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Antecedentes de la independencia hispanoamericana
En la época previa a la ola independentista (fines del siglo XVIII) Hispanoamérica estaba regida por un férreo imperialismo, estando el comercio y la defensa fuertemente controlados y reorganizados
Sin embargo, los criollos se sentían fuertemente desligados de España y apegados a las tierras americanas. Solían, especialmente desde 1789, llamarse "americanos", en lugar de "españoles", y, aunque generalmente mostraban lealtad hacia España, era muy frecuente el poner en duda la fidelidad que sentían hacia ella. Los criollos habían tomado conciencia de su identidad y de la posesión de sus recursos. La política española y el fuerte monopolio impuesto herían los intereses locales.
Ya en el siglo XVII, Hispanoamérica tenía una considerable independencia de España, ya que las actividades mineras provocaban el desarrollo de nuevas actividades, como las industrias manufactureras, que a su vez provocaban el establecimiento de la gente en ciudades. Gradualmente, estas poblaciones iban asumiendo una identidad nacionalista. Sin embargo, los precios elevados y la escasez que provocaban el monopolio español provocaron que las diferentes colonias hispanoamericanas se relacionaran comercialmente, y formándose nuevas clases de terratenientes y comerciantes criollos.
Lentamente, el tesoro español proveniente de América fue disminuyendo, debido al ya citado aumento de comercio entre las colonias, y a la baja en la producción minera. El dinero de los productos americanos era usado dentro de América, y por lo tanto, utilizado en defensa y administración por parte de los hispanoamericanos. La disminución de las actividades mineras cedió paso a la agricultura, la ganadería y la manufactura, y las haciendas adquirieron gran importancia, sobre todo en México.
Sin embargo, los hispanoamericanos no vieron necesidad de independizarse formalmente de España a principios del s. XVIII, ya que la presión ejercida sobre ellos no era demasiado grande. La situación cambió a partir de 1765, ya que el imperialismo, a partir de la renovación del control imperial (Carlos III), se incrementó en gran medida. Para ese entonces, América era ya un conjunto de colonias autosuficientes, y era una obsesión de la burocracia española ligar la economía americana a España.
Antecedentes de la independencia norteamericana
Los colonos norteamericanos casi siempre fueron relativamente independientes de su madre patria, Inglaterra. Sin embargo, la Guerra de Los Siete Años había dejado a Inglaterra escasa de recursos económicos, y el gobierno inglés vislumbró la posibilidad de recuperar su dinero merced a esas tierras conquistadas por comerciantes y puritanos. En 1763 había 1,5 millones de colonos y unos 300.000 esclavos concentrados en la zona sur.
Las colonias del norte estaban pobladas de puritanos y, debido a su clima frío poco apto para la agricultura, había una considerable concentración humana; debido a esto, la educación era buena, aunque la vida era austera y patriarcal, y había un fuerte espíritu religioso debido a la prevalencia de la religión puritana. Las colonias del centro eran fuertemente cosmopolitas (aunque prevalecía la inmigración holandesa), y las colonias del sur poseían un fuerte predominio agrícola, y por lo tanto la educación era escasa. Predominaba la religión anglicana.
Sin embargo, el desarrollo comercial e industrial se vio trabado por el monopolio inglés. Más tarde, con el fin de obtener dinero que pudiera compensar sus pérdidas durante la guerra, Inglaterra sobrecargó a sus colonias con diversos impuestos. Los primeros fueron la Ley del Timbre y la Ley del Azúcar, los cuales comenzaron a exaltar la ira popular. El gobierno inglés optó por eliminar estos impuestos, pero agregó nuevos impuestos al plomo, al vidrio y al té, entre otros productos. Los cobradores de impuestos eran agredidos por las multitudes; Inglaterra enviaba regimientos para apoyar a los comisionados reales.
A finales de 1770, el Parlamento optó por derogar todos estos impuestos, menos el impuesto al té. Los patriotas, cuyo líder era Samuel Adams (Massachusetts), decidieron rechazar todos los cargamentos de este producto, hasta el punto de arrojar cargamentos de té al mar. Por esto último, el puerto de Boston fue clausurado y la Asamblea de Massachussets disuelta, nombrándose al general Gage jefe militar de la ciudad.
Ante la disolución de la Asamblea de Massachussets, los colonos establecieron una Asamblea Popular, trasladándose luego a la ciudad de Concord con el nombre de Congreso Provincial de Massachussets, al no ser reconocidos por el general Gage. En septiembre de 1774, se reunieron en Filadelfia, decidiendo no aceptar leyes de un parlamento que, según ellos, no los representaba.
Pese a todos los ataques ingleses, el plan prosperó. En mayo de 1775 se realizó un nuevo Congreso en Filadelfia, con representantes de todas las colonias. Finalmente los patriotas redactaron un manifiesto en el que exponían las "causas y necesidad de empuñar las armas". Se encomendó como jefe de la defensa al general George Washington.
El primer objetivo de Washington fue la ciudad de Boston, defendida por el general Howe. Luego de tomarla, prepararon el avance sobre New York. Entretanto, los gobiernos se sentían, ya, totalmente independientes, y desconocían la autoridad del rey inglés. Finalmente, el 4 de julio de 1776 fue declarada la Declaración de la Independencia. Luego de una larga guerra, que duró siete años, los ingleses fueron derrotados, firmándose un Tratado de paz en Versalles, por el cual Inglaterra debió reconocer la Independencia de sus colonias, devolver a España la Florida, y a Francia, parte de las Antillas y el Senegal.
En 1787, fue sancionada la Constitución, que dividía al gobierno en los 3 poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y establecía una república representativa y federal.
Diferencias y similitudes entre los antecedentes de la independencia hispanoamericana y de la independencia norteamericana.
-Tanto España como Inglaterra estaban económicamente debilitados por una guerra en la que ambos habían sido enemigos (la Guerra de los Siete Años) y ambos países decidieron aplicar en sus colonias (que en ambos casos ya presentaban una relativa independencia) políticas económicas más estrictas, que sólo sirvieron para reforzar el sentimiento que los colonos tenían contra ellas.
-Como ya hemos dicho, tanto las colonias norteamericanas como las hispanoamericanas poseían una relativa independencia de los países colonizadores.
-La independencia de las colonias norteamericanas influyó en gran medida en los deseos de independencia de las colonias españolas. Norteamérica era considerada, por muchos libertadores americanos, como una tierra de libertad y progreso, y muchos estados hispanoamericanos decidieron basar sus constituciones en la de Estados Unidos.
-Las colonias inglesas se aliaron entre sí constituyendo una Unión, mientras que las colonias españolas estuvieron divididas entre sí, teniendo gobiernos e intereses distintos, lo cual dificultó la independencia de estos territorios.
-Los dominios españoles eran más vastos que los ingleses, y su geografía era imponente, por lo cual las comunicaciones estaban sumamente demoradas, siendo este otro factor que retardó las corrientes libertadoras.
-La población de las colonias inglesas estaba, en general, más instruída que la población hispanoamericana, debido que en las primeras el clima, en muchos casos, no favorecía los cultivos, por lo cual la gente tendía a aglomerarse en ciudades. En las colonias españolas, las actividades agrícolas y la consiguiente dispersión de la población no favorecían la instrucción. Por lo tanto, los norteamericanos estaban más capacitados para ser influenciados por corrientes libertadoras; sin embargo, la Ilustración aún no había alcanzado su apogeo en 1776, de forma que sólo pudo influir, no muy notoriamente, en la independencia de las colonias hispanoamericanas
-El elemento racial no era tomado en cuenta en las colonias norteamericanas, al contrario que en las hispanoamericanas. Sin embargo, las diferencias religiosas eran más importantes en las colonias inglesas, lo cual causó algunos enfrentamientos.
-En vastas zonas de Hispanoamérica, así como en la zona sur de las colonias inglesas, había una gran cantidad de plantaciones, con población dispersa, hacendados y poca instrucción.
-Ambos grupos de colonias tenían fuertes problemas comerciales (monopolios, impuestos) y habían asumido una identidad distinta a las de los países colonizadores.
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