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Introduccion al pensamiento cientifico

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    Trabajo de IPC

    Resumen de la materia

    Integrantes:

    Introducción al pensamiento científico

    6º año, división "A"

    Colegio Nacional de Buenos Aires

    1998

    Introducción

    Empezaremos con algunas consideraciones preliminares sobre el lenguaje y su relación con la ciencia. Podemos definir al lenguaje como un conjunto de signos estructurados con un cierto orden de relaciones e interrelaciones. Entenderemos por signo lo que sea el producto de un proceso semiótico, que está compuesto por el vehículo señal (que es material), aquello que designa o designado y las personas que lo utilizan o intérpretes. Toda cosa puede llegar a ser un signo, lo único que requiere es el consenso sobre qué es lo que designa.

    La semiótica divide al lenguaje para su estudio en la sintaxis, la semántica y la pragmática. La sintaxis consiste en las reglas de combinación de los signos, como por ejemplo las de la gramática. La semántica trata la relación del signo con el designado, y la pragmática se refiere al uso práctico del lenguaje.

    Se llama metalenguaje al lenguaje que habla sobre el lenguaje. Está en un nivel distinto al lenguaje sobre el que se habla. Por ejemplo, si la proposición p pertenece a un nivel de lenguaje, la proposición "p es verdadera" o "p está en castellano" pertenecen al nivel inmediatamente superior.

    Los problemas más importantes del lenguaje en relación con la ciencia se presentan en la dimensión semántica. Uno de ellos es el de la vaguedad y ambigüedad. Se dice que una palabra es vaga cuando su significado no es preciso (por ejemplo, la palabra "bueno", que como adjetivo calificativo es bastante vaga) y que es ambigua cuando tiene más de un significado (por ejemplo, "navegar"). La vaguedad y la ambigüedad son imposibles de eliminar enteramente del lenguaje, pero en algunos casos pueden eliminarse parcialmente usando un lenguaje técnico en el cual las definiciones sean más precisas.

    Otro problema de la semántica es la distinción entre designación y denotación. El designado de un signo es equivalente a su significado. El denotado, en cambio, es el conjunto de objetos a los que se refiere. Algunas palabras, como "cíclope" o "sirena" no tienen denotado pero sí designado.

    También debemos señalar dentro de la dimensión pragmática la existencia de distintas funciones del lenguaje. Ellas son la informativa o descriptiva, la expresiva y la apelativa o directiva. En ciertas ocasiones se agrega una cuarta, la operativa. El lenguaje que utiliza la ciencia tiene una función informativa ya que intenta hablar de la realidad y comprenderla.

    Inductivismo

    Hacia el siglo XVII, Francis Bacon innovó definitivamente la historia de la ciencia sustentando las bases del método inductivo, que consiste básicamente en observar casos particulares y extraer leyes generales. Ya en este siglo, el Circulo de Viena propuso dos tipos de proposiciones distinguibles en el sistema lingüístico: uno, que habla de un individuo o conjunto de individuos y de las propiedades que se observan en él (por ejemplo, "el paciente presenta manchas rojas en la piel") llamado nivel 1, que se corresponde con los datos de la ciencia y otro, que habla de una población global (por ejemplo, "todos los hombres son mortales") y que se refiere al conjunto de especímenes pasados, presentes y futuros. Este último es el denominado nivel 2 y corresponde a las leyes de la ciencia. El nivel 2 se obtiene generalizando (haciendo válidos para todos, en todo tiempo y lugar) las observaciones del nivel 1, también llamadas "base empírica".

    La inducción aparece como la inferencia de la cual se pasa de un número de casos a una ley general. Leyes como "el sol saldrá mañana, pues sale todas las mañanas" o "el pan es un buen alimento porque siempre lo fue" rigen nuestras vidas y cada vez que se repiten estos hechos particulares se hacen más confiables. La supervivencia de hombres y animales depende de la adquisición de hábitos acerca de los alimentos, las cosas y los otros seres vivos. Básicamente, todo razonamiento acerca de la realidad reside en el nexo que pueda establecerse entre un hecho presente y otro inferido o entre un conjunto de hechos conocidos y una ley, que legisla acerca de hechos no conocidos directamente y que especifica que en ellos se cumplirá el mismo nexo ya observado entre los que se conocen.

    Ahora bien, Hume se preguntó: ¿por qué sostenemos una ley que habla de lo que todavía no conocemos? ¿Cómo justificamos el pase de lo conocido a lo desconocido? La única respuesta posible es la existencia de un principio que diga "Si en un número suficientemente grande de casos se ha dado una relación, ésta será válida para todos los casos". Pero ¿es éste un principio lógico? No, porque puede conducir de la verdad a la falsedad (a pesar de haber salido siempre el sol, puede suceder que mañana no salga). ¿Será un principio a priori? Tampoco, porque las asociaciones deberán ser aprendidas, y esto ocurre en la experiencia, no en el a priori. Entonces debe ser un principio de la experiencia y justificarse por ésta. Pero como toda inferencia de la experiencia es inductiva, el principio de la inducción se justificaría en forma inductiva, y es éste un círculo de razonamientos inadmisible. Por lo tanto, la inducción carece de justificación.

    Además, en la ciencia existen vocablos que designan cosas más allá de la observación directa (como átomos, campo magnético y fuerza), es decir, términos teóricos que conforman el nivel 3. Si la inferencia entre el nivel 1 y el 2 es injustificada, más lo será una entre el nivel 1 y el 3.

    De todos modos, Hume concluye en que la inducción es la única herramienta que poseemos, imperfecta como es, para manejarnos por el mundo. Si bien es inmotivada y falible, se origina en el hábito, proceso no racional que caracteriza al aprendizaje del hombre. El hábito depende de leyes biológicas que nos rigen necesariamente e independientemente de nuestro razonamiento.

    Hipotético deductivismo

    Karl Popper encontró una supuesta solución al problema de la inducción de Hume: lo resuelve proponiendo el método hipotético-deductivo, que ya había sido anticipado por Claude Bernard. En lugar de ir de los hechos a las leyes, consideró que la ciencia partía de la existencia de problemas a los cuales se les trataba de buscar una solución. De esta manera, las teorías y leyes son hipótesis a las que se llega por formas intuitivas, es decir, a partir de la creación y de la imaginación, pero que no se pueden justificar lógicamente. De las hipótesis se deducen los hechos que deben ser ciertos si la teoría lo es. Esto se hace siguiendo los esquemas de lógica formal.

    Las leyes científicas se expresan según la fórmula general: (x) (Px à Qx), lo cual significa: "para todo valor de x, si x posee la propiedad P, entonces posee la propiedad Q". Px y Qx son funciones proposicionales que se convierten en proposiciones reemplazando la variable x por una constante. Un ejemplo de ley científica según esta concepción sería: "Todos los hombres son mortales" que equivaldría a "Para todo x, si x es hombre, entonces es mortal". De esta proposición que está cuantificada universalmente se puede deducir una proposición cuantificada existencialmente: -(Ex) (Px. -Qx) que se lee "No existe ningún x que tenga la propiedad P y no tenga la propiedad Q". En nuestro ejemplo anterior: "No existe ningún x que sea hombre y no sea mortal".

    Sabemos que las proposiciones universales no se pueden verificar pero son fáciles de refutar. Con encontrar al menos un x que tenga la primera propiedad y no la segunda quedará refutada la ley propuesta. Es decir, si comprobamos que es verdadera la proposición (Ex) (Px -Qx) habremos refutado la afirmación universal anterior, pues es su contradictoria. Las afirmaciones existenciales son, en contraste con las universales, fáciles de refutar, pues representan al nivel 1.

    El funcionamiento esquemático del método hipotético deductivo comienza por las hipótesis fundamentales que consisten por lo general en enunciados cuantificados universalmente. A partir de éstas se deducen las consecuencias observacionales que son enunciados cuantificados existencialmente que pertenecen al nivel 1 y que se pueden verificar experimentalmente. También se pueden deducir de la hipótesis fundamental hipótesis derivadas que son nuevos enunciados generales a partir de los cuales se llega a otras consecuencias observacionales.

    Si la consecuencia observacional es verdadera no se puede concluir por ello que la hipótesis de la cual se dedujo lo sea también ya que es posible en ocasiones llegar a una conclusión verdadera a partir de premisas falsas. Por el contrario, si la consecuencia observacional es falsa las reglas de la lógica indican que la hipótesis de la que se partió es falsa. Esto se ve en la tabla de verdad de la implicación:

    p

    à

    q

    V

    V

    V

    F

    V

    V

    V

    F

    F

    F

    V

    F

    Por esto vemos que si la deducción está correctamente realizada y la conclusión q es falsa, la premisa p debe ser falsa también, mientras que una conclusión verdadera no asegura la verdad de la premisa. Por lo tanto, las leyes científicas pueden ser refutadas pero nunca pueden ser verificadas.

    El método de refutación de hipótesis es lo que la lógica llama modus tollens. Llamaremos A a la hipótesis y B a la consecuencia observacional. Entonces podemos considerar el siguiente razonamiento:

    Si A entonces B

    ---B .

    ---A

    Entonces, si la consecuencia observacional es falsa, la hipótesis también lo es. En cambio, supongamos el siguiente razonamiento:

    Si A entonces B

    . B .

    A

    Este razonamiento no es correcto. Es una falacia lógica llamada falacia de afirmación del consecuente. De este modo vemos que no existe manera para afirmar la verdad de una hipótesis por muchos que sean los experimentos a su favor.

    El método que hemos expuesto con sus secuencias se esquematiza así:

    1.        Planteamiento del problema

    2.        Formulación de la hipótesis que presuntamente lo resolverá

    3.        Deducción a partir de la hipótesis de las consecuencias observacionales que lo han de contrastar con la realidad.

    4.        Formulación de la situación experimental en la que se comprueba la verdad o falsedad de la consecuencia observacional.

    5.        Constatación de la verdad de la consecuencia observacional y correlativa corroboración de la hipótesis, que seguirá contrastándose perpetuamente, ya sea en nuevas situaciones experimentales como en su uso posterior.

    6.        Comprobación de la falsedad de la consecuencia observacional y por lo tanto refutación definitiva de la hipótesis.

    Carl Hempel acepta la concepción hipotético deductiva del método científico, dando varios ejemplos tomados de la historia de la ciencia. El más importante es la investigación que realizo Semmelweis con respecto a la "fiebre puerperal" que causaba gran mortalidad en la primera división de maternidad del hospital general de Viena. Semmelweis formuló varias hipótesis alternativas para explicar esta situación: hacinamiento, condiciones dietéticas, condiciones ecológicas, falta de cuidado en los médicos, etc. Sometió a contratación estas hipótesis variando, en cada caso, el posible factor causante de la enfermedad. Todas estas hipótesis fueron refutadas por la experiencia. Finalmente la hipótesis correcta fue formulada gracias a una coincidencia: un colega de Semmelweis murió tras cortarse con un escalpelo mientras realizaba una autopsia, siendo los síntomas similares a los de las parturientas. Semmelweis conjeturó que las muertes se debían al "material cadavérico", presente en las manos de los médicos que practicaban autopsias, y que atendían después a las mujeres. Puso a prueba su hipótesis exigiendo a los médicos que se lavaran las manos después de estar en contacto con cadáveres, con lo cual bajó rápidamente la mortalidad.

    Hempel considera que este caso, así como el descubrimiento y medición, por parte de Torricelli y Pascal, de la presión atmosférica, ilustran el método hipotético deductivo. Hempel critica, al igual que Popper, la concepción inductivista que "parte de los hechos", ya que cuáles hechos son relevantes sólo lo puede determinar una hipótesis previa.

    Método hipotético deductivo liberalizado

    El método que hemos caracterizado anteriormente puede llamarse hipotético deductivismo ingenuo o dogmático. Describiremos ahora el método hipotético deductivismo liberalizado. El dogmatismo consiste en suponer que los enunciados observacionales refutarán necesariamente la hipótesis en caso de ser falsos. A pesar de que admite contra el inductivismo que los científicos parten de las teorías y no de los hechos, sigue creyendo que los hechos pueden refutar absoluta y definitivamente las hipótesis. Existen dos tipos de cuestionamientos para la refutación inmediata: el problema de la situación experimental y el cuestionamiento de los hechos.

    En cuanto al experimento, debe señalarse que se trata de una situación compleja que siempre incluye varias hipótesis adicionales a aquella que se suponía que verificaba inicialmente. Lo que se contrasta en el experimento siempre es un conjunto de hipótesis, por lo que si este aparentemente refuta la hipótesis del científico éste puede suponer que en realidad lo que no se está cumpliendo es una de las hipótesis auxiliares. De esta manera puede formular una hipótesis ad-hoc, que es como se llaman las hipótesis introducidas para "proteger" las hipótesis del científico de la refutación experimental. Por ejemplo, puede suponer que hay un defecto en el material de trabajo. Las hipótesis ad-hoc también deben poder contrastarse y sostenerse sólo si son corroboradas.

    Otro tipo de hipótesis ad-hoc lo constituyen aquellas que suponen la existencia de una nueva variable (desconocida) en la situación que se investiga. Este tipo de hipótesis se llama cláusula ceteris paribus. Estas también deben poder ser refutadas aunque por otra parte siempre podrían sostenerse con nuevas hipótesis ad-hoc. Esta admisión de las hipótesis auxiliares acerca mucho más el método hipotético deductivo a la práctica real de los científicos, quienes raramente abandonan de inmediato una hipótesis al ser refutada por los hechos.

    Los "hechos observables" que supuestamente refutan una hipótesis también han sido cuestionados por el refutacionismo sofisticado, porque en realidad nunca estamos en contacto con los hechos en sí mismos sino que los interpretamos, lo cual presupone una teoría interpretativa. Además, en cualquier proceso natural podemos vislumbrar un número ilimitado de aspectos a los que podríamos referirnos como "el hecho".

    Para Popper existe una diferencia insalvable entre el lenguaje y la realidad. Nuestro lenguaje no puede describir totalmente lo que sucede, sólo hacerlo en la medida en que nos interesa. Por otra parte, todas nuestras palabras que expresan ideas universales tienen carácter de teorías, por ejemplo, la palabra "vaso" denota los objetos que presentan un determinado comportamiento, lo cual implica una teoría sobre este comportamiento.

    De esta manera vemos que toda proposición implica un número infinito de teorías, suposiciones, hipótesis adicionales, etc. Todas ellas deben poder refutarse en principio pero ninguna de estas refutaciones podrían ser consideradas definitivas ya que en cada caso podrían agregarse nuevas hipótesis ad-hoc o ceteris paribus. Popper piensa que en algún momento de la cadena de contrastación se debe decidir, no sin cierta arbitrariedad, que la hipótesis ha sido comprobada o refutada.

    Entonces los enunciados de nivel 1 que describen los "hechos" parten no sólo del dato de experiencia sino también de una teoría interpretativa básica. Por otra parte, el dato de experiencia es creado por la situación experimental que puede interpretarse como refutatoria de la hipótesis fundamental, de la cláusula ceteris paribus o de las hipótesis de material de trabajo.

    Un refutacionismo aún más sofisticado exige que el hecho refutatorio pueda ser encuadrado en otra ley para ser considerado como tal. Un hecho que parece ir contra una teoría, pero que resulta totalmente inexplicable, no es considerado refutatorio hasta que aparece otra teoría mejor que lo explique.

    Estructura y validez de las teorías científicas

    Según Gregorio Klimovsky, los problemas del proceso científico se pueden dividir en tres contextos: el de descubrimiento(que se refiere a cómo llegan los científicos a sus hipótesis), el de justificación(que se refiere a las cuestiones lógicas y empíricas que determinan la validez del conocimiento) y el tecnológico(que se refiere a todo el campo de aplicación práctica de los descubrimientos). También diferencia cuatro aspectos en las teorías científicas: la esfera de los objetos y entidades, de carácter práctico y empírico; el aspecto lingüístico, que se refiere a familias de afirmaciones científicas más o menos próximas a la esfera empírica; la estructura lógica, que jerarquiza afirmaciones según los nexos deductivos de inferencia, y por último los problemas relacionados con la validez y la corrección de estas afirmaciones.

    Klimovsky distingue dos tipos de objetos de los cuales se ocupa la ciencia, los empíricos y los teóricos, siendo los primeros aquellos que se presentan directamente a la observación y experimentación y los segundos aquellos que se captan a través de diferencias y conjeturas. El conjunto de entidades del primer tipo es llamado por Klimovsky la base empírica. Ésta puede ser epistemológica (con lo que se refiere a los objetos físicos accesibles o datos de la percepción que permiten verificar teorías) o metodológica(con lo que se refiere a las teorías que se presuponen al realizar estas observaciones). Por lo tanto, si no se comprueba una teoría, puede haber dos culpables: la teoría en sí o el haber usado una base metodológica incorrecta. La base epistemológica cumple dos importantes condiciones para la discusión acerca de la validez de las teorías: la de efectividad, que implica que un problema referido a objetos empíricos debe poder resolverse mediante un número finito de observaciones, y la de objetividad, que consiste en que la ciencia sólo incorpora observaciones en caso de que sea posible reiterarlas para diferentes observadores.

    La distinción entre objetos empíricos y teóricos se correlaciona en el aspecto lingüístico de la teoría con la que existe entre términos empíricos y teóricos. Con estos términos, que forman el vocabulario de una teoría, se puede construir afirmaciones o enunciados. Éstos son de tres tipos. El primero son las afirmaciones básicas, que son acerca de determinados objetos de la base empírica y se incluyen dentro de las afirmaciones estadísticas básicas, que se refieren no a un objeto singular sino a un conjunto de ellos, de los cuales un determinado número presenta una propiedad específica. Al segundo tipo pertenecen las leyes, que enuncian regularidades observables entre los objetos de la base empírica. Pero las leyes pueden referirse también a objetos teóricos, en este caso se las llama leyes fácticas, siendo las primeras leyes empíricas. Las del tercer tipo se llaman generalizaciones empíricas. Se trata de proposiciones que afirman para toda una familia de entidades de la base empírica la presencia o ausencia de una determinada relación. Estas proposiciones, si bien se refieren a la base empírica, no son verificables como las del primer tipo ya que se refieren a un número infinito o muy grande de casos particulares.

    Klimovsky acepta la distinción entre enunciados de nivel 1 (afirmaciones básicas), de nivel 2 (generalizaciones empíricas) y de nivel 3 (sobre objetos teóricos). Los del nivel tres pueden ser puros (que utilizan exclusivamente términos teóricos) y mixtos (que utilizan simultáneamente términos teóricos y empíricos). Estos últimos se denominan también reglas de correspondencia, ya que son las que permiten comprobar los enunciados sobre objetos teóricos mediante la base empírica.

    Según Klimovsky, la estructura de una teoría se caracteriza por: a) hipótesis fundamentales; b) hipótesis derivadas, y c) consecuencias observacionales, siendo la lógica aplicada la que lleva de a) a b) y de b) a c).. En los casos en que las hipótesis fundamentales de una teoría son derivadas de otra, estamos ante un caso de explicación: la segunda teoría es explicada por la primera, y es verdadera si ésta lo es, pero no viceversa. De esta manera, se distingue entre la parte "pura" de una teoría (la que sólo hace referencia a objetos teóricos) y la "empírica" (que abarca enunciados de nivel 1 y 2, junto con reglas de correspondencia). Pero, en realidad, frecuentemente ocurre que las hipótesis sobre objetos teóricos sirven a su vez como base empírica relativa de otras entidades teóricas de estratos superiores, cada vez más alejados de la base empírica originaria.

    En cuanto al contexto de justificación, Klimovsky hace las siguientes consideraciones: Verificar o refutar consecuencias observacionales es sencillo, ya pertenecen a la base empírica. Las hipótesis derivadas serán verdaderas si las fundamentales lo son. Pero ¿cómo saber si éstas son verdaderas? Existen tres respuestas posibles a esta pregunta: la apriorística, la inductivista y la hipotético-deductiva. Por apriorismo se entiende la suposición de que podemos conocer "intuitivamente" enunciados de nivel 2 o 3 como conocemos los de nivel 1 por la experiencia. Pero la historia de la ciencia ha probado repetidas veces la falsedad de esta posición, ya que los postulados más intuitivos en distintas ciencias han resultado falsos. El inductivismo, como sabemos, supone la posibilidad de pasar de enunciados de nivel 1 a otros de nivel 2; dejando de lado que nunca podría pasar a los de nivel 3, tan importantes para la ciencia, hemos visto ya que la inferencia del nivel 1 al 2 nunca está justificada lógicamente. Esto deja como única posibilidad el hipotético-deductivismo, que admite la posibilidad de refutar una hipótesis, pero no de comprobar su verdad. Ya hemos analizado el método hipotético deductivo y por lo tanto no lo volveremos a discutir; baste con decir que Klimovsky, al igual que Popper y Hempel, considera esencial para que una hipótesis sea científica el hecho de que sea en principio contrastable (que tenga consecuencias observacionales).

    Métodos y paradigmas

    En 1962 se publica un libro que marca una inflexión en el estudio de la ciencia: "La estructura de las revoluciones científicas", de Thomas Kuhn. En él, este autor observa que la historia de la ciencia descripta hasta ese momento es pobre e infiel: una simple sucesión de descubrimientos y/o de refutaciones, que llevan a suponer fallas en la racionalidad, en la metodología de teorías científicas cuando ya son superadas. Kuhn entiende que todo período histórico posee sus propias reglas de inteligibilidad y que la ciencia de una época es sólo comprensible a la luz de sus propias fórmulas de organización científica por fuera de los patrones importados desde la lógica o la ciencia del presente. Constata que antes de vislumbrar un problema y una solución tentativa, los científicos tienen ya una noción más o menos clara de lo que van a investigar, qué preguntas plantear, qué técnicas existen disponibles para encontrar las respuestas y cuáles son las respuestas admisibles. A este conjunto de marcos conceptuales dados, en los que se encuadra toda investigación posible, los llama paradigma. Este cúmulo de elementos exceden a la simple teoría, pues comprende también aplicaciones a la realidad y experimentos ejemplares. En la concepción de Kuhn, no existe separación entre lo teórico y lo empírico; ambos se encuentran indisolublemente unidos a esta nueva entidad denominada paradigma. Los paradigmas están formados, entonces, por:

    1) generalizaciones simbólicas: también llamados principios-guía, son enunciados generales que encabezan los cuerpos teóricos, expresados tanto en palabras de lenguaje común como en términos matemáticos (como f = m.a). No son refutables, puesto que su contacto con la realidad no es inmediato; se encuentran interpuestas entre ambas las leyes especiales, también llamadas:

    2) modelos empíricos de aplicación: son, por supuesto, más específicos dependiendo de cada campo. No se deducen de las generalizaciones simbólicas, sino que se llega a encontrarlas guiándose por los parecidos que guardan con ellas y con otras leyes especiales.

    Ahora bien, ¿cómo es el aprendizaje de paradigmas?. Según Kuhn, el proceso de aprendizaje de una teoría depende del estudio de sus aplicaciones, incluyendo la práctica de resolución de problemas. Los primeros modelos de aplicación son los casos paradigmáticos del paradigma, y todos los modelos sucesivos guardarán entre sí un "parecido de familia". De esta manera, aprende a educar su "intuición", que consiste en eso: reconocer los parecidos estructurales en la realidad, más que en tener una facultad de invención.

    Los paradigmas, entonces, al contrario de la idea de teoría (que es un cuerpo conceptual acabado), dejan muchos problemas a resolver y son éstos los que van a ocupar el interés de los científicos. Kuhn establece que la ciencia posee dos modos diferenciados de avance: uno, llamado ciencia normal, de características acumulativas (en el cual las teorías contribuyen a aumentar el conocimiento humano obteniendo confirmaciones resonantes) y otro llamado revolución científica, caracterizado por una ruptura brusca en la que un nuevo paradigma suplanta al anterior. Esto puede suceder principalmente porque existan problemas sin solución a lo largo de los años (que se transforman en anomalías) o porque se encuentren hechos en contradicción radical con el paradigma vigente. En estos casos, sólo resta encontrar un paradigma alternativo que sí explique estos problemas y suplante así al anterior (no puede sumársele porque el aparato conceptual de cada uno es distinto y, además de ser incompatibles, pueden ser inconmensurables). No hay que olvidarse que, para aceptar un paradigma, además de su facilidad para explicar ciertos problemas, influye mucho el prestigio del científico que hace la nueva propuesta y la comunidad científica a la que pertenezca.

    Otra innovación importante por parte de Kuhn es que se borronean las diferencias entre descubrimiento (de algo que ya está) e invención (de algo nuevo), ya que toda invención asigna un nuevo lugar a los sucesos ya conocidos, descubriéndolos de alguna manera, y todo descubrimiento necesita la invención conceptual que lo califique y ordene. Descubrir algo significa conceptualizar qué sea, no sólo obtenerlo, y eso hace que tanto el descubrimiento como su encuadramiento en una teoría sea un proceso al que no puede darse fecha fija ni sea posible atribuir a un sólo individuo. Así, tiende a minimizar el rol del genio en la actividad científica, instituyendo al conocimiento como producto de una empresa colectiva.

    Según todo lo dicho anteriormente, la actividad científica radica en :

    I) proponer nuevos trozos de la realidad como probables modelos de la generalización simbólica, y

    II) encontrar la ley especial que regirá al modelo propuesto, labor investigativa que es, a la vez, intuitiva (al vislumbrar entre el infinito universo de las cosas, sus propiedades y relaciones, aquellas factibles de ser modelos del paradigma), teórica (al formular la ley propia del modelo investigado) y empírica (al comprobar lo adecuado de la ley propuesta a ese trozo de realidad)

    Con respecto a otro viejo problema del conocimiento, Kuhn dice que la noción de verdad no es adecuada a la ciencia. El paradigma en su conjunto no se pone en contacto directo con la experiencia, sino parcialmente; por lo tanto no puede calificarse de verdadero o falso como un todo, sino útil o no para proseguir las investigaciones bajo su guía. Son los contactos con la realidad (éstos sí correctos o falsos) los que aumentan o disminuyen su credibilidad. Pero no le agregan nada de verdad ni falsedad, sólo confirman o refutan su valor como herramienta de investigación. Según Kuhn, no hay un camino hacia la verdad, los paradigmas crecen y se reemplazan desde donde están, pero no hacia un lugar o dirección dados.

    Conclusión

    Después de esta exposición de las principales cuestiones tratadas durante este año, nos encontramos en situación de resumir definitivamente los puntos que a nuestro juicio resultan fundamentales. Hemos visto la importancia del lenguaje y de la lógica para una correcta apreciación de la ciencia, estudiando posteriormente varias concepciones sobre el conocimiento científico. Una de estas, el inductivismo, sostiene que la ciencia parte de lo concreto para llegar a lo universal y abstracto, que sería de importancia secundaria. Hemos visto que esto es insostenible: las epistemologías de Popper, Hempel y Klimovsky asignan un papel fundamental a la teoría, a las hipótesis, a partir de las cuales deben deducirse consecuencias observacionales, y son éstas las que se contrastan experimentalmente. La filosofía de la ciencia de Kuhn, más sofisticada que la de Popper, parte también de una entidad abstracta, el paradigma, que es la base de la investigación científica y cuyos cambios constituyen las revoluciones científicas. Queda claro de esta manera que la ciencia no se ocupa de lo individual, sino de lo universal, como lo pone de manifiesto el análisis lógico de las leyes científicas; intenta, naturalmente, comprender los objetos individuales, "reales", pero a la luz de lo universal (utilizando los objetos "ideales" del pensamiento).

    GLOSARIO

    Ad-hoc: A propósito especial para aquello de que se trata.

    Constante: constituyen variables de individuo, no abstractas

    Consecuencias observacionales: Proposiciones que se deducen lógicamente de hechos observados por un científico.

    Cuantificacion universal: Explicitación de la cantidad (extensión y comprensión) en los enunciados o juicios, o especialmente en el predicado. Al ser universal se aplica a todos aquellos elementos que respondan a un mismo rango.

    Cuantificacion existencial: Explicitación de la cantidad (extensión y comprensión) en los enunciados o juicios, o especialmente en el predicado. Al ser existencial se aplica en un caso en particular.

    Existencia: Existen los objetos que están en el tiempo y en el espacio, o sólo en tiempo.

    Hipótesis: suposición, para sacar de ella una consecuencia.

    Hipotético Deductivismo: concepción de la filosofía de la ciencia que se basa en hipótesis a partir de las cuales se verifican sus consecuencias para intentar refutarlas.

    Implicación: Consecuencia, repercusión de algún dicho o hecho.

    Inducción: método consistente en la observación de casos particulares y la extracción de leyes generales

    Inductivismo: concepción de la filosofía de la ciencia según la cual las leyes científicas se descubren por inducción a partir de casos particulares.

    Lenguaje: Conjunto de signos estructurados. Formas de expresión por medio de las cuales se relaciona una comunidad de hombres determinada.

    Leyes: hipótesis a las que se busca contrastar sus consecuencias para intentar refutarlas.

    Lógica Formal: Método utilizado por la ciencia para demostrar hipótesis.

    Objetos ideales: no están ni en el espacio ni en el tiempo. No están en cambio, son reversibles

    Objetos reales: toda cosa real es única, está en cambio es irreversible.

    Paradigma: conjunto de conocimientos (generalizaciones, modelos empíricos) poseídos por una comunidad científica

    Proposiciones: descripciones expresadas por medio de una oración. Varias oraciones diferentes pueden expresar una proposición

    Realidad: Es compleja,

    Refutacionismo: Teoría que se basa en contradecir, impugnar con argumentos o razones [lo que otros dicen].

    Signo: producto de la semiosis.

    Variable: constituye una cantidad que no tiene valor constante y determinado, y que representa elementos en general. No es ni verdadera ni falsa, ni es una proposición hasta no ser reemplazada.

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