Analisis del documental
Agregado: 24 de AGOSTO de 2009 (Por
Daniel) | Palabras: 1942 |
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Maras una amenaza regional
Autor: Daniel (dani_suarez@live.com.ar)
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO
Tema: "Maras, una amenaza regional"
Ejes: Subjetividad - Familia - Contexto Sociocultural
El objetivo de este trabajo es analizar el documental "Maras, una amenaza regional" articulando los siguientes ejes:
•Subjetividad - contexto sociocultural.
•Subjetividad - la familia.
Introducción
Mara es el nombre con que se conocen a las pandillas juveniles en Centroamérica, son grupos violentos que se han asociado bajo un régimen antisocial de existencia.
Es un fenómeno de carácter social como resultado de la desintegración familiar.
A las personas que pertenecen a las maras se las conoce como "mareros/as", y al utilizar ese término, se reconoce inmediatamente el grupo al que pertenecen. La mayoría emerge de barrios marginales, en donde se agrupan compactamente para irrumpir y agredir a la sociedad.
Las pandillas generalmente están integradas por jóvenes del sexo masculino entre catorce y veinticuatro años. Tienen códigos de identificación propios, delimitan su territorio, trafican drogas y tienen a la violencia y al crimen como una parte fundamental de la vida diaria.
El asociarse a la pandilla es una característica para lograr seguridad, autoestima, placer, aprendizaje de solidaridad, afecto, pérdida de miedo al abandono y soledad, etc.
Viven presos, pero no en las cárceles por las que regularmente transitan, sino que en sus propios barrios, los cuales tienen los límites del territorio marcados.
Nadie puede irse de la mara, sólo existe un recurso intermedio de "calmarse", el más frecuente es hacerse evangélico, integrándose a un grupo, siendo eximido de delinquir.
La pandilla es por sobre todas las cosas su familia.
La violencia
La violencia es un fenómeno social bastante complejo de estudiar, tiene un abanico de causas y consecuencias, que afectan diversas esferas sociales de nuestra vida cotidiana; por lo tanto cada vez, todos los seres humanos sin diferencias de etnia, religión, edad, género y nivel socioeconómico, estamos más expuestos a la violencia y con muchas posibilidades de generarla en cualquiera de sus diferentes formas de manifestación.
La violencia esta inserta y arraigada en las sociedades, por causa de un neoliberalismo predador que somete a millones de jóvenes en América a grandes condiciones de desigualdades por ejemplo: abandonar temprano la escuela, el desempleo, etc., de esta forma se subjetiviza a cierto nivel social de jóvenes periféricos y se legitimiza socialmente hacia el resto de las sociedades pensando que solamente es violento quien es pobre, habría que analizar quien es el verdadero violento, el sujeto que es sometido o quien implanta políticas tan crueles1. La violencia, sin embargo, se ejerce porque se enseña, se aprende y se legitima socialmente, desgraciadamente también se repite.
En la actualidad sobre todo en los países del tercer mundo, la violencia puede provenir de factores como: condiciones de hacinamiento, desempleo, exclusión, pérdida de valores morales, machismo, frustraciones, marginalidad, descontento social, violencia intrafamiliar, entre otras. Es decir, la violencia está estrechamente ligada a los problemas políticos, sociales y económicos de un país, considerándose estos problemas como macro violencias y macro manifestaciones de la misma.
Familia y Subjetividad
"... la constitución de la niñez como sujeto sólo puede analizarse en la tensión estrecha que se produce entre la intervención adulta y la experiencia del niño..."
Sandra Carli
(La infancia como construcción social)
Un hombre cuando nace necesita de un "otro" para sobrevivir, necesita un vínculo afectivo, del lenguaje como elemento simbólico que lo une a este "otro" y de esta manera da comienzo al proceso de formación de subjetividad. En palabra de Duschatzky y Corea: "El otro es entonces condición y posibilidad de subjetivación. Ese primer otro es la madre que nutre, cuida, brinda afecto, toca, habla. En este encuentro este otro introduce algo de otro orden que la mera asistencia física y que será el motor del psiquismo humano." 2
Pero no todas las madres pueden asistir a su hijo en forma estable y exclusiva ya que no tienen disponibilidad social y afectiva y esta función hace que quede en manos de otro/s.
La ausencia de límites, la carencia afectiva, y la falta de contención, sin dejar de lado el contexto socioeconómico en el cual se desarrollan, son algunas de las causas por las cuales un sujeto ingresa a las maras.1
Otra causa es la caída de un patrón referencial en la estructuración familiar "... donde la familia es hoy un significativo vacío, un lugar sin referencia estable de significación." 3
Estos sujetos necesitan pertenecer a estas asociaciones ilícitas juveniles ya sea por lo expuesto anteriormente o porque la mayoría proviene de hogares pobres, sin ingresos suficientes para el mantenimiento o desarrollo, desintegrados con ejemplos de violencia intrafamiliar por medidas arbitrarias de sus mayores y sin el aprendizaje regular de la escuela, que tiene alta tasa de abandono. Así que es habitual que caigan en la integración de grupos o pandillas.
Para cada integrante pertenecer a estos grupos significa tener un referente a seguir, un modelo, siendo las maras su familia.
La búsqueda de estos grupos de pertenencia produce la desubjetivación de estos sujetos que según Duschatzky y Corea: "Una de las condiciones de la desubjetivación en el entorno familiar es la visible indiferenciación de los lugares tradicionales de padre, madre e hijo, con la consecuente disolución de las posiciones de protección y autoridad de los padres hacia los hijos." 4
El papel del padre se ve desdibujado, ya que deja de ser autoridad en la familia ingresando a un círculo vicioso que arrastra a toda la familia a un entorno de violencia por la ruptura de un nivel socioeconómico.
Ambos patrones referenciales (madre y padre) se encuentran simbólicamente destituidos.
Al sentirse desprotegidos de la familia y marginados de la sociedad se incorporan a las maras en busca de amparo, apoyo y respeto para cuidarse y defenderse mutuamente.
Contexto social y Subjetividad
"... las diversas etapas de la vida son cruciales para comprender el proceso de la construcción de la subjetividad, y la adolescencia y la juventud son especialmente valiosas si se considera que en dichos pasajes se define un estilo de apertura al espacio social con marcas temporales que serán duraderas y significativas."
Marcelo Urresti
(Nuevos procesos culturales, subjetividades adolescentes emergentes y experiencia escolar)
Cuando la violencia estalla y la paz solo se presenta como en fetiche de la "guerra" nos encontramos con las maras. Aquellas pandillas que invaden Centroamérica poniendo de manifiesto una nueva forma de composición social, de percepción de la violencia, evidenciado nuevos modus operandi, además de diversas formas de pensar y sentir la realidad social.
Desde su propia subjetividad las maras marcan un fuerte proceso de descomposición social que se viene dando en los contextos centroamericanos y que parece querer propagarse por todo el mundo, mediante la reproducción de la extrema violencia como respuesta a las "injusticias" de las que creen ser víctimas. "Si algo caracteriza a los colectivos juveniles insertos en procesos de exclusión y de marginación es su capacidad de transformar el estigma en emblema...".5
Hoy en día podemos hablar de conductas desviadas, conductas que generan todo tipo de temores sociales aplicados por estos grupos: secuestros express, secuestros extorsivos, asesinatos, robos, etc. Cabe destacar que esta desviación está creada por un determinado orden social. Las condiciones de pobreza determina la vida de miles de jóvenes acrecentándose ante la no-respuesta de estado o ausencia de instituciones, entre ellas la escuela que constituyen elementos esenciales para la expansión de tales conductas. En el caso particular de los mareros todos estos comportamientos nombrados anteriormente definen en gran parte la conducta de un importante numero de integrantes, lo que lleva a las sociedades y a los gobiernos a etiquetar como delincuentes a todos los mareros.
Sentimiento de pertenencia e identidad
El barrio aparece como un espacio fundamental para los mareros, es un elemento esencial para su mundo. Allí no solo se marcan las lealtades, sino que también exacerba el sentimiento de pertenencia para la pandilla.
Existen diversas formas de integración a la mara que se llevan adelante mediante los denominados rituales de iniciación, algunos de los mismos podrían ser: peleas entre nuevos habitantes y viejos miembros del barrio para conocer las habilidades y evaluar el respaldo que se dará en caso de lucha con otros barrios o personas; en el caso de las mujeres que quieran iniciarse como mareras, deberán por ejemplo, tener relaciones sexuales con los hombres de la mara.
Quizá para responder a esto será importante observar el siguiente caso extraído del Diario Página 12.6
También existen los casos en los que los rituales no existen y la aceptación para formar parte de la mara depende no solo de la confianza, sino también, de la socialización compartida y las experiencias comunes.
Quienes lideran las maras son por lo general, las personas de mayor fuerza y mejor capacidad de pelea. Generalmente el liderazgo se encuentra en manos de los veteranos, los jóvenes tienen una marcada tendencia a decir que en el barrio son todos iguales y que por ende, todos son jefes. "Las nuevas generaciones deben buscar nuevos elementos y repertorios con los que plantear su diferencia, dado que la brecha con los adultos no es tan clara..."7
Otro elemento primordial y que se encuentra relacionado con el barrio es el tipo de vida que llevan, una vida que se encuentra asociada a lo marginal, el comportamiento que presentan con desbordes y excesos consecuencia del producto del masivo de consumo de drogas. Así la violencia se incrementa y las muertes aumentan, llevando a muchos mareros a la cárcel. Utilizan armas de todo tipo que denotan el perfil agresivo que poseen. La característica indumentaria es fundamental y delimita también los rasgos sobresalientes de las maras. En cuanto a los tatuajes, los mismos representan básicamente la vida emocional de los mareros. Lo mismo sucede con los murales que pintan, en ellos se ven reflejadas diversas situaciones de la vida del marero, o bien ciertos códigos.
Consideraciones finales
Los miembros de las pandillas juveniles viven en un ambiente de violencia naturalizado, por lo que el empleo de la misma es entendido como correcto a la hora de resolver cualquier conflicto. Es decir, conforme a sus formas de actuar, pensar y sentir, la violencia se presenta como una salida frente a las problemáticas.
Las pandillas no existen en Argentina, mejor dicho, no llevan aún el nombre de Maras. Existen bandas o grupos, que si bien no tienen las mismas características que las maras, sí poseen un manejo de la violencia y códigos específicos que cuidan su lugar.
Las maras pueden llegar a nuestro país porque existen antecedentes de grupos violentos que pueden terminar por tomar como propias sus características más sobresalientes. De suceder esto se producirá un fuerte quiebre en la seguridad de la sociedad porque el orden social estará en cuestionamiento más que nunca, y la necesidad de rever el control se volverá aún más necesario de lo que ya es de por sí.
Bibliografía
•Documental Discovery: "Maras, una amenaza regional"
•Urresti M. (2008) "Nuevos procesos culturales, subjetividades adolescentes emergentes y experiencia escolar" en Tenti Fanfani E. "Nuevos temas en la agenda política educativa". Siglo XXI. Buenos Aires.
•Freud, S. "El aparato psiquico" en Obras completas. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1991.
•Reguillo R. (2008) "Instituciones desafiadas. Subjetividades juveniles: territorios en reconfiguración" en Tenti Fanfani E.
•Carli S. (1999) "La infancia como construcción social" en "De la familia a la escuela. Infancia, socialización y subjetividad". Ed. Santillana. Buenos Aires.
•Carbajal M. (editora) "Bajar la edad de imputabilidad es una medida demagógica" basado en una entrevista al Director Regional para América Latina y el Caribe de UNICEF Nils Kastberg. Página 12. Domingo 28 de Abril de 2009.
•Duschatzky S. Corea C. (2002) "Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones". Ed. Paidós. Buenos Aires.
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