BiografÃa del pintor argentino Xul Solar. Incluye una cronologÃa y un testimonio de Borges sobre el artista.
Agregado: 11 de JULIO de 2006 (Por
Paula) | Palabras: 5644 |
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Xul Solar
Autor: Paula (paula86_86@hotmail.com)
Xul Solar
Introducción
La situación de Xul Solar es paradójica. Los centenares de acuarelas, dibujos y óleos que componen su obra, si bien ya no se duda de su importancia, frecuentemente son mal entendidos.
Para algunos estas pinturas misteriosas y esotéricas tienen el encanto insólito, de la ingenuidad, del humor. Para otros, el conjunto de su obra es el campo de una experiencia múltiple, fundada sobre sus profundos conocimientos de las religiones y de la filosofía hermética, así como sobre la astrología, que constituyó, para el pintor, la clave reveladora de la armonía universal y de la unidad del cosmos.
Muchos, en su momento no comprendieron el alcance de su tentativa. Frente a las múltiples actividades y creaciones alejadas de lo convencional fue considerado de humorista, un excéntrico de ingenio. Existieron excepciones, claro está. Jorge Luis Borges estuvo entre quienes entendieron tempranamente que Xul Solar fue un hombre de genio, como lo reconociera en cierta oportunidad. "Hombre versado en todas las disciplinas -escribió- curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad, Xul Solar es uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época.".
Las dificultades con que se tropieza ante la obra pictórica de Xul Solar son innumerables, y resultaría imposible comprenderla fuera de su mundo espiritual. La pintura, para él, no es sino uno de los medios ideales para promover la comunicación entre los hombres. Además, tiene la posibilidad privilegiada de convertir las imágenes en símbolos. Pero este intento no se limita a la pintura, de ahí su esfuerzo para elaborar un idioma universal que uniera más fácilmente a los hombres. Por otra parte, su simbolismo no es arbitrario, responde a una concepción esotérica basada en la correspondencia que existe entre los diversos órdenes de la realidad natural y sobrenatural, donde se considera a la natural exteriorización de la sobrenatural. Los símbolos, de acuerdo con este pensamiento, hacen sensible todo concepto inteligible, creando un nexo entre el cuerpo y el espíritu. Son los mediadores del dominio psíquico, poseyendo un carácter doble que los hace portadores de un doble sentido, o aún en múltiples sentidos coherentes, verdaderos. Pueden por lo tanto ser interpretados desde diferentes niveles, de acuerdo con la capacidad del interpretante. En las pinturas de cierta época, Xul Solar utiliza los símbolos bajo las especies de palabras, signos, números, grafías, acciones. Sin duda esta simbología esotérica responde a su concepción del mundo, una concepción que desafía permanentemente los límites de lo cotidiano, oponiéndoles lo ilimitado y lo desconocido.
Xul Solar se definió en cierta oportunidad como catrólico o catrólico astrológico. Más tarde aclaró el sentido de esta palabra de su invención explicando que ca corresponde a cabalista, tro a astrológico, li a liberal, co a coísta o cooperador. Pero su catrolicismo es, en realidad, una armoniosa conjunción de religiones, o de aspectos parciales de éstas. Particularmente del brahamanismo, la religión de la India antigua, y de las enseñanzas de los Vedas, sus escritos sagrados, a los que sumó ciertos conceptos extraídos del lamaísmo, forma de budismo mahayana, de la Uttara Mimansa, de los Tantras, libros sagrados de la India y del tantrismo. Otras de las influencias notables que contribuyeron a la formalización de sus planteos filosóficos o religiosos fueron los pensamientos de Rudolf Steiner, fundador de la "Anthroposophische Geselleschaft", desprendimiento de la "Sociedad Teosófica" y de Emanuel Swedenborg, especialmente por su búsqueda de la espiritualización máxima en la tierra como medio de comprensión de la realidad de otro mundo, cuyo centro es Dios.
No obstante, la astrología aparece siempre en el núcleo de sus especulaciones. Según esta mancia, del conocimiento de las leyes analógicas del universo, de su armonía, pueden ser deducidas ciertas relaciones que enlazan el microcosmos y el macrocosmos, principio presente en todas las religiones. Xul Solar, mediante una interpretación astrológica generalizada, intentó establecer la correspondencia oculta entre el lenguaje, la música, la pintura, el teatro, los juegos, las matemáticas, la arquitectura. Como ha observado Osvaldo Svanascini, al elegir esta explicación y clasificación del mundo, denominada por el pintor cábala, y que se inspira en la cábala mística hebrea, "exaltó a través de ella la comprensión entre los hombres".
Quizás esta búsqueda lo llevó en el último período de su vida a realizar una pintura basada en un sistema de signos con los que es posible componer una frase, susceptible de ser decodificada si se está en posesión del respectivo código. Con estas "grafías plasti-útiles", como las denominó, encontró otra forma de satisfacer su deseo de contribuir al mejoramiento de la comunicación entre los hombres. Ambición esta que es una de las claves principales para la correcta interpretación de su obra y de su vida, por otra parte tan inseparables.
Encuentro con Emilio Pettoruti
Emilio Pettoruti, en su libro autobiográfico, relata detalladamente su encuentro con Xul Solar. Recién llegado a Florencia en 1916, se hallaba un mediodía en un café que estaba en la esquina de la Piazza del Duomo y vía Martelli. Allí se encontraba sentado, solo, mirando hacia la vía Calzaioli, cuando vio que un joven alto, con una pequeña valija en la mano, iba hacia él con grandes pasos. "Se me plantó delante -escribe Pettoruti- como quien llega de pronto a su meta y me preguntó en español si era yo Pettoruti. Respondía que sí y se me presentó: Alejandro Schulz Solari. Francamente, su nombre me dijo poco, pero mucho su figura y su cara: sobre el cuerpo altísimo una cabeza bien modelada con un par de ojos llenos de inteligencia y de bonhomía. Sus primeras palabras fueron graciosas y espirituales".
Por supuesto, es de imaginar la sorpresa de Pettoruti al ser reconocido entre tanta gente. Le indagó sobre la manera en que había acertado que era él, a lo que repondió "que habiéndolo guiado sus pasos, yo no podía ser otro".
En París le habían dado la dirección y al no encontrarlo allí fue directamente a la Catedral, "donde debía estar".
Pettoruti le ayudó a encontrar un pequeño cuarto para alquilar, ya que Xul Solar deseaba quedarse algún tiempo en Florencia. Esa misma noche cenaron juntos. "Me di cuenta -continúa Pettoruti- de que estaba lleno de preocupaciones artísticas, lingüísticas, filosóficas, religiosas, esotéricas; todo le interesaba en el mismo grado: las ciencias astronómicas y las submarinas, las técnicas pictóricas y las musicales; nuestra conversación saltaba de un punto a otro. Me pareció un muchacho encantador, con su punta de extravagancia, puro como un niño".
Nació así una larga amistad entre ambos pintores.
Cuando a fines de septiembre de 1916 Pettoruti partió para Roma y Xul Solar hacia Zoagli, donde residían su madre y su tía, se separaron por un tiempo. Hacia mediados de 1917 volvieron a encontrarse en Milán. Por entonces Xul estaba preocupado por algunas ideales que desarrollaría años más tarde, el cuarto de tono en el piano y el idioma universal, el esperanto, que le llevaría después a su invención de la panlingua. Pero Xul Solar comenzaba a pasar ciertas dificultades económicas; su madre, en Zoagli, recibía algo irregularmente las rentas que provenían de Buenos Aires. Por su parte, Pettoruti, que compartía su suerte, al llegar a Milán tenía dinero suficiente para resistir solo cuatro o cinco meses de vida muy modesta. Deciden entonces probar algún medio de conseguir dinero. Pettoruti realizaba tarjetas postales que Xul intentaba vender a posibles editores; en otras oportunidades cosían bolsas para ser rellenadas con tierra en las trincheras en el Piave. Ni estos ni otros ensayos dieron mayor resultado. Empiezan, pues, a hacer economías. Comen solamente de noche, el almuerzo se limita a polenta o pan fresco con medio litro de leche.
Tiempo después Xul Solar viaja a Zoagli para reunirse con su madre y su tía. En noviembre de 1920 regresa a Milán llamado por Pettoruti, quien había propuesto a Marlo Buggelli, propietario de la galería Arte, que Xul acompañara al escultor Arturo Martini en su exposición ya que éste no contaba con dibujos para llenar las paredes. Buggelli aceptó y el 27 de noviembre se inauguraba su primera exposición. Martini, quien exponía ocho esculturas, lo hacía prologado por Carlo Carrá; Xul Solar era prologado por Pettoruti.
Naturalmente no hubo venta alguna. Poco después, Xul Solar regresó a su casa en Zoagli.
Recién en marzo de 1924 volvió a exponer; lo hizo en París, en el Museé Galliéra. Se trató de una muestra de arte de América Latina organizada por la Maison de I'Amérique y L'Academie Internationale des Beaux Arts.
Exhibe tres acuarelas, entre ellas Femme au serpent, que corresponde a la serie realizada hacia 1923, con la característica de presentar temas variados, siempre acompañados de alguna serpeinte, un símbolo esencial en su iconografía.
Poco tiempo después Xul Solar se reúne con Pettoruti en Hamburgo; ambos habían decidido regresar a Buenos Aires. Allí, gracias a los buenos oficios de Raúl Oyhanarte, cónsul general de esa ciudad, y compañero de la infancia platense de Pettoruti, pueden conseguir un pasaje gratis para éste y una considerable rebaja para el de Xul. El 31 de julio de 1924 desembarcaban en Buenos Aires.
Los primeros años
Xul Solar había nacido en San Fernando, provincia de Buenos Aires, el 14 de diciembre de 1887. Hijo único de Emilio Schulz Riga, alemán de Letonia y de Agustina Solari, oriunda de Zoagli, Génova. Sus estudios secundarios los realizó en una escuela normal de Buenos Aires, a cuyo término inició una fracasada experiencia docente.
Por la misma época comenzó sus estudios universitarios en la Escuela de Arquitectura, abandonándolos poco después. Contaba veinte años cuando ingresó en un puesto público en la Municipalidad de Buenos Aires, soportando por algunos años la rutina de la burocracia, tan opuesta a su temperamento ávido de conocimientos y, por sobre todo, de un alto grado de misticismo. Así pasaba las horas de ocio en la oficina entregado a la lectura, y permanecía todo su tiempo libre en las bibliotecas de Buenos Aires descubriendo las grandes religiones del mundo, hinduísmo, budismo tibetano y japonés, el taoísmo chino, el judaísmo, el islamismo, el cristianismo.
Quizás aspirando una vida monástica en el Tíbet, según manifestó años después, quizás inspirado en las narraciones de viajes por el Extremo Oriente. Xul Solar, en 1911, se embarca clandestinamente en un buque de carga que uniría Buenos Aires con Hong-Kong. Pero no llegó a su destino. Desembarca en un puerto del Mediterráneo comenzando su extenso recorrido por Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y España. Poco después, por iniciativa de su padre, la madre y la tía de Xul se instalan en la casa familiar de Zoagli para estar más cerca del viajero. Este solía pasar algunas temporadas en ese lugar ocupado en sus estudios.
Ya en 1916, como lo recuerda Pettoruti, Xul Solar poseía profundos conocimientos de las religiones y la filosofía hermética. Sin duda, los cinco años de su peregrinaje europeo transcurridos hasta entonces fueron un período de estudio, de asistencia a cenáculos, a reuniones filosóficas y religiosas, a sociedades astrológicas, a museos, a exposiciones. Su extraordinario conocimiento de los idiomas le facilitaba la tarea; Xul Solar hablaba y escribía cinco o seis idiomas vivos, dominando además el griego y el latín, y poseyendo algunos conocimientos del sánscrito.
Sus comienzos en la pintura datan de 1914. No estudió dibujo ni pintura, se inició solo. En una de sus primeras pinturas conservadas, Entierro, de 1914, ya es evidente el simbolismo esotérico que caracterizará su obra, por el momento vinculada formalmente al art nouveau. Dos años después, en 1916, Xul Solar ya dominaba perfectamente la técnica de la acuarela, en la cual realizó la mayor parte de su obra. "Conocía muy bien los colores transparentes y no transparentes -afirma Pettoruti- cómo debía usarlos y cuándo no usarlos, así como los papeles a emplear en cada caso".
Evolucionó rápidamente, como se advierte en su San Francisco, de 1917, escena de la estigmatización, resuelta en una alternancia de curvas producidas por los árboles y el gran montículo sobre el que se encuentra de rodillas el Santo. El color es medido, con una armonía casi monocroma de dominancia verde. Poco después el color adquiere mayor plenitud y, en ciertas obras, como Troncos, de 1919, la forma posee una vehemencia que lo vincula con el expresionismo.
Sólo dos serpientes y un pájaro recuerdan el mundo pleno de simbolismos de Xul Solar. Sin duda, por esta época su dedicación a la pintura ya era sistemática y su producción numerosa. Cuando en 1920 expuso en Milán presentó setenta obras, cifra reveladora de su intensa actividad pictórica.
La época de "Martín Fierro"
Cuando Xul Solar y Pettoruti desembarcaron en el puerto de Buenos Aires fueron recibidos por el arquitecto Alberto Prebisch, quien había iniciado en el país la difusión de las corrientes artísticas de vanguardia producidas en Europa. En el mismo lugar convinieron una reunión con el grupo de los "martinfirerristas". Dos o tres días después visitaron a Evar Méndez, paternal director de Martín Fierro, en la Casa de Gobierno, donde trabajaba en la sección Biblioteca y Publicaciones. Los tres se dirigieron a la confitería Richmond de la calle Florida, lugar previsto para la reunión con los jóvenes escritores del grupo comenzando su vinculación con ellos. Xul Solar continúa frecuentando el mismo lugar o la casa de Evar Méndez. Así traba una perdurable amistad con Oliverio Girondo, Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Jacobo Fijman y otros. Pronto, el pintor estará entre los colaboradores de esta revista que significó, sin duda, la puesta al día en literatura y arte.
Según parece, Xul Solar había proyectado exponer, el año del regreso, junto con Pettoruti; sin embargo éste lo hace solo. Xul Solar, por su parte participó en un "salón Libre" realizado en la galería Witcomb, una ecléctica muestra colectiva donde, entre otros, se encontraban Miguel Burgos Videla, Fray Guillermo Butler y Adolfo De Ferrari. Alfredo Chiabra Acosta (Atalaya) escribía en su columna que "El aporte más curioso y de rareza no común [en el "Salón Libre"] son las obras de Xul Solar". Así saludaba a las imágenes, entonces insólitas, del pintor, mientras en el mismo artículo anatemizaba contra "la cáfila de los Collivadino y compañía".
Las palabras del crítico de Campana de palo son un claro testimonio de la situación del arte en ese entonces. Es comprensible que sólo los poetas y escritores de Martín Fierro pudieran comprender las audacias de Xul o de Pettoruti. Los jóvenes pintores del "grupo de París", Basaldúa, Badi y Butler, u otros como Spilimbergo, cumplían su etapa formativa en Europa; recién retornarían a Buenos Aires años después, cuando ya había desaparecido la revista.
La pintura de Xul Solar, en este período, se caracteriza por el uso sistemático del color saturado y formas esquemáticas, planas.
Los personajes tratados geométricamente te mezclan con formas no representativas, también geométricas. El espacio, tal como lo ha observado Aldo Pellegrini, "tiene todo el aspecto de un espacio mental o, mejor todavía, de un espacio imaginario". Este espacio está producido por las transparencias del color, su avance y retroceso visual y la superposición de las formas. En muchas de las obras de esta época introduce flechas, números de significado simbólico, signos astrológicos, letras, símbolos de la alquimia, del Tarot. Ciertos símbolos que ya habían aparecido en sus primeras obras como la serpiente, el dragón y el pájaro son casi una constante en este período.
Se ha vinculado a Xul Solar con Paul Klee, aunque siempre advirtiendo las diferencias. Las similitudes y diferencias son evidentes. Sin embargo, como ha observado Jorge Luis Borges, si tuviéramos que encontrar alguna vinculación con Xul Solar tendríamos que pensar en William Blake.
Si bien no puede confundirse una pintura de Blake con una de Xul, ambos se parecen en el sentido de que las dos obras son producto de experiencias íntimas, los dos son pintores místicos. Xul, según recuerda Borges, no creía especialmente en el arte moderno aún cuando tenía un profundo conocimiento de los movimientos de vanguardia. La mayoría de las innovaciones le parecían arcaísmos. Xul Solar dijo en cierta oportunidad al escritor que él era un pintor realista por cuanto no pintaba formas arbitrarias, sino lo que había visto en sus visiones.
Explicaba que los visionarios ven las formas del bien y del mal, que hablan con las divinidades que rigen el mundo.
Evolución de la pintura de Xul Solar
En 1929, cinco años después de la fecha originariamente prevista para exponer, Xul Solar realiza su primera exposición individual en "Amigos del Arte", junto a Antonio Berni. En esa oportunidad, según la puntual crónica de Atalaya, ya no existen las pullas del "Salón Libre" de 1924. Ahora "no oímos sino elogios y felicitaciones al pintor y a su fantástica e ideológica pintura". Sin embargo, Xul continúa manteniéndose retraído de las exposiciones. Recién en 1940 volverá a exponer individualmente en "Amigos del Arte", junto a Norah Borges.
Poco después de la primera muestra se inicia un nuevo período en su pintura. Abandona la planimetría de los cuerpos de su etapa anterior, utilizando cierto modelado en los volúmenes. La perspectiva es más tradicional, aunque la multiplicidad de puntos de vista disloque la escena. Desaparecen los símbolos gráficos, las palabras y los números.
Hacia 1943 inicia una breve etapa que se extiende hasta 1946, caracterizada por la eliminación casi total del color. Utiliza preferentemente blanco y negro sobre un cartón ocre. Las representaciones más características de esta época son paisajes y arquitecturas, apareciendo ya el tema de la ascensión. Entre 1948 y 1949 pinta una serie de obras con formas arquitectónicas más definidas, o con montes antropomorfizados, donde las escaleras o las rampas reiteran la especie mística de la ascensión que, cualquiera sea el conjunto religioso en se encuentren, siempre significan trascender la condición humana y penetrar en los niveles cósmicos superiores.
En el año 1949 realiza dos series, la primera es la denominada de los plurentes o seres complicados, cuyo tema es el de los personajes con varios rostros; la segunda es la de los San mástiles o mástiles santos. En estas pinturas aparece el motivo del mástil plantado en la tierra, como un monumento, teniendo cada uno la cabeza de un ángel guardián suspendida en lo alto, o bien en su base. El simbolismo del mástil sin duda pertenece al grupo cósmico del "eje del mundo" que, por su verticalidad, puede también tener un sentido de impulso ascendente y un sentido de autoafirmación. Un año después pinta una serie de ruinas urbanas, algunas veces con símbolos que aluden a la Segunda Guerra Mundial.
En 1951 ejecuta una serie de pliretratos o retratos múltiples y de horóscopos superpuestos al retrato de distintos personajes, realizados con un modelado monocromo.
Desde 1953 trabaja en la serie de los Proyectos y fachadas para casas en el Delta.
En los últimos años de su vida Xul Solar intenta un nuevo sistema de pintura al que denomina "grafías plasti-útiles". Desde 1959 vuelve a la calidad cromática de su primer período, pero ahora pretende crear una verdadera escritura plástica. En cada cuadro compones frases susceptibles de ser leídas si se conoce el código. Una de las obras de esta época repite la frase Pax, Worke, Love (Paz, trabajo, amor) en diferentes direcciones y con diferentes grafías. En otras puede leerse Mi wile pan pax, todo to worke for lo futuro (Mi voluntad en paz total, toda para trabajar por lo futuro); Lu muere se lu puerta de vida y viceversa (La muerte es la puerta de la vida y viceversa), siempre compuestas con sus modos de escritura plástica.
Elaboró seis sistemas para realizar estas pinturas a los que denominó geométrica, silábica, estenográfica, de bordura (o bordado), sistema de árboles y sistema de figuras humanas. Como ha observado Aldo Pellegrini, el elemento semántico no constituye sino un elemento más añadido a la calidad pictórica de estas obras, "la notable fantasía y originalidad de las imágenes, el excepcional refinamiento del color".
Si bien es posible clasificar toda la obra de Xul Solar en series cronológicas sucesivas, en las que se conserva inalterable la característica de su singular mundo espiritual, puede advertirse que no constituyen límites estrictos. En muchas oportunidades retomó temas anteriores, enriqueciéndolos con nuevos aportes expresivos. Por otra parte, contemporáneamente con estas series, realizó obras muy libres, como los retratos pintados en diferentes épocas.
Las invenciones de Xul Solar
La actividad de Xul Solar era siempre intensa. Jorge Luis Borges ha dicho que nunca había conocido a un hombre "de tan rica, heterogénea, imprevisible e incesante imaginación". Vivía intentando, tabulando continuamente. El escritor suele recordar un día de verano, de elevadísima temperatura en el que llegó a la casa de Xul en la calle Laprida. Le preguntó al pintor lo que había hecho ese día, comprendiendo inmediatamente que era absurdo preguntarle a alguien que había hecho, cuando ya era difícil sobrevivir con ese intenso calor húmedo. "¡Ah, sí, fundé doce religiones después de almorzar!", respondió Xul. Las doce religiones de su invención -más allá de la anécdota-, son en realidad modificaciones de religiones existentes ordenadas según su concepción astrológica para que cada hombre pudiera escoger la religión en concordancia con su estructura astral.
Entre las invenciones de Xul Solar ocupan un lugar particular las propuestas lingüísticas. Creó tempranamente una lengua para ser usada por los países de América latina, el creol, también denominado neocriollo. Es una especie de sabir o lengua mixta, para la cual utilizó formas modificadas del español y del portugués, con el agregado de algunas palabras tomadas del inglés y del alemán, con una singular abreviatura. Xul Solar realizó algunas publicaciones en creol, entre ellas unos "Apuntes de neocriollo", escritos el 11 de septiembre de 1925 a las 12 ½, según reza su epígrafe: "Otravez vi recon aqella procesión de ángeles, en otro sürcielo azur, justue sob'el templo rojo deantes, terriverti', otro templo altísimo, de columna i plurpisos, verdín i azul, son su base muchos nubiestratos, sobr'el techo, qe son plurplafos nubi, hi hasta lejos redor hai bosques i jardines chifrondi. Correspond'al templo deantes, teoerue, hi almas las deantes pasan luego aquí, hi muchas se incluyan en los pilares i muros, per-rezue, ‘mo en glea. I sobr'este sürcielo azur hai otro, añil, i sobr'este otro do no vi nada, soolo preví redes de rayos jaldi. Cho me rehallé nel mundo, teoamue, ‘mo en prinube per". Según parece, este es uno de los textos inéditos reunidos bajo el nombre de San Signos, especie de visiones fantásticas que recuerdan la escritura automática de los surrealistas. Según Jorge Luis Borges estos San Signos "son relatos de sus excursiones por el otro mundo porque Xul Solar, como el místico sueco Emanuel Swedenborg, también anduvo por el otro mundo".
Otro de los proyectos lingüísticos en los que trabajó largo tiempo fue la panlingua, o lengua universal. Si el creol serviría para la comunicación de los pueblos de América latina, esta lengua ayudaría a la comprensión de todos los hombres del mundo, más allá de las diferencias idiomáticas. Según Xul Solar constituía "una lengua monosilábica, sin gramática, de base numérica y astrológica y combinable a voluntad". El diccionario de la panlingua sería el tablero del panjogo, otro de sus singulares inventos. "Las consonantes son las piezas del juego y las vocales con sus combinaciones son los escaques del tablero, que suman ciento setenta y nueve", explicaba el autor. Tanto la lengua universal como el panjogo quedaron inconclusos, resultando difícil reconstruir sus funcionamientos, por cuanto Xul Solar continuamente los modificaba buscando perfeccionarlos.
El panjogo, también panajedrez o Pan-chess, al cual dedicó siete años de trabajo, constituye el resumen de todo su sistema de equivalencias, construido sobre la base de la astrología. En ese juego, con la notación de las jugadas, es posible formar palabras, crear acordes musicales o temas pictóricos con el principio de correspondencia de las percepciones sensoriales, y aún plantear problemas matemáticos. Como el ajedrez, consiste en un tablero con casillas y piezas móviles. El tablero tiene trece casillas por lado y el sistema numérico adoptado para su desarrollo es el duodecimal, que Xul Solar encontraba más simple que el decimal. Las casillas corresponden al transcurso del tiempo. Los trabajos están pintados con representaciones zodiacales o planetarias. Cada jugador dispone de treinta piezas, además de una denominada azar, que puede ser utilizada por ambos jugadores. Las piezas inician el juego fuera del tablero, pueden superponerse hasta tres; las piezas tomadas por el adversario pueden ser invertidas y nuevamente usadas en la partida.
Como se ve, el panjogo poseería múltiples e imprevisibles posibilidades. Este juego se completaba con las cartas del Tarot modificadas, a las que denominó Tarot con coecos astri (Tarot con correspondencia astrológica). Infortunadamente, la carencia de reglas escritas no permiten conocer esta relación.
Xul Solar también trabajó, durante algunos meses, en la modificación del piano tradicional, reduciendo su teclado en una medida equivalente a casi dos octavas. En el instrumento que construyó las teclas están dispuestas en tres hileras, teniendo una superficie con relieves variables que permiten su diferenciación por los no videntes. Están coloreadas, explica el autor, "porque el color de cada nota pertenece en vibración, muchas octavas por encima, al número de vibraciones de cada cuerda, correspondiendo el fa al infrarrojo o ultravioleta, y así las demás notas con los colores del arco iris". Afirmaba además, que "con este teclado se logra la intercalación de cuartos de tono en filas intermedias de teclas, detalle imposible en el actual". Agregando, más adelante que "tales características permiten una escritura musical sin sostenidos ni bemoles, dentro de un sistema análogo al actual".
Otra de las preocupaciones de Xul Solar fue la constitución anatómica del hombre, para la que propuso modificaciones físicas, así como el aumento de su capacidad mental. "Hay mucho que decir -escribió-, y lo habrá siempre, en tema de ampliaciones de capacidad y órganos del cuerpo físico humano actual, por una parte, y de aumento de población, de entes mentales por otra". En un extenso artículo publicado en 1957 proponía una serie de variaciones que incluían desde apéndices inertes como resortes de acero bajo la planta del pie, hasta un receptor de radio con baterías de fuerza nerviosa incorporado al cráneo, protegido por cuatro pequeños cuernos naturales.
La múltiple actividad de Xul Solar le llevaría tanto a crear un teatro de títeres con personajes astrológicos, un verdadero teatro del destino, como a interesarse por la arquitectura, diseñando numerosos proyectos. Los edificios, destinados al delta del Tigre, tenían en sus frentes colores y símbolos posibles de leer, "conformando una verdadera arquitectura semántica". También las matemáticas estaban entre sus intereses. Xul Solar utilizaba un sistema basado en el zodíaco y de carácter duodecimal, asignando a Q el valor 10, a & el valor 11 y a 10 el valor 12. Con este sistema fechó sus obras pictóricas a partir del 1173 del sistema duodecimal, o sea del año 1959.
Pero más allá de sus propuestas de reformas universales, más allá de su recreación de las religiones, de la escritura, del lenguaje, del cuerpo humano, de la sociedad, de la numeración, su interés permanente se centraba en la astrología. De todos sus amigos u ocasionales visitantes quería analizar su estructura astrológica. Era la forma de conocerlos realmente, de estimarlos. Así, dedicaba largas horas, pacientemente al trazado de los diagramas astrológicos de cada uno.
Lu muere se lu puerta de vida y viceversa
Xul Solar vivió siempre austeramente, trabajando con humildad en sus innumerables proyectos. Muerto su padre en 1925, pasó muchos años junto a su madre y su tía en la vieja casa de la calle Laprida. En 1946, a los cincuenta y nueve años contrae matrimonio con Micaela Cadenas, quien lo acompañó hasta su muerte colaborando en sus trabajos astrológicos y, particularmente, equilibrando su vida tan ajena a todo lo material.
Fue consciente de que su obra no era comprendida. Por eso en 1957 se definía como "Recreador -no inventor- y campeón mundial de un panajedrez y otros serios juegos que casi nadie juega; padre de una panlengua que quiere ser perfecta y que casi nadie habla, y padrino de otra lengua vulgar sin vulgo; autor de grafías plastiútiles que casi nadie lee; exégeta de doce (más una total) religiones y filosofías que casi nadie escucha. Esto, que parece negativo, deviene (werde) positivo con un adverbio: "aun", y un casi: "creciente"". Sin embargo, el objetivo de su obra estuvo siempre en sus semejantes, no en su mundo interior, como podría suponerse.
En los últimos años pasaba largas temporadas en el delta del Tigre, en su casa sobre el río Luján donde realizó la mayoría de sus grafías plati-útiles. Allí murió el 9 de abril de 1963; en sus manos tenía un rosario tallado por él mismo. No le daba demasiada importancia a la muerte. Xul Solar creía, como una verdad, en la reencarnación.
Cronología
1887: Nace en San Fernando, provincia de Buenos Aires, el 14 de diciembre.
1911: Se embarca rumbo al Oriente, desembarca en el Mediterráneo.
1914: Comienza a pintar.
1916: Conoce a Emilio Pettoruti en Milán. Modifica su apellido.
1920: Expone en la galería Arte de Milán prologado por Emilio Pettoruti.
1924: Expone en el Museé Galliéra de París. Regresa a Buenos Aires el 31 de julio. Encuentro con los "martinfierristas". Expone en el "Salón libre", en la galería Witcomb.
1929: Expone individualmente en "Amigos del Arte", junto con Antonio Berni.
1929-1931: Expone en el "Nuevo Salón" organizado por Alfredo Guttero.
1932: Participa en la exposición del "Cincuentenario de La Plata" en el Museo Provincial de Bellas Artes. Se le adquiere la acuarela Palacio en Bría con destino a ese museo.
1940: Exposición individual en "Amigos del Arte" junto a Norah Borges.
1946: Contrae enlace con Micaela Cadenas.
1949: Expone individualmente en la galería Samos, prologado por Jorge Luis Borges.
1951: Expone en la galería Guión y en el "Salón de Artes Plásticas de Mar del Plata".
1951-1952: Expone en el "Salón Nacional de Artes Plásticas".
1952-1953: Participa en la exposición "La pintura y la escultura argentinas de este siglo" en el Museo Nacional de Bellas Artes.
1953: Expone individualmente en la Sala V de la galería Van Riel, en el catálogo publica una Explica de él mismo.
1959: Comienza la serie de las "grafías plasti-útiles".
1963: Fallece en el Tigre, provincia de Buenos Aires, el 9 de abril.
Análisis de su obra
Entre 1923 y 1924 Xul Solar realiza una serie de pinturas en las que se evidencia su interés por utilizar las máximas posibilidades del color, sin descuidar por ello las calidades propias de la acuarela. En efecto, en las obras de esta época hace un uso sistemático de las trasparencias y de la sutileza del médium empleado; Jefa-honra, Pareja, Homme das serpent (1923). Cintas, Dos parejas, Séptuplo (1924) son un ejemplo de ello.
En Séptuplo todas estas características se presentan en una imagen que tanto presenta como oculta un sentido ligado al simbolismo de los números. La composición está integrada por siete rostros reunidos en dos grupos el primero formado por cuatro perfiles y, el segundo por tres máscaras. Divide pues el conjunto (septenario) en dos subconjuntos que responden al número cuatro y al número tres respectivamente.
El sentido septenario es bien conocido, siendo considerado como símbolo de la transformación e integración de todas las jerarquías en su totalidad. En cuanto al símbolo del orden completo, de un ciclo, está compuesto por el cuaternario y el ternario. El primero es el símbolo de la tierra, de los límites naturales, espaciales; el segundo expresa la síntesis espiritual. Se presenta, pues, el misterio del dualismo, compleja alegoría cósmica presente en la Rueda de las transformaciones, en el Yang-Yin, en el Shri-Yantra. En esta pintura aparecen otros símbolos gráficos complementarios; entre ellos Venus, ligado al amor, Marte relacionado con la acción y la destrucción, Saturno, concerniente a la duración y la reserva. Por otra parte, la firma presenta la X de Xul sobredimensionada, pudiendo ser, en realidad un signo de inversión: todos los contrarios se fusionan por un instante, invirtiéndose luego. Lo constructivo se permuta en destructivo, el bien en mal, etc.
Pareciera, pues, que toda la imagen, tan sobrecargada de elementos simbólicos, aludiera a la síntesis de los contrarios. Una M, presente en la composición, signo a la vez masculino y femenino, que simboliza el agua de su origen o gran abismo, parece confirmarlo.
Testimonio
"Xul pensaba que al hombre también le toca la misión de recrear. Poetas y pensadores han sospechado que la vida es un sueño, o sea que vivir y soñar son actividades análogas; nuestro amigo sintió que podemos dirigir ese sueño unánime y darle formas nuevas, ya que nada nos hace postular que la suma de las posibilidades del cosmos haya sido agotada. Los más vivimos de memoria: Xul Solar, soñando y obrando.
Los irónicos dioses le depararon este país incrédulo y tímido, que se resigna a todos los usos y a todos los pareceres, porque no les presta su fe pero si una dócil indiferencia. Ante el silencio o la sonrisa, Xul abrazó el destino de proponer un sistema de reformas universales. Quiso recrear las religiones, la astrología, la ética, la sociedad, la numeración, la escritura, los mecanismos del lenguaje, el vocabulario, las artes, los instrumentos y los juegos. Premeditó dos lenguas. Una, el creol, era el castellano de América, aligerado, exaltado y multiplicado; otra, la panlengua, cuyas palabras, mediante el valor de las letras tenían su propia definición, a la manera del idioma analítico de John Wilkins. Ideó asimismo un teclado semicircular, que abreviaba la labor del pianista, y aquel siempre inconcluso y siempre más complejo panjuego que, bajo la especie del ajedrez, abarcaba diversas disciplinas y podía jugarse en diversos planos.
Todo esto en Buenos Aires, patria de los innovadores imitativos y de los espejos puntuales.
Previsiblemente las utopías de Xul Solar fracasaron, pero el fracaso es nuestro no suyo. No hemos sabido merecerlo."
de Jorge Luis Borges. Prólogo exposición homenaje, La Plata, Mueso Provincial de Bellas Artes, 1968.
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