|
Rutinas de subsistencia en un mundo globalizado
Karina Bobadilla Ortiz
Las dinámicas de la feria Pinto se encuentran plasmadas en el libro "Culturas de Mercado, rutinas de vida"[1], determinando así las semejanzas y diferencias a otros contextos de nuestro país.
En los distintos relatos del libro se puede apreciar en forma detallada la vida cotidiana y los procesos de recolección como también de elaboración de distintos productos comercializados en la feria.
Podemos señalar que todos ellos practican un modelo de economía de subsistencia, los que se encuentran subordinados a las macroeconomías sin expectativas de poder mejorar su calidad de vida o capitalizar en sus negocios, sólo importa el sobrevivir, en un país que se dice llamar "moderno" existiendo una desigualdad social que avergüenza.
El proceso de globalización ha generado oportunidades y desafíos a ciertos agricultores y a sus corporaciones, pero a la vez ha provocado paulatinamente una transformación del sector agropecuario al incorporar y sustituir cultivos, agricultores y modificado en alguna medida la geografía agrícola del país.
Desde la perspectiva económica aparece como que son buenas señales y síntomas de una mejor asignación de los recursos productivos, de un incremento notorio de la productividad y, en consecuencia, para algunos, de un mejoramiento real de los ingresos.
Mirado así, se podría pensar que este fenómeno favorece a la agricultura integralmente e incluyendo a todos los que trabajan en ella. Sin embargo, la realidad muestra que los procesos de apertura al exterior sólo apuntan a favorecer principalmente a todas aquellas unidades productivas que poseen mayor capacidad económica y mayor tecnología y, coincidentemente, se desarrollan en las mejores tierras productivas existentes.
Esta economía campesina presenta el fenómeno denominado de globalización periférica que se traduce en deficiencias de carácter tecnológicas y empresariales de relevancia, que dificulta una rápida incorporación a un proceso más modernizador. Sus alternativas de crecimiento están vinculadas a lograr mayor eficiencia y efectividad de la asistencia técnica y de la extensión agrícola y con un acceso sin restricciones a recursos de inversión y para la innovación agraria. La capacitación campesina y el apoyo y la incorporación de las mujeres y jóvenes rurales son decisivos.
La globalización afecta diferentemente a los distintos grupos de agricultores, existiendo grupos bien posicionados, otros en proceso de adecuación y un sector importante de alrededor del 31% ubicado en la marginalidad y subsistencia.
Este importante grupo de agricultores está prácticamente fuera de las políticas agrarias generales y su situación se tornará más crítica si no hay medidas rectificadoras que modifiquen los programas de apoyo y los recursos destinados que provoquen cambios radicales.
El fenómeno de la globalización en la agricultura tiene como característica especial, entre otras, el provocar cambios significativos y trascendentes junto con transformaciones en diferentes aspectos tales como el desarrollo de tecnologías, la externalización de los mercados, en la dinámica cultural del país y en la propia calidad y forma de vida de la gente.
El modelo económico con sus características ha generado diversos efectos, tocando a todos los sectores productivos, en mayor o menor intensidad. Desde la perspectiva exitosa se produce una fuerte concentración de la rentabilidad de los capitales multinacionales, un mejoramiento notable en el cambio de las condiciones de vida de una parte de la población y deja atrás a otro grupo significativo y mayoritario, a los cuales no les han tocado las transformaciones exitosas. Esta situación tiene que ver con las características intrínsecas del modelo que es la acentuada concentración del poder y la riqueza y donde las variables más relevantes son entre otras la competitividad, las economías de escala, la integración vertical, la tecnología y el capital, todas necesarias para realizar una exitosa actividad comercial y empresarial, pero no suficientes para lograr un desarrollo homogéneo y equitativo.
En este contexto, el Estado ha intentado, con altibajos, asumir un rol incluyente, potenciando este tipo de desarrollo y realizar ajustes y correcciones dirigidas a mejorar la distribución de los beneficios, lo que ha colisionado con el modelo aplicado, relegando estas políticas a un plano secundario.
El modelo económico imperante profundiza la heterogeneidad y ha generado grados diferentes de integración o de marginalización de esos grupos.[2]
Factores que afectan el desenvolvimiento productivo de los agricultores:
Bajo nivel educativo y de gestión muy elemental que presenta la mayoría de los agricultores.
- Encadenamientos productivos y comerciales insuficientes para generar dinámicas sostenibles y sustentables en el tiempo.
- Intermediación compleja entre productores y consumidores.
- Serias limitaciones para el acceso a los derechos de aguas.
- Tendencia del mercado a concentrar la propiedad de la tierra. En esa línea el tamaño de la propiedad se puede convertir en un factor crítico de competitividad.
- Brecha tecnológica cada vez más creciente.
- Escaso acceso a la transferencia tecnológica y mala calidad de la asistencia técnica y de gestión.
Se transforma en una necesidad de carácter prioritario la intención de perfeccionar los instrumentos de fomento que ayuden a reducir las diferencias tecnológicas e incrementar el acceso y calidad de la transferencia tecnológica y de la gestión.
Es imprescindible rediseñar los programas de asistencia técnica y gestión para poder avanzar en sistemas de certificación adecuados a la realidad de las pequeñas unidades campesinas. Al mismo tiempo se hace necesario impulsar alternativas asociativas que requieren de emprendimientos campesinos con real capacidad de gestión para enfrentar los mercados e insertarse en ellos en condiciones competitivas.
Se debe tener presente que solo un tercio de la pequeña propiedad agrícola ha accedido alguna vez a un financiamiento público y/o privado. La idea central es satisfacer cabalmente las demandas, tanto en los requerimientos operacionales como en inversiones de mediano y largo plazo. En este campo, el Estado podría hacer más, asumiendo directamente y con más fuerza el apoyo crediticio.[3]
En consecuencia, es necesario modificar y readecuar la actual institucionalidad a la realidad existente, y en el caso de la agricultura familiar campesina, con mayor énfasis, dada la existencia ya destacada de los dos tipos de agricultores y de propiedades existentes dentro de ella y que son además parte de los sectores de mayor concentración de pobreza en el ámbito rural y nacional.
Número y superficie de las explotaciones según tipo de productores
Variables | Subsistencia | Pequeño | Mediano | Grande | S/ clasificación | Total |
Nº explotaciones |
102.766 |
176.074 |
17.005 |
9.399 |
24.461 |
329.705 |
% |
31,2 |
53,4 |
5,2 |
2,9 |
7,4 |
100 |
Superficie (ha) |
1.186.316 |
8.061.328,3 |
6.095.948,4 |
15.423.345,6 |
20.533.375,5 |
51.300.313,8 |
% |
2,3 |
15,7 |
11,9 |
30,1 |
40,0 |
100 |
Sup. Agrícola utilizada |
537.819,7 |
3.472.276,1 |
3.909.808,4 |
9.691.475,3 |
68.859,8 |
17.680.239,3 |
% |
3,0 |
19,6 |
22,1 |
54,8 |
0,4 |
100 |
Las familias pertenecientes al estrato de subsistencia tienen en común ser propietarios de una superficie de tierra inferior a la necesaria para poder desarrollar una actividad agropecuaria que le permita obtener ingresos por su producción. [4]Fundamentalmente es una producción de autoconsumo y muy esporádicamente va al mercado local, haciendo por tanto imposible lograr un desarrollo como agricultores comerciales.
La tierra en estas condiciones corresponde a un lugar de hábitat, de apoyo a la alimentación del grupo familiar y de residencia permanente.
Dadas estas características, la actividad necesariamente debe ser diversificada lo que se alcanza mayormente con la explotación de cultivos tradicionales, huertos, chacras, animales menores y como asalariado agrícola de carácter temporal.
La agricultura de subsistencia representa el 31,2% del total de las explotaciones agropecuarias nacionales pero solamente tiene el 2,3% de la superficie agropecuaria total y el 3% de la superficie utilizada.
Como ya se explicara, las fuentes de ingreso de las familias pertenecientes a la agricultura familiar campesina de subsistencia aparecen siendo muy diversas y dependientes de múltiples actividades, dada su permanente precariedad laboral.
La vía más destacada corresponde a su propia producción agropecuaria, donde una parte se destina al consumo y otra al mercado local en volúmenes generalmente pequeños y que permiten complementar otros ingresos. Otra vía bastante significativa lo constituyen los subsidios monetarios y no monetarios que reciben diversos miembros de la familia. En algunos casos estos pueden alcanzar más de la mitad de los ingresos totales. Una tercera fuente son los provenientes del trabajo asalariado estacional en la agricultura o en la agroindustria. De esta forma, la multiactividad y el multiingreso constituyen una característica fundamental en la estrategia de sobrevivencia de estos agricultores.
Estas razones hacen prever que las acciones de apoyo para este sector deban ser distintas a las de la pequeña empresa agropecuaria y se insertan más bien en las estrategias de combate a la pobreza y de desarrollo rural. En este caso lo importante es entender que de las acciones de fomento agropecuario que se realizan hacia ellos, si bien son relevantes, no puede esperarse un efecto de crecimiento y de aumento significativo de sus ingresos en razón de las limitaciones estructurales de su explotación. A la vez, importa también que estas actividades no impidan el desarrollo de otras que signifiquen más ingresos para el grupo familiar. Se requiere por lo tanto de una acción multiactiva, sistémica, que enfrente las necesidades en su conjunto.[5]
La Pobreza Rural es un fenómeno que siempre ha estado presente en el sector rural y fuertemente vinculado a la Agricultura Familiar Campesina, es inherente a los trabajadores sin tierra, asalariados, temporeros y temporeras, jóvenes y por lógica vinculada a la pequeña agricultura campesina de subsistencia y a la población indígena.
Los focos de pobreza están a lo largo de todo el país pero se concentran notoriamente entre las VII, VIII, IX y X Regiones, las que a su vez son las que tienen mayor incidencia de actividades agropecuarias tradicionales y alta presencia de población de origen indígena.
La población ubicada en el estrato de pobreza dentro de la Agricultura Familiar Campesina alcanza a más de 100.000 familias con promedio de no más de 3 hás físicas de terreno, con los suelos de peor calidad y con escasez de agua permanente, escasez de recursos de capital y de apoyo técnico. O sea un grupo absolutamente marginado de todo programa y que significan aproximadamente entre 400 a 500 mil personas.
Para lograr transformaciones significativas en las economías de subsistencias deben provenir de un crecimiento y desarrollo productivo en el propio territorio y generadas por inversiones privadas y públicas importantes.
Es claro que el desarrollo agrícola tiene un efecto directo en la reducción de la pobreza gracias a los encadenamientos producidos con la agroindustria y los servicios que impactan positivamente en el empleo. Los encadenamientos si bien mejoran el crecimiento del producto no provocan necesariamente impactos sobre los ingresos, los cuales siguen siendo muy bajos y notoriamente diferenciados. Se da la paradoja, que contribuyendo a la disminución de la pobreza en los sectores que pueden ligarse a las estructuras productivas, éstas generan pobreza en el resto, que queda excluido y marginado.
Del análisis realizado podemos concluir que la existencia presencial de los agricultores de subsistencia, que no presentan viabilidad económica, ponen una señal de alerta que advierte que no hay desarrollo equitativo ni integral posible bajo el modelo económico imperante, en donde la lucha contra este deberá avanzar para abrazar una nueva propuesta contra hegemónica.[6]
Bibliografía
- Bioline international (página consultada el 12 de noviembre de 20069), libros, Dirección URL: http://www.bioline.org.br/request?at00005
- PDF, Desafíos de la Pequeña Agricultura Familiar Frente a la Globalización, Dirección URL: http://www.rimisp.org/getdoc.php?docid=1778
Este ensayo fue desarrollado en el marco de la asignatura Investigación -Acción de la Carrera de Trabajo Social de la Universidad San Sebastián (Valdivia) y los insumos son parte del análisis del libro, Culturas de Mercado, rutinas de vida de Guillermo Davinson y Lucy Ketterer, (2006) Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera".
Aún no hay comentarios para este recurso.
Monografias, Exámenes, Universidades, Terciarios, Carreras, Cursos, Donde Estudiar, Que Estudiar y más: Desde 1999 brindamos a los estudiantes y docentes un lugar para publicar contenido educativo y nutrirse del conocimiento.
Contacto »