Este es un ensayo desarrollado por una alumna de La Universidad de La Frontera, en el marco de la asignatura de Instituciones Sociales dirigida por Guilermo Davinson
Agregado: 15 de JUNIO de 2007 (Por
Pamela Molt) | Palabras: 1179 |
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MAS QUE RUTINA ESFUERZO
Autor: Pamela Molt (pame_lita006@hotmail.com)
MÁS QUE RUTINA... ESFUERZO
Pamela Molt
Temuco, 2007
En el presente ensayo se dará a conocer una realidad ignorada por muchos, pero que a su vez es algo tan necesario y de mucha importancia, parece quizás extraño que algo de importancia sea ignorado por la gente, pero el ser humano es así, o mejor dicho nos están moldeando de esta manera, para ver solo lo que se quiere ver.
Pedro, Adelina y Juan son los protagonistas del libro "Culturas de Mercado, Rutinas de Vida", por medio del cual se a podido apreciar y confirmar fehacientemente con el método etnográfico, como hay en nuestra región, específicamente la Feria Pinto (Temuco) un sin numero de personas que día a día proporcionan a la población sus diversos productos, pero que a la vez son ignorados por este sistema de hoy, el cual deja en él más absoluto anonimato una labor tan digna y trascendental como la es el de estas personas.
Si ha tenido la oportunidad de pasar por la Feria Pinto ha podido también apreciar a una gran cantidad de oferentes y demandantes pudiendo apreciar múltiples clases sociales, orígenes étnicos, sexo entre otros. Alguna de esas personas son don Pedro Caniuman el cual es recolector de digueñes, su oficio comienza muy temprano, el debe ir a los fundos, extraer los productos del árbol y luego concurrir a su posterior venta, por la cual aproximadamente gana unos $75.000 mensuales. Otro caso es el de la señora Adelina Chicahual, ella es vendedora de la rosa mosqueta hace 18 años, su jornada comienza a las 8 de la mañana y finaliza a las 5 de la tarde, luego debe dirigirse a su hogar viajando aproximadamente 2 horas. A ella la ayudan sus hijas menores de edad. Su ganancia no es mucha, a diferencia de otros países, en donde la rosa mosqueta se utiliza para complejas formas curativas. A ellos dos se les une Juan Tragolaf de 46 años, él recolecta camarones de la vega. Este oficio lo heredó de su padre. El producto debe venderse rápido, por ello muchas veces el precio debe bajar mucho, haciendo que sus ganancias sean bastante reducidas.
"...la fragilidad de este producto determina que el proceso de venta debe ser rápido, lo que no garantiza que sea fácil la obtención de los ingresos económicos por esta labor" (Davinson y Ketterer, 2006:40).
Es en aquel punto nostálgico de la ciudad en donde se produce la transacción de un producto por un poco de dinero, pero alguien se pone a pensar por tan solo un segundo, ¿todo el esfuerzo que requirió para esas personas obtener ese producto?, yo creo que no, es tanta la falta de interés que aun así se tiene el descaro de pedir que el producto sea rebajado de su precio original. Acaso no es una falta de respeto a estas personas que día a día deben levantarse temprano, trabajar duro, soportar el castigo del frió clima sureño, y otro sin numero de factores que truncan su trabajo, para que después en el momento de recibir su merecida recompensa, se le pida que baje el precio no tan solo del producto si no el de todo su trabajo. Tan solo ponemos una interrogante: ¿Por qué cuando alguien va al supermercado a comprar cualquier producto, no le pide a la cajera que le haga un descuento por lo que lleva? ¿Y por que se sienten con el derecho de pedirle esto a la gente más humilde y esforzada de nuestro país?
En Chile sé a estipulado un sueldo mínimo el cual oscila en los $130.000 aprox. Es acaso un dinero suficiente para que una familia normal de unas cuatro personas pueda vivir dignamente. Bueno lo más lamentable es que la gente que trabaja de manera informal, no alcanza a recibir ni siquiera este sueldo mínimo, ya que el sueldo de alguno de ellos alcanza solo los $75.000. ¿Es posible poder vivir dignamente así?, ¿qué hace nuestro Estado para mejor la condición de estas personas?, nada, es allí en donde don Pedro, doña Adelina y don Juan se transforman en seres invisibles, y no tan solo no se les presta ayuda, si no que además, se les hunde más con el sistema imperante en estos días, el capitalismo que aplasta de manera avasalladora a gente como la que acabamos de nombrar. Los mismos de siempre son los que se enriquecen con el trabajo de la gente humilde de nuestro país. Por que don Pedro lamentablemente no puede vender sus digueñes al extranjero ya que no tiene los recursos suficientes como para exportarlos, pero aquí entra en el cuento el empresario millonario que le compra a don Pedro sus digueñes y a otros como él, a un precio despreciable comparado con el que ellos luego obtendrán al exportar o al vender a mayor cantidad.
Por que el gobierno que se dice de todos los chilenos y que profesa el bien común deja de cierta manera desposeídos a esta gran parte de ciudadanos que todos los días debe realizar este trabajo denominado informal. La respuesta esta a la vista, con el ya nombrado y conocido romance entre el gobierno y los empresarios de este país. Por que les conviene mostrar un Chile que no es, en donde hay poca pobreza, en donde las cosas funcionan bien, y somos muy parecidos a las grandes potencias económicas, no por nada nos autodenominados de manera grosera los jaguares de Latinoamérica.
Aquí se nos a instaurado un pensamiento individualista, en donde prima el materialismo y la mezquindad, los conocidos sinónimos del capitalismo. Aquí no nos hacemos problema para comprar un Mc combo o una refrescante coca cola, pero si nos complicamos para pagar $2000 por un Kg de digueñes, entonces ¿qué se hace? Le pedimos al más "débil" que baje su precio, haciendo entonces a doña Adelina, don Juan y don Pedro cada día más precaria su situación de vida.
Como se deja ver en el relato, la situación de la gente que trabaja en la Feria Pinto es hereditaria, sus padres enseñan a sus hijos el duro oficio que a ellos enseñó su padre también. Por lo que esto se transforma en el conocido circulo vicioso, en donde los afectados son los mismos de siempre al igual que los beneficiados.
Muchos reconocen el problema lo cual es un avance, pero no basta con eso, lo que se necesita es acción, con organización y compromiso se puede prestar ayuda a don Juan, doña Adelina y don Pedro que son los representantes de miles de ciudadanos que día a día trabajan sin cesar por una vida un poco mejor, luchando con grandes adversidades como las ya nombradas. Sin duda la finalidad de estas líneas es llamar a una conciencia activa en donde todos los que lean este ensayo puedan ser capaces por un instante de pensar sinceramente en que esta pasando con toda esta gente, y de que modo podríamos nosotros ayudar en este constante problema.
FUENTES
Bibliográficas
- Davinson, Guillermo y Lucy Ketterer (2006) Culturas de Mercado, rutinas de vida.
Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera.
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