históricos aquellos que son más importantes y significativos, las costumbres, con el fin de diseñar una "historia del espíritu humano". La finalidad de la historia es la de resaltar el renacimiento y progreso del espíritu humano, es decir, de los intentos de la razón humana para librarse de prejuicios y erigirse en la guía de la vida social del hombre.
La naturaleza humana permanece inmutable, pero las costumbres son variables, de ahí que Voltaire distinga:
La naturaleza humana es la razón; la costumbre, en cambio, altera el descubrimiento de la razón. El progreso consiste en que las pasiones, donde radican los prejuicios y errores, sean dominados por la razón.
Roberto Turgot (1727-1781) define la historia universal como la consideración de los progresos sucesivos, interrumpidos por frecuentes decadencias, del género humano y el detalle de las causas o condiciones naturales o humanas que los han producido.
Afirma que el progreso de la razón humana consiste, sobre todo en el desarrollo de las artes mecánicas, con las cuales el hombre consigue el dominio de la naturaleza, y en la liberación del despotismo. Pero el progreso se realiza por sí solo, es una fuerza que no hay que ayudar.
Condorcet (1743-1794) reformula las ideas de Voltaire y Turgot acerca de la historia de una forma más optimista: el género humano prevalece en los avatares de la historia, y lo único que cambia son las condiciones de su existencia. El progreso humano podrá ser más o menos rápido pero nunca retrocederá y llevará al hombre a la máxima felicidad posible.
Condorcet estudió las etapas del progreso del hombre, desde la prehistoria, e hizo una previsión para estudiar los progresos futuros, que se reduce a 3 puntos importantes:
Todos estos progresos se realizarán con el triunfo de la razón, que será plasmada en el avance tecnológico. Este avance tecnológico llevará, a su vez, a una prolongación indefinida de la vida orgánica del hombre.
Resumiendo podemos decir que Bayle supuso la primera crítica a la tradición histórica y la adecuación a las fuentes históricas.
La obra de Montesquieu esclareció dos conceptos importantes:
Voltaire, Turgot y Cordonet formularon otros dos conceptos que, juntamente con los anteriores, dan el cuadro que los ilumistas franceses se formaron de la historia:
3.3.- Idea de contrato en la constitución del Estado moderno.
La idea de contrato social se desprende de una concepción optimista de la historia y el progreso, del avance del hombre. Fue J.J. Rosseau (1712-1778) quién analiza esta idea de una forma más profunda, en su obra "Contrato social o Principios del Derecho Político"; de él dice Kant que había llegado al conocimiento del hombre de la misma manera que Newton lo consigue de la ciencia.
Rosseau distingue:
No es sin embargo una distinción original: ya, por ejemplo, Voltaire hizo una división entre la naturaleza humana (el hombre físico) y las costumbres.
En su obra "Emilio o la educación" -novela pedagógica en la que describe un utópico sistema educativo- afirma que el hombre es bueno por naturaleza, pero critica a la tradición, realizando un análisis de todos los males y vicios de la sociedad. Todos los avances no han contribuido a la felicidad humana ni al desarrollo de la virtud en el hombre; muy al contrario, este ficticio progreso ha extraviado al hombre de su origen y de su naturaleza. El peor efecto de este Estado de sociedad es la desigualdad entre los hombres: para Rosseau todos los hombres nacen iguales y si la sociedad los diferencia es porque está mal organizada.
El problema consistirá en explicar como la naturaleza se ha convertido en deficiente e injusta para saber como podemos reestructurarla y realizar una vuelta en lo posible a la naturaleza humana. En ese Estado de naturaleza, donde estaba antes de sufrir la perversión de la sociedad, el hombre sería bueno y feliz, guiado por el sano amor de sí (preocupación por sí mismo), que Rosseau distingue del amor propio (egoísta, que aparece cuando el hombre sufre la presión de la sociedad). Al Estado de naturaleza se opone el Estado de Sociedad, que designa la presente situación social, en la que el hombre al someterse a una determinada estructura social se hace malo y se encuentra movido por el amor propio y donde rige la injusticia, la opresión, la desigualdad y la falta de libertad.
Tal vez, dice Rosseau, el Estado de naturaleza no haya existido nunca, pero es una referencia comparativa mediante la cual podemos guiarnos en la reestructuración de la sociedad; tal vez sea un horizonte inalcanzable, pero de cualquier modo se puede tomar como punto de referencia ideal.
T. Hobbes (1588-1679) realiza una explicación parecida a la de Rosseau del tránsito del Estado de naturaleza al Estado de sociedad. Sin embargo, sostiene unos planteamientos diferentes; para Hobbes el hombre es un ser malo por naturaleza ("homo homini lupus") y egoísta. Si no existiera la sociedad, el hombre habría destruido a sus congéneres. Solamente mediante una fuerza superior al hombre, un Estado omnipotente al que llamó Leviatán, se puede establecer un vínculo o contrato de sumisión y alienación que haga al hombre vivir en sociedad. Esta teoría es una explicación del despotismo.
Para Rosseau la sumisión y la alienación no constituyen un verdadero contrato, puesto que hay una coacción al individuo y por tanto se niega la libertad individual del hombre. El verdadero vínculo social para Rosseau ha de estar fundamentado en un contrato libre, lo cual no significa que en el orden social las leyes no tengan obligatoriedad. El carácter genuino del contrato consiste precisamente el sentido de sumisión a la ley en libertad. El problema fundamental que el contrato soluciona es encontrar una forma de asociación mediante la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sin embargo más que a el mismo y permanezca tan libre como lo estaba en el Estado de naturaleza. Esta conversión de libertad natural a libertad civil se produce cuando el individuo se desposee a sí mismo de libertad en favor de toda la comunidad, creándose una unión social perfecta, cuya expresión y principio rector es la que Rosseau llamó voluntad general. De tal manera que al ser el contrato social libre e igualitario el Estado social se parece cada vez más al Estado de Naturaleza. Estos ideales, junto con el espíritu humanitario y filantrópico de la ilustración, expresan ideológicamente lo que se convirtió en realidad política mediante la Revolución Francesa, que constituye el ejemplo de Estado moderno guiado por la división de poderes y la mutua limitación de éstos afirmada por Montesquieu.
3.4 Kant
Kant (1724-1804) fue un filosofo alemán; formado en
el racionalismo, comienza a dudar del valor de la razón al leer a Hume,
planteándose el problema del valor y los límites de ésta. La filosofía
kantiana, pues, supone una síntesis del racionalismo y del empirismo, cerrando
una época filosófica muy importante. Kant procede a un estudio de cómo es posible
la construcción de la ciencia, llevando a cabo una reflexión sobre el problema
de las relaciones de la razón con la realidad, que en ella aparecen vinculadas.
Sus obras más importantes son:
Para comprender posteriormente los otros aspectos de la filosofía de Kant, hemos de tener unas nociones previas que nos ayuden a comprenderla.
Para Kant existen 2 concepciones de la filosofía:
- Buscar los principios y los límites del conocimiento del mundo natural. O sea, "¿Qué puedo conocer?". Para resolver esta cuestión utilizamos la metafísica, y es respondida por Kant en su libro Crítica a la razón pura.
- Buscar o elaborar una serie de principios que fundamenten nuestro conocimiento práctico; se trata pues de un planteamiento más bien de carácter moral. Se trataría de responder a la pregunta "¿Qué debo hacer?", cuestión que es resuelta en la moral kantiana a través, sobre todo, de su libro Crítica de la razón práctica.
- Examinar otros principios -como la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, etc. -que han sido temas frecuentes en la tradición filosófica y que muchas veces han quedado sin respuesta: es la pregunta "¿Qué me cabe esperar?".
Estas 3 cuestiones no están aisladas, sino que hay una íntima relación y están perfectamente conectadas con la esencia de la Ilustración. Se pueden resumir en una sola pregunta:
¿Qué es el hombre?
El pensamiento de Kant, a través de estas 4 preguntas, representa la cumbre de la Ilustración.
3.4.1 Los juicios sintéticos a priori.
Comenzamos los planteamientos kantianos intentando responder a la pregunta ¿Qué puedo conocer?
Kant distinguió 2 grandes facultades dentro del conocimiento humano:
El entendimiento puede generar, según Kant, 2 tipos de ideas o conceptos:
Admite que existen categorías o conceptos que no provienen de la experiencia, pero a la vez sostiene que la aplicación de estos conceptos a la realidad nunca podrá ir más allá de la experiencia sensible. Constituye pues, como ya hemos dicho, una síntesis entre racionalismo y empirismo.
Kant analiza el conocimiento humano a través de juicios, que consisten en la unificación de múltiples impresiones sensibles que pasivamente hemos percibido mediante los conceptos. En esta unificación empleamos las categorías, carentes de contenido. Es en el juicio donde está la falsedad o verdad de nuestro conocimiento, ya que las impresiones aisladas son siempre verdaderas.
Kant unifica los juicios, distinguiendo:
Esta clasificación no es original de Kant: ya Leibniz había distinguido entre verdades de razón y verdades de hecho, y Hume entre relaciones entre hechos y relaciones entre ideas.
También podemos clasificar los juicios distinguiendo entre:
Todos los juicios analíticos son a priori, pero no todos los juicios sintéticos son a posteriori. Si sólo existieran juicios analíticos a priori y juicios sintéticos a posteriori no existiría la ciencia, ya que:
Para que exista la ciencia es necesario que exista un tercer tipo de juicios: los juicios sintéticos a priori. Un ejemplo sería:
La recta es la distancia más corta entre 2 puntos
Permiten la existencia de la ciencia dado que son extensibles, universales y necesarios.
Tras estos planteamientos, se propone analizar cuales conocimientos son o no ciencias. Se trata de responder a esta cuestión:
¿Cuales son las condiciones trascendentales que hacen posible la ciencia?
O dicho de otra forma:
¿Cuales son las condiciones que hacen posible la existencia de juicios sintéticos a priori en la ciencia?
Estas preguntas son resueltas en la Crítica de la razón pura, en la que distinguimos 3 partes:
Hemos de decir que aunque Kant distingue sensibilidad, entendimiento y razón como tres facultades del entendimiento humano, en realidad sólo diferencia sensibilidad y entendimiento, aunque dentro del entendimiento distinga entre el entendimiento propiamente dicho (facultad de realizar juicios que unifiquen impresiones sensibles en conceptos) y la razón (facultad de entrelazar los juicios mediante razonamientos).
3.4.2 Límites del conocimiento.
Kant se refiere a este tema en su libro "Crítica a la Razón Pura", dentro del cual podemos distinguir varios apartados:
Como conclusión de estos 3 apartados presenta el idealismo trascendental, doctrina en la que refleja estos límites del conocimiento.
Estética trascendental
Existen 2 tipos de condiciones que hacen posible la sensibilidad, a las que llama condiciones trascendentales -es decir, condiciones que hacen posible la relación entre el sujeto y el objeto en el conocimiento-:
Las define diciendo que:
- Son formas a priori de la sensibilidad
- Son intuiciones puras
Formas que no son el producto ni el contenido de impresiones concretas (no es algo que se pueda percibir), sino que son la manera en la que nosotros percibimos.
A priori, independientes de la experiencia; son necesarias para ordenar los hechos y posibilitar la experiencia.
De la sensibilidad, en el mismo sentido que Locke distingue ideas que provienen de la sensación e ideas que provienen de la reflexión. Las primeras se dan tanto en el espacio como en el tiempo, mientras que las segundas sólo se refieren al tiempo.
Son intuiciones puras, que para Kant constituyen formas de conocimiento distintas a las 2 más comunes: las impresiones y las ideas o conceptos. No son impresiones concretas ya que toda impresión es a posteriori, producto de la experiencia, mientras que las intuiciones son a priori. Tampoco son conceptos, porque carecen de contenido, sino que en cierta forma son indefinidos y sin características (ya que no todos los individuos tienen las mismas nociones de espacio y tiempo).
También se estudia en la estética trascendental las condiciones que hacen posible existencia de juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Para Kant las matemáticas son posible gracias a que tenemos intuiciones puras: espacio y tiempo. Así la geometría estudia el espacio, mientras que aritmética está basada en la sucesión de números en orden, orden que viene dada por la sucesión temporal. Como el espacio y el tiempo son Universales y necesarios, es posible formular juicios a priori acerca del tiempo y del espacio; además podemos aplicar estos juicios a priori a objetos diferentes, con lo que nuestro conocimiento es extensivo, y los juicios generados son sintéticos. Por tanto podemos formular juicios sintéticos a priori en las matemáticas, con lo que las matemáticas son posibles como ciencia.
Analítica trascendental
En primer lugar estudia el entendimiento como facultad del conocimiento humano; Kant define el entendimiento como la facultad del hombre para generar conceptos.
Según Kant, gracias al entendimiento, podemos comprender la multiplicidad de impresiones sensibles que se dan en el espacio y en el tiempo. Si no pudiéramos unificarlas o referirlas a un concepto no podrían ser comprendidas. La compresión de las impresiones en un concepto se da, según Kant, en un juicio. Es en los juicios donde referimos las impresiones a un concepto.
Kant distingue 2 tipos de conceptos:
Como la función del concepto -la comprensión de las impresiones sensibles- se da en el juicio, habrá tantos tipos de conceptos puros o categorías como tipos de unificación de impresiones sensibles, es decir, como tipos de juicios. Es lo que se denomina deducción metafísica de las categorías.
Según Kant hay 4 criterios para diferenciar o distinguir varios tipos de juicios:
- Cantidad. Los juicios pueden ser: universales, particulares y singulares.
- Cualidad. Distinguimos: afirmativos, negativos e indefinidos.
- Relación. Diferenciamos entre: hipotéticos, categóricos y disyuntivos.
- Modalidad. Podemos distinguir: problemáticos, asertóricos y apodícticos
De acuerdo con estos tipos de juicios nos encontramos las siguientes categorías:
TIPOS DE JUICIOS Universales Particulares Singulares Afirmativos Negativos Indefinidos Hipotéticos Categóricos Disyuntivos Problemáticos Asertóricos Apodícticos |
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CATEGORíAS Totalidad Pluralidad Unidad Realidad Negación Limitación Causa Sustancia Comunidad Posibilidad Existencia Necesidad |
Pero además, existe otra forma de deducción de las categorías, que Kant denomina deducción trascendental de las categorías. Los conceptos puros son vacíos, no tienen contenido, sino que son puros esquemas y se aplican a las impresiones sensibles que son las que dan el contenido y que nuestro conocimiento, gracias a los conceptos, puede comprender. Pero si los conceptos puros se aplican mediante los juicios a un contenido que esté fuera de los límites de la experiencia sensible (fuera del espacio y tiempo) pierde automáticamente su validez científica, no son válidos. Por tanto, el límite del entendimiento está en que las categorías se apliquen como esquemas de las impresiones sensibles; si las categorías se aplican fuera del espacio y del tiempo (fuera de los límites de nuestra experiencia sensible) su aplicación es ilegítima. Esta postura se refleja en el idealismo trascendental de Kant, que estudiaremos posteriormente.
Además, en la analítica trascendental Kant estudia la posibilidad de la física como ciencia. Para Kant la física se basa fundamentalmente en el principio de causalidad, que a su vez está basado en la categoría de causa. Esta puede ser aplicada a todos los hechos de nuestra experiencia. Los juicios que estén basados en la categoría de causa serán a priori y si pueden aplicarse a los datos que provienen de la experiencia serán sintéticos o extensivos. Por lo tanto, si la física está basada en el principio de causalidad producirá juicios sintéticos a priori y por lo tanto la física es posible como ciencia.
Dieléctica trascendental
De la analítica trascendental ya se deduce que la metafísica no puede ser considerada como ciencia, ya que en la metafísica las categorías no se aplican a fenómenos, sino que se parte de la intuición intelectual. La no aplicación de las categorías a fenómenos en la metafísica es lo que precisamente intenta demostrar Kant en la dialéctica trascendental mediante el análisis de la razón.
La razón es definida como la facultad del conocimiento humano que consiste en relacionar juicios y que tiene la tendencia natural de buscar siempre los principios más generales, intentando llegar a un ideal incondicionado que de explicación de toda la realidad. Esta tendencia lleva al hombre a desatenderse de la experiencia sensible y por tanto a ignorar los límites del conocimiento. Dado que es incontrolable, nos puede llegar a conclusiones erróneas:
Así nos encontramos con que la tendencia de la razón para explicar mediante ideales condicionados la realidad le lleva a admitir la existencia del Mundo, Dios o el Alma:
Estos razonamientos, al no estar fundamentados por la razón , no son válidos, y no son objetos de la razón teórica, sino de la razón práctica
Idealismo trascendental
Es una postura filosófica que afirma que las categorías o conceptos puros solamente tienen validez cuando se aplican a los fenómenos, es decir, a aquello que se nos muestra en la intuición sensible y por lo tanto, en el espacio y en el tiempo.
Como las categorías o conceptos puros son vacíos, es decir, no tienen contenido, no existe según Kant una intuición intelectual, lo que en el ámbito filosófico implica que no conocemos lo que realmente son las cosas, o bien, como dice Kant, no conocemos la "cosa en sí", el "noumeno"
Por tanto, el idealismo trascendental está basado en una distinción que es aplicable a toda realidad. Todo objeto, según Kant, posee una parte fenoménica (que nos aparece a través de los sentidos, unificada por el entendimiento mediante las categorías y los juicios) y una parte nouménica. El noumeno tiene 2 definiciones:
Como la intuición intelectual no existe, el noumeno no puede ser conocido. Sin embargo, tiene una función positiva; aunque sea incognoscible, por esa misma razón, al ser inalcanzable, sirve de motor al mismo. La razón tiene tendencia natural a conocerlo, aunque sea imposible dicho conocimiento: es el horizonte inalcanzable del saber.
3.4.3 Formalismo moral
Intenta responder a la pregunta "¿Qué debo hacer?", respondida en su libro "Crítica a la razón práctica". Ya no se ocupa de cuáles son los límites del conocimiento como en el apartado anterior, ni los motivos que hacen que el hombre actúe de una manera u otra, sino de cómo debe ser la conducta humana.
La diferencia entre la razón pura o teórica y la razón práctica consiste en que, mientras que la razón pura utiliza para conocer juicios, la razón práctica usa imperativos o mandatos. Esto muestra que en el hombre la razón tiene 2 funciones, aunque, como dice Kant, no 2 tipos de razón.
La originalidad de Kant en el ámbito de la ética consiste en que fue el primero en formular una ética formal. A lo largo de toda la historia hasta Kant todas las éticas fueron éticas materiales, en las que la bondad o maldad de los actos depende de que se ajusten a un bien supremo o último. Por ejemplo, en la ética aristotélica el bien último es la felicidad.
Toda ética material impone una serie de medios o preceptos que nos ayudan a alcanzar ese bien supremo. Para Kant, las éticas materiales no tienen validez, porque no son a priori ni universales. Esto es debido a 3 razones:
Ejemplo: Si quieres ir a cielo, no deberás matar
Y al ser hipotéticas, no tienen validez universal.
Estas 3 dificultades hacen que las éticas materiales no posean validez para determinar de una forma universal y necesaria el comportamiento humano, por lo que han de ser sustituidas.
Solamente una ética formal, con las características contrarias, puede ser válida para Kant:
Las éticas formales no tienen contenido, ya que no nos indica el contenido de las acciones sino su forma. Para Kant solamente las acciones que se hacen por deber tienen validez moral. Kant define el deber como la necesidad de una acción por respeto a la ley.
Distingue 3 tipos de acciones:
Las dos primeras carecen de valor moral, mientras que la tercera sí lo tiene.
El valor moral no radica en los resultados de una acción, sino que consiste en la voluntad cuando está determinada por la razón (en determinar racionalmente la voluntad). De ahí que Kant afirme que lo que define la moralidad de la acción es realizarla como un fin en sí misma, no como medio para conseguir otro fin.
Esta exigencia la expresa Kant en el imperativo categórico y nos indica como hay que actuar. La primera formulación del imperativo categórico es "obra de tal manera que quieras que la máxima de tu comportamiento se convierta en ley universal". La ley se convierte en un fin en sí misma, de ahí que Kant lo formulara también como "actúa siempre de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, como una finalidad en sí mismo y nunca como un medio".
En la crítica de la razón práctica, además de fundamentar una ética formal, nos habla de lo que el llama postulados de la razón práctica. Un postulado es un principio o supuesto indemostrable pero necesario e imprescindible para la explicación de algo.
Dice que la razón práctica tiene 3 postulados, indemostrables (ya que de ellos no tenemos experiencias sensibles) pero necesarios:
4 La crisis de la razón especulativa
4.1 Marx
Karl Marx (1818-1883) fue un político, filosofo y economista alemán. Funda, junto a Hegels, el marxismo, corriente filosófica heredera de la filosofía clásica alemana, la economía política británica y el socialismo utópico francés y británico. La doctrina marxista está constituida por tres partes fundamentales, que constituyen un todo coherente :
Esta concepción del mundo se caracteriza frente a la tradición filosófica anterior por :
La influencia del marxismo ha sido decisiva. Algunas de las teorías han logrado filtrarse en ciertas manifestaciones del existencialismo, el estructuralismo e incluso se hallan presentes en el pensamiento cristiano y en el tecnocrático.
Podemos distinguir las siguientes obras :
4.1.1 Concepto de alienación
El concepto de alienación en Marx está tomado de la filosofía de Hegel y Rosseau.
Para Hegel, en su obra "La obra del espíritu", la autoconciencia se aliena cuando se antepone a sí misma como objeto, produciéndose un extrañamiento. Sin embargo, Marx le da un sentido totalmente nuevo al concepto de alienación, aplicándolo al hombre concreto que vive en una situación histórica concreta.
Todo proceso de alienación implica varios factores :
Toda exteriorización supone una enajenación, es decir, una desposesión de parte del sujeto activo-productivo que queda plasmada en el objeto (ter�usserung). Esto es algo natural en el hombre y no necesariamente negativo.
Ahora bien, en la sociedad capitalista, se produce una desnaturalización del hombre, una auténtica alienación (no enajenación), Entfremdung, también traducida como alienación económica, que no está de acuerdo con la naturaleza del hombre, sino que es producto de una serie de condiciones históricas concretas de una época determinada. Para Marx en la sociedad capitalista se produce una desposesión del objeto o producto del trabajo de tal manera que el obrero o proletario (sujeto activo-productivo) no es dueño del producto de su trabajo, sino que este se le expropia por parte del capitalista, produciéndose un extrañamiento o alienación. El trabajador, considerado como una mera fuerza de trabajo que participa en el mercado, no se reconoce propietario del producto de su trabajo; y este producto no se considera como el objeto de la transformación del obrero sino como una mera mercancía.
Esta alienación es causante a su vez de otros tipos de desnaturalización :
- Religión : Sirve de justificación de la injusticia social promoviendo un mundo de felicidad ilusorio a través de la resignación.
- Filosofía : Se dedica solamente a interpretar y justificar la realidad impidiendo su transformación.
La alienación en Marx es un concepto que se opone al concepto de naturaleza humana : el hombre está alienado porque está desnaturalizado. En su libro "La ideología alemana" afirma que la naturaleza del hombre es un ser humano sensible o natural. Con esto expresa 2 momentos en la naturaleza humana : el hombre está dotado de una serie de fuerzas activas y pasivas.
La actividad del hombre es la Praxis o el Trabajo, la producción entendida como actividad práctico-productiva. Es la producción lo que distingue originariamente al ser humano de los animales ; como escribe Marx en la ideología alemana el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus propios medios de producción. Marx atribuye 3 significados a la praxis en el hombre :
En oposición a Hobbes y Rosseau, para Marx el hombre no posee un estado natural que se oponga al estado de sociedad y la sociedad no se considera el resultado de un contrato o acuerdo, sino que recupera la idea de Aristóteles de que el hombre es un animal social. Tanto es así que considera al hombre como resultado de la sociedad en la que vive. Por tanto, habrá que situar el origen de la alienación en un plano social. El origen de la alienación está en un conjunto de circunstancias económicas, sociales e ideológicas.
Aquí se inserta la discusión sobre si Marx es o no un filósofo humanista. Por un lado se encuentran posturas de filósofos como Alttüssen que afirman que Marx niega la esencia del hombre al reducirlo a un conjunto de relaciones sociales, a un producto de la sociedad. Pero por otro lado se puede afirmar que el marxismo puede ser considerado humanista porque critica la alienación y, por tanto, persigue una recuperación del hombre ; además Marx afirma continuamente que el hombre es el sujeto activo de la historia y no un simple producto de ésta.
Marx, partiendo de teorías ya expuestas por Adam Smith y David Ricardo -como que el valor de un bien cualquiera está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo- sostiene en su obra "El Capital" que la plusvalía (margen del valor producido por el trabajo asalariado del que se apropia el capitalista) hace posible la acumulación capitalista, la producción de dinero mediante dinero. La contradicción interna existente entre las fuerzas productoras que la misma sociedad capitalista a desarrollado con el fin de incrementar lo más posible el capital provocará su propia destrucción. Hay dos leyes fundamentales que auguran la desaparición de la sociedad capitalista :
Esta crisis ha de desembocar en el comunismo, que propugnará la desaparición de la división del trabajo y, por tanto, la desaparición entre la división del trabajo manual e intelectual. El comunismo resuelve 2 aspectos :
Sólo se podrá llegar al comunismo de una forma gradual. Existirá un primer estadio, el socialismo, en el que la sociedad capitalista dejará paso a un tipo de sociedad en la que existirán ciertas desigualdades inevitables entre los hombres, especialmente la desigual retribución en función del trabajo realizado. Para pasar al comunismo ("De cada uno según su capacidad, y a cada uno según sus necesidades") será necesario pasar por el proceso del socialismo ("De cada uno según su capacidad, y a cada uno según su trabajo").
Pero el triunfo del comunismo está condicionado por el desarrollo económico. El comunismo no puede ser una idea utópica, sino que su advenimiento y la desaparición de la sociedad capitalista será la expresión de las relaciones efectivas de la lucha de clases ya existente, de un método de superación dialéctica. Para demostrar que la evolución del capitalismo y de las estructuras económicas que le pertenecen lleva inevitablemente a la aparición del comunismo, Marx escribió "El Capital". En esta obra expresa que las posibilidades de realización del comunismo ya están en la estructura económica de la sociedad burguesa.
4.1.2 Crítica a las ideologías
Según Marx cualquier estructura social está constituida por 2 grandes elementos que la configuran :
La infraestructura económica a su vez se divide en :
La infraestructura económica determina la historia y además se autodetermina, ya que expresa la relación dialéctica u oposición entre 2 elementos que la configuran : las fuerzas productivas y los medios de producción. Cada sociedad se caracteriza por poseer una infraestructura económica determinada, que es lo que realmente distingue a unas sociedades de otras.
La superestructura ideológica es el primer elemento que aparece en cualquier estructura social, aunque no el elemento determinante. Marx entiende por superestructura ideológica una deformación de la realidad que falsea, esconde y justifica las contradicciones internas del sistema económico y por tanto es un arma utilizada por las clases dominantes. Pertenecen a la superestructura ideológica los elementos de la política, el derecho y el estado, así como el arte, la literatura, la poesía, la filosofía o la religión que actúan como elementos justificadores de la injusticia social.
Las formas ideológicas no pueden determinar ni cambiar la historia : solamente la oposición dialéctica fuerzas productoras-relaciones de producción son los agentes del cambio social. En palabras de Marx, "no es la conciencia la que cambia la vida sino la vida la que transforma la conciencia". Las ideologías no son más que productos históricos y transitorios que actúan en unos casos como drogas que pretenden adormecer la conciencia (religión) y en otros casos como deformaciones justificadas de la realidad (filosofía).
La ideología o superestructura ideológica tiene un proceso de generación o de creación en cualquier sociedad que comprende los siguientes momentos o estadios :
4.1.3 Teoría materialista de la historia
Para exponer la teoría materialista de la historia en Marx es necesario plantear antes 2 conceptos marxistas de enorme importancia :
Marx recoge la dialéctica como método, pero eliminando el factor espiritual o ideal ; la realidad se desenvuelve mediante la superación (aufhebung) de contradicciones, pero el sujeto de la historia no es la Autoconciencia, como en Hegel, sino los hombres, en sus relaciones con la naturaleza y los demás hombres. La dialéctica en Marx tiene 3 características :
- Es un método para comprender el movimiento real de las cosas
- Este método no sólo sirve para comprender el estado real, sino especialmente las transformaciones
- La conclusión a la que este método nos lleva es a la "necesidad", a la destrucción del estado de las cosas existentes.
Lo que determina la historia para Marx es la relación dialéctica entre las fuerzas productivas (trabajadores y medios de producción) y las relaciones de producción. Dicha oposición dialéctica se da en la infraestructura económica ; de cada infraestructura económica emana una superestructura ideológica ( estructura jurídico-política e ideológica). Al conjunto formado por la infraestructura y la superestructura se le denomina modo de producción.
Lo que hace que se pase de un modo de producción a otro, el motor de la historia, es la oposición entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Dicha oposición se hace en la lucha de clases. Cuando las fuerzas productivas alcanzan cierto grado de desarrollo entran en contradicción con las relaciones de producción, que dejan de ser condiciones de desarrollo para convertirse en elemento estancador y coactivo, obstrucción del desarrollo. Pero una determinada formación social no muere hasta que no se han desarrollado todas las fuerzas a las que puede dar lugar.
En cada modo de producción, que define a cada tipo de sociedad, este enfrentamiento dialéctico hace que se transformen las diversas relaciones de producción. De esta forma el modo de producción asiático originó el modo de producción clásico, este dió paso al feudal y, por último, surgió el modo de producción burgués o capitalista.
Las fuerzas productivas que se desarrollan en el modo de producción burgués o capitalista, según Marx, crean las condiciones para la solución de este antagonismo, puesto que esta formación social resuelve todas las contradicciones posibles y, cuando madure, se llegará a una forma de producción en la que no existe contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, puesto que éstas representan la oposición entre los poseedores de los medios de producción y los que realizan el trabajo. Cuando los mismos que posean los medios de producción realizen el trabajo, existirá una reconciliación dialéctica que hará desaparecer el enfrentamiento motor del cambio. Consecuentemente la sociedad marcha, en su desarrollo dialéctico, hacia un comunismo de la propiedad, donde quede abolida la propiedad privada de los medios de producción, acabando, de esta forma, lo que Marx llama "prehistoria" de la sociedad ; surgiendo, entonces, la historia y el verdadero desarrollo del hombre libre no-alienado, gracias a la posibilidad del desarrollo del trabajo creativo.
4.2 Nietzsche
Nietzsche (1844-1900) fue un filósofo alemán que
obtuvo muy joven la cátedra de filosofía clásica en la Universidad de Basilea.
En general, puede decirse que la filosofía de Nietzsche es la formulación completa del irracionalismo moderno. Su teoría se halla bajo el influjo del innatismo y la crítica de Schopenhauer al racionalismo hegeliano e intenta por caminos similares a los de aquél (la voluntad y la intuición) superar sus conclusiones pesimistas (la voluntad de vivir).
Por su asistematismo, que ha dado lugar a interpretaciones distintas, Nietzsche está detrás de las ideologías que han seguido esta orientación : influyó poderosamente en el nacionalsocialismo (presentándose como la realización de la moral del superhombre) y en tendencias izquierdistas radicales (en cuanto parte de un absoluto comenzar de nuevo). Su consideración del predominio de los instintos vitales sobre la razón es también un precedente del vitalismo.
Sus obras más importantes son :
4.2.1 Crítica a la tradición socrático-platónica.
Nietzsche plantea una crítica a toda la tradición occidental, sobre todo a Platón, ya que considera a este como el origen de dicha civilización y de la filosofía cristiana. Le culpa de haber traicionado el espíritu filosófico (el perspectivismo o la perspectiva de la vida), introduciendo un planteamiento antinatural y antivital y negando a la vida los instintos vitales que son sustituidos por unos valores fuera de este mundo. A esta posición la denomina Nietzsche Nihilismo.
Su crítica a la tradición socrático-platónica la realiza desde 3 vertientes :
- Cuando medimos y cuantificamos no conocemos la verdad de las cosas, ya que la verdad nunca es cantidad sino cualidad. El conocimiento científico no nos permite captar cualitativamente lo real.
- Cuando cuantificamos lo que logramos descubrir de la realidad es simplemente lo que nosotros mismos aantes hemos considerado, es decir, cantidades y números.
Así pues, las ciencias positivas no nos sirven para llegar a la verdad ; además lo más importante para Nietzsche en el conocimiento, y en el hombre, es aquello que nos permite fundamentar una valoración de la vida, para lo que no nos es útil la ciencia positiva. La ciencia simplemente ha sustituido a la religión en la época moderna y es un arma que utiliza el poder para someter al individuo.
4.2.2 La voluntad de poder
Nietzsche fundamenta su criterio de verdad (la voluntad de poder) en 2 hechos fundamentales :
Si el mundo es múltiple, cambiante y aparente, y el hombre está guiado por esa multiplicidad a través de los instintos, no podrá existir nunca la verdad absoluta ; frente a la metafísica platónica y cristiana, Nietzsche reclama una visión irracional del Universo. La verdad no puede ser algo absoluto ni definitivo, sino que será siempre relativa, individual, o como el mismo lo expresó "la verdad consiste en estar siempre en el error". Dentro de esta relatividad, será más verdadera aquella perspectiva que favorezca la vida, aquella que siga los instintos vitales.
Aunque la verdad se mueva siempre en la apariencia, esta apariencia es necesaria para que el hombre tome su perspectiva vital de seguridad frente al Universo cambiante ; el hombre necesita buscar la verdad mediante el error para autoafirmarse en sus instintos vitales frente a la irracionalidad del Universo.
Nietzsche define la voluntad de poder de esta forma : La verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podrían vivir. El valor para la vida es lo que decide en última instancia.
El platonismo consistiría también en una cierta forma de voluntad de poder, consistente en defenderse del cambio y la transformación de este mundo mediante la noción de un Universo imaginario o suprasensible. Sin embargo, se opone a la postura de Nietzsche, ya que considera la verdad como única e inmutable. Según éste, la filosofía platónica ha dado un valor desproporcionado a los conceptos, provocando la aparición de un mundo ilusorio y falso que ha ignorado lo vital (Nihilismo).
Para Nietzsche hay que ser consciente del valor relativo que tienen los conceptos ; el proceso de formación de un concepto para éste consistiría en :
Por lo tanto, el lenguaje tiene un valor metafórico, resultado de un proceso creativo y estético ; pero siempre tiene una verdad o validez relativa. Por lo tanto no nos va a permitir captar la verdad de una forma absoluta, sino tan sólo superar el caos que produce en nuestra mente el intento de captar aquello que es de por sí cambiante.
El lenguaje es la única forma de llegar a la verdad, y como tal, tiene mucha importancia. Nietzsche pretende sustituir los conceptos (fijos e inmutables) por metáforas (relativas y cambiantes), confiriendo al lenguaje la función creativa de captar artísticamente el sentimiento vital y el devenir del Universo ; por lo tanto, la verdad será algo poético (en el sentido griego -poiesis-, producción en sentido artístico).
En la filosofía de Nietzsche, a la concepción metafórica del lenguaje se une el carácter dionisíaco de la voluntad de poder. Representa metafóricamente sus planteamientos vitalistas a través de la mitología griega, en la que se observa un enfrentamiento entre los ideales apolíneos (equilibrio, virtud, racionalidad, ...) y los ideales dionisíacos (placer, instinto, vitalidad, ...) La filosofía occidental, encabezada por Platón y Aristóteles reprimió los planteamientos dionisíacos para ofrecer una visión del mundo apolista. Frente a esto, Nietzsche niega los ideales apolíneos y reclama el triunfo de los ideales dionisíacos mediante la utilización metafórica del lenguaje como expresión de la voluntad de poder. La negación de los ideales apolíneos implica la negación del principio de individuación, expresado en el platonismo por la idea de uno y sustituida en el cristianismo por la idea de Dios. Persigue un ateísmo radical : si negamos a Dios negamos al uno, y si negamos la idea de uno negamos los ideales apolíneos y afirmamos la multiplicidad dionisíaca, de tal manera que cada cual pueda expresar su propia verdad y sus propios dioses.
4.2.3. El nihilismo y sus formas.-
Para Nietzsche el Nihilismo no es un hecho concreto, una situación determinada, sino todo un proceso histórico, el resultado de toda una evolución de un determinado tipo de pensamiento y de una determinada tradición. Del mismo modo, unido a planteamientos evolucionistas, el nihilismo es también un proceso evolutivo, y como tal está inacabado y se presenta como el punto de inflexión para la creación de un nuevo tipo de pensamiento.
La época de Nietzsche es el momento en el que irrumpe con más fuerza el ateísmo, ateísmo que conlleva una pérdida de valores ; por lo tanto, el hombre se encuentra históricamente sin rumbo, sin poder dotar a la existencia de un sentido que estaba asegurado cuando prevalecía la creencia en la existencia de Dios.
Hay que hacer una distinción en la idea de Nihilismo en Nietzsche :
La voluntad de poder implicará una nueva metafísica, una nueva visión del ser y del hombre, que se captará mediante las metáforas, afirmando la muerte de Dios y la concepción dionisiaca del mundo. La conclusión última que surgirá de la filosofía de Nietzsche se concretará en la idea del Superhombre, concepción que tuvo una gran importancia social y política en el siglo XIX hasta el punto de dirigir la historia europea.
El ateísmo de Nietzsche tiene un sentido muy especial, porque al negar el Dios monoteísta del cristianismo no niega la existencia de otros conceptos de Dios, sino que afirma el politeísmo. Su intención es volver a una situación politeísta, similar a la de la época de los dioses griegos, que hará que el hombre no pierda conciencia de que los dioses son producto de su creación metafórica.
La afirmación del politeísmo como característica de la visión de la nueva raza de hombres, a la que llama superiores, implica la afirmación de la libertad. El superhombre para Nietzsche representa la superación del nihilismo, la superación de la raza de esclavos que regían el mundo hasta ahora, afirmando la vida mediante voluntad de poder. El nuevo hombre superior es un estado evolutivo en la etapa de la evolución de las especies ; en el Universo y en la historia se desarrollará una jerarquía en la que el superhombre implantará su voluntad de poder sobre los demás.
4.2.4 La transvaloración moral y el ideal del superhombre
Nietzsche critica la moral cristiana, reduciéndola a la moral de la renuncia y el ascetismo. De ella dice que su verdadero fundamento es el resentimiento, la rebelión de los inferiores -de las clases sometidas y esclavas, de aquellos a los que les está prohibida la verdadera reacción- a la casta superior y aristocrática., encontrando su compensación en una venganza imaginaria pero conservando la vida en el estado de degeneración. El hombre bueno ideal de la moral cristiana, el que viste poéticamente con su virtud, no es más que otro caso de resentimiento : cierra los ojos a la realidad, la cual está muy lejos de provocar a cada momento los instintos de benevolencia. El último resultado de esta concepción pesimista del mundo es el nihilismo : se niega la vida y los instintos vitales porque incluyen dolor.
Rechazando la actitud de resignación ante la concepción de la vida como dolor, lucha e irracionalidad, propone la aceptación de la vida tal y como es, espontáneamente, de ahí la radical crítica a los valores de la cultura europea en cuanto que nacen de la negación de aquello que la vida ofrece. Nietzsche intenta superar las conclusiones pesimistas , exaltando todo lo terrenal, corpóreo, antiespiritual, irracional, ... con la misma violencia con que es condenado por la moral ascética. La existencia del hombre es una existencia enteramente terrena : el hombre ha nacido para vivir en la tierra y no hay otro mundo para él. El alma no existe, el verdadero yo del hombre es el cuerpo, al que llama "la gran razón". La reivindicación de la naturaleza terrestre del hombre está implícita en la aceptación total de la vida que es propia del espíritu dionisiaco. Esta crítica a la religión se extiende al pensamiento racional y científico ; así, en Nietzsche hay también una de las críticas más radicales al cogito cartesiano .
Nietzsche veía su misión en la transvaloración moral, es decir, en la inversión de valores. Considera que su destino es abrir una nueva perspectiva : la vuelta a la vida, la conquista de un dominio absoluto del hombre sobre la tierra y sobre el cuerpo, la eliminación del carácter problemático de la vida. Esta transvaloración moral estará realizada por la voluntad fuerte y creadora que acepta el riesgo de la destrucción, la voluntad de poder ; la realización de este ideal es el superhombre.
La primera característica del superhombre es su libertad de espíritu. Debe librarse de las ataduras y poner todo su anhelo en poder volar libremente, sin temor, por encima de los hombres, de las costumbres, de las leyes y de las apreciaciones tradicionales. Su máxima fundamental es : llega a ser lo que eres ; no ya en la concentración de una elección o de una idea única, sino en el sentido de la máxima diferenciación de los demás, del encerrarse en la propia excepcionalidad, de la búsqueda de una soledad inaccesible. La libertad interior propia del superhombre es una riqueza de posibilidades diversas, entre las cuales él no escoge, porque quiere dominarlas y poseerlas todas. De aquí nace la renuncia a la certeza, que es, en cambio, limitación y renuncia a las diversas posibilidades de error ; de aquí, también, la profundidad del superhombre, la imposibilidad de centrar su vida interior, de la que no se alcanza nunca nada más que la máscara.
El superhombre es el filósofo del futuro. Los obreros de la historia, como Kant o Hegel, no son verdaderos filósofos ; los verdaderos filósofos son dominadores y legisladores, preestablecen la meta del hombre, y para hacer esto utilizan los trabajos preparatorios de todos los obreros de la filosofía y de todos los dominadores del pasado.
COMENTARIO DE TEXTO
"Manuscritos sobre Economía y filosofía" (Manuscrito III) de Marx
Los Manuscritos son cuadernos en los que el joven Marx recopilaba sus pensamientos, junto a citas de otros autores, para servir después de guión para sus trabajos. Es por el hecho de que no estaban escritos para ser publicados por lo que presentan bastante dificultad y dureza estilística. Pero su característica más importante es la espontaneidad que no está presente en otros escritos de Marx.
Marx , partiendo de conceptos de Adam Smith y David Ricardo, proclama en su manuscrito que el trabajo es la base de la riqueza frente a la economía política tradicional que considera al hombre en cuanto "rico" y no en cuanto trabajador. Así, critica ésta concepción clásica de la economía y el trabajo. Pero, ¿en qué consiste el trabajo ?
En la sociedad capitalista el trabajo es un instrumento para producir riqueza privada. Insiste en la diferenciación que se ha producido entre capital (renta de la tierra) y trabajo, y establece el concepto de salario, determinándose éste por la lucha abierta entre el capitalista y el obrero. Sin embargo, el capital no es más que trabajo acumulado ; además concibe el capital como una forma de poder de gobierno sobre el trabajador y sus productos . El capitalista extrae una ganancia del capital producido por el trabajador que utiliza para producirse una riqueza. Esta riqueza, al ser privada, altera substancialmente la esencia misma del trabajo, convirtiéndolo en un trabajo enajenado o alienado, es decir, convirtiéndolo en una mera mercancía y al hombre en un objeto de mercado o un animal.
La alternativa consistiría en la supresión de la propiedad privada, culpable de la alienación. El comunismo supone la solución, la concepción marxista del hombre como ser social, donde ya no se confunde el ser con el tener ni la riqueza con la utilidad.
5 Razón vital y comunicativa
5.1 Ortega y Gasset
Es uno de los filósofos más importantes de la filosofía española, junto con Unamuno. Representa una síntesis de las corrientes filosóficas del s XX y de los grandes movimientos filosóficos occidentales. Su filosofía posee un talante vitalista, al igual que Nietzsche o Dilthey, pero también está muy influido por filósofos neokantianos y por la corriente existencialista (fundamentalmente Heidegger). En este sentido, Ortega defiende el raciovitalismo (o "filosofía de la razón vital" como él la definió), que supera al vitalismo en que es intelectualista.
La mayor parte de la producción literaria de Ortega se encuentra en ensayos aparecidos originariamente como artículos en publicaciones periodísticas, o derivadas de conferencias y cursos ; escribió también muchos prólogos. Aún los libros más extensos, a menudo fruto de retoques de aquellos materiales, constan de secciones más o menos independientes. Destacamos las siguientes obras :
5.1.1 El raciovitalismo
En la base de la concepción del mundo de Ortega y de su idea de filosofía hay una negación del supuesto fundamental del racionalismo europeo clásico : lo primario no es el pensamiento, sino la vida. Ortega sostiene que la razón que le ha sido concedida al hombre le sirve para captar las realidades que constituyen la vida y , por ello, es una razón vital, puesto que está en función y al servicio de la vida.
La vida humana, nunca meramente biológica, es la realidad radical, no en el sentido de que sea creadora de las demás realidades, sino en el sentido de que en ella se encuentran todas. Las cosas tienen un sentido y un valor a afirmar por sí mismas ; pero se las concibe como la totalidad de las situaciones que constituyen la vida circunstanciada de un hombre : "Yo soy : yo y mi circunstancia". Además, mi vida no es una circunstancia en el sentido del Yo idealista, sino un quehacer, un entretejimiento con las cosas de las que cada uno es responsable, porque siempre es necesariamente producto de la elección libre.
Para entender la noción orteguiana de realidad radical hemos de hablar de los distintos tipos de saberes que éste considera :
Y es precisamente el hecho de que el hombre no tiene naturaleza lo que explica esa continua búsqueda por parte de la filosofía. Mientras los animales responden a las situaciones del medio ambiente mediante los instintos, el hombre ha de buscar esta acomodación ; se encuentra perdido frente a su circunstancia y ante ella ha de crear sus creencias. La base sobre la que cada filosofía se sustenta es la realidad radical.
Otra distinción orteguiana de máxima importancia es la que se establece entre ideas y creencias :
Un gran n� de creencias actúan sobre nosotros sin que nos demos cuenta de ello ; sin embargo, las ideas sólo actúan y existen cuando las pensamos. Podemos decir que las creencias son viejas ideas que se han consolidado como creencias.
Por tanto, el hombre se encuentra en una situación de pérdida continua y ha de dar sentido a su existencia buscando continuamente ideas. En la época en la que Ortega elabora estas teorías existe una gran pérdida del sentido de la realidad (período de entreguerras) y la filosofía ha de crear un nuevo sentido, un nuevo significado de la realidad. En su caso es la concepción de la vida como realidad radical.
Al igual que Nietzsche, parte de un concepto de verdad como perspectiva. Nunca podemos captar la realidad de una forma única, absoluta o definitiva, sino que siempre lo hacemos desde una circunstancia de carácter vital. La realidad nunca se nos muestra en su plenitud objetiva, sino en un proceso de cambio, y además el hombre añade algo a la realidad cuando la conoce, se integra en lo real. Esta fusión vida-conocimiento desde una determinada circunstancia supone un intento de superación histórica , o, en el lenguaje ortegiano, de razón histórica.
Sin embargo, en la vida está también la razón ; no en oposición dialéctica sino en necesaria coexistencia. Por eso, Ortega define su filosofía como "filosofía de la razón vital", superación del racionalismo pero sin caer en el irracionalismo.
Mediante este nuevo concepto de verdad, Ortega pretende sintetizar y superar las grandes corrientes que han configurado la filosofía occidental :
Su filosofía proviene de la influencia de posturas de diferentes filósofos :
Las principales características del raciovitalismo son pues, a modo de resumen :
5.1.2 El hombre como ser histórico
Ortega recopila en sus teorías los planteamientos de :
La vida humana no está hecha, el hombre tiene que determinar permanentemente lo que va a ser ; por tanto, la vida es quehacer poético, es una faena histórica. Este quehacer histórico-poético lleva consigo la necesidad de elegir, porque nos encontramos con una serie de posibilidades ante las que forzosamente hemos de optar por ellas. Es una libertad "a la fuerza" : hay que elegir, aunque se elija mal. Pero esa elección humana ha de contar con un proyecto vital: la vida humana es, además de historia, proyecto de historia. Cuando éste falta la vida pierde todo sentido para él. Esta visión heracliteana de la vida y de la realidad humana deja bien claro que el hombre no tiene sustancia, sino que su sustancia es el propio cambio.
La forzosidad de elegir del hombre en la vida nos adentra en el terreno de la moral, ya que al tener que elegir, se es libre y al ser libre se asume la acción hecha o elegida por nosotros, es decir, que se es responsable. La responsabilidad moral se especifica en las 2 categorías morales de la autenticidad y la inautenticidad , relacionadas con la respuesta del hombre a su destino :
Otro aspecto derivado de la historicidad del hombre es el de la temporalidad, pero un tiempo no físico, sino vital, en la forma en la que se manifiesta en el ser. El hombre es heredero de su pasado, no como en el caso de los animales, que cada uno estrena y repite el modelo del anterior. Esta vida histórica del hombre, posee una estructura que la hace estudiable, que la convierte en historiografía ; esa estructura es la de las generaciones. Para Ortega una generación es "una zona de 15 años durante la cual una cierta forma de vida fue vigente". La afinidad entre los hombres de una misma generación "no procede tanto de ellos como de verse obligados a vivir en un mundo que tiene una forma determinada y única". Hay que distinguir entre los contemporáneos y los coetáneos, según sean los que viven en el mismo tiempo o sean de la misma edad, respectivamente. Hay unas generaciones decisivas, que son las que hacen cambiar las épocas históricas, o mejor dicho, aquellas que viven el cambio entre las épocas de la historia.
El hombre además de ser histórico es ser social. Pero la sociabilidad del hombre no es la vida del hombre sino algo que pasa en su vida. La vida del hombre es radical soledad, es sólo suya y la sociabilidad es convivencia. El sujeto de lo social no es nadie determinado, sino la gente. Ortega distingue 2 formas de convivencia :
5.2 Habermas
En la filosofía moderna nos encontramos con distintas corrientes :
Habermas (1929- ?) se inserta dentro de esta última corriente.
La escuela de Frankfurt surge a partir de los años 20 con la fundación de un Instituto de investigación social ; éste pretendía realizar una reflexión sobre el hecho de que el progreso de la sociedad ha dado lugar a que el hombre se convierta en un ser oprimido y manipulado, sobre todo tras la crisis de valores en todos los ámbitos a raíz de la aplicación irracional de la ciencia y de la técnica en la 1� Guerra Mundial. Alrededor de este instituto se reúnen intelectuales de diferentes sectores del saber Europeo con una serie de características comunes :
Nos encontramos con distintas etapas en la escuela de Frankfurt :
Podemos distinguir 2 etapas en la filosofía de Habermas :
Sus obras más importantes son :
5.2.1 Conocimiento e interés
Habermas plantea una crítica a la racionalidad ilustrada, o lo que es lo mismo, al concepto de progreso que habían planteado los autores ilustrados. Según ésta, la razón ha de guiar a la historia y de esta forma se expresa el progreso en avances tecnológicos y políticos ; la modernidad se expresaría como ruptura de la tradición oscurantista tradicional y el triunfo de los ideales ilustrados.
Sin embargo, Habermas encuentra una contradicción que él denomina patología de la modernidad : mientras Alemania había avanzado en el concepto de razón y en las aplicaciones científicas y técnicas, habían sucumbido los ideales ilustrados de libertad, igualdad, ... dando lugar a los horrores de la guerra. De ahí que Habermas pretenda replantear una teoría de la racionalidad.
Realiza un estudio sistemático e histórico de la razón, desde un plano crítico, en oposición al concepto positivista desarrollado por el neopositivismo lógico (representado por autores como B. Russell, A. J. Ayer, ...), que sostiene que el único conocimiento de la realidad es el conocimiento científico basado en los hechos. Por otro lado, Habermas critica también las posturas de Marx, puesto que sus conceptos no son válidos para ser aplicados al análisis de la situación del s.XX, tras 2 guerras mundiales, con importantes cambios económicos, sociales y la degeneración de muchos sistemas comunistas.
En su obra "Conocimiento e interés", parte de la idea teórico-práctica de que el conocimiento se guía y está estructurado por algún tipo de interés, entendiendo por interés "la orientación básica adscrita a determinadas condiciones fundamentales de la posible auto-reproducción y auto-constitución de la especie humana, o sea, al trabajo y a la interacción".
Distingue 3 clases de intereses cognitivos :
5.2.2 Razón y comunicación
Habermas plantea estas nuevas ideas en un 2� período, en su obra "Teoría de la acción comunicativa". Sostiene que :
Elabora pues una nueva teoría en la que vuelve a planteamientos de Kant, pero considerando varios desarrollos del conocimiento del s. XX, como la gramática generativa de Chomski, la psicología cognitiva de Piaget y los estudios de Kohlberg como punto de referencia para interpretar a Kant.
Lo que pretende demostrar con estos nuevos planteamientos es la posibilidad de una ciencia social crítica, a la vez que intenta realizar un análisis científico y crítico de la sociedad. Para Habermas la herencia de Kant se halla en lo que denomina ciencias reconstructivas, que son las que estudian la "gramática profunda" y las reglas del conocimiento preteórico. Estas ciencias reconstructivas tienen que diferenciarse de las ciencias analítico-empíricas, que suelen ser los paradigmas de las ciencias naturales contemporáneas. Habermas considera reconstructivas la psicología cognitiva de Piaget, la gramática generativa de Chomski y la teoría de Kohlberg sobre las etapas del desarrollo moral. Habermas distingue en estas ciencias reconstructivas el hecho de que estudian una realidad estructurada simbólicamente ; además, son comprobables experimentalmente.
Habermas pretende realizar una teoría de la acción comunicativa que se constituya en una ciencia reconstructiva, pero con una meta más ambiciosa que las de aquellas ya que su intención es "aislar, identificar y aclarar las condiciones que se requieren para la comunicación humana" ; es decir, persigue una ciencia reconstructiva que domine a todas las demás y que por lo tanto investigue los presupuestos simbólicos de la comunicación humana en general. A esta nueva ciencia reconstructiva le llamará pragmática universal, basándose en la distinción de la semiótica en:
Lo primero con que se encuentra Habermas es con el problema kantiano de la investigación transcendental sobre las condiciones universales del uso de la razón. La hipótesis de Kant era que estas condiciones son a priori, porque las generaba espontáneamente el entendimiento. Habermas rompe con esta tradición al afirmar que la investigación sobre las condiciones de racionalidad es empírica y está fundamentada en lo Habermas denomina competencia comunicativa intersujetiva, que quiere decir algo como las facultades o posibilidades de comunicación entre los seres humanos.
Habermas cuando formula su teoría de la acción comunicativa se fundamenta en los planteamientos sobre la filosofía del lenguaje, y más concretamente, en la teoría de los actos del habla, al constatar que las interacciones comunicativas tienen un campo más amplio que los actos del habla expreso.
Pero si enfocamos la comunicación desde la perspectiva del habla, podemos alcanzar una comprensión de los rasgos distintivos de la comunicación. Así nos encontramos con que un hablante y un oyente tienen como meta la comprensión mutua, renunciando a los fines egoístas del éxito o la imposición violenta. Esta "comprensión" de los hablantes en un "acuerdo" permite una confianza mutua y un conocimiento compartido. Así pues la acción comunicativa para Habermas sólo es posible sobre un fondo de consenso sobre los conceptos de verdad, veracidad, exactitud y comprensibilidad. Este es el ideal del discurso científico, en el que los conflictos se resuelven por argumentaciones no manipuladas ni coercitivas.
Habermas extiende estas nociones a las disputas prácticas, sean estas morales, legales o políticas, en las que también surgen de un modo implícito estas pretensiones universales que se establecen en las estructuras generales de la comunicación posible. Así llama proceso de racionalización a aquel mediante el cual se fijan y cambian los tipos de acción y de racionalidad discursiva en las instituciones sociales e históricas. La acción social puede darse de 2 formas :
- la eficiencia empírica de los medios técnicos
- la consistencia de la elección entre los medios adecuados
Hay que diferenciar entre ambas formas. Además "hay que estilpar aquellas relaciones de fuerza que están establecidas en las mismas estructuras de comunicación, y que evitan el establecimiento consciente de los conflictos y el acuerdo. La racionalización significa superar esta distorsión".
Habermas pretende explicar y demostrar que la teoría de la acción comunicativa y la teoría sociológica que explique los procesos sociales están relacionadas profundamente entre sí y no son 2 procesos diferentes como cabría pensar, porque entre otras cosas ninguna teoría sociológica seria puede dejar de confrontarse con el problema de la racionalidad. Para probar esta afirmación sostiene que pensadores como Mark, Horkheimer y Adorno contribuyen a una teoría sociológica que tiene sus raíces en el entendimiento total de los procesos de racionalización.
Hay 2 conceptos fundamentales que son estudiados por Habermas en la Teoría de la Acción Comunicativa :
En la actualidad se corre el peligro, según Habermas de que el mundo vital sea anulado por procesos de racionalización, es decir, que las personas sean eliminadas por los mecanismos de racionalidad, que la posibilidad de comunicación sea abolida por la racionalización sistemática. Al final, nos presenta en la teoría de la acción comunicativa la noción del filósofo como el guardián de la razón, que debe estar alerta para hacernos ver que la necesidad de incrementar la racionalidad comunicativa "se renueva con cada acto de comprensión libre, con cada momento de convivencia en solidaridad, con cada momento de individuación de éxito y de emancipación salvadora".
COMENTARIO DE TEXTO
"Conocimiento e interés" (perteneciente a "Ciencia y tecnología como ideología) de Habermas
El texto comentado corresponde a un artículo titulado "Conocimiento e interés", escrito por Habermas como lección inaugural de curso en la Universidad de Frankfurt ; no debemos confundirlo pues con el libro de igual nombre, que publicado en el mismo año de 1968, constituye una de sus obras más importantes y quizá la más conocida. Se tratan pues, de dos textos diferentes y de características también distintas ; el que ahora tratamos es un discurso académico pensado para ser leído en voz alta y con las necesarias limitaciones de tiempo y espacio para desarrollar sus ideas.
El texto consta de 7 capítulos, y en el Habermas nos expone las 5 tesis siguientes :
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