trabajo sobre la lucha interna como autodestrucción del ser humano en pos de encajar en el mundo que lo rodea
Agregado: 29 de MAYO de 2005 (Por
anonimo) | Palabras: 4060 |
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Autor: anonimo (info@alipso.com)
"La muerte de uno es una tragedia,
la muerte de miles es una estadística"
- Marilyn Manson -
LA GUERRA Y LA PAZ
Introducción
El tema a desarrollar trata de la lucha interna como autodestrucción del ser humano en pos de encajar en el mundo que lo rodea, a pesar de ser humano; ya que su propia decadencia puede desembocar en una guerra masiva. Todo conflicto tiene sus raíces, por lo que al estudiar un conflicto social, es necesario investigar su origen, es decir el hombre en su lucha interna. Creemos que en el estudio del individuo está la respuesta a todos los interrogantes que se presentan en los conflictos sociales. De dicha manera podremos reflexionar el porqué o la causa (guerra interna) y el efecto (guerra social); concientizándonos en la condena o justificación de dicha causalidad.
Para tal proceso escogimos como aspectos fundamentales al individuo como creador y transmisor del conflicto; la lucha interna como permanente crisis personal o social, causante del progreso o decadencia; y a la guerra propiamente dicha como consecuencia del accionar del individuo o de la misma sociedad.
Partiendo de la unidad a lo masivo y de los conflictos en coparticipación afirmamos que la mayoría de las guerras se generan a partir de la lucha interna del individuo; entendiéndose por ésta el surgimiento del poder destructivo, ya que dicho aspecto nos lleva a la comprensión y concientización de lo que realmente significa la palabra Guerra. Con el fin de lograr una mayor comprensión, los componentes de la estructura de la monografía serán organizados de la siguiente manera:
• Primeramente se dará un pantallazo general abarcando el tema y sus derivados: lucha interna; constructiva y destructiva.
• Siguiendo con el desarrollo detallaremos el tema elegido por el grupo: "Lucha interna destructiva", sus causas y consecuencias, como también el concepto del "Poder", no como energía destructiva, sino como fuente creadora.
• Finalizando la monografía, afirmaremos la hipótesis con las causas fundamentales de estas guerras internas que desembocan en guerras sociales, sin dejar de lado nuestras huellas personales para lograr una abierta opinión del lector.
La manera en que vamos a representar el trabajo será en forma de afiche para campaña publicitaria, utilizando imágenes "impactantes" para tratar de concientizar al observador y que este logre canalizar su guerra interna destructiva hacia algo positivo.
Desarrollo
Santa Ira. Miles de fieles van a rezarle cada año con la esperanza de que Ella los haga más irracionales e inhumanos. El mismo Odio los congrega y los desune. El mismo Odio los vuelve creyentes y escépticos. Son los más vengativos y apasionados los que encabezan la procesión portando el ídolo de piedra; mientras los más rezagados - los que sólo se sienten molestos - se limitan a caminar con rostros impasibles...
Si bien no hay tal Patrona de la Ira, podría haberla; aún cuando nos enseñaron que hay que reprimir todo sentimiento negativo para no lastimar a los demás o a nosotros mismos, pero... ¿alguien nos enseñó que la Ira, la negra Ira de ojos amarillos puede ser constructiva? Desde el más ocioso semidiós de la mitología griega hasta el más simple pastor de los cuentos de hadas; todos tenemos batallas internas. A veces hacemos uso de toda nuestra artillería y combatimos contra un monstruo de mil caras y mil voces, otras veces nos limitamos a proferir un sonoro insulto hacia la pantalla del televisor porque nuestro artista preferido no ganó el premio al Disco del Año.
Cada uno de nosotros libra una batalla, grande o pequeña, contra sí mismo o contra el entorno y sale de ella entero o a pedazos. Todos nosotros "jugamos Ruleta Rusa cada día con una bala llamada vida". Estas batallas internas pueden tener distintos motivos; ya sea por causas justas o simple codicia. Pero la mayoría de ellas está motivada por la Ira; esa Santa Patrona de aguzados dientes y puños apretados de la que somos adeptos casi sin saberlo... Por supuesto, todos le rezamos de formas diferentes...
Para Freud, la Ira era algo innato en cada uno de nosotros; un sentimiento al que uno podría reaccionar de múltiples maneras, ya sea desterrándola de nosotros, desviándola hacia otro individuo y/o motivo... o tomando toda esa energía y canalizándola hacia algo socialmente aceptable. El Marqués de Sade halló en ella el paraíso y el infierno, escribiendo febriles poemas desde su húmeda celda. La religión católica nos dice que la Ira es Pecado, que debemos evitarla; mientras pueblos enteros se desatan las venas frente a una Voz sin Rostro, en busca de respuestas. Para El Dante son cuerpos escuálidos, párpados y labios cosidos, almas que penan por los eternos círculos del Purgatorio. Para Picasso era el grito congelado, blanco y negro, de una madre sosteniendo el cadáver de su hijo ante la fría mirada del toro y el caballo. Buda nos enseña que la paciencia y la tolerancia pueden lograr lo que la muerte innecesaria no ha logrado hasta ahora. Pero ¿alguien nos enseñó que la Ira, la negra Ira de ojos amarillos puede ser constructiva?...
Supongamos que nos visten y pintan de blanco, de pies a cabeza y nos insertan en una habitación enteramente pintada de blanco. Níveos los techos y pisos; la blancura de las paredes inundando cada poro de nuestros cuerpos. Blanco por doquier...
Entonces, esa luminosidad llevada al extremo ¿no terminaría por cegarnos hasta el punto de convertirnos en un mero cuerpo que flota en el medio de la nada?
Esa blancura ¿no sería una forma de oscuridad acaso...? Todo se reduce entonces al principio del equilibrio; un punto negro en un plano blanco y un punto blanco en un plano negro: el viejo Yin- Yang de la filosofía oriental. Es cierto que no hay Cielo sin Infierno, ni blanco sin negro. No hay izquierda sin derecha. No hay Beatles sin Rolling Stones... todo se limita al principio de los opuestos complementarios ¿existiría el Bien sin el Mal? difícilmente... Entonces ¿es la Ira, negra y de ojos amarillos, hija de las luchas internas que libramos día a día, una fuerza creadora, o bien constructiva? Absolutamente... El ser humano, si bien es la máquina más perfecta que se ha creado; es un modelo que cambia y se renueva - para bien o para mal - y la Ira es parte de él, como lo es la Compasión, la Soberbia, o la Bondad. Uno, como tal debe aceptar este atributo que nos fue dado desde épocas remotas y canalizarlo hacia algo que no nos lastime. La Ira tampoco es inmutable; puede tomar la forma de una espada redentora, una bandera desplegada, un graffiti en una pared, un grito triunfal en medio de una tormenta, un acorde magistral en un adaggio... La Ira, tan despreciada y abominada, tan reprimida y guardada en los sótanos, no es necesariamente perversa si se logra manejarla. No es motivo de vergüenza o recelo, sino estandarte levantado, ideas creadoras y poder... Poder bien encauzado. Hoy, esta Santa Patrona de los débiles y lastimados toma un lugar entre nuestros múltiples dioses, ascetas y prodigios vivientes. Hoy, Santa Ira nos sonríe desde una arrugada estampita, nos dice: "No me teman, úsenme para crear algo inolvidable"... y Juana, la de Orleans nos hace un guiño cómplice mientras destella su armadura de plata...
Causas y consecuencias
Si bien todos nosotros libramos ciertas luchas internas, no debe entenderse a ésta como algo malo; porque cada una de estas peleas nos construyen como individuos a lo largo de nuestras vidas. Puede haber diferentes tipos de luchas: morales, personales, ideológicas, políticas, etc. Pero nada de esto sucede por casualidad, sino por causalidad: todo tiene una causa y una consecuencia, nada sucede al azar. Uno de los puntos más sobresalientes dentro de la filosofía existencialista se centra en que si bien uno tiene libertad de elección - en cualquier aspecto - uno debe hacerse responsable de la decisión que tome y asumir este riesgo hasta las últimas consecuencias. Se trata de libertad de elección... y compromiso con ella. Ahora bien, el ser humano nace inserto en una sociedad, y trata de amoldarse a ella: a veces lo logra y se convierte en lo que las personas "normales" llaman "un sujeto exitoso", el tipo de persona de la que los débiles gustan rodearse; otras veces decide dejar de lado todos los patrones creados por la gente bonita y establecer los suyos - aunque sacrifique su vida en pos de un ideal que ni siquiera existe- : es lo que la sociedad llama "neurótico". Especialistas en el tema califican al neurótico como una persona cuyos fenómenos expresados, primeramente son más acentuados, más definidos y más manifestantes a la autoconsciencia que los del individuo "normal". Está bien, nadie está realmente calificado como para determinar los comportamientos buenos y los malos, definir lo que es correcto e incorrecto, ya que al rotular al hombre como normal o como neurótico, los interrogantes aparecen a la orden del día. A las personas "normales" se las denomina con dicho calificativo ya que no presentan contrariedades en la sociedad en la que viven. Es decir, poseen una buena adaptación al medio que los rodea.
Y es aquí donde los conceptos se confunden: Erich Fromm dice que las personas adaptables a la sociedad producen una autotransformación en la estructura personal, dejan su Yo para convertirse en el tipo de persona que la sociedad impone. Todo lo contrario sucede con el llamado neurótico, ya que es un luchador, un individuo que somete su Yo dentro de una sociedad que expresa su rechazo ante lo "anormal" del neurótico. Conceptos como Personalidad, Espontaneidad son transmitidos por el "neurótico" y abandonados por el "normal". En el intento de salvar el Yo, el rechazo, discriminación, conceptos mal aplicados; transforman al innovador en un neurótico, quien busca su salvación en un mundo de fantasías. Y si bien existen personalidades importantes en la historia humana que han podido sobrellevar la soledad y el aislamiento que implica ser un "genio loco" (léase Nietzsche, Dalí, Allan Poe, etc.), éstos supieron transformarlo en aportes intelectuales, sensitivos, emocionales; en fin, constructivos para la misma sociedad que los había rechazado. Por supuesto, no todo es tan hermoso: el rechazo no siempre puede convertirse en una mera excusa de aceptación; hay otros sujetos que "eligen" el otro camino, el camino de retroceder, de abandonar su libertad y tratar de superar la soledad individual anulando - o tratando de destruir - aquello que les fue negado. Si logra su propósito, puede llegar a volverse un déspota absoluto y si en cambio fracasa; es absorbido totalmente por un mundo irracional, complejo y lleno de contradicciones que se vuelven el centro de su universo.
Existen dos tipos de neurosis: la de tendencias masoquistas y la de tendencias sádicas.
• En la primera, los rasgos más sobresalientes son la obediencia o dominación, los sentimientos de inferioridad o insignificancia individual podrían ser el porqué de estas tendencias. Está comprobados que si bien son conscientes del sufrimiento que se causan a sí mismos y desean su liberación; existe cierto grado de inconsciencia que impulsa dicha inferioridad. Con frecuencia son completamente incapaces de experimentar el sentimiento "Yo soy" o "Yo quiero".
• En la segunda tendencia, las características son completamente opuestas y se expresan de manera más o menos consciente: el sujeto encuentra satisfacción en someter a otros, explotarlos y/o robarles - material o inmaterialmente - es decir que incorpora a su persona todo lo que hubiese de asimilable en ellos.. El sadismo se expresa en el deseo de hacer sufrir a los demás o de verlos sufrir, prefiriendo el dolor psíquico al físico. Sin lugar a dudas, estas tendencias son más conscientes y racionalizadas que los impulsos masoquistas, pero, con el fin de invadir una soledad insoportable, ocultan dichas tendencias, camuflándolas como bondad, preocupación por los demás; estrategia disfrazada con el propósito de ser aceptados.
Ahora bien, las llamadas "neurosis" y cualquier otra enfermedad mental no aparecen de la nada; sino que es un proceso que se va gestando lentamente, a lo largo de la vida de todo individuo. Nunca sucede "porque sí", o porque el destino así lo quiso (uno, como ser racional puede manejar su propio destino; a menos que esté signado por alguna clase de catástrofe como lo son las guerras sociales). Las enfermedades mentales, como la mayoría de las cosas sucede por obra y gracia de "la causalidad" antes mencionada. Tiene un principio (cuando el sujeto nace), un proceso de incubación (el estallido de la enfermedad, propiamente dicha) y un final, que muchas veces puede ser abierto: uno decide si provocar un apocalipsis o hacerse de la tan mentada "sublimación", canalizando esa furia a algo aceptable (se dice de los artistas en general, que son grandes sublimadores).
Pero la pregunta obvia es: ¿Qué puede llevar a un sujeto a desencadenar un infierno?. Una de las principales causas es la educación que éste recibió, no solamente escolar, sino cómo se relacionó con sus padres y el entorno donde creció, ya que las actitudes, valores y conducta de los padres influyen sin duda en el desarrollo de los hijos, al igual que las características de éstos influyen en el comportamiento y actitud de los padres. Se ha llegado a la conclusión de que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad, o de la implicación ansiosa a la más serena despreocupación. Estas variaciones en las actitudes originan muy distintos tipos de relaciones familiares. La hostilidad paterna o la total permisividad, por ejemplo, suelen relacionarse con niños muy agresivos y rebeldes, mientras que una actitud cálida y restrictiva por parte de los padres suele motivar en los hijos un comportamiento educado y obediente. Los sistemas de castigo también influyen en el comportamiento. Por ejemplo, los padres que abusan del castigo físico tienden a generar hijos que se exceden en el uso de la agresión física, ya que precisamente uno de los modos más frecuentes de adquisición de pautas de comportamiento es por imitación de las pautas paternas (aprendizaje por modelado).
Una vez que este niño (adaptado o inadaptado) sale de su mundo, del lugar donde creció; se encuentra con la realidad y su primer contacto con la sociedad: la escuela. Ahí es donde va a encontrar su futuro rol dentro de la sociedad (o no), ahí es donde su carácter se va a formar completamente; es aquí donde el niño aprende a valerse como individuo, es decir termina de formarse su personalidad.
Las teorías de la personalidad intentan describir cómo se comportan las personas para satisfacer sus necesidades físicas y fisiológicas. La incapacidad para satisfacer tales necesidades crea conflictos personales. En la formación de la personalidad los niños aprenden a evitar estos conflictos y a manejarlos cuando inevitablemente ocurren. Los padres excesivamente estrictos o permisivos limitan las posibilidades de los niños al evitar o controlar esos conflictos. Una respuesta normal para las situaciones conflictivas es recurrir a los mecanismos de defensa, como la racionalización o la negación (por ejemplo, rechazando haber tenido alguna vez una meta u objetivo específico, aunque sea obvio que se tuvo). Aunque todos hemos empleado mecanismos de defensa, debemos evitar convertirlos en el único medio de enfrentarnos a los conflictos. Un niño con una personalidad equilibrada, integrada, se siente aceptado y querido, lo que le permite aprender una serie de mecanismos apropiados para manejarse en situaciones conflictivas. El proceso de formación de un individuo puede compararse fácilmente con una mariposa: viene al mundo en forma de huevo y es protegido por el calor de la Naturaleza (madre). Una vez que rompe el cascarón se transforma en larva (niño), luego se aferra a las ramas (sociedad) para poder transformarse en crisálida (joven o adolescente). Finalmente termina su evolución cuando se convierte en mariposa... diurna o nocturna, uno decide si transformarse en una adorable mariposa o en la siniestra mariposa- calavera de El silencio de los inocentes...
Lucha interna, destrucción, poder y guerra
Como antes mencionamos, el individuo nace y crece dentro de una sociedad, y bien o mal, trata de adaptarse a ella. El camino es largo y no siempre es fácil; es por eso que la sociedad puede formar a un sujeto ... o destruirlo por completo, haciendo a su vez que se autodestruya o elimine a otros. Por lo general, uno se aleja instintivamente de aquello o aquellos que le hacen daño pero ¿no es peor si nos alejamos? ¿no es mejor enfrentar el hecho, o bien tratar de ayudar, comprender - no justificar - las razones por las cual un sujeto destruye? Quizás en esta comprensión se halle la punta del hilo que nos lleve a responder esta pregunta: ¿Por qué?!! El individuo en general trata de adaptarse al medio que lo rodea por naturaleza; pero muchas veces, esta misma naturaleza los rechaza y discrimina ¿qué sucede entonces? El sujeto se encierra en sí mismo y se alimenta de una ira sorda que lo envenena y enceguece. Porque, así como ningún ser humano es igual a otro; no todos sufren las calamidades de la misma manera: los más fuertes encauzan la energía negativa y la vuelven positiva. Pero los más débiles - por el mismo hecho de ser débiles - son arrastrados hacia las fuerzas oscuras; la venganza, la furia, el rencor; el mal uso del poder... ¿Que es el poder, en definitiva? ¿qué significa ser poderoso?
El "poder" no es dominar a otras personas para beneficio propio y por supuesto, no dura para siempre... Ni la belleza, ni la fuerza, ni la inteligencia pueden ser eternas, porque algún día morirán junto con nosotros. Toda persona que se siente extremadamente poderosa, vive en realidad rodeada de miedo, temiendo hasta de su propia sombra, entonces ¿cómo acallar ese grito agudo que nos dice: "Sos débil en realidad, tratan de destruirte"? tomando de los otros, absorbiendo brutalmente aquello que nos fue negado... Aquí se desencadena la lucha interna; pero esta sí hace daño, provocando heridas insoslayables en el mundo y quienes lo habitan. No existe poder en el miedo o cualquier actividad generada por el temor. No existe poder en un pensamiento dominado por el miedo, aunque esté sustentado por todos los ejércitos de Roma. Los ejércitos de Roma desaparecieron hace años, pero la energía vital de cada uno de esos individuos que fueron muertos en guerra, continúa dando fuerza al desarrollo de nuestra especie.
Entonces ¿quién tiene el poder ... ?
Este personaje, quien creció bebiendo el veneno desde la cuna, que fue rechazado y vapuleado desde siempre, esparce su odio y miseria hacia el que quiera oírlo. No sólo inicia una guerra en su contra sino que termina arrastrando a los que tiene cerca, en una especie de agujero negro que arrasa toda luz y la elimina... Cuando una guerra estalla, la gente cree que no puede durar porque el motivo es demasiado estúpido. Y por supuesto que una guerra es estúpida! Pero eso no impide que dure... es tan absurdo como creer que Dios se va a evaporar en el espacio porque unos poco no creen en Él ... La estupidez, sin dudas, insiste siempre; uno lo notaría si dejara de pensar tanto en uno mismo, por lo tanto ver el gran estallido macabro de una guerra como algo irreal, como un mal sueño que tiene que pasar... pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño, son los hombres los que pasan, porque no creen que algún día podrían perecer. "Estos personajes" no son más culpables que otros, sólo se olvidan de ser modestos, eso es todo; y piensan que todavía todo es posible para ellos, lo cual da por supuesto que las guerras son imposibles... mientras continúan haciendo negocios, destruyendo países enteros como niños que derriban una pilas de torres hechas con ladrillos de plástico; siguen planeando viajes a lugares ignotos, siguen comprando y dando opiniones acerca del clima...
Porque, en definitiva... ¿qué es la guerra, qué es el poder? Sólo palabras... ¿Que significado tiene "Diez mil muertos"? cuando las guerras terminan apena se puede comprender la gravedad de lo que en realidad significa "Un muerto", y esto sólo adquiere peso cuando lo vemos, cuando palpamos lo que realmente implica la muerte. Solamente reuniendo esas diez mil personas y haciéndolas morir a todas - amén de colocar un par de caras conocidas en ese amontonamiento - así realmente se podría comprender que significa "Diez mil muertos". Esto, naturalmente es imposible, porque además... ¿quién conoce a diez mil personas?
Entonces... ¿es la Ira, negra y de ojos amarillos, hija de las luchas internas que libramos día a día, una fuerza creadora, o bien constructiva? Si, pero todo depende en qué manos caiga... una silla puede tener múltiples usos: uno puede sentarse a mirar por la ventana, parodiar las épocas de Liza Minelli en Cabaret, usarla para cambiar una bombilla de luz, jugar a dar un discurso político... destrozarla el cráneo de otra persona... ponerse de pie sobre ella, ante la horca anhelante para después darle una fuerte patada y "Adiós, mundo cruel". Todo depende de cómo se lo use... y quién lo use... El individuo nace y crece dentro de una sociedad, y bien o mal, trata de adaptarse a ella. El camino es largo, sinuoso y no siempre es fácil; es por eso que la sociedad puede formar a un sujeto ... o destruirlo por completo... Ser víctima de prejuicios o de una educación y unas relaciones sociales deficientes puede llevar a un individuo a integrarse en un grupo extremista. Esta situación puede darse en miembros de familias sometidas a privaciones múltiples o en quienes viven en condiciones de opresión o pobreza, sin ninguna esperanza de cambio. La alienación conduce a que las personas 'consigan olvidar' la ausencia de expectativas. Su conducta se ve afectada por las emociones y sus actividades están guiadas por una sensación de idealismo que carece de respaldo o corroboración colectivos. En última instancia, conduce a la autodestrucción masiva, como ocurrió con la secta religiosa que llevó a cabo un suicidio colectivo en Jonestown, Guyana, a finales de 1978, o puede conducir a apoyar o justificar el genocidio, tal y como ocurrió en la II Guerra Mundial.
Puesto que los ejemplos extremos de la conducta dan como resultado la violencia y el predominio de la 'ley de la selva', el mantenimiento de la paz depende de una mayor comprensión de la psicología de el ser humano como individuo único e integrado a su medio.
Conclusión
¿Que nos pasa? Es tanto el dolor, la impotencia de no poder tener todo lo que necesitamos, el deseo de alcanzar metas; tal vez inalcanzables para poder sentirnos totalmente plenos interiormente y el darnos cuenta de que es imposible llegar a lo que deseamos, tratamos (en una caída interiormente estrepitosa) querer salir del pozo en el que hemos caído, pero volvemos a darnos cuenta de que no podemos, que no llegaremos a la meta deseada, empezamos un descenso interno de entrega, de someternos a lo que el Yo interior nos quiere hacer ver, "no podemos", eso nos lleva a darnos cuenta de que alguna manera tenemos que lograr lo propuesto a cualquier precio; demostrarnos que podemos avasallar con rudeza a costa del sufrimiento de los demás, necesitamos hacerles entender: "Aquí estamos, el precio que pagamos es elevado". Cuando la guerra interna estalla puede ser destructiva, y no apareció simplemente, se generó en el vientre materno porque en ese momento empezamos a sentir el amor de nuestra madre, tal vez presentimos el rechazo de otros y comienza el conflicto, la marca que siempre nos acompaña, la falta de afecto, de ser aceptados como somos. Nos preguntamos entonces ¿qué guerra interna tuvieron ciertos personajes tristemente célebres como Hitler, Bush o Galtieri? Tal vez querer alcanzar lo inalcanzable y dejar una horrible marca para que el poder y la destrucción reflejaran una parte de sus propias heridas.
Pero la esperanza es algo que nunca debemos perder, y tratar de superarla - si es posible - creando un compromiso para un mejor futuro.
Lograr abrir esa puerta tan grande - que puede desembocar en la luz o en el abismo absoluto - y que nos permitirá ver que no podemos ser perfectos ni superhéroes, pero por lo menos intentemos ser razonables para que nuestro futuro como sociedad no sea inmaduro, sino más bien un futuro garantizado.
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