05-15-2004, 10:27 PM
En 1947, el maestro [b:5479c3832b]Niels Bohr[/b:5479c3832b], que había revolucionado la Física moderna con la formulación del concepto de la [b:5479c3832b]complimentariedad[/b:5479c3832b], fué honrado en Dinamarca, país donde nació, con un escudo de armas. Al desarrollar una idea del maestro Einstein, el maestro Bohr [b:5479c3832b]resolvió[/b:5479c3832b] un dilema que tenía ANGUSTIADOS a los científicos desde el tiempo del maestro Newton; a saber, si la luz consistía en partículas o en ondas. O más bien, de los dos términos, "[i:5479c3832b]partículas[/i:5479c3832b]" u "[i:5479c3832b]ondas[/i:5479c3832b]", cuál se aplicaba mejor a la NATURALEZA de la luz. Si bien las dos descripciones son mutuamente [b:5479c3832b]excluyentes[/b:5479c3832b], el comportamiento de la luz, observado y medido con experimentos, EXIGE ambas. Hasta que el maestro Bohr entró en el campo, la comunidad científica rehuía lo ABSURDO de un sólo fenómeno con [u:5479c3832b]dos[/u:5479c3832b] naturalezas mutuamente [b:5479c3832b]incompatibles[/b:5479c3832b]: una bestia en las nubes como ésa sólo podía tolerarse en un mundo imaginado por Pan y habitado por centauros. A los teólogos, cuyo compañero constante es un Ser tanto humano como divino, el concepto no les preocupa. Los científicos, sin embargo, precisan como agua de mayo de explicaciones únicas, internamente coherentes, que cubran TODOS los resultados conocidos. Antes del maestro Bohr, parpadeaban impotentes ante el DESLUMBRAMIENTO de un fenómeno que [b:5479c3832b]no[/b:5479c3832b] encajaba en una [i:5479c3832b]explicatio[/i:5479c3832b] de esta índole... Lean, sin ir más lejos, el famoso (y; ya periclitadísimo, claro...) manual [i:5479c3832b]ad hoc[/i:5479c3832b] del profesor Mendizábal -"[i:5479c3832b]Lecciones de Física de don Alfredo Mendizábal[/i:5479c3832b]"; ED, Madrid, 1906-).
¿Saben?; como solución, el maestro Bohr propuso que las propiedades parecidas a ondas y a partículas que experimentamos en la luz son a la vez CONTRARIAS y COMPLEMENTARIAS, como los polos de un eje. Ninguna de estas descripciones se aplica a la [b:5479c3832b]verdadera[/b:5479c3832b] naturaleza de la luz, sino a la naturaleza que podemos observar; el resultado que obtienen los investigadores depende de la naturaleza del experimento así como de la naturaleza de la luz.
El maestro Bohr, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b], engendró el "[i:5479c3832b]principio de la INDETERMINACIÓN[/i:5479c3832b]", formulado por su alumno, el maestro Werner Heisenberg (para nada tomado en cuenta, por ejemplo, por la célebre "[i:5479c3832b]Physique[/i:5479c3832b]" del profesor Albert Turpain -1923, Paris, ED-...); que, expone la [b:5479c3832b]limitación[/b:5479c3832b] de la ciencia experimental en un mundo observado donde la materia se comporta de un modo [b:5479c3832b]afectado[/b:5479c3832b] por el observador.
Inspiró también la Interpretación de Copenhague del quinto congreso de Solvay, en 1927: sus [i:5479c3832b]principia[/i:5479c3832b], que conforman la base de TODO trabajo subsiguiente en Física, re-definieron de hecho los [b:5479c3832b]objetivos[/b:5479c3832b] de la Ciencia.
A partir de entonces, quienes estudiaban las fronteras de la Física subatómica serían conscientes de lo INACCESIBLE de la realidad objetiva; tratarían de verificar teorías que explicaban las relaciones cambiantes de las cuales el observador formaba parte. Desde este momento, la diferenciación tradicional entre Ciencia y Humanidades se ha ido, damas y caballeros, [b:5479c3832b]desvaneciendo[/b:5479c3832b]; hasta tal punto que, hoy día, la obra de científicos como Roger Penrose o Stephen Hawking puede dar la impresión de ser tan subjetiva como, pongo por caso, la crítica literaria y tan creativa, sigo poniendo por caso.., como una escultura monumental.
Al elegir su escudo, el maestro Bohr dió tantas muestras de originalidad como en su trabajo referente a la Física de las partículas. Su lema, "[i:5479c3832b]Contraria sunt Complementa[/i:5479c3832b]", tiene todo el timbre sentencioso de un lema heráldico tradicional. Su escudo, sin embargo, ¡[b:5479c3832b]no[/b:5479c3832b] tenía precedentes en la heráldica!: un círculo, dividido en dos mitades, una oscura y otra clara, por una doble curva parecida a una onda y formando una S invertida, superficial y abierta, situada ligeramente en ángulo, de la izquierda inferior a la derecha superior del círculo; dos pequeños círculos, uno claro en la mitad oscura y uno oscuro en la mitad clara, se situaban a lo largo del diámetro del gran círculo, cada uno a medio camino del radio, centrado en relación con la boca de la S.
Había escogido, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b] (y, CLARAMENTE, pretendía que representase una ilustración de su teoría de la complementariedad), el antiguo símbolo chino del [i:5479c3832b]tao[/i:5479c3832b] (o sea, "[i:5479c3832b]el camino[/i:5479c3832b]"), un sistema de pensamiento que combina la cosmogonía con la moralidad [b:5479c3832b]práctica[/b:5479c3832b], atribuido comúnmente al filósofo Lao-tsê, de principios del siglo VI a.C. El taoísmo (que, engendró una tradición filosófica y una religión popular que persisten, vigorosas y productivas) postula una fuerza cósmica de la cual TODOS los fenómenos observables son [b:5479c3832b]efectos[/b:5479c3832b]. Al igual que varias otras caracterizaciones filosóficas antiguas de la realidad, trae reminiscencias a la mente moderna de la INTERPENETRACIÓN -y, eventualmente, la identidad- de la energía y la masa implícita en la teoría de la relatividad. La simetría del símbolo taoísta evoca la [b:5479c3832b]armonía[/b:5479c3832b] del universo; el que sea en forma de círculo resalta su [b:5479c3832b]unidad[/b:5479c3832b] y sugiere su PERFECCIÓN; la separación que recuerda a una onda alude a la continuidad del CAMBIO, la ubicuidad del FLUJO; las mitades oscura y clara simbolizan el flujo de principios contrarios -oscuro y claro, masculino y femenino, negativo y positivo- que conjuntamente completan la unidad que los abraza. El pequeño círculo representa la mezcla de estos opuestos, cada uno en la naturaleza del otro.
Parece extraordinario, damas y caballeros, que un científico occidental moderno como el maestro Bohr hubiese percibido en un símbolo oriental que cuenta 2.500 años una prefiguración tan [b:5479c3832b]exacta[/b:5479c3832b] de los descubrimientos de su tiempo. Durante tres siglos antes de él, se suponía, casi sin excepcíón, que la tradición oriental tenía que aprenderlo TODO de la ciencia occidental y nada que enseñar (éste es el [i:5479c3832b]elán[/i:5479c3832b], por ejemplo, del tratado del curso académico 1915/6 de la Escuela Nacional de Ingenieros del estado español...). Por un curioso truco de la complementariedad de la Historia, la recepción por parte de la Ciencia occidental de ideas orientales, alentadas por la adopción del maestro Bohr del símbolo taoísta en su escudo de armas, reflejó un episodio de la Historia china, acaecido en 1644, cuando Johann Adam Schall von Bell, jesuita, fué nombrado director de la Junta Imperial de Astronomía.
Fué entonces, mes amis/es, que empézó en serio la transformación de la Ciencia china gracias a la influencia occidental. Se inició una dirección de intercambio que, durante largo tiempo (hasta el maestro Bohr, bien sûr...), se creyó [b:5479c3832b]indiscutible[/b:5479c3832b].
¡Ay, lo indiscutible..!
Pero, esto es otra Historia que, si me permiten.., dejaré para otro día.
Siempre, sin duda, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1426 hs. p.m.
post scriptum.- por supuesto, ciertos libros ¡NO se compran por un afán de conocimientos en la materia de que tratan!, sino por razones como, pongo por caso.., la pura arqueología. No sé yo si me explico con suficiente simpleza, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b]...
¿Saben?; como solución, el maestro Bohr propuso que las propiedades parecidas a ondas y a partículas que experimentamos en la luz son a la vez CONTRARIAS y COMPLEMENTARIAS, como los polos de un eje. Ninguna de estas descripciones se aplica a la [b:5479c3832b]verdadera[/b:5479c3832b] naturaleza de la luz, sino a la naturaleza que podemos observar; el resultado que obtienen los investigadores depende de la naturaleza del experimento así como de la naturaleza de la luz.
El maestro Bohr, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b], engendró el "[i:5479c3832b]principio de la INDETERMINACIÓN[/i:5479c3832b]", formulado por su alumno, el maestro Werner Heisenberg (para nada tomado en cuenta, por ejemplo, por la célebre "[i:5479c3832b]Physique[/i:5479c3832b]" del profesor Albert Turpain -1923, Paris, ED-...); que, expone la [b:5479c3832b]limitación[/b:5479c3832b] de la ciencia experimental en un mundo observado donde la materia se comporta de un modo [b:5479c3832b]afectado[/b:5479c3832b] por el observador.
Inspiró también la Interpretación de Copenhague del quinto congreso de Solvay, en 1927: sus [i:5479c3832b]principia[/i:5479c3832b], que conforman la base de TODO trabajo subsiguiente en Física, re-definieron de hecho los [b:5479c3832b]objetivos[/b:5479c3832b] de la Ciencia.
A partir de entonces, quienes estudiaban las fronteras de la Física subatómica serían conscientes de lo INACCESIBLE de la realidad objetiva; tratarían de verificar teorías que explicaban las relaciones cambiantes de las cuales el observador formaba parte. Desde este momento, la diferenciación tradicional entre Ciencia y Humanidades se ha ido, damas y caballeros, [b:5479c3832b]desvaneciendo[/b:5479c3832b]; hasta tal punto que, hoy día, la obra de científicos como Roger Penrose o Stephen Hawking puede dar la impresión de ser tan subjetiva como, pongo por caso, la crítica literaria y tan creativa, sigo poniendo por caso.., como una escultura monumental.
Al elegir su escudo, el maestro Bohr dió tantas muestras de originalidad como en su trabajo referente a la Física de las partículas. Su lema, "[i:5479c3832b]Contraria sunt Complementa[/i:5479c3832b]", tiene todo el timbre sentencioso de un lema heráldico tradicional. Su escudo, sin embargo, ¡[b:5479c3832b]no[/b:5479c3832b] tenía precedentes en la heráldica!: un círculo, dividido en dos mitades, una oscura y otra clara, por una doble curva parecida a una onda y formando una S invertida, superficial y abierta, situada ligeramente en ángulo, de la izquierda inferior a la derecha superior del círculo; dos pequeños círculos, uno claro en la mitad oscura y uno oscuro en la mitad clara, se situaban a lo largo del diámetro del gran círculo, cada uno a medio camino del radio, centrado en relación con la boca de la S.
Había escogido, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b] (y, CLARAMENTE, pretendía que representase una ilustración de su teoría de la complementariedad), el antiguo símbolo chino del [i:5479c3832b]tao[/i:5479c3832b] (o sea, "[i:5479c3832b]el camino[/i:5479c3832b]"), un sistema de pensamiento que combina la cosmogonía con la moralidad [b:5479c3832b]práctica[/b:5479c3832b], atribuido comúnmente al filósofo Lao-tsê, de principios del siglo VI a.C. El taoísmo (que, engendró una tradición filosófica y una religión popular que persisten, vigorosas y productivas) postula una fuerza cósmica de la cual TODOS los fenómenos observables son [b:5479c3832b]efectos[/b:5479c3832b]. Al igual que varias otras caracterizaciones filosóficas antiguas de la realidad, trae reminiscencias a la mente moderna de la INTERPENETRACIÓN -y, eventualmente, la identidad- de la energía y la masa implícita en la teoría de la relatividad. La simetría del símbolo taoísta evoca la [b:5479c3832b]armonía[/b:5479c3832b] del universo; el que sea en forma de círculo resalta su [b:5479c3832b]unidad[/b:5479c3832b] y sugiere su PERFECCIÓN; la separación que recuerda a una onda alude a la continuidad del CAMBIO, la ubicuidad del FLUJO; las mitades oscura y clara simbolizan el flujo de principios contrarios -oscuro y claro, masculino y femenino, negativo y positivo- que conjuntamente completan la unidad que los abraza. El pequeño círculo representa la mezcla de estos opuestos, cada uno en la naturaleza del otro.
Parece extraordinario, damas y caballeros, que un científico occidental moderno como el maestro Bohr hubiese percibido en un símbolo oriental que cuenta 2.500 años una prefiguración tan [b:5479c3832b]exacta[/b:5479c3832b] de los descubrimientos de su tiempo. Durante tres siglos antes de él, se suponía, casi sin excepcíón, que la tradición oriental tenía que aprenderlo TODO de la ciencia occidental y nada que enseñar (éste es el [i:5479c3832b]elán[/i:5479c3832b], por ejemplo, del tratado del curso académico 1915/6 de la Escuela Nacional de Ingenieros del estado español...). Por un curioso truco de la complementariedad de la Historia, la recepción por parte de la Ciencia occidental de ideas orientales, alentadas por la adopción del maestro Bohr del símbolo taoísta en su escudo de armas, reflejó un episodio de la Historia china, acaecido en 1644, cuando Johann Adam Schall von Bell, jesuita, fué nombrado director de la Junta Imperial de Astronomía.
Fué entonces, mes amis/es, que empézó en serio la transformación de la Ciencia china gracias a la influencia occidental. Se inició una dirección de intercambio que, durante largo tiempo (hasta el maestro Bohr, bien sûr...), se creyó [b:5479c3832b]indiscutible[/b:5479c3832b].
¡Ay, lo indiscutible..!
Pero, esto es otra Historia que, si me permiten.., dejaré para otro día.
Siempre, sin duda, a su disposición.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1426 hs. p.m.
post scriptum.- por supuesto, ciertos libros ¡NO se compran por un afán de conocimientos en la materia de que tratan!, sino por razones como, pongo por caso.., la pura arqueología. No sé yo si me explico con suficiente simpleza, [i:5479c3832b]mes amis/es[/i:5479c3832b]...