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INDICE
- Introducción.---------------------------------------------------------------------------02
- Justificación del tema.--------------------------------------------------------------03
- Objetivos (generales y específicos).------------------------------------------ 04
- I Capitulo: "Antecedentes de la depresión", Subtemas:
- La influencia de humores y demonios.--------------------------------------- 05
- Un problema individual.------------------------------------------------------------ 06
- De Freud a la fecha presente.--------------------------------------------------- 07
- II Capitulo: " ¿Es la depresión una enfermedad?", Subtemas:
- ¿Deprimido o tan sólo desalentado?----------------------------------------- 08
- La depresión considerada como enfermedad.-------------------------- 09
- III Capitulo: "Desarrollo teórico de la depresión:", Subtemas:
- Definición de la depresión.------------------------------------------------------- 11
- Gravedad de la depresión.------------------------------------------------------ 12
- Síntomas de la depresión.--------------------------------------------------------- 15
- ¿Cómo se diagnostica la depresión?----------------------------------------- 16
- Tipos de depresión.-------------------------------------------------------------------17
- Causas de la depresión.----------------------------------------------------------- 20
- ¿La depresión es genética?------------------------------------------------------ 21
- Manifestación de la depresión en niños, jóvenes, adultos y ancianos.-------------------------------------------------------------------------------- 22
- Tratamiento a enfermos de depresión.-------------------------------------- 25
- Consecuencias si no se recibe tratamiento contra la
Depresión. ----------------------------------------------------------------------------- 33
- IV Capitulo: "Factores de riesgo en los trastornos depresivos",
Subtemas:
- Factores sociodemográficos.--------------------------------------------------- 34
- Factores biológicos.---------------------------------------------------------------- 35
- Factores psicológicos.------------------------------------------------------------- 37
- Factores sociales.------------------------------------------------------------------- 38
- V Capitulo: "La depresión como enfermedad del siglo",
Subtemas:
- La depresión, un mal de nuestro tiempo.--------------------------------- 39
- Reflexiones finales. --------------------------------------------------------------- 40
- Bibliografía--------------------------------------------------------------------------- 42
En el presente trabajo de investigación, pretenderemos entender el cambio fundamental que se está produciendo actualmente en el modo de ver el mundo con respecto a los problemas sociales que afectan de gran manera el estado de ánimo de las personas y por ende, es el principal causante de la depresión
Pretenderemos comprender un poco del tema referente a "La Depresión", y el por qué del gran aumento en estos últimos años de esta enfermedad Tratar de instruirnos acerca de lo que puede perturbar esta enfermedad a las diferentes sociedades del orbe, y cómo se puede remediar este problema que puede afectar a cualquier persona en el mundo.
Este tema decidimos abarcarlo, debido a la gran problemática que ha estado causando en los últimos años y su contenido es interesante para tratarlo más a fondo, ya que abarca muchos puntos de la sociedad.
Los obstáculos que tuvimos durante el transcurso de la investigación fueron leves, como la falta de puntualidad de los compañeros que por su trabajo no podían llegar a tiempo, también por problemas personales o por otras situaciones no pudieron asistir a las reuniones. También se presentaron problemas por la falta de información en algunos puntos de la investigación que luego se lograron concretar. Quizá otro obstáculo obtenido es la inexperiencia que tenemos para realizar proyectos de investigación.
Aunque se presentaron obstáculos en el lapso del proyecto, también tuvimos fortalezas, como la variedad de fuentes de información sobre este tema de la depresión, en Internet y en algunos libros, así como la gran aportación de ideas por cada uno de los que integramos el grupo.
JUSTIFICACIóN
El tema de la depresión esta muy relacionado, con el presente curso sociología de la vida, porque estamos hablando de respuestas también emocionales, que son parte de nuestra vida como individuos y también como sociedad.
A lo largo del curso hemos llegado a comprender, que nuestro cuerpo está dotado de diferentes mecanismos de defensa, como son las emociones, algunas manifestadas en respuesta a un peligro inminente. Puede ser temor, ira o pánico y, en la depresión está también la sabiduría del cuerpo. Cuando una persona es presa de esta enfermedad tiene manifestaciones diversas, que nos hacen pensar que algo no está bien en nosotros.
Por otra parte somos miembros unos de otros como sociedad, por lo tanto de alguna forma lo que le sucede a unos repercute también en los demás personas.
General
Específicos
I Capítulo:
"Antecedentes de la depresión"*
No es fácil establecer con exactitud desde cuándo se considera la depresión como una enfermedad. Las ideas concernientes a los trastornos mentales fueron al principio muy cambiantes, y a dichos trastornos con frecuencia no se los diferenciaba claramente de las enfermedades físicas. Mente y cuerpo se consideraban más íntimamente ligados de lo que generalmente se admite en la actualidad.
La influencia de humores y demonios.
Desde los tiempos del médico griego Hipócrates; presumiblemente fundador del pensamiento médico moderno, en el siglo V a.C y hasta fines de la Edad Media, las ideas relativas al origen de la enfermedad se basaban en la teoría de los humores o fluídos corporales. De acuerdo con ella, el carácter de una persona era el resultado de las proporciones con que se mezclan en un individuo los cuatro humores corporales: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. Se pensaba que cada humor se relacionaba con uno de los cuatro elementos(tierra, aire, fuego y agua) y también con su correspondiente carácter o temperamento. Así, por ejemplo, los individuos en quienes dominaba el humor sanguíneo se relacionaban con el temperamento colérico, y quienes, por el contrario, tenían exceso de agua se relacionaban con el melancólico. Los temperamentos extremos y el grupo de enfermedades asociadas con cada uno de ellos se consideraban resultado de desequilibrios en la proporción de humores. En efecto, en muchas de las palabras que se emplean en la actualidad para referirse a los estados de ánimo se hallan implícitos tales conceptos. Se habla, por ejemplo, de ataques biliosos para referirse a arranques de odio y envidia, y se dice que son flemáticas las personas imperturbables y difíciles de entusiasmar. Tales ideas no se pusieron en duda y se mantuvieron vigentes hasta fines de la Edad Media.
En el siglo XVII, y de acuerdo con la expansión del papel de la Iglesia tanto en la moral como en la vida secular, surgieron opiniones acerca de las enfermedades mentales sólidamente basadas en la actividad y la posesión diabólicas y en la brujería. La locura, en todas sus formas, se vio como resultado de la posesión de un individuo por fuerzas extrañas y diabólicas. Así, además de realizar sus acostumbradas actividades pastorales, el clero administraba a los pacientes tratamientos tales como el exorcismo y la expiación. Con la Reforma, las jerarquías de la Iglesia y el Estado, amenazadas con el ascenso del protestantismo, adecuaron cuidadosamente esta idea mediante la introducción del concepto de entusiasmo religioso, obstinado y excesivo fervor religioso que conducía a la enfermedad mental.
Un problema individual.
En los siguientes siglos el avance del laicismo puso en tela de juicio el papel de la Iglesia en la atención y el control del enfermo mental. Se creía ahora que, más que impuesta por fuerzas externas, la causa de la enfermedad mental se hallaba en el individuo mismo. La atención de los primeros profesionales que se ocuparon de la enfermedad mental empezó a centrarse en ideas, motivaciones y experiencias de las personas y no ya únicamente en la observación de su conducta, sentando así las bases de la psiquiatría moderna. Ideas acerca de apariciones del diablo o del Espíritu Santo, por ejemplo, que en el siglo XVII no se consideraban como un suceso cotidiano pero tampoco como indicación de serio trastorno mental, ahora, en cambio, se tomaban como alucinaciones, como la quintaesencia de la locura. Esto llevó directamente al enfoque del siglo XIX; es decir, a la clasificación de los trastornos psíquicos al lado de otras enfermedades, lo cual aún influye mucho en los psiquiatras del siglo XX.
Durante el siglo XIX se produjeron grandes avances científicos; en el campo médico, hubo enormes progresos en la microbiología y la patología, lo cual permitió posteriormente descubrir las causas de muchas de las extendidas y graves dolencias físicas. Esto motivó no sólo el surgimiento de multitud de teorías acerca de las causas de la enfermedad mental, sino también la aparición de varias propuestas de tratamiento, muchas de las cuales parecen absurdas para la mentalidad actual.
Los tratamientos en el siglo XIX incluían purgas, sangrías y enfriamientos, y se encuentran directamente vinculados a tratamientos tecnológicamente más modernos, como el coma insulínico, empleado a mediados de este siglo contra la esquizofrenia(el cual consistía en administrar insulina a los pacientes para bajar los niveles de azúcar en la sangre y provocar un estado comatoso durante varias horas).
Es cierto que se descubrió que algunos trastornos psicológicos se hallaban asociados con una patología somática o cerebral ( el ejemplo más conocido es el de la parálisis generalizada del loco que; según se descubrió, es consecuencia de la sífilis avanzada), pero muchas otras teorías no resultaron tan fructíferas. Junto con otros trastornos psiquiátricos, la depresión llegó a considerarse como una afección neurodegenerativa, es decir, una enfermedad en la que el sistema nervioso se encuentra irreversiblemente dañado, lo cual se vincula con el concepto eugenésico de la degeneración moral, según el cual muchas enfermedades se hallaban en buena medida determinadas genéticamente y su aparición en la familia anunciaba su decadencia <<moral>>. Esto se basaba en el concepto de degeneración y regeneración cíclicas del vigor durante generaciones sucesivas. La depresión se consideraba, pues, como una etapa temprana de un inevitable proceso de deterioro intelectual y moral que conducía a un retraso o incompetencia mental en posteriores generaciones.
Con base en muchos de estos avances y conceptos, el siglo actual ha visto establecerse legítimamente al estudio y al tratamiento de la enfermedad mental en el dominio de la medicina.
Durante este periodo, la cuidadosa y esmerada descripción de las características de la enfermedad mental nos ha conducido a un conocimiento de la evolución y las consecuencias de serios trastornos de común ocurrencia, como también a la evaluación experimental de los tratamientos propuestos. Ligados a los procesos logrados en las ciencias neurobiológicas durante el siglo XX, se ha descubierto, experimentado y sometido a prueba, tratamientos eficaces contra muchas enfermedades mentales, entre ellas, la depresión.
De Freud a la fecha presente.
Sigmund Freud(1856-1939) y sus seguidores, interesados en las causas psicológicas de la enfermedad mental, desarrollaron teorías sobre las causas psicológicas en el plano individual. Esto formaba parte de una reacción en contra de la corriente determinista, dominante en aquella época, la cual estimaba que el destino de las personas se encuentra predeterminado por sus genes y su constitución. El nuevo pensamiento permitió aceptar las influencias de las experiencias vitales, para bien o para mal, especialmente de las experiencias tempranas. Aunque la aceptación de esto en forma literal significaba que era imposible echar marcha atrás, poner en claro algunas de las experiencias formativas liberaría a las personas y les daría la posibilidad de cambiar el rumbo de sus vidas. Esto se basaba en la idea de que una parte de la mente guarda impulsos y creencias que se mantienen fuera de la conciencia de las personas, pero que, sin embargo, influyen en su conducta.
Con objeto de corregir, en la vida adulta, patrones de conducta equivocados se propusieron tratamientos psicológicos que, con ayuda de un terapeuta, permitían profundizar en esos aspectos inconscientes de la mente, reviviendo mentalmente sucesos de la infancia.
*Capítulo realizado a base del libro: (véase bibliografía)
II Capítulo:
"¿ Es la depresión una enfermedad?"*
¿Deprimido o tan sólo desalentado?
Por ser un factor tan importante de nuestra vida, no es extraño que los altibajos de nuestro estado de ánimo hayan atraído el interés de médicos y psiquiatras. Desde hace tiempo observaron que ciertas personas tienden a experimentar exagerados cambios en su estado de ánimo, lo cual afecta su capacidad de llevar una existencia normal. Así pues, se ha llegado a considerar la depresión como una forma de padecimiento que ocupa un lugar al lado de otras enfermedades psiquiátricas.
Así mismo, ha llegado a evidenciarse que la depresión es un problema en extremo frecuente. Ello constituye una verdad palpable y, desde luego, permite argüir que no deberíamos apresurarnos a considerar la depresión como una enfermedad, puesto que, al fin y al cabo, es pasajera y es de esperarse que las personas "lleguen a tranquilizarse por sí mismas" y "salgan adelante", por lo menos la mayoría de las veces.
Esto ilustra una importante dificultad a la que siempre se enfrentan los médicos que atienden a personas que sufren de depresión: ¿cuándo la depresión es una enfermedad y cuándo es una reacción psicológica explicable por los altibajos de la vida?. O dicho en otras palabras: ¿cómo establecer la diferencia entre lo que es normal, previsible, y lo que, por el contrario, es anormal?.
Si se adopta un enfoque pragmático, resulta obvio que la depresión es muy frecuente: por ejemplo, si los médicos basan su opinión en el hecho de que las personas buscan ayuda consultando al médico de la familia o dejan de ir al trabajo; o si tan sólo consideran la depresión como un estado de ánimo que dura unos cuantos días y es causa de cierta incapacidad para la vida diaria.
La depresión es, de hecho, más común que muchos otros males también considerados comunes, como los dolores lumbares, la bronquitis y demás infecciones respiratorias, el asma y la diabetes.
Todo esto tiene consecuencias en la definición del tipo de problema que se padece y que le permitiría al paciente determinar sus diferentes derechos y responsabilidades. Esto es lo más difícil de lograr, puesto que, si bien todos aceptamos que sufrimos numerosos cambios en nuestro estado de ánimo, no por ello consideramos que se trata de una enfermedad, sino más bien de una señal del éxito o fracaso de la vida.
La gravedad de la depresión y el tiempo que ésta dura son los criterios que con mayor frecuencia se emplean para determinar qué tipo de depresión se considera enfermedad. No obstante, hay formas de depresión intermitentes o crónicas que, aunque menos graves, también son causa notable de incapacidad.
Desde el punto de vista de quien hace el diagnóstico, algunos estados depresivos presentan características tan diferentes de los estados de ánimo habituales, que poca duda cabe de la presencia de una enfermedad. Los pacientes describen un estado de ánimo cuyas características son cualitativamente diferentes de todo lo que han experimentado antes, y a menudo utilizan metáforas( tales como "nubes negras") o dicen que su percepción del entorno se halla alterada.
A veces, sin embargo, un estado de ánimo puede considerarse anormal no por tener características cualitativamente diferentes, sino más bien porque parece estar fuera de contexto, en el sentido de que no es el resultado de determinados acontecimientos o circunstancias, o incluso porque persiste durante más tiempo de lo esperado.
La depresión considerada como enfermedad
Psiquiatras y otros especialistas han reunido estos diferentes puntos de vista a fin de establecer un concepto de la enfermedad con el cual esté de acuerdo la mayoría. Este concepto puede considerarse también como el punto central de las diferentes causas de la depresión. Éste es un enfoque médico muy tradicional que consiste en la descripción de una enfermedad tal como se presenta generalmente, y que sienta las bases para una posterior investigación de las causas de la enfermedad y de cómo puede tratarse.
La enfermedad de la depresión constituye un buen ejemplo de cómo pueden reunirse distintas experiencias personales para describir un estado que se presenta con frecuencia, que es anormal y que puede responder a tratamientos médicos y de otro tipo. Es cierto que son enormemente variadas las formas en que la depresión se manifiesta en las distintas personas, pero existen más similitudes que diferencias, y eso permite adquirir un mayor conocimiento acerca de la depresión.
En ocasiones la depresión puede considerarse una enfermedad en sí misma, pero otras veces es sólo un aspecto de otra enfermedad de naturaleza psicológica, o en algunos casos con una causa física.
La depresión es una realidad bastante común, y todos la hemos experimentado de vez en cuando sin buscar ayuda para combatirla. La depresión considerada como enfermedad también es bastante común.
La depresión es una experiencia difundida y constituye una causa importante de sufrimiento.
Es bien sabido que desde hace muchos años se cuenta con eficaces tratamientos que alivian la depresión en cuestión de semanas y que, por lo tanto, evitan aflicciones y angustias incalculables, salvan vidas que podrían perderse por suicidio o por accidente y pueden prevenir la reaparición de la enfermedad en aquellas personas que sufren de ella en forma recurrente.
*Capítulo realizado a base del libro: (véase bibliografía)
II Capítulo:
"Desarrollo teórico de la depresión"**
Definición de la depresión
Depresión viene del latín depressio: hundimiento. El paciente se siente hundido con un peso sobre su existencia.
Todos experimentamos infelicidad, a menudo como resultado de un cambio, ya se trate de un contratiempo o de una pérdida, o simplemente, como dijo Freud, de "miseria cotidiana". Los sentimientos dolorosos que acompañan a estos acontecimientos son normalmente apropiados, necesarios y transitorios, y pueden incluso significar una oportunidad de crecimiento personal. Sin embargo, cuando la depresión persiste y perjudica la vida diaria, puede indicarnos la existencia de un trastorno depresivo. La gravedad, la duración, y la presencia de otros síntomas son los factores que distinguen la tristeza normal de un síndrome depresivo.
Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo que es característica de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y duración importante con signos y síntomas asociados, marcadamente distintos a la normalidad.
La depresión es una enfermedad tratable, al igual que la diabetes o la hipertensión.
Muchos creen erróneamente que la depresión es normal en personas mayores, adolescentes, mujeres menopáusicas, madres primerizas o en personas que padecen enfermedades crónicas. Pero éste es un concepto equivocado, no importa la edad, el sexo o la situación de la vida, la depresión nunca es algo normal. Cualquier persona que experimente síntomas depresivos debe ser diagnosticada y tratada para revertir su condición.
Gravedad de la depresión
Depresión Mayor: la recuperación de la depresión mayor es frecuente, pero también lo es la recaída. En un estudio con un se 10 años, cerca de dos tercios de los pacientes con depresión mayor experimentaron una recaída. Además, cada recaída aumentaba el riesgo de episodios posteriores.
Distimia: en un estudio de la alteración distímica, algo más de la mitad de los pacientes se recuperaron en un período de cinco años. En el mismo estudio, más de tres cuartas partes de los pacientes sufrieron un episodio de depresión mayor. Más del 90% se recuperaron, pero el riesgo de sufrir otro episodio era mayor que el de los pacientes que sólo habían tenido depresión mayor y no distimia.
Se estima que la depresión es la causa del 60% de todos los suicidios. La distimia puede incluso representar un mayor riesgo de suicidio que la depresión mayor episodio por el cual el suicidio o sus amenazas, especialmente de aquellas personas que se sabe que están deprimidos, siempre se tiene que tener en cuenta. En un estudio, la depresión fue el factor más importante en la sobredosis en adolescentes (la impulsividad fue el otro factor contribuyente al autoenvenenamiento). Los padres deben buscar ayuda tan pronto como les sea posible si sus hijos tienen signos de depresión severa o expresan pensamientos suicidas. El suicidio es la tercera causa de muerte traumática en los ancianos; los hombres representan el 81% de estos suicidios, siendo los divorciados o viudos los de más alto riesgo.
La depresión mayor en los ancianos o en personas con enfermedades graves parece disminuir su esperanza de vida, incluso sin tener en cuenta cualquier otra enfermedad acompañada de un estudio, hasta la depresión menor se asociaba con una vida más corta en los hombres (aunque no en las mujeres). Por supuesto, la actividad física disminuida y la involucración social representan un papel en la asociación entre depresión y gravedad de la enfermedad. Sin embargo, hay investigaciones que sugieren que la depresión produce factores biológicos, como niveles bajos de serotonina, que podrían desencadenar respuestas relacionadas con el estrés en el cuerpo, las que a su vez podrían producir inflamación y alteraciones en algunos órganos y células.
Enfermedad cardiaca y Ataques cardiacos: Los estudios indican que la depresión puede tener efectos adversos biológicos sobre la coagulación de la sangre, la tensión arterial, los vasos sanguíneos y el ritmo cardíaco. Muchos estudios han demostrado la existencia de relaciones fuertes entre la depresión y la incidencia y severidad de embolias, infartos de miocardio y muertes después de un infarto. Un ejemplo es un estudio de 1999 que detectó que el 8,3% de las mujeres deprimidas morían tras un infarto de miocardio, comparado con el 2,7% de las no deprimidas. Las tasas fueron similares en los hombres (7% morían versus el 2,4%). Sin embargo, las mujeres tenían el doble de posibilidades de estar deprimidas que los hombres. La depresión puede también dificultar la respuesta del paciente a la medicación para las enfermedades cardiacas.
Ictus o embolia cerebral: La depresión parece aumentar el riesgo de ictus tanto en hombres como en mujeres, especialmente en los afroamericanos. Un estudio, por ejemplo, detectó que los jóvenes afroamericanos adultos con síntomas depresivos tenían un gran riesgo de desarrollar hipertensión arterial, una causa importante de ictus. (Los jóvenes caucásicos con depresión tenían un gran riesgo de accidentes hipertensivos, pero no de hipertensión). Los investigadores especulan sobre si la depresión y el ictus pudieran tener unos patrones de desarrollo comunes.
Declive neurológico: la depresión en los ancianos se asocia con un declive en las funciones mentales, independientemente de la presencia o no de demencia. Los escáneres cerebrales de los ancianos detectan una atrofia cerebral mayor en los ancianos deprimidos que en los no deprimidos.
Osteoporosis: Algunos estudios han asociado la depresión mayor pasada y actual con pérdida ósea en las mujeres. Una explicación para este hecho puede ser el que las mujeres deprimidas tienen niveles mayores de cortisol, una hormona del estrés que puede contribuir a la mayor pérdida ósea.
Cáncer de mama: un estudio del año 2000 encontró un vínculo entre la depresión previa y las tasas elevadas de cáncer de mama. La depresión y el cáncer de mama se asocian con los niveles de estrógenos, lo que podría explicar la asociación. Otros estudios no han encontrado ningún vínculo entre el cáncer de mama y los trastornos emocionales.
Efectos sobre la salud de los descendientes: Un estudio ha detectado que los hijos de padres depresivos presentan un riesgo mucho mayor de problemas médicos (p.e., trastornos urnitales, migrañas, problemas respiratorios) y hospitalizaciones. Por el contra, los niños deprimidos cuyos padres no lo eran, no tenían mayor riesgo de estos trastornos médicos.
Aumento del riesgo de adicciones: las personas severamente deprimidas tienen un alto riesgo de alcoholismo, tabaquismo, y otras formas de adicción. Las mujeres embarazadas que beben pueden estar incrementando el riesgo de que sus hijos padezcan una futura enfermedad mental, al mismo tiempo que aumentan el riesgo de dar a luz hijos con defectos de nacimiento.
Alcoholismo y drogadicción: Se estima que el 25% de las personas con alcoholismo o drogadictos también sufren de depresión mayor. En un estudio del año 2000, las mujeres con depresión tenían 2.6 veces más probabilidades de beber en cantidad que las mujeres que no poseían esa historia previa.
Tabaco: la depresión es un factor conocido de riesgo de fumar y aumenta el riesgo de empezar de joven. De hecho, la nicotina podría estimular receptores del cerebro que podrían mejorar el estado de ánimo de las personas que sufren de depresión con bases genéticas.
Síntomas de la depresión
*No todas las personas que están en fases depresivas o maniacas padecen de todos los síntomas. La gravedad de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo.
Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, la mayoría de los días. Los niños y adolescentes con depresión pueden verse irritables en vez de deprimidos. | |
Insomnio o excesivo deseo de dormir. | |
Menos interés o falta de interés en actividades que solía disfrutar y eran gratificantes, incluyendo la actividad sexual. | |
Cambios en peso, ya sean menos o más, relacionados con cambios en apetito. | |
Cambios en niveles de energía, que pueden ser menos energía, que la persona hace todo mas lentamente, o más energía, que la persona esta hiperactiva. Euforia anormal o excesiva. Energía excesivamente incrementada. | |
Sentirse cansado sin razón. Agotamiento o inquietud e irritabilidad. | |
Sentirse culpable (no solamente por estar enfermo) o sentirse que no vale nada, sentimiento de inutilidad. | |
Problemas de concentración, olvidarse las cosas, tener dificultades para tomar decisiones, etc. | |
Pensamientos excesivos sobre morirse. Hace comentarios sobre quitarse la vida (la depresión lleva asociado serio peligro de suicidio entre los afectados) | |
Sentimientos de desesperanza y pesimismo | |
Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos. | |
También pueden comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales. | |
Los síntomas no son causados por abuso de sustancias (como alcohol), una condición medica, o luto reciente (la muerte de un ser querido en los últimos dos meses) |
Los síntomas deben haberse sentido por lo menos por 2 semanas o estar ocasionando problemas en el funcionamiento diario de la persona.
¿Cómo se diagnostica la depresión?
Es obvio que el paso previo al tratamiento consiste en la realización del diagnóstico en depresión. Antes de nada hay que realizar un examen médico y una analítica para descartar posibles enfermedades físicas, y se entrevistará al paciente para que pueda expresar qué tipo de síntomas presenta y qué tipos de medicamentos toma. Una vez descartadas causas físicas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o derivar al paciente a un psiquiatra o psicólogo.
Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa, en donde se plasme el momento en el que aparecieron los síntomas, la duración y la intensidad de los mismos.
Igualmente se hará constar si dichos síntomas aparecieron en otros momentos de la vida y, si fueron tratados, cuál fue ese tratamiento. También se preguntará acerca del consumo de alcohol y otras sustancias adictivas, así como de posibles pensamientos de muerte o suicidio. La entrevista deberá incluir información de otros miembros de la familia, por si hubiese antecedentes depresivos.
Tests de cribaje
Un especialista de salud mental, como por ejemplo un psiquiatra, un trabajador social o un psicólogo, es la mejor fuente en el diagnóstico de la depresión. Estos profesionales pueden realizar tests de cribaje, en torno de Depresión de Beck o la Escala de Puntuación de Hamilton, que consisten en unas 20 preguntas que evalúan la depresión del sujeto. Los estudios están evidenciando que los tests realizados por teléfono son una herramienta de cribaje valiosa para la depresión. Sin embargo, es importante destacar que estos tests son limitados, y que los profesionales de la salud mental acostumbran a diagnosticar la depresión basándose en síntomas y en otros criterios.
Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado.
Tipos de Depresión
Al igual que otras enfermedades, existen varios tipos de depresión: Trastorno Depresivo Mayor, Distimia y Trastorno Bipolar. En cada uno de estos tres tipos, el número, la gravedad y la persistencia de los síntomas varían. También se dan otros tipos como: depresión atípica, trastorno afectivo estacional, trastorno disfórico pre-menstrual, duelo y soledad.
El Trastorno Depresivo Mayor
Se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren en la vida cotidiana: estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, pérdida de placer o interés en casi todas las actividades, pérdida o aumento importante de peso o de apetito, insomnio o exceso deseo de dormir, lentitud o agitación física, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa excesivos, dificultad para concentrarse y pensamientos recurrentes de suicidio o muerte. Un episodio de depresión muy incapacitante puede ocurrir sólo una vez en la vida, pero puede repetirse en el curso de la vida.
La Distimia
Es un estado de ánimo depresivo de larga duración (al menos dos años continuados) acompañado de alguno de los síntomas del Episodio Depresivo Mayor. Es un tipo de depresión menos grave pero que interfiere en el funcionamiento y en el bienestar de la persona. Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.
El Trastorno Bipolar o Trastorno Maníaco-Depresivo
Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión). Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos. En la fase depresiva pueden aparecer varios de los síntomas del trastorno depresivo; en la maniaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía afecta a la manera de pensar y de comportarse con los demás, pudiendo llevar a la persona a situaciones embarazosas como tener proyectos grandiosos o tomar decisiones de negocios descabelladas, metiéndose en graves problemas. Si la manía no se trata puede convertirse en un estado sicótico.
Las personas con depresión atípica generalmente comen y duermen con exceso, tienen un sentido general de pesadez, y un sentimiento muy fuerte de rechazo.
El trastorno afectivo estacional (SAD) se caracteriza por episodios anuales de depresión en otoño o invierno, que remiten primavera y verano, pueden ser sustituidos por una fase maníaca. Otros síntomas incluyen fatiga, tendencia a comer en exceso (particularmente hidratos de carbono) dormir e invernar. (Un bajo número individuos con SAD tiene los depresivos más comunes, el muy poco no poder dormir). Acostumbra durar unos cinco meses aquellas personas habitan norte América. Debe destacarse cambios estacionales afectan al ánimo todas las personas, independientemente del sexo si tienen un trastorno no. Estar ligeramente deprimido durante invierno significa que tenga el trastorno estacional. Tampoco vivir en un país del norte, inviernos largos es riesgo mayor depresión.
El síndrome de depresión severa, irritabilidad, y tensión que precede a la menstruación se conoce como trastorno disfórico premenstrual (PDD o PMDD) (también llamado trastorno disfórico luteínico tardío). Afecta alrededor de un 3% a un 8% de las mujeres en edad reproductiva. El diagnóstico de PDD depende de la presencia de cinco síntomas estándar de depresión mayor (ver más arriba), que aparecen durante la mayoría de los ciclos menstruales, y que empeoran aproximadamente una semana antes del período menstrual y desaparecen después.
Duelo: Los duelos (aflicción), y la depresión tienen mucho en común; en realidad, pueden llegar a ser difíciles de distinguir. El duelo, sin embargo, se considera como una respuesta emocional saludable e importante para afrontar una pérdida, y generalmente sigue el siguiente curso:
El duelo tiene una duración limitada. En las personas sin ningún trastorno emocional coexistente, la aflicción acostumbra a durar entre tres y seis meses.
La persona afligida típicamente sufre una sucesión de emociones que incluyen shock y negación, soledad, desesperación, alejamiento social y rabia.
El período de recuperación que sigue al proceso, durante el cual el individuo vuelve a integrarse a la vida, dura aproximadamente el mismo período de tiempo que el ciclo de aflicción.
Sin embargo, si el dolor es aún agudo después de este período, puede afectar a la salud de la persona o aumentar el riesgo de convertirse en depresión. Algunos expertos sugieren que este estado de duelo persistente puede categorizarse como un diagnóstico psicológico separado denominado trastorno aflictivo complicado, que estaría relacionado con el síndrome de stress post-traumático y requerir tratamiento especial.
Soledad: la soledad, como el duelo, es una condición que puede ser confundida a menudo con la depresión. De hecho, dado que la soledad y la depresión van muy frecuentemente cogidas de la mano, muchos expertos creen que las personas con soledad deben ser tratadas como si sufrieran depresión.
Por supuesto, cada persona sufre soledad de tanto en tanto, pero la soledad debilitante se caracteriza por una sensación de miseria, de desesperanza y por unas expectativas de la vida poco realistas, y por sentirse marginado de los demás. Las personas tímidas pueden tener cierta predisposición a tener sentimientos de soledad. La psicoterapia de diferentes tipos puede ayudar a orientar y superar la soledad.
Causas de la depresión
Las causas de la depresión generalmente incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales.
Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.
En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques de corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una enfermedad depresiva.
La persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender a sus propias necesidades físicas, lo cual prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los problemas en una relación personal, los problemas económicos, o cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo.
Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés.
¿ La depresión es genética?
Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica.
Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en cada generación, han encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de quienes no se enferman. Sin embargo, no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen.
En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o funciones cerebrales.
Identifican los genes de la depresión
4/Jul/03 (En la Web, Europa Press) Investigadores de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos) han conseguido identificar los genes que regulan la susceptibilidad de las personas a desarrollar depresión clínica, según publica esta semana la última edición de la revista American Journal of Medical Genetics.
Información adquirida de: Garrafex News.htm
Manifestación de la depresión en niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Niños y Jóvenes
Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión, que es una enfermedad tratable. La depresión se define como una enfermedad cuando la condición depresiva persiste e interfiere con la habilidad de funcionar del niño o adolescente.
Aproximadamente un 5 por ciento de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión en algún momento. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje, de la conducta, o de desórdenes de ansiedad corren mayor riesgo de sufrir depresión. La depresión también tiende a correr en las familias.
Los padres deben de buscar ayuda si uno o más de las siguientes señales de depresión persisten:
El diagnóstico y tratamiento temprano de la depresión es esencial para los niños y jóvenes deprimidos.
Adultos
Depresión en mujeres
Las estadísticas muestran que las mujeres padecen más depresión que los hombres, esto se debe a que existen diferencias biológicas entre ambos. Los cambios hormonales, tales como estrógeno y progesterona parecen tener un efecto importante en el estado de ánimo de las mujeres. Los cambios en los niveles hormonales se producen durante una serie de acontecimientos que están asociados a la depresión, en particular los cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de niños, el mantenimiento del hogar y un empleo.
En cualquier momento, del 5 al 9% de las mujeres estás, comparándolo con un 2 a 3% de los hombres. En un estudio, casi la mitad de las mujeres observadas habían experimentado depresión en algún momento de sus vidas y de ellas, la mitad habían buscado tratamiento. Las mujeres también tenían más posibilidades de tener múltiples tipos de depresión (distimia y depresión mayor).
Aunque el hombre tiene menos probabilidad de sufrir depresiones que la mujer, son más reacios para admitir que tienen depresión. Por lo tanto, el diagnóstico puede ser más difícil de hacer.
La depresión no es rara en los hombres. Un informe interesante sugirió que los hombres tenían también más probabilidades de enmascarar su depresión usando alcohol, lo que podría resultar en una incidencia reportada de depresión menor, no de la incidencia real. Los estudios en los judíos Amish y ortodoxos, en los que no se usa el alcohol, informan de una incidencia igual en hombres que en mujeres.
Un estudio reciente indicó que la depresión se asocia con un riesgo elevado de enfermedad coronaria (infartos de corazón) en ambos sexos. Sin embargo, sólo el hombre tiene una tasa alta de muerte debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.
El alcohol y las drogas enmascaran la depresión en el hombre más comúnmente que en la mujer. Igualmente, el hábito socialmente aceptable de trabajar en exceso, puede enmascarar una depresión. No es raro que la depresión en los hombres se manifieste con irritabilidad, ira y desaliento, en lugar de sentimientos de desesperanza o desamparo. Por lo tanto, puede ser difícil de reconocer. Incluso cuando el hombre se da cuenta de que está deprimido, comparado con la mujer, tiene más resistencia a buscar ayuda.
Ancianos
Debido a la complicada relación entre depresión, interacciones medicamentosas y enfermedades físicas graves en los ancianos, el diagnóstico exacto es muy importante en estos pacientes, pero no siempre es fácil. Los síntomas característicos de depresión no siempre están presentes o no son tan aparentes en las personas mayores:
La depresión es también un efecto secundario de muchos de los medicamentos que se recetan con frecuencia a los ancianos.
Tratamiento para enfermos con depresión.
Los pacientes con depresión tienen varias opciones, incluyendo psicoterapia, antidepresivos o ambos. En general, los estudios indican que la combinación de antidepresivos y terapia psicológica es más efectiva que cualquiera de los dos tratamientos aislados en la mayoría de los pacientes.
El primer paso para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista del paciente y análisis de laboratorio. Si causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o dirigir al paciente a un psiquiatra o psicólogo.
La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación.
Existe una gran variedad de psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos.
La terapia cognitiva puede ser especialmente beneficiosa para los siguientes pacientes:
La terapia cognitiva no parece ser tan beneficiosa como los antidepresivos para la mayoría de pacientes con distimia.
Psicoterapia Psicodinámica
Basada en la teoría de Freud, la psicoterapia psicodinámica se concentra en trabajar sobre los conflictos no resueltos de la propia infancia. La depresión es vista como un proceso aflictivo por la pérdida de un progenitor u otra persona significativa o por la pérdida de su amor. Freud realizó la teoría de que el individuo depresivo puede sólo expresar ira hacia esta pérdida volviéndola hacia ella o él mismo y transformándolo en depresión. El objetivo terapéutico del paciente es interpretar y entender estos sentimientos iniciales reexperimentándolos. En los últimos años lo que solía ser una larga terapia ha quedado reducida a algunos meses.
Terapia Interpersonal (IPT)
Basada en parte en la teoría psicodinámica, la terapia interpersonal reconoce las raíces infantiles de la depresión pero se enfoca hacia los síntomas y cuestiones actuales que pueden estar causando problemas. La IPT no es tan específica como la cognitiva o comportamentista, y todo el trabajo se las sesiones. El terapeuta busca redireccionar la atención del paciente, que ha sido alterada por la depresión, hacia los detalles diarios de la interacción social y familiar. Los objetivos de este método de tratamiento son mejorar las habilidades comunicativas y aumentar la autoestima en un corto período de tiempo (de tres a cuatro meses de citas semanales). Entre las formas de depresión que mejor trata la IPT están aquellas causadas por duelo distorsionado o aplazado, conflictos no expresados entre personas muy allegadas, cambios importantes de vida y soledad.
El intento de la psicoterapia de soporte o intervención de atención es el de proporcionar al paciente un entorno no crítico ofreciéndole consejo, atención y solidaridad. La terapia de soporte parece ser de particular ayuda para mejorar la aceptación de las medicaciones, especialmente cuando aparecen contratiempos y frustraciones. Un estudio del año 2000 informó de que era tan efectiva como las otras terapias para los adolescentes deprimidos.
Medicamentos
Los antidepresivos son muy efectivos; un estudio indicaba que hasta un 90% de pacientes con depresión mayor mejoraba con un buen cumplimiento y dosis adecuadas del fármaco antidepresivo correcto.
Las clases más importantes de antidepresivos son las siguientes:
inhibidores de re-consumo (ISRS, SATCAs, SNRIs, SRIs) | |
Triciclicos (TCAs) | |
Inhibidores IMAO | |
Un nuevo grupo de fármacos a los que se les llama generalmente antidepresivos de diseño que son similares a los ISRS pero se han desarrollado para ejercer su acción en neurotransmisores específicos diferentes, además de, la serotonina. | |
La preparación de hierbas San Juan Wort se incluye como una categoría separada, teniendo en cuenta que no está regulada por la legislación y que su composición no se ha determinado todavía. | |
Bupropion(efectivo en muchas condiciones, incluyendo su uso como tratamiento para dejar de fumar (Zyban). Causa menos disfunción sexual que los ISRSs.). El Venlafaxine (es otro antidepresivo de diseño del tipo conocido como inhibidor de la recaptación de la serotonina-noradrenalina). Nefazodone (actúa más rápidamente y tiene efectos secundarios menos severos). Mirtazapina (es un antidepresivo bloquante 5-HT2). Raboxetina (es también un fármaco antidepresivo prometedor). |
Efectos secundarios frecuentes: no importa lo bien que un fármaco trata a la depresión, la capacidad del paciente para tolerar sus efectos secundarios afecta importantemente a su cumplimiento del tratamiento. la falta de cumplimiento es probablemente la barrera más importante para conseguir el éxito. De acuerdo con un estudio, hasta el 70% de los ancianos deprimidos no se adherían a los regímenes antidepresivos. Los efectos secundarios pueden ser evitados o mitigados si los regímenes se empiezan a bajas dosis y se van subiendo poco a poco. Aunque hay fármacos que tienen efectos secundarios específicos, hay unos pocos que son comunes para la mayoría de ellos:
Tratamientos quirúrgicos y no farmacológicos para la depresión
La terapia electroconvulsiva (TEC), comúnmente llamada tratamiento de shock, ha tenido, desafortunadamente, mala prensa, en parte debido a su efecto de pérdida potencial de memoria, desde que fue introducida en los años 30. la TEC se ha sofisticado a lo largo de los años y es actualmente efectiva en el 90% de las personas con tal estado de ánimo. Alrededor de 40000 americanos reciben TEC cada año, muchos de ellos ancianos que podrían ser pacientes psiquiátricos hospitalizados. Muchos expertos recomiendan el uso de la TEC al comienzo de la depresión mayor, aunque la mayoría de las aseguradoras o HMOs no pagan por el tratamiento inicial.
Las altas dosis de una forma especial de TEC llamada TEC unilateral derecha puede ser tan beneficiosa como las formas más tradicionales de la terapia, y como cosa importante, puede tener menos efecto potencialmente deletéreo en la memoria. (Las máquinas para este procedimiento no están disponibles actualmente en los EEUU).
Procedimiento: en general, el procedimiento de la TEC es el siguiente:
Efectos secundarios: los efectos secundarios de la TEC pueden incluir confusión temporal, lapsos de memoria, dolor de cabeza, nauseas, dolorimiento muscular y alteraciones cardíacas. Si se administra el fármaco naloxona inmediatamente antes de la TEC puede reducir sus efectos sobre la concentración y algunas (pero no todas) de las formas de deterioro de la memoria. La preocupación sobre la pérdida de memoria permanente parece estar injustificada. Un estudio que usó escáneres cerebrales antes y después de la TEC no encontró ninguna evidencia de daños celulares. En otro estudio pequeño en adolescentes que habían recibido TEC por diferentes trastornos del estado de ánimo graves, sólo uno de cada diez sufrieron pérdidas de memoria tres años y medio después del tratamiento.
La fototerapia se recomienda como primera línea de tratamiento en el trastorno afectivo estacional (SAD).
Procedimiento: el procedimiento es no invasivo y sencillo:
Algunas personas describen mejora de ánimo ya dos días después del tratamiento. En otras la depresión puede no desaparecer durante tres o cuatro semanas. (Si no se experimenta ninguna mejora después de esto, entonces es que la depresión está causada por otros factores).
Efectos secundarios: Los efectos secundarios incluyen dolor de cabeza, vista cansada, e irritabilidad, aunque estos síntomas tienden a desaparecer en una semana. Los pacientes que toman fármacos fotosensibilizantes (e.j. los usados para la psoriasis), algunos antibióticos, o fármacos anti-psicóticos no deberían utilizar la fototerapia. Los pacientes deberían ser examinados por un oftalmólogo antes de seguir este tratamiento.
Una técnica quirúrgica llamada cingulotomía interrumpe el gyrus cíngulo, un manojo de fibras nerviosas de la parte frontal del cerebro, mediante la aplicación de calor o frío. Una reciente variación de este procedimiento mediante uso de exploraciones MRI para guiar al cirujano produjeron una mejora prolongada en el 53% de paciente con depresión severa. El procedimiento es generalmente seguro con pocas complicaciones serias; no afecta ni el intelecto ni la memoria.
Un tratamiento experimental llamado estimulación magnética transcraneal (TMS) puede atacar áreas afectadas del cerebro de forma más precisa que la TEC. Un reciente estudio descubrió que después de un año, los porcentajes de recidiva fueron significativamente más bajos después de la TMS que de la TEC. Sin embargo, un estudio de 1999 informó que, aunque la TMS mejoraba el estado de ánimo después de dos semanas, un tratamiento que se parecía a la TMS y que realmente era falso era igualmente efectivo en otro grupo de tratamiento durante el mismo tiempo.
Un pequeño estudio describía que la acupuntura era efectiva para mejorar la depresión en un 64% de mujeres, un resultado comparable a las medicaciones o la psicoterapia. Se requieren estudios más amplios para confirmar este resultado.
Las investigaciones han mostrado que los tratamientos que usan la deprivación del sueño tienen un beneficio antidepresivo en un tercio de los pacientes con depresión. Los pacientes que se benefician parecen tener unas tasas metabólicas en partes de su cerebro más altas de lo normal que descienden después de la deprivación de sueños.
Cambios de Vida en el paciente que pueden ayudar a superar la depresión.
Alimentos con triptófano: Algunas personas describen mejora de la depresión al ingerir alimentos o suplementos dietéticos que aumentan los niveles de triptófano, un aminoácido implicado en la producción de serotonina. Una bebida energética llamada PMS Escape aumenta los niveles de triptófano y podría aliviar la depresión proveniendo de PMS alrededor de tres horas. (Nota: las impurezas observadas en el L-triptófano que se encontraba en algunos suplementos dietéticos causaron el síndrome de eosinofilia-mialgia en algunas personas. Este síndrome es una alteración que aumenta ciertas células sanguíneas y fue fatal en algunos casos. Los suplementos conteniendo L-triptófano están prohibidos por la FDA en los EEUU).
Aceites de pescado: Hay evidencias de que los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 que se encuentran en el pescado pueden reducir la depresión independientemente. Un estudio clínico realizado en 1999 observó que los pacientes maniaco-depresivos que tomaban cápsulas de ácidos grasos omega-3 junto con litio experimentaron una remisión más larga entre episodios depresivos (a corto plazo) que los que tomaban sólo litio.
Cafeína: Los estudios han observado una asociación entre el tomar bebidas con cafeína y una menor incidencia de suicidio, indicando que el café o el té pueden ayudar a reducir la depresión.
Las vitaminas del complejo B parecen estar altamente asociadas con una protección frente a la depresión.
El ejercicio puede reducir la depresión ligera o moderada y, en muchos casos, puede ser tan efectivo como la psicoterapia o incluso los fármacos antidepresivos. Un estudio de 1999 realizado en ancianos informó de que tras 26 semanas, el ejercicio fue tan efectivo como los antidepresivos (aunque los antidepresivos mejoraron la depresión antes.) Un estudio descubrió que los jóvenes que practican deportes tenían una mayor sensación de bienestar que sus iguales sedentarios; cuanto más vigorosamente se ejercitaban, mejor era su salud emocional. Tanto breves períodos de entrenamiento intenso como prolongados ejercicios aeróbicos pueden elevar los productos químicos del cerebro, como las endorfinas, adrenalina, serotonina, y dopamina, que producen la llamada elevación del atleta. La actividad física, particularmente el aeróbico rítmico y los ejercicios de yoga, ayudan a combatir el stress y la ansiedad. Y, por supuesto, la pérdida de peso y el aumento del tono muscular pueden fomentar la autoestima.
Una fuerte red de soporte social es importante para la prevención y recuperación de la depresión. El soporte de la familia y amigos ha de ser saludable y positivo; un estudio de mujeres deprimidas demostró, sin embargo, que los padres tanto sobreprotectores como muy distantes estaban asociados a una recuperación lenta de la depresión. Los estudios indican que las personas con creencias profundas tienen un menor riesgo de depresión. Esta fe no requiere una religión organizada.
Se da por parte del paciente no tratado un deterioro físico- psicológico. | |
No tiene vida social, no le gusta salir. | |
Ocasiona un gran llanto constante en la persona | |
No cuida su aseo personal (no se baña, no se lava los dientes...) | |
Se somete al encierro sin querer tener contacto con personas, ni con familiares | |
No mantiene un adecuado proceso alimenticio, es decir, no come bien | |
La consecuencia más alarmante es la conducta suicida, ya que los enfermos de depresión, no sienten entusiasmo por la vida, y a causa de esto se dan los deseos de estar sin vida. | |
Se describen así mismos como estúpidos e incapaces de hacer algo. | |
A consecuencia del no tratamiento se pueden dar más seguido fracasos en las actividades que realicen, por creerse incapaces. | |
Se continúan dando los trastornos de insomnio o pesadillas cada vez más intensas. | |
Se comportan de manera cada vez más agresiva | |
Se es cada vez más difícil establecer contacto con las personas deprimidas. |
Tomado de una entrevista realizada por la compañera Natalia Álvarez al médico cirujano Manuel Gómez Mayorga
**Capítulo realizado de páginas de Internet( Ver direcciones en bibliografía)
IV Capítulo:
Factores sociodemográficos.
Edad. Por lo general, la prevalencia de los trastornos del humor aumenta con la edad. Se ha demostrado en algunos estudios epidemiológicos que la prevalencia de la depresión mayor aumenta con la edad en niños y adolescentes, aunque se señala que este aumento de sentimientos depresivos se da más en situación a la pubertad que de la edad. Los índices de prevalencia de distimia (depresión menor), de igual manera, parecen tender a aumentar con la edad. Se encontraron que el 2,5% de los niños de nueve años de edad tenía una depresión menor. En una muestra compuesta por niños entre 14 y 16 años de edad, el 8% cumplía con los criterios de distimia.
Sexo. Algunos estudios han notificado acerca del predominio de trastornos depresivos en varones antes de la pubertad y en mujeres después de la pubertad. Un ejemplo de ello es la relación varón / mujer de 5:1 para el trastorno depresivo a los 11 años de edad. A los 13 años de edad, la relación varón / mujer era de 4:1. Después encontraron que las mujeres de 14 a 18 años de edad tenían más síntomas depresivos que los varones. En los estudios de adultos, hay preponderancia de mujeres con trastornos bipolares, aunque esta preponderancia no sea tan notable como en la depresión mayor.
Raza. Algunos autores han encontrado que la prevalencia de los trastornos del humor es parecida en cualquiera de las razas. No encontraron ninguna diferencia en pacientes adultos blancos y negros en una consulta ambulatoria. La depresión en la niñez se da en diferentes razas, aunque no se ha realizado ningún estudio sistemático para determinar si la raza es realmente un factor significativo.
Nivel socioeconómico. No se han estudiado con detalle los efectos de la posición socioeconómica en los trastornos del humor.
Algunos autores sugieren que los trastornos del humor en los adultos, especialmente los bipolares, son más prevalentes en las clases socioeconómicas superiores, mientras que los índices de depresión leve eran más elevados en las clases socioeconómicas inferiores. También encontraron que el trastorno depresivo mayor no tenía relación relevante con la clase social.
Factores biológicos.
Factores neuroquímicos. Los neurotransmisores monoamínicos, tales como la noradrenalina y la serotonina, están estudiados para determinar la etiología neurobiológica de los trastornos depresivos. Se supone que ciertas deficiencias relativas de estos dos neurotransmisores dan lugar a ciertos tipos de depresión.
Existen otros neurotransmisores que pueden desempeñar un papel en el desarrollo de los trastornos del humor. El ácido homovanílico, un metabolito de la dopamina, disminuye en la depresión unipolar, pero no en la bipolar. Los opioides endógenos, los segundos mensajeros y la vasopresina también están implicados en le desarrollo de los trastornos del humor. Se cree que el litio influye en el trastorno bipolar alterando el transporte de sodio en las células nerviosas. De igual manera, se piensa que la acetilcolina desempeña un papel en las funciones cognitivas superiores, especialmente en la memoria.
Factores neuroendocrinos. En el sistema neuroendocrino, el hipotálamo recibe información desde varias áreas de la corteza cerebral, y a su vez el hipotálamo actúa sobre la hipófisis y los órganos que dependen de ella. Se dice que la retroalimentación puede ocurrir desde cualesquiera de los varios componentes. Los individuos con trastornos del humor tienen disfunciones en este sistema.
En los individuos normales, la dextrametasona suprime el nivel de cortisol en la sangre, pero esta supresión no ocurre en aproximadamente el 70% de los niños deprimidos hospitalizados.
Se han estudiado otros marcadores biológicos, que incluyen una débil respuesta de la hormona estimulante del tiroides a la estimulación de hormona liberadora de tirotropina. Una disminución en la liberación de hormona de crecimiento en respuesta a la estimulación noradrenérgica. Una disminución de los niveles basales de la hormona estimulante del folículo y de la hormona luteinizante y un descenso de los niveles de testosterona en los varones.
Neurobiología. En la literatura sobre adultos se describen anormalidades inmunológicas en individuos con trastornos del humor. Los posibles mecanismos de un factor inmunológico en el desarrollo de los trastornos del humor incluyen, sea una supresión inmunológica, que conduciría a una infección del sistema nervioso central, sea una actividad inmunológica excesiva, que lesionaría el sistema nervioso central o los tejidos endocrinos.
Las diferencias del sistema inmune pueden estar relacionadas con la edad y la gravedad de los síntomas. Por lo tanto, los cambios en el estado inmune pueden ocurrir sólo en ciertos subgrupos de paciente deprimidos.
Cronobiología. La cronobiología es el estudio de ritmos biológicos en los seres vivientes. En los humanos, los ritmos ayudan a controlar la temperatura corporal, varios niveles hormonales, la menstruación, el sueño y la vigilia. Cuando un ritmo está desfasado( avanzado o retrasado), se puede producir un estado de enfermedad. La cronobiología es significativa en el estudio de los trastornos del humor.
Anormalidades del sueño. En la polisomnografía, los adultos deprimidos tienen anormalidades en el sueño, que incluyen una latencia acortada de los movimientos rápidos del ojo (REM), un aumento en el tiempo transcurrido en el primer período REM, frecuentes despertares nocturnos y el despertar por la mañana temprano, entre otras.
Los autores sugieren que los trastornos del humor tienen mecanismos patofisiológicos comunes. Varios factores parecen precipitar la manía mediante su capacidad de causar privación del sueño.
Genética. Parece ser que en algunas familias las depresiones bipolares y unipolares pueden agruparse; por ello, podría sospecharse una base genética. Los hijos de padres deprimidos corren mayor riesgo de psicopatología, especialmente depresión mayor.
Existe una probabilidad del 27% de que una persona tenga trastorno del humor si uno de sus padres lo tiene, y del 50% al 74% si ambos padres padecen de un trastorno del humor.
Es aún mayor la evidencia del papel genético en los trastornos bipolares que en la depresión unipolar. Los familiares en primer grado de pacientes con trastorno bipolar son por lo menos 24 veces más propensos a desarrollar el trastorno bipolar que los parientes de individuos controles. Aproximadamente una mitad de los pacientes bipolares tienen un padre con un trastorno afectivo, que por lo general suele ser depresión unipolar.
Factores psicológicos.
Modelos psicoanalíticos y psicodinámicos. Freud(1917) y Abraham (1927) realizaron grandes contribuciones a los modelos psicoanalíticos y psicodinámicos de la depresión, incluyendo factores tales como pérdida del objeto, agresión dirigida hacia el propio yo, daño narcisista y masoquismo. Autores sugieren que " la perdida del objeto" en varias etapas del desarrollo contribuye a un trastorno del autoestima, dando lugar a la depresión. En el "trastorno narcisista de la personalidad", el individuo tiene unos períodos breves de euforia seguidos de autodesprecio y la depresión
Modelo cognitivo-conductual. Beck (1974) describe un autoconcepto negativo, una interpretación negativa de las experiencias de la vida y unas expectativas negativas para el futuro como la tríada de cogniciones experimentadas por aquellos que están deprimidos, lo cual lleva a sentimientos de desesperación y desamparo. Coyne y Gotlib (1983) sugirieron que los individuos deprimidos son más precisos que los no deprimidos en sus apreciaciones de los estímulos negativos relevantes para sí.
Modelo de indefensión aprendida. Este modelo se desarrolló al observar que cuando los animales se sometían repetidamente a descargas eléctricas en una situación de la que no tenían salida alguna, por fin se rendían y quedaban "desamparados" o "indefensos". Cuando los humanos experimentan acontecimientos que no controlan, llegan a creer que no tendrán ningún control sobre los acontecimientos del futuro, lo que dan lugar a déficit motivacionales y cognitivos y al desamparo emocional. Por lo tanto, la depresión mejora cuando el individuo recupera su sentido del control sobre el entorno.
Modelo sistémico familiar. Es un modelo transaccional con la premisa de que la familia es una organización dinámica de partes interconectadas que forman una totalidad. Los problemas psiquiátricos de cualquier miembro de esta, se consideran como una manifestación de relaciones disfuncionales dentro de la familia.
Modelo de autocontrol. En este modelo, los individuos deprimidos se consideran como deficitarios en una o más de las siguientes áreas: autorregistro, autovaloración y autorreforzamiento.
Factores de personalidad. En los adultos, ningún rasgo o tipo de personalidad es un factor de predisposición a la depresión. Sin embargo, ciertos tipos de personalidad corren mayor riesgo de depresión, como el obsesivo-compulsivo, limítrofe, histriónico y antisocial. Se ha encontrado que los pacientes deprimidos no evidencian alguna característica temperamental que desempeñara algún papel en el desarrollo del trastorno depresivo.
Factores sociales.
Acontecimientos vitales y estrés. Se creía que el estrés, debido a acontecimientos vitales, era un factor etiológico que contribuía al desarrollo de la depresión. Sin embargo, la mayoría de la literatura concerniente a adultos indica que los acontecimientos estresantes abren camino a, y mantienen, la depresión, en lugar de causarla, aunque los datos no son concluyentes.
Por otra parte, familias de niños preescolares con síntomas depresivos informaron sobre más acontecimientos vitales estresantes que las familias controles. Otro estudio demostró que niños deprimidos y hospitalizados de 7 a 12 años de edad habían sufrido acontecimientos vitales más negativos que el resto de la muestra.
Déficit en habilidades sociales. Lewinsohn y Hoberman (1982) formularon la hipótesis de que la depresión es causada y/o mantenida mediante la disminución en el reforzamiento social positivo secundaria a un déficit en habilidades sociales. Youngren y Lewinsohn (1980) también señalan que estas deficiencias podrían ser consecuencia de una depresión que deteriore las adquisiciones normales del desarrollo, en lugar de ser su causa.
V Capítulo:
"La depresión como enfermedad del siglo"***
DEPRESIóN: UN MAL DE NUESTRO TIEMPO
La depresión es uno de los más comunes y más serios problemas de la salud mental que enfrenta la gente hoy en día. Millones de personas en el mundo sobreviven en medio de la depresión.
En esta sociedad, desde pequeños recibimos muchas instrucciones equivocadas. Nos dicen que debemos consumir todo lo que se pueda conseguir, pero esto para una persona de pocos recursos se convierte en una completa tortura mental; nos dicen que debemos ser como estrellas, aunque nosotros en general no encajamos en los parámetros estéticos del estrellato. Así, la sociedad nos inculca desde la infancia una meta inalcanzable para todos y lejos de la realidad de la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la depresión se convertirá en el año 2020 en la segunda causa de incapacidad en el mundo, detrás de las enfermedades isquémicas (infartos, insuficiencia coronaria, accidente cerebro vascular) mientras que en el año 2000 ocupaba el cuarto lugar. De ahí que desde los distintos estamentos sanitarios se esté potenciando la investigación para intentar atajar este trastorno mental, cuyo índice de prevalencia, lejos de disminuir, amenaza con incrementarse a medida que transcurra el siglo XXI.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente un informe en el que comunica que la depresión es la enfermedad que más se está expandiendo en este mundo representando una fuerte amenaza para toda la humanidad.
***Capítulo realizado de página de Internet( Ver dirección en bibliografía)
REFLEXIONES
De acuerdo con la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el aumento de los casos de depresión a nivel mundial, obedece a los cambios que se dan en la vida diaria de las personas, las exigencias de competitividad, la imagen que se pide de las personas y la selectividad, provoca sentimientos de fracaso e inutilidad, los cuales son el material principal de esta depresión exógena, porque los casos de depresión usuales han sido de un porcentaje mucho menor.
Algunos de estos azotes son: los ideales culturales, "el hombre es el proveedor", entonces no consigue trabajo, porque el desempleo crece cada vez más, hay mas oferta que demanda y esto favorece la selectividad, por lo que también se da una lucha por buscar un estatus social ideal, esto da como resultado personas que viven holgadamente, otras "coyol quebrado, coyol comido", apenas con sus necesidades básicas, y otro grupo no tan afortunado viven en pobreza extrema.
"La mujer delgada es la más hermosa" entonces las mujeres en un afán por conseguir ese ideal, son empujadas a enfermedades tan graves como la anorexia y bulimia. Otros ideales culturales: "la mujer debe ser madre","debe casarse antes de los treinta", al no conquistar estas metas, muchas mujeres se sientes fracasadas en la vida.
En las relaciones afectivas, se ha incrementado la violencia, abuso sexual, el divorcio, estos son factores importantes que influyen directamente en una persona para deprimirse.
Muchas veces la depresión es causa de un mal manejo "del duelo", porque en los tiempos que vivimos para todo se exige puntualidad, competitividad, y si te enfermas puedes perder tu empleo, lo mas sencillo es tomar una pastilla que te haga sentir mejor, pero no permites que tu cuerpo sane como el sabe hacerlo. Según Alexander Lower, la tristeza es una emoción beneficiosa para el cuerpo, y que en la depresión no hay emociones, por decirlo así: El cuerpo se divorcia de las emociones, eso se traduce en que la persona no siente nada, ha perdido la esperanza de recibir placer, y la expectación del dolor ya no le importa. Dice él que el primer paso para empezar la curación es sentir la tristeza.
Podemos hacer una comparación de nuestra cultura con un pueblo, ubicado en uno de los valles del norte de Pakistán, en el cual habitan un grupo de personas llamados Unsukut o Unsas, caracterizados por su longevidad, ya que la mayoría viven 135 años y más, su principal fuente de alimento es la agricultura, donde ellos mismos cultivan lo que comen, trabajando con paciencia una tierra bastante árida, su dieta es modesta baja en grasas animales.
¿Cuál es el secreto de su buena vida?
Según ellos, es por lo que tienen: una agua limpia, la tierra, el aire puro de la montaña, el respeto a los ancianos y que son felices.
Podemos apreciar en este programa llamado: <A PLANET FOR THE TAKING> que quiere decir: Un planeta para conquistar. Transmitido el día 24 de Marzo, por Repretel canal 11, que las condiciones en las que vive este pueblo, y sus relaciones entre sí, son factores que les ayudan a tener una buena vida, el ejercicio físico al aire libre, continuo aun en la vejez, y sin presiones, el lugar que ocupan los ancianos, fuente de sabiduría y paz interior, el respeto que manifiesta la comunidad hacia ellos, son aspectos admirables, que valdría la pena copiar.
Además los científicos afirman que saberse necesario a cualquier edad, favorecen la longevidad. Aunque el tema central de este fragmento, de investigación no es la depresión, podemos notar como una vida libre de tensiones y presión, ayuda para alejar la depresión.
BIBLIOGRAFíA
- *Capítulo I y Capítulo II: LIBRO:
Merson, Stephen. "Depresión: Guía práctica para entender y manejar esta enfermedad." Capítulos 1 y 4 . Editorial Norma. Colombia, Bogotá. 1997
- **Capítulo III: INTERNET:
http://www.well-connected.com/rreports/doc085.html(PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIóN)
http://www.depresion.cl
http://www.depresion.info
http://www.elarmonista.com/psicologia/depresion.php
http://www.who.int
http://www.healthinmind.com/spanish/
http://www.depression.org
-
Shafii, Mohammad y Sharon Lee. "Depresión en Niños y Jóvenes: Clínica, evaluación y tratamiento." Capítulo 2: "Epidemiología y etiología de los trastornos depresivos"(Págs.54-61) Editorial Martínez Roca S.A. España, Barcelona. 1995
- ***Capítulo V: INTERNET:
http://www.respuestasaladepresion.com/queesladepresion/queesladepresion.php
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