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China el dragon despierto

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China el dragon despierto

Agregado: 26 de JUNIO de 2008 (Por Roberto Yrago) | Palabras: 55506 | Votar | Sin Votos | Sin comentarios | Agregar Comentario
Categoría: Apuntes y Monografías > Historia >
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    Autor: Roberto Yrago (ryrago@fibertel.com.ar)

    CHINA
    El dragón despierto


    Autor
    Roberto Yrago


    PROLOGO

    Un libro actualmente inhallable; nos animaríamos a decir que ni siquiera en las consabidas librerías de viejo, merodeadas con frecuencia por su autor, que era Bernardo Kordon, se titulaba Viaje nada secreto al país de los misterios: China extraña y clara.
    Quizá fuera ese nuestro primer acercamiento consciente hacia este sorprendente país. Porque más allá de las alabanzas o vituperios a que pueda acudirse para mensurarlo, el calificativo de sorprendente le cabe con justicia.
    Acudiendo a la memoria, recordamos haber leído que Napoleón dijo en cierta oportunidad una frase premonitoria: Cuando China despierte, el mundo temblará.
    Sea cierta o falsa la autoría de tal pensamiento, el mundo no tiembla ante el despertar del gigante dormido, pero, al menos, ciertamente es asombroso.
    Obviamente, Japón no ha sido ajena a China. Sus ojos se posaron en los vecinos como presa a ser devorada desde el mismo instante de la guerra sino-japonesa de 1895, pues en ella vieron el objetivo apropiado para su política expansionista en aras del espacio vital.
    La victoria del ejército japonés sobre Rusia en 1905 dió a sus militares y marinos de las fuerzas imperiales una sensación de imbatibilidad. El germen del nuevo partido político a formarse con la casta de los militares había sido sembrada, y los EEUU eran una piedra en el zapato para sus ambiciones expansionistas.
    Dice otra leyenda que la alusión al despertar del gigante dormido se atribuye al Almirante japonés Isoku Yamamoto, planificador de la acción de guerra contra Pearl Harbour, y dirigida a su subordinado, el vicealmirante Chuichi Nagumo, comandante de la flota imperial japonesa, que atacaría a la base americana en una fecha que vivirá en la infamia, que correspondió al 7 de diciembre de 1941, tal como lo expresara Theodore Roosevelt, presidente de EEUU, en su discurso del día siguiente a su país, declarando el inicio de la guerra.
    Es probable que, en algunas décadas, el imperio americano, hoy socio privilegiado de China, sea sustituido por este otro imperio, que ha despertado.
    Según un estudio reciente del Banco de Corea, en la segunda mitad de la década de 2010, el tamaño de la economía asiática será similar a la de la Unión Europea antes de su ampliación. En la primera mitad de la década de 2020 será equivalente a los tres países norteamericanos (EEUU, Canadá y México)
    Vislumbrando la economía mundial en 2040, la participación de Asia en el PBI mundial se proyecta en un 42%, mientras que se espera que las participaciones de América del Norte, Europa y otras regiones sean 23%, 16% y 20% respectivamente,
    En términos de PBI, se prevé que China sobrepase a Japón alrededor del año 2020 y que esté a la par con EEUU aproximadamente en 2040, con una participación cercana al 20% en el PBI global.
    India debería sobrepasar a Japón alrededor del 2030 y cerca del 2050 se proyecta que equipare la participación europea en el PBI global, la cual representa un 12%.
    Por lo tanto, esperamos observar más cambios fundamentales en la economía mundial en el próximo medio siglo, que los sucedidos en los últimos 50 años.
    Por nuestra parte agregamos, que dichas proyecciones seguramente tienen, como es de rigor, la consabida mención de ceteris paribus (si lo demás no varía).
    Haciendo un nuevo acercamiento al libro de Kordon mencionado al inicio, merece una segunda observación y en este caso sobre el subtítulo: China extraña y clara.
    Es el uso del adjetivo extraña lo que nos llama la atención.
    Llevado por esas extrañas asociaciones de la mente recordamos el título de otro libro. Su autor, Albert Camus, a la sazón Premio Nobel de Literatura y su obra El Extranjero.
    Hemos podido observar que ese título ha sido también traducido como El Extraño.
    Aquí extraño ha sido utilizado como sinónimo de enajenado Necesariamente tenía que haber una asociación entre ambos términos, por lo cual qué mejor camino que dirigirse al diccionario de la Real Academia Española.
    En su segunda acepción la R.A.E. nos dice de extraño: 2. raro, singular y seguidamente 3. extravagante. No paremos aquí, sigamos a la cuarta acepción y vemos 4. dicho de una persona o de una cosa: Que es ajena a la naturaleza o condición de otra de la cual forma parte.
    ¿Porqué dejar sin nombrar la quinta? 5. Que no tiene parte en algo.
    Es así que podemos afirmar que el uso de extraña para calificar a China, no ha sido una casualidad, sino fruto de la búsqueda intencionada de Kordon para encontrar un vocablo, que se ajustara a la definición de China.
    Presumimos, que al usarla ha querido dejar de resalto, que China es rara e indócil, ajena al pensamiento occidental, del cual no forma parte.
    China será hoy un país globalizado, pero sus singularidades ancestrales mantendrán ese aura de misterio, hoy pronto para ser redescubierto y gozado.
    China siempre será extraña y clara a la vez.
    Dicho lo anterior es necesario aclarar que el objetivo de este trabajo no es detenernos meramente en escribir una historia sobre China sino también, intentar descubrir las interrelaciones de las variables macroeconómicas y su influencia en el mundo globalizado como también enumerar algunas consideraciones los aspectos sociales y culturales, para lo cual China, pero también India son ejemplos paradigmáticos. Por ello, haremos referencias, obviamente necesarias a India, en especial cuando Argentina esta comenzando a recibir importantes inversiones de ese origen. En 2007 llegaron ocho firmas indias, que invirtieron US$ 800 millones, asegurando su embajador en el país, que esto es solo el principio.
    Podemos presumir que el panorama mundial no es demasiado alentador, dadas las dificultades del líder EEUU, ya que como resultado de sus problemas económicos y de las elecciones presidenciales de 2008, usará su tiempo y mejores cuidados en dar un rumbo a su economía doméstica, dejando como temas marginales a los países latinoamericanos, especialmente en cuanto al área económica, no así, presumimos, la política.
    Toda sociedad es influida e influye en mayor o medida a otras sociedades con las que se vincula. Y la magnitud de su influencia estará dada por la importancia de esa sociedad en el concierto de las naciones.
    Con el objeto de dar un ejemplo concreto que aclare lo expuesto, podemos mostrar la influencia de la demanda china de granos y su correlato en el sector agrícola argentino, que como consecuencia impulsó a Argentina con este viento de cola, que permitió salir antes que después de la crisis acaecida en 2001, epifanía del gobierno radical de De la Rua.
    La era de las comunicaciones con las tecnologías de información y comunicación computacionales ha dado un espaldarazo colosal a la interrelación comercial y financiera, siendo el soporte técnico que permite estar informado en cualquier lugar del mundo de los aconteceres diarios, importantes o banales con una simple lap top.
    Si continuáramos relatando la historia con este criterio lineal, daríamos pie a que se nos tilde de cartesianos a ultranza.
    En el siglo XIX Rene Descartes escribió El Discurso del Método, obra que dió fundamento teórico a la Modernidad.
    Con sus cuatro principios metódicos daba lugar a la idea de que el progreso indefinido era posible, y que la objetividad en un mundo racional, permitiría prever los acontecimientos con premura, tomando los recaudos para aprovechar o evitar, según fuera el caso, sus influencias.
    El fenómeno histórico que dió origen al inicio de la Modernidad se encuentra en el quiebre del orden feudal dando lugar a un nuevo orden y en un contexto liderado por la burguesía en ascenso. Esta nueva ideología es un saber que viene sobrepuesto sobre una clase social, que la utilizará como arma fundamental en su lucha.
    La ciencia social, que es una de las armas poderosas del enfrentamiento se transforma en un saber totalizador, pretendiendo comprender toda la realidad pasada, presente y futura.
    Se supera el orden vigente de la primera etapa del siglo XVIII, donde el orden feudal consideraba la idea de progreso como negatividad (no como estancamiento) dando lugar al pensamiento burgués, donde el progreso se convierte en positividad, siendo el cambio necesario y deseado.
    El nuevo orden social toma la noción de etapa, y esta nueva sociedad pasa a ser considerada como una etapa más avanzada respecto de la anterior, es decir como progreso positivo.
    Ha pasado el tiempo y nuevas teorías y pensamientos se han dado lugar para desmentir esa previsibilidad que daba comodidad al mundo.
    Pero nuevas teorías como la del caos y el concepto de incertidumbre han obtenido un lugar privilegiado en la mente del hombre del siglo XXI.
    El paradigma de complejidad de Edgard Morin, cambia el paradigma de completitud y certeza determinístico, propio del método cartesiano y a ello hay que agregarle los conceptos básicos del premio Nobel Ilya Prigogine sobre el caos.
    Aquel que no se ajuste a integrar a su estructura mental tales conceptos, seguramente se verá derrotado por la realidad. La Modernidad que nos permitió Descartes ha sido declarada obsoleta.
    En el contexto actual, parecería que a mayor información y comunicación el umbral de incertidumbre que caracteriza a los negocios los llevaría a la certeza.
    En cambio la complejidad y el caos han hecho desembarco en el ámbito de los negocios por lo que la incertidumbre sigue subsistiendo.
    El avance de las computadoras permiten el uso de herramientas matemáticas probabilísticas, que acotan la incertidumbre y permiten que los empresarios tengan estrategias, en un contexto de riesgo, con una mayor o menor probabilidad de ocurrencia; amén de planes alternativos con distintos escenarios para optar por el cambio en forma flexible y rápida.
    Pero, con los dos ejemplos siguientes, podemos ver que no es suficiente y que la certeza ha muerto.
    Iglesias Illa en el capítulo Una historia de Wall Street y con el subtítulo La venganza de los nerds nos cuenta que en el centro financiero mundial de Wall Street con la aparición de los derivados financieros apareció la gran revolución matemático-financiera. Los traders fueron despedidos y reemplazados, para sorpresa de casi todo el mundo, por doctores en física del MIT y de otras universidades, que llegaban a los bancos con modelos matemáticos, una ideología financiera novedosa -el mercado es racional y predecible; es posible reducir el riesgo a casi cero-.
    El boom de 1992-1998 fue la consolidación de este modelo, en el que un optimismo a prueba de balas llevó a buena parte de Wall Street a creer que los mercados habían entrado en una etapa científica, donde la intuición estaba pasada de moda y todo riesgo podía ser descompuesto y medido hasta en sus partes más pequeñas.
    Robert Lowenstein en When Genius Failed escribió su relato sobre Long-Term Capital Management (LTCM), el fondo de inversión patrocinado por Myron Scholes y Robert C. Merton, profesores de Stanford y Harvard respectivamente, quienes en 1997 recibirían el Premio Nobel de Economía.
    LTCM ganó en sus primeros tres años un 40% cada año, sin saltos abruptos y ni un solo mes negativo. Pero los traders de LTCM, ciegos de ego e invencibilidad, no vieron que dos camiones de contramano les venían haciendo luces a toda velocidad.
    Uno era el camión de la originalidad: las buenas ideas duran un día en Wall Street, después todo el mundo se pone a copiarlas hasta que pierden su atractivo.
    El otro camión, que muy pocos vieron venir, fue Rusia. Las potencias nucleares no defaultean insistía Wall Street a principios de 1998, repitiendo la desafortunada sentencia de Walter Wriston, sobre América Latina.
    Rusia finalmente devaluó y dejó de pagar sus bonos GKO, bonos de corto plazo, cuyo precio llegó a caer debajo de los cinco centavos por dólar.
    LTCM apostó varias veces, durante el despeñamiento de los GKO a que en algún momento los papelitos se iban a volver racionales y se recuperarían. No lo hicieron o lo hicieron cuando ya era demasiado tarde. LTCM se quedó con un agujero tan grande que salió a mendigar ayuda a Wall Street, interviniendo finalmente la Reserva Federal que obligó a 14 bancos a poner un par de cientos de millones cada uno para pagar las cuentas y evitar una crisis del sistema.
    El segundo y elocuente ejemplo es el siguiente.
    La crisis que hoy sufre Estados Unidos, debido al mercado sub prime de hipotecas puede derivar a una recesión o incluso stagflation en el primer país del mundo. Y tal acontecer extendería su influencia hacia todo el mundo, con consecuencias, probablemente funestas, como lo fue el crack de 1930.
    Nos dice Stiglitz Hasta ahora, hubo tres factores que contribuyeron a que el mundo capeara la suba de los precios del petróleo. Primero: la productividad china. Segundo: la baja de la tasa de interés en EEUU. Por ultimo, los trabajadores de todo el planeta aceptaron menores salarios reales y una baja participación en el PBI. Pero este juego ha llegado a su fin
    Nos cabe hacer la ultima pregunta: ¿Cuál es el reaseguro para que las consecuencias no sean extremadamente dramáticas, dada la propagación a nivel planetario de las crisis?
    Y la respuesta es: China, quien tiene ingentes reservas constituidas en dólares americanos. La suma de 1,4 billones de dólares americanos es apabullante.
    última reflexión: China hace poco más de un siglo todavía era un país a medias colonizado, donde los intereses particulares de comerciantes ingleses afectados por el cierre del mercado del opio, rogaban a la Corona que interviniera dando lugar, precisamente, a la Guerra del Opio.
    Y los chinos, hoy cuarta potencia mundial, a casi nada de superar al tercero, Alemania, tuvo que seguir promocionado la drogadicción para que los súbditos de Su Graciosa
    Majestad pudieran seguir filosofando sobre ética, a las cinco de la tarde, mientras tomaban el te con scons en Londres.
    Pero, a su vez es menester aclarar, a riesgo de que se nos tache de hipócritas, que la mención anterior es un relato objetivo histórico, puesto que en el concepto de la época, donde ya existía el capitalismo salvaje como podemos apreciarlo en el ejemplo, era considerado como jugar con las reglas del juego, que incluía el dirty play.
    Pondremos los mejores esfuerzos para describir breve pero exhaustivamente, estas relaciones entre el antiguo imperio chino renacido, la influencia a nivel mundial de las variables económicas interrelacionadas debido a la globalización y la participación de este actor impensado hasta hace poco; la predictibilidad pero también el caos y la incertidumbre, que concluyan en un trabajo coherente, aportando información y conocimientos adicionales y]o novedosos, o al menos entretenimiento a sus eventuales lectores.
    La estrategia de desarrollo del presente trabajo será tratar separadamente estos conceptos en capítulos, para luego intentar, esperemos que con éxito, hacer la interconexión prometida.
    Es decir que utilizaremos el método de las novelas de misterio. Vamos mostrando los distintos personajes en forma correlativa, para luego sorprender con un final a toda máquina. Lo decepcionante podría ser, como es usual, que el culpable sea el mayordomo. O que a la máquina le falte hulla.
    Si es así....acudamos a China que tiene las mayores reservas de hulla del mundo.

    El Autor






    Historia Política de China
    Desde la Dinastía Quing a la fecha

    La historia de China, como cronología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, tiene sus orígenes en la cuenca del Río Amarillo, donde surgieron las primeras dinastías Xia y Shang.
    La existencia de documentación escrita de larga data ha permitido la recopilación de una historiografía precisa, desde las primeras dinastías hasta la actualidad.
    Para la confección de este capítulo nos hemos remitido sustancialmente a enciclopedias y otra bibliografía sugerida en la web, que figura al final del capítulo.
    En nuestra consideración, la información recogida y expuesta carece de connotaciones ideológicas y políticas y se atiene al suceder histórico con rigor. Por ello podemos agregar que nuestro aporte al tema ha sido más la recopilación y ordenamiento que creación propia. Y es menester decir que nos parece adecuado, ya que somos legos en historia, como para adoptar el atrevimiento de hacer comentarios subjetivos.
    La continuidad cultural y lingüística permite establecer una línea expositiva de la historia de la civilización china que, desde los textos más antiguos, como ser los clásicos confucianos, y pasando por las grandes historias dinásticas promovidas por los emperadores, ha continuado hasta el presente.
    La narración tradicional china de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive.
    Con pena desistimos de hurgar en el pasado de las dinastías chinas y directamente nos remitimos a la última de ellas, la Quing; que casi todos hemos ojeado a hurtadillas a través del genial director de cine Bertolucci , en ese magnífico film, que fue El Ultimo Emperador.
    No perdamos más tiempo y vayamos a él.
    Dinastía Qing
    En el año 1644, la dinastía Qing, procedente de Manchuria, conquista Pekín.
    La dinastía Ching o Qing conocida también como la Dinastía Manchú, fue fundada por el clan manchú de Aisin Gioro, en el actual noreste de China expandido en la propia China y algunos territorios colindantes de Asia Interior, estableciendo así el Imperio del Gran La Ching, que fue la última de las dinastías imperiales de China
    En China, la dinastía Qing ha sido considerada una dinastía opresora. Los manchúes impusieron su estilo cultural, y la lengua manchú se utilizaba para los asuntos más importantes en la corte, dominada por la clase dirigente de origen manchú.
    La dinastía Qing consolidaría la expansión territorial de China, incorporando al imperio a Taiwán, Tíbet, Xinjiang y Mongolia.
    A pesar de la fortaleza militar del imperio Qing, se sucedieron las rebeliones contra éste. La más importante de las rebeliones antimanchúes fue la Rebelión Taiping, que causaría millones de muertos entre 1851 y 1864.
    A lo largo del siglo XIX se sucedieron las disputas comerciales con las potencias occidentales, que dieron lugar a la Primera Guerra del Opio, que enfrentó a China con el Reino Unido entre 1839 y 1842, y a la Segunda Guerra del Opio, entre 1856 y 1860, en la que una alianza franco-británica tomó la ciudad de Guangzhou. El resultado de estas guerras fue la firma de los tratados de Nanjing y de Tianjin, por los que el Reino Unido consiguió la soberanía sobre parte del actual territorio de Hong Kong, además de derechos comerciales y de navegación para las potencias occidentales.
    En las últimas décadas de la dinastía Qing, bajo el mando de la poderosa Emperatriz Regente Cixi continuaron los conflictos con las potencias extranjeras por disputas comerciales. Además, la rivalidad con Japón por la influencia sobre Corea provocó la guerra chino-japonesa entre 1894 y 1895. Tras la derrota china en esta guerra, se firma el Tratado de Shimonoseki, por el que China reconocía la independencia de Corea, que pasaba a estar bajo influencia japonesa, y cedía Taiwán a Japón.
    La derrota frente a Japón hizo crecer el desprestigio de la dinastía Qing. El descontento con el gobierno imperial manchú se manifestó en la aparición de numerosos movimientos revolucionarios que pedían la formación de una república.
    Emperatriz regente Cixi
    A finales del siglo XIX, un nuevo líder emergió. La Emperatriz Viuda Cixi, era la concubina del Emperador Xianfeng (1850-1861), la madre del Emperador Tongzhi, y la tía del Emperador Guangxu; controló con éxito el gobierno Qing y fue la gobernante de hecho de China por 47 años. Ella efectuó un golpe de estado para expulsar de la regencia a Sushun designado por el último emperador. La conocen como "gobernante detrás de la cortina" en la política de Qing.
    Por los años de 1860s, la dinastía Qing había vencido las rebeliones con la ayuda de la milicias organizadas. El gobierno Qing entonces procedió a ocuparse del problema de la modernización, que procuró con el Movimiento de Uno mismo. Formaron varios ejércitos modernizados incluyendo el Ejército Beiyang; no obstante las flotas de "Beiyang" fueron aniquiladas en la guerra Chino-Japonesa (1894-1895), que produjo las primeras llamadas para una reforma mayor y más extensa.
    En los diez años del reinado del Emperador Guangxu, sobrino de la Emperatriz regente Cixi (1875 - 1908), la presión occidental en China era tan grande que ella se vió forzada a darles toda clase de poderes. En 1898 el Emperador Guangxu intentó la Reforma, en la cual se dieron nuevas leyes y algunas viejas leyes fueron suprimidas.
    Pero sus ideales fueron sofocados por Cixi y Guangxu fue encarcelado en su propio palacio. Cixi, se concentró en centralizar su propia base de poder.
    En 1901, después del asesinato del embajador alemán, la alianza de las Ocho Naciones entró en China con una fuerza militar unida por segunda vez.
    Cixi reaccionó declarando la guerra a la alianza de las ocho naciones, sólo para perder el control de Pekín dentro de un período de tiempo corto.
    Gobierno y sociedad Qing
    Políticamente, el imperio estaba considerado como una inmensa familia, siendo el Emperador "Hijo del Cielo" a la vez "el padre y la madre" de su pueblo, y por consecuencia, como en la familia antigua, el señor absoluto de todos.
    En Pekín su capital, vivía encerrado en una ciudad aparte, "la Ciudad Prohibida", invisible al común de sus súbditos. Asistido de un Consejo de Estado y de ministros, gobernaba por medio de ocho virreyes, entre los que estaban divididas las dieciocho provincias del Imperio. Las provincias estaban subdivididas en prefecturas, etc., gobernadas por una jerarquía de funcionarios o mandarines - nombre inventado por los portugueses.
    Los mandarines se reclutaban entre los letrados, es decir entre los que habían estudiado la literatura, las ciencias y la filosofía chinas, y habían sido aprobados en numerosos exámenes.
    Principios y desarrollo temprano
    La riqueza del Imperio Chino era conocida, desde la Edad Media, por los europeos. Bien acogidos no tardaron en exasperar a los chinos por su rapacidad y sus violencias. De aquí que la China se cerrase casi completamente desde el siglo XVI a los "diablos extranjeros". Esta situación duró hasta 1840. Fueron necesarias dos guerras para abrir más extensamente a China al comercio europeo; la Guerra del Opio (1840-1841) y la Expedición de China (1858-1860).
    La Compañía inglesa de la Indias había obtenido el primer puesto en el comercio en Cantón. Su principal artículo de venta era una droga extraída de la adormidera, el opio, que los chinos fuman y que envenena más rápido que el alcohol o el tabaco.
    En 1839, se había prohibido la venta del opio y destruido un stock de 20,000 cajas depositadas en los almacenes ingleses, éstos bloquearon a Cantón y después emprendieron una guerra conocida con el nombre de Guerra del opio. La flota inglesa tomó a Cantón y Shanghai y remontó hasta Nankín. Por el tratado de Nankín, los chinos tuvieron que ceder a Inglaterra el islote de Hong Kong, enfrente de Cantón: abrieron además cinco puertos, entre ellos Shanghai al comercio británico. Los Estados Unidos y Francia obtuvieron poco después las mismas condiciones. Francia se hizo además reconocer el protectorado de las misiones católicas, cuya presencia en China se remontaba al siglo XVI.
    En 1856 se suscitaron nuevas dificultades en Cantón entre Inglaterra y China. Por otra parte, un misionero había sido martirizado, y no habiendo podido obtener reparación, el gobierno inglés y Napoleón III se entendieron para castigar en común a China y obtener de ella, amenazando a Pekín, primero garantías para sus nacionales, después el establecimiento de relaciones diplomáticas regulares, y por último nuevas facilidades para el comercio. Un ejército franco-inglés de 23.000 hombres, después de haber dispersado al ejército chino, ocupó Pekín (1860).
    Durante la marcha sobre Pekín, los chinos habían propuesto negociaciones, durante las cuales se apoderaron por traición de 37 europeos, de los cuales mataron a 4 e hicieron perecer a otros dieciséis en atroces suplicios.
    Para vengar esta traición, los aliados pusieron a saco e incendiaron el Palacio de verano, la más preciosa de las residencias imperiales. Los chinos hicieron todas las concesiones exigidas por el Tratado de Pekín(1860). Siete nuevos puertos fueron abiertos al comercio extranjero.
    A consecuencia de este nuevo descalabro, parecía que China quería transformarse un poco. Oficiales extranjeros instruyeron a las tropas chinas, hasta entonces armadas de arcos y de lanzas, al mismo tiempo que se creaba en Pekín un colegio europeo. El Emperador autorizó hasta la construcción de un ferrocarril a Shanghai (1878). Pero la masa del pueblo y los mandarines permanecían hostiles a las novedades; el gobierno se mostraba débil y vacilante.
    Los brillantes éxitos que tuvo el Japón tuvieron naturalmente una gran repercusión en China. Parecían haber hecho comprender definitivamente a los chinos, que hay un gran provecho en no despreciar las "ciencias bárbaras", y que conocerlas y adaptarse a su organización es para los pueblos la condición misma de la independencia.
    Bajo la dirección de instructores japoneses, China empezó a darse un ejército a la europea, regularmente reclutado, uniformemente equipado, y disponía según se decía de 250,000 hombres. Publicaba periódicos donde se ensalzaban las virtudes guerreras que eran tan despreciadas por los chinos. Multiplicó el número de estudiantes enviados a Europa y sobre todo al Japón . Reformó la organización de su enseñanza y creó colegios y universidades. Por otra parte los chinos comenzaron a querer dar valor a su país; comprando a los extranjeros las minas concedidas y hasta ciertas líneas férreas; ensayando además crear fábricas.
    La importancia y la grandeza de la transformación del Japón, se enfrentaron bruscamente en un conflicto con China a propósito de Corea. Desde siglos se enfrentaron chinos y japoneses, terminando por ejercer la soberanía los unos al lado de los otros, poniendo cada nación una guarnición en Seúl, la capital. Querían los chinos en 1894 reforzar su guarnición, los japoneses empezaron la guerra sin previa declaración (julio de 1894).
    La Guerra de Corea se llevó a cabo rápidamente. Con gran sorpresa por parte de Europa, los japoneses batieron a los chinos con la mayor facilidad. Después de haberlos expulsado de Corea, después de haber destruido sus acorazados en la desembocadura del Yalu (17 de septiembre) y tomado por asalto la plaza fuerte de Puerto Arturo, (noviembre), los japoneses invadieron Petchili. Los chinos firmaron la paz.
    Particularmente grave para la conciencia china fue la derrota en la Primera Guerra Sino-Japonesa, que concluyó en 1895 con la firma del Tratado de Shimonoseki, por el que China perdía su influencia sobre Corea, que pasaba a ser protectorado japonés, y perdía también la soberanía sobre la isla de Taiwán, convertida en territorio japonés.
    Este descontento creciente provocó el aumento del número de seguidores del movimiento republicano de Sun Yat-sen, a la sazón exiliado en Japón, que había fundado una nueva organización republicana, la Sociedad de la Alianza .
    Por el Tratado de Simonoseki, abandonaban a los japoneses las dos plazas que dominaban la entrada del golfo de Petchili, al norte Puerto Arturo, con la península donde está construido, y al sur Wei-Hai-Wei; cedían además, enfrente de China meridional, la gran isla de Formosa (abril de 1895).
    Entonces se produjo una intervención de Europa. So pretexto de defender "la integridad de China", Rusia, que ambicionaba para ella Puerto Arturo, supo arrastrar con ella a Francia y Alemania, y las tres potencias impusieron una revisión del Tratado de Shimonoseki. Japón tuvo que contentarse con Formosa y una indemnización de guerra.
    A consecuencia de los descalabros chinos, muchos creyeron en Europa que algún día sería posible distribuirse China, como se habían distribuido África; o que por lo menos las potencias podrían ocupar allí cierto número de puntos estratégicos y establecer "zonas de influencia".
    La iniciativa de esta política de desmembramiento fue tomada por Alemania. A consecuencia del asesinato de dos misioneros alemanes (1897), el Emperador Guillermo II hizo ocupar, inmediatamente y sin intimación, el puerto de Kai-Tcheu, al sur de la península de Chan-Tung, región reputada por su riqueza y sus minas de carbón.
    Por su parte, los rusos negociaban y obtenían, para la terminación del ferrocarril transiberiano, la facultad de construir la vía en línea recta sobre Vladivostok, a través de la provincia china de Manchuria. Obtenían por otra parte, por noventa años la cesión en arriendo de Puerto Arturo, el puerto en aguas siempre libres, ambicionado desde hacia tantos años por Rusia: un entroncamiento debía unir este puerto al ferrocarril transiberiano (1898).
    Francia e Inglaterra se hicieron ceder igualmente en arriendo Kuang-Tcheu y la otra Wei-Hai-Wei (1898).
    Por otra parte las potencias obtenían la apertura de doce puertos nuevos, el derecho de establecer en ellos manufacturas y la facultad para los vapores de circular por todas las grandes vías navegables. Arrancaban del gobierno chino para sus nacionales concesiones de explotación de las minas y de construcción de ferrocarriles, casi 10,000 kilómetros: el trozo principal de Pekín a Han-Keu 1.250 kilómetros se había concedido a una sociedad franco-belga.
    Los brillantes éxitos de Japón tuvieron naturalmente una gran repercusión en China. Parecían haber hecho comprender definitivamente a los chinos que hay un gran provecho en no despreciar las "ciencias bárbaras", y que conocerlas y adaptarse a su organización es para los pueblos la condición misma de la independencia.
    Era la manumisión de los bárbaros sobre China, y el derrumbamiento del antiguo Imperio. El patriotismo chino y el espíritu de rutina se sublevaron. Sociedades secretas, muy numerosas y muy activas en China, sobre todo la sociedad llamada de los Boxers, provocó un movimiento nacional que estalló en Pekín, en mayo de 1900, y se extendió a toda China del norte. Hubo doscientos extranjeros acuchillados y los ministros europeos en Pekín fueron sitiados durante dos meses en sus legaciones. Las potencias, incluidos el Japón y los Estados Unidos, decidieron obrar en común: enviaron cada uno un contingente y el ejército internacional así constituido reprimió en una corta campaña alrededor de Pekín el movimiento boxer (septiembre-octubre 1900). Los chinos tuvieron que pagar indemnizaciones y confirmar las concesiones de trabajos públicos hechos anteriormente. En cambio, renunciaban las potencias a toda idea de desmembramiento, garantizando la integridad china.

    Caída de la Dinastía Qing - Levantamiento de Wuchang
    El ideólogo republicano más importante de los últimos años de la dinastía Qing fue Sun Yat-sen, quien ya en 1895, tras haber fundado la Sociedad para la Regeneración de China, intentó organizar una revolución contra la dinastía Qing en la ciudad sureña de Guangzhou. La sublevación fracasó y Sun Yat-sen se vió obligado a huir de China, en un exilio que lo llevaría a Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón en los años siguientes.
    El Dr. Sun Yat-sen, gran revolucionario democrático, fue el líder universalmente reconocido de la Revolución de 1911. A finales del siglo XIX, surgieron dos facciones entre los políticos burgueses chinos que abogaban por aprender de Occidente. Una reformista, encabezada por Kang Youwei, y otra revolucionaria, dirigida por Sun Yat-sen. El fracaso del Movimiento Reformista de 1898 condujo al hundimiento de la facción, la cual se había hecho la ilusión de que el gobierno de la dinastía Qing podría llevar a cabo ciertas reformas, mientras que se incrementaron rápidamente la fuerza y la influencia de la facción revolucionaria de la burguesía.
    En 1905, se fundó la Tongmenghui (Liga Revolucionaria de China). En ese momento Sun Yat-sen formuló un programa revolucionario burgués, en el cual figuraban los postulados de "establecimiento de una república e igualdad de la propiedad de la tierra". Se trataba de un proyecto de república burguesa, inspirado en el ejemplo de la burguesía occidental. En dicho programa, Sun Yat-sen abogaba por derrocar por la vía revolucionaria la dominación de la dinastía Qing para "establecer una república". Esto correspondía, en aquella época, a las aspiraciones y las demandas de las amplias masas populares de todo el país.
    Luego de fundada la Tongmenghui en Tokio, sus miembros no tardaron en retornar sucesivamente a China e ir a diversas partes del país a organizar grupos revolucionarios y, en unión con otros patriotas, a preparar levantamientos.
    El Dr. Sun Yat-sen atribuyó gran importancia al trabajo militar y al trabajo dentro del ejército enemigo. Esto fue de gran importancia para la Revolución de 1911.
    En la Academia Militar estudiaban más de 500 cadetes, muchos de ellos jóvenes descontentos de la situación entonces existente. Así fue como la Academia Militar de Yunnan se convirtió en una importante plaza fuerte de las fuerzas revolucionarias en esa provincia.
    En 1911, se graduaron antes del plazo previsto los cien cadetes de la primera promoción de la academia. Dieciocho de ellos fueron colocados como oficiales de las tropas y se pusieron a hacer propaganda revolucionaria entre los soldados.
    Los soldados del Nuevo Ejército, todos ellos reclutas procedentes del campo, ya estaban sumamente descontentos con la tiranía y la corrupción del gobierno de la dinastía Qing, con la brutal explotación de la clase terrateniente, con los castigos corporales y con los insultos que sufrían en el viejo ejército y con la práctica de los oficiales de embolsarse parte de su paga.
    El 10 de octubre de 1911, estalló el Levantamiento de Wuchang, que dio un gran estímulo al pueblo en Yunnan.
    Esta sublevación acabará con el derrocamiento definitivo del último Emperador Qing Puyi, en 1912.
    Los revolucionarios intensificaron también allí sus actividades entre los soldados. Los gobernantes de la dinastía Qing estaban presa de pánico. Li Jingxi, gobernador general de Yunnan y de Guizhou, mandó construir fortificaciones dentro y fuera de la sede de su gobierno y dió orden de arrestar a los revolucionarios. Li Jingxi reunió un batallón de guardias, un batallón logístico y dos compañías de ametralladoras para defender la sede de su gobierno. Sin embargo, incluso entre dichas fuerzas de custodia existían fuerzas revolucionarias ocultas.
    El 30 de octubre los revolucionarios se sublevaron en Kunming. Al levantamiento se sumaron también los cadetes de la Academia Militar y de la Escuela Militar Primaria así como los guardias de Li Jingxi. Bajo el mando de Cai E, las majestuosas tropas de la insurrección se pusieron inmediatamente en marcha para tomar los accesos a la ciudad. Cuando atacaron la ciudad de Kunming, el batallón de caballería, desplegado ahí por Li Jingxi para defender la ciudad, no opuso resistencia alguna, sino que, al contrario, la mayor parte de sus soldados se incorporaron a las filas rebeldes. Los cadetes de la Academia Militar que vivían dentro de la ciudad abrieron las puertas de la misma.
    El 31 de octubre, se tomó sucesivamente por asalto otras dos plazas fuertes del enemigo, la colina Wuhua y el arsenal.
    Poco después, se sublevaron también las tropas del Nuevo Ejército que se hallaban en Dali, Lin'an y otros lugares. Los batallones de patrullaje del enemigo que se encontraban fuera de Kunming fueron liquidados sucesivamente, y la provincia de Yunnan quedó totalmente en manos de los insurgentes. El 1 de noviembre, se fundó el gobierno militar de Yunnan.
    Nacimiento de la República de China
    Los acontecimientos que llevaron a la caída de la dinastía Qing, la llamada Revolución de Xinhai, se desarrollaron entre el 10 de octubre de 1911, fecha en que se produjo la insurrección conocida como Levantamiento de Wuchang, y el 12 de febrero de 1912, cuando el último emperador, Puyi, abdicó definitivamente.
    La revolución que acabó con varios milenios de historia imperial se desencadenó por una explosión fortuita en la ciudad de Hankou el 9 de octubre de aquel año. Hankou es una de las tres ciudades que constituyen la triple metrópoli de Wuhan, punto estratégico en el centro de China, y en ella había una intensa actividad revolucionaria clandestina, así como un gran número de tropas del reformado Nuevo Ejército del estado Qing. Aquel 9 de octubre, un grupo de revolucionarios se encontraba manipulando explosivos que iban a ser utilizados en atentados antimonárquicos, cuando una explosión inesperada provocó varios muertos y heridos. Los intentos de rescate de los heridos pusieron a las autoridades locales al corriente de las actividades y de las identidades de muchos implicados, y aquel mismo día se llevaron a cabo diversas ejecuciones sumarias.
    Sin embargo, el ejército Qing en Wuhan estaba ya infiltrado por muchos activistas republicanos que, tras el accidente, temían ser descubiertos. Éstos decidieron lanzarse a la ofensiva antes que esperar la reacción de las autoridades leales a la corte Qing, y el 10 de octubre se sublevaron contra el poder imperial en Wuchang,
    De esta manera, en apenas tres días, Wuhan, la triple metrópoli del Yangzi, estaba en poder de un ejército rebelde al servicio de la causa republicana, a pesar de la falta de organización del movimiento. La fecha del 10 de octubre, el "doble 10", se convertiría en la fiesta nacional de la República de China y, aún hoy, se conmemora como tal en Taiwán.
    Mientras la rebelión avanzaba, los altos mandos del ejército exigieron a la corte que aceptara una serie de reclamaciones, las "doce reclamaciones", para reducir el poder del emperador y establecer un sistema parlamentario. Entre estas reclamaciones estaba el nombramiento de un nuevo gobierno encabezado por un primer ministro. La debilitada corte manchú, consciente de que el poder se le escapaba de las manos, aceptó todas estas reclamaciones, y Yuan Shikai fué nombrado Primer Ministro del Imperio Qing.
    Estas reformas suponían un intento de establecer una monarquía constitucional en China que pudiera contentar a los conservadores y a los sectores reformistas. A pesar de este intento, la revolución seguía su avance imparable, apoyada en un gran apoyo popular. El 3 de noviembre, la provincia de Jiangsu se sumaba a la rebelión republicana. Sichuan, el 22 de noviembre y Shandong, el 12 de diciembre, se unían a la lista de provincias rebeldes.
    El 30 de diciembre, en Nanjing, se proclamaba la República de China, que oficialmente comenzaría el 1 de enero de 1912. El año 1912 se convertía para China en el año 1 de la república, adoptando el modelo occidental de años solares con semanas de siete días, en lugar del sistema tradicional chino de años lunares con semanas de diez días. Sun Yat-sen pasaba a ser el primer presidente de la República de China.
    Sin embargo, Sun Yat-sen era consciente de la debilidad militar de la nueva república. La mayor parte del ejército se mantenía leal al poder imperial de Pekín, y Yuan Shikai mantenía su poder e influencia sobre el Ejército de Beiyang, asentado en el norte de China. Sun se vio obligado a negociar con Yuan Shikai, a quien ofreció el cargo de presidente de la república. Yuan, presionado por numerosos sectores del ejército, favorables a reconocer el nuevo orden republicano, aceptó, y forzó la abdicación del niño emperador Puyi, ocurrida finalmente el 12 de febrero de 1912.
    La ambición de Yuan Shikai, que llegaría a autoproclamarse emperador en 1915, hace crecer la oposición a Sun. China se encontraba aún dividida, y Sun Yat-sen vuelve del exilio para instalarse en Guangzhou, desde donde dirige el Kuomintang, el partido político que él había fundado.
    En Guangzhou, Sun Yat-sen funda la Academia Militar de Whampoa, en la que se formará el ejército que, bajo el mando de Chiang Kai-shek, sucesor de Sun Yat-sen al frente del Kuomintang, conseguirá conquistar gran parte de China y establecer en Nanjing la capital de la República de China.
    Chiang Kai-shek se convierte en presidente de la República y, desde el principio, tendrá que enfrentarse a dos problemas. Por un lado, el Partido Comunista Chino, a pesar de varios periodos de colaboración con el Kuomintang, lucha por establecer un régimen comunista. Por otro lado, el imperialismo japonés presiona a China.
    En 1931 Japón conquista Manchuria, y establece allí el estado títere de Manchukuo. En 1937 él ejército japonés comienza la invasión de China.
    Durante la invasión japonesa, el gobierno de Chiang Kai-shek abandona la capital Nanjing, ocupada por Japón, y se repliega al interior, estableciéndose en la ciudad de Chongqing.
    Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Japón abandona sus conquistas en Asia, y China recupera Manchuria y Taiwán.
    Cuando parecía que el gobierno de Chiang Kai-shek podría ya lograr consolidar la estabilidad de la república, se reanuda el enfrentamiento con los comunistas. Éste se convierte en una guerra civil total a partir de 1947. En contra de las previsiones, los comunistas logran vencer al ejército de la República. El gobierno del Kuomintang, junto a parte del ejército y muchos de sus simpatizantes, muda a Taiwán, desde donde confiaban en poder reconquistar el continente. Esta situación, sin embargo, acabaría manteniéndose y la República de China continúa existiendo en la actualidad en la isla de Taiwán.
    La República de China fue el régimen político que sucedió en China a la última dinastía imperial, la Qing, en el año 1912. El periodo republicano fue una etapa de grandes convulsiones políticas y sociales, marcada por la independencia virtual de amplias zonas de China, bajo el control de los llamados "señores de la guerra", y por los numerosos enfrentamientos bélicos, especialmente la Segunda Guerra Sino-Japonesa y, a partir de 1945, la guerra civil entre el Kuomintang, el partido político que dominaba las instituciones de la República, bajo el mando de Chiang Kai-shek, y el Partido Comunista de China.
    La victoria de los comunistas en la guerra civil, bajo el liderazgo de Mao Zedong, en 1949, puso fin al régimen de la República en el continente chino, con la proclamación de la nueva República Popular China. El ejército comunista, sin embargo, nunca consiguió ocupar la isla de Taiwán, única provincia china en la que se ha mantenido hasta la actualidad el régimen de la República de China.
    Sun Yat-sen había accedido a ceder la presidencia a Yuan Shikai de manera temporal. La constitución provisional promulgada en marzo de 1912 estipulaba la formación de un sistema parlamentario y la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales en el plazo de diez meses.
    Con el fin de participar en las elecciones parlamentarias, la Sociedad de la Alianza de Sun Yat-sen se convirtió en un partido político con el nombre de Partido Nacional Popular, más conocido en Occidente como "Kuomintang" (KMT).
    En las elecciones parlamentarias de 1913, en las que tenían derecho a voto unos cuarenta millones de chinos, hombres mayores de veintiún años y con un cierto nivel de educación y de riqueza, el KMT logró unos excelentes resultados, con 269 de los 596 escaños de la cámara baja, y 123 de los 274 escaños del Senado para sus candidatos.
    En enero de 1914, Yuan Shikai disolvió el parlamento y nombró en su lugar una asamblea de 66 miembros, que fue responsable de elaborar una constitución que ponía todo el poder en las manos del propio Yuan.
    Yuan Shikai, convertido ya en dictador de China, intentó lanzar una campaña ambiciosa de reformas para modernizar la economía china. Estas reformas abarcaban numerosos ámbitos, tales como el sistema judicial, la educación, la moneda y el sistema penitenciario. La presión de las potencias occidentales sobre China disminuyó debido al inicio de la Primera Guerra Mundial en Europa, lo cual dio un respiro al régimen chino en la siempre espinosa política internacional.
    Sin embargo, las ambiciones japonesas sobre el territorio chino se empezaron a notar en esa época. Los japoneses, como aliados del Reino Unido, estaban técnicamente en guerra con Alemania, y aprovecharon esa situación para atacar las concesiones alemanas en la provincia de Shandong. En enero de 1915, Japón hizo públicas una serie de reivindicaciones, conocidas como las "Veintiuna Reclamaciones", que exigían a China la concesión de todo tipo de privilegios comerciales. La agresividad japonesa provocó numerosas manifestaciones en China, pero Yuan Shikai, dado el estado precario de las arcas del estado, necesitadas de inyecciones de capital extranjero, hubo de ceder a gran parte de las pretensiones japonesas.
    El estilo de gobierno de Yuan Shikai evolucionó hacia modelos cada vez más autoritarios, imitando en muchos aspectos la manera de gobernar de los emperadores Qing, y adoptando incluso los rituales religiosos de aquéllos.
    En 1915, Yuan dio el paso definitivo. Apelando a un supuesto deseo popular, hizo que una Asamblea representativa nombrada por él mismo votara a favor de la restauración imperial con 1993 votos a favor y ninguno en contra. El 1 de enero de 1916, Yuan subía al trono como nuevo emperador chino.
    La restauración monárquica fue muy mal recibida incluso por algunos de sus colaboradores más cercanos. Los líderes militares de varias provincias negaron el reconocimiento al nuevo emperador, y las protestas se sucedían por todo el país. Consciente de su impopularidad, Yuan Shikai abolía la monarquía en marzo de ese mismo año, menos de tres meses después de su subida al trono, y renunciaba al poder. Humillado y abandonado por sus seguidores, Yuan Shikai moría poco después, el 6 de junio de 1916.
    Tras el fracaso de la restauración imperial de Yuan Shikai, se restauraba la república con Li Yuanhong como presidente. En junio de 1917, el general conservador Zhang Xun llevaba a cabo un golpe militar con el objetivo de restaurar la dinastía Qing.
    El último emperador manchú, el muchacho de once años Puyi, que había seguido viviendo con su séquito en la Ciudad Prohibida, se convertía de nuevo en emperador de China. Sin embargo, esta restauración no fue aceptada por la inmensa mayor parte del ejército, y apenas un mes después, Zhang Xun era derrotado en Pekín por el ejército leal a la república, que volvía a deponer a Puyi. En estos momentos, China carecía de un poder central reconocido y el país se encontraba dividido, en manos de jefes militares, los llamados "señores de la guerra", que controlaban distintas zonas del país.
    Tras el desastre de los intentos de restauración imperial en Pekín, el país entró en una fase de fragmentación, en la que el gobierno nominal de la República en Pekín, aunque reconocido como legítimo por las potencias extranjeras, apenas controlaba una pequeña zona del norte de China. Los "señores de la guerra", eran quienes tenían el poder efectivo y controlaban la administración y la recaudación de impuestos en las zonas bajo su control.
    La debilidad del Gobierno de Pekín se vio agravada al final de la Primera Guerra Mundial por las cesiones económicas y territoriales hechas a Japón, que se aseguraba el control de las concesiones hasta entonces alemanas en la costa de Shandong. Estos privilegios otorgados a Japón fueron una sorpresa para la mayor parte de los chinos, incluso del gobierno, que ignoraban los acuerdos que el gobierno de Duan Qirui, en el poder hasta octubre de 1918, había alcanzado con los japoneses.
    En contra de lo esperado por la opinión pública china, que veía en la derrota alemana en la Gran Guerra la oportunidad de acabar con las cesiones injustas de derechos comerciales a los alemanes, el Tratado de Versalles simplemente confirmó el traspaso de los derechos alemanes a Japón. Estos hechos provocaron un gran descontento en el país, que alcanzaría su máxima expresión en las protestas multitudinarias en Pekín el 4 de mayo de 1919.
    Paradójicamente, esta etapa de crisis política y social fue, sin embargo, una etapa de gran actividad intelectual y literaria. Precisamente las protestas del 4 de mayo de 1919 dieron nombre al llamado Movimiento del Cuatro de Mayo, como se conoce a las nuevas tendencias de pensamiento político y de expresión literaria que florecieron en estos años.
    Entre los pensadores más destacados del movimiento se encontraba Chen Duxiu, profesor de la Universidad de Pekín que fundó la revista Nueva Juventud, en la que se publicarían algunos de los artículos más influyentes sobre el pensamiento chino en estos años de cambio. Chen Duxiu, junto a su estrecho colaborador Li Dazhao, sería el principal responsable de la fundación del Partido Comunista de China (PCCh), formalmente fundado en Shanghai en julio de 1921 con el apoyo financiero de la Unión Soviética a través de la Komintern o "Tercera Internacional", la organización patrocinada por la Unión Soviética para difundir el comunismo en el mundo.
    En el plano político, además de la fundación del PCCh, con Chen Duxiu como secretario general, la etapa de caos que siguió a la pérdida de poder de Yuan Shikai permitió a Sun Yat-sen regresar a China, estableciéndose en la ciudad sureña de Guangzhou
    En Guangzhou, Sun Yat-sen fundó la Academia Militar de Whampoa, desde donde se formó un ejército con la idea de asumir el control de toda China bajo el liderazgo del Kuomintang.
    Tras su retorno a China en 1916, Sun Yat-sen desarrolló el Kuomintang como un partido constituido en torno a su figura por vínculos de lealtad personal. Tras establecerse en Guangzhou y conseguir formar un gobierno que aspiraba a unificar China, Sun recurrió a la ayuda militar y económica de la Komintern, que veía en el movimiento revolucionario de Sun Yat-sen, a pesar de no ser de ideología comunista, la capacidad de lanzar una revolución de estilo soviético.
    Por ello, y pese a las reticencias de Chen Duxiu, la Komintern, representada en China por su agente Borodín (pseudónimo de Mijaíl Gruzenberg), instó al aún muy débil Partido Comunista de China a colaborar con el Kuomintang.
    Como resultado de esta colaboración, en la Academia Militar de Whampoa convivieron miembros del KMT leales a Sun Yat-sen con miembros del Partido Comunista de China, como Zhou Enlai, recién llegado de Francia, que ocupó el cargo de director del departamento político.
    El primer comandante de la Academia, sin embargo, era Chiang Kai-shek, un joven natural de la provincia de Anhui, y muy próximo a Sun Yat-sen, que más adelante se caracterizaría por su ferviente anticomunismo. Precisamente esta rivalidad entre los leales al ala nacionalista del Kuomintang y los comunistas que intentaban atraer adeptos entre los militantes del KMT, alimentaría la tensión que desembocaría años más tarde en un conflicto abierto.
    En octubre de 1924, un golpe de estado en Pekín había arrebatado el control de la capital al poderoso señor de la guerra Wu Peifu, acérrimo enemigo tanto del KMT de Sun Yat-sen como de los comunistas de Chen Duxiu. Tras el golpe de estado, la capital pasó a estar controlada por el rival de Wu Zhang Zuolin, el señor de la guerra que dominaba Manchuria, y con quien Sun Yat-sen confiaba en poder llegar a un acuerdo. Duan Qirui se convirtió en nuevo Presidente provisional de la República en Pekín, y decidió convocar una conferencia para la reunificación nacional, a la que se invitó a Sun Yat-sen, en su calidad de Presidente del gobierno revolucionario instalado en Guangzhou.
    En su viaje al norte, Sun se dirigió a Japón, donde cayó gravemente enfermo. Sun Yat-sen volvió a China y se instaló en Pekín, donde recibió atención médica. Sun Yat-sen falleció en Pekín el 12 de marzo de 1925.
    La inesperada muerte de Sun dejó descabezado al KMT, desencadenando una lucha por el poder entre Wang Jingwei y Chiang Kai-shek.
    A pesar de esta crisis de liderazgo, la brutalidad de muchos de los señores de la guerra, unida al descontento chino con la presencia extranjera, hizo crecer el apoyo popular del movimiento revolucionario liderado por el KMT. El descontento con las concesiones a las potencias extranjeras alcanzó un momento especialmente grave el 30 de mayo de 1925, cuando soldados chinos y sikhs del destacamento británico en Shanghai abrieron fuego contra trabajadores que se manifestaban en la calle, provocando la muerte de once manifestantes. Este incidente provocó numerosas protestas en China y aumentó el prestigio del KMT, al que muchos veían como el único movimiento capaz de reunificar el país.
    Mientras tanto, la tensión entre los nacionalistas del KMT y los comunistas seguía creciendo, y alcanzó un momento crítico el 20 de marzo de 1926, con el incidente del Zhongshan, un buque de guerra comandado por un militar comunista que apareció frente a la isla de Whampoa en lo que Chiang Kai-shek interpretó como un intento de atacarle, por lo que detuvo al capitán del barco y a otros comunistas y puso Guangzhou bajo estado de emergencia.
    El hombre de la Komintern, Borodin, intentó mantener la frágil alianza entre los comunistas y Chiang Kai-shek que, cada vez más fortalecido como nuevo líder del KMT, decidió lanzar la ofensiva militar para reunificar China bajo el gobierno revolucionario.
    Esta ofensiva militar, conocida como la Expedición del Norte, se lanzó oficialmente el 1 de julio de 1926. Las tropas comandadas por Chiang Kai-shek avanzaron hacia el norte por el corredor ferroviario de Guangzhou.
    En diciembre de 1926, el territorio bajo el poder de la alianza del KMT y el Partido Comunista comprendía ya todo el sureste del país.
    El gobierno del Kuomintang se trasladó de Guangzhou a Wuhan y contemplaba ya la posibilidad real de unificar el país.
    Hasta principios de 1927, Chiang Kai-shek había aceptado la alianza con los comunistas, necesitado del apoyo militar y económico de la Unión Soviética. La situación cambió en la primavera de 1927 cuando las tropas de Chiang consiguieron ocupar las ciudades de Nanjing y Shanghai. En ese momento, Chiang Kai-shek rompió con el Partido Comunista y con los dirigentes del KMT partidarios de la alianza con aquéllos.
    Entre el 12 y el 13 de marzo, grupos paramilitares unidos a soldados del KMT mataron a decenas de líderes sindicales y simpatizantes comunistas que se manifestaron en Shanghai.
    El 18 de abril de 1927, Chiang Kai-shek establecía un gobierno en Nanjing, la ciudad que Sun Yat-sen había designado como capital de la nueva China. Así, Chiang se convertía en líder del KMT mientras un gobierno rival permanecía en Wuhan, donde los comunistas, desconcertados por la traición de Chiang, se debatían en una crisis interna que acabó con el liderazgo de Chen Duxiu.
    La República bajo Chiang Kai-shek
    El establecimiento del nuevo gobierno del KMT en Nanjing dividió a este partido entre la facción izquierdista, establecida en Wuhan y favorable a colaborar con los comunistas, y la facción leal a Chiang, que, instalado ya en Nanjing, se oponía a cualquier tipo de colaboración con los comunistas. A esta división en el seno del partido se unió el fracaso de las tropas de Chiang en su intento de continuar la conquista del norte.
    Estas circunstancias llevaron a Chiang Kai-shek a renunciar a sus cargos en forma temporal, en agosto de 1927. En enero de 1928, Chiang Kai-shek era nombrado Comandante en Jefe y se integraba una vez más en el Comité Ejecutivo Central del KMT.
    Las partes centrales y orientales de China quedaban unificadas bajo el poder de la República de China con capital en Nanjing. Ya sólo las zonas escasamente pobladas del oeste y el norte permanecían bajo el control de dirigentes locales. El gobierno republicano intentaría en los años siguientes consolidar su poder y promover el crecimiento económico y la modernización que China necesitaba.
    A pesar del debilitamiento del Partido Comunista, perseguido por el nuevo régimen republicano de Nanjing, algunos miembros de este partido consiguieron establecer un embrión de sistema comunista en varias partes de la China rural.
    Una de las más importantes de estas regiones bajo control comunista sería el llamado "Sóviet de Jiangxi", en la provincia de ese nombre en el sur de China, donde Mao Zedong, miembro del Partido Comunista, que había sido ampliamente criticado por los dirigentes del partido, había establecido un sistema comunista.
    Desde la ciudad de Ruijin, Mao dirigía el Soviet de Jiangxi con una ideología marxista-leninista que anteponía el papel del campesinado en la revolución al de las clases urbanas.
    El soviet de Jiangxi existiría durante varios años hasta que el 16 de octubre de 1934, ante la prevista invasión de las tropas de la República, los comunistas se vieron obligados a huir de la zona. Perseguidos por el ejército de Chiang Kai-shek, los dirigentes del Partido Comunista emprendieron la llamada Larga Marcha, el periplo por la China interior que llevaría a los leales al Partido Comunista a huir desde hasta la provincia de Shaanxi en el norte.
    Durante la Larga Marcha, Mao, tras una histórica reunión en la ciudad de Zunyi, provincia de Guizhou, consiguió hacerse con el poder en el partido, marginando a Wang Ming, el líder que contaba con el apoyo de la Unión Soviética.
    La Larga Marcha concluiría el 20 de octubre de 1935, cuando alrededor de una décima parte de los hombres que salieron de Ruijin con Mao alcanzaron la zona de Shaanxi controlada por la guerrilla comunista en el norte.
    La persecución del KMT había logrado arrinconar aparentemente al Partido Comunista, pero el gobierno de Nanjing se enfrentaba a otra amenaza aun más peligrosa que los insurgentes comunistas: el avance de los japoneses.
    Desde los tratados de Shimonoseki y Versalles, Japón había aumentado sus zonas de influencia sobre territorios anteriormente chinos, y mantenía presencia militar en Manchuria y Shandong para defender sus intereses. A partir del Incidente de Mukden, el 18 de septiembre de 1931, cuando se produjeron unas explosiones en la línea férrea a la entrada de esa ciudad (actual Shenyang), los japoneses aumentaron su presión sobre China al establecer un estado títere, Manchukuo, en Manchuria.
    Para ello, en un intento de dar una fachada de legitimidad a este estado títere, ofrecieron a Puyi, el último emperador chino, restablecer su trono en Manchuria, como emperador de un nuevo imperio Qing. Puyi aceptó la oferta japonesa y se desplazó desde Tianjin para subir al trono en la ciudad manchú de Changchun, renombrada como Xinjing ("nueva capital").
    La Segunda Guerra Sino-Japonesa
    La tensión entre Japón y China, que no reconocía la independencia de Manchukuo, desembocaría en guerra abierta el 7 de julio de 1937, cuando el ejército japonés, tras algunas escaramuzas con el ejército chino en el norte, comenzó la invasión de China.
    La guerra con Japón, que se lanzó a la invasión de China como parte de sus planes expansionistas en Asia en el marco de la Segunda Guerra Mundial, puso fin a los intentos de Chiang Kai-shek de unificar el país. Ante el avance japonés, el gobierno del Kuomintang se vio obligado a abandonar la capital Nanjing, replegándose hacia el interior, primero a la ciudad de Wuhan y, después, a la ciudad interior de Chongqing, lugar remoto desde el cual parecía difícil llevar a cabo una contraofensiva.
    El ejército japonés ocupó la mayor parte de la franja costera oriental de China, controlando los principales centros de producción económica. Al régimen títere de Manchukuo se sumaron otros tres regímenes títeres, uno en Mongolia Interior, que los japoneses querían separar de China como habían hecho con Taiwán y Manchuria, y otros dos regímenes similares en Pekín y Nanjing.
    En esta última ciudad, ocupada por el ejército japonés el 13 de diciembre de 1937, se desencadenó una campaña de extraordinaria violencia contra la población civil, la llamada masacre de Nanjing, en la que murieron miles de personas ( en China se suelen cifrar en trescientas mil las víctimas mortales).
    La invasión japonesa supuso también el final de la persecución a la que el gobierno del KMT había sometido al Partido Comunista de China. El estado de crisis nacional forzó la colaboración entre el KMT y el Partido Comunista. Aunque Chiang Kai-shek era al principio reacio a esta colaboración con el Partido Comunista, tuvo que aceptarla a raíz del incidente de Xi'an, cuando el mariscal Zhang Xueliang, militar favorable a una alianza entre el KMT y el Partido Comunista que controlaba la región de Shaanxi, detuvo a Chiang Kai-shek en Xi'an, manteniéndolo prisionero hasta que aceptó el establecimiento de un frente común entre el KMT y el Partido Comunista para defenderse frente a la agresión japonesa.
    La invasión japonesa permitió así al Partido Comunista reagruparse en su base norteña de Yan'an, ciudad desde la cual controlaban una parte del territorio chino.
    La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial frenó el avance japonés en China. Además, la rendición de Alemania en mayo de 1945 permitió al victorioso Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria el 8 de agosto de ese año, dos días después de la bomba atómica lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y un día antes de la bomba sobre Nagasaki, que forzaría la rendición japonesa y su retirada de Asia continental.
    El final de la guerra supuso la salida definitiva de Japón del territorio chino. Manchuria, Taiwán y las zonas ocupadas durante la Guerra Sino-Japonesa volvían a estar bajo soberanía nominal china, y Chiang Kai-shek restablecía el gobierno de Nanjing.
    Sin embargo, las fuerzas comunistas de Yan'an, muy fortalecidas por los años de guerra y por la intervención soviética en Manchuria, aumentaban su control sobre numerosas zonas de la China rural. La salida de los japoneses dejaba paso así a una guerra civil abierta entre el KMT de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong.
    La Guerra Civil
    A pesar de los intentos de mediación de los Estados Unidos y la Unión Soviética, la tensión entre el KMT y el Partido Comunista siguió en aumento tras la derrota de Japón. Ninguna de las dos partes quería ceder en sus principios fundamentales, especialmente los comunistas, que habían afianzado su control del norte del país. La tregua entre los dos bandos se rompió en la primavera de 1946, cuando se reanudaron los combates.
    A pesar de que el gobierno del KMT dominaba la mayor parte de las ciudades, el control que el Partido Comunista tenía sobre el campo y sus victorias militares en Manchuria, acabarían siendo decisivos para la victoria final de estos últimos.
    El gobierno de Nanjing intentó mejorar su imagen mediante reformas políticas y económicas. Aunque las reformas políticas tuvieron cierto éxito, con la aprobación de una nueva constitución en 1947 y la celebración de elecciones, la política económica no fue capaz de controlar la hiperinflación desbocada, que aumentó el descrédito del gobierno de Chiang Kai-shek, quien por vez primera había asumido el cargo de presidente. Mientras tanto, los comunistas aumentaban el territorio bajo su control.
    Ls comunistas iniciaron el avance hacia el sur y en 1948, controlaban la ciudad de Harbin en el extremo norte y casi todas las zonas rurales de Manchuria.. Ese año, los comunistas pasaron de las tácticas de guerrilla a la guerra abierta, tomando varias ciudades importantes. En enero de 1949, el ejército comunista entró en Tianjin y en Pekín. En esta última ciudad, las tropas comunistas entraron sin violencia el 31 de enero de 1949.
    Bajo el control comunista, Pekín recuperó su nombre tradicional (Beijing, capital del norte, en sustitución del nombre Beiping, paz del norte, utilizado desde 1928), señal de que los comunistas pretendían establecer allí la capital del nuevo régimen.
    A pesar de la ayuda económica y material, pero no militar, de los Estados Unidos, el cada vez más desmoralizado ejército de la República estaba ya abocado a la derrota.
    A lo largo de 1949, los avances comunistas obligaron al gobierno de Nanjing a replegarse hacia el sur. El 26 de mayo Chiang se desplaza a Taiwán, lugar seguro desde el que intenta organizar la contraofensiva. Ya en enero de 1949, Chiang, centrado en las actividades militares, había cedido la presidencia de la República a Li Zongren.
    El 1 de octubre de 1949, Mao Zedong proclama en la Plaza de Tian'anmen de Pekín la República Popular China. Chiang vuelve al continente para intentar organizar la defensa de las pocas ciudades aún controladas por los nacionalistas. La capital provisional se traslada a Chongqing el 15 de octubre y, finalmente, a Chengdu el 29 de noviembre. Chiang Kai-shek participa en la defensa de esta ciudad hasta que el 10 de diciembre abandona esta ciudad, junto a su hijo Chiang Ching-kuo, en avión con rumbo a Taiwán. La caída de Chengdu suponía la victoria definitiva de los comunistas en el continente.
    Mientras Chiang Kai-shek reestablecía el gobierno de la República de China en Taipei, su enemigo acérrimo Mao Zedong se convertía en el líder de la nueva República Popular China.



    República Popular China
    El 1 de octubre de 1949, el líder del Partido Comunista Chino Mao Zedong proclama la República Popular China desde la puerta de Tian'anmen de la Ciudad Prohibida de Pekín.
    Mao fue el líder máximo de China hasta su muerte en 1976. Su periodo de gobierno estuvo marcado por profundas conmociones sociales y políticas, como las campañas del Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural.
    La estructura del nuevo Estado había sido decidida durante la Conferencia Consultiva Política Popular convocada por Mao el 12 de septiembre de aquel año. Además de la ley orgánica que establecía los poderes del Estado, durante la conferencia se redactó un Programa Común, que enumeraba una serie de objetivos inmediatos, y se decidió la adopción de la nueva bandera del país, roja con una gran estrella amarilla en representación del Partido Comunista, en torno a la cual se sitúan otras cuatro estrellas más pequeñas, que simbolizan la unión de las cuatro clases sociales: los campesinos, los trabajadores, la pequeña burguesía y la gran burguesía urbana.
    El nuevo Estado quedaba bajo el control total del Partido Comunista a través de sus organizaciones regionales, coordinadas por un Comité Central que en aquel momento contaba con 44 miembros. De éstos, catorce miembros formaban el Buró Político, encabezado por los cinco miembros del Comité Permanente, en quienes recaía la máxima responsabilidad de poder. Los cinco miembros iniciales del Comité Permanente, los auténticos hombres fuertes del nuevo régimen, fueron Mao Zedong, Liu Shaoqi, Zhou Enlai, Zhu De y Chen Yun.
    La estabilidad del nuevo régimen se basaba en su potencia militar. Las fuerzas armadas del nuevo Estado, el Ejército Popular de Liberación, garantizaban la supremacía del Partido. El territorio chino quedó dividido en seis regiones militares desde las que algunos de los dirigentes más influyentes del Partido, controlaban la política regional.
    Una de las principales prioridades del nuevo Gobierno sería la reconstrucción económica. Para ello, China buscó la colaboración de la Unión Soviética, el único aliado poderoso con el que podía contar. Mao Zedong visitó Moscú en diciembre de 1949, donde se entrevistó con el líder soviético Stalin. La Unión Soviética ofreció a China diversos programas de cooperación económica y tecnológica, así como préstamos, para afrontar la industrialización del país.
    Una de las principales políticas acometidas desde un principio fue la reforma agraria, que supuso la redistribución de tierras confiscadas a los mayores terratenientes. También se acometieron reformas sociales, como la nueva ley del matrimonio, que daba mayores derechos a las mujeres. Asimismo, se llevaron a cabo planes de erradicación de la prostitución y de la adicción al opio.
    Junto a las reformas sociales y económicas, la otra prioridad nacional para los comunistas era el reestablecimiento de la integridad territorial china. La isla de Hainan fue ocupada por el Ejército Popular de Liberación en abril de 1950, mientras que el Tíbet, independiente de facto desde la caída de la dinastía Qing, fue ocupado en octubre de 1950.
    Sin embargo, Mao Zedong habría de ceder ante las presiones de Stalin para reconocer la independencia de la República Popular de Mongolia, conocida en China como Mongolia Exterior, y que había sido parte del imperio Qing, la última dinastía china. Con el reconocimiento de la independencia de Mongolia, el único territorio reivindicado por la República Popular que quedaba fuera del control de ésta era la isla de Taiwán, refugio del Gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek. Mao Zedong confiaba en poder invadir la isla antes del final de 1950. Los planes de invasión serían frustrados, sin embargo, por la Guerra de Corea.
    Tras la muerte de Mao, el sucesor elegido por éste, Hua Guofeng, no consiguió consolidar el poder, que acabó en manos de Deng Xiaoping.
    Deng Xiaoping inició un proceso de reformas económicas y apertura comercial al resto del mundo. Desde entonces, la economía china ha conseguido crecer a un ritmo espectacular, pero en forma paralela hubo una creciente libertad de expresión cuyas expresiones críticas hacen eclosión en 1989. A pesar de los éxitos económicos, la represión política se manifestó de una manera especialmente trágica en 1989, con la intervención del ejército para acabar con las protestas de la Plaza de Tian'anmen.
    El 4 de junio de ese año, las protestas de la Plaza de Tian'anmen en Pekín fueron sofocadas mediante la intervención del Ejército. Los incidentes, en los que perdieron la vida cientos de personas, provocaron a un cambio en la cúpula de poder de la República Popular.
    Deng Xiaoping apartó a los dirigentes reformistas como el secretario general del Partido Zhao Ziyang y favoreció al primer ministro Li Peng y, muy en especial, al entonces alcalde de Shanghai Jiang Zemin, que se convertiría en su sucesor. Tras dos años de incertidumbre y de aislamiento internacional, Deng Xiaoping tomó una de las decisiones más importantes en la historia reciente de China al intensificar el proceso de reformas económicas. Así, el Estado dominado por el Partido Comunista pasó durante los años 1990 a adoptar políticas económicas capitalistas combinadas con un fuerte autoritarismo político. Este modelo de desarrollo sería continuado por Jiang Zemin y por el sucesor de éste y actual presidente de la República Popular China Hu Jintao.
    Tras la muerte de Deng, su sucesor Jiang Zemin mantuvo el poder hasta que entre los años 2002 y 2004 fue sustituido en todos sus cargos por el actual Presidente de la República Popular China Hu Jintao.
    La Guerra de Corea y las campañas de masas
    El 25 de junio de 1950, las tropas norcoreanas cruzaban el paralelo 38 e invadían Corea del Sur. Las Naciones Unidas aprobaron una resolución por la que se aprobaba el envío de una fuerza multinacional para repeler la invasión norcoreana. Paradójicamente, esa resolución pudo aprobarse gracias al boicot soviético a las Naciones Unidas, motivado precisamente por la presencia de la República de China (Taiwán) en ese organismo.
    Bajo la bandera de las Naciones Unidas, una fuerza multinacional de numerosos países, con mayoría de tropas de los Estados Unidos, intervino en la Guerra de Corea en apoyo del régimen del sur.
    El Presidente de los Estados Unidos Harry Truman, inquieto ante la posibilidad de una expansión comunista en Asia Oriental, ordenó a la Séptima Flota de la marina que se situara en el estrecho de Taiwán para impedir la temida invasión del Ejército Popular de Liberación. La presencia estadounidense en el estrecho hacía inviables los planes de invasión del Gobierno de Pekín.
    Aunque la República Popular China se mantuvo neutral al principio de la guerra, la entrada de la fuerza multinacional en Corea del Norte llevó a Mao, alentado por Peng Dehuai y Gao Gang, a ordenar la intervención china en apoyo del régimen norcoreano. La entrada en el conflicto del Ejército Popular de Liberación, comandado por Peng Dehuai, repelió el avance de las fuerzas lideradas por los Estados Unidos.
    La guerra finalizaría con la tregua firmada en julio de 1953. La situación volvía a ser prácticamente idéntica a la anterior al comienzo del conflicto, y China lograba así salvar al régimen norcoreano.
    El precio en vidas humanas fue altísimo para China. Aunque no se conocen las cifras exactas, se estima que cerca de un millón de soldados chinos (oficialmente "voluntarios") perdieron la vida en Corea, entre ellos el propio hijo mayor de Mao Zedong, Mao Anying.
    La Guerra de Corea marcaría el desarrollo posterior del nuevo régimen chino. Por un lado, la presencia estadounidense en el estrecho de Taiwán confirmaba la separación política entre la China continental y Taiwán. Además, la República Popular se distanciaba de los Estados Unidos y los países occidentales, al tiempo que se reforzaba la relación con la Unión Soviética.
    La movilización bélica sirvió también para impulsar el espíritu revolucionario característico de la ideología maoísta, que tendría su expresión en las frecuentes campañas masivas de movilización social. Estas campañas recurrían a carteles propagandísticos y lemas sencillos para inculcar en la población el espíritu de sacrificio necesario para alcanzar los objetivos políticos fijados por el régimen.
    Así, al movimiento de apoyo a la guerra en Corea se le llamó la campaña de "Resistir a Estados Unidos y ayudar a Corea". Durante la misma, además del apoyo militar al régimen de Corea del Norte, se persiguió a numerosos ciudadanos extranjeros instalados en China, acusados por lo general de espionaje. Esta persecución de extranjeros, en particular occidentales, que abandonarían el país, sería una manifestación más del aislacionismo internacional del nuevo régimen.
    Durante la Guerra de Corea, tendrían lugar otras tres campañas de masas. En 1951, se lanza la campaña de "Eliminación de los Contrarrevolucionarios", en la que se perseguiría a pequeños empresarios y propietarios de tierras acusados de no colaborar con el Partido Comunista.
    A finales de ese mismo año, otra campaña de masas, el Movimiento de los Tres Anti (anticorrupción, antidespilfarro y antiburocracia), orientada a los cuadros del Partido, se extendía a todo el país, después de haber sido lanzada en Manchuria. Esta campaña se vio complementada por el Movimiento de los Cinco Anti, dirigida a la burguesía urbana, que pretendía erradicar los sobornos, la evasión fiscal, el robo de la propiedad estatal, el incumplimiento de contratos y la revelación de secretos económicos del Estado.
    Como resultado de estas campañas, el Partido Comunista extendería su control sobre los medios productivos y, de manera mucho más significativa, sobre la propia población, que había visto la contundencia de las acciones contra aquéllos que eran calificados de enemigos del pueblo. Estos métodos de propaganda y adoctrinamiento ideológico volverían a ser utilizados en otras campañas.
    El Primer Plan Quinquenal
    Tras el final de la Guerra de Corea, la colaboración con la Unión Soviética se vio muy reforzada, y los dirigentes de la República Popular China decidieron apostar por el modelo soviético de desarrollo.
    Este modelo se basaba en la economía planificada, centrada en la industria pesada y en la producción agrícola. Como en la Unión Soviética, se decidió aplicar un plan quinquenal que establecía objetivos de crecimiento en la producción agrícola e industrial para los cinco años siguientes.
    Aunque el periodo abarcado por el plan comprendía los años entre 1953 y 1957, la inexperiencia y la falta de conocimientos técnicos de los altos cargos de gobierno chinos y de los cuadros del Partido retrasarían el inicio del mismo hasta febrero de 1955.
    A pesar de todas las dificultades, la colaboración soviética y la estabilidad política permitieron a China lograr un alto crecimiento económico durante estos años. Esto no detuvo, sin embargo, las convulsiones políticas propias de la época maoísta, que se sucederían sin pausa durante este periodo. Así, en 1954, se producía la primera purga en el seno del propio Partido.
    Los hasta entonces poderosos militares Gao Gang, responsable de la región militar de Manchuria, y Rao Shushi, primer secretario del Partido en la región de China Oriental, eran apartados de sus cargos tras haber criticado las políticas de Zhou Enlai y Liu Shaoqi, quienes llevaban el día a día de las tareas de gobierno. Esta primera lucha por el poder acabaría con el suicidio de Gao Gang y el encarcelamiento de Rao Shushi. Además, la crisis hacía ver cómo los amplios poderes de los dirigentes de las regiones militares, como Gao y Rao, podían suponer una amenaza para la autoridad del poder central. Por ello, con el fin de reforzar la autoridad central, ese mismo año se abolían las seis regiones militares, y se reestructuraba la división administrativa del país.
    Bajo el mando del poder central, China quedaba dividida en 22 provincias (23 con Taiwán), cinco regiones autónomas vinculadas a minorías étnicas, y dos municipalidades, Pekín y Shanghai, administradas directamente por el Gobierno central, división que se ha mantenido hasta la actualidad con ligeras variaciones.
    Durante el Primer Plan Quinquenal, se introdujo también el sistema de cooperativas en el mundo rural, mediante el cual extensiones de cultivos hasta entonces divididas en pequeñas parcelas privadas pasaban a estar agrupadas para compartir recursos. Las cooperativas tuvieron también un éxito significativo. Sin embargo, el sistema despertaría la inquietud del Gobierno central, ya que permitía a los campesinos mantener la propiedad privada de sus parcelas e incluso disponer de una pequeña parte de la producción. El recelo ante la difusión de prácticas capitalistas que, de acuerdo con la ideología oficial, debían ser erradicadas, daría lugar a formas mucho más radicales de colectivización agraria en los años siguientes.
    En 1956, durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en Moscú, al que asistieron el secretario general del partido Deng Xiaoping y el miembro del Comité Permanente del Buró Político Zhu De, el nuevo líder soviético Nikita Jrushchov atacó las políticas del ya fallecido Stalin y anunció la introducción de cambios en la manera de gobernar la Unión Soviética. Los ataques a la memoria de Stalin y el cambio de rumbo anunciado en la política soviética sembraron el desconcierto entre los dirigentes comunistas chinos, que se debatían en dudas respecto al camino que debía seguir el régimen chino.
    Las "Cien Flores" y el Movimiento Antiderechista
    Tras siete años de régimen comunista, comenzaban a producirse desavenencias entre los dirigentes del Partido y, de manera discreta, se empezaban a oír voces discordantes con la línea de actuación del Partido Comunista.
    El primer ministro Zhou Enlai se mostró partidario de permitir una mayor libertad de expresión a los intelectuales para que se pudieran formular críticas constructivas a la gestión del Partido, las cuales permitirían conocer mejor las inquietudes y los deseos del conjunto de la sociedad.
    Sería el propio Mao Zedong el que impulsaría un breve periodo de mayor libertad de expresión que se conoció con el nombre de Movimiento de las Cien Flores.
    El 2 de mayo de 1956, en un discurso privado ante militantes del partido, Mao citó el famoso poema "que cien flores florezcan; que cien escuelas de pensamiento pugnen entre sí" que daría nombre al movimiento. De esta manera, Mao invitaba a los intelectuales del país a que expresaran libremente sus opiniones. Aunque algunos historiadores, especialmente en Occidente, han querido ver una intención maliciosa en el movimiento, que habría sido una maniobra para desenmascarar a quienes tenían opiniones críticas, lo más probable es que la intención fuera efectivamente aprovechar las críticas constructivas de los intelectuales para adaptar la estrategia de gobierno a las necesidades de la sociedad.
    Sin embargo, el Movimiento de las Cien Flores sería muy breve.
    En contra de lo que esperaban Mao y los demás dirigentes del Partido, confiados en que la estabilidad y los logros económicos y sociales en los primeros años del régimen hacían a éste realmente popular, las críticas fueron subiendo de tono y se llegaron incluso a pronunciar declaraciones abiertamente anticomunistas.
    Viendo que la situación había desembocado en críticas al Partido e incluso a su persona, Mao dio un giro de política y lanzó el Movimiento Antiderechista, una de las más violentas campañas maoístas, durante la cual numerosos críticos del régimen, que se habían atrevido a criticar al partido y a Mao, fueron torturados y ejecutados. De esa forma trágica, terminaba el corto experimento con la libertad de expresión y se endurecía la censura y el control de la información.
    Junto a estos profundos cambios sociales y culturales que vivía el país en los años 1950, la economía continuaba creciendo. El éxito del Primer Plan Quinquenal llevó al Gobierno a diseñar un segundo plan quinquenal mucho más ambicioso para el periodo comprendido entre los años 1958 y 1962. Sin embargo, Mao Zedong pensaba que se podía ir aun más lejos en los objetivos, e hizo un llamamiento a la movilización total de la población con el fin de aumentar la producción industrial. Esta nueva campaña, conocida como el Gran Salto Adelante, sería el mayor fracaso económico de la época maoísta.
    El Gran Salto Adelante
    A pesar del destacado crecimiento económico logrado durante el transcurso del Primer Plan Quinquenal, en 1957 se empezaban a percibir problemas en el modelo soviético de desarrollo.
    Por un lado, las fuertes inversiones en tecnología para desarrollar la industria pesada habían requerido cuantiosos préstamos de la Unión Soviética que China tenía que devolver con intereses. Esto suponía un endeudamiento creciente para las arcas del Estado, al servicio de la Unión Soviética, que proporcionaba asistencia técnica en forma de maquinaria y de expertos técnicos establecidos en China a un precio que los dirigentes chinos consideraban demasiado alto.
    En este sentido, las difíciles relaciones entre el comunismo chino y el soviético comenzaban ya a mostrar fisuras cada vez mayores, que culminarían años más tarde en un conflicto abierto.
    Además, el aumento de la producción industrial se había conseguido también gracias a la reconversión de muchos campesinos como obreros en las nuevas fábricas. La consiguiente disminución de la población dedicada a la agricultura amenazaba con provocar un descenso de la producción agrícola.
    Seguir impulsando el desarrollo industrial a la vez que se aseguraba el suministro de alimentos para la población era la estrategia a seguir.
    Mao pensaba que la solución a estos problemas se encontraba en el espíritu revolucionario, que hacía posible que las masas aunaran esfuerzos al servicio de los objetivos marcados por el Partido.
    En esta visión de Mao se reflejaba una vez más su ideología personal, que defendía la "revolución continua" como herramienta de progreso y de transformación social.
    Según Mao, nunca se debía permitir que flaqueara el espíritu revolucionario. Eran precisamente los momentos de debilidad o de autocomplacencia los que permitían que reaparecieran los fantasmas del capitalismo. Frente a cualquier desviación de la ortodoxia ideológica, el Partido y las masas debían estar siempre alertas y mantener las movilizaciones y el fervor revolucionario que permitían poner el capital humano del país al servicio del bien común para avanzar hacia el ideal del comunismo.
    Esta visión de las masas como motor del desarrollo fue expresada por Mao en un documento interno que circuló entre los líderes del Partido Comunista a principios de 1958. En dicho documento, Mao afirmaba que tras las diversas revoluciones sociales y económicas que se habían desarrollado desde la fundación de la República Popular, llegaba ahora el turno de una gran revolución tecnológica, en la que el esfuerzo de la población debía dedicarse al incremento de la producción agrícola e industrial. De esta manera, China podría incluso superar las cifras de producción industrial del Reino Unido en unos quince años.
    Así, durante el año 1958 se movilizó a la población china para acometer los gigantescos retos de desarrollo industrial señalados por Mao. A esta nueva campaña de masas, de alcance mucho más amplio que las anteriores, se la llamó "el Gran Salto Adelante".
    Dado que muchos hombres del medio rural tuvieron que abandonar sus labores en el campo, el crecimiento de la producción agrícola debía basarse en un mejor aprovechamiento de los recursos existentes. La manera de conseguir esto fue la creación del sistema de "comunas populares", que reemplazaron a las cooperativas creadas unos años antes.
    Las 740.000 cooperativas existentes en el campo chino se convirtieron en tan solo 26.000 comunas, mediante la fusión de decenas de cooperativas.
    Uno de los objetivos de la creación de las comunas era la incorporación de la mujer al trabajo intensivo en el campo, para reemplazar a los hombres que habían sido enviados a trabajar en fábricas y en proyectos de infraestructuras. Las comunas proporcionaban servicios de guardería para cuidar a los niños, así como enormes comedores populares, que liberaban a las mujeres de las tareas domésticas para que se pudieran dedicar al trabajo en el campo.
    El Gran Salto Adelante tendría así profundos efectos sociales, al separar a numerosas familias, alterando el modo de vida tradicional del medio rural.
    Las consecuencias de este ambicioso proyecto fueron nefastas. Las expectativas de crecimiento irreales hacían que los cuadros del Partido tuvieran que falsear las cifras oficiales para no perder sus puestos. Además, el empeño en aumentar la producción de acero como símbolo del desarrollo llevó a una disparatada exigencia de que las propias familias fundieran sus objetos y utensilios domésticos para producir más acero. El acero producido era en muchos casos de ínfima calidad e imposible de utilizar con fines industriales. Todo esto ocurría en el marco de una ausencia de política económica que evaluara cuáles eran realmente las posibilidades de utilizar o de vender ese acero.
    Así, en contra de los principios más básicos de la economía, la producción se había convertido en un fin en sí misma, disociada de las necesidades del mercado.
    Al desastre económico en la política industrial se unió el fracaso del proyecto de las comunas para el mundo rural.
    El enorme tamaño de las comunas, en las que no se permitía ningún tipo de explotación privada, diluía las responsabilidades y eliminaba la motivación de los hombres y mujeres que quedaban en el campo. A los propios defectos del sistema se sumó la mala fortuna de los desastres naturales, sequía e inundaciones, que afectaron a China en aquel año.
    Aunque a finales de 1958 ya algunos dirigentes habían visto el fracaso del proyecto y se desmantelaron muchas de las comunas, volviéndose en muchos lugares al modelo anterior de cooperativas, el daño ya estaba hecho. La marcha atrás emprendida por el gobierno no pudo evitar que la interrupción de los modos de vida y de trabajo tradicionales en el campo se tradujeran en un descenso de la producción agrícola entre 1958 y 1962, que provocó situaciones de hambruna en numerosos lugares de China. A pesar de las discrepancias, debido a la poca fiabilidad de los datos de nacimientos y defunciones de la época, se suelen estimar en alrededor de 30 millones las muertes debidas a la hambruna.
    El efecto del Gran Salto Adelante fue el descontento de la mayor parte de dirigentes del Partido con las políticas radicales de Mao. La cancelación del Gran Salto se decidió en la reunión del Comité Permanente del Buró político celebrada en Wuhan en diciembre de 1958. En aquella reunión, Mao abandonó la jefatura del Estado, que pasó a Liu Shaoqi, nombrado Presidente de la República Popular. Mao, sin embargo, conservaba su puesto de presidente del Partido y, como referente ideológico máximo, apenas fue objeto de críticas.
    Uno de los pocos dirigentes que se atrevió a criticar a Mao fue el ministro de defensa Peng Dehuai, el héroe de la Guerra de Corea, quien, amparado en su enorme influencia y prestigio, no tuvo ningún reparo en atacar abiertamente las políticas de Mao. Sin embargo, estas críticas de Peng Dehuai a la gestión de Mao, formuladas en julio de 1959 en el transcurso de una reunión de dirigentes del Partido en Lushan, en la provincia de Jiangxi, motivaron una furiosa respuesta de Mao, que acusó a Peng Dehuai de oportunista y de servir a los intereses de la Unión Soviética. Peng Dehuai fue destituido de sus cargos y Mao, aunque apartado de la gestión del Gobierno, demostraba una vez más su autoridad total en el seno del Partido.
    Las críticas de Mao a Peng Dehuai como esbirro de los intereses soviéticos ponían a su vez de relieve el deterioro de las relaciones entre los dos países. El líder soviético Kruschev se había mostrado crítico con el Gran Salto Adelante y con las operaciones militares de la República Popular, que había sometido a bombardeos las islas de Matsu y Quemoy, controladas por el régimen del Kuomintang en Taiwán.
    La tensión entre los dos grandes regímenes comunistas no paraba de crecer y desembocaría en un conflicto abierto durante los años 1960.
    La Ruptura Sino-Soviética
    El deterioro de las relaciones entre la República Popular y la Unión Soviética se haría mucho más intenso tras el fracaso del Gran Salto Adelante. En 1960, la Unión Soviética retiraba a todo su personal técnico establecido en China, y cancelaba los proyectos de cooperación entre los dos países.
    A partir de ese momento, la República Popular se quedaba aun más aislada, sin apoyos en Occidente ni tampoco en el bloque soviético. Albania, el pequeño país europeo que había abandonado el modelo soviético, se convertía en su único aliado.
    Al enfrentamiento ideológico entre los dos regímenes comunistas habría que añadir durante toda la década de los años 1960 las disputas territoriales, que llegarían a desembocar en un incidente armado en la frontera de Manchuria en 1969, cuando tropas chinas lanzaron un ataque contra las tropas rusas estacionadas en el islote de Zhenbao (Damanski en ruso), en el río Ussuri, el momento más crítico de las relaciones entre los dos países.
    El final del Gran Salto Adelante sería uno de los momentos más difíciles de la joven República Popular.
    A la hambruna y al creciente aislamiento internacional se les sumaron otros conflictos en los que se vio involucrada, como la guerra fronteriza con India en 1959, en la que los soviéticos apoyaron a India, y la insurrección armada en el Tíbet, que hizo intervenir al Ejército Popular de Liberación en una acción que provocaría numerosos muertos y la huida a India del Dalai Lama, líder espiritual tibetano.
    Frente a todos estos problemas, los hombres que llevaban las riendas de la política del Estado, en especial Liu Shaoqi y Deng Xiaoping, intentaban reactivar el crecimiento económico. Mao Zedong, sin embargo, no parecía contento con el papel marginal al que había sido relegado y, apoyado en su fiel seguidor Lin Biao, lanzó una nueva campaña de movilización ideológica con el fin de recuperar el poder: La Gran Revolución Cultural Proletaria.
    La Revolución Cultural
    Tras el fracaso del Gran Salto Adelante, eran Liu Shaoqi y Deng Xiaoping quienes se ocupaban del día a día de las tareas de Gobierno, mientras que Mao, apartado del poder político, había asumido un papel de mero referente ideológico. Sin embargo, Mao no parecía haber aceptado de buen grado su paso a una posición simbólica, y ambicionaba retomar el poder político.
    Este deseo de recuperar un papel central en el gobierno del país llegaría a hacerse realidad gracias sobre todo al apoyo de dos grupos de dirigentes con ambiciones propias. Por un lado se encontraba el Ejército Popular de Liberación, que tras la destitución de Peng Dehuai había pasado a estar dirigido por el militar Lin Biao, leal seguidor de Mao. Por otro lado, la propia esposa de Mao Jiang Qing, que había sido actriz de renombre en su juventud, ejercía una gran influencia sobre la vida cultural de la República Popular, y contaba con aliados en los círculos artísticos y periodísticos.
    Las actividades de Lin Biao y de Jiang Qing serían decisivas para lograr el retorno al poder absoluto de Mao en el marco de una intensa campaña de masas que recibió el nombre de Gran Revolución Cultural Proletaria. La gestación de esta campaña tiene su origen en el culto a la personalidad en torno a la figura de Mao Zedong, promovido de manera fundamental por Lin Biao.
    El propio Lin se encargaría de recopilar los discursos más importantes de Mao en un libro, las Citas del Presidente Mao, que se convertiría en obra de referencia y de lectura obligada para la población en general y, muy en especial, para el Ejército.
    Además, en el año 1966 los colaboradores de Jiang Qing en Shanghai comenzaban una serie de críticas a miembros del Partido leales a Liu Shaoqi y Deng Xiaoping. Estas críticas acabarían socavando la base de apoyos de éstos hasta forzar su salida del poder.
    La victoria de los maoístas en esta lucha por el poder estuvo acompañada por una intensa actividad de reafirmación ideológica en la que se acusó a numerosos dirigentes del Partido de actividades contrarrevolucionarias y de tendencias procapitalistas o prosoviéticas.
    Las purgas en el poder llevaron a la marginación de unos tres millones de miembros del Partido Comunista, destruyendo el entramado organizativo del Partido y del Estado.
    Junto a los dirigentes afines a la línea de Liu Shaoqi, los intelectuales fueron también víctimas de las purgas de la Revolución Cultural, que condenaron al ostracismo a la mayor parte de los escritores y artistas.
    Estas purgas serían llevadas a cabo por comités revolucionarios repartidos por todo el país que sustituyeron a las estructuras de poder convencionales del Partido, junto a los guardias rojos, grupos organizados de jóvenes al servicio de la Revolución que se encargaban de velar por la ortodoxia ideológica. Precisamente los guardias rojos serían responsables de los peores excesos de la Revolución Cultural, en forma de actos violentos y de campañas de destrucción de numerosas obras de arte antiguas consideradas vestigios de la sociedad feudal anterior a la liberación socialista.
    La situación de caos generada por los guardias rojos fue mucho más allá de lo que los dirigentes del Partido, con Mao a la cabeza, habían llegado a prever y, en enero de 1967, éste tuvo que ordenar al Ejército que detuviera los desmanes de los guardias rojos. La intervención del Ejército permitió a Lin Biao hacerse con el control del Partido y convertirse en el sucesor de Mao.
    Sin embargo, la aparente victoria de Lin Biao sería muy breve. A pesar de que el IX Congreso del Partido confirmó el liderazgo absoluto de Mao y la condición de sucesor de Lin, la adulación extrema de este último provocó el recelo de Mao, que veía en la actitud de Lin un simple interés por hacerse con el poder. Aunque públicamente ambos eran reconocidos como los triunfadores de la Revolución Cultural, en el ámbito privado Mao había retirado ya su confianza a Lin Biao, y éste llegaría a promover dos golpes de Estado.
    Tras ser descubierto el segundo intento golpista, Lin Biao intentó huir a Moscú en un avión que acabaría estrellándose cuando sobrevolaba Mongolia, según la versión oficial, sobre cuya veracidad aún existen dudas.
    Si bien el IX Congreso había declarado el final de la Revolución Cultural, Mao afirmaba que la revolución debía ser algo permanente, necesario para mantener la pureza ideológica a salvo de desviaciones capitalistas o revisionistas. De hecho, la radicalización de la vida política china y las luchas por el poder continuarían hasta después de la muerte de Mao.
    Así, la desaparición de Lin Biao alimentó las ambiciones de poder de la facción encabezada por Jiang Qing, años más tarde conocida como la Banda de los Cuatro, que ocupaba destacadas posiciones en el Gobierno y en el Buró Político.
    Mientras tanto, la figura más importante del aparato del Estado era el primer ministro Zhou Enlai, que en los últimos años de su vida dirigiría el acercamiento de la República Popular China a los países occidentales y, muy en especial, a los Estados Unidos. De esta manera, a principios de los años 1970, al tiempo que se sucedían los conflictos internos en la lucha por suceder a Mao, China ponía fin a su política de aislamiento e iniciaba una etapa de relaciones diplomáticas y económicas con el Occidente capitalista.

    La apertura al exterior

    Mientras que la primera década de la República Popular había estado marcada por la estrecha colaboración con la Unión Soviética, la segunda década se caracterizó por el aislamiento internacional del régimen comunista chino, enfrentado tanto al bloque soviético como a los países occidentales, los cuales, en la mayoría de los casos, continuaban reconociendo al régimen de Taiwán como gobierno legítimo de China.
    Sin embargo, a lo largo de los años 1970, se produjo un acercamiento entre la República Popular China y el conjunto de los países occidentales y Japón.
    Las razones de este acercamiento fueron principalmente dos. Por un lado, la República Popular China había llevado a cabo pruebas nucleares con éxito en 1964, y el nuevo status de China como potencia nuclear hacía imposible la vieja aspiración del Gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek en Taiwán de reconquistar el continente chino.
    Esto llevó a los países occidentales que aún no reconocían a las autoridades de Pekín a iniciar contactos para entablar relaciones diplomáticas con el régimen comunista. Por otro lado, la intensidad del enfrentamiento entre China y la Unión Soviética, que llegó a amenazar con derivar en una guerra abierta entre ambos, hizo que los países occidentales dejaran de ver a China y a la Unión Soviética como un único bloque monolítico.
    En el contexto de la Guerra Fría, China había dejado de ser un enemigo para Occidente, y ambos compartían la visión de la Unión Soviética como adversario ideológico.
    Además, la República Popular China necesitaba abandonar su aislacionismo y, enfrentada al bloque soviético, la mejora de relaciones con Occidente e incluso con Japón se convirtió en una prioridad.
    El primer ministro Zhou Enlai sería el responsable hasta su muerte en 1976 de esta nueva política exterior aperturista. Esto ocurría al mismo tiempo que se sucedían las luchas por el poder en el seno del Partido y del Estado.
    Particularmente compleja fue la negociación entre la República Popular y Estados Unidos para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos. Ya en los años 1960, Estados Unidos había asumido que, tarde o temprano, acabaría reconociendo al Gobierno de Pekín en detrimento de las autoridades de Taiwán.
    En 1971, Estados Unidos levantó su veto a la admisión de la República Popular como miembro de la Organización de las Naciones Unidas, lo cual permitió la entrada de la República Popular a la organización, donde ocupó el asiento correspondiente a China el 25 de octubre de ese año, gracias a la resolución 2758, que transfería el reconocimiento como Gobierno legítimo de toda China a la República Popular. Hasta ese día, el asiento de China, así como la condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad, había correspondido a la República de China, el régimen refugiado en Taiwán, que se vio entonces obligado a abandonar la organización.
    Ese mismo año de 1971, el asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos Henry Kissinger viajaba en secreto a Pekín, donde se reunía con Mao Zedong y Zhou Enlai para discutir el reconocimiento diplomático estadounidense y la futura visita a Pekín del presidente Richard Nixon, acontecimiento histórico que se produciría dos años después, en 1973. Los problemas de política interior estadounidense, como el Watergate, y la dificultad de encontrar una solución que permitiera a Estados Unidos mantener sus relaciones privilegiadas con Taiwán, retrasaría el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países hasta el 1 de enero de 1979, bajo la presidencia de Jimmy Carter.

    La etapa de transición tras la muerte de Mao

    La muerte de Mao Zedong el 9 de septiembre de 1976 marcaba el final de una época y abría una incierta lucha por el poder. Otros dos de los principales dirigentes del Partido Comunista, Zhou Enlai y Zhu De, morían también en 1976. El traspaso de poder a una nueva generación de líderes vendría acompañado de intensos conflictos políticos y sociales a lo largo de todo el año. La muerte de Zhou Enlai, acaecida en enero, había provocado actos de duelo que culminarían en la protesta popular del 5 de abril, conocida como el Incidente de Tian'anmen de 1976.
    Con motivo de la festividad tradicional de Qingming, fiesta de los difuntos, miles de personas se habían estado congregando diariamente en la Plaza de Tian'anmen para rendir homenaje al fallecido primer ministro, dedicándole poemas y depositando coronas de flores junto al Monumento a los Mártires de la Revolución, en el centro de la emblemática plaza pekinesa. El creciente número de ciudadanos que participaba en estos actos de duelo, que muchos veían como una muestra de apoyo a Deng Xiaoping, llevaría finalmente a la policía a acordonar la plaza y retirar las coronas.
    La intervención policial provocaría una protesta masiva el 5 de abril de 1976, cuando unas cien mil personas se manifestaron en la plaza, coreando slogans en recuerdo de Zhou y en apoyo de Deng Xiaoping, que sería de nuevo apartado del poder a raíz del incidente.
    Estas protestas habrían sido una muestra del apoyo popular real que tenía la facción de Deng Xiaoping, a quien Zhou Enlai había rehabilitado y parecía favorecer como sucesor.
    Sin embargo, Mao Zedong dependía del apoyo de los que años después serían conocidos despectivamente como la Banda de los Cuatro, la facción liderada por su mujer Jiang Qing y enfrentada a Deng Xiaoping, a quien ya habían conseguido apartar del poder durante la Revolución Cultural.
    La Banda de los Cuatro, sin embargo, despertaba muchísimos recelos entre los altos mandos del Ejército, y estas rivalidades llevarían a Mao a designar a un miembro del Partido poco conocido, Hua Guofeng, como su sucesor. Precisamente tras el incidente del 5 de abril, Hua fue nombrado primer ministro y vicepresidente del Partido, y el 8 de abril, los líderes del Partido organizaban en la Plaza de Tian'anmen una manifestación de apoyo a Mao y a Hua, como respuesta a la protesta anterior de los partidarios de Zhou Enlai y Deng Xiaoping.
    Mao estaba ya muy enfermo cuando nombró sucesor a Hua Guofeng, a quien dejó un mensaje por escrito, en el que le instaba a desempeñar el trabajo con calma y según los principios establecidos en los años precedentes. El mensaje manuscrito de Mao añadía una tercera frase: "Contigo al mando, me quedo tranquilo". Esta frase sería la clave de la legitimidad del ascenso al poder de Hua Guofeng. Ante la impotencia de la Banda de los Cuatro, Hua se veía avalado como sucesor de Mao Zedong.
    Tras la muerte de Mao el 9 de septiembre, la ausencia de mecanismos formales para la sucesión abría una lucha por el poder entre Hua Guofeng y la Banda de los Cuatro. Hua sabía que Jiang Qing y el resto de los Cuatro querían relegarlo y hacerse con el poder. Para ello, contaban con el control de los medios de comunicación. Sin embargo, Hua sabía que el Ejército y amplios sectores del Partido y la sociedad desconfiaban de Jiang y de sus tres colaboradores, y lanzó el ataque para consolidar su poder. En la medianoche del 6 de octubre de 1976, los Cuatro fueron convocados a una reunión en la sede del Buró Político del Partido. La reunión era en realidad una trampa para detenerlos. Wang Hongwen se resistió y en el forcejeo mató a dos guardias de seguridad, pero finalmente fue reducido. Después de Wang, llegaron Zhang Chunqiao y Yao Wenyuan, que fueron detenidos de inmediato. Jiang Qing, por su parte, fue arrestada en su propio dormitorio. De esta manera, el 6 de octubre de 1976, con los Cuatro encarcelados, Hua Guofeng consolidaba su poder.
    Sin embargo, la situación de Hua era bastante precaria. Su legitimidad se basaba en su condición de sucesor de Mao, pero éste había recuperado el poder durante la Revolución Cultural gracias al apoyo de, por una parte, Lin Biao y, por otra, la facción de Jiang Qing. Con Lin Biao muerto y Jiang Qing en prisión, los enemigos de Liu Shaoqi y Deng Xiaoping estaban ya fuera de la lucha por el poder. Liu Shaoqi había fallecido ya, pero Deng Xiaoping preparaba su retorno al poder.
    El escaso carisma de Hua Guofeng y la manera circunstancial en que había alcanzado el poder hicieron imposible que éste pudiera mantener su posición frente al acoso de los partidarios de Deng Xiaoping, mayoritarios en el partido y que incluían a muchos líderes regionales, como Zhao Ziyang, líder del partido en Sichuan.
    Los éxitos derivados de las reformas económicas en las provincias dirigidas por los partidarios de Deng Xiaoping dieron a éstos el prestigio necesario para inclinar la balanza a su favor. Hua se veía obligado a aceptar la rehabilitación de Deng Xiaoping en la cúpula de poder del Partido y del Ejército. Durante la celebración de la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista en 1978, Deng Xiaoping reforzaba su base de poder y, dos años más tarde, durante la V Sesión Plenaria, se erigía ya como nuevo líder máximo del país.

    China bajo Deng Xiaoping

    La paulatina subida al poder de Deng Xiaoping se completaría durante la VI Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido, celebrada entre el 27 y el 29 de junio de 1981. En esa reunión, Hua Guofeng, que había dimitido como primer ministro un año antes, renunciaba a los dos cargos que aún ocupaba, el de presidente del Partido, que pasaba a Hu Yaobang, y el de presidente de la Comisión Militar Central, único cargo de poder que asumía formalmente el propio Deng Xiaoping. Durante ese Congreso, se publicó además un documento titulado "Resolución sobre diversas cuestiones en la historia de nuestro Partido desde la fundación de la República Popular", en el que se emitía una valoración oficial sobre la Revolución Cultural y sobre la figura de Mao. En ese documento se culpaba a Lin Biao y a la Banda de los Cuatro de la Revolución Cultural, de la que se decía que "[...] llevó al caos nacional y resultó una catástrofe para el Partido, el Estado y el conjunto del pueblo". El documento atribuía "errores graves" a Mao, pero consideraba que sus méritos como líder revolucionario habían estado muy por encima de sus errores.
    Así, en 1981 la República Popular China dejaba atrás una época de luchas y divisiones internas y lograba la estabilidad política bajo los nuevos líderes del país. Deng Xiaoping, Hu Yaobang y el primer ministro Zhao Ziyang debían enfrentarse al reto ineludible de la reforma económica. El Plan Decanal que había anunciado Hua Guofeng en 1978 se había revelado inviable, al apostar por un crecimiento desmesurado de la industria pesada sin acometer el progreso tecnológico o la entrada de capital externo necesario para un desarrollo de ese nivel. Los desequilibrios en el modelo de desarrollo se dejaban ver en la creciente inflación, que en 1980, según estimaciones no oficiales, pasaba del 15%. La interrupción brusca del Plan Decanal, que debía prolongarse hasta 1986, llevó a la cancelación de enormes proyectos de infraestructuras que afectaron sobre todo a las empresas japonesas y, en menor medida, alemanas y estadounidenses que habían logrado los contratos para esos proyectos, entre los que se encontraban refinerías de acero y plantas petroquímicas que no llegarían a finalizarse. El fracaso de tales proyectos, que habían provocado una espiral de crecimiento del déficit del Estado y de la inflación, llevó a una revaluación de la estrategia de modernización.
    Abandonando las ideas económicas de inspiración soviética, los nuevos líderes del país llevaron a cabo las reformas de los sectores agrícola e industrial. En el primero de éstos, se implantó el llamado "sistema de responsabilidad", por el que los campesinos debían comprometerse con sus cooperativas a alcanzar una cuota de producción. La producción en exceso de la cuota quedaba a disposición de los campesinos, que podían venderla en el mercado libre. Este nuevo sistema llevó a un crecimiento notable de la producción agrícola en la década de los años 1980, y aumentó los niveles de renta de la población rural. En el ámbito de la política industrial, el Estado paralizó los grandes proyectos de la industria pesada y alentó el desarrollo de la pequeña industria. Con la introducción del "sistema de responsabilidad industrial", las empresas estatales adquirían la posibilidad de administrar sus propias ganancias. Como en el sistema análogo en el ámbito agrícola, las empresas se comprometían a aportar al Estado una cuota, quedándose con el resto de los beneficios que hubiera, que podían reinvertir en el propio desarrollo de la empresa. Este sistema de cuotas se transformaría el 1 de junio de 1983 en un sistema de "impuesto sobre la renta", que rompía con la tradición del comunismo chino, y consolidaba las reformas económicas. El nuevo modelo de desarrollo, en el que tenía prioridad la industria ligera, seguía en gran medida las pautas que años antes habían marcado el crecimiento económico de Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur.
    A pesar del éxito de estas reformas, el ritmo de crecimiento de la economía china se veía amenazado por el fuerte aumento de la población. Mientras que en la época maoísta se había promovido la natalidad, en esta época el rápido crecimiento de la población china comenzó a verse como un problema, que ponía en riesgo los logros del aumento de la producción agrícola. En 1982, se llevó a cabo un censo para contar a la población. El censo anterior, de 1964, había arrojado una cifra de 694,6 millones de habitantes, y el censo de 1981 confirmaba los temores de muchos especialistas; China rebasaba ya los mil millones de habitantes. La cifra oficial de 1.008.175.288 habitantes en la China continental (1.031.882.511 en la estimación que incluía a Hong Kong, Macao y Taiwán) instó al Gobierno chino a introducir la política del hijo único, que prohibía a las parejas, bajo pena de sanciones económicas y administrativas, tener más de un hijo, con ciertas excepciones para el medio rural (donde se permitía un segundo hijo si el primero era una niña) y para las minorías étnicas (a las que no se aplicaba la ley).
    La nueva estabilidad política permitió a China afrontar con confianza la recuperación de su integridad territorial. Conscientes de que el periodo de arrendamiento de los Nuevos Territorios de la colonia británica de Hong Kong vencía en 1997, China dejaba claro al Reino Unido su intención de asumir el control sobre toda la colonia, incluidas la isla de Hong Kong y Kowloon, teóricamente cedidas a perpetuidad a la corona británica. La primera ministra británica Margaret Thatcher visitó Pekín en 1982, y el 26 de septiembre de 1984, las dos partes alcanzaban un acuerdo. El Reino Unido aceptaba devolver a China la totalidad de la colonia, y el Gobierno de la República Popular se comprometía a respetar el sistema legal y económico del territorio durante al menos 50 años. Tras el acuerdo con los británicos, China exigió a Portugal la devolución de Macao bajo términos similares a los definidos para Hong Kong. El acuerdo final entre las autoridades portuguesas y el Gobierno chino establecía la fecha del 20 de diciembre de 1999 para la devolución definitiva de Macao.
    Así, bajo la bandera de las cuatro modernizaciones preconizadas por Zhou Enlai, y asumidas por Deng Xiaoping como eje central de los objetivos de desarrollo, la República Popular China en la década de los años 80 conseguía unas altas cotas de crecimiento económico y estabilidad política, mientras frenaba el crecimiento vertiginoso de su población y avanzaba hacia la recuperación de su integridad territorial. Junto a estos éxitos, las reformas económicas habían ido acompañadas de una mayor libertad de expresión y una mayor apertura a la influencia exterior, como se veía en el auge del cine y la música popular de Hong Kong y Taiwán, y en los profundos cambios en el modo de vida en una sociedad cada vez más competitiva y desigual. En esta atmósfera de cambios, comenzaron a surgir voces críticas con el sistema, que reclamaban más libertades políticas y de expresión. Entre las voces más críticas con el sistema destacaron las del astrofísico Fang Lizhi, profesor en la Universidad de Hefei que defendía la introducción de pluralismo político y de libertad de expresión al estilo de los países occidentales, y las de los escritores Liu Binyan y Wang Ruowang, que llegaron a criticar abiertamente al Partido Comunista advirtiendo de lo que llamaron fracaso del modelo socialista. A estas quejas de los intelectuales se sumarían las protestas estudiantiles de diciembre de 1986, cuando en quince ciudades chinas se produjeron manifestaciones masivas de estudiantes que reclamaban reformas políticas. Esta oleada de protestas se cobró una víctima política principal: el secretario general del Partido Hu Yaobang, uno de los hombres fuertes del régimen, era forzado a dimitir en enero de 1987, acusado de simpatizar con las protestas y de no haber hecho nada por evitarlas. Hu se veía obligado a hacer una declaración de autocrítica y era apartado del poder. La salida de Hu Yaobang dejaba el cargo de secretario general del Partido en manos de Zhao Ziyang, el otro hombre fuerte del régimen junto a Deng Xiaoping, que hasta entonces había sido primer ministro, puesto al que accedía Li Peng, hijo adoptivo de Zhou Enlai y considerado parte de la facción más conservadora del Partido. A pesar de estos cambios, y de un incremento de la censura informativa con el fin de acallar las protestas, el clima de descontento, en un momento de crisis de los regímenes socialistas de Europa del Este, seguía en aumento, y desembocaría en uno de los momentos más críticos de la historia del régimen comunista: las protestas de la Plaza de Tian'anmen de 1989.
    Las protestas de 1989
    La tensión creciente en la vida pública china alcanzaría su nivel máximo en 1989. Mientras se extendían las opiniones críticas con el sistema, la economía, aun manteniendo su crecimiento, daba muestras de recalentamiento con una tasa de inflación cada vez más alta y la entrada en crisis de numerosas empresas estatales. A estas circunstancias sociales y económicas debe añadirse el simbolismo del año 1989, año de la serpiente en el calendario chino, y en el que coincidían varias efemérides importantes, al cumplirse el 40 aniversario de la proclamación de la República Popular y el 70 aniversario del Movimiento del Cuatro de Mayo, así como el bicentenario de la Revolución Francesa. Aludiendo a estas efemérides, el más famoso disidente político del momento, el astrofísico Fang Lizhi, envió una carta a Deng Xiaoping firmada conjuntamente con otros 90 intelectuales en la que reclamaba la liberación de disidentes políticos, en particular de Wei Jingshen, en prisión desde hacía diez años por su defensa de la democracia como "quinta modernización".
    Aunque Deng Xiaoping rechazó tales peticiones, la situación internacional en la que las políticas de glasnost y perestroika de la Unión Soviética estaban transformando los regímenes de Europa del Este, amenazaba con extenderse a China, donde cada vez eran más habituales las críticas públicas a los dirigentes. Todo parecía indicar que se podían reproducir las protestas estudiantiles de diciembre de 1986 y, en efecto, así fue.
    El detonante de las nuevas protestas, que serían mucho más intensas y multitudinarias que las de 1986, fue la muerte de Hu Yaobang, el antiguo secretario general del Partido, desalojado del poder en 1987 precisamente por sus intentos de diálogo con los manifestantes. Hu fallecía en Pekín el 15 de abril y varios miles de personas se congregaron dos días después en la Plaza de Tian'anmen de la capital china en homenaje a su memoria. Las manifestaciones fueron aumentando en días sucesivos y durante el mes de mayo se extendieron a muchas otras ciudades chinas. La publicación a finales de abril de un duro editorial en el Diario del Pueblo, el órgano del Partido Comunista, en el que se calificaban las protestas de "actos delictivos", no hizo sino aumentar el apoyo a los actos de protesta. El hecho de que ese editorial en el Diario del Pueblo se publicara mientras el secretario general del Partido Zhao Ziyang se encontraba en visita oficial a Corea del Norte parece indicar que fue obra del sector conservador del Partido, en un momento en el que el propio Buró Político se encontraba sumido en una profunda división entre dos facciones. Por un lado, Zhao Ziyang estaba dispuesto a tener en cuenta las peticiones de los manifestantes, mientras que, por otro lado, el primer ministro Li Peng defendía la necesidad de atajar las protestas mediante la intervención de la policía o, incluso, como ocurriría finalmente, del Ejército. El anciano líder Deng Xiaoping parece haber vacilado en su apoyo, pero finalmente acabaría respaldando al sector representado por Li Peng.
    Las protestas en la Plaza fueron seguidas con atención por los medios de comunicación de todo el mundo, en gran medida gracias al envío masivo de corresponsales a Pekín para cubrir la histórica visita del líder soviético Mijaíl Gorbachov en mayo de 1989. Esta visita suponía la reconciliación de las dos grandes potencias del bloque socialista. Sin embargo, la presencia de los manifestantes en la plaza obligó a cancelar los actos oficiales en la misma, y Gorbachov apenas pudo salir de su hotel durante su visita oficial de tres días de duración.
    La humillación que supuso para el régimen chino no poder celebrar los actos programados durante la visita de Gorbachov, mientras las televisiones de todo el mundo retransmitían lo que ya muchos consideraban la caída del comunismo en China, despertó la ira de Deng Xiaoping y de los miembros más veteranos del Buró Político, como Chen Yun, Peng Zhen y Yang Shangkun. El 17 de mayo, en una reunión al más alto nivel, se decidió la destitución inmediata del secretario general Zhao Ziyang. El 19 de mayo, mientras las protestas se extendían por toda China, Deng viajó a Wuhan, donde presidió una reunión de la Comisión Militar Central. Algunas fuentes afirman que se habría llegado a elaborar un plan para trasladar la capital provisionalmente a Wuhan en caso de que el Gobierno llegara a perder el control sobre Pekín.
    Tranquilizado por el apoyo del Ejército tras la reunión de Wuhan, Deng Xiaoping ordenó a Li Peng que declarara la ley marcial en Pekín el 20 de mayo. Durante los días siguientes, Deng Xiaoping, junto a Li Peng y al presidente Yang Shangkun, dirigió la operación militar para acabar con las protestas. Unos 300.000 soldados fueron desplazados a Pekín, y tomaron posiciones en las afueras de la ciudad.
    Finalmente, en la noche del 3 de junio, el Ejército comenzaba la operación. Los tanques entraban en la ciudad y se dirigían hacia la Plaza. Los enfrentamientos se sucedieron durante las primeras horas de la madrugada del 4 de junio. A las 6 de la mañana, la operación se daba por finalizada y el Ejército procedía a retirar de las calles los cuerpos de las víctimas mortales. Los cadáveres fueron trasladados al cementerio de Babaoshan, donde fueron incinerados sin que se permitiera ningún registro ni contabilización de los fallecidos. No se sabe cuántas personas perdieron la vida en el incidente. Las estimaciones varían desde 400 hasta más de 3000, según las fuentes.
    La represión violenta de las manifestaciones en Pekín puso fin a la oleada de protestas en el país y, durante los años siguientes, condenaría al ostracismo internacional al régimen chino, blanco de fuertes críticas de la opinión pública internacional. En cualquier caso, el régimen había evitado el destino de los regímenes de Europa del Este y, recuperada la estabilidad política, el sector ideológica y económicamente más conservador, representado por Li Peng y Chen Yun, defendió una marcha atrás en las reformas económicas de tipo capitalista. Sin embargo, Deng Xiaoping, aunque había acabado apoyando al sector conservador, seguía creyendo en la necesidad de mantener y, aun más, acelerar el ritmo de reformas económicas. Su desconfianza en los conservadores parece haber sido la razón por la que eligió como nuevo secretario general del Partido y como sucesor a un político poco conocido, Jiang Zemin, el alcalde de Shanghai que había logrado un fuerte desarrollo económico en esa ciudad durante la última década, y que había conseguido mantener el orden público en Shanghai mientras se sucedían las protestas en Pekín y otras ciudades chinas.
    China después de 1989
    En los años inmediatamente posteriores a 1989, la República Popular China hubo de enfrentarse a una situación de aislamiento internacional y de incertidumbre política. Mientras sufría las sanciones económicas ocasionadas por el rechazo internacional a la intervención armada en la Plaza de Tian'anmen, los líderes veían con inquietud la caída de los regímenes del bloque socialista en Europa. Al final de 1991, la propia Unión Soviética se desintegraba en una multitud de nuevos Estados que abandonaban la ideología del comunismo. Incluso la República Popular de Mongolia, territorio antaño reivindicado como chino, abandonaba el comunismo y se convertía en la República de Mongolia.
    Ante los acontecimientos que se sucedían en el mundo, la prioridad para el Partido Comunista de China era el mantenimiento del orden y de la estabilidad política. Mientras que algunos, encabezados por Li Peng y Chen Yun, defendían una paralización de las reformas económicas y un retorno a un mayor control del Estado sobre los medios de producción, Deng Xiaoping apostaba por la continuación de las reformas económicas como manera de recuperar el crecimiento económico y sentar las bases de una sociedad china próspera bajo una autoridad fuerte y estable.
    La confirmación de que las reformas económicas eran irreversibles se produjo en enero de 1992, durante la llamada "inspección del sur" de Deng Xiaoping. En una visita que inicialmente fue silenciada por los propios medios de comunicación chinos, al parecer por la sorpresa que provocó a muchos líderes del Partido, que discrepaban de las ideas económicas de Deng, el anciano líder visitaba las ciudades sureñas de Shenzhen y Guangzhou, en el delta del río de las Perlas. Ésta era la zona que más se había beneficiado de la apertura económica, y durante su visita, Deng pronunció discursos en los que afirmaba que el desarrollo económico, dentro del modelo del "socialismo con características chinas", era la máxima prioridad del Gobierno. Las palabras de Deng dejaban claro que el proceso de reformas y apertura económica debía continuar e intensificarse. Unos días después, reiteraba estas ideas en Shanghai. El modelo de las zonas económicas especiales, con regímenes fiscales diferentes al resto del país y en las que se favorecía la inversión extranjera, que se había aplicado en unas pocas ciudades del sur, como Shenzhen, se extendía a nuevas ciudades por toda la costa de China, y a la zona de Pudong en Shanghai. Deng reconocería como uno de sus mayores errores el no haber convertido a Shanghai en zona económica especial muchos años antes.
    En octubre de ese año, se celebraba el XIV Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el que el secretario general Jiang Zemin se vio respaldado como sucesor de Deng y abogó por la profundización en las reformas económicas y por la construcción de una "economía socialista de mercado". El hecho de que China apostara claramente por las reformas económicas de estilo capitalista y por la apertura de sus mercados a la inversión de capital extranjero, mientras se empezaban a relajar las sanciones económicas, dio lugar a un incremento espectacular en las inversiones extranjeras y a un crecimiento económico sin precedentes, especialmente en las zonas costeras del sureste. En 1992, el producto interior bruto del país crecía un 12%, en 1993 un 14%, y en 1994 de nuevo un 12%. La gestión de la economía estaba desde 1992 bajo la responsabilidad de Zhu Rongji, político considerado parte de la facción de Shanghai, como Jiang Zemin, y que años más tarde sucedería a Li Peng como primer ministro. En 1993, Jiang asumía los cargos de presidente de la República Popular y de presidente de la Comisión Militar Central, con lo que consolidaba su ascenso al poder como sucesor de Deng, el cual, ya muy anciano y con dificultades para expresarse, dejaba así las riendas del país a la nueva generación de líderes reformistas en detrimento del sector conservador del Partido.
    Víctima de la enfermedad de Parkinson y de su avanzada edad, Deng Xiaoping fallecía en Pekín el 19 de febrero de 1997, apenas unos meses antes de que se cumpliera uno de sus grandes sueños, la restauración de la soberanía china sobre Hong Kong. El 1 de julio de 1997, según lo acordado muchos años antes por Deng Xiaoping con Margaret Thatcher, la bandera británica se arriaba definitivamente en Hong Kong, que se convertía en región administrativa especial de la República Popular China. Dos años después, el 20 de diciembre de 1999, Macao, tras más de cuatro siglos de presencia portuguesa, pasaba a ser la segunda región administrativa especial.
    Tanto en Hong Kong como en Macao se aplicaría el modelo de administración conocido como "un país, dos sistemas", lema acuñado por el propio Deng Xiaoping con el que se designaba la convivencia de dos sistemas económicos diferentes, el socialismo con características chinas de la China continental y el capitalismo legado por los europeos en Hong Kong y Macao. El objetivo declarado de este sistema era ofrecerlo también a Taiwán como una opción atractiva para los ciudadanos de la isla para la reunificación nacional. A pesar de los contactos durante la década de 1990, Taiwán, la llamada "provincia rebelde", se mantenía bajo la soberanía de la República de China, en una separación política que duraba ya cincuenta años, y que ha continuado hasta el día de hoy.
    Tras la muerte de Deng Xiaoping y la recuperación de la soberanía sobre Hong Kong, la economía china continuaba su crecimiento vertiginoso. Las dudas de que este crecimiento, amenazado por problemas como la creciente tasa de inflación y la falta de competitividad de muchas empresas públicas, pudiera mantenerse, se vieron agravadas por la crisis financiera asiática de 1997. Aunque la crisis comenzó en el sureste asiático, sus efectos pronto afectaron a Corea del Sur, a Taiwán y a Hong Kong y se extendieron los rumores sobre la inevitable depreciación de la moneda china, el renminbi. Sin embargo, en contra de los pronósticos de la prensa económica extranjera, la solidez del crecimiento económico chino, apoyado en las políticas diseñadas por Zhu Rongji, permitió a China evitar la depreciación de su moneda y salir muy fortalecida de la crisis financiera que asoló al resto de Asia Oriental.
    En el plano ideológico, Jiang Zemin enunció su teoría de la Triple Representatividad, según la cual el Partido debía representar a las "fuerzas productivas avanzadas", a la "cultura avanzada de China" y a "los intereses de la mayoría del pueblo". La importancia de esta teoría, que ha sido promovida como parte del acervo ideológico del Partido, junto a los pensamientos de Mao Zedong y de Deng Xiaoping, radica en que, por vez primera, el Partido Comunista abandona la idea de la lucha de clases, según la cual representaría a la clase de los campesinos y los trabajadores, y pasa a representar simplemente los intereses económicos y de progreso del país. Ésta es la interpretación más habitual y la justificación de que el Partido Comunista, a partir de la época de Jiang Zemin, haya aceptado entre sus miembros a representantes de la clase empresarial, como muchos hombres de negocios de Hong Kong que en la actualidad ocupan cargos en el Partido. De esta manera, en los últimos años del siglo XX el sistema político chino completaba una transición iniciada en la época de Deng Xiaoping pasando de un modelo de inspiración soviética a un modelo de autoritarismo político combinado con capitalismo económico similar al que se aplicó en países asiáticos como Singapur o Malasia.
    A principio del siglo XXI, se confirmó el relevo generacional en la cúpula de poder de la República Popular China. Entre los años 2002 y 2004, Jiang Zemin fue reemplazado en todos sus cargos por su sucesor Hu Jintao, el actual presidente de la República Popular China, que ha consolidado así su posición como máximo líder chino. Hu, al igual que el actual primer ministro Wen Jiabao, pertenece a la cuarta generación de líderes comunistas chinos. Bajo su liderazgo, la economía china ha continuado su expansión. El producto interior bruto, excluyendo a Hong Kong y Macao, ha rebasado en los últimos años a potencias económicas como Italia, Francia y el Reino Unido, lo cual ha convertido a la República Popular China en la cuarta mayor economía del mundo tras Estados Unidos, Japón y Alemania. Durante el mes de marzo de 2006, se anunció que las reservas de divisas extranjeras de la República Popular, incluso descontando a Hong Kong y Macao, se habían convertido ya en las más grandes del mundo por delante de las de Japón.
    Así, tras casi sesenta años de República Popular, y a pesar de las muchas convulsiones sociales y políticas que han sacudido la sociedad china, el país que en 1949 se encontraba devastado por la guerra y la miseria ha pasado a ser, a comienzos del nuevo siglo, una de las grandes potencias emergentes en el mundo. Son muchos los retos a los que se enfrenta China en el futuro, tales como la evolución de su sistema político, la creciente disparidad de riqueza entre las regiones y entre el medio urbano y el rural, la presión demográfica, así como la tensión política y militar por el status no resuelto de Taiwán. A pesar de ello, la prosperidad material y los enormes avances en campos como la tecnología, la educación y la sanidad sitúan a China ante uno de los momentos más brillantes y esperanzadores de su larga historia.















    Bibliografía consultada para el Capítulo II

    Página web de Wikipedia
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    De todo un poco, como en botica

    Territorio
    La civilización china es una de las más antiguas del mundo, con aproximadamente 5.000 años de existencia. Su origen se interna en lo más profundo de los tiempos y fue el precursor de significativos descubrimientos científicos y técnicos dentro de sus fronteras.
    La superficie de su territorio es el tercero más importante del mundo y el porcentaje de ocupación sobre el continente asiático es casi de un 25% sobre el total, teniendo límites políticos con catorce países.
    Obviamente, debido a su extensión ofrece diversidad de geografías, que oscilan entre las cumbres eternamente nevadas de la cadena del Himalaya el techo del mundo , llanuras con gran caudal habitacional en el norte, una costa subtropical en el sudeste y grandes extensiones desérticas como el desierto de Gobi, que linda en el límite suroccidental con Mongolia.
    Por ello, climas antagónicos son usuales en su territorio. El monzón de verano trae calor, humedad y lluvias torrenciales que incluyen huracanes y tifones, que muchas veces concluyen en inundaciones en el sudeste; y por otro lado, los vientos provenientes de Siberia barren el norte y oeste del país con temperaturas heladas y nevadas dando lugar a una flora de estepa, que luego se transforma en un desierto solo abatidos por el viento y la soledad.
    La llanura de Manchuria, a continuación del límite del desierto de Gobi, tiene ricos suelos agrícolas y a su sudoeste rodeando el golfo del río Bo Hai se halla una importante ensenada, bañada por el mar Amarillo. Beijing (Pekín), capital de la República Popular China se afinca sobre esta llanura densamente poblada.
    Nos encontramos con datos que reflejan las realidades mencionadas. El régimen de precipitaciones anuales en Hami es de 33 mm anuales y en Guangchou de 1.681 mm anuales.
    Contamos con el monte Everest con 8.848 metros de altura y la depresión de Turfan con 154 metros por debajo del nivel del mar. O sea que es un país repleto de contrastes geográficos, debido a su extensión.
    Población
    El índice de densidad de población media es irrisorio porque hay vastas extensiones del interior del país, relacionadas con los desiertos o con las montañas del Tibet están prácticamente despobladas, con índices de población paupérrimos.
    La densidad media la encontramos en los valles de los ríos principales Amur, Amarillo, Azul y Si kiang, con cultivo intensivo del arroz.
    La macrocefalia de las ciudades es parcial debido a la extensión territorial y a la existencia de varias ciudades con poblaciones que superan los cinco millones de habitantes.
    Shangai, Beijing, Macao, Cantón, Hong Kong, Nankin, Tianjin son núcleos urbanos costeros con alta densidad, solo igualada por la región de Sichuan en las estribaciones orientales del Tibet, con la influencia del río Yan tse kiang, que permite una producción agrícola ponderable.
    El 92% de la población china es de la etnia han ; el resto está disperso entre 55 grupos
    étnicos diferentes y la lengua oficial es el chino mandarín, aunque se conservan infinidad de dialectos.
    El hábitat rural no se aviene a un modelo único, sino que conviven agricultura de subsistencia, intensiva de tipo asiática, orientada al cultivo del arroz en tierras anegadizas con zonas donde la introducción de maquinaria agrícola está en pleno apogeo.
    Superadas las limitaciones de la Revolución Cultural, donde las tierras eran estrictamente comunales, aquellos labriegos que cultivan parcelas propias pueden vender libremente su producido en los mercados dando lugar al inicio de la capitalización por una incipiente burguesía, que generalmente terminan emigrando a las ciudades en búsqueda de mejores oportunidades laborales, generalmente en el comercio, y que conforman la nueva clase media china.
    La migración interna es muy elevada con riesgos de superpoblación urbana, por lo que la creación de ciudades nuevas canalizan y ordenan la migración coartando el acceso a las grandes urbes al borde del colapso habitacional.
    La población migra a las urbes en busca de trabajo y se destacan de los vecinos radicados en su tez tostada, fruto de largas jornadas al aire libre bajo los rayos del sol. Baja extracción social y carencia de sofisticación es el estereotipo.
    Blancura en Asia equivale a juventud y pureza y hace atractivas a las féminas para los donjuanes orientales.
    Por eso los habitantes de las ciudades quieren tener la piel clara, diferenciándose de los campesinos, a quienes de algún modo soslayan, o al extremo, desprecian.
    Al contrario de lo que sucede en Occidente, donde una piel bronceada es sinónimo de salud y sensualidad; cuando no símbolo externo de una clase que puede darse a la ociosidad, en Asia acuden a todos los arbitrios inimaginables para no broncearse y tener la piel clara. Este concepto de clase está siendo tomado por la cultura asiática entre los nuevos ricos, adoptando el criterio de que la piel bronceada es signo de status y no motivo de vergüenza.
    De acuerdo con la firma de investigación de mercado AC Nielsen, el 30% de las mujeres chinas usa productos para aclarar la piel. Ese porcentaje es del 20% en Taiwan y del 18% en Japón y Hong Kong.
    En Filipinas y Thailandia donde la piel de sus habitantes es más oscuro, los porcentajes anteriores son ampliamente superados.
    La consultora Synovate dice que el 50% de las filipinas y el 33% de las coreanas utiliza lociones blanqueadoras de la piel.
    La venta de cremas blanqueadoras tuvo un incremento del 30% entre 2005 y 2006 en el mercado global, y ese crecimiento se explica parcialmente por las ventas en el Lejano Oriente, nuevo consumidor de cosméticos de belleza.
    Los planes de desarrollo de las ciudades extraen capitales y habitantes al campo, sosteniendo un éxodo rural, que a la postre ahondará en la densidad poblacional.
    Mientras que en 1950 la población urbana era del 13% ahora es del 40% y se espera que alcance el 60% en 2030.
    El crecimiento demográfico vegetativo es elevado, fundamentalmente debido a que parte de una población de 1.300 millones de habitantes. Asimismo el aumento de la calidad de vida, en especial por la alimentación y condiciones sanitarias ha impactado sobre los índices de mortalidad infantil que involucionan progresivamente, en conjunto con la elevación de la esperanza de vida, que supera los 70 años.
    Política demográfica
    Los marxistas sostienen la hipótesis de que el crecimiento económico y el aumento de la productividad permiten un crecimiento demográfico continuo, que apalanca a nuevo crecimiento en un círculo virtuoso.
    Sin embargo la política demográfica de China es antinatalista, coincidiendo con Malthus, que allá en 1798 expuso su teoría de que los recursos crecían aritméticamente, sujetos a la ley de los rendimientos marginales decrecientes, mientras que la población crecía geométricamente, marchando inevitablemente hacia el colapso.
    Por lo tanto abogaba por el control de la natalidad. Sus predicciones no han sido validadas por la realidad, dado que la ciencia y la tecnología han contribuido para consolidar un espectacular crecimiento de la productividad, en todos los órdenes.
    Paradojalmente, el incremento económico y las mejores condiciones de vida estimulan a una reducción voluntaria de la natalidad.
    Los medios estatales chinos auguran un módico baby boom, advirtiendo conjuntamente la bomba de tiempo social que cada vez más hombres tengan problemas para conseguir esposa dada la disparidad de géneros en la población.
    Durante la década del 70, el gobierno impuso una legislación restrictiva de la natalidad permitiendo tener un solo hijo, que se flexibilizó en 1984, permitiendo a la población rural tener un segundo hijo si el primero era una niña.
    Algunos agentes de derechos humanos claman que esa política incrementó el infanticidio y el aborto selectivo.
    Según cifras oficiales nacen 119 varones por cada 100 mujeres.
    Las familias piensan que a las hijas hay que mantenerlas y educarlas hasta la edad de casarse y cuando lo hacen, ingratas ellas, se vuelcan hacia la familia de los maridos. Lo cual sería una inversión con rentabilidad negativa.
    Pero la atávica capacidad de supervivencia de las niñas es sorprendente.
    Médicos de distintos países operarán en breve a una vecina de Kunming para extraerle veintitrés agujas alojadas en su cuerpo desde hace años.
    Se presume que el motivo de las veintitrés agujas de 2,5 centímetros alojadas a lo largo de todo su cuerpo se deben al enojo de los abuelos que no querían niñas en casa y pretendieron eliminarla, sin contar con la fortaleza y tesón propios del género femenino.
    La flexibilización de las normas en el ámbito rural fue el remedio encontrado para evitar, justamente el envejecimiento de la población y la disparidad de géneros, dada la preferencia cultural por tener hijos varones.
    En el amplio segmento entre los 15-29 años para el año 1995 eran solteros el 51,54%, mientras que para 2005 es del 65,89% para igual segmento.
    China no ha podido evitar la emulación de nuestro doméstico Gente que busca Gente obligando a emitir por parte del Gobierno chino la normativa para regular las agencias matrimoniales y de citas on line en Internet.
    Seis mil páginas web dan información a 130 millones de internautas, más 20.000 agencias y clubes matrimoniales prestan idéntico servicio a quienes quieren internarse en las delicias conyugales antes de los veintiséis años de edad, que reditúa a las celestinas ingresos por 80 millones de dólares.
    Nunca nos va a dejar de sorprender que cuando la mitad de los seres humanos quieren entrar, la otra mitad está dispuesta a salir.
    Las medidas permisivas para tener más de un hijo en las zonas rurales ha sido, a pesar de las prohibiciones, burlada por los pobladores ricos de las ciudades, que no se amedrentan por las advertencias del Gobierno de Beijing, que ya ha amenazado con imponer calificaciones negativas en sus antecedentes crediticios a los díscolos.
    La instauración análoga de una central de control de cantidad de hijos será instaurada en el Banco Popular de China, para poner en evidencia a los rebeldes, que violen las normas de planificación familiar oficiales.
    Se ven compelidos a utilizar este recurso debido a que el crecimiento de los salarios del grupo familiar habilitó a las parejas para hacer frente a las multas oficiales.
    China tiene una población estimada en 1.300 millones de habitantes, representativa del 20% del total de la población mundial, y cada año 10 millones de nuevos vástagos ven la luz en el imperio naciente.
    Con el objetivo de evitar un colapso demográfico, social , económico y medio-ambiental se ha planificado que la población se mantenga debajo de lo 1.360 millones para el 2010 y debajo de los 1.450 millones para el 2020.
    La disparidad poblacional entre los géneros, ante tanta oferta femenina disponible ha recuperado costumbres ancestrales y acuden a las segundas - o más- esposas, antes conocidas como concubinas; ahora llanamente denominadas amantes.
    El Peoples Daily anunció que Pang Jiayu, vicejefe del cuerpo asesor político de la ciudad de Baoji en la provincia de Shaanxi fue alejado de su cargo y expulsado del Partido Comunista, por tener once amantes, que lo denunciaron dando origen al episodio.
    No es el primer caso, sino que es por lo menos el cuarto de hechos similares, siempre denunciados por las segundas esposas despechadas.
    Una encuesta reciente acusa que el 90% de los funcionarios acusados de corrupción grave en los últimos cinco años tenían varias amantes.
    La noticia, en rigor de verdad desnaturaliza nuestra presunción de que tales aconteceres se debían a una excesiva oferta, pero parece ser que el viril funcionario convencía a las esposas más atractivas de sus empleados para que se convirtieran en sus amantes a cambio de ascensos muy bien remunerados de sus esposos.
    Parece ser que los esposos no hicieron buen uso de sus flamantes cargos incurriendo en hechos de sobornos, por lo que fueron condenados a muerte, lo cual desató la ira de las esposas, que se dieron al sacrificio para alcanzar un mayor bienestar hogareño.
    El alcalde bragueta como se lo conocía a Pang será severamente castigado, promete la Comisión de Disciplina del Partido Comunista chino.
    Los nuevos vientos que barren las ciudades chinas tienden a la occidentalización de las costumbres y ello se puede observar, por ejemplo, en las playas de Quingdao, en la provincia de Shandong donde las novias de impecable blanco hacen sus producciones fotográficas al lado del mar; vestimenta antigüamente roja para ambos novios.
    Esta juventud que incide en el matrimonio comienza con la generación que vivió la adolescencia posteriormente a la masacre de la Plaza de la Paz Celestial -Tiananmen-
    Mao Tsé tung es un personaje de historia, como lo es Perón para los jóvenes argentinos o Roosevelt para los americanos.
    Entre los menores de treinta años, la Revolución Cultural, el budismo y la vida bajo el régimen ocupan un bajo porcentaje en sus vidas; el resto es todo occidentalización.
    Ese es el entorno entrevisto en las urbes costeras chinas.
    Edificación
    La arquitectura china se caracterizaba por la distribución del espacio en unidades rectangulares que se unen para formar un todo.
    En la arquitectura tradicional china, la distribución de las unidades espaciales se rige por los principios de equilibrio y simetría. El eje constituye la estructura principal, siendo que las estructuras secundarias se sitúan a ambos lados del eje formando el patio central y las habitaciones principales.
    Tanto las viviendas como los edificios oficiales, templos y palacios se ajustaban a este principio fundamental.
    En las viviendas tradicionales, por ejemplo, las habitaciones se asignan según la posición de cada persona en la jerarquía familiar. La cabeza de familia ocupa el cuarto principal, los miembros de mayor edad de la familia de éste viven en la parte de atrás y los más jóvenes, en las alas izquierda y derecha; los más mayores en la izquierda y los más jóvenes en la derecha.
    La arquitectura china se caracteriza también por el uso de una estructura de vigas y pilares de madera y un muro de adobe que rodea tres de los costados del edificio. La puerta y las ventanas principales se sitúan en el frente. Los chinos llevan usando la madera como uno de sus principales materiales de construcción desde hace miles de años. La madera representa la vida y ésta es la principal idea que la cultura china, en sus múltiples manifestaciones, trata de comunicar. Esta característica ha llegado hasta nuestros días.
    Estas edificaciones tradicionales de forma rectangular se dividen en habitaciones conforme a la estructura de las vigas y pilares de madera.
    El uso de la madera dio lugar a ciertos rasgos arquitectónicos característicos. En primer lugar, la anchura y profundidad del espacio interior vienen determinadas por la estructura de madera. En segundo lugar, se desarrollaron técnicas de lacado con el fin de conservarla. Estos lacados de colores vivos y brillantes se convirtieron en uno de los rasgos propios de la arquitectura tradicional china.
    Para poder rematar la construcción con un amplio tejado voladizo, los chinos inventaron un tipo especial de soporte denominado tou-kung, que se eleva nivel por nivel desde cada uno de los pilares. Dichos soportes tenían una función constructiva y ornamental muy característica. Ese estilo arquitectónico pasó posteriormente a Japón y Corea.
    Por último, existe la técnica de elevar la estructura sobre una plataforma a fin de evitar daños provocados por la humedad. La altura de la plataforma dependía de la importancia del edificio. Una plataforma elevada añade fuerza, sofisticación y elegancia a los grandes edificios.
    Los murales policromados que aparecen en los edificios tradicionales que todavía pueden apreciarse, con su amplia variedad de motivos y temas, tienen un valor a la vez decorativo y simbólico. En ellos encontramos representados dragones, aves fénix, mitos, paisajes, motivos florales, pájaros.
    Los tejados suelen ser a dos aguas en las casas tradicionales del sur de China, su divisoria se adorna con cerámica, rompiendo así la continuidad de líneas de los edificios. La típica curva de los tejados chinos, tan admirada por muchos visitantes, simboliza el espíritu de la cultura china. Mientras que el resto del edificio es relativamente sencillo, el tejado introduce un elemento de sorpresa por medio de sus aleros levantados y divisoria curvada. Este rasgo se corresponde con el paralelismo entre las líneas de la arquitectura tradicional china y los trazos de su caligrafía.
    Desde la dinastía Han (206 a. de C.-220 d. de C.), la pintura y la decoración chinas han tendido al empleo de formas curvas, dinámicas, sueltas. Uno de los principios máximos del arte chino consiste en comunicar el "ritmo vital" (ch'i yün) a la obra de arte.
    En los templos chinos encontramos una amplia gama de estilos arquitectónicos. Las religiones a las que se hallan consagrados estos templos son, fundamentalmente, budismo, taoísmo y religiones ancestrales y tradicionales; pero todos ellos comparten una misma estructura.
    Pero China se está remozando a pasos agigantados, estilo coherente con ese gigantesco país.
    Y la construcción acelerada y moderna se extiende a todas las ciudades principales de su territorio.
    Beijing sorprende por la majestuosidad de sus avenidas, la imponencia de sus monumentos en un país que sabe cargar el peso de su historia.
    Se siguen admirando los tejados multicolores de la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano con sus templos y pagodas, mientras que la Muralla China, que contenía a los invasores, es ahora invadida por los turistas locales y extranjeros.
    La populosa ciudad de Shanghai es asediada por nuevas y constantes construcciones de rascacielos con diseños modernistas espectaculares.
    Las luces de neón de sus calles, las autopistas y el modo occidentalizado de sus habitantes permite creerse en otro lugar, que no es China.
    Las ambiciones culturales chinas dan rienda suelta en esta ciudad, donde las salas de conciertos proyectadas por el prestigioso arquitecto Paul Andreu son una muestra.
    El Centro de Arte Oriental tiene tres salas de concierto, con una superficie total de 105.000 metros cuadrados y un costo de 120 millones de dólares.
    La creciente cantidad de curiosidades arquitectónicas de Shanghai tienen la particularidad de ostentar escalas colosales y una iluminación espectacular, dignos de ser admiradas por los sorprendidos 16 millones de habitantes de la ciudad.
    El arquitecto Andreu también está trabajando en el Gran Teatro Nacional de Beijing, apodado el Huevo por su diseño esférico. En definitiva, su obra satisface al apetito de las autoridades para dotar a esta ciudad de una edificación nueva, deslumbrante, atrevida y de diseño extranjero.
    Esta populosa ciudad china muestra un marcado contraste entre las tradiciones ancestrales y el vértigo de la vida moderna. Lo viejo se mezcla con lo nuevo, con la tendencia soterrada de que lo nuevo desplace a lo viejo, definitivamente.
    Hong Kong, la antigua tierra irredenta para China continental y ex colonia británica mantiene su estilo inglés. Torres de edificios, puentes colgantes prolijidad y limpieza es lo observable.
    Edificios de variada arquitectura se construyen en forma permanente basados en una planificación urbana de renovación, que demuele inexorablemente vecindarios tradicionales para dar lugar a edificios diseñados con el diseño vanguardista de los noveles triunfadores en el universo económico.
    Conforme la propuesta del Gobierno, 37 edificaciones antiguas serán demolidas e indemnizados sus propietarios, y reemplazadas por torres de 40 á 50 pisos.
    La densidad poblacional de Hong Kong es de 6000 almas por kilómetro cuadrado en una ciudad que aloja a 7 millones de habitantes.
    La sobrepoblación es sólo una parte del problema de la isla. La baja tributación impositiva le permite competir con otros países asiáticos, ofreciendo infraestructura y servicios tanto para los negocios como el turismo.
    El Gobierno hace negocios inmobiliarios, con la base de que es más lucrativo demoler un edificio histórico y revenderlo a los desarrolladores, que conservarlo.
    Ya han aparecido movimientos en aras de la conservación de los edificios históricos aduciendo que la destrucción irracional del rico acervo edilicio histórico conspira contra el negocio turístico a futuro. El Gobierno piensa que su planificación urbana promoverá, más que perjudicará el turismo.
    Del 60% al 70% del turismo proviene de China continental, y los viajeros están más interesados en ir de shopping que en detenerse en la observación de edificios heredados del pasado colonial.
    Las obras del Centro Financiero International Shanghai Hills tienen una altura de 492 metros y es el rascacielos más alto de China.
    La obra de 101 pisos será inaugurada oficialmente en marzo de 2008 y superan a la Torre Jin Mao que sólotiene 420.5 metros y 88 pisos.
    El Centro Financiero acogerá oficinas, un hotel, salas de conferencias, tiendas y un mirador turístico a los 472 metros.
    Los ejemplos dados sobre la construcción en China continental como en la isla de Hong Kong conllevan una aspiración a mimetizarse paulatinamente con Occidente.
    Por ello se pueden avizorar curiosidades como la réplica de París a 200 kilómetros de Shanghai.
    La Torre Eiffel, la fuente de Apolo del Palacio de Versailles o los edificios estilo Haussmann se replican en esta ciudad ficticia, levantada para el turismo, donde grupos de jubilados, que forman parte del boom turístico interno observan embelesados a la Ciudad Luz china.
    No han escatimado metros construidos que ya alcanzan al millón, teniéndose en carpeta su quintuplicación en los próximos años. El grupo Guangsha, desarrollador del emprendimiento lleva invertidos 100 millones de dólares a la fecha.
    Hoy viven en la Ciudad Celeste 2.000 personas, pero se ambiciona que lleguen a 100.000 cuando se termine el proyecto.
    Los departamentos de vivienda han sido vendidos en un 40% a un precio de 810 dólares el metro cuadrado sobre la réplica de la Avenida de los Campos Elíseos, o sea un valor prácticamente similar a Almagro en la ciudad de Buenos Aires.
    Hasta las trivialidades se replican en China y los turistas en el lago Kanasi afirman haber visto una docena de criaturas gigantes en sus aguas, émulos del monstruo del lago Ness escocés, y la noticia ha sido recogida y propalada por la televisión china.
    El turismo y sus banalidades también hacen pie en la nueva sociedad.
    Consumo
    Beijing y Shanghai ya son paraísos en al oferta de ropa, juguetes y electrónicos, lo que les permitiría en un futuro a postularse como válidos reemplazos de Miami.
    Los comercios de China están divididos en tres niveles perfectamente diferenciados, que podremos asociar claramente a nuestra ciudad.
    Tenemos las tiendas de las grandes marcas internacionales, ubicados en los grandes shopping center y calles importantes, con iguales precios de venta que en Europa o Estados Unidos -para los ricos-. Luego nos encontramos con los negocios de marcas y productos chinos, ubicados en calles sin tanto glamour y alejadas del centro de la ciudad, para los chinos clase media. Y por último los barrios donde se venden falsificaciones de todo tipo. Los potenciales compradores son con sorpresa los turistas extranjeros, los de clase media que quieren ahorrar dinero pero sin perder la posibilidad
    de aparentar con el uso de marcas ostentosas y finalmente los pobres, lo cual nos hace pensar en la similitud con La Salada y La Saladita del conurbano bonaerense.
    Bernard Arnault, CEO de Mot Hennessy Louis Vuitton, le mayor grupo de artículos de lujo del mundo espera un crecimiento al doble la venta de esos artículos por la influencia de la demanda de los países emergentes.
    Y el crecimiento más importante se sitúa en China, Rusia, Medio Oriente y algunos países latinoamericanos. Los chinos y rusos representan alrededor del 7% y 4% de las ventas respectivamente de las ventas de lujo globales, comparado con el 16-18% de los consumidores de Estados Unidos. La consultora de marketing Bain predice que en diez años, China probablemente represente entre un cuarto y un tercio del consumo mundial de artículos de lujo.
    Ya es noticia en los medios que el oro se ha beneficiado con la fuerte demanda de los joyeros de países como China e India.
    La experiencia del vestir no es el único factor que influye en la vida cotidiana, puesto que factores como el sexo, la clase social, los ingresos y la tradición, también influyen.
    Cuando hablamos de moda, nos estamos refiriendo simultáneamente a una serie de organizaciones interconectadas y con puntos de coincidencia implicadas en la producción y promoción del vestido, así como en las acciones de las personas al actuar cuando se visten. Hemos visto la mutación de los trajes negros o grises, con el cuello tradicional, sin adornos ni diferenciación de género a prendas de diseño occidental y la adopción de colores diversos en la nueva China.
    Así, pues, el estudio de la moda abarca el concepto dual de la moda como fenómeno cultural y como un aspecto de fabricación cuyo énfasis recae en la tecnología de producción. Tiende a centrarse en la psicología del individuo y en el propio objeto de la moda y lo contempla como la encarnación de valores sociales y culturales que prevalecen en el momento y lugar específicos (Fine y Leopold,1993).
    En este caso la producción se vuelve pasiva y la demanda de los consumidores se funda en los deseos de cambio y adaptación a una flamante realidad.
    El mercado del arte también tiene su parte. La burbuja en los precios de cuadros de firma, esculturas y otras manifestaciones artísticas es objeto de estudio por los entendidos y la explican por el crecimiento de la economía mundial, que provoca la aparición de nuevos coleccionistas como los rusos, los indios, los chinos y otros países asiáticos con enormes sumas de dinero y comportamientos imprevisibles.
    Según Karl Schweizer, especialista en arte del banco suizo UBS dice que hay tres factores que empujan los precios hacia arriba: 1. los ricos son cada vez más ricos; 2. se sienten más cómodos diversificando la inversión, entre ellas el arte y 3.hay pocos artistas modernos clásicos entre 1870 y 1950. Y los chinos ricos son cada vez más ricos. Ineludiblemente.
    La resegmentación del mercado va a toda marcha y echando humo. Sin duda.
    Desigualdad social y corrupción
    Las desigualdades sociales vienen aumentando velozmente a medida que el país se enriquece. Los autos de lujo y los campesinos miserables se mezclan en las calles y esa imagen se hizo de rutina.
    La Academia China de Ciencias Sociales asevera que el 10% de los chinos tiene el 40% de la riqueza del país. Para ponderar mentalmente de lo que estamos hablando informamos que en Beijing o Shanghai un departamento de 120 metros cuadrados cuesta entre us$ 150.000 á us$ 200.000.-
    Pero no es menos cierto que esos contrastes se van achatando paulatinamente debido al mejoramiento de las condiciones de 850 millones de trabajadores rurales.
    Desde la decisión de Deng Xiaoping, a fines de la década del 70 de devolver las tierras a los campesinos para que las exploten por cuenta propia permitió, como ya los hemos apuntado el surgimiento de una burguesía local.
    Lejos quedaron los tiempos de Mao , tras la revolución de 1949, en que las tierras pasaron a la Comuna, luego de que 2 millones (si, 2 millones) de terratenientes fueron ejecutados.
    China ha sido y es el país del exceso. Se está pasando del comunismo al consumismo, a medias feudal, a medias capitalista, pero el rumbo hacia el capitalismo salvaje es un derrotero inexorable.
    Los colores eran un desvío burgués, hoy invaden cada centímetro de la ropa, de los escaparates, de los hoteles y decoraciones.
    El pasto, considerado una manía burguesa era carpido hasta dejar la tierra yerma hoy se reemplaza por parquizaciones y flores.
    La corrupción de los funcionarios de gobierno es notoria, y hasta provocativa dado que no se amilanan en mostrar su enriquecimiento por la ostentación de autos, casas, y pantagruélicas cenas en los mejores restaurantes.
    Un estudio del Consejo de Estado, la Academia de Ciencias Sociales y el Partido Comunista probó recientemente que de los 3220 chinos con una fortuna mayor a los diez millones de euros, 2932 son oficiales de alto rango del Partido Comunista.
    El castigo más usual por corrupción es la ejecución, y los diarios chinos se ocupan por instrucciones taxativas del Gobierno central de mostrarlo en primera plana.
    Un pasado de hambre hace que muchas veces, la ostentación pase por la comida. Los comensales piden ingentes cantidades de comida, de la cual queda al final la mitad en la mesa.
    Desde 1975 hasta 2005 los precios de los alimentos en los mercados del mundo cayeron un 75% en términos reales. La comida es tan barata que en Occidente la sociedad batalla contra la glotonería y tira a la basura desechos a medio comer.
    Por ello resulta extraordinario el aumento de los precios a partir de esa fecha y casi todos los productos agropecuarios alcanzan precios record, recuperando plenamente la caída mencionada precedentemente.
    La agroflación (inflación del agro) está sostenida por cambios de largo plazo que acompaña la creciente riqueza de los países emergentes.
    El consumidor chino que consumía 20 kilos de carne en 1985 se considera insatisfecho con los 50 kilos que consume hoy. Eso hace que aumente la demanda de granos pues hacen falta 8 kilos de granos para producir un kilo de carne.
    Y China siente el impacto de la comida más cara a través de la inflación del 15,6% sobre los alimentos, que representan un tercio del presupuesto de un hogar chino.
    Para desconcertar al eventual lector de este trabajo -si encontramos a alguno con suficiente paciencia para leerlo- le ofrecemos un dato.
    Una señorita de 26 años es la persona más rica de China con una fortuna de 16 mil millones de dólares. Si leyó bien, mi deseado lector. Forbes designa a 40 multimillonarios chinos contra 15 el año pasado, que suman un patrimonio de 120 mil millones de dólares en su conjunto.
    Se rumora que hay varios pretendientes para la promotora inmobiliaria Yang Huiyan, hija del cofundador de Country Garden Goldings Co.Ltd, quien le transfirió a la jovencita su participación en la empresa en el 2005.
    Y esto no acaba aquí y para ello debemos mirar al grupo chino Longhai, de Quingdao, que acaba de comprar Chteau Latour-Laguens, un establecimiento de 60 Ha en Burdeos, Francia, conocida por su vino blanco seco y en este caso por el Bordeaux y Bordeaux Supérieur.
    El castillo que se erige en ese terruño tiene 600 años de antigüedad y hoy es hollado por la impertinencia china, que ha rebautizado la compañía con el nombre de Latour Laguens International Wine Co. Además lo bautizan con nombres en inglés, para asombro y enojo de los viñateros franceses.
    Se considera a la operación una compra de prestigio, pero amén de ellos, la sofisticación del consumo de los new riches chinos exigen codearse con los gourmet y gourmands internacionales.
    Pero ese consumo de lujo no se restringe a los vinos, sino que inversiones de los grandes modistos occidentales pujan por ocupar su espacio en la nueva China. Ya hay 31 boutiques Armani, 20 Cartier, 18 Gucci. 16 Louis Vuitton , 16 Hermés y 77 tiendas Dunhill especializadas en ropa y accesorios para hombres.
    A pesar de los 300 millones de chinos que viven por debajo de la línea de pobreza, en especial en el ambiente rural, la clase pudiente próspera quiere asumir su rol preponderante y además, hacerlo saber a través de la ostentación.
    Las importaciones de artículos de lujo por los ricos chinos superan la interesante suma de 2.500 millones de dólares.
    Reiteramos que según la Academia China de Ciencias Sociales, en este momento el 10% de los chinos tiene el 40% de las riquezas del país. Dos fenómenos coexisten en China, millones de campesinos migrando hacia las ciudades en busca de trabajo, a pesar de las constantes mejoras en el campesinado, debido a la decisión de Deng Xiaoping, a fines de la década del 70 al devolverles las tierras para que las exploten por cuenta propia, desarmando las comunas instauradas por Mao Zedong durante el período del Gran Salto Adelante.
    Este comienzo del siglo XXI nos muestra a un país del exceso, pasando del comunismo al consumismo prácticamente sin escalas.
    Por ello el presidente Hu Jintao, en la apertura del Congreso del Partido Comunista admitió que la brecha de ingresos entre ricos y pobres se amplía, prometiendo luchar por cerrarla paulatinamente, luchando contra las desigualdades sociales en base a su concepto científico del desarrollo, como lo llamó para ejemplificarlo adecuadamente.
    Insistió en la necesidad de un desarrollo equilibrado para asegurar un crecimiento sano y rápido con una mejor distribución del ingreso entre los 1.300 millones de habitantes del país, reconociendo que aún el gobierno se encuentra en deuda y distante de lo que el pueblo espera de ellos.
    Insiste en avanzar hacia una sociedad armoniosa, términos que para los occidentales nos resultan artificiales, pero que tienen un significado claro para los chinos. La armonía forma parte de la religión budista y confucionista.
    Citamos otro artículo del mismo medio gráfico, que amplia la información.
    Muchos intelectuales chinos y sinólogos occidentales coinciden en pronosticar alteraciones de la paz social si se mantiene el status quo predominante y teniendo en cuenta que hay 700 millones de habitantes sumergidos en la pobreza y de ellos 300 millones por debajo de la línea de pobreza, y puede derivar en conflictos de vastas proporciones.
    La globalización , contrario sensu a las opiniones que pronosticaban un efecto derrame, ésto está lejos de suceder y por el contrario da lugar a la acción predatoria de la corrupción y el aumento de la brecha entre clases.
    Asimismo el énfasis puesto sobre el desarrollo industrial ha promovido una caída de la producción agrícola del 29% al 12% del PBI en poco más de una década, lo que ha dado lugar a la prosperidad agrícola argentina, y por otro lado al aumento de los precios de los commodities a valores muy por encima de sus promedios históricos, tema que trataremos con mayor profundidad en otra parte de este ensayo.
    Por mi parte no tengo dudas que el P.C.Ch. se abocará en la búsqueda de la solución, aunque más no sea por métodos drásticos, que saben no escatimar.
    Tenemos como ejemplo la nueva interpretación del artículo 119 de la ley criminal china entrada en vigor, que plantea sentencias de diez años de prisión hasta la pena capital a aquellos que dañen instalaciones eléctricas, vitales para el masivo crecimiento económico y ante una creciente demanda de energía.
    Es obvio que organizaciones de derechos humanos se ocupan de denostar tales actitudes, como es lógico, pero haciendo un parangón con la conocida expresión de nuestro Sarmiento, China no ahorrará sangre de chinos. No lo ha hecho a lo largo de su historia en aras de sus planes estratégicos de desarrollo, que se entremezclan en una mística nacional.
    La nueva ley de contratos de empleos, que entró en vigencia el 1 de enero de 2008, en teoría mejorará la situación de los trabajadores. Se supone que la ley dará mayor estabilidad en el empleo, ya que las compañías deberán informar a los sindicatos antes de despedir a un trabajador, y por el otro lado las empresas temen que la ley signifique mayores aumentos en las indemnizaciones por despido. Los sindicatos, con esta nueva ley, tendrán poder para negociar contratos colectivos.
    Uno de los principales objetivos de esta nueva ley es contrarrestar quejas generalizadas en China, de que el país ha exagerado en su abrazo al capitalismo.
    Dong Baohua de la East China University of Political Science and Law que ayudó a elaborar la primera ley de trabajo en 1994 tiene elogios y denuestos para la nueva ley, y en definitiva coincide en lo difícil que es encontrar la armonía declarada como objetivo en el Congreso Comunista.
    Supone el catedrático que la nueva ley no reducirá la cantidad de conflictos laborales, que se han vuelto usuales en los últimos años, pero por otro lado sostuvo que la radicalización de los operarios podrían llevar a frenar la economía por los costosos beneficios para los empleados y las huelgas que de los conflictos deriven.
    Dado el nivel de ignorancia que tenemos sobre casi todo lo referente a China, muchos lectore se sorprenderán ante los términos del artículo citado, pues aún en conversaciones con legos y no tanto piensan que aún en China tales tópicos no se han desarrollado.
    Por supuesto que sigue habiendo carencias como en otros países del mundo, entre los cuales nos encontramos, como por ejemplo la falta de un sistema de pensiones que abarque a todos.
    Los ancianos, muchas veces dependen de sus hijos varones para subsistir.
    Según las estadísticas estatales, la jubilación media mensual es de us$ 120.-, pero sólo un cuarto de la población accede a ella. En el campo el 10%.
    El sistema estatal de pensiones comprende exclusivamente a empleados de empresas estatales y a funcionarios, excluyendo a la población rural y los trabajadores temporarios.
    El envejecimiento de la población en contraposición al control de la natalidad por temor a una expansión descontrolada trae estos dilemas, que forman parte de la problemática del gobierno.
    La censura
    El doble standard es moneda corriente en la política internacional y de ello podemos hacer mención al documento elaborado por el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de representantes de EEUU, informa que los principales ejecutivos de Yahoo se negaron a suscribir, a raíz de lo cual sus acciones bajaron un 7,7% en la Bolsa.
    ¿De qué se trataba el documento? En una condena a la cooperación de cualquier compañía de Internet con las autoridades chinas, cuando sus autoridades reclaman los datos de los ciberdisidentes con el régimen de Beijing.
    Yahoo sigue alineándose con la legislación china, que en última instancia pretende establecer un control total sobre las páginas web y los e-mail privados. Esto se debe al Pacto de Autodisciplina a que se sometieron Yahoo, Google y MSN obligando a los bloggers a identificarse con sus datos reales, y no escondidos tras un nick, que impide su individualización.
    Remitiéndonos a nuestro vocablo de inicio del doble standard este aparece nuevamente de inmediato, cuando las autoridades de Yahoo acordaron proporcionar apoyo legal, humanitario y financiero a las familias de dos ciberdisidentes chinos, de los cuales proporcionaron datos a las autoridades chinas, que dieron lugar a su encarcelamiento por diez años.
    La Cámara mencionada precedentemente aprobó una ley, que convertía en delito ayudar a países que limiten el acceso a Internet, por lo cual Yahoo se abocó a una salida negociada, creando un fondo de ayuda humanitaria para disidentes políticos.
    En rigor de verdad los cibernautas chinos son objeto de una minuciosa vigilancia, advirtiendo con avisos on line sobre las consecuencias que acarreará cualquier mensaje ofensivo para el gobierno.
    No es privativo de China tal obsesión sobre la web, puesto que dentro de los controladores del ciberespacio se encuentran Irán, Cuba y Corea del Norte acompañándolo.
    Pero no es sólo la disidencia política lo que mueve a los dirigentes chinos, sino la persecución de la pornografía y otras actividades ilegales.
    El gobierno chino censuró dos programas de radio que abordaban la temática de sexo y drogas, con el argumento de que se daña a la gente joven y que se había vuelto extremadamente pornográfico.
    En el ámbito de la TV se censuró un programa televisivo sobre cirugía estética y cambios de sexo.
    La contaminación social que pretende erradicar movió a la prohibición de avisos publicitarios en radio y TV de corpiños con relleno (push up) y toda ropa interior que realce el cuerpo. Y ahí no termina, puesto que los tónicos para mejor rendimiento sexual y los juguetes eróticos también cayeron en la volteada, considerados como amenaza grave a la sociedad.
    Debido a los sonidos sexualmente provocativos eliminó de la TV un programa que era un remedo de nuestra Mujeres Asesinas, donde se ventilaban crímenes infamantes realizados por mujeres.
    Los programas y publicidades, sean de sexo, groseros o sugestivos para la actividad sexual diferente a la ortodoxa, la sugerencia de cambios en el aspecto por cirugía estética y las medicaciones ilegales para mejor rendimiento en la cama deberán ser cambiados por otros, con contenidos inspiradores para las masas e imbuidos en los valores socialistas.
    El cine extranjero es seleccionado y censurado luego de exhaustivos análisis de los censores de Beijing, y las autorizaciones se limitan a veinte títulos extranjeros por temporada, que se proyectan alternando con producciones locales en las 3.000 salas disponibles y que generaron alrededor de 773 millones de dólares de beneficios.
    A fines de 2007, el gobierno chino, supuestamente en represalia por las denuncias presentadas por Washington ante la Organización Mundial de Comercio provocó una restricción sobre las grandes producciones americanas, entre las que se contó El Código Da Vinci, Bourne, el ultimátum y La jungla de cristal 4.
    La misión oficial de Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) argentino inauguró el espacio Incaa en China, con la inauguración de una sala, cuyo nombre es Obelisco. Allí se estrenarán cada mes películas argentinas e iberoamericanas, en español y subtituladas en inglés.
    El desembarco cultural argentino abre una cabecera de playa para otras expresiones culturales argentinas, como ya lo ha hecho el humor de Quino y Caloi.
    No es un dato menor que un mercado de más de 1.300 millones de habitantes y el dato de que una PyME de TV puede alcanzar a los 80 millones de suscriptores, para intentar la inserción paulatina en ese mercado, con algo más que productos primarios o escasamente elaborados.
    Nos imaginamos que el Incaa será muy prudente al exponer sus films y no repetirá la experiencia de la Sala Lugones donde se proyectó en agosto de 2007 el multipremiado Films Paisajes manufacturados que registra los profundos y brutales cambios socioeconómicos que se están registrando en zonas como Bangladesh y especialmente China. La cámara de la canadiense Jennifer Baichwal muestra las inmensas fábricas, ensambladoras y astilleros, los derrumbes de ciudades enteras y las relocalizaciones de sus pobladores para permitir multimillonarias inversiones inmobiliarias., los hongos urbanos que explotan con sus multitudes de transeúntes, sus rascacielos y el enjambre de autopistas, los desechos del boom tecnológico que contaminan ríos y tierras. Dícese quelas imágenes son impactantes, sobrecogedoras, pero la directora no se olvida del costado íntimo, de la deshumanización que conlleva este boom de los gigantes asiáticos, con testimonios muy bien intercalados.
    Permitan al autor el tono irónico en la pregunta, pero ¿preferiría la directora el exotismo de la miseria antes de este despertar económico?
    Más allá de las críticas, que pueden hacerse, debemos distinguir entre las bien y mal intencionadas, y en este caso pareciere que el crecimiento exponencial de la economía china, aunque con desniveles e injusticias en la distribución del ingreso se debiera solo a la política. Es claro que el progreso ha permitido a millones de habitantes acceder a una vida normal y digna, sin dejar de exponer que aún falta mucho camino para recorrer. Pero tampoco queda duda que las autoridades no cejan en el esfuerzo para alcanzarlo para todos sus habitantes.
    Quizá habría que volver a insistir que muchos de los defectos y /o males se deben a la globalización, que es una variante económica y no política. Entonces las críticas son válidas si somos capaces de extenderlas al capitalismo y sus variantes contemporáneas.
    Obviamente la crítica se extiende a todos los ámbitos y el artículo que referenciamos seguidamente se intitula El pop chino al servicio del sistema .
    El autor dice que las radios son monopolizadas por el Estado y difunden casi exclusivamente canciones de amor y baladas diseñadas para levantar el espíritu (¿será malo esto?), una forma de censura indirecta cuyo objetivo sería vaciar la música moderna de contenidos políticos inconvenientes (¿les hará falta un Ignacio Copani para hacer canciones de protesta?).
    Pero parece que el autor de la nota no se decide en criticar violentamente, quizá porque debe admitir que también hay rock en China, aunque agrega, limitado principalmente a programas especiales, y hete aquí que en el rock hay pocas referencias a la angustia, la alienación o cualquier expresión de rebeldía adolescente, que vaya más allá de las más modestas.
    Se ve que matar pollitos, romper guitarras o cantar borrachos no se estila en China...y quizás algo habría que hacer para que adopten algunas de esas simpáticas costumbres occidentales.
    Sin embargo Liu Sijia, bajista y cantante de una banda underground de Shanghai, llamada Tres Pollos Amarillos, dijo que la música alternativa en China es muy apreciada al estilo del rock occidental de la década del 60 (The Beatles), con sus referencias frecuentes a cuestiones sociales como la guerra, la pobreza, los derechos civiles y los conflictos generacionales. Pero agrega: lo que se impone aquí es peor que basura. Debido a que China pone el énfasis en la estabilidad y la armonía, la mayor utilidad de estas canciones pop es que no son peligrosas para el sistema. Si la gente pudiera ( agrego: y quisiera) escuchar la música underground , eso haría que sienta los problemas que viven y querría cambiar las cosas.
    Es decir, al parecer sin música underground sería imposible darse cuenta de cómo son las cosas en China y el gusto del público por el pop armonioso no es más que la aceptación acrítica al sistema y nada que ver con que esta música refleje el gusto popular y las tendencias de la juventud interesada en el progreso material, que incluye al consumismo, lo cual parece un síntoma de la alienación más popular de la civilización occidental.
    Pero la censura no sólo se limita a las producciones cinematográficas, de radio o televisivas, puesto que en la ciudad de Shenzhen están siendo instaladas 20.000 cámaras de vigilancia policial, con poderosos chips computadorizados de tecnología norteamericana para el reconocimiento de las caras de los sospechosos y detección de actividades inusuales. Ellas se unirían a las 180.000 cámaras de circuitos cerrados de empresas y agencias gubernamentales preexistentes.
    No se aparta de ello la similar decisión en Gran Bretaña, que ha dado motivos a numerosas quejas por entenderse que es una violación de los derechos individuales.
    No es menos cierto que el prejuicio magnificado sobre la sociedad china de lugar a interpretaciones, que quizás, no se ajusten a la realidad.
    Los expertos en seguridad describen este programa chino como el esfuerzo más importante en todo el mundo para combinar la última tecnología computadorizada con el trabajo policial, con el propósito de controlar las actividades de la población y control del crimen, aunque agregan, que esa tecnología puede ser usada para violar los derechos civiles.
    El comentario que se adiciona a la información básica sería análogo si se hablara de las escopetas para caza deportiva, agregando que las mismas podrían ser usadas para matar gente o perpetrar asaltos.
    El receptor de la noticia disparará sus prejuicios o la carencia de ellos, según la decodificación personal que haga de la noticia.
    Debido a que la región en que se dispondrán las cámaras es un centro de desarrollo de informática, en síntesis un polo de desarrollo donde se encuentra vigente el permiso de residencia.
    Hay una política estricta sobre migraciones internas debido a que el gobierno no puede permitir la circulación irrestricta, que podría dar lugar a un colapso en todos los órdenes debido a la inmensa masa de gente que está involucrada.
    Los fondos necesarios para la instalación fueron obtenidos por la empresa responsable de las cámaras nombradas que es China Public Security Technology a través de dos fondos de inversión de Texas, para los cuales participaron tres bancos de inversión norteamericanos.
    La religión
    La religión adoptó en China un tipo politeísta y sincrético dominando el taoísmo y el budismo, donde cada una de las filosofías postulan un doctrinario independiente, pero no antagónico y hasta común.
    Esto revelaba el carácter especial de la religiosidad china, que admite una variedad de creencias cuasi similares.
    Como los pueblos primitivos, la primera religión de la China fue la naturalista o sea, la adoración hacia lo desconocido y la fuerza que sobre el hombre pueden tener los fenómenos naturales, relacionado la conducta personal con los fenómenos celestes, que castigaban o premiaban sus actos.
    La segunda religión, en este caso una filosofía fue la de Lao-Tse, fundada en las doctrinas racionalistas del Tao.
    Lao-Tse cuyo nombre quiere decir viejo sabio, nació, según la tradición, en la parte sur de su país en el año de 694 a. C., en un ambiente campesino. Aplicado a los estudios, fue archivero de un príncipe Chou. Producto de sus reflexiones resultó el sistema filosófico-religioso que se conoce con el nombre de Taoísmo, contenido en su libro Tao-tse-king, en el que sostiene que la fuerza creadora y eterna de todas las cosas es Tao (camino o razón) la cual ordenaba al mismo tiempo todas las cosas de la naturaleza. Los hombres deben sentirse parte de esa misma fuerza, en la que deben pensar para obtener la santidad eterna.
    Lao-Tse enseñó también que para alcanzar la felicidad se deben dominar los deseos y las pasiones, en similitud con la doctrina de Buda, y que se deben practicar determinadas virtudes, como las de evitar la hipocresía, la mentira y la guerra; debiendo practicarse la honestidad, la justicia y la piedad.
    Tiempo más tarde, cuando la decadencia política y social era mayor en el país, surge la figura de Confucio. Estudió las ideas de Lao-Tse y trató de formar una doctrina moral, que basada en ella, se adaptara a la manera de ser del pueblo chino.
    El Confucionismo procuró exaltar los sentimientos de respeto a las tradiciones y a los ancianos, culto a los muertos, mantenimiento de los afectos dentro de la familia y ejercicio de la caridad. Pensó que los gobernantes debían ser justos y sabios, y sus súbditos debían obedecerles y respetarles, a fin de que pudiera mantenerse la paz, el bienestar y la seguridad en la sociedad. Todo su sistema de moral quedó en sus cuatro libros o king, formados por las preguntas y respuestas del maestro y de sus discípulos.
    Confucio, pensador y político pero también pedagogo de su época, destacó a la enseñanza con particular interés.
    Confucio se llamaba Kong Qiu, conocido también como Kong Zhongni. Nació en 551 antes de nuestra era y murió en 479. Su tierra natal es el actual distrito de Qufu, provincia de Shandong. Sus antepasados eran grandes nobles esclavistas del Reino Song. Su bisabuelo, por el fracaso político, escapó al Reino Lu. En tiempo de su padre, la familia ya había decaído.
    Por esta razón, Confucio, cuando era joven, trabajó como almacenero y pastor. Más tarde, vivió durante largo tiempo de la enseñanza privada.
    En su senectud, comenzó a dedicarse a recopilar libros. Redactó el libro Anales de Primavera y Otoño y revisó Li y Le, obras clásicas de China.
    Hay otros cinco trabajos que son estimados como cánones por la escuela confuciana. La obra Anales de Primavera y Otoño es la más antigua crónica que se mantiene bien conservada hasta la fecha, y ejerció enorme influencia sobre las obras históricas posteriores del país.
    Después de la muerte de Confucio, sus discípulos recopilaron sus sentencias en el libro Analectas, en el cual se registran las actividades de Confucio, en particular, sus palabras y sus puntos de vista sobre la filosofía y la política.
    Las actividades de Confucio en la enseñanza y sus viajes por diversos reinos reflejaron en cierto grado el deseo de aquellos que no tenían títulos de nobleza y querían intervenir en la política. Estas personas constituían una fuerza social naciente en medio de las conmociones de la época.
    Confucio dijo: "Quien estudia bien, llegará a ser funcionario". Esto demuestra que el objeto de su enseñanza era hacer de sus discípulos hombres en condiciones de intervenir en la política.
    Cabe señalar que la enseñanza de Confucio era contraria a la oficial de los nobles de su época. Al comentar sobre la naturaleza humana, Confucio afirmó que " todos los hombres tienen la misma naturaleza " , lo que era una objeción a la concepción esclavista según la cual la jerarquía era congénita.
    Confucio dio prioridad a la benevolencia, tomándola como la norma ideal de la virtud, pero consideraba que su benevolencia era un amor determinado por las relaciones cercanas y distintas, las jerarquías, la riqueza o la pobreza. Para Confucio, sólo los señores estaban en condiciones de ser benévolos, mientras que los humildes no podían ser más que el blanco de la aplicación de esta benevolencia.
    A pesar de que las actividades de Confucio reflejaban cierta tendencia progresista, a fin de cuentas, servían para defender los intereses de la nobleza esclavista y no podían librarse del yugo del viejo sistema.
    Pero, en lo político, Confucio fue un conservador y marchó en contra de la corriente histórica de su época.
    El budismo, que tuvo algún ascendiente en China, es de origen indio.
    En el año 576 aC el regente Suddhodana, propietario de grandes latifundios tuvo un hijo de su mujer Maya, impuso el nombre de Sidharta, pero a quien se le llamó siempre Gautama.
    Hasta los veintinueve años vivió recluido en el Palacio de su padre y desconocía el sufrimiento humano, hasta que un día, paseando por el parque encontró sucesivamente a un anciano, a un enfermo, a un venerable monje mendicante y a un cadáver. Tuvo así la revelación de los males que aquejan a los hombres y quedó profundamente consternado.
    A raíz de ello abandona la casa paterna se recluye en una vida de ascetismo y meditación a nivel tal que al fin cae profundamente enfermo. Cuando se recupera sintió que muchas dudas se le habían quedado aclaradas, pero percibió claramente que el exceso de sufrimiento y de privaciones no podía por sí solos revelar la Verdad.
    Siguió reflexionando hasta que, luego de siete días continuos de meditación estableció los principios del budismo. No se pronunció sobre los problemas básicos de las religiones: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma o de la duración del Universo.
    La originalidad de su concepción consistió más bien en la idea de una nueva regla de vida que, para la cultura asiática de aquellos tiempos, era una verdadera revolución.
    Decía Gautama: Sea lo que fuere la opinión sobre Dios, el alma o el mundo, queda el hecho incontestable de que la vida humana está regida por el dolor desde su nacimiento hasta la vejez y la muerte. A ese sufrimiento se agregan otros provocados por el mismo ser humano debido al deseo.
    Desde que Gautama se inició en la nueva vida fue llamado por sus acólitos como Buda el Iluminado y ese calificativo quedó para la posteridad.
    El Buda fue amado y venerado por doquier y falleció en el año 487 aC en un bosque cercano a la moderna ciudad de Kasia, recibiendo honras fúnebres con el mismo ceremonial que para los más distinguidos hombres.

    Al contrario de lo que se cree, el gobierno chino no es antirreligioso ya que valora los credos que fomentan la estabilidad social.
    Lo que les preocupa es la armonía social, a los efectos de frenar el exceso de desintegración social emergente del desarrollo capitalista, que da lugar a un consumismo desenfrenado por las nuevas clases medias y pudientes chinas.
    El gobierno sostiene desde el budismo hasta el confucianismo, ideologías o filosofías si se prefiere, que en la Revolución Cultural fueron reputadas como el opio de los pueblos al decir de Mao.
    Lo que molesta y por ende es combatida, son las sectas como Falun Gong o Falun Dafa, que insisten en rechazar el control estatal. Sus miembros han sido perseguidos y encarcelados, y según los testimonios torturados en prisión a través de un régimen carcelario extremo.
    Similar actitud se tiene sobre el budismo tibetano, que es una teocracia, en cuyo centro se encuentra el Dalai Lama, que concentra el poder religioso y secular, ostentando el poder de un jefe de Estado.
    Hoy, el Tibet es noticia a través de manifestaciones reprimidas por fuerzas militares chinas y por simpatizantes de todo el mundo, que solicitan el boicot a las Olimpiadas de 2008 a realizarse en China.
    Hay un acercamiento informal con la religión católica con sede en el Vaticano. La ruptura primigenia en 1951 se debió al reconocimiento de la República China de Taiwan por la Santa Sede. La ruptura se hizo definitiva en 1957 con la creación de una Iglesia Católica Oficial controlada por el régimen comunista.
    Dice, sin embargo, el Vaticano, que hay alrededor de 12 millones de católicos, que conforman la iglesia clandestina y que siguen fieles al Vaticano.
    Los obispos chinos de cualquier modo piden secretamente la aprobación del Pontífice, para evitar problemas con el gobierno comunista.
    De cualquier modo el acercamiento entre ambas instituciones es evidente, y sería total si el Vaticano rompiera relaciones con Taiwán.
    Las Olimpiadas
    En 2007 se desató en China la fiebre Olímpica. El sistema de ventas vía Internet de entradas colapsó cuando se pusieron a disposición del público 1.850.000 tickets para los distintos eventos. Las líneas telefónicas corrieron igual suerte debido a los 2 millones de llamadas en las primeras horas.
    Todo ello debido a la superación de todas las expectativas sobre el evento, que se espera superen más de siete millones de entradas.
    China gastará 23.700 millones de dólares en la organización de las Olimpíadas, de los cuales us$ 5.500 millones se destinarán a mejoras del medio ambiente.
    El gobierno chino aprecia la oportunidad de mostrar al mundo sus avances, que lo llevan a estar a escasos pasos del tercer lugar de las economías mas importantes del planeta.
    Los disidentes de toda laya creen ver en los Juegos la oportunidad de sacarle al gobierno chino una mayor apertura en los aspectos políticos y sociales.
    Dado el férreo control político del Partido Comunista, consideramos que no dará lugar a tales cambios, ya que la planificación de sus acciones en todo orden son siempre de largo, o al menos de mediano plazo.
    El interés por el deporte de la sociedad china es insoslayable. Han adherido hasta a deportes que no forman parte de su acervo cultural como el fútbol y las carreras de Fórmula 1.
    El basquet de la NBA, donde dos compatriotas Yao Ming jugador de Houston Rockets y Yi Jianlian en Milwaukee se enfrentaron el nueve de octubre pasado dio lugar a una transmisión por dieciséis canales, con una audiencia esperada de 200 millones de personas.
    Todo ello provoca que las Olimpíadas sea un bocado apetitoso para las empresas de marketing. Las calles de la principal peatonal comercial de Beijing están colmadas de compradores y los 3.000 locales de la cadena deportiva Li Ning, la marca más vendida en China tiene sus paredes repletas de fotografías de atletas chinos y de dos occidentales argentinos, los basquebolistas Luis Scola y Carlos Delfino.
    El sponsoreo y promoción de superestrellas deportivas es el vector principal del branding, que se repiten en los más de 500 shopping diseminados en territorio chino, incluyendo a las tabacaleras que no tienen restricciones para lucir en los atuendos de los deportistas, lo cual es impedido en otros países.
    Pero coherentes con su ideología, el gobierno sigue prohibiendo imágenes de promoción de ropa interior femenina porque incitan a la lujuria.
    El 31 de marzo del corriente año llegó a la plaza Tiananmenn, de triste memoria en el colectivo chino la llama olímpica. En el centro de la plaza se alzaba una reproducción del altar sagrado del Templo del Cielo, donde numerosos emperadores de la antigüedad hacían sus ofrendas a los dioses.
    El Presidente del Comité Organizador, el alcalde de la ciudad y miles de funcionarios y representantes extranjeros se dieron cita y presenciaron un notable y exótico escenario.
    Dentro del extenso recorrido de la llama olímpica, que incluye a Buenos Aires por primera vez, se encuentra el Tibet, donde el pedido de independencia del gobierno teocrático del Dalai Lama se hace sentir a pesar de la represión orquestada por tropas especiales chinas.
    La presunta indignación de los occidentales contra la violación de los derechos humanos en China, no tiene correlato con la aceptación de sus manufacturas, que se extienden a los cinco continentes.
    Los juegos olímpicos intentan ser la muestra de los deportes puros, apolíticos y neutrales como lo advertía el fundador de los juegos olímpicos modernos, el barón de Couvertin quien daba prioridad al deporte sobre la política.
    El Comité Olímpico no sabe de ingenuidades y prioriza el interés político, tanto como el económico. Así lo hizo para las olimpíadas de Berlín de 1936 o los juegos de Atlanta en 1996 , en el centenario desplazando a Grecia.
    El gobierno chino ahora clama por sacar la política de los Juegos, con el objeto de mostrar la prosperidad china, de asombrar con la magnificencia de sus escenarios a deportistas y espectadores, sin reclamos que enturbien la justa.
    Pero todos los disidentes tibetanos protestan ante el paso de la antorcha, aunque el Tibet se haya beneficiado ampliamente de la prosperidad económica, saliendo de una economía feudal atrasada y misérrima.
    El Presidente de EEUU defiende la participación norteamericana en los Juegos, aduciendo que son un evento deportivo. Quizás abra el paraguas para evitar futuros boicots contra ellos mismos, o contra Gran Bretaña como sede para 2012, habiendo sido su aliado en la guerra de Irak. Además de agradecer que China no haya participado en el boicot de la Unión Soviética a los Juegos de Los Angeles en 1984.

    Así hemos recorrido varios tópicos atinentes a la República Popular China, que presumo han servido para echar por la borda muchos prejuicios basados en el desconocimiento o el desinterés sobre ese imperio que crece, y que algunos ya catalogan de amenaza y otros de oportunidad.
    Está fuera del alcance de este ensayo sumergirse en profundidad en cada uno de los aspectos mencionados superficialmente; porque en rigor de verdad haría falta un ensayo propio para cada tema, debido a la riqueza que contienen.
    Nos remitimos a la consideración del lector para que sea indulgente con la brevedad de lo expuesto; y hacemos votos para que al menos, despierte el interés para seguir profundizando en este apasionante tema.

















    De la globalización y sus consecuencias

    Durante el final de los años 60 y principios de los 70, McLuhan acuñó el término "aldea global" para describir la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación.
    Muchas personas adoptaron a esa fecha como el inicio de la globalización, pero Ferrer sostiene que el sistema internacional global se constituye en la última década del siglo XV con los viajes de Cristóbal Colón y Vasco da Gama. El primero descubriendo el nuevo continente y da Gama con su llegada a Oriente.
    Hasta ese momento el desarrollo del intercambio comercial era eminentemente de carácter intraeuropeo. Los reducidos excedentes comerciables, dice, se transaban en los mercados locales y el comercio internacional representaba porcentajes aproximados del 2% del total del comercio, por lo cual el impacto sobre la economía global era insignificante.
    Con el aumento de la productividad laboral y un orden mundial global se constituyen los dos supuestos básicos de la globalización.
    En la introducción al libro deja de manifiesto dos cuestiones relevantes sobre los efectos no deseados - o soslayados con desparpajo por los implicados-, que son la pobreza y los ataques al ecosistema.
    En ello Ferrer coincide plenamente con Samuelson , quien dice con todas las letras: Los mecanismos del mercado necesarios y suficientes para impulsar la productividad global, desgraciadamente agravarán, al mismo tiempo las desigualdades entre ricos y pobres.
    Poco después opina: Nuestro sistema democrático ¿logrará estos modos de compensar los daños al ambiente y las penosas desigualdades de riqueza? No. Definitivamente, no.
    Sabemos que son relevantes las definiciones, que toman el lugar de hipótesis para luego elaborar conclusiones sobre ellas.
    Generalmente hay coincidencias en las definiciones, encontrándoselas similares, con la imposición de matices que no perjudican la esencia de la misma; aunque no es menor que en los detalles se encuentra la diferencia.
    Sigamos. No es menos cierto que las definiciones van cambiando paulatinamente a través del tiempo, con el advenimiento de nuevos paradigmas (teorías o modelos), que no son axiomas sino objetos de cambio, destinados a ser reemplazados por nuevas versiones, depuradas por el transcurrir del tiempo y por los aconteceres históricos, que le incorporan sus realidades.
    Como hemos esbozado en el prólogo de este trabajo, la metodología innovadora de Descartes, los descubrimientos científicos y sus aplicaciones tecnológicas acumulativos, el surgimiento de una clase burguesa sostenida por una filosofía, que fue el Positivismo y con una corriente económica como era el capitalismo, instauró la idea del progreso indefinido. Tal momento histórico tiene como consecuencia el inicio de la primera revolución industrial, a principios del siglo XIX.
    A nuestros efectos, nosotros utilizaremos la definición del vocablo globalización dada por Yip.
    Muchas fuerzas están impeliendo a las empresas de todo el mundo a globalizarse, en el sentido de ampliar su participación en mercados extranjeros, pero también necesitan globalizarse en otro sentido: integrando su estrategia mundial.
    Esta integración global contrasta con el enfoque multinacional, en el cual las compañías establecen sucursales nacionales que diseñan, producen y distribuyen productos o servicios adaptados a las necesidades locales. Este modelo multinacional se cuestiona hoy, y se puede considerar como una estrategia multilocal, a diferencia de una estrategia realmente global.
    Ya en el prólogo, el autor advierte a los gerentes de compañías o negocios locales y a los proveedores de compañías multinacionales, que las estrategias globalizadoras podrán afectarlos y que sus negocios podrán marchitarse rápidamente si la casa matriz de su cliente opta por una estrategia global de abastecimiento.
    Hemos podido ver tales consecuencias en la realidad argentina, y hacemos mención a la industria autopartista, cuando las empresas transnacionales mudaron sus fábricas y con ello sus producciones a Brasil, cuando éste último, en 1999, devaluó su moneda, mientras Argentina se mantenía atada a la Ley de Convertibilidad, que se transmutó en un ancla demasiado pesada para la industria nacional.
    De la propia definición de Yip se desprende que la mudanza de instalaciones fabriles a países que otorguen mayor rentabilidad forma parte de la estrategia global.
    De allí puede colegirse que la caída de rentabilidad por el aumento de costos de producción dispara la decisión en la casa matriz para proceder a tomar otros rumbos y localizarse en otros países.
    Las ventajas comparativas puntuales que pueda ofrecer un país son tomadas inmediatamente en aras del beneficio para los accionistas. En la página 15 de la obra, Yip menciona como impulsor de costo al surgimiento de países industrializados con capacidad productiva y bajos costos de mano de obra (v.gr., Taiwan, Thailandia, China, etc). Por eso es que trataremos dichas vinculaciones, preferencialmente con China más adelante, donde se produjo un surgimiento de una fuerza de trabajo altamente calificada, a nivel de operarios, técnicos y equipos gerenciales, con bajos salarios.
    La capacidad productiva y los costos emergentes son factores de enorme gravitación en la localización de las transnacionales, pero no constituyen el único factor. Como dice Palmisano si lo fueran se constituirían en commodities y el trabajo se desplazaría en una sola dirección.
    Por eso, muestra como alternativa para las escasas empresas nacionales de relevancia (citando a Techint y Arcor) el segundo imperativo de la integración global: la especialización, por medio de estrategias de diferenciación de sus productos.
    Por conocida no deja de ser válida, pero de alguna manera la solución propuesta para las empresas nacionales de menor envergadura pareciera ser la de incursionar casi exclusivamente en nichos de mercado, dejando el gran mercado consumidor en manos de las transnacionales globales. Aunque no es menos cierto, que las transnacionales también tienen estrategias de atención de los mercados locales en los cuales se radican, optando por atender las necesidades emergentes, ajustadas a las pautas culturales de dichos mercados. O sea, una estrategia multilocal, atendiendo tanto el mercado externo como las necesidades del mercado interno, con posiciones cuasi-monopólicas que dejan estrecho margen para operar por parte de las pymes.
    Se puede observar que en las fusiones y adquisiciones por empresas extranjeras del rubro de alimentos y productos de consumo masivo, los compradores tuvieron la precaución de garantizarse una red de distribución inmediata para abastecer a miles de minoristas dispersos, con la ayuda de su centro de logística apoyado en las tecnologías de información, que aseguran el objetivo.
    Porter , el experto más reconocido internacionalmente dice: La esencia de la formulación de una estrategia es hacer frente a los competidores, e identifica tres estrategias genéricas para lograr una ventaja competitiva: 1) liderazgo en el costo, 2) diferenciación y 3) focalización.
    Las reglas para poder competir o Análisis de las Cinco Fuerzas las identifica en las siguientes variables: 1) el ingreso de nuevos competidores, 2) la amenaza de sustitutos; 3) el poder de negociación de los compradores, 4) el poder de negociación de los proveedores y 5) la rivalidad entre los competidores existentes.
    El grado de integración de estas cinco fuerzas competitivas arroja como resultado, obtener una tasa de rentabilidad promedio sobre la inversión, que supere al costo de capital.
    Por lo tanto, se puede deducir que las transnacionales acuden a las estrategias y reglas, tanto en el mercado internacional como en el local, usufructuando su mayor capacidad patrimonial, organizativa y tecnológica que les permite obtener liderazgo también en los mercados de países emergentes, a quienes atienden, reiteramos, en forma cuasi-monopólica.
    En el caso de Argentina, un país con una población cercana a los 40 millones de habitantes para el año 2008, es lo suficiente pequeño como para intentar acercarse hasta el último consumidor/ cliente, en especial si se trata de productos de consumo masivo, que por propia definición intentan copar al universo de consumo.
    La focalización es una estrategia y a ella hace mención tanto Porter como Ries, considerado uno de los estrategas más renombrados en el área de marketing, quien junto a Jack Trout esbozan la estrategia de la focalización en su afamado libro titulado precisamente, Posicionamiento.
    Yip no se priva de mencionar a los impulsores gubernamentales: Privatización de economías antes dominadas por el Estado, sobre todo en América Latina.
    En base a ello haremos una breve incursión por la historia económica argentina, impactada por el fenómeno de la globalización, comparandola a su vez, con los países asiáticos, aunque estemos a años luz para siquiera arañar el talón del líder chino.
    La apertura de la economía al mundo, impulsada por el Presidente Dr. Carlos S.Menem cabe a la perfección en este esquema.
    Los detractores de ese gobierno deducirán que la política puesta en marcha por Menem y consensuada con el Dr. Domingo Cavallo fue entreguista. Con una mirada diferente, otros dirán que hubo un pecado de ingenuidad y que junto con las relaciones carnales del canciller Di Tella, formaron parte de un encandilamiento por el auge de la globalización, el deseo de no salirse, sino por el contrario incorporarse al primer mundo sin prever las salvajes reglas del juego ni tener la fortaleza para contrarrestar las fuerzas de empresas tan poderosas, que facturan más que el PBI argentino.
    El fenómeno de la inflación desatada en el gobierno de Alfonsín desató una ola de pánico, que hizo adherir a la convertibilidad como la panacea para ser gozada sin modificaciones para siempre.
    Con inflación galopante se puede observar que la mayoría de los contratos se ligan a un índice de precios o a una moneda extranjera, en la búsqueda de mecanismos indexatorios que resguarden el capital en juego.
    Los mercados financieros se ven impactados por la fuga de capitales y los empresarios se refugian en bienes tangibles, sean materia prima o propiedades.
    Cuando se ingresa en la hiperinflación los precios se tornan caóticos y se desorganiza la producción y con ello los mecanismos de oferta y demanda agregados.
    El vuelco hacia el acaparamiento de bienes de resguardo de valor potencia la demanda ante una oferta reticente.
    Ese era el escenario en el cual concluye el gobierno de Alfonsٕín, que incluyó saqueos en los supermercados por los sectores marginados, imposibilitados de hallar un mecanismo resguardatorio de sus ingresos y patrimonio.
    Los factores de difusión de la inflación, sea por expectativas o por indexación, no inician la inflación pero le dan persistencia a lo largo del tiempo, mediante mecanismos propagadores de la pugna por la distribución del ingreso.
    Cuando el gobierno de Menem accede al poder, y con especial énfasis luego de 1991, el hecho más notable de su gestión fue su capacidad de formar una alianza política entre las bases populares tradicionales del peronismo y los intereses económicos dominantes en el país y en los centros de poder internacional, hecho inédito en la Argentina.
    Como las medidas neoliberales y monetaristas son compatibles con la alianza gobierno/grupos hegemónicos locales y extranjeros, el monitoreo del FMI es funcional a las "políticas amistosas" para los mercados.
    Eran políticas funcionales y deseadas por la combinación de intereses económicos y políticos sobre la cual descansaba el ejercicio del poder en la Argentina.
    En los países exitosos el pleno ejercicio de los grados de autonomía disponibles y posibles para consolidar el dominio de los intereses locales en el proceso de acumulación, transformación productiva y crecimiento, constituye la esencia misma del sistema. En cambio el gobierno de Menem profundizó la vulnerabilidad externa, reduciendo enormemente la autonomía de la política económica.
    Su gestión promulgó el alineamiento incondicional con los postulados del Consenso de Washington y puso en marcha la política de liberación de importaciones, las privatizaciones y la desregulación financiera.
    A comienzos de 1991, con la aplicación del Plan de Convertibilidad, afianzó su estrategia de cambio estructural en la estabilidad de precios. Por primera vez desde el patrón oro, el sistema monetario argentino consistía en un régimen de caja de conversión según la cual la base monetaria está respaldada por las reservas de divisas del Banco Central.
    El éxito estabilizador de la convertibilidad fue posible porque en esa época volvió a reiniciarse la corriente positiva neta de recursos hacia América Latina. En el período 1991 - 1996 esa transferencia superó los USD 130 mil millones, de los cuales un 25% correspondió a la Argentina. El régimen de tipo cambio fijo y libre movimiento de capitales facilitó el arbitraje de tasas de interés entre la plaza argentina y la internacional y atrajo capitales especulativos a corto plazo.
    Los recursos externos, los ingresos generados por las privatizaciones y el repunte inicial de la recaudación tributaria permitieron recuperar el comando de las finanzas públicas. Intentaremos ver a continuación las diferencias de las condiciones sociopolíticas entre Argentina y los países exitosos.
    Las condiciones sociopolíticas
    Marco político e institucional: se estaban consolidando las instituciones, luego de repetidos golpes de estado y frustrados retornos a la democracia.
    Las elites: El sistema económico revelaba un extraordinario grado de extranjerización. Las filiales de empresas extranjeras aumentaron su participación del 33% al 51% entre 1990 y 1995. El 60% de las inversiones extranjeras eran por la administración de las empresas públicas privatizadas. Las principales inversiones eran en energía, petróleo, telecomunicaciones, gas, agua y supermercados. Su financiamiento se realizó en gran parte mediante la capitalización de deuda externa.
    La extranjerización de la banca alcanzó al 40% del sistema, reduciendo la participación local a la banca oficial y bancos cooperativos.
    La élite local delegó, inevitablemente, el liderazgo del proceso de acumulación y cambio técnico en empresas extranjeras lo cual tiene grandes repercusiones. Debilitó la integración del sistema productivo interno, ya que las transnacionales se abastecen, en general, de insumos de sus filiales, aumentando el contenido importado de la producción.
    Disminuyó la acumulación interna de capital, ya que las utilidades no se reinvierten, generando demanda de divisas a causa de la transferencia al exterior de utilidades e intereses.
    Las ideas económicas: La concepción del desarrollo nacional en torno de sus propios ejes y metas se disuelve en un proceso de alienación cultural y subordinación ideológica que va en contra de las ideas predominantes de los países exitosos
    El Estado: Fue plenamente funcional a la penetración del capital extranjero y a las alianzas estratégicas de los grupos económicos locales con las filiales de las corporaciones transnacionales, todo esto ayudado por la desregulación financiera y el tipo de cambio fijo.
    Derecho de propiedad y costos de transacción: Las variables más importantes para el pleno ejercicio del derecho de propiedad para el capital son la apertura, las privatizaciones, la evolución del mercado interno, la distribución del ingreso, los cambios en las plazas financieras internacionales y la convertibilidad.
    Los costos de transacciones tienden a disminuir debido a la estabilidad institucional y la desregulación de los mercados.
    Integración social: No existe tal, la estrategia de gobierno tendió a generar una economía dual; por un lado los grupos económicos locales asociados al mercado internacional, la inversión extranjera en la industria y los servicios públicos y la explotación de los recursos naturales; y por el otro la mayor parte de las Pymes nacionales, los trabajadores y las economías regionales. Esto resulta en un aumento del desempleo, subempleo y actividades marginales, la disminución en la participación en el ingreso del 60% de la población, el deterioro de la educación, salud y vivienda por la reducción de presencia del Estado.
    Las variables económicas
    Ahorro e inversión: El ahorro fue bajo; el 20% del PBI. El 90% de la formación de capital es inversión privada, debido a las privatizaciones masivas. La inversión privada directa extranjera consiste en compra de activos existentes sin ampliación de la capacidad productiva. Este capitalismo de compra-venta no creó empleo ni riqueza, aumentó las importaciones de bienes y servicios y el giro de las utilidades al exterior. El ahorro no repunta por la baja tasa de reinversión de las utilidades de las empresas y la propensión al consumo suntuario de los grupos de altos ingresos.
    Ventajas competitivas: La competitividad descansa en las ventajas comparativas estáticas de los recursos naturales. Las exportaciones son mayoritariamente, productos primarios, sus manufacturas y energéticos. Disminuyó el autoabastecimiento de bienes de capital y manufacturas complejas sustituyéndose por importaciones. Es menester reconocer que la demanda de productos primarios continúa sostenida, pero dentro de un contexto internacional distinto, debido a la inclusión de nuevos jugadores como los son los países del sudeste asiático, entre ellos China.
    Balance de pagos: El déficit de la cuenta corriente en 1997 fue del 4% del PBI, estando en el límite de lo que los mercados financieros consideran confiable, pero tiende a aumentar por el desequilibrio del comercio exterior, las transferencias de utilidades y los servicios de la deuda externa.
    Precios: El logro estabilizador del Plan de Convertibilidad es espectacular, la Argentina, logró ser el país con menor inflación del mundo, pero depende en exceso de los movimientos de capitales especulativos de corto plazo y el aumento de la deuda externa.
    El análisis precedente no contempla ciertas particularidades que es menester destacar, y que harían necesario otro trabajo dedicado específicamente a la privatización de las empresas públicas.
    La privatización de Entel, correspondió a la entrega del mercado oligopólico de las telecomunicaciones. Ese era, casi en exclusividad su valor, puesto que sus equipamientos eran obsoletos, su organización administrativa y técnica era deplorable y con una corrupción endémica de sus funcionarios.
    No es menos cierto que la compra fue efectuada por canje de deuda y en sus contratos no se insertaron cláusulas de control ni resguardo.
    Los consumidores crecieron enormemente por el déficit acumulado de años en el otorgamiento de líneas, pero quedaron cautivos de las empresas.
    Podemos observar en la actualidad, con el auge de las comunicaciones móviles, que las quejas de los clientes ostentan el dudoso mérito de estar primeras en el ranking.
    Para la construcción de los comentarios anteriores se acudió al esquema propuesto por Ferrer en el V Desayuno mensual de FIDE, sobre su libro El capitalismo argentino.
    El gobierno de Menem adhirió al modelo neoclásico llamado Modelo de Wall Street cuyos cuatro supuestos básicos son los siguientes:
    1) Se verificará mayor crecimiento económico sólo si hay más inversión en capital físico.
    2) Se logrará una mayor inversión en capital físico sólo si se mantienen bajas las tasas de interés.
    3) Habrá tasas de interés bajas sólo en un contexto de mayor ahorro y estabilidad de precios.
    4) Por lo tanto, sólo habrá mayor crecimiento económico si se logran altas tasas de ahorro y se mantiene controlada la inflación.
    Es decir que para que exista un mayor crecimiento económico según este modelo las únicas variables para tener en cuenta son las tasas de inflación y las tasas de ahorro.
    Sin embargo, plantea un problema fundamental, presenta los medios por los cuales se aumenta la oferta, pero no dice nada respecto de la demanda de la economía. Si una mayor inversión aumenta la productividad, pero no existe demanda efectiva que absorba ese incremento de la producción, podría provocar desempleo, equipo subutilizado y menor crecimiento en el mediano plazo.
    La inversión bruta de un país es la parte del PBI que no es consumida por las familias las empresas y el Estado, es decir que es igual al nivel de ahorro bruto. Por lo tanto, si se quiere mejorar la inversión, se debe consumir menos y ahorrar más. De acuerdo con esta lógica, tasas de ahorro bajas deprimen el crecimiento económico al aumentar las tasas de interés y desalentar con ello la inversión pública y privada.
    La inflación reducida y controlada mantiene bajas las tasas de interés que a su vez favorecen la inversión de capital. El aumento de la inversión mejora la productividad, al agregar más capital físico al proceso productivo, e impulsa la innovación tecnológica.
    La inflación controlada también da una idea de estabilidad financiera, lo que aumenta el precio de las acciones, lo que genera una mayor riqueza, lo que incentiva a los consumidores a gastar más y comprar la producción adicional generada por la nueva inversión.
    El papel del Estado se limita entonces a controlar la inflación y a promover el ahorro.












    Modelo de Wall Street
    Equilibrar presupuesto nacional; acumular superávit.
    Fomentar un libre comercio ilimitado.
    Mantener presión a la baja sobre los salarios.
    Fomentar la inseguridad del empleo.
    Desregular los mercados internos.
    Imponer la política monetaria conservadora.
    Desregular los mercados mundiales.

    El Consenso de post Washington fue motivo de análisis por Stiglitz , del cual ponemos los conceptos más relevantes a continuación:
    El consenso de Washington sostuvo que el logro de buenos resultados económicos requería de la liberalización comercial, de la estabilidad macroeconómica y de la correcta determinación de precios.
    Estas cuestiones son importantes para que los mercados funcionen bien. Los inversores no pueden tomar decisiones correctas si la inflación gira en el entorno del 100%.
    Hacer funcionar bien los mercados requiere algo más que una baja inflación; requiere regulación fiscal, políticas para la competencia, políticas que faciliten la transmisión de tecnología y promuevan la transparencia, por citar algunos aspectos no tratados en el consenso de Washington.
    Se deben incluir otras metas distintas del crecimiento, tales como el desarrollo sostenible, el desarrollo equitativo y el desarrollo democrático.
    Hoy en día, una parte muy importante del desarrollo consiste en buscar estrategias complementarias, que sirvan para avanzar en todas estas metas simultáneamente.
    Algunas lecciones de la crisis financiera de Asia.
    Como introducción se debe anunciar que los países del Este Asiático no habían seguido estrictamente las recetas dictadas por el Consenso.
    La política industrial de estos países, diseñada para acercarse tecnológicamente a los países más avanzados, era, de hecho, contraria al espíritu del Consenso.
    Algunos ideólogos han aprovechado la coyuntura para sugerir que la raíz del problema (crisis financiera del Sudeste asiático) radicaba en el sistema de intervención estatal activa.
    Sin embargo, los logros, que no solo incluyen aumentos del PBI per capita, sino también incrementos en la esperanza de vida, en el nivel de educación y en una gran reducción de la pobreza, son mejoras reales y más duraderas que la crisis financiera sufrida.
    Uno de los errores cometidos por Corea, proveniente del ámbito financiero, fue el préstamo en exceso a compañías con altos niveles de riesgo y débil gobierno corporativo. Pero el error no estuvo en que el gobierno dirigiera equivocadamente el crédito - el hecho de que la crisis fuera causada por créditos de EEUU, europeos y japoneses sugiere que las entidades de mercado también pueden dirigir equivocadamente su crédito. El verdadero problema fue la falta de intervención estatal, la subvaloración por el gobierno de la regulación financiera y de la gobernabilidad corporativa.
    Haciendo que los mercados funcionen mejor.
    El Consenso se basó en la experiencia latino americana de los años 80. Las políticas públicas disfuncionales hicieron que el PBI bajara 3 años consecutivos.
    El déficit del presupuesto fue elevado ( entre 5% y 10% del PBI) y el gasto que lo causaba era utilizado no tanto para realizar inversiones productivas como para subsidiar al enorme e ineficiente sector público.
    En un principio el déficit fue financiado con préstamos (incluidos importantes préstamos externos).
    Con fuertes restricciones sobre las importaciones y sin incentivos para las exportaciones, ni elevar su eficiencia o standars de calidad.
    Después de 1980, el aumento de la tasa de interés de EEUU restringió la oferta de préstamos y elevó la carga por pago de intereses, forzando a muchos países a recurrir al señoreaje (emisión dinero espurio, sin respaldo) para financiar la brecha entre el continuado nivel de gasto público y la menguante base fiscal (recaudación impositiva en declive por baja de actividad).
    El resultado fue una alta inflación y sumamente variable.
    La Argentina y el Brasil alcanzaron estabilizaciones exitosas. Los desafíos que seguidamente debían enfrentar eran los propios del diseño de una segunda generación de reformas.
    Dichos ajustes no fueron realizados a partir de 1995, que fue el momento apropiado y además recomendado por los organismos internacionales, y que propició la salida de Cavallo del Ministerio de Economía -sin hacer juicios de valor sobre éste-.
    Las luchas políticas por la re-elección y la puja entre Menem y Duhalde anularon la posibilidad de entrar en la segunda parte de las reformas.
    El énfasis en la inflación (principal padecimiento de los latino-americanos, que dio lugar al Consenso) ha distraído la atención de otras fuentes de macro-inestabilidad, principalmente la debilidad del sistema financiero.
    La focalización de la liberación de los mercados puede tener el efecto perverso de contribuir a la inestabilidad macroeconómica través del debilitamiento del sector financiero.
    El Consenso también olvidó o subestimó la educación y las mejoras en tecnología, bases del desarrollo sostenible.
    El éxito del Consenso como doctrina intelectual se basa en su simplicidad: las políticas se basan en unos pocos indicadores económicos, tales como: inflación, crecimiento de la oferta de dinero, tasas de interés, déficit presupuestario y comercial, que sirven de base para efectuar recomendaciones generales de política económica, pero insuficientes.
    No son desdeñables los consejos, porque tienden a lograr un equilibrio macroeconómico fundamental, pero insuficientes, y en algunos casos erróneas.
    Luego, son insuficientes en lo que se refiere a limitarse a establecer sólo los pre-requisitos para el desarrollo.
    El proceso político puede tener un importante papel en la elección de una dirección económica.
    Por lo tanto, la estabilidad macroeconómica y la liberación comercial, como la reforma del sistema financiero, el papel del gobierno como complementador del sector privado y la mejora de la efectividad estatal son aspectos importantes no tratados por el Consenso.
    La liberalización comercial y la privatización son aspectos claves de toda política macroeconómica sana, pero no son fines en si mismos.
    Solo son medios para alcanzar un mercado menos distorsionado, más competitivo y más eficiente y deben ser complementados por regulaciones efectivas y por políticas de competencia.
    El control de la inflación
    Probablemente la receta más importante del Consenso dentro del paquete de medidas de estabilización sea el control de la inflación.
    El argumento para la lucha del flagelo se basa en tres premisas:
    a. la más esencial es que la inflación es costosa y por lo tanto debe ser eliminada o reducida.
    b. Una vez que la inflación comienza a crecer tiende a acelerarse y a quedar fuera de control. Esta creencia proporciona una fuerte motivación para combatirla, por lo cual el riesgo de incremento de la inflación termina pesando mucho más fuertemente que el riesgo de los efectos adversos sobre el producto y el empleo.
    c. La tercer premisa sostiene que los efectos de la inflación son muy costosos de revertir. Esta línea de pensamiento implica que aún si mantener bajo el desempleo fuera más valorado que el mantener una baja inflación, deberían tomarse medidas para impedir que crezca la inflación, a fin de evitar tener que inducir más tarde grandes recesiones a los efectos de reducirla.
    Estas tres premisas pueden ser verificadas empíricamente.
    Pero dicha verificación únicamente demuestra que la alta inflación es costosa. Cuando los países superan la tasa del 40% anual caen en la trampa de la alta inflación y el bajo crecimiento.
    Recientes investigaciones sugieren que bajos niveles de inflación pueden incluso mejorar los resultados económicos con relación a los que se obtendrían con tasas de inflación nula.
    Desde el punto de vista de Stiglitz, la conclusión a que se deriva de estas investigaciones es que el control de la inflación elevada o media debería ser una prioridad política fundamental, pero que llevar la ya baja inflación a niveles aún más bajos probablemente no hará mejorar el funcionamiento de los mercados.
    El déficit presupuestario y de cuenta corriente.
    Un segundo componente de la estabilidad macroeconómica ha sido la reducción del tamaño del gobierno, del déficit del presupuesto y de la cuenta corriente (llamados déficit gemelos)
    Numerosas evidencias muestran que altos y sostenidos déficit presupuestarios resultan deletéreos para el desempeño económico.
    El nivel óptimo del presupuesto no puede determinarse fácilmente. El déficit sostenible depende circunstancias que incluyen el estado cíclico de la economía - No acepta reglas fijas como los monetaristas extremos, sino políticas de regulación- las perspectivas de crecimiento económico, la utilización del gasto gubernamental, la envergadura de los estados financieros y los niveles de inversión y ahorro nacionales.
    También el nivel óptimo del déficit de la cuenta corriente es difícil de determinar.
    Tal déficit proviene cuando un país invierte más de lo que ahorra.
    En muchos países la tasa de retorno de la inversión sobrepasa largamente el costo del capital internacional y en dicha coyuntura los déficit son sostenibles.
    La forma de financiación también es importante. La ventaja de la inversión extranjera directa no sólo reside en el capital y el conocimiento que provee sino en el hecho de que tiene a ser muy inestable, en tanto que las condiciones políticas y la seguridad jurídica lo sean. En tanto la inversión tenga rentabilidad y no pérdidas las mismas se mantendrán)
    Promover el crecimiento a largo plazo
    Una de las mayores metas de la política debería ser minimizar o evitar las contracciones económicas.
    Los costos económicos de las recesiones pueden ser devastadores para la sociedad provocando tensiones sociales y políticas.
    La dificultad de endeudarse para financiar investigación y desarrollo significa que las empresas necesitarán reducir drásticamente sus gastos en I+D cuando su flujo de caja decrece en situaciones recesivas.
    El resultado será un crecimiento más lento de la productividad de todos los factores.
    En general, puede casi asegurarse que la inestabilidad del crecimiento provoca incertidumbre y desincentiva por tanto la inversión.
    La estabilidad macroeconómica es una buena política macroeconómica, que incluya una política monetaria anticíclica (stocks de intervención o fondos anticíclicos monetarios) y una política fiscal que permita operar a los estabilizadores automáticos.
    Hay abundante literatura que apoya la importancia de la microeconomía como sostén de la estabilidad macroeconómica.
    Dicha literatura enfatiza la importancia de los mercados financieros y explica las recesiones a través de mecanismos tales como la racionalización del crédito y las quiebras en la banca y las empresas.
    En el siglo XIX la mayoría de las recesiones se dieron como resultado de pánicos financieros. Que conducía a caídas de los precios de los activos y quiebras generalizadas del sistema bancario.
    La cuestión clave no debería ser la liberalización o desregulación sino la construcción del marco regulatorio que asegure un sistema financiero efectivo.
    En muchos países cabría la eliminación de marcos restrictivos de la competencia financiera, pero acompañando estos cambios con regulaciones crecientes que garanticen la competencia y el comportamiento prudente, para que los bancos posean los incentivos adecuados.
    Una vez se ha puesto el diseño adecuado, deberá hacerse la transición con sumo cuidado y prudencia,.
    Todos los países tienen un objetivo primario de la regulación, que debería ser asegurar que los participantes enfrenten el tipo de incentivos correctos; el gobierno no puede y no debería implicarse en el monitoreo de cada transacción, para evitar agrandar controles sino focalizarlos. El aforismo aplicable sería que el que mucho abarca poco aprieta.
    Los desórdenes monetarios bancarios no se solucionan con incremento de las tasas de interés (para elevar la calificación de los requirentes y sacar a los que no pueden tomar los créditos a ese precio). Por el contrario es contraproducente y como resultado del incremento de la tasa de interés conduce a reducciones sustanciales del patrimonio de los bancos, exacerbando las crisis bancarias.
    Las crisis bancarias (según datos empíricos) tienen severas consecuencias macroeconómicas, afectando el crecimiento durante los siguientes 5 años.
    El proceso de reforma financiera
    La importancia de crear un sólido sistema financiero va mas allá de prevenir simplemente las crisis económicas.
    El sistema financiero puede asimilarse al cerebro de la economía.
    Juega un importante papel en la captación y agregación de los ahorros de los agentes que disponen momentáneamente de un exceso de recursos.
    Estos son reasignados a otros que pueden darles uso.
    Los mercados financieros que funcionan, bien hacen un buen trabajo a la hora de seleccionar los receptores más productivos de esos recursos.
    En contraste los mercados financieros que funcionan pobremente los asignan frecuentemente a sectores de baja productividad.
    Seleccionar proyectos es el primer paso.
    El sistema financiero debe seguir monitoreando el uso de los fondos asegurándose que sean utilizados productivamente.
    En este proceso los mercados financieros cumplen muchas otras funciones, incluyendo la reducción del riesgo, el incremento de la liquidez y la trasmisión de información.
    Todas estas otras funciones son esenciales tanto para el crecimiento del capital como de la productividad de todos los factores.
    La regulación en los mercados financieros exitosos está al servicio de 4 propósitos:
    1. mantener la seguridad y solidez (regulación preventiva).
    2. promover la competencia
    3. proteger a los consumidores
    4. asegurar que los grupos menos favorecidos tengan algún acceso al capital.
    En muchos casos la búsqueda de objetivos sociales, como asegurar que las minorías y las comunidades pobres reciban fondos (como lo hace la Community Reinvestment Act en EEUU o garantizar préstamos hipotecarios, misión esencial de la Federal Nacional Mortgage Assoc), puede, si se hace bien, fortalecer los objetivos económicos.
    Por supuesto, si una economía está haciendo frente a altos niveles de inflación provocados por excesos de demanda agregada, el incremento de la tasa de interés -por ej. Por la vía de encajes mínimos- debe ser visto como un fortalecimiento de los economic fundamentals en la medida que restablecen la estabilidad macroeconómica, reiterando la importancia de los fondos anticíclicos.
    Estimulando la competencia:
    El Consenso no es suficiente para garantizar la estabilidad macroeconómica o el desarrollo alargo plazo.
    Ambas cuestiones requieren mercados financieros adecuados.
    Pero sin confundir medios con fines. El rediseño del sistema regulatorio y no la liberalización financiera debería ser la cuestión.
    La competencia es central para el éxito de una economía de mercado.
    Los teoremas fundamentales de la Economía del Bienestar, esto es, los resultados que establecen la eficiencia de una economía de mercado, supone la existencia, tanto de la propiedad privada como de mercados competitivos.
    Los países en economía de transición y en desarrollo carecen de ellos.
    La sustitución de importaciones demostró ser una estrategia de desarrollo altamente inefectiva, dejando obsoleto el paradigma del deterioro de los términos del intercambio introducido por Prebisch, neo-estructuralista de amplia repercusión en Latinoamérica y Argentina, en la década de los 60.
    En muchos países la producción industrial tenía valor agregado negativo y su capacidad de innovación había sido sofocada.
    Los gobiernos podrían haber creado competencia entre las empresas domésticas, lo que hubiera provocado incentivos para importar nueva tecnología.
    En verdad, fue el fracaso en la creación de competencia interna más que la protección del exterior lo que produjo el estancamiento
    Tan importante al menos como crear competencia en el sector anteriormente protegido frente a las importaciones resulta hacerlo en el sector exportador, para mejorar el Sector Externo, fuente de divisas genuinas.
    El modelo estándar de teorías económicas predice que los países cambiarán inter-sectorialmente, moviéndose a lo largo de su frontera de producción potencial produciendo más de aquello en lo que son mejores y comprando más de aquello en lo que son peores-ventajas comparativas, entendiéndose como frontera de producción que no se puede producir un bien adicional sin disminuir la producción de otro a la capacidad máxima de producción.
    En cierto sentido era natural que el Consenso se centrara más en la privatización que en la competencia.
    No solo eran ineficientes las empresas estatales; sus pérdidas contribuían además al déficit del presupuesto, cubriendo los mismos con préstamos externos y reforzando el desequilibrio del sector externo, influyendo negativamente en la economía.
    La privatización mataba dos pájaros de un tiro al mejorar la eficiencia económica y reducir el déficit fiscal.
    La idea era que si podían crearse derechos de propiedad, el comportamiento maximizador de beneficios de los propietarios eliminaría el derroche y la ineficiencia. Al mismo tiempo la venta de las empresas produciría ingresos fiscales muy elevados y/o reducción de la deuda externa por compensación.
    Pero las privatizaciones fueron defectuosas.. la mayoría hubiera querido una reestructuración más ordenada y el establecimiento de una estructura legal más efectiva.
    En esos momentos, privatizar rápida y ampliamente -postergando los problemas para el futuro- parecía ser un juego razonable.
    Considerado desde el presente, los partidarios de la privatización pueden haber sobreestimado los beneficios y subestimado los costos de la privatización; particularmente los costos políticos del propio proceso y los impedimentos que han supuesto para futuras reformas. Hoy dicho juego parece ser mucho menos justificado.
    Muchos alertamos sobre el peligro de privatizaciones precipitadas sin crear la necesaria infraestructura institucional, incluyendo mercados competitivos y cuerpos reguladores.
    Si falta competencia, la creación de un monopolio privado no regulado, resultará probablemente en precios incluso más altos para los consumidores (Nota: telefonía y telefonía móvil en sus inicios).
    Hay alguna evidencia de que sin competencia, los monopolios privados pueden sufrir diversas formas de ineficiencia y pueden ser muy poco innovadores.
    La experiencia de las economías China y Rusa demuestran que es más importante la competencia que la propiedad privada o gubernamental de las empresas de servicios u otras.
    Asimismo hay que dejar nota que ha sido difícil prevenir la corrupción y otros problemas en la privatización de los monopolios.
    Privatizar un monopolio puede crear un poderoso entramado de intereses que obstaculiza la posibilidad de regulación o competencia en el futuro.
    Estableciendo la regulación:
    La competencia es un ingrediente esencial de toda economía exitosa.
    Pero no es viable en los monopolios naturales.
    Las nuevas tecnologías han expandido el ámbito para la competencia en muchos sectores que históricamente han estado fuertemente regulados, como las comunicaciones y la energía eléctrica.
    Permitir a una empresa con poder de mercado en una parte de la industria regulada ganar una posición de completa dominación sobre las otras partes de esa industria comprometerá seriamente la eficiencia económica.
    Forjando políticas de competencia.
    Aunque el ámbito de competencia posible se ha expandido, ésta es normalmente imperfecta, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
    La competencia puede ser suprimida de varias maneras que incluyen la colusión implícita y los precios predatorios.
    El establecimiento de leyes antimonopolios para los países en desarrollo es un tema que no ha sido examinado cuidadosamente. Los países deben elaborar sus propias normas y no tomarlas textuales de normativas más sofisticadas como las de EEUU.
    La mejor manera de neutralizar estos abusos sería elaborar leyes de juego limpio para el comercio y la competencia a partir del conocimiento más profundo sobre la naturaleza de la competencia, que ha sido elaborada a lo largo del siglo XX por las autoridades antimonopolios y los economistas de la organización industrial.
    El gobierno como complementador de los mercados.
    Las políticas del Consenso se basaban en el rechazo del papel activista del Estado con una posición antikeynesiana y en la promoción de un estado minimalista y no intervencionista. La premisa implícita era que los gobiernos son peores que los mercados. Por consiguiente cuanto menor el tamaño del Estado era mejor.
    Conseguir que el gobierno se centre en las cuestiones fundamentales -políticas económicas, educación básica, salud, caminos, ley y orden- constituye un objetivo básico.
    Pero centrarse en lo fundamental en absoluto equivale a recetar un gobierno minimalista.
    El estado tiene un rol importante que jugar en la producción de regulaciones apropiadas, la protección y el bienestar social. El estado debe implicarse más allá de su tamaño.
    El gobierno debe servir como complemento de los mercados emprendiendo acciones que hagan que estos funcionen mejor y corrigiendo fallas del mercado, haciendo de catalizador de tales baches. Luego de desarrollado su rol catalítico el estado debe retirarse.
    Formando recursos humanos
    El papel de los recursos humanos en el crecimiento económico viene siendo apreciado desde hace tiempo.
    La contabilidad del crecimiento también atribuye una porción sustancial del crecimiento producido en los países en desarrollo a la acumulación de recursos humanos.
    Las economías asiáticas enfatizaron el rol del gobierno en la provisión de educación universal, lo que constituía una parte necesaria de su rápida transición desde una enorme economía agraria (Nota: casi de subsistencia) a otra industrial.
    Librado a sí mismo, el mercado generará una oferta insuficiente de recursos humanos. Es muy difícil tomar prestado contra ingresos futuros , pues el capital humano no puede ser constituido en garantía. Estas dificultades resultan especialmente severas para las familias más pobres. Los gobiernos tienen que jugar entonces un papel importante en la provisión de educación pública, contribuyendo a facilitarla y fortaleciendo el acceso al financiamiento.
    Transfiriendo tecnología
    La contabilidad del crecimiento atribuye la mayoría de los aumentos registrados en el ingreso per capita al mejoramiento de la productividad total de los factores, que proviene del incremento de la cantidad de producto por unidad de insumo- valor agregado-, lo que se debe en parte al mejoramiento de la tecnología.
    Los beneficios derivados para la sociedad de un aumento de la inversión en tecnología sobrepasan de lejos los beneficios obtenidos por los empresarios individuales.
    Sin la acción del gobierno habrá demasiada poca inversión en la producción y adopción de nuevas tecnologías.
    Para la mayoría de los países que no se encuentran en la frontera tecnológica o sea al límite máximo de tecnología, donde los beneficios asociados con la facilitación de la transferencia de tecnología son mucho mayores que los derivados de la inversión en I+D original . Es decir dar el salto tecnológico el salto tecnológico, superando estados intermedios.
    Las políticas para facilitar la transferencia de tecnología constituyen, pues la clave del desarrollo.
    Otra política que puede promover la transferencia de tecnología es la inversión extranjera directa, que llega cuando hay seguridad jurídica y perspectivas de rentabilidad, inexorablemente.
    Es posible que surja una tensión entre los incentivos para producir conocimiento y los beneficios derivados de su mayor diseminación.
    Un mecanismo probable a adoptar para ello es el sistema acumulativo de la secuencia: copiar-adaptar-innovar-difundir de los países asiáticos. Y formar el Triángulo de Sábato, es decir: la tríada empresa-gobierno-sistema de ciencia y tecnología.
    Haciendo más efectivos a los gobiernos
    Cómo pueden diseñarse políticas que incrementen la productividad de la economía?
    Utilizando datos de 94 países a lo largo de tres décadas, el estudio muestra que no son sólo las políticas económicas y el capital humano sino la calidad de las instituciones de un país lo que determinan los resultados económicos.
    Dichas instituciones determinan, en efecto, el entorno en que operan los mercados Un entorno débil permite mayor arbitrariedad por parte de las agencias estatales y los funcionarios públicos.
    El Estado debe ajustar los roles a sus capacidades.
    Pero la capacidad actualmente disponible no es un destino.
    Los estados pueden mejorar sus capacidades fortaleciendo sus instituciones. Esto significa no sólo construir capacidades administrativas o técnicas sino instituir reglas y normas que provean a los funcionarios de los incentivos para actuar en interés de la colectividad, restringiendo a la vez la acción arbitraria y la corrupción.
    Un Poder Judicial independiente, frenos y contrapesos institucionales a través de la división efectiva de poderes y un control efectivo pueden restringir la acción arbitraria del estado y la corrupción. Salarios competitivos para los funcionarios públicos pueden atraer gente más preparada e incrementar el profesionalismo y la integridad.
    El Estado puede: p.ej. abrir licitaciones y concursos para comprar bienes y servicios profesionales como para asignar recursos públicos. B) puede contratar agentes externos c)puede utilizar contratos basados en el desempeño -por resultados-.
    A su vez los gobiernos son más efectivos cuando responden a las necesidades e intereses de los ciudadanos dándoles sentido de pertenencia y de implicación en las políticas en forma consensuada.
    Ampliando las metas del desarrollo
    El Consenso de Washington abogó por el uso de una pequeña serie de instrumentos (que incluían la estabilidad macroeconómica, la liberalización comercial y las privatizaciones) para alcanzar una meta limitada: el crecimiento económico.
    El consenso post Washington reconoce que es necesario tener un conjunto más amplio de instrumentos.
    Incrementos en los niveles de vida, incluyendo mejor educación y salud y no sólo aumentos del PBI. Buscamos desarrollo sostenible.
    Pretendemos desarrollo equitativo y que asegure a todos los grupos de la sociedad y no sólo una élite gocen los frutos del desarrollo.
    Y perseguimos desarrollo democrático para que todos los ciudadanos participen por múltiples vías en las decisiones que afectan a sus vidas, reconociéndose que el incremento en tecnología provoca inicialmente un incremento en la desigualdad, por la expulsión de mano de obra no calificada.
    El incremento posterior será beneficioso, pero los resultados no son rápidos ni de alcance universal.
    Observaciones finales.
    El objetivo del Consenso de Washington se basó en el deseo de evitar los peores desastres. Aportó algunos de los fundamentos para el buen funcionamiento de los mercados, pero en forma incompleta y en algunos casos induciendo a errores ( que son corregibles ampliando las políticas)
    El éxito de las economías asiáticas dependió de muchas más cosas que la estabilidad macro o las privatizaciones.
    Sin un sistema financiero sólido - en cuya creación de reglas intervenga el gobierno- resulta muy difícil movilizar el ahorro o asignar eficientemente el capital.
    Si la inversión pública en recursos humanos y transferencia de tecnología es insuficiente, el mercado por sí solo no llenará la brecha.
    Estas son las ideas emergentes del Consenso de Washington, y mejoradoras del mismo, reconociendo con humildad su autor, que no tiene todas las respuestas.
    En la actualidad las explicaciones sobre el crecimiento económico coinciden en la importancia del aumento de la productividad y fundamentalmente del progreso tecnológico. Pero la perspectiva para el siglo XXI y las deducciones sobre las causas reales del crecimiento económico generaron una revisión acerca de la sostenibilidad de altas tasas de crecimiento en el largo plazo y la participación fundamental del Estado en el pasado y hacia el futuro.
    Además de considerar la intensificación del capital, también debemos tener en cuenta los avances tecnológicos. La suma de ambos factores provoca un aumento de la producción por trabajador.
    Con los avances logrados en los procesos de producción, los nuevos productos como la electrónica, los avances en la metalurgia, las mejoras en el sector servicios, da lugar a asentarse en una situación estable; la economía disfruta de una creciente producción por trabajador, una suba de los salarios y una mejora en el nivel de vida.
    En resumen, el cambio tecnológico, que aumenta la producción obtenida con un conjunto dado de factores, es un ingrediente fundamental del crecimiento de los países, y las diferencias tecnológicas constituyen la principal causa de las diferencias entre los niveles de vida de ellos.
    La influencia de Schumpeter -el adalid de la innovación- es notoria.
    Con ello arribamos al Modelo de Main Steet donde la premisa fundamental es el avance tecnológico, estimulado por la promesa del uso rentable de la innovación mediante la protección del invento a través de derechos de propiedad, licencias y patentes.
    Pero el cambio tecnológico responde a los incentivos del mercado, por lo que, si las expectativas sobre el crecimiento son negativas los empresarios reducen la inversión en investigación.
    Es decir que, el beneficio potencial que estimula el avance tecnológico depende de las expectativas sobre el aumento de la demanda agregada, que se logra a través de salarios altos que estimulan el consumo y que son financiados por el aumento de la productividad y la promoción estatal de cambio tecnológico y la inversión pública.
    El modelo puede resumirse en cuatro supuestos:
    1. El crecimiento se basa en el cambio tecnológico
    2. La innovación tecnológica es una función del beneficio potencial.
    3. El beneficio potencial es una función del aumento previsto de la demanda, es decir, de las expectativas de crecimiento que generan mejores beneficios esperados.
    4. Por lo tanto, el crecimiento es una función el aumento previsto de la demanda.
    En síntesis, el modelo de Main Street dice que únicamente la innovación es insuficiente para generar crecimiento si no hay expectativas favorables.
    Por ello, el Estado, como agente activo y para lograr esos fines debe promocionar la tecnología y el bienestar, como políticas de estado, utilizando todos los instrumentos a su alcance.

















    Modelo de Main Street
    Invertir en investigación y desarrollo, infraestructura y capital humano.
    Establecer un comercio libre basado en los derechos y las normas laborales.
    Impulsar salarios más altos.
    Mejorar la seguridad del empleo.
    Crear incentivos para favorecer las mejores prácticas empresariales.
    Permitir una política monetaria expansiva.
    Regular la especulación mundial.

    El modelo de Main Street, aplicado con matices por el anterior Gobierno, y que presumimos seguirá con el sucesor ha tenido hasta el momento notorio éxito.
    La producción de bienes y servicios por quinto año consecutivo ha tenido un crecimiento superior al 8%, triplicando la tasa promedio de crecimiento de nuestra economía de las últimas décadas.
    Las consecuencias fueron la disminución paulatina de la tasa de desempleo, incremento de la capacidad de consumo de los trabajadores, mejoramiento de la rentabilidad empresaria, superávit de las cuentas fiscales y del saldo comercial de la balanza de pagos y reconstitución de las reservas.
    Reconoce Arriazu que este proceso está generando una incipiente puja distributiva sectorial salarios/precios, que se reconoce como una de las fuentes de inflación. Asimismo las retenciones a los productos exportables dan pie al descontento de los sectores involucrados. Luego, puede esperarse un recrudecimiento de los conflictos si no se armoniza el comportamiento de las principales variables económicas, políticas y sociales, y se logra un balance entre objetivos de corto y largo plazo.
    El autor menciona varios comportamientos que deberían adoptarse, de manera ejemplificativa no taxativa, entre ellos: disminución del empleo público, educación y entrenamiento a los sectores sociales marginados que forman el núcleo duro de la desocupación, permitir en la medida de lo necesario una inflación moderada emergente dado un crecimiento superior del PBI con respecto al PBI promedio mundial, sin por ello perder productividad; atracción de capitales argentinos radicados en el exterior confiados en el recupero y sostenibilidad del crecimiento, a lo cual agregamos seguridad jurídica, tantas veces soliviantada y origen de la desconfianza arraigada en los potenciales inversores.
    El autor hace hincapié en que la atenuación de las pujas distributivas es un componente esencial de esta dinámica, puesto que la experiencia histórica muestra con claridad como estas luchas intersectoriales han malogrado incipientes procesos de desarrollo.
    El análisis de la experiencia de los países con economías emergentes, que recibieron ingentes inversiones privadas en la década de 1990, muestran que algunos estaban más preparados que otros para la administración de esos flujos de capital.
    Las características que sostienen al sistema económico de los países destinatarios de esas inversiones fueron, entre otras, evitar el ingreso de fondos golondrinas, que se revierten rápidamente luego de obtenido una plusrenta; la instauración de políticas de Estado que por definición son de largo plazo; evitación de la sobrevaluación de la moneda del tipo de cambio real por períodos prolongados (en Argentina el ejemplo es la Ley de Convertibilidad), constitución de colchón alto de ahorros internos que se deriven a la inversión por los intermediarios financieros; orientación del crédito a industrias del sector de bienes exportables, superávit gemelos fiscales y comerciales o con déficit acotados. Los países que no han tenido en cuenta las reglas expuestas (v.gr. Argentina), han sufrido profundos sobresaltos en su economía ante cambios en el ambiente macroeconómico.
    El uso del anclaje del peso al dólar fue un recurso exitoso en el programa de estabilización emprendido para frenar la hiperinflación instalada.
    En rigor de verdad, la liberalización comercial indicaría como más propicio, una vez arraigada la estabilidad monetaria a la depreciación, que a la revaluación.
    Los países del Extremo Oriente tuvieron revaluaciones moderadas o depreciaciones importantes, que junto al ahorro interno alto compensaron los excesos de demanda y las presiones inflacionarias por el ingreso de flujos de capitales importantes.
    La revaluación de la moneda como instrumento de estabilización tiene en definitiva efectos no deseados, entre ellos la falta de competitividad en los precios frente a la oferta instalada en los mercados externos. La persistencia recalcitrante en el uso ad infinitum de tal recurso conducen al definitivo deterioro de la competitividad externa.
    De ahí la resistencia de China para apreciar el yuan. El secretario del Tesoro estadounidense Henry Paulson viajó en julio de 2007 a China, para discutir con sus autoridades sobre el diálogo entre los dos países, en un momento que se hacen sentir los reclamos del Congreso para exigir una revaluación del yuan.
    La posición cada vez más dura de los congresales se estrella ante los oídos sordos de las autoridades responsables de China. Los congresales de EEUU aprobaron un proyecto de ley que pide al Tesoro que identifique taxativamente a aquellos países cuyas divisas están fundamentalmente desequilibradas, abriendo así la posibilidad de imponer eventuales sanciones económicas.
    El último ajuste del yuan fue del 2,1% en julio de 2005, utilizando a partir de ahí una flotación sucia, que mantiene la cotización dentro de una fluctuación relativamente estrecha. Las negociaciones siguen en pie, pero China se mantiene en su posición.
    Como mencionamos en otra parte de este capítulo, nuestro socio del Mercosur procedió en 1999 a la devaluación del real con consecuencias importantes para Argentina.
    El uso inadecuado de los flujos de capital, como fue el caso de Argentina, donde sirvió para compensar los déficits fiscales y comerciales al costo del incremento de la deuda pública; además no se reflejó en un aumento de la producción de bienes exportables.
    La orientación hacia el consumo y una baja tasa de ahorro interno hicieron el resto.
    Asimismo, el cortoplacismo de los préstamos es útil para la recomposición del capital de trabajo o para la financiación comercial, pero no adecuada a proyectos de largo plazo donde los tomadores están sujetos a tener que refinanciar habitualmente los préstamos, sujetos a variaciones de tasas, cuando no al desinterés en el mantenimiento de los créditos por aparición en otros mercados de oportunidades más beneficiosas.
    En tal caso, los tomadores fuertemente endeudados están en inferioridad de condiciones para la cancelación de sus préstamos por la vía de obtención de fondos a tasas espurias.
    El fenómeno de la expansión de las corporaciones capitalistas hemos visto que no es nuevo.
    El juez Losada , protagonista esencial en el affaire Swift- Grupo Deltec (Frigorífico Swift de La Plata S.A. s/ Concurso preventivo de acreedores), referencia el dato histórico de la irrupción de esas empresas en el mercado internacional desde el siglo XIX, agregando significativamente que las empresas multinacionales se han tornado en protagonistas centrales de la economía contemporánea. Y lo escribe en 1973.
    No deja el autor de prever, citando a Kahn y Riggs que las transnacionales son el mejor instrumento para crear una economía auténticamente internacional o global.
    El proceso de industrialización seguido a partir de 1958 en Argentina con la radicación de transnacionales en sectores claves de la economía conlleva un creciente control de la economía nacional por empresas extranjeras debido a que las estrategias de las casas matrices pueden o no coincidir con la estrategia local, reduciendo las posibilidades de una coordinación efectiva de las decisiones estratégicas, concepto que ha desarrollado ampliamente Furtado.
    Agrega Losada, citando a Vernon que sus estrategias no se reducen a las grandes empresas extractivas de materias primas y de producción de energía, sino que se encuentran expandidas en la totalidad de los sectores económicos, especialmente en aquellos más dinámicos: aquellos que suponen el condicionamientos de las restantes empresas.
    Según un trabajo actual de las Naciones Unidas se concluye que Argentina tiene un grado de transnacionalización mayor que el de Brasil, México, China, India y otros países periféricos de desarrollo intermedio.
    Según la UNCTAD la participación de las filiales de empresas transnacionales en el total de la producción minera argentina en 2006 es del 100%, una cifra que sólo se encuentra en países africanos como Gabón, Ghana, Guinea, Mali y en algunos países asiáticos periféricos.
    En petróleo y gas las transnacionales participan con un 81% en Argentina y 2% en Brasil. En promedio la participación en el rubro es: en el mundo en desarrollo 18,9%; en el desarrollado 36% y el mundial del 22,4%. El grado de extranjerización del aparato productivo argentino medido por el INDEC nos dice que en el pasado Gobierno se vendieron más de 490 empresas y que el 72% de las 500 compañías líderes del país son extranjeras.
    Los ingresos por las ventas de las compañías a los empresarios argentinos, presumimos que en buena medida engrosaron la fuga de capitales, en los momentos previos a que la economía argentina se hundiera en la debacle de diciembre de 2001.
    Cuando no hay estímulos para invertir y el mercado está convulsionado el atesoramiento en monedas duras o en oro, o la constitución de imposiciones a baja tasa pero ínfimo riesgo es la decisión natural de los agentes económicos.
    El crecimiento de la inversión en Latinoamérica durante 2006 duplicó los ingresos de 2005, con cifras aproximadas a los 102.600 millones de dólares, conforme lo manifiesta el informe Transacciones más allá de las fronteras de Ernst&Young.
    La región se ubicó en el segundo puesto mundial después de China. Hubo 645 adquisiciones y fusiones, contra el líder del ranking con 1711 operaciones de ese tipo.
    El tercer lugar fue para India con 521 negocios. No es menos elocuente decir, que el monto para América Latina es superior al de China e India unidos.
    La consultora opina que las razones del fenómeno se fundan en el mayor consumo en productos de mayor valor agregado, en especial servicios, una actitud favorable de los gobiernos a recibir inversiones, bajos costos, abundancia de materia prima -la niña bonita del momento- todo ello como consecuencia de su crecimiento económico.
    Por ello es que Argentina trata de seducir a los capitales nacionales expatriados, mostrando los logros de casi cinco años de crecimiento continuo de su PBI y el estado inédito de equilibrio de su economía.
    No es necesario aclarar porque es obvio, que las casas matrices, que diseñan las estrategias globales se encuentran en los países centrales, sea EEUU los países de la órbita de la Unión Europea u otros.
    De estos conceptos podemos iniciar el acercamiento a una de nuestras ideas esenciales que motivan este trabajo, que es la influencia de decisiones ajenas, extraterritoriales, no controlables por gobiernos débiles, como lo son de facto, los de los países emergentes.
    La existencia misma de la empresa transnacional afecta a las decisiones de política económica del Gobierno, por la dicotomía, o en su caso el antagonismo, de las decisiones globales en contra de las decisiones locales.
    Por lo tanto, adoptar una planificación nacional, con cierto grado de centralización implica ejercer un genuino poder de decisión, que no siempre está en las manos de los gobiernos.
    Cualquier accionar en contra de los intereses privados tiene como contrapartida la inseguridad jurídica ante situaciones de hecho y de derecho que fundamentan el legal accionar de las compañías transnacionales. Lo cual no quiere decir que el gobierno no disponga del poder de contralor y regulación de la economía, utilizando los legítimos derechos que le corresponden, en aras de subordinarlos a objetivos de interés público en la medida que lo permite el orden jurídico vigente.
    Creemos interesante insertar los comentarios ad hoc de la entrevista realizada por Seminario al Dipesh Chakrabarty, físico y Dr. en Historia, hoy profesor de la Universidad de Chicago, investigador relevante en el área de la historiografía.
    El autor dice sobre el entrevistado: Desde un punto de vista europeo u occidental, podría decirse que Dipesh Chakrabarty desarrolló una interpretación de la historia desde los márgenes de la historia. Pero ocurre que el legado poscolonial de ese eurocentrismo que este académico indio juzga a la vez necesario e insuficiente para explicar los procesos históricos del mundo en desarrollo - y de la India en particular- es justamente lo que él mismo convirtió en su objeto de estudio.
    En una apretada síntesis de las respuestas dadas por Chakrabarty, extraemos su visión de que las mismas palabras, como derechos, igualdad y democracia, que de algún modo son parte de la expansión europea y la dominación, si bien conceptualmente significan lo mismo en todas partes, en la práctica expresan cosas distintas.
    También está convencido que el capitalismo no necesariamente homogeneiza el mundo. La globalización en la India, afirma, beneficia a un 30% de sus habitantes, es decir que excluye a una mayoría del 70% . Hay un legado de colonialismo aún en la globalización y que el temor de India hacia este neo-colonialismo es parte del propio legado colonial, en el que Occidente es, en su conjunto, una potencia depredadora.
    Interesantes conceptos, matices a incorporar en cuanto se desee reflexionar sobre los beneficios y perjuicios de la globalización, y en especial determinar en suma, si el saldo en superavitario o no.
    Clamar acríticamente por las ventajas de la globalización es tan malo como denostarlas con igual actitud.
    No deja de ser cierto que en los últimos diez años y hasta fines de 2007 el PBI mundial creció a una tasa promedio anual del 4,8% superior a la media histórica del 3%.
    La contribución de China en alcanzar estas magnitudes es significativa, y lo hizo a través de la exportación de productos y servicios basados en uso de capital intensivo y mano de obra barata (us$ 1,00 la hora vs us$ 18,00 la hora en EEUU).
    Las exportaciones de China fueron durante 2006 de us$ 970 billones, desplazando del primer lugar como exportador a Alemania. Todo ello en un contexto de aumento del petróleo inédito en la historia.
    Asimismo y para destacar el grado de independencia logrado por China debemos observar la falta de impacto de la crisis de liquidez desatada por el affaire de las hipotecas con créditos sub prime en EEUU.
    Tanto la UE como EEUU acudieron a la aplicación de medidas monetaristas ortodoxas iniciando la basa de tasas y la inyección de ingentes masas de liquidez.
    En su lugar, China hizo exactamente lo contrario, intentando enfriar su economía, recalentada por años y años de crecimiento sostenido y acumulativo anual de más del 9% del PBI. Lo cual abona la tesis de que una economía fuerte, con una unidad de mando que tiene políticas de Estado basadas en la planificación, puede -y debe- tener autonomía para adoptar las medidas que beneficien a su mercado. Sin que por ello esto signifique estar de acuerdo con el status quo político de China, esbozado en la frase Un país, dos sistemas, uno para la política, otro para la economía,
    Algunos autores, como Palma Cané creen que China no se encuentra integrada a la globalización financiera, y que su futura inclusión hará sentir sus efectos mejorando significativamente la economía mundial.
    Modestamente, nosotros disentimos con la destacada opinión precedente, pues creemos que China ya es sostén del equilibrio financiero global como lo demostraremos en otro lugar de este mismo trabajo.
    En una rápida síntesis y a tipo de conclusión del presente capítulo, hemos visto que la globalización no es un fenómeno actual ni una moda posmoderna, sino que tiene antecedentes desde el siglo XV. La intensificación de las comunicaciones y la información gracias a las herramientas computacionales, hacen que desde aproximadamente quince años, esos lazos se intensificaran en grado sumo.
    Hemos visto las ventajas de pertenecer, pero también las profundas distorsiones que afectan, en especial a los países en desarrollo y como de alguna manera las crisis, tienen repercusión mundial por la propagación a que son afectas. Las remezones por las crisis mexicana, rusa, brasileña, oriental y argentina han tenido repercusiones en los centros mundiales de poder, en mayor o menor medida.
    Aún vemos las dificultades para liberar una corriente de inversiones hacia Argentina, debido al escaso avance las negociaciones con el Club de París, debido a la negativa argentina de reconsiderar la deuda defaulteada con los inversores que no se presentaron al canje de los bonos. La necesidad de contar con un waiver DEL Fondo Monetario Internacional al respecto, agravia el avance de las negociaciones.
    Hemos podido observar la influencia de las multinacionales primero y de las transnacionales globalizadas después, sobre las economías de los países en desarrollo, como asimismo las dificultades para poder escapar a esa influencia negativa , aprovechando solamente las ventajas que la globalización suministra.
    Pertenecer tiene su beneficio, pero implica aceptar los perjuicios. A pesar de ello, y contra el discurso del uso de políticas soberanas en la economía, hemos podido observar el alto grado de transnacionalización de la economía doméstica, iniciada fundamentalmente durante el gobierno de Menem,
    La ideología monetarista y neoliberal, que con sus instrumentos permitió derrotar la hiperinflación y modernizar la infraestructura obsoleta de las empresas públicas, fue mantenida como solución permanente, concluyendo en una recesión prolongada e inédita en Argentina junto con distorsiones en el aparato productivo.
    Los mercados ajustaron finalmente, por el airado reclamo de las clases medias perjudicadas, que vieron conculcados sus depósitos, aunado a la presión contra la moneda local, sobrevaluada, que impedía tener una ventaja competitiva contra los productos importados.
    También plasmamos resumidamente el pensamiento de Ferrer sobre las inconsistencias de las política neoliberales como por las falencias estructurales de Argentina; la falta de liderazgo empresario no es un dato menor.
    Y seguidamente, utilizamos a Stiglitz para que nos pusiera en tema con respecto al Consenso de Washington y el post-Consenso, las implicancias de las políticas sugeridas a escala planetaria, con ejemplos de países de Oriente, tal el caso de Corea.
    Hemos podido dar un esbozo de las hipótesis del monetarismo y del neokeynesianismo, a través de los Modelos de Wall Street y Main Street y la utilización sucesiva de dichos instrumentos sobre la economía argentina, y sus resultados. Las políticas actuales han dado un crecimiento inédito e ininterrumpido durante cinco años, pero aún se espera conocer políticas de Estado sobre muchos rubros de la economía.
    La inflación, ese fantasma que siempre ronda en el país se muestra esquivo en sus magnitudes, por las correcciones ad hoc, ocultamientos o presunciones de manipulación de los índices que la miden, debido a la irrupción grosera de funcionarios dispuestos a volver a escribir el diario de Yrigoyen, si aporta a sus decisiones.
    Esa espera cautelosa y desconfiada se extiende al sector energético, donde la escasez de generación está a la vuelta de la esquina. Y por último, la esperanza de que la crisis norteamericana derivada de las hipotecas subprime, sumado a sus crónicos deficit en sus cuentas externas no terminen afectando el valor de los commodities agropecuarios, importante sostén , vía retenciones, de las cuentas fiscales.
    Como sostienen los orientales, las crisis pasan a ser oportunidades.
    China, país atrasado y semicolonial, que había tenido un pasado de esplendor, supo superar con el esfuerzo, con el sacrificio de su pueblo, que no escatimó muertes, ni errores ni excesos va por más, y con políticas heterodoxas lidera la locomotora del comercio mundial. Argentina es su proveedor de materias primas, pero sus crisis también han hecho crecer sectores que aprovechan la demanda mundial, tales como la incipiente biotecnología y los servicios mercerizados de software, junto con la industria de la hospitalidad, el turismo internacional, que ha crecido a pasos agigantados.
    Seguimos firmes con el planteo manifestado en el prólogo y nos vamos a analizar otra pieza de este gigantesco puzzle.




    DE LO QUE TODOS HABLAN: ECONOMIA y FINANZAS



    Introducción
    Rodrik, reputado economista de la Universidad de Harvard se ha unido a los cuestionamientos del Consenso de Washington, y lo ha hecho a través de la publicación de un libro titulado sugestivamente Una sola economía y muchas recetas. Mundialización, instituciones y crecimiento económico.
    Sin cuestionar los méritos e intelectualidad del mencionado, éste afirma una verdad de Perogrullo, que la economía es una sola pero hay muy variados métodos de aplicación.
    Cada país tiene una cultura y condiciones locales características y no es irrazonable que a la economía le de diferentes orientaciones según sus particulares necesidades.
    En el capítulo en que hemos incursionado en la globalización, esbozamos los modelos de Wall Stret y de Main Street, donde muestran cada uno de ellos como debe desarrollarse un país.
    Para no repetirnos en esos conceptos, sino tomar lo atinente, podemos decir que la Argentina de 2008 tiene superávits gemelos (fiscal y comercial) y reservas, lo que da como resultado el alejamiento, al menos parcialmente, de la crisis financiera de EEUU. Creemos que lo apuntado es un buen ejemplo sobre el beneficio, en este caso, del apartamiento de las recetas típicas del Fondo Monetario Internacional o de varias de las consignas apuntadas por el Consenso de Washington.
    Pero hete aquí, que hay muchas discrepancias sobre la sugerencia de que exista una sola economía, que vendría a ser la neoclásica.
    La existencia de una economía de mercado con competencia perfecta creemos que es un mito...o una patraña.
    La Escuela de Chicago, monetarista en esencia, donde se enrolan economistas como Milton Friedman y George Stigler, sostienen que las economías de mercado se autorregulan sin la necesidad de existencia de un Estado que asuma ese papel.
    Esto lleva a que los economistas de esa escuela de pensamiento consideren que la falta de equidad es un axioma y es aceptable, ya que el costo de modificar tal status quo es ineficiente porque los costos serían mayores que las utilidades.
    Vendrían a aceptar la inequidad como un designio divino.
    La otra escuela es la del MIT, que incluye a figuras como Paul Samuelson, Paul Krugman, Joseph Stiglitz y Larry Summers.
    Esta Escuela opina que las economías de los países se ven perjudicadas por las fallas del mercado, tales como competencia imperfecta, los monopolios, y externalidades como las crisis de las cuales hemos hecho mención repetidamente y de la cual hoy tenemos un vasto ejemplo en la crisis norteamericana iniciada por la especulación en el mercado hipotecario. Por ello la Escuela del MIT es proclive a aceptar la intervención de los Estados para paliar dichas fallas de mercado.
    Admiten, a su vez, a la inequidad la reputan de inaceptable y para nada evitable, si se hace uso de las herramientas regulatorias de los Estados.
    Aparece luego la Escuela heterodoxa, incompatible con la teoría neoclásica y sus cultores son Schumpeter y Heilbronner discípulo de aquél, que incluyen la inequidad como consecuencia de la mala distribución del ingreso y la necesidad de la tecnología y el concepto de innovación como prerrequisito para el desarrollo de las economías.
    Los pocos intelectuales que hemos mencionado, sin embargo comparten algo y es la adscripción a los valores occidentales, caracterizados en su mayoría por ser democráticos.
    Un Estado como la República Popular China desvirtúa todos sus postulados, pues aún es difícil concebir e interpretar la frase : Un país, dos sistemas.
    La planificación económica entremezclada con el capitalismo salvaje de libre mercado con un férreo control político es un nuevo, insólito y novedoso paradigma, que sin embargo y contrario sensu a lo pensado, ha dado más que buenos resultados: China está a un paso de ser la tercer economía del mundo. Y veremos porqué.

    EEUU alimentada por burbujas y sus consecuencias mundiales

    La economía de Estados Unidos hasta 1980 estaba fundada en el aumento del salario como consecuencia del aumento de la productividad. Esos salarios crecientes tiraban de la demanda y alentaban la inversión para seguir haciendo crecer la producción.
    Posteriormente a esa fecha hay un cambio de actitud hacia los déficits comerciales del sector externo como una herramienta de control de la inflación a través de la compra de productos importados a precios más baratos, que los de producción propia.
    El salario real se estanca y deja de ser motivo de miradas, que se centran en los precios de los activos. Pareciere que ahora la economía de EEUU es dependiente de la inflación, por lo que propicia la importación de manufacturas más baratas, muchas de ellas de China. Por ello incrementa su déficit comercial de balanza de pagos y compensacon la inflación de los precios de los activos, fomentando burbujas por medio de la expansión financiera para mantener el crecimiento de la economía.
    Ello también tiene origen en la desaprensiva política de bajas de las tasas de interés desde 2000 hasta 2007 y una expansión desusada del gasto
    La Reserva Federal (FED) mantuvo las tasas de interés a niveles históricamente bajos durante un prolongado período de tiempo, lo que provoca la expansión mediante una burbuja de precios de las viviendas, que provoca un auge de la construcción.
    La FED contribuye de ese modo a crear la crisis de las hipotecas de alto riesgo.
    Mucho se ha hablado de la crisis por las hipotecas sub-prime por lo que nos preguntamos porqué nosotros no podemos hacerlo; y explicarlo?
    Pero antes queremos hacer nuestras unas palabras de Paul Samuelson, que teme haber contribuido a crear un Frankestein con sus clases en el MIT a ingenieros financieros y sus consejos en la revista Newsweek para que los países extranjeros invirtieran en carteras internacionales. Acepta que ayudó a crear un monstruo.
    La moderna ingeniería financiera se trata de los nuevos derivados financieros, que son operaciones de cobertura de riesgo o especulativas, sobre bienes subyacentes, a determinado plazo para comprar (calls opciones de compra) o vender ( puts opciones de venta) mediante el pago de una prima o fondo de garantía.
    Sin pretender dar un diccionario financiero, pero con el interés que nos mueve para algún lector de este ensayo y de las fuentes mencionadas les definimos los distintos derivados o derivativos según el bien sobre el que se trate: sobre acciones o Bonos son Opciones; sobre Commodities son forward; sobre Monedas son Futuros y por último, sobre Tasas de Interés son swaps.
    Es interesante destacar que los derivados sobre commodities ante la crisis de los mercados de valores, son los que estimulan, en parte, al alza de los precios de los granos, como la soja o los cereales en los mercados mundiales, tema del cual nos ocuparemos oportunamente.
    Otro de los instrumentos que ha provocado la expansión a números inusitados en el mercado financiero es el apalancamiento (leverage effects) que podemos definir así: cuando un jugador o inversor emplea fondos ajenos, que devengan interés y la tasa de interés es inferior a la rentabilidad corriente que obtiene de la inversión, conviene seguir tomando fondos ajenos, que apalancan a la rentabilidad corriente. Sobre esto Samuelson ha dicho: Pero sin transparencia y una comprensión adecuada de la aritmética del cáncer del apalancamiento, puede que esté llevando a las finanzas modernas a un nuevo tipo de fragilidad.
    Vayamos ahora a la formación de la burbuja de las sub-prime en EEUU.
    Hemos dicho supra que las tasas de interés eran excepcionalmente bajas, lo cual impactaba sobre la rentabilidad de los Bancos, por lo cual a éstos se les hizo necesario inventar un nuevo negocio dando préstamos más arriesgados pero a tasas superiores.
    Comenzó el ofrecimiento de créditos hipotecarios a los clientes ninjas ( no income, no job, no assets; o sea personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades) con una tasa mayor para acotar el riesgo aprovechando el boom del mercado inmobiliario y hasta por valores superiores, dado que se esperaba un aumento del precio de los inmuebles, que garantizaban en última instancia al crédito a otorgarse.
    Estos créditos hipotecarios son las llamadas hipotecas sub-prime.
    La tremenda expansión de la demanda de créditos obligó a los Bancos locales a fondearse en Bancos extranjeros (hemos visto que Samuelson instaba a la internacionalización de las carteras), que para eso está la globalización.
    Cuando el Banco otorgante de hipotecas ve que sus relaciones técnicas van mermando en cuanto a que está excediendo los porcentajes exigidos por las Normas de Basilea, busca una salida a ese escollo e inventa la Titulización a través de los MBS (Mortgage Backed Securities) o sea Obligaciones garantizadas por hipotecas, que son paquetes donde se mezclan hipotecas prime y sub-prime (buenas y malas).
    Los compradores de esos paquetes o MBS son fondos o trust vinculados (conduits) o no al Banco otorgante o de primera instancia, quienes pueden lavar así la cara de sus posiciones financieras.
    Los conduits no consolidan balances con el banco y son trust o fondos de inversión, que obtienen los fondos para su accionar: a través de la venta de los MBS a Bancos de Inversión que las ofrecen y negocian al público, a Fondos Comunes de Inversión, Aseguradoras Financieras, etc.
    Debido a la complicidad o falta de idoneidad u otros factores las Calificadoras de Riesgo fueron tibias al momento de calificar los MBS, o hasta modificaron el rating o calificación ,aumentándolo, a pedido de los Bancos de Inversión a AAA
    Pero de cualquier manera, a los efectos de hacer viables esos paquetes titulizados se procedió al invento de los tranches , que es ni más ni menos que la reestructuración de los paquetes, donde se entregan hipotecas buenas, regulares y malas, menguando parcialmente el riesgo y siempre superando cualquier apalancamiento razonable.
    Como había que bautizar a estos MBS ordenados en tranches le pusieron el bonito nombre de CDO ( Collateralized Debts Obligations o sea Obligaciones de Deudas Colaterizadas).
    Como si esto fuera poco, también se inventaron los CDS (crédito Default Swaps) por el cual el adquirente pagaba una prima para cobrar más intereses si había un default en el pago de la deuda.
    Pero como no hay dos sin tres hubo un Synthetic CDO, pero ya es suficiente con lo anterior para darnos cuenta que la imaginación de traders y brokers supera a cualquier gurú del marketing, y que el afán por obtener el bonus de fin de año es un excelente acicate a la hora de inventar e inflar burbujas.
    Porque todo ese andamiaje se sostenía en que los ninjas siguieran pagando y los precios de los inmuebles siguieran subiendo...pero no sucedió así. A principios de 2007 los precios de la vivienda comenzaron a desplomarse y los ninjas no pudieron o no quisieron pagar sus mensualidades, y entonces todos esos MBS, CDO, CDS y demás dejaron de ser demandados por los inversores; y los que los tenían no pudieron venderlos y todo se derrumbó y los papeles perdieron la mayor parte de su valor.
    Aún se desconoce la magnitud del problema y las cifras varían entre los 100.000 á 500.000 millones de dólares estadounidenses y la FED ha inyectado masivas cantidades de billetes al mercado para impedir una corrida bancaria que terminase en un crack.
    Ben Bernanke, gobernador de la FED admite hoy que ni siquiera él es capaz de conjeturar cuán cerca de la quiebra podrían estar los grandes Bancos de Nueva York, Londres, Frankfurt y Tokio como resultado de la crisis inmobiliaria.
    A ritmo anual las ventas de propiedades cayeron el 34,4% en noviembre de 2007 y el stock de propiedades nuevas en venta cayeron en 1,8%.
    Los temores se basan en que una caída pronunciada podría tener influencia sobre el consumo, que es el principal motor de la economía.
    Esta caída de la economía estadounidense, que tiene repercusiones en lo inmediato como el menor valor del dólar, y a futuro como es la recesión, todo atado con la falta de confianza hacia ese país, sus instituciones bancarias no obsta para reconocer que EEUU seguirá siendo por algunos años la principal potencia mundial, por su relevancia estratégica y referente obligado en este aspecto de todas las naciones; su preeminencia económica, dado que crea el 25% del producto bruto mundial; su poderío militar, su liderazgo en los campos científicos y tecnológicos y la calidad de sus instituciones.
    Lo que es realmente sorprendente es que el colapso era tan predecible como anunciado. Dice Paul Krugman en agosto de 2005 Estos días los norteamericanos se ganan la vida vendiéndose casas unos a otros mediante préstamos de los chinos. De alguna manera esto no parece ser un modo de vida duradero. No lo era.
    De cualquier manera los traders y brookers de Wall Street cobraron sus suculentos bonus con esa operatoria, y han quedado marginados de los efectos colaterales de esta crisis actual, como la restricción del crédito y la pérdida de confianza sobre el dólar como divisa de resguardo.
    Las enormes gratificaciones de los especuladores profesionales amén de ser injustas, incitan a que se continúen con los riesgos extremos e inclusive con los fraudes.
    El broker Jerme Kerviel acaba de hacerle perder al banco Société Générale 4,9 mil millones de euros ya es una celebridad en la web . Las camisetas con su rostro estampado se venden a us$ 16 y ha recogido en los foros on line citas tales como : Bravo Jerme : has demostrado lo ridículo del sistema capitalista.
    No es el primer caso de estos vastos fraudes ya que existe el antecedente de 1995 con Nick Leeson, el broker inglés que hizo quebrar a la Banca Baring Brothers o John Rusnak que perdió 691 millones de dólares del Allied Irish Banks en 2001.
    Algunos comentaristas se animan a tirar palabras consoladoras como explica Carlos Maslatón, analista de mercados y trader argentino quien explica que el caso Kerviel trata sobre mercados de futuros, que funcionan en un sistema cerrado -lo que unos pierden, otros ganan- el efecto macroeconómico fue contenido, algo que hubiera sido muy distinto de tratarse de una Bolsa de Acciones
    Es más, en el artículo citado se menciona que si Kerviel la hubiera pegado (acertado) con su apuesta hoy le tirarían pétalos de rosa por los pasillos del banco. En realidad se refieren a un gran bono y un gran ascenso. Tan elocuente que huelgan los comentarios.
    El presidente Bush admitió en una gira que hay síntomas serios de que la economía estadounidense se está debilitando y calificó de preocupante la pérdida de 17 mil puestos de trabajo no agrícolas contra las proyecciones de los analistas que estimaban, por el contrario, un crecimiento de alrededor de 80 mil puestos de trabajo.
    A colación de ello y reconociendo la irrupción de un período desafiante el 18 de enero del corriente año pidió al Congreso, que aprobara un paquete de medidas por us$ 145 mil millones dirigido a estimular el mercado interno y evitar que el cuadro actual desemboque en una recesión. El núcleo del paquete estriba en reducciones impositivas a los contribuyentes , como explicamos seguidamente.
    La tasa de desempleo se encuentra cercana al 5%, que se considera un punto de bisagra desde un punto de expansión a uno de desaceleración o cuasi recesión de la economía, cuestión sobre la cual difieren los confundidos economistas.
    El Congreso debate medidas intentando armar un paquete bipartidario de medidas para alentar la alicaída economía y volvieron sus miradas a un conjunto de medidas impositivas e iniciativas de gastos, incluyendo una devolución de impuestos a las rentas personales y un incentivo impositivo para el año siguiente, repitiendo viejas medidas adoptadas en 2001 y 2002, con el objeto de alentar a las empresas a invertir en la renovación de plantas y equipos.
    Por otro lado todos los ojos apuntan a la Fed, para avizorar las partidas de liquidez que inyectará al sistema y la rebaja de tasas de interés para apuntalar la inversión.
    Las medidas son en alguna medida contradictorias, puesto que estimular el consumo en el mercado interno y por el otro lado desestimar el ahorro que es la contratara de la inversión no tiene mucho asidero lógico.
    El fantasma de la inflación aparece, ya que la tasa de 2007 fue la más alta de los últimos 26 años, aunque, obviamente, si las comparamos con la tasa argentina es maravillosa.
    La celeridad de los cambios entre fines de 2007 y principios de 2008 nos lleva a leer artículos que han quedado obsoletos. Se leía para diciembre de 2007 que EEUU temía una recesión y la caída del dólar podría quedar fuera de control. Así decía The Economist para La Nación el 1 de diciembre. Anunciaba que el euro seguiría encareciéndose lo que afectaría el crecimiento europeo y que el dólar retrocedería como reserva monetaria, inclinándose los países a una canasta de monedas donde el euro tuviera preponderancia.
    Ya en marzo de 2008 podemos observar que el dólar sigue cayendo, batiendo todos los records contra el euro y atravesó el umbral de los 100 yenes, y se cotizó por primera vez a menos de un franco suizo.
    No está claro que sepamos cómo salir de estodice Edwin Truman ex jefe de la división finanzas internacionales de la Reserva Federal.
    El declive del dólar contribuye al aumento de las materias primas y el barril de crudo superó los us$ 111, el barril, lo cual alienta una inflación que puede restar capacidad a la Fed para bajar las tasas de interés propiciando el estímulo de la economía.
    Este huracán financiero llevó a desplomar al Bear Stearns, uno de los cinco grandes bancos de inversión de Nueva York, y si nos remitimos a las palabras de Bernanke, habrá que esperar cuáles otros seguirán su camino.
    Para dar por finalizado este punto e internarnos en las consecuencias de la presunta recesión y del ineludible caos financiero y baja de la moneda americana agregaremos el último comentario, y es sobre los controles.
    Luego de haber discurrido sobre hechos y teorías, sobre decisiones y acciones, sobre economistas de libre mercado y de mercado controlado o regulado podemos concluir que todos los controles han fallado, que todas las instituciones han claudicado a mano de los magos financieros de Wall Street y otras plazas, que han rebasado cuanta regulación protectiva hubiera y se internaron en el riesgo impulsados por la codicia.
    Soros, inversor multimillonario pide a gritos un nuevo alguacil para las finanzas globales, luego de haber ganado fortunas apostando contra las hipotecas sub prime. Y a medida que la crisis avanza el clamor por la reforma financiera internacional aumenta. Las preocupaciones giran alrededor de la contradicción entre los mercados de capital internacionalizados y las normas de control propias de cada país.
    Pero el tema es quiénes serán los que sufrirán estos males. Es indudable que los habitantes de EEUU, pero la expansión de la crisis a terceros países, y en especial aquellos emergentes que no estén blindados ante el estropicio generado por los países centrales.
    Ello nos lleva al desacople de EEUU por Argentina y por China, que es nuestro próximo tema.

    Discusiones sobre el desacople
    Lo que comenzó con un problema financiero con arraigo en el negocio inmobiliario, generada por el empaquetamiento en CDOs con hipotecas sub prime incorporadas en la titulización terminó en una crisis crediticia de proporciones, que se presume tendrá su epifanía con una recesión de alcances aún indefinidos, rompiendo con el círculo virtuoso de crecimiento mundial de los últimos seis años.
    La gran novedad viene de los países emergentes, que habiendo soportado las crisis de los 90s, ahora se aseguraron con tasas de cambio flexibles, generalmente con flotaciones sucias, es decir intervenidas por los Bancos Centrales (lo cual es función de los mismos para preservar el valor de la moneda). También reestructuraron sus deudas externas, en algunos casos defaulteadas, cuidando el mantenimiento de sus superávits fiscales y de balanza de pagos y acumulando reservas como reaseguro contra corridas especulativas sobre monedas extranjeras, en especial el dólar estadounidense.
    Esas razonables medidas, tomadas por los países emergentes, entre las que se cuenta Argentina, al menos hasta ahora, les han permitido un desacople del huracán financiero iniciado en EEUU.
    Se agrega con especial énfasis para Argentina los inéditos precios de los commodities granarios, impulsados asimismo por la caída del dólar, que también cabe para el petróleo, que día a día supera su cotización internacional. Para ese caso debemos posar nuestra vista en Venezuela. Para Chile cabe en el caso del cobre y en Bolivia, con menor incidencia, el estaño.
    Aldo Ferrer opina que la transformación del área Asia-Pacífico en un nuevo centro de la economía mundial acarrea un aumento sostenido en el tiempo de la demanda de materias primas, lo cual considera estructural y no coyuntural, por lo que vaticina una demanda alta por largo plazo.
    Es otro cantar el tema de los precios ya que hay analistas del mercado granarlo que advierten que no es arriesgado pensar que China se niegue a convalidar el aumento que vienen registrando los granos, en la medida que ese ritmo no se atenúe. De alguna manera el dólar débil contribuye por ahora, y quizás algunos meses, mientras persista la crisis yankee para que los precios se mantengan en los niveles hoy conocidos.
    De cualquier manera tenemos en nuestro país los cultores de la crítica al desacople, y entre ellos se encuentra Juan Llach, economista y director de la Universidad Austral, quien considera que la debilidad estadounidense contagiará a Europa y Japón, y que el impacto sobre las economías emergentes será menor pero no por ello inexistente.
    Reconoce que Argentina está parcialmente a cubierto y en mejores condiciones que en anteriores épocas debido a que los granos van a su mayoría al sudeste asiático y nuestras importaciones industriales a Latino América, siendo EEUU un cliente menor.
    Veamos algunas cifras ejemplificadoras.
    Las exportaciones argentinas a EEUU representan sólo el 7,2% de las ventas totales al exterior y a su vez sumamente atomizadas: combustibles minerales 37,2%; aluminio y sus manufacturas 5,1%; preparaciones de frutas y hortalizas 5,1%; productos químicos orgánicos 4,2%; máquinas, aparatos y artefactos mecánicos 3,2%, bebidas 3,1%; manufacturas de fundición 3,1%; frutas y frutos comestibles 2,8%; pieles y cueros 2,6% y vehículos automóviles y sus partes 2,5%. En rigor de verdad se entiende que una baja parcial de esos consumos no tendrían mayormente significación.
    Los cinco principales clientes de Argentina, excluyendo a EEUU son Brasil, China, Chile, España y Holanda destinan el 17,4% de sus exportaciones a EEUU. Y de esos cinco, Brasil, China y Chile pueden catalogarse con algún grado superior de dependencia con USA, aunque China exporta sólo el 8% de su PBI e India el 2%. Se ven como más vulnerables a Singapur, Malasia y Hong Kong con exportaciones del 20% o más de sus respectivos PBI.
    El dinamismo que provoca China e India, con décadas de crecimiento del PBI, en muchos casos superiores al diez por ciento anual, han alterado el balance económico global y están en condiciones de compensar la eventual recesión de EEUU.
    EL Financial Times, reproduciendo las palabras del economista C.G.Ferd Bergsten publica: los mercados emergentes serán en gran medida inmunes (a un contagio de la crisis estadounidense) dado que representan casi la mitad de la economía mundial en paridad de poder de compra.
    De cualquier modo hay que decir que la teoría del desacople no es unánime y forman legión los críticos de la misma, ya que algunos economistas que estuvieron en el Foro de Davos estiman que la crisis del país del Norte es de vastas proporciones y análoga con la Gran Depresión de 1930, no por la magnitud sino en términos de riesgo sistémico y de debacle financiera, como arriesga N.Roubini.
    Una de las preocupaciones más sombrías sobre el dólar, es que este se transforme en una divisa para el carry trade (tomar fondos de monedas que posean tasas bajas de interés e invertir en una divisa con tasas más elevadas). Ello motivará en una mayor caída y en la profundización de una pérdida de confianza, que lleven a impedir el convencimiento a los extranjeros para que sigan financiando el déficit comercial estadounidense.
    China e India no son ignorantes de la dinámica financiera y del pulular de los fondos especulativos por lo cual no dudan en tomar medidas para moderar los flujos financieros, en especial cuando no son transparentes y provenientes de derivados.
    En India, cuando el índice Sensex trepó más del 20% en un mes puso reglas para los inversores extranjeros no registrados en India y no fueron conmovidos cuando la Bolsa a la apertura del día siguiente cayó 9% a la apertura. La Dirección de Securities y Cambio de la India pretende detener la emisión de notas participatorias/derivados de circulación común en mercados off shore y reducir las exposiciones existentes en forma pausada pero continua.
    China por su parte, actúa en el mercado financiero, y a título de ejemplo se pueden observar numerosas inversiones en el mercado internacional.
    Por ejemplo Ping An Insurance, filial de la segunda aseguradora de vida más grande de China, pagó us$ 2.700 millones por el 4,2% de Fortis , compañía holandesa-belga de servicios financieros.
    El Fondo Estatal de Inversiones China Investment adquirió el 9,9% de Morgan Stanley por una suma de aproximadamente us$ 5.000 millones, convirtiéndose en el segundo accionista del banco de inversión.
    Y todavía suenan por la compra de participaciones en el Standard Bank.
    Pero la operación más trascendental fue la emisión efectuada en agosto del año pasado por la suma de us$ 79.000 millones, en títulos a diez años, en moneda propia o sea yuans, a una tasa del 4,3% anual ,con la idea de continuar haciendo nuevas emisiones a plazos mayores.
    La estrategia es reducir tenencias en Bonos del Tesoro de los EEUU -del cual es el segundo tenedor mundial después de Japón- y mejorar la rentabilidad.
    Liquidando parte de la deuda de Bonos de Tesoro de EEUU y emitiendo títulos propios, el gobierno chino aprecia que ayudará a enfriar la economía, a través de la absorción de miles de millones de dólares de excedentes, debido al espectacular superávits comerciales de su balanza de pagos.
    Hay quienes presumen que EEUU apenas contagiará al mundo, que se expandiría el 3,7% en vez del 4%. En función de esa opinión de la banca de inversiones Goldman Sachs se conjetura que los precios de las materias primas continuarán en aumento, contándose entre ellos a los commodities energéticos y agrícolas, pronosticando un leve declive para los metales.
    Teniendo en cuenta el seguimiento ansioso con respecto a la cotización del dólar norteamericano contra la moneda local, Goldman Sachs presume que la baja en los flujos de capitales hacia América Latina -que ya se observa en los giros de divisas de los emigrantes a sus países de origen- concluirá reduciendo los superávits de las balanzas de pago y depreciaría sus monedas. No hace ampliación si se refiere taxativamente al dólar exclusivamente o contempla la cotización del euro.
    Sin embargo, ese desacople que menciona Goldman Sachs no se ha dado en los mercados financieros chinos e Indios, puesto que los cierres han sido secuencialmente a la baja. Las acciones chinas han perdido un tercio de su valor desde inicio de año y los mercados europeos y japoneses también han caído.
    Las bolsas latinoamericanas se derrumbaron súbitamente en enero lo que hizo parecer que la bonanza de cinco años llegaba a su fin, aunque sus acciones tuvieron un giro inesperado, mostrando un repunte.
    Eso se debió a que las acciones de las compañías latinoamericanas nunca alcanzaron las exageradas valuaciones que los inversionistas habían dado a las acciones asiáticas en los años de auge, como fruto de la especulación financiera.

    La economía china

    La economía es una ciencia, pero no puede decirse de ella que es una ciencia dura, puesto que los actores, denominados agentes económicos son seres humanos. Los seres humanos se destacan justamente por la racionalidad, pero podemos asegurar que no todo es racionalidad en ellos.
    Si podría afirmarse que los seres humanos lo que tienen son deseos, o dicho de otro modo, propósitos y esos propósitos bajo un aura de racionalidad esconden una insensatez cuando los medios a que acuden son ilegítimos, y muchas veces aberrantes, como el caso de las guerras.
    Los economistas acuden a una herramienta para pronosticar tendencias económicas y es la lógica. Por ello, un modelo de sustitución de importaciones se pone en funcionamiento para producir para el mercado interno, contando con la inexistencia de una competencia externa. Ahora, cuando ese mercado interno tiene un 50% de pobres y un 25% de indigentes ¿para qué invertir en ese mercado pobre y sin competencia externa?
    China encontró una respuesta: producir para el mercado externo ingentes cantidades de bienes industrializados, en base a mano de obra barata y abundante, llegando a todos los mercados que el mundo ofrece. La utilidad es reinvertida una y otra vez, lo que provoca el fenómeno de un crecimiento ininterrumpido por más de 30 años a tasas promedio de 9% del PBI , y muchas veces a más de ese porcentaje.
    Esa expansión ha creado una mística en sus líderes que se atreven a emprendimientos no limitados a los chichecitos chinos. En el noroeste de Kazajstán una compañía china construye el oleoducto más largo del mundo a través de 3.500 kilómetros con destino final en China.
    En Sierra Leona, un país devastado por las guerras civiles recibe inversiones chinas para construir un complejo turístico en las playas blancas de la península de Abadin
    En Bucarest, capital de Rumania un mercado con 3.000 puestos de venta de ropa y mercadería, que inunda ese mercado.
    El simple ejemplo que hemos expuesto tiene a mostrar que los chinos no tienen complejos en explorar cualquier rubro, sin importar su tamaño o rubro.
    El planeamiento se basa en el desarrollo de nuevas tecnologías en forma constante, y se ve en los miles de pedidos de patentes de invención, colocándose en el tercer país mundial con mayor número de peticiones.
    Las autoridades quieren salir de la frase estampada en sus productos Hecho en China a otra que diga Hecho POR China. Es decir, que la competencia ya no camina por el costo ínfimo de la mano de obra- donde encuentran competidores- sino en la innovación tecnológica, al mejor estilo schumpeteriano.
    También sabe que constituyen un bocado apetecible para las corporaciones internacionales, y ello ha dado lugar al dictado de normas antimonopolio, que entrarán en vigencia en agosto del corriente año.
    Con el dictado de esa norma, obliga a las corporaciones a pasar controles de seguridad nacional antes de efectuar fusiones y adquisiciones e inversiones de capital extranjero en China. Los sectores claves para la seguridad nacional, según dijo el Gobierno Chino es el armamento, la generación y distribución de electricidad, el sector petroquímico, las telecomunicaciones, el carbón, la aviación y los astilleros.
    No obstante, la norma protege los cuadros monopolísticos que promuevan la innovación y los avances tecnológicos, pero sin privarse de prohibir que los monopolios puedan blandir su status dominante en el mercado para atajar la competencia, fijar precios, efectuar ventas conjuntas y rechazar o imponer el comercio.
    Para dar una idea tangible de lo que significa China en este momento, con respecto a mundo económico, podemos acudir a la siguiente información:
    El gigante asiático se convirtió en una economía termita: con el 25% de la población mundial consume el 47% de la producción global de cemento, el 37% del algodón, 32% de arroz, 30% de carbón y el 27% del poroto de soja, entre otros indicadores
    Adicionando datos:
    China crea el 15% del PB mundial, posee 23% de las reservas de divisas de todo el mundo y explica el 30% de crecimiento de la economía mundial en 2007.
    China es el tercer productor de vehículos y se acerca rápidamente a los dos primeros del ranking, y para evitar que se piense que es fruto de la inversión extranjera directa, advertimos que 24 de las 39 terminales instaladas son de capitales locales. Las 15 terminales restantes son de capital mixto. Las locales alcanzan el 38% de la producción y las mixtas/multinacionales el 62%.
    En 2006 fabricó 7,3 millones de unidades, que supera al 10% de la producción mundial. Y no es una tendencia actual porque desde 1998 a la fecha su industria automotriz se expandió un 350%
    Quizá sea Chery Automobile Co el mejor exponente de la creciente industria automotriz china, que a diez años de su creación lidera la industria automotriz local y se dispone a competir con los líderes del mundo.
    Desde 2004 la industria automotriz ha duplicado su tamaño, en especial automóviles y todoterreno de bajo costo.
    En julio de 2007 Chery firmó un acuerdo con Chrysler LLC para vender una serie de autos fabricados por Chery bajo la marca Dodge, planeando Chrysler vender esos autos en América Latina y otros mercados emergentes en 2008, ingresando en 2009 a EEUU y Europa, aunque dichas proyecciones pueden considerarse, en parte, ilusorias, debido a los trastornos habidos en la economía mundial.
    Un detalle absolutamente significativo es que por primera vez una automotriz norteamericana terceriza toda la producción de vehículos a una empresa china y que haya aceptado, a su vez la cultura corporativa de Chery, que es una mezcla de empresa estatal comunista con el espíritu emprendedor de una firma recién fundada.
    Es interesante destacar que las líneas de ensamblaje funcionan 16 horas al día con maquinaria tecnológicamente avanzada de origen alemán y robots italianos.
    En el centro de investigación de Chery los ingenieros trabajan en el desarrollo de entre 40 y 50 nuevos modelos, al menos de los cuales diez estarían listos para ser producidos durante 2008, cuando se inaugurarán nuevas plantas de ensamblaje que permitiráa aumentar la capacidad instalada para la producción de 700.000 vehículos.
    Todo tiene su costo para ambas partes en una negociación cuasi perfecta. Las compras de vehículos por China es importante, pero la propia producción implica la pérdida de 25.000 empleos en EEUU
    Eso es mérito de la globalización y del proverbio capitalista business are business.
    De todos modos Chery sigue siendo mucho más pequeña que las grandes automotrices del mundo y Volswagen AG, General Motors Corp., Toyota Motor Corp y Honda Motor Co. Han vendido más autos en China que la propia Chery en lo que va de 2007.

    Asimismo China expande su producción siderúrgica a un 15% anual, por encima de su demanda interna, y según especulaciones de especialistas lo hace por necesidades de empleo u otras razones estratégicas, ya que no tienen mineral de hierro propio, pero de cualquier modo proyectan seguir aumentando la producción por encima de los promedios históricos.
    El excedente siderúrgico estimado para 2010 es de 220 millones de toneladas, que esperan destino, por lo cual los países importadores se preparan para frenar las prácticas de dumping eventuales, que hagan propicio esa avalancha de productos de la cadena metalmecánica como maquinarias, equipos, electrodomésticos y automotores.
    Por supuesto que no alcanza con medidas de protección legal sino se avanza en un aumento continuado y con productividad de la producción local de dichos artículos.
    Las puertas de la OMC están abiertas para seguir recibiendo denuncias, como ya lo han hecho EEUU, México, Israel, Australia y Thailandia según informa Daniel Novegil de Terniun Techint desde Cartagena, Colombia, participante del Congreso Siderúrgico Latinoamericano.
    También en energía atómica es un jugador más con diez reactores atómicos operativos, cinco en construcción y trece proyectados.
    El inevitable agotamiento de los combustibles fósiles, los conflictos geopolíticos con los países productores de crudo y el calentamiento ambiental han resucitado la alternativa de uso de la energía nuclear.
    Las necesidades de contar con fuentes de energía alternativas induce a China a adscribirse a esta tendencia, aún extremadamente lejos de los países líderes en esta fuente. Como ejemplo tenemos a EEUU con 103 centrales atómicas y Japón con 55, todas operativas, ocupando el primer y segundo lugar en el ranking.

    El proceso de industrialización de Gran Bretaña y EEUU en el siglo XIX necesitaron cincuenta años para duplicar el producto per cápita . A China le ha llevado nueve años...
    Esos breves datos dan significado a la importancia de China como balanceadorde la economía mundial ante la crisis actual de EEUU.
    Soros opina que la recesión en los países desarrollados es inevitable, pero que China, India y algunos de los países productores de petróleo la paliarán por estar en una contracorriente muy fuerte. Por lo cual, considera menos probable que la crisis financiera de EEUU cause una recesión global, en tanto que habría una realineación radical de la economía global con la caída de EEUU y el ascenso de China y otras economías emergentes. La única contrapartida es si las inminentes nuevas autoridades de gobierno de los EEUU dan lugar a un proteccionismo estadounidense, que puedan dar lugar a una desestabilización mundial....o algo peor.
    Viendo las cifras precedentes, que sirven para dar magnitud al desarrollo chino, hacen que no nos sorprendamos ante la noticia de que China desplazó a Alemania -la locomotora de Europa- como primer exportador mundial en agosto de 2007.
    Según datos de la Organización Mundial de Comercio en agosto de 2007 Alemania exportó us$ 105,8 mil millones y China us$ 114,4 mil millones.
    Es la primera vez que logra ese record absoluto, puesto que en 2006 relegó a EEUU al tercero puesto, ocupando su lugar.
    Los pronósticos dicen que esa superación se mantendrá como tendencia, más aún con la enorme revalorización del euro contra el dólar, lo cual encarece sus exportaciones.
    Pero para sobreponderar la significación cuantitativa acudimos a otra referencia: un año atrás, es decir, agosto de 2007 las colocaciones externas chinas eras de us$ 72 mil millones o sea que en doce meses expandió sus exportaciones en más del 50%.
    Por supuesto que ello es posible en virtud a su productividad, que explican parcialmente la baja inflación mundial a pesar del fuerte incremento de los productos granarios.
    Ello no impide la inflación interna china, que en 2007 alcanzó el 5,6% interanual en julio de 2007, el nivel más alto registrado en los últimos diez años según el informe del Standard Bank, superando la meta del 3% fijada por el Gobierno.
    Ese aumento se debió especialmente al alza de los productos alimenticios que se llevan casi el 16% del ingreso de los trabajadores chinos.
    El aumento de precios de los productos alimenticios primarios siguen creciendo tirados por la demanda de dos mil millones de personas, que han tenido un aumento de sus ingresos reales, y que se traducirá en un incremento en el consumo de todo tipo de proteínas, incluyendo a los rodeos de hacienda y todo tipo de animales de granja, que a su vez incidirán en la necesidad de contar con alimentos vegetales para su alimentación.
    El diario The Economist publicó un artículo informando el fin de la comida barata, lo cual hace presumir un panorama sombrío para los pobres del mundo y un ingreso en constante aumento para los productores rurales.
    Si EEUU convence a China para que aprecie el yuan el costo de vida aumentará en Norteamérica y en el resto del mundo, pero no hizo falta que los convencieran, sino que llegaron a la conclusión que les era más conveniente.
    Desde 2005 ronda en el Congreso de EEUU un proyecto pidiendo que China revalúe el yuan, amenazando con una imposición de aranceles del 27,5% sobre todas las mercaderías provenientes de China, a menos que se procediera a una revaluación en ese porcentaje, aduciendo competencia desleal. El proyecto no fue aprobado.
    Cuando el próximo presidente de EEUU asuma, la cifra mágica del 27,5% va a ser una realidad, debido a que China dejó de mantener su moneda en un tipo de cambio fijo con el dólar estadounidense, y ya ha tenido un revalúo del 14% y según las proyecciones del mercado off shore a futuro se agregaría otra revaluación del orden del 10%.
    La principal preocupación del gobierno chino es la inflación y se acudió a controles de precios, cosa que es factible con una dirigencia férrea y un poder de policía atroz.
    Podríamos decir obviamente, porque el crecimiento de la inflación, como ya lo hemos manifestado en varias oportunidades se debe al aumento de los alimentos.
    La revaluación del yuan tiene dos efectos: 1) ayuda a reducir la inflación importada, especialmente de alimentos y productos primarios y 2) contiene la acumulación de reservas en moneda extranjera y por consecuencia la expansión monetaria, por necesidad de esterilizar con moneda local los flujos ingresantes de moneda extranjera.
    La política utilizada es similar a la utilizada por el Banco Central de la República Argentina, pues esteriliza con la emisión de bonos a los bancos, reduciendo la liquidez, para impedir el aumento de la base monetaria.
    Es probable que no silencie los reclamos de EEUU, debido a que la caída del dólar y procediendo al neteo correspondiente, la revaluacón neta del yuan es de solo el 5%.
    Con la suba de los biocombustibles, los mercados alimentarios y energéticos se han integrado y combinando con la mayor demanda de quienes tienen mayores ingresos y menos provisiones, significa precios más altos de los alimentos. Este pensamiento está en línea con lo expresado por Joseph Stiglitz, quien sigue perturbado por las políticas económicas de EEUU y prevé un futuro negro para la economía global, aunque más negro para unos que para otros.

    FINAL CONCLUYENTE



    Edouard Balladur, ex premier francés de ideas gaullistas, estrechamente relacionado con Nicolas Sarkozy, quien fue su ministro de presupuesto ha señalado en un reciente ensayo: Se está comenzando a hacer historia sin Occidente y quizás algún día se la haga en contra suya. Hay una manera simple de evitarlo. La gente de Occidente debe tomar conciencia del riesgo y convencerse de que la mayor solidaridad posible entre ellos es la única manera de enfrentar la situación.
    Ese discurso es tendiente a lograr un secretariado permanente de la Unión Europea para crear posiciones comunes para reuniones internacionales, creación gradual de un bloque económico formado por un mercado común transatlántico que una a EEUU (y el ALCA) con la Unión Europea; políticas de vinculación entre las monedas (el dólar americano y el euro); políticas convergentes para la provisión de energía y seguridad (no sabemos decir quién o cuál sería la nación amenazadora, pero parece que se refiere a los tigres y dragones asiáticos) y la creación de un consejo transatlántico ejecutivo de líderes con reuniones periódicas cada tres meses.
    Robaremos para catalogar los renglones precedentes, que identifican la necesidad gregaria de las naciones que, a excepto de China e India, lideran el mundo con un criterioso comentario de E.Valiente Noailles : .....la mayor ambición acaso no sea librarse de la desdicha sino apenas transferirla. La pregunta, frente a un hombre que inocula su desdicha en el mundo, es si no se trata de la repetición de aquel gesto originario: la transferencia de un sufrimiento a la propia creación.
    Luego de haber leído las consecuencias de las políticas de Wall Street y la repetición por prestigiosos académicos y economistas sobre los orígenes y consecuencias de haber vivido de prestado por parte de EEUU y su pueblo, que hemos explicitado en párrafos anteriores, parecieren que no habría falta agregar más nada.
    Pero no es así. Siempre hay voces disidentes porque no hay un pensamiento único y quizás debido a lo que podemos llamar relativismo.
    Corrientes y pensamientos opuestos pueblan y llenan cientos de papers por el mundo, desparramados por la web, dan cuenta de que no hay blancos y negros sino una infinita gama de grises.
    Por eso no podemos dejar de citar la optimista versión esgrimida por Montaner en el artículo citado.
    Dice el autor que Obama y Romney se equivocan. Agrega un tal vez que aminora el impacto de su juicio, cuando explica que la función de los políticos norteamericanos no es generar cambios sino regularlos. Porque afirma, en un alegato neoliberal puro que los cambios económicos los produce la dinámica interna de la sociedad civil ; por sus decisiones libres de los millones de ciudadanos emprendedores y laboriosos, que determinan la dirección y velocidad en que se mueve el país.
    Nos ha resultado tan insólito el artículo que elogia a las fuerzas civiles autorreguladas en la marcha de la economía debido al desconcierto manifiesto de los conductores y responsables del gobierno estadounidense.
    Sigue diciendo el autor, que los políticos ante esa incontrolable dinámica, absolutamente impredecible solo pueden administrar y hacer reglas. De allí colegimos que la teoría del caos ha hecho hincapié y mella en su ideología.
    Nos vamos a permitir transcribir textualmente algunas de sus apreciaciones, para no dar lugar a interpretaciones propias.
    Los políticos, ante esa incontrolable dinámica, absolutamente impredecible, sólo pueden administrar y hacer reglas. Si las reglas son acertadas benefician al conjunto de la sociedad, impiden los atropellos, evitan las injusticias flagrantes y consiguen facilitar la implantación de los cambios. Si se equivocan, las consecuencias pueden ser totalmente negativas y se convierten en una verdadera rémora. Pero no les corresponde a los políticos cambiar el destino de los pueblos, entre otras razones porque, en las sociedades libres, nadie sabe hacia dónde quiere desplazarse la población. Esa monstruosa certeza solo se tiene en las dictaduras socialistas, dotadas de una sola cabeza donde los grandes artífices de la ingeniería social, utilizando como correa de transmisión a ciertos grupos de oscuros funcionarios, generalmente precedidos por unos fanáticos iluminados, creen saber hacia dónde debe marchar la sociedad, y arrean al pueblo en esa dirección a punta de látigo y calabozo, ahogando de paso el espíritu emprendedor; mientras arrancan de cuajo cualquier vestigio de genuina creatividad.
    Lo que cambia a EEUU es el tren, el teléfono, la aviación, la píldora anticonceptiva, las computadoras o la clonación entre otros centenares de innovaciones, y todos esos hilos tecnológicos surgen en el seno de la sociedad civil y precipitan la país hacia una dirección hasta entonces insospechada, provocando consecuencias tremendas en todos los órdenes de la convivencia, ante las cuales tienen que reaccionar los políticos. Esa es la virtud de las llamadas sociedades abiertas, donde el estado no dirige ni planifica, sino se limita a regular equitativamente. Es de este orden espontáneo de donde surge la inmensa fortaleza y la increíble capacidad para generar riqueza de una nación como Estados Unidos.
    Este panegírico destemplado sobre EEUU y sus virtudes, (cabe aclarar que no negamos que las tengan sin hurgar en sus defectos, que son muchos e importantes) tendría solo relativa importancia sino pusiera como contrapartida, sin nombrarla, a una economía como la China.
    Creemos, que de algún modo contribuiremos a un mayor conocimiento para el autor si por casualidad accediera a la lectura de este modesto ensayo. Quizás así el autor podría informarse que China es ahora el primer exportador mundial, superando a Alemania desde 2007 y a EEUU desde 2006. Que las patentes de invención chinas, anualmente superan los cientos de miles. Que las chucheríaschinas han sido reemplazadas por alta tecnología y que el paisaje de una tierra sojuzgada a intereses foráneos y colonialistas es ahora, tan sólo parte de la historia. Que China crece desde hace más de treinta años, con una economía planificada y dirigida, pero con reglas del capitalismo a un promedio del 9% anual del PBI y más. Quizás, si emprendiese por fortuna la lectura de este ensayo, podría enterarse que el riesgo de una recesión mundial proviene del descalabro financiero de las hipotecas sub prime y de vivir de lo ajeno, a través de préstamos internacionales. Una réplica de lo que Argentina vivió cuando abrió sin tapujos la economía argentina al mundo, sin protecciones de ninguna índole y sin un plan de desarrollo interno de su economía.
    Las privatizaciones de la década de los noventa nos permitió acceder a tecnologías alejadas de nuestras posibilidades y a la modernización de los servicios, sin dejar de reconocer el apresuramiento y desprolijidad de los acuerdos.
    Qué otra cosa logramos que la dependencia de partes, piezas, repuestos y material diverso de las casas matrices donde se aprovisionaban las multinacionales establecidas en Argentina, desplazando la mano de obra local.
    No es menos cierto que la tecnologización es expulsora de la mano de obra no calificada, donde se afinca el porcentaje mayor que constituye el núcleo duro de los desempleados.
    Pareciera que el autor quiere dejar librado al mercado la totalidad de las transacciones económicas, y no le ha dado precio a la dignidad de los trabajadores. La pobreza ha existido siempre y cualquier cosa que quiera hacerse para remediarla es inútil, o ajena o excesivamente costosa. Nos hace meditar si la pretensión es tener países ricos con gente pobre. Para remedio de esos malos nos remitimos a lo que predican los economistas heterodoxos.
    Es más, creemos que no ha habido mayor heterodoxia que la china con la remanida frase, que hemos citado más de una vez: Un país, dos sistemas.
    Creemos que Montaner debiera tener en cuenta que en la misma página donde se volcó su artículo hay otros que dan al traste con sus apreciaciones, como lo es la incitación de Balladur a constituir un bloque transatlántico y más que nada las palabras de Valiente Noailles sobre la exportación de la desdicha, puesto que siguiendo esa página, que no tiene desperdicio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pronostica un 2008 signado por la desaceleración de la economía mundial y además un peligro concreto de recesión como consecuencia de la crisis norteamericana, que se vislumbra para el curso del año mostrándose a través de la caída de la producción y la menor generación de empleos (llámese incremento de la desocupación), que se extenderá más allá de sus fronteras, perjudicando a terceros países de su órbita, en especial los países en vías de desarrollo que tienen vinculación con ellos (a lo cual ya hemos hecho mención).
    Es más, la ONU recomienda la búsqueda de otros mercados para China, Japón y los exportadores de petróleo, a efectos de paliar la menor demanda esperada desde el país del Norte.
    El desplazamiento del Norte por el Sur como su opuesto, aunque no coincida con postulados geográficos fue motivo de ocupación para teóricos y académicos.
    En Davos , Foro donde se analizó la crisis financiera y sus consecuencias a nivel mundial se avizora un mundo diferente.
    Un mundo multipolar, que terminará ocupando el lugar que deja una superpotencia que se desdibuja.
    La globalización sigue incidiendo sobre la economía planetaria en formas que aún no se comprenden, aunque atemorizan y otra vez nos referimos a las precauciones que dice Balladar que deben tomar los países occidentales.
    Hoy, 70 de las 500 compañías más importantes del mundo provienen de países emergentes, cuando hace diez años eran solo 20.
    En 2006 esas empresas registraron un crecimiento frenético con 1.100 fusiones y compras por una magnitud de 128 mil millones de dólares, liderando ese proceso China, India, Rusia, Brasil, Corea del Sur, México, Malasia, Polonia, Arabia Saudita, Singapur, Thailandia y Turquía, a los cuales se vienen sumando República Checa, Egipto, Hungría, Indonesia, Sudáfrica, Colombia, Venezuela y Vietnam entre otras.
    Todas economías emergentes, en vías de desarrollo y son operadores extremadamente creativos y capaces de asumir riesgos e innovar en sus técnicas de marketing.
    Contra la esperada recesión de EEUU que sume en la desolación a sus sorprendidos habitantes, como la desaceleración de las economías de la Unión Europea, algunas con serias dificultades como Italia y España, los representantes de China e India esperan un crecimiento de sus P.B.I. en un porcentaje cercano al 10%, y consumen alegremente viendo que el futuro les ha deparado una situación privilegiada.
    Masas de campesinos de a diez millones por año, se incorporan a las fábricas chinas y se van incorporando paulatinamente al consumo de las nuevas clases medias, con sus virtudes y sus defectos de consumismo. Consumismo en China: insólito es poner en uso esa palabra para esa economía emergente , hoy sorpresa del mundo occidental.
    La inquietud que perturba, y de la que Balladur ha sido exponente, es si en la sumatoria de todas estas convulsiones será posible que los países conserven su identidad cultural.
    El violoncelista Yo-Yo Ma, premiado en Davos por su trabajo a favor de la integración cultural nos dice que la cultura es un tejido compuesto por pequeños aportes de cada rincón del globo Para probarlo, el violoncelista franco-norteamericano de origen chino agradeció su premio en Davos tocando una sarabanda de Bach, que no es más que una danza, originaria de los bereberes del norte de Africa, pasó a España en la Edad Media, fue a América de mano de los conquistadores y también a Francia y Bach, alrededor de 1720 la incorporó a su suite para violoncelo. Un excelente ejemplo de integración multicultural opinó el artista.
    Hemos visto a través de las páginas que preceden, una suerte de expansión económica mundial, guiada por la lógica de la racionalidad, pero también esa racionalidad traicionada en muchos momentos, por grupos de poder como los financistas de Wall Street, acicateados más por la ambición que por un crecimiento sostenible de sus operaciones, termina provocando un caos. Ese caos da lugar a una administración compleja y muchas veces errática por influencia de la incertidumbre.
    Las empresas se ven a veces sobrepasadas por la incertidumbre y sus decisiones se toman por determinación probabilística y sin posibilidades de certeza.
    Creemos oportuno una digresión para incorporar algunos conceptos que nos permitan esclarecer la influencia del caos y la incertidumbre en la administración empresaria de los colosales agentes económicos que juegan en un contexto globalizado.
    Todos los libros existentes sobre Administración, obligatoriamente tienen que definir el campo en el cual se desarrolla esa disciplina; por lo cual cada autor define a su leal saber y entender, a la empresa.
    Veamos algunas a título de ejemplo:
    • Una empresa es el ejercicio profesional de una actividad económica planificada, con la finalidad o el objetivo de intermediar en el mercado de bienes o servicios, y con una unidad económica organizada en el cual ejerce su actividad profesional el empresario, por sí mismo o por medio de sus representantes.
    • Agente económico o unidad autónoma de control y decisión, que al utilizar insumos o factores productivos los transforma en bienes y servicios o en otros insumos. Se trata de una organización que tiene objetivos definidos, como el lucro y el bien común o la beneficencia y para cuya consecuencia utiliza factores productivos y produce bienes y servicios.
    • Es la unidad económica encargada de producción de bienes y servicios. Desde otro punto de vista se puede entender por empresa al conjunto orgánico de factores de producción, ordenados según ciertas normas sociales y tecnológicas, que tienen como fin lograr objetivos de tipo económico.
    Con apenas tres definiciones tendríamos para llenar hojas enteras de comentarios, críticas o coincidencias, debido a las disidencias semánticas y la inclusión o no de conceptos que nosotros podemos considerar esenciales.
    A título de ejemplo podemos decir que las tres definiciones hablan de actividad económica, aunque la primera incluye el bien común y la beneficencia.
    Coincidimos en que la empresa, como objetivo secundario tiende al bien común, o también que el mismo puede ser interpretado, desde el punto de vista jurídico como que posee objetivos lícitos.
    No podemos coincidir totalmente con que una empresa tenga como objetivo la beneficencia, pues a ésta la consideramos relacionada con organizaciones sin fines de lucro, jurídicamente asociaciones civiles, pero no empresas que tiene como objetivo esencial el obtener rentabilidad para sus propietarios.
    Asimismo, las tres definiciones coinciden en la transformación de insumos en bienes y servicios, intermedios o finales, por lo cual la empresa tiene como condición la elaboración de bienes fungibles o servicios, que vende en el mercado.
    Para cumplir esa condición, una de las definiciones acude a incluir la tecnología como requisito o medio para efectuar la producción.
    Concluyendo, podemos dar otra aproximación a la definición de empresa, diciendo que al sistema empresarial se la denominó organización, con el propósito de asociarlo a la idea de orden, exactitud, control, lo cual implica eficiencia.
    No se ha pensado que la empresa estuviese relacionada con la idea de caos o desorden, pues fueron configurados como sistemas racionales.
    En esta, nueva Revolución Industrial, donde se incorporan las tecnologías computacionales, que incluyen la comunicación global on line propugnan el nacimiento de un nuevo paradigma, que deben asumir que el proceso de evolución cuenta con una significativa dosis de caos y desorden.
    Por ello o debido a ello nace un nuevo término, que es la dialógica consistente en una mentalidad que admite la presencia simultánea de orden y desorden.
    El mundo atraviesa una de los cambios de épocas más inesperadas e inciertas de su historia, puesto que los desafíos que se presagia, esconde en su interior un futuro que ya ha invadido al presente.
    Hasta hace poco, quizás sabíamos hacia dónde nos dirigíamos sostenidos en nuestra racionalidad. En cambio hoy el terreno es menos conocido y más resbaladizo.
    En los últimos quince años ha ido cambiando en forma sutil e inesperada las reglas del juego que afectan al hombre y de manera particular la forma de enfocar los eventos relacionados con la administración de empresas, dentro de lo cual incluimos la innovación y la tecnología.
    Este viraje, este cambio, se ha producido fundado en principios totalmente distintos a los conocidos precedentemente.
    El empresario, cerrado en el sistema industrial bajo el cual se moldeó y adaptó, basado en la racionalidad cartesiana concibe al mundo y vive en él orientado por los mismos puntos de referencia del pasado, sin advertir, aunque lo presienta, que la realidad económica mundial está cambiando y aceleradamente.
    Este cambio dramático no solamente afecta a los países desarrollados del Primer Mundo sino a las economías emergentes o en vías de desarrollo, que definen al Tercer Mundo, entre los que nos encontramos.
    Nos sumergimos en un contexto de incertidumbre, dejando atrás la certeza, por lo cual las decisiones empresariales tienen una gran dosis de imaginación, y exagerando de adivinación, por la imposibilidad de considerar la ingente multiplicidad de variables en juego, interrelacionadas e interactuantes.
    En la Modernidad se iniciaron cambios de paradigmas que trastrocaron el mundo, siendo significativos la influencia de la tecnología, pero nunca en forma tan abrupta o inesperada como en el presente, donde los tiempos se aceleran y los nuevos conceptos pierden vigencia en plazos perentorios.
    Las rectificaciones abarcan campos que se distancias sideralmente y se extienden a través de un amplio espectro imposible de cubrir.
    Como se hace imposible cubrir todos los aspectos interrelacionados, lo cual impide al observación puntual de cada uno aisladamente, se opta por analizar los considerados más influyentes a la cibersociedad.
    El avance imparable de la tecnología ha resquebrajado hasta los cimientos más sólidos en que se fundaba la sociedad, incluyendo la familia, el sistema educativo, los partidos políticos, la justicia y tantos más. Todos ellos dejaron de tener el significado sólido de antaño, en parte por la influencia de la economía que ha provocado la homogeneización cultural violentando las raíces de la identidad.
    Para ello agregamos una frase de autor desconocido, grotesca o trágica, que dice así: la homogeneización cultural tiene la ventaja no reconocida que contribuirá de manera desmedida a reducir los conflictos de la sociedad. Vamos, supuestamente hacia una sociedad homogénea culturalmente, incluyendo a los países muy pobres. Hasta el habitante subsahariano, lentamente se ve influido por el avance de la cultura y productos masivos.
    Otro respetado principio ha sido vulnerado. Las premisas que guiaron la concepción del futuro y la planeación para llegar a él, están siendo cuestionadas con argumentos sólidos, a tal punto que hay que reconsiderar el pensamiento empresario. Habrá que aprender del pasado, pero también olvidarlo; y para ello hará falta una revisión hasta los cimientos de la misión y visión empresaria.
    La empresa tendrá que deshacerse del exceso de equipaje por obsoleto y anacrónico, flexibilizándose ante los nuevos paradigmas.
    La planificación no dejará de existir como herramienta, pero no atada a los mecanismos tradicionales.
    La planificación comprenderá la interacción de distintos escenarios, puesto que éstos son cambiantes en forma permanente, y el resultado que se pretenderá será el estar más alerta ante lo inesperado.
    Parece ser que el futuro no depende del presente y menos aún del pasado porque tendrá un desenvolvimiento autónomo, y la rapidez de las comunicaciones no permitirán disponer de tiempo para ejercer las adaptaciones necesarias.
    El éxito de ayer no alcanza para sostener el éxito del futuro. Habrá que abordar un aprendizaje -y olvido- continuo trabajando en tiempo real con la idea de la innovación continua, para permanecer y lograr el objetivo empresario.
    Creemos que el desafío es tan grande que la profesionalización continua, sin fisuras y es como el castigo de Sísifo, eterno.
    Estas necesidades dan lugar a una nueva visión encarnada en los sistemas complejos
    La ciencia no ha podido escapar al condicionamiento cultural.
    Desde hace años ha surgido un interés particular por una nueva línea de investigación, que privilegia un objeto de estudio interdisciplinar: los sistemas complejos.
    Se trata de una respuesta al cambio cultural frente a conceptos tales como el caos y el desorden, desplazados por los conceptos determinísticos de la ciencia clásica.
    Hoy se revaloriza el concepto de sistema complejo como una posición intermedia entre la previsibilidad absoluta y el caos o desorden total.
    La complejidad incluye la no-linealidad, la imprevisibiidad, las bifurcaciones y en especial la probabilidad de ocurrencia sondeando en escenarios múltiples.
    En campos totalmente apartados unos de otros se dedican actualmente a estudiar problemas similares.
    Esta nueva línea investigativa tiene como fundamento la íntima convicción de que la no-linealidad y el desorden tiñen todas las ciencias y por ende las decisiones empresariales, agentes económicos de la sociedad.
    Por ello dan lugar al apartamiento de los conceptos clásicos y cada vez se aleja del postulado de los equilibrios automáticos de los mercados, que postulaban los economistas clásicos -por cierto en otro contexto histórico-.
    Abrahan Maslow decía Si la única herramienta es un martillo, uno comienza a ver todo en términos de clavos.
    Como ese enfoque regía el destino de la humanidad, todo cuanto se construyó en esa época se sometió a la dictadura de tal esquema.
    La sociedad y dentro de ellas las empresas fueron diseñadas bajo el imperio de tal idea, adoptando la configuración racional y mecánica de una máquina rutinaria, eficiente, exacta y predecible.
    Hasta se define al conflicto como funcional al sistema y la anomia tiene mecanismos para ser erradicada en forma sistematizada.
    Las organizaciones con una idea central de máquina, no están preparadas para la innovación, sino para cumplir el propósito para el cual fueron creadas.
    El modelo de Newton es determinista por lo cual el caos era una complejidad que no podía desenmarañarse, y por lo tanto se dejó de lado, intentando dejar la incertidumbre, colocándola debajo de la alfombra para no verla e ignorar su existencia ineludible.
    No obstante está comprobado que cuando se estudian los sistemas complejos como la sociedad, la empresa o la economía las respuestas no son lineales, y cuando así ocurre, el efecto no es proporcional o se desvía considerablemente de la fuente originaria, descubriéndose que la relación causa-efecto perdió vigencia.
    Para dar un ejemplo, podemos decir que cuando el cuerpo humano funciona mal, un médico podrá diagnosticar que la causa reside en un determinado factor, pero en realidad la causa de toda perturbación de la salud es siempre múltiple, pues un organismo viviente-sistema está constituido por un sinnúmero de variables, que se realimentan, debido a que no es un sistema lineal.
    Los efectos anormales rompen la armonía presunta, delatando que todo sistema complejo tiene una particular manera de comportarse, lógica en sí misma, pero si los resultados no concuerdan es porque han sido infiltrados por un evento extraño.
    Todo lo contrario a lo que sucede en los mecanismos determinísticos, pero naturales, en los sistemas complejos dejan entrever claramente el entrelazamiento dinámico que existe entre el orden, el caos, el cambio y la totalidad.
    Prigogine se refiere a complejidad cuando en un sistema interactúa un gran número de elementos inidentificables en cualidad y cantidad, por lo cual no se puede anticipar el resultado de la interacción.
    En definitiva lo complejo se asocia al desorden, la ambigüedad, lo impredecible, lo azaroso, en síntesis una mezcla de orden con desorden.(Edgar Morin.1996.21)
    Prigogine pretende dejar en claro que si hasta ahora se aceptaba que los sistemas complejos como las empresas entendían que el futuro dependía en parte del pasado y del presente ahora descarta esa posibilidad, y alternativamente ofrece otra teoría que explica al futuro, también en función del azar, o por lo menos, de fuerzas que escapan cada vez más al control del hombre.
    Se reconsidera el significado instituido de modernidad y racionalidad entendida como la aplicación de principios de coherencia de datos obtenidos de la experiencia.
    Estas consideraciones pueden ser perfectamente llevadas al campo de las ciencias económicas, que comprende y asimila la innovación tecnológica como fuente de riqueza de las naciones, más otras consideraciones más complejas, que exceden al presente ensayo
    La tecnología, palabra acuñada en el siglo XVII ha sido y es un instrumento de poder político y económico de las naciones.
    El pensamiento económico ha encontrado en la innovación una de las fuentes principales del dinamismo de la economía capitalista.
    En cualquier caso, desde los primeros pasos en Economía existen aportaciones de valor y nos referiremos brevemente a ellas.
    La primera referencia se debe a Adam Smith, que pone de manifiesto la trascendencia de la invención de la máquina y de las mejoras tecnológicas, en el aumento de la cantidad producida por un mismo número de personas, con lo que se favorece la actividad económica.
    Esta creación tiene su origen en la división del trabajo, que impulsa la introducción de máquinas especializadas y en su utilización, que permite la realización de mejoras.
    David Ricardo admite que la novedad es favorable a los intereses de los capitalistas y propietarios, pero no siempre para los trabajadores.
    A mediados del siglo XIX y rompiendo la ortodoxia dominante, Marx asignó un importante papel a la tecnología, a través de la maquinaria y la gran industria, en el análisis de la dinámica histórica.
    Presenta una naturaleza endógena de la tecnología en sus desarrollos admitiendo diferentes elementos inductores como es la necesidad capitalista de acumular capital para mantener la tasa de ganancia y la posibilidad de ahorrar fuerza de trabajo frente a incrementos de los costos salariales.
    Se ha dicho que los keynesianos no daban importancia relevante a la tecnología y han sido criticados por ello. Nos encontramos con palabras de neokeynesianos como Samuelson , donde reconocen la influencia de la tecnología sobre el aumento de productividad, el crecimiento, la competitividad, la renta y el bienestar, el empleo y los mercados de trabajos y la distribución social e incluso abogan por fomentar la iniciativa empresarial en Investigación y Desarrollo.
    La predicción de Malthus, precisamente, es errónea por completo, debido a que no tiene en cuenta la innovación tecnológica y la inversión de capital que vencen los rendimientos decrecientes.
    Schumpeter se separa de la ortodoxia, marcando un punto de inflexión en la aproximación de la cuestión tecnológica por los economistas. Se constituye en el instigador de las formas modernas sobre el tema.
    Para él, la innovación es el motor del desarrollo económico y es el elemento interno de la lógica capitalista para mantener temporalmente una superioridad radical sobre los competidores, que lleva a la obtención de beneficios al empresario innovador, poniendo énfasis sobre la oferta y no sobre la demanda.
    Se trata de un proceso de destrucción creadora, que impone una mutación que revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo lo antiguo y creando nuevos elementos.
    Afirmó que las innovaciones eran causa fundamental de las fluctuaciones cíclicas que experimenta la economía en el curso de dicho desarrollo, al darse en forma discontinua, en grupos o bandadas.
    Lo descripto, entendemos que debe ser complementado con la incertidumbre, característica del paradigma de complejidad.
    Obviamente que la incertidumbre fue motivo de estudio y comentarios por parte de economistas de prestigio, de quienes podemos tomar algunos extractos.
    En un famoso y a menudo citado pasaje, Keynes resaltó la imposibilidad de cálculos puramente racionales sobre la futura tasa de retorno de nueva inversión y la comparó con una expedición al Polo Sur.
    El puntualizó la importancia crucial de un clima de confianza y el rol de los espíritus animales, que veía como virtud de los empresarios, apostando en riesgo e incertidumbre a los nuevos o mayores negocios.
    Schackle dice, textualmente:
    La teoría de Keynes del desempleo es en último término el simple hecho de que, siendo la expectativa racional inalcanzable, la sustituimos primero por una y después por otra clase de expectativa irracional....
    También agrega Siegenthaler:
    Primero, la confianza entra en escena en un contexto en el cual las expectativas racionales no pueden apoyarse sobre la base de conocimiento adecuado, de modo que la confianza debe ser *artificial*, la certeza subjetiva que empuja al actor a invertir no se basa en un verdadero modelo de realidad económica, sino en uno arbitrario, para el cual no hay suficiente evidencia disponible....
    Pero ellos (los actores) adquieren confianza a pesar de la incertidumbre, la confianza, aunque artificial, prevalece, excepto en raras ocasiones.

    Lo mencionado supra, en definitiva, nos muestra que desde los contenidos de todas las ciencias, incluyendo la economía se toma muy en cuenta la incertidumbre en la toma de decisiones, y en nuestro caso, económicas y empresariales.
    Serán las computadoras y la econometría, posiblemente los instrumentos que permitirán a los empresarios y gobiernos para acercarse a decisiones más racionales, dentro del caos existente.
    La palabra caos tiene una carga negativa, pero Prigogine se encarga de decirnos desde su disciplina científica, que si se concibe al universo con objetos menos definidos, no debe evitarse la complejidad, sino que por el contrario se debe acudir a sistemas más flexibles y veloces que puedan resolver nuevas situaciones con comportamientos innovadores, incluso inesperados.
    Para ello se deberá, en lo posible, tener un enfoque multidisciplinario a los efectos de provocar una sinergia enriquecedora.
    La predicción del futuro será un mix de determinismo y probabilidades, y se hará pertinente forjar organizaciones económicas flexibles y veloces para adoptar los cambios que aseguren su supervivencia en contextos complejos.
    El relevamiento de los datos del exponencial crecimiento económico chino nos hace presumir que la fijación de metas flexibles ante eventuales contextos cambiantes has sido un postulado básico de la planificación encarada por su gobierno.
    No puede ser casual, o al menos es incierto que así lo sea, el rotundo éxito que China ha tenido para salir en apenas unas decenas de años de un status colonial y dependiente , para terminar ocupando en la actualidad el cuarto puesto en la economía mundial y peleando fieramente para ocupar el tercero.
    También debemos presumir que los chinos no han ignorado los grandes clásicos de la economía mundial y las corrientes doctrinarias a que han dado lugar, aprovechando lo más relevante, pero sobre todo lo más afín a su pensamiento. Es más, creemos que los chinos están a la vanguardia de la aceptación de un mundo multicultural y se ajustan a ello sin falsos escrúpulos ni vergüenzas. Se siguen sintiendo chinos, aún escuchando música electrónica o vistiendo a la usanza occidental.
    Por el contrario hemos visto a los occidentales intentando bailar su propio ritmo y defendiendo sus particularidades, usanzas y modismos. Todavía Occidente se siente ubicado en un rango superior a los cada vez más numerosos países emergentes, que se unen hacia el progreso, abandonando en muchos casos, décadas de infames humillaciones, y lo que es peor de hambre y explotación.
    Así como se han sabido flexibilizar y adaptar a conveniencia en cada nueva ola que ha surgido, debemos convenir que tienen grandes probabilidades de integrarse en ese flujo, que es la marea colosal del crecimiento económico, sin hacer mal papel.
    Los países se han ajustado a las mutaciones a lo largo de su historia. Por ejemplo, luego de la Gran Depresión de 1929 se avino un interludio proteccionista, que dio lugar a políticas keynesianas de intervención estatal centradas en la demanda y con un Estado benefactor.
    Otra mutación se produjo en 1970 con el shock de los precios del petróleo y orientó la mirada hacia la oferta y hacia políticas orientadas a la privatización y el libre mercado.
    Hoy dice Rogoff, profesor de Harvard, presente en Davos 2008 : Estamos viendo el germen de un nuevo paradigma
    Ese nuevo paradigma va a sufrir dificultades, sin ninguna duda, porque la sombra del proteccionismo hundirá el tantas veces proclamado libre mercado, hoy en deterioro.
    Las leyes anti-chinas en el Congreso de EEUU siguen esperando ser vueltas a tratar, y las dificultades actuales hacen que sean vistas con mejores ojos.
    Hay que salvarse como se pueda; hay que intentar mantener las condiciones de vida, el status de pueblo consumidor y se observa la necesidad de encontrar una víctima propiciatoria. China ya está preparada y más allá de las posibilidades de agresión en una lucha comercial. Sus ingentes cantidades de reservas en dólares estadounidenses mantienen el balance global y es de su interés no patear el tablero de juego. Al menos por ahora.
    Hoy surgen preocupaciones que ocultan o ayudan a disfrazar probablemente las tendencias proteccionistas.
    Las más prominentes son el medio ambiente y la piratería. La preocupación por el medio ambiente y el efecto invernadero ocupan hoy posiciones prioritarias y las miradas se centran en China, sin mirar para adentro, pues verían que sus casas tampoco se encuentran en orden.
    Sobre la piratería, la indiferencia china es notable, porque aún reconociendo su existencia y avizorando la solución entienden que ese fenómeno es marginal y llevará años para erradicarlo. Sus autoridades se excusan mostrando los esfuerzos que despliegan para solucionar el problema, pero dicen que debe contemplarse que son un país en vías de desarrollo y necesitan tiempo para obtener resultados.
    ¿Los plazos? Estiman de tres a cinco generaciones ¿Muy largos? El responsable chino de derechos intelectuales Tian Lipu afirmó que Gran Bretaña tardó 300 años y EEUU 200 años. Las quejas están politizadas, aseguró
    De cualquier modo EEUU tiene presentadas quejas en la Organización Mundial de Comercio (OMC) por las falsificaciones chinas, tras la ira del Congreso por los 232.000 millones de dólares de déficit comercial record que registró EEUU ante China en 2006.
    Realmente esa ira proviene del sector político, y bien harían en recordar, consistentes con sus ideas del libre comercio, que los bajos precios de las mercaderías chinas provocaron déficit comercial pero impidieron una mayor inflación, por la menor productividad de su industria local.
    La Organización Mundial de Comercio ya se atrevió en febrero de 2008 a fallar en contra de China en un caso relativo a las importaciones de autopartes. Ford y general Motors son símbolos de EEUU y no sólo automotrices, y es muy importante tener en cuenta las presiones sindicales subyacentes, estando aún caliente el recuerdo de la presentación en bancarrota de Delphi Packard, autopartista de General Motors, apartada prudentemente de la casa matriz antes de la debacle, como para salvar la imagen de la otrora industria símbolo del progresismo americano.
    Ese fallo de la OMC no afectará mayormente a los chinos luego de las apelaciones y demoras, pero a nivel simbólico quedaría como un hito en la carrera de las industrias chinas, que serán afectadas por vía legal.
    Las motivos para la presentación y fallo consecuente se debieron al aumento de aranceles chinos a las autopartes importadas del extranjero si representaban más del 60% del valor del auto. Ese proceder perturbó el negocio de las firmas extranjeras para competir en China con los proveedores locales de bajo costo, por lo cual redujeron las exportaciones de autopartes de EEUU a China, incluso construyendo plantas de autopartes en China, lo cual afectó con pérdidas de puestos de trabajo en EEUU, Canadá y regiones de Europa creando gran resentimiento. Resentimiento= Politización
    La industria automotriz china sigue creciendo como hemos apuntado supra, incluso mostrando cantidades de plantas locales y extranjeras y su correspondiente participación en las unidades producidas. Incluso hemos mostrado las tendencias futuras de ese mercado.
    El fallo de la OMC desnuda la problemática en que se insertó China con su adscripción a ese Organismo mundial en 2001. Su ansiedad por pertenecer a una gran organización multilateral suposo que mejoraría su capacidad de competir con los países líderes, pero su economía dirigida y dominada por el Estado la hace sensible a fallos adversos.
    Hay nuevas acciones, y una de las últimas, presentada en Orebro de 2008 se refiere a sus exportaciones de neumáticos para automóviles, por imputación de dumping.
    Los fallos contrarios a los intereses chinos juegan en contra de China. La victoria en este caso aumentará el apetito de los competidores extranjeros y sus gobiernos por presentar más demandas comenta Lester Ross, abogado de Wilmer Hale con sede en Beijing.
    No es menos cierto que el gobierno chino ha erigido barreras paraarancelarias a los productos de importación con el objeto de proteger muchas de sus industrias locales, por ejemplo imponiendo complicados requisitos de registración y certificación de alimentos, cosméticos, productos químicos y farmacéuticos.
    O sea que desbrozando el bosque de legislaciones vigentes pareciera entreverse que ese libre mercado tan ponderado se aviene a un proteccionismo, a velocidad inusitada en cuanto altere a la rentabilidad de las multinacionales o grandes industrias sean del color que sean, relegando al olvido al ponderado neoliberalismo.
    De este modo damos fin a este breve ensayo, posible germen de otras obras más ambiciosas. Es menester aceptar que la brevedad del texto impide desarrollar un fenómeno complejo como son los altibajos de las economías mundiales, y auspiciamos a otras obras más enjundiosas que obtengan mayores resultados.

    Roberto Yrago
    Licenciado en Administración (Universidad de BsAs)
    Posgrado en gestión de Pymes (Universidad de BsAs)

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