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La etica en los animales

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formulación del problema ético y a la postulación de las diversas teorías.


Agregado: 11 de FEBRERO de 2005 (Por Anónimo) | Palabras: 4229 | Votar |
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Categoría: Apuntes y Monografías > Filosofía >
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    Comprender que es la ética es fundamental para el desarrollo de este trabajo monográfico. Con tal motivo se dedicará el primer capítulo a la formulación del problema ético y a la postulación de las diversas teorías.

    La ética es la parte de la filosofía que se ocupa del obrar humano y de las acciones del hombre. En definitiva, es el estudio de las normas morales, entendiéndose por moral a las creencias de la gente sobre lo bueno y lo malo.

    A diferencia de otras ciencias, la ética no se contenta con realizar un simple estudio de la moral; sino que, a esta rama de la filosofía le interesa establecer cual de las normas morales es mejor y por ende, mas digna de ser buscada.

    Al decir que la ética estudia el obrar humano, podemos entender a este último en forma individual o en forma social. Según Aristóteles se distinguen tres niveles en el estudio de ese obrar: el obrar del individuo, el obrar de la familia y el obra de la sociedad. Para algunos autores este obrar es el más importante y constituye la base fundamental para el individuo.

    A lo largo de la historia han surgido diversas respuestas al problema ético. Para su mejor comprensión los dividiremos en cuatro grupos: las éticas de bienes o fines, las éticas formales, las éticas utilitaristas y las éticas axiológicas o de valores.

    La ética de bienes o fines

     

    En las mismas se parte de señalar un bien o fin último o sumo bien, algo que debe ser querido por si mismo y no con miras a otra cosa. Este bien o fin último puede ser la felicidad, el placer, la perfección, la vida eterna, etc. ; en función de este bien supremo es que se podrá calificar de bueno a aquello que acerque al ser humano al logro de ese fin y malo, en cambio, será lo que lo aparte.1


    El filósofo griego Aristóteles era uno de los principales exponentes de esta teoría. Para él, todas nuestras acciones apuntan hacia un fin; este fin es la felicidad; pero no la felicidad como sinónimo de placer, sino, como la autorrealización y la perfección del hombre.

    La ética formal

    La ética formal kantiana sugiere una ética completamente diferente y opuesta a la ética de bienes o fines. Kant marca una gran diferencia entre lo bueno y lo malo. Para él, lo único bueno es la buena voluntad; el cumplimiento del deber por amor al cumplimiento del deber.

    Tomemos un ejemplo para aclarar un poco más la cuestión. Una persona de buena posición económica se encuentra un maletín lleno de dinero. Esta persona decide regresarlo a su dueño. A simple vista esta persona actuó como debía. Pero, en realidad, ¿No lo pudo haber impulsado a actuar así el hecho de que no necesitaba el dinero?. Pongamos en la misma situación a una persona de bajos recursos. Esta persona encuentra el dinero y decide regresarlo a pesar de que le hacia mucha falta. ¿Debemos entonces, valorar mucho más la forma de actuar de la última persona?.

    En este ejemplo se ve claramente la diferencia que Kant señala entre actuar conforme al deber, como lo hizo la primer persona, y actuar por deber, como lo hizo la segunda persona. "La acción conforme al deber es, entonces, una acción que coincide con lo que el deber manda, pero en realidad, no es realizada por deber, sino siguiendo alguna inclinación" 2

    A partir de todo esto nos preguntamos que es en realidad el deber. Para Kant el deber se presenta como la obediencia a una ley que es universalmente válida para todos los seres racionales. "Tomo conciencia de ella como un conjunto de preceptos que puedo establecer para mi mismo y querer coherentemente que sean obedecidos por todo los seres racionales".3

    Por ejemplo: ¿Esta bien quedarme con algo que no es mío aunque realmente lo necesite?. Para resolver esta cuestión me basta con preguntarme si me gustaría que esta máxima se aplicara a todo el mundo al igual que a mi.

    En conclusión, cuando queremos que una ley sea aplicada para todas las personas por igual, nos encontramos frente a una ley universalmente válida.

    Utilitarismo ético

     

    La corriente utilitarista surgió en el siglo XVIII en Inglaterra como consecuencia de las condiciones de vida gestadas por la Revolución Industrial. A esta corriente le interesa principalmente la cuestión social y ve en la ética un medio para promover un cambio en la sociedad. Sus principales seguidores eran: J. Bentham, James Mill y Jhon Stuart Mill. Según esta corriente la buena acción es aquella que beneficia a la mayoría.


    El utilitarismo considera que las reglas morales del tipo "No matarás", etc., deben valer como reglas indicativas, normalmente son útiles y es bueno seguirlas, pero pueden darse excepciones si la aplicación de la regla en un determinado caso provoca consecuencias infelices.4

    Para el utilitarismo el fin justifica los medios cuando el bien del fin supera el mal provocado por sus medios, no hay errores en alcanzar el fin y, el fin no puede lograrse por otros medios.

    En pocas palabras para los utilitaristas los valores morales pueden variar según las necesidades y conveniencia de la mayoría.

    Etica axiológica

     

    Finalmente tenemos las éticas axiológicas o de valores. Esta teoría acerca

    de la ética sostiene que todo el obrar humano esta guiado por el hecho de preferir ciertos valores , como la belleza , y rechazar otros, por ejemplo: la fealdad. Los mismos también se caracterizan por presentarse de a pares, un valor positivo y otro negativo. Además, existe una tercera característica, la jerarquía. Los valores se distinguen por su importancia por ello se puede establecer una escala de valores; habiendo valores más altos y otros más bajos.

    Para algunos autores esta escala es objetiva, sostienen que no existe dependencia alguna entre el valor del objeto y la conciencia valorativa del individuo. Para otros, en cambio, el valor de un objeto depende de nuestra actitud hacia él, de lo que ese objeto signifique para nosotros.

     

    En las últimas décadas ha surgido una nueva teoría que relaciona el problema ético con el psicoanálisis. Esto se debió al importante aporte que la teoría psicoanalítica dio al conocimiento del hombre, y como la ética es una de las ramas de la filosofía que estudia el obrar humano esta también relacionada estrechamente con el psicoanálisis.

    Una de las contribuciones más significativas de la teoría psicoanalítica es que estudia el carácter del hombre y no su comportamiento de forma aislada. Para los seguidores de esta concepción de la ética lo más importante es el carácter virtuoso o vicioso y no, las virtudes o vicios aislados.

    Otro concepto psicoanalítico importante para la ética es la motivación inconsciente, pero aun no se han desarrollado demasiados estudios sobre el tema.

     

    A partir de la teoría de la selección natural, elaborada por Charles Darwin, han surgido nuevas ideas acerca de la evolución y de cuál es el blanco de la misma.

    Este capítulo se dedicará a plantear las diferentes teorías evolutivas, comenzando con la selección natural, continuando con la selección de grupo y finalizando con la selección por parentesco.

    Selección natural

     

    Darwin, convencido de que había habido evolución, se preguntaba cuál era la fuerza que la impulsaba. A partir de allí, comenzó a interesarse en todo aquello que pudiera dilucidar la cuestión. Preguntándole a criadores de animales descubrió que había ciertas variaciones en los individuos entre las que las que los criadores podían elegir. Así por ejemplo, un criador de perros solía escoger una característica y cruzar a dos perros que la portaran. De las crías elegía a las que hubiesen heredado esa característica. Si esto se repetía durante varias generaciones, la característica sería cada vez más pronunciada. Darwin pensó que este proceso podía ocurrir en el medio salvaje y lo llamo "Selección Natural".


    Los tres ingredientes necesarios eran variación, herencia y competencia. La herencia sin duda existía, aunque Darwin nunca llegó a entender como. La variación entre individuos es también patente. El tercer factor, la competencia o "la lucha por la existencia" era también un hecho en la naturaleza [ya que nacen muchos más individuos de los que pueden sobrevivir]. La competencia en el medio salvaje tenía el mismo papel que los criadores de perros, "seleccionando" individuos determinados para reproducirse y descartar otros.5






    Selección de grupo

     

    En 1962, V.C Wynne-Edwards propuso que los individuos que no podían reproducirse lo hacían en beneficio de la sociedad a la cual pertenecían. Argumento que, de esta manera, una sociedad podía mantener su población en un nivel siempre ligeramente inferior a sus recursos, de modo que el grupo entero se beneficiara.6

    Esta teoría fue rechazada por casi todos los biólogos por una simple razón: si existieran alelos para la reproducción y alelos para la continencia, los alelos para la continencia, que serían aquellos que siempre actuarían en beneficio de la sociedad a la que pertenecen, irían desapareciendo hasta extinguirse.

    Pero a pesar de ser rechazada, esta teoría sirvió para realizar toda una serie de estudios en el campo del comportamiento social.



    Selección parental


    El rechazo de la selección de grupo llevó al desarrollo de otra teoría evolutiva. Elaborada por W. D. Hamilton y basada en el estudio de los insectos sociales, la teoría de la selección parental podía actuar no solo sobre individuos, sino sobre familias enteras. La idea es sencilla: los miembros de una familia comparten características heredables.

    En esta teoría, Hamilton; introdujo el concepto de reservorio génico mediante el cual "la medida de la aptitud no es el numero de progiene que sobrevive sino el incremento o disminución de los alelos particulares en el reservorio génico"7 En pocas palabras, la medida de la aptitud es la dada por el número de alelos de un individuo que pasa de una generación a otra, ya sea por su propio éxito reproductivo o por el de los individuos emparentados.



    Como ya hemos mencionado, la teoría de la selección de grupo resulta sumamente provechosa para el estudio del comportamiento social de los animales y por lo tanto, muy importante para este trabajo monográfico.

    En principio, la cuestión más importante a resolver es si el grupo puede funcionar como una unidad de selección. Según Ernst Mayr, no se puede contestar a esta pregunta sin aclarar de que tipo de grupo se esta hablando. Para él, existen cuatro tipos distintos, cada uno diferente al otro como potencial unidad de selección.

    Grupos Hamiltonianos

    Este grupo esta compuesto mayoritariamente por familias extensas. Aunque no se encuentran geográficamente aislados se mantienen unidos en un territorio determinado. Esporádicamente intercambian individuos con otros grupos del mismo tipo ya que el desarrollo de un nuevo rasgo altruista puede incrementar su potencial reproductivo.

    Aquí, no podemos hablar de selección de grupo porque en realidad los individuos que lo integran comparten características heredables. Estamos entonces, en presencia de selección parental.


    Grupos Wrightinianos

     

    Estos grupos permanecen temporariamente aislados, pero durante ciertas épocas del año se unen nuevamente a la manada principal de la especie, o a otras manadas de las mismas características. Para este tipo de grupos es que fue planteada la teoría de Wynne Edwards, ya que su comportamiento favorece en gran medida el intercambio genético y por lo tanto, su porcentaje de parentesco no sería tan alto como en otros grupos



    Grupos Mayrianos

     

    Estos grupos se encuentran completamente aislados, ya sea alopátricamente (por condiciones geográficas) o simpátricamente (por la forma de vida, por ejemplo, sus costumbres alimenticias)En este tipo de grupos la selección grupal no tiene ningún efecto ya que no existe competencia alguna entre los mismos.

    Grupo cultural humano

    Estos grupos están constituidos por individuos que comparten ciertas características, como por ejemplo sus costumbres, sus creencias religiosas, su lengua o dialecto, o, en última instancia, se encuentran unidos por un líder en común. Según Mayr estos grupos son los únicos a los que se les puede aplicar la selección de grupo y que pueden funcionar como potenciales unidades de selección, ya que poseen normas morales o éticas que rigen el accionar de todos sus integrantes y que están por sobre la voluntad individual de cada uno.

     

    Así llegamos a la conclusión que el grupo puede funcionar como una unidad de selección tan solo en casos muy particulares, cuando los integrantes del mismo comparten costumbres, una lengua o dialecto, y por sobre todas las cosas, comparten las mismas normas.

    La pregunta que surge ahora es si el grupo cultural humano es el único que posee estas características.



    En el primer capítulo se habló acerca de la ética y de cómo se puede establecer el valor moral de un acto. Luego, en el siguiente capítulo se habló de los diferentes tipos de selección dándole especial importancia a la teoría de la selección de grupo. Finalmente, se llegó a la conclusión de que este tipo de selección solo se podía dar en ciertos grupos que tuvieran características muy particulares, entre ellas, la existencia de normas morales o éticas. Este capítulo se dedicará a establecer cómo puede haber surgido la ética en las antiguas comunidades humanas y que condiciones son necesarias para que surja.

    Desde siempre se ha pensado que todos los valores morales se nos presentan a los hombres como una serie de principios incuestionables e independientes de nuestra experiencia. Serían entonces como los axiomas de nuestro accionar, aquello en lo cual nos basamos y que no puede cambiar. Pero esto, ¿es realmente así?. No pueden acaso, estos valores, haber surgido a partir de una necesidad; necesidad de establecer normas que beneficiaran a la comunidad a costa, algunas veces, de los intereses personales de cada integrante de la misma. Esta teoría, como habíamos mencionado en el primer capítulo, se ve reflejada en las palabras de J. Benthom, James Mill y John Stuart Mill (utilitarismo ético) cuando dicen que la importancia de un valor reside en su aplicación, y si este resulta beneficioso para la mayoría es bueno seguirlo.

    La pregunta es: ¿pueden acaso aquellas tribus ancestrales haberse dado cuenta de la necesidad de establecer ciertas reglas que rijan su comportamiento?. Quizás, los grupos que poseían reglas que no resultaron útiles se fueron extinguiendo debido a la competencia con otros grupos que si tenían reglas que los favorecían. Así, las normas que resultaron útiles se fueron transmitiendo de generación en generación hasta convertirse en la base del funcionamiento de la sociedad.

    En segundo lugar, podríamos afirmar que el comportamiento ético es un comportamiento que se adquiere, se aprende, y no que se posee por la simple condición de humano, ya que sino estos valores serian igual en todas las sociedades y se mantendrían inmutables a lo largo de la historia. Esto no es una simple deducción teórica sino que se puede observar en la historia misma de la humanidad. Un claro ejemplo de esto es el tema de la esclavitud, que hasta hace dos siglos se la veía como algo correcto, los negros eran seres inferiores y estaban puestos al servicio del hombre blanco. Esta idea que hoy nos resulta incomprensible hasta hace no mucho era completamente aceptada. Entonces ¿cómo se explica que ciertos valores puedan cambiar si los mismos no son adquiridos o aprendidos?

    Otra condición fundamental para le existencia del comportamiento ético es la sociedad. Esta transmite, mediante la familia y los adultos (que sirven como educadores para los pequeños) las normas morales o éticas que son aprendidas generalmente durante la infancia. Aquí llegamos a la cuarta condición: un largo periodo de infancia donde el pequeño tiene tiempo para aprender e incorporar estos valores.

    La quinta condición es la presencia de una buena memoria que ayude al aprendizaje y que además sirva para recodar a aquellos que en algún momento nos ayudaron, así somos capaces de devolver favores.

    Ahora cabe plantearnos: si el comportamiento moral es un comportamiento aprendido que puede surgir por necesidad y luego ser transmitido de padres a hijos, ¿no puede acaso, este comportamiento presentarse también en animales sociales que posean un largo periodo de infancia lo suficientemente largo como para aprender estas normas?.

    Para algunos la idea puede resultar ilógica ya que nos quitaría una de las cosas que nos diferencian de los animales. Esto nos llevaría a pensar que tal vez tan solo estamos un escalón más arriba en la evolución y que no somos aquellos seres superiores que creemos ser.




    Una reacción típica de los elefantes cuando un miembro de la manada agoniza es intentar levantarlo con la trompa o ponerle comida en la boca. Si muere, lo entierran con pasto.


    Este comportamiento de los elefantes no nos deja de asombrar. Nos preguntamos una y otra vez como puede ser que algunos animales tengan actitudes tan humanas. Para explicar este modo de actuar no basta el instinto y aquí surge la pregunta que nos llevó a desarrollar este trabajo monográfico, ¿Pueden los animales tener una conciencia moral?


    En este último capítulo se intentará comprobar la existencia de un comportamiento moral o ético en aquellos animales que cumplan con ciertas condiciones. Estas condiciones fueron enumeradas en el capítulo anterior y entre ellas se encuentran la existencia de una comunidad que sirva como medio de transmisión de los valores morales. La segunda y muy importante, es la capacidad de aprendizaje, así estas normas pueden ser transmitidas a lo largo de las generaciones, La tercera condición y también fundamental, es la presencia de una buena memoria para poder, como ya mencionamos, devolver los favores a aquellos individuos que en algún momento nos ayudaron. La última. pero no menos importante es la existencia de un largo periodo de infancia donde los pequeños puedan aprender e incorporar estas normas.


    Para constatar si estas condiciones se dan en el reino animal elegimos a los elefantes, ya que los mismos poseen un comportamiento social muy singular donde la ayuda mutua y el autosacrificio son la base para la supervivencia de la especie.




    Existencia de la comunidad

    En este aspecto es donde más se destacan los elefantes. Sus manadas, compuestas por varias familias, pueden alcanzar un máximo de 200 cabezas. Aunque, generalmente, la cifra suele ser menor.

    Este sentido de comunidad es lo que hizo que los elefantes se mantuvieran vivos por miles de años. A continuación citaremos un claro ejemplo de este comportamiento extraído del libro Sobrevivir del famoso etólogo alemán V. B. Dröscher:

    En el Parque Nacional de Murchinson-Falls, En Uganda. Una madre acababa de dar la luz a una elefanta bebé. La noche de su nacimiento la recién nacida fue atacada por unas hienas. La madre que no podía defender a su cría por si sola, dió un llamado de auxilio al resto de la manada. Segundos más tarde las hienas se encontraban rodeadas por un grupo de elefantes furiosos.

    Capacidad de aprendizaje


    En el siguiente caso se podrá observar la importancia de la presencia materna en la educación y el aprendizaje de los pequeños proboscidios. Pero antes de continuar debemos aclarar que el tipo de comportamiento descripto a continuación se da tan solo en elefantes que se encuentran permanentemente en contactos con humanos. A pesar de ello consideramos que este ejemplo es válido y muy útil a la hora de demostrar la magnífica capacidad de aprendizaje de estos animales.

    Hasta los dos años los elefantes tienen permitido hacer lo que deseen, pueden jugarles bromas a los adultos y hacer travesuras. Son como niños mimados. Pero estos animalitos deben aprender que no pueden jugar, como lo hacen entre si, con criaturas más pequeñas, por ejemplo los humanos. Tan pronto como una cría se permite uno de estos atrevimientos, la madre le da un trompazo(literalmente). De este modo, el animal le enseña al elefante bebé como debe comportarse con aquellas criaturas tan frágiles.


    Existencia de una buena memoria

    Este es uno de los ejemplos más sorprendentes de la capacidad que tienen los elefantes de recordar tanto a sus benefactores como a sus atormentadores.

    Hace ya algún tiempo un suboficial birmano estaba realizando ejercicios de instrucción con sus reclutas en una senda de la selva. En dirección opuesta venia un elefante doméstico de la compañía maderera que arrastraba un pesado tronco. El conductor del elefante, el cornac, le pidió al suboficial que se apartara del camino, pero el militar no hizo caso y, riéndose, obligó al proboscidio con su carga a dar un rodeo para seguir adelante.

    Tres años después quiso la casualidad que el mismo suboficial con sus soldados hubiera acampado en la orilla de un río en el que, precisamente en esos momentos, los proboscidios de la firma maderera tenían un descanso para bañarse. Bamboleándose con aspecto inofensivo, un elefante se acerco a donde estaban los militares, tomó al suboficial con su trompa, lo sacó de entre sus compañeros, lo levantó y lo arrojó al río, haciéndole describir un verdadero vuelo en el aire.8



    Largo periodo de infancia


    Los elefantes tienen un periodo de infancia comparativamente largo a la mayoría de los animales. Su promedio de vida es de unos 70 años, Prácticamente igual a los humanos, y su periodo de gestación puede durar entre veintiuno y veintidós meses. Las madres amamantan a sus pequeños desde su nacimiento hasta casi los cinco años de vida.



    Finalmente, podemos decir que los elefantes cumplen con todas las condiciones necesarias para que pueda surgir una conducta social que se rija por valores morales o éticos. Cabe preguntarnos ahora si es posible que otros animales puedan presentar también este tipo de comportamiento.

     






























    ¿Cómo explicar el ahínco de un delfín al empujar a un par herido a la costa para que no se ahogue, o el llamado de alerta de un pájaro para advertir a los demás de la presencia de un depredador - aún alertándolo así de su propia presencia -, o un mono que se acerca a otro recién atacado y le lame con devoción las heridas?


    Muchos podrían hablar de instinto. Pero, ¿no sería lo más lógico pensar que una conducta que ponga en riesgo a un individuo, en pro de salvar a otro, desapareciera por obra de la selección natural?

    En este trabajo monográfrico se intentará demostrar que es posible que cierto tipo de animales presenten una conducta moral o ética que surja por una necesidad, la supervivencia.

    En función de lograr dicho objetivo esta investigación se dividirá en cuatro capítulos. El primero de ellos hablará sobre la ética y la conducta moral, esenciales para comprender el enfoque del trabajo. El segundo capítulo tratará el tema de los tipos de selección que existen, prestándole especial atención a la de grupo. El tercer capítulo se dedicará a hablar de las condiciones necesarias para que pueda existir un comportamiento moral. Finalmente, en el cuarto capítulo tratará de verificar si estas condiciones se cumplen entre los animales.







    Conclusión

    A lo largo de los capítulos se ha intentado demostrar la presencia de una conducta moral en los animales. El mayor obstáculo con que nos hemos cruzado al realizar este trabajo es la escasez de información que hay sobre el tema. Pero a pesar de ello se pudo llegar a la conclusión de que es posible que exista una comportamiento moral o ético en animales, que surja por una necesidad, como por ejemplo la supervivencia.

    Los animales que presenten este comportamiento deben cumplir con ciertas condiciones:

    Que vivan en comunidades integradas por individuos que no estén altamente emparentados genéticamente, ya que en caso contrario el grupo no actuaría como el blanco de la selección. Pero además, para que se pueda dar la selección de grupo es necesaria la presencia de algunas características, la más importante es la existencia de normas morales que rijan el accionar de todos los integrantes. Con el fin de establecer como pudieron haber surgido esas normas se dedicó el tercer capítulo que, junto con el cuarto, nos llevó a la conclusión de que es posible que exista este tipo de conducta en animales que posean un largo periodo de infancia, una buena memoria, una fuerte capacidad de aprendizaje y por sobre todas las cosas, que vivan en sociedad.












    LA ÉTICA EN LOS ANIMALES

    5to 1ra T. M.

    Aníbal Gavini

    Nacional de San Isidro

    Buenos Aires - Octubre 2001.

     

     

     





     








    CAPíTULO I

    ¿QUÉ ES LA ÉTICA?

    CAPíTULO II

    EL BLANCO DE LA SELECCIóN

    CAPITULO III
    EL SURGIMIENTO DE
    LA ÉTICA

    CAPíTULO IV

    LA ÉTICA EN LOS ELEFANTES

     

    íNDICE

    INTRODUCCIóN 3


    I. ¿QUÉ ES LA ÉTICA? 5


    II. EL BLANCO DE LA SELECCIóN 10


    III. EL SURGIMIENTO DE LA ÉTICA 15


    IV. LA ÉTICA EN LOS ELEFANTES 18


    CONCLUSIONES 22


    BIBLIOGRAFíA 23
















    .

    BIBLIOGRAFíA



    CURTIS HELENA y BARNES N. SUE, Biología, 5ta edición, Colombia, Planeta, 1995, 1188p. , Biology, Ed. Médica Panamericana, bajo la supervisión del Dr.Ovidio Núñez.

    DRÖSCHER VITUS B., Un cocodrilo para desayunar, historias sorprendentes de la conducta animal, Al filo del tiempo, s. l., Planeta, 1981, 277p., Ein Krokodil zum frühstuck, Joaquín Adsuar Ortega.

    DRÖSCHER VITUS B., Sobrevivir, la gran elección del reino animal, Al filo del tiempo, Santiago del Estero, Planeta, 1988, 295 p., Uberlebenformel, Joaquín Adsuar Ortega.

    EISNER THOMAS y WILSON EDWARD O., Comportamiento animal, Selección de Scientific American, 1ra edición, Madrid, H. Blume, 1978, Animal behavior, Francisco García Ibeas y Rubén Riel Planas.

    GAMLIN LINDA, Evolución, Volumen 6, Buenos Aires, Emecé, 1995, 63 p., Evolution.

    MACITYRE ALASDAIR, Historia de la ética, Buenos Aires, Paidos, 1970, 259p., A short story of ethics, Roberto Juan walton.

    MAYR ERNST., Towards a new filosofy of biology (observation of an evolutionist), E.E.U.U.. Harvard University Press, 1988, 564 p.

    OBIOLS GUILLERMO A., Curso de lógica y filosofía, Buenos Aires, Kapeluz, 1991, 324 p.

    OBIOLS GUILLERMO A., Nuevo curso de lógica y filosofía, Buenos Aires, Kapeluz, 2000, 263 p.





    1 Guillermo A. Obiols, Curso de lógica y filosofía, Ed. Kapeluz, 1991. p. 277

    2 Ibid., p. 285

    3 Alasdair Macintyre, Historia de la filosofía, Ed. Paidos,1970, p. 188

    4 Guillermo A. Obiols, Nuevo curso de lógica y filosofía, Ed. Kapeluz, 2000, p. 201

    5 Linda Gamlin, Evolución, Ed. Emecé, 1995, p. 32

    6 H. Curtis y N. Sue. Barnes, Biología, Ed. Panamericana, 1995, p. 1073

    7 Ibid., p. 1073

    8 Vitus. B. Dröscher, Sobrevivir, Ed. Planeta, p. 185

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